RinMakoto. Al estar más preparados que ellas y era obvio que las vencerían, aunque ahora vamos a un pequeño momento con Tamaki y Arata debajo de la lluvia jeje.

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Sin más, comencemos…

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Una fuerte tormenta cayó sobre la ciudad y aunque Arata quiso ir a su casa, sabía que le sería difícil llegar antes de que se viera envuelto en tremendo aguacero, por lo que Tamaki lo invitó a su hogar para que se refugiara mientras que pasaba la tormenta.

- Espero no poder molestarlos.

- No te preocupes Arata-kun, para eso estamos, aparte de que no tendrás problemas, nadie podría decir que este aguacero caería.

- Sí, y eso que en las noticias se decía que estaría sin nubes todo el tiempo, aunque en el día si pasó todo despejado.

- No te preocupes, ve y quédate el tiempo que necesites, Tamaki, lo ayudas.

- Está bien – la peli negra notó algo extraño en sus padres – ¿A dónde van?

- Nos toca ir a reunión con los demás vecinos, parece que ya encontraron el problema de las ratas, pero la junta está para todo el edificio ahora a las 8 y termina hasta las 10.

- Ok – Tamaki asintió.

- Nos veremos después, cualquier cosa nos avisas – la peli negra asintió quedándose sola y sin más, sus progenitores se fueron, Arata escuchó un poco del asunto.

- ¿A poco tienen algún problema? – preguntó.

- Durante las últimas semanas ha habido una serie de ratas que han andado por las tuberías, pero de igual forma nosotros no nos hemos visto afectados.

- De suerte nunca hemos tenido de esas en mi casa, pero de igual forma creo que me desagradaría tener una de esas rondando por ahí – con eso, Tamaki lo guío hacia el cuarto de baño en donde el joven se daría un pequeño baño de agua caliente para quitarse un poco el frio del momento, aunque Tamaki también tenía planeado hacer lo mismo.

- Entraré también yo, pero me aseguraré que no me vea nada – susurró la cátcher, sabía que el peli morado ya estaba dentro del baño, mejor dicho, en la tina.

- Realmente esto es de maravilla, nada como que un baño caliente luego de que me cayera esa maldita agua de lluvia, aunque se siente extraño siendo que esto es en casa ajena – susurró el joven, pero en eso, escuchó la puerta del baño abrirse solo para toparse con Tamaki envuelta en una toalla – ¡¿eh?!

- Lo siento por esto Arata-kun, pero es que también quiero bañarme que si no me voy a enfermar.

- E-Entiendo eso Tamaki-san, pero ¿te meterás conmigo?

- No, tú estás en la tienda, yo usaré la regadera.

- Oh, está bien – la cátcher se metió ahí, aunque Arata estaba sonrojado por eso, estaban en el mismo cuarto y desnudos.

- Perdón por la intromisión.

- No te preocupes, después de todo es tu casa – mientras se bañaban, Arata no podía dejar de estar avergonzado por estar en esa situación – es raro, con que esto sentía Haruka de Yosuga no Sora cuando estaba a solas con Akira… pero no es como que yo me vaya a acostar con Tamaki, aun así, es raro estar a solas con ella, así como así.

- Oye Arata-kun.

- ¿Qué pasa?

- Quería preguntarte algo sobre tu lanzamiento – eso extrañó al peli morado – verás, estuve notando que tu forma de lanzar no era normal, realmente nunca haces el mismo lanzamiento cada vez que tiras.

- No, la verdad es que acostumbré a hacer varios lanzamientos, le metí mucho cuando me hice pitcher, pero no es como que sea el mejor, estoy a años luz de eso.

- Sí, así es Yomi-chan, aunque quisiera preguntarte, ¿cómo es que te lesionaste?

- ¿No te conté?

- No, solo me lo mencionaste, pero no me dijiste como fue te lesionaste.

- Oh, eso fue hace tiempo, pero verás, yo estaba en un equipo de béisbol cuando llegó este tipo el cual era alguien que cambió a todo el equipo, pero en especial a mí.

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Flashback

Hace dos años, Arata estaba con su equipo de béisbol, siendo este en la academia que estuvo antes de ir a Kasumigaoka, no obstante, este parecía estar bastante calmando de todo y jugaba como si fuera lo más genial del mundo.

- Tus lanzamientos son bastante buenos Arata.

- Gracias, aunque aún estoy mejorando bastante para hacer que mis lanzamientos pasen desapercibidos.

- Ojalá que sí, si fuéramos al campeonato nacional realmente haríamos historia con tus lanzamientos – decía otro de los chicos del equipo, aun así, las cosas no parecían estar mal, de hecho, todo el ambiente en el equipo era genial, no obstante, las cosas cambiarían cuando dos chicos llegaron al lugar.

- Senpai, creo que aquí huele a carne fresca.

- Sí, puedo oler a beisbolistas que no saben ni una mierda, pero aquí impondré orden y disciplina – susurró una persona la cual poseía el cabello ocre y los ojos de color carmesí, no obstante, este se calmó cuando el entrenador del equipo llegó con lo que parecía esta persona.

- Un momento chicos, vengan aquí que les voy a presentar al nuevo integrantes del equipo.

- ¿Nuevo integrante?

- Que raro, la verdad es que el entrenador nunca nos dijo algo sobre un nuevo jugador.

- Verán, él es Koharu Kokonoe y se integrará como el nuevo jugador estrella del equipo, por lo que espero que le den una buena bienvenida.

- Un gusto – fue lo único que dijo el peli ocre, aunque los chicos saludaron, Arata sentía algo extraño, una vibra bastante rara que provenía de él, pero no diría nada ya que sería un tonto en juzgar a alguien de la nada.

De hecho, Arata no se equivocó.

La llegada de Kokonoe fue algo que cambió al equipo, de hecho, las cosas marcharon en caída mientras que el peli ocre tomó la bandana de capitán, aunque no todos parecían estar a favor de esto, pero no podían hacer nada ya que su entrenador consideraba que Kokonoe era alguien genial en cuanto al béisbol se refería.

Sin embargo, este puso a Arata a entrenar más de lo debido ya que quería sacar todo el potencial que poseía el peli morado en su brazo, era como cuando exprimías un limón sabiendo que ya no te podría dar más jugo.

- ¿Qué haces? ¿Por qué no lanzas con más fuerza?

- Lo siento, pero es que me duele el brazo, estuve mucho tiempo lanzando sin parar.

- ¿En serio? Pues la verdad no parece que estés haciendo eso, no quiero escuchar quejitas de marica, lanza con todo lo que tienes, si te cae el brazo, solo usa el otro.

- Pero si soy diestro.

- ¡No me importa! Solo haz lo que te digo.

- Ya voy – aunque Arata estaba por renegar, este no dijo nada y solo siguió haciendo lo que Kokonoe le indicaba, cabe decir que eso no fue lo único ya que durante semanas estuvieron así, entrenando sin parar, no fue hasta que jugaron contra otra academia en donde los problemas comenzaron a surgir.

- ¡Lanza con fuerza esa pelota! – exclamó el que ahora era capitan a Arata el cual se notaba cansado siendo que iban por la quinta entrada, pero este había lanzado con todo, el brazo le gritaba que parara, pero este por la presión seguía lanzando, aunque se notaba que el bajón de velocidad se debía al dolor de los músculos.

- Mierda… me duele todo.

- ¡Cuidado! – exclamó el entrenador haciendo reaccionar al peli morado el cual miró como es que su pelota era bateada hasta que estaba llegando a los jardineros, pero tanto el central como el izquierdo se confundieron por lo que no pudieron atrapar el esférico, sin embargo, la cosa se puso más cuando perdieron el partido y fue más porque el brazo del pitcher del equipo no podía seguir.

- No puedo creer que cayeran de esa forma tan estúpida – exclamó por lo bajo Kokonoe el cual estaba molesto por la derrota y fue más hacia Arata – ¡y todo porque no pudiste mantener el ritmo Koyama!

- Hice lo mejor que pude, mi brazo no ha podido seguir porque me has tenido todo este tiempo lanzando sin parar, me ha costado hacer mis deberes escolares por estar solo lanzando, en este momento lo tengo adormecido por todo el esfuerzo.

- Bah, son solo excusas, eres un marica que no sabe que debe tomar más entrenamiento para reforzar lo que te falta de resistencia en el brazo, espero más de ti porque si no, te vas del equipo y no vuelves – aunque Arata estaba más que molesto por eso, no dijo nada y solo se fue a casa a descansar, al menos luego del partido tendría un tiempo de descanso antes de que volvieran a los entrenamientos normales.

Sin embargo, había otra cosa que estaba en mente de los estudiantes y era el Festival Cultural de la academia, esta vez, los clubes tuvieron que pausar sus actividades para llevar a cabo este evento y el aula de Arata no fue la excepción.

- Koyama, necesitamos que lleves los manteles al aula 2 – dijeron algunos de los chicos siendo que al final este estaba llevando varias cajas, pero había un problema.

- Maldición, aun no me recupero del todo de mi brazo, realmente espero que después de esto me pueda ir al médico a que me dé algo porque el dolor que tengo es jodido – pensaba el peli morado mientras que seguía con eso, uno de los compañeros lo ayudó con eso.

- Pensé que necesitarías ayuda Koyama.

- Oh, gracias Matsuri, realmente no aguanto el brazo.

- Lo entiendo amigo, es que Kokonoe-Senpai se pasa en los entrenamientos, de hecho, me perdí los primeros pasos de mi hermano porque estaba muy cansado luego de la práctica del otro día, no es algo importante, pero la verdad me hubiera gustado ver a mi pequeño hermano caminar.

- Mi brazo es un infierno, a duras penas he hecho las tareas que nos han dejado, pero de suerte no tendremos que hacer esto mientras el festival cultural se desarrolle – exclamó el peli morado el cual fue ayudado por su amigo y compañero de equipo. Entregaron las cosas y les pidieron el favor de llevar otras cajas. Desde otro punto de vista, Kokonoe llevó algunas láminas de aluminio hasta lo que parecía ser la bodega de la escuela.

- Qué más da, no es que como alguien se fuera a golpear y si lo hace, pues mala suerte – aunque se le encargó llevar eso a un lado en donde no estorbarán, este solo las enrolló y las puso en un rincón del lugar sin protección ni nada, sin más se fue.

- Las meteremos aquí y luego nos podremos ir a casa, aguanta un poco más Koyama – el peli morado asintió, los dos entraron al sitio y dejaron las cajas a un lado, pero cuando las pusieron en el piso, algo pasó que hizo que las láminas se fueran hacia abajo – ¡Koyama, cuidado!

- ¿Qué? – no le dio tiempo de reaccionar al chico cuando las láminas dieron en el brazo débil del joven haciéndole gritar, pero su amigo fue rápido en quitárselas rápido – ¡mierda, eso duele!

- ¡Resiste Koyama, iré a buscar ayuda! – y así fue, de suerte, un maestro estaba cerca y fue a atender a Arata el cual fue llevado al hospital en donde se trató, pero luego de eso, el médico le dio una baja de 6 meses debido a que el corte no fue profundo para dejarle dañado los nervios, pero fue lo suficiente como para hacer que el músculo quedara débil, lo que le dio de baja del equipo.

- Realmente siento que te haya pasado eso Koyama – el entrenador dijo eso mientras estaba recibiendo la carta de salida del equipo.

- No se preocupe, igual le agradezco todo, pero prefiero recuperarme de todo esto – mientras salía de la sala de profesores, este notó la mirada de Kokonoe el cual estaba suspirando.

- Lástima que te jodiste el brazo, pero conseguiré otro pitcher mejor.

- Jódete – susurró el peli morado yéndose del sitio siendo que era la última vez que estaría jugando en esa academia.

Fin Flashback

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- Así fue, la lesión me dejó muy mal ya que perdí la capacidad de lanzar como lo hacía antes, aunque vieron lo que hice en el partido, sentí que no di toda mi fuerza en eso, apenas me digo recuperando al 100% – ambos seguían en el baño hablando, Tamaki ya había acabado y estaba callada.

- Kokonoe… ¡¿ese Kokonoe era Koharu Kokonoe?!

- Sí, ¿Cómo lo supiste?

- Era el mismo que hizo que Takamura-san se saliera del béisbol – eso sorprendió a Arata, pero Tamaki le explicó todo lo sucedido dejándolo sorprendido.

- No me creo que ese mismo desgraciado nos haya jodido a él y a mi… joder, pero al menos estoy en otra academia y los chicos son geniales, por lo que no me quejo, aparte de que mi brazo ha descansando lo suficiente para relajarse.

- Ojalá que así sea, espero que te relajes – la peli negra tomó su toalla y salió, aunque cuando estaba por salir, se resbaló cayendo sobre el chico peli morado el cual al mismo tiempo se quedó quieto, ambos se sonrojaron enormemente al darse cuenta que estaba desnudos y mojados por las duchas.

- Tamaki-san.

- Arata-kun – ambos permanecieron en silencio – s-si quieres podemos seguir bañándonos.

- Seguro – la peli negra lo tomó de la mano llevándolo a la regadera, algo extraño en la cátcher siendo que ambos se bañarían juntos, las razones de porque actuó así eran desconocidas.

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Continuará…