Innoncence

—Buenas noches a todos, yo soy Edward Remus Lupin—Se retiró la capucha, pero dejándose la capa, y un chico muy parecido a cierto exprofesor de DCAO, que se encontraba en las mesas de los leones, se dejó ver; acompañado de un ruido sordo—Por favor, tendríamos que haber dicho que la cuarta norma era no desmayarse— Bromeó— Mamá Mione ¿podrías despertar a mi padre?

—¿No se iba a presentar una de las comadrejas? —preguntó en un susurro a su hermana, un rubio encapuchado, para que nadie más escuchara.

—Sí, pero osito no podía aguantar más... la ansiedad de conocer a sus padres biológicos lo estaba volviendo loco—Se volvió hacia su hermano—No puedes culparlo

—¡Claro que no! —Estaba indignado y ofendido de que su hermana siquiera considerara que él sería capaz de algo así, más cuando se trataba de Teddy.

Una sonrisa complaciente se formó en el rostro de su melliza, dado que a pesar de conocer muy bien al rubio, le encantaba molestarlo. Al darse cuenta, el chico rodó los ojos, pero no sin antes regalarle una sonrisa de complicidad.

Con eso aclarado, ambos volvieron a prestar atención a la presentación que se desarrollaba.

—Claro—Algo confusa, la castaña lanzó un Rennervate, para después mirar al hombre que estaba parado en la tarima—¿Yo soy tu madre? — Ella sabía que se había casado, pero el hombre que tenía enfrente debía tener al menos unos treinta años, lo que significaría que sería concebido, como muy tarde, en los próximos dos años, y eso para Hermione si era preocupante.

Su desliz, causó que el joven rápidamente cambiara su cabello a un tono rosa chillón provocando bastantes risas, ya que no era tan común ver a un hombre de su edad tan avergonzado por una simple pregunta de una adolescente.

—¡No, no!

De pronto, cierta Aurora que había bajado la vista al escuchar cómo el chico había llamado a Hermione, la levantó, y su rostro se iluminó; más al reconocer significado de ese color cabello.

Nymphadora Tonks sabía que ese chico estaba mortificado de la vergüenza, a causa de la pregunta que le había hecho su amiga. Aunque detuvo en seco su intento de levantarse al escuchar su respuesta, a pesar de que se dio cuenta que él claramente todavía estaba bastante nervioso y no parecía muy seguro de ella.

—Bueno algo así...—Todos lo miraron con confusión, mientras él se rascaba la nuca.

—Es muy simple hombre ¿Hermione es tu madre o no? Aunque déjame dudarlo si la respuesta es un sí—Soltó la metamorfomaga, cambiando su pelo a rojo, dejando en evidencia lo molesta y frustrada que se encontraba por toda la situación.

Esa voz lo sacó de sus pensamientos, era la misma voz de aquellos recuerdos que su madrina le había mostrado cuando era un niño; era la voz de su verdadera madre, la de su madre biológica.

En ese momento alzó la vista y vio por primera vez a la mujer que únicamente pudo conocer mediante su retrato, una vez que ingreso a Hogwarts.

Toda la actitud del hombre cambió en ese instante, su cabello cambio a un gris claro; sus hombros se hundieron; sus piernas temblaron, junto a su labio inferior, y sus ojos se cristalizaron.

Todos en ese instante, dejaron de ver a un hombre de treinta y tantos; en su lugar vieron a un niño que al parecer no veía a su madre desde hacía mucho tiempo, pero que había deseado poder hacerlo.

—Mamá...

Su susurró fue casi inaudible y cargado de una emoción que muchos asimilaron con dolor, mientras que otros con añoranza, sin embargo, permitió que todos en el comedor comprendieran por qué habían dicho que la presentación tenía que ser antes de irse a dormir; causando que, a más de uno, pero sobre todo a la tercera generación, se le cristalizaran los ojos. No obstante, como siempre la pelirosa, que nunca se daba cuenta de las cosas serias, no se percató de ello y saltó a los brazos de su futuro esposo.

—¡Te lo dije perro tonto! No te vas a salvar de mí—Eso provocó una sonrisa tierna y a la vez nostálgica en el rostro del hombre de la tarima.

—Pido disculpas a todos por la confusión, es la costumbre, pero me terminaré de presentar y ahí lo entenderán mejor.

Todos asintieron, mientras él veía como su madre se acomodaba en el regazo de un sonrojado Remus, una imagen que lo acompañaría de por vida, sin importar el resultado de este viaje. Así que se tomó un momento para apreciarlo, antes de respirar hondo y continuar.

—Bueno, como dije, me llamó Edward Remus Lupin. Eso es en honor a mi abuelo y padre, pero me dicen Teddy. Ya saben quiénes son mis padres y para evitar que mi padre se siga martirizando, quiero decirte, papá—su voz casi se quiebra al decir esa palabra en voz alta, por lo que sacudió su cabeza—No tengo tu P.P.P, como vez los genes de mamá fueron más fuertes—Nuevamente cambió el color de su cabello, dejándolo en un azul eléctrico.—Es decir que soy metamorfomago, aclaró por si hay algún despistado como yo todavía no se dio cuenta...Mmmm tengo treinta y un años; soy el primero en nacer de la tercera generación; en el futuro trabajo como profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y Jefe de mi antigua Casa, pero antes de ello fui auror como mi padrino Harry

—Gracias Remus; Tonks. —Harry quería saber más acerca de su futuro profesional, pero dado toda la emoción que rodeaba a su ahijado, prefirió esperar a sus hijos, que dado que su más grande sueño era formar su propia familia con la persona que amaba, estaba seguro que vendrían y le explicarían porque después de tanta guerra, eligió seguir peleando para ganarse la vida.

—De nada—Dijeron ambos padres al unísono, antes de volver la vista hacia su hijo con una sonrisa.

—Cuando estuve en Hogwarts fui un orgulloso tejón como mamá—La mesa amarilla y negra vitoreó—No jugué al Quidditch porque también heredé su torpeza—Todos en el comedor rieron y Tonks se sonrojó—Fui prefecto y premio anual—Todos aplaudieron, pero nadie más orgulloso que su familia.—Me gustaban todas las materias, excepto adivinación, ya que es una ciencia muy inexacta—Simuló que un escalofrió le recorría el cuerpo, pero todo miraron a una leona que lo observaba curiosa—Y sí, pueden culpar a mamá Mione por eso, que por cierto ella es mi madrina, por eso le digo así.

—Pero a Harry le dices padrino ¿Tu madre no se enoja de que me llames así? —Un pesado silencio cayó en el comedor y el cabello del metamorfomago se tornó nuevamente gris.

—¿Tan mala madre soy? —Cuestionó Tonks con los ojos cristalizados, cambiando su cabello al mismo color que el de su hijo, lo que hizo que Teddy negara con la cabeza enérgicamente para apartar las lágrimas.

—No es nada de eso madre. Es que yo no los conocí, a ninguno de los dos, lo que sé sobre ustedes es gracias a los recuerdos de mamá Mione—En ese momento todo el comedor pensó lo peor de la pareja—No es lo que piensan ¡Se les dijo que no saquen conclusiones apresuradas!

En ese momento se notó que frente a ellos ya no estaba un niño abatido por la presencia de los padres que nunca conoció, sino un hombre que se levantaba en toda su altura, volviendo su cabello negro como la noche, al igual que sus ojos, y sin una pizca de diversión en el rostro, mientras recorría el comedor con una mirada que la mayoría sintió que se les helaban los huesos.

Nadie comprendió realmente como el chico supo lo que la mayoría de los presentes estaba pensando; algunos profesores tenían ciertas conjeturas, pero ninguna era más alentadora que la otra.

Teddy posó la mirada en sus padres, suavizándola un poco y entonces comenzó a explicar.

—Ustedes murieron en la batalla final o como todos la conocen, la batalla de Hogwarts, la que dio fin a la Segunda Guerra Mágica. —Tras esas palabras, una encapuchada se levantó; caminó hacia la tarima y tomó la mano de Teddy.

Algunos lloraban, sobre todos los allegados de la pareja, como ser Sirius, quién abrazó a su hermano de otra madre, como si tuviera miedo que desapareciera en cualquier momento y Andrómeda, quién se aferró a su hija con la misma fuerza. Sin embargo, hubo otros estaban llenos de furia y listos para ir de cazaría.

—¿Quién fue? —Otra vez fue Hermione quien habló.

" Todavía puedo evitarlo"-repetía el mantra en su mente " Mataré a los que se atrevan a tocarlos de ser necesario. Teddy crecerá con sus padres"-juró para sí misma y Teddy, que conocía muy bien a su madrina, la miró con adoración y admiración.

—Antonin Dolohov mató a papá y Bellatrix Lestrange a mamá—Todo el comedor se hundió en un silencio; roto únicamente por dos gritos llenos de furia y dolor.

—Pero ¡¿cómo se le ocurre matar a su propia sangre?!—Dijeron al unísono las hermanas Black, sorprendiendo a muchos con su sincronía.

—Abuela Cissy—En ese momento nadie creía lo que escuchaba—Sabes bien que Bellatrix hubiera matado al tío Sirius, hace unos años, si no fuera porque recibió la orden explicita de no hacerlo. Ella siempre estuvo destinada a ser una "mata parientes". —Escupió esa última palabra como si fuera una asquerosa maldición.

Todos estaban atónitos; nadie entendía a lo que se refería el hombre, excepto cuatro personas, pero ninguna se dio a conocer y nadie se animó a preguntar.

Narcissa, tras pasar su sorpresa, volvió a colocar su máscara de indiferencia y sólo asintió en confirmación. Pero cierto merodeador miraba con curiosidad a su prima, ¿Acaso alguno de ellos pidió que no me mataran? ¿Alguien hizo un trato por mi vida? ¿Será que se refieren a la batalla en el Ministerio? pensó, mientras recordaba la batalla en el departamento de Misterios. Donde, tras aturdir con ayuda de Harry a Lucius Malfoy, lo único que logró ver por el rabillo del ojo, fue a su loca prima bajando su varita y tras un asentimiento, al que en ese momento no dio importancia, salir casi corriendo con su risa maniática retumbando por las paredes, mientras lanzaba un crucio a Remus.

Sirius estaba seguro que sí Bellatrix, en ese momento, le lanzaba una maldición, él no hubiera podido detenerla o desviarla. También recordó lo cerca que había estado del Velo de la Muerte y se estremeció, haciendo una nota mental de averiguar quién lo había salvado para poder agradecerle. Claramente después de asegurase de que le revelara sus verdaderas intenciones tras ese acto que a simple vista parecía altruista.

—¿Quién te cuido entonces? —Preguntó su abuela Andy

—Tú abuela, hasta los cinco años porque falleciste a causa de una enfermedad muggle que inclusive con magia es incurable; aunque muchos creemos que fue más de tristeza por el hecho de que, además de la muerte de mamá, el abuelo había fallecido meses antes a manos de unos carroñeros.— La Señora Tonks se secó algunas lágrimas errantes—Después de eso el Ministerio no quiso dejarme con la abuela Cissy aunque fuera mi pariente de sangre más cercano, dado obvia razones, por lo que mi padrino Harry me crio hasta los siete años, que fue cuando mi madrina obtuvo mi custodia completa.—Algunos fruncieron el ceño y el azabache mostraba clara confusión— La esposa de mi padrino estaba embarazada—Explicó Teddy al notar las reacciones— por lo que lo convenció de que debía enfocarse más en su hijo, ya que en ese momento se volvería padre de verdad—El hombre se encogió de hombros, pero todos miraron mal a Harry en ese momento—,pero en lo que su esposa no se equivocó, fue en que estaría mejor con mi madrina y su esposo.—Miró a su madrina y luego a sus padres— Me criaron como un hijo más, por eso espero que no les moleste que a ella la llamé mamá y a su esposo papá.

Ambos padres negaron con la cabeza, mientras sonreían. Remus tuvo un pequeño deja vú, sobre un chico proveniente de una familia oscura, que encontró a sus verdaderos padres en los padres de su mejor amigo y cómo se martirizó cuando, tras una pesadilla, sin querer llamó "mamá" a la mujer que le había dado un hogar donde sentirse amado y seguro. En ese instante las miradas de Canuto y Lunático se encontraron, dándose cuenta que ambos estaban recordando el mismo acontecimiento.

Los merodeadores no pudieron evitar sonreír cuando un calor les invadió el pecho; después de todo, lo que vivió Teddy, fue lo que prometieron hacer por Harry al morir sus amigos, pero les fue impedido por las circunstancias.

Teddy, por su parte, soltó un suspiro de alivio.

—Al contrario— Habló por primera vez Remus—. Gracias Hermione por criar a nuestro hijo y por como lo formaste. Creo que hicimos la mejor elección de madrina, se ve que es un gran hombre. —Dijo con genuino agradecimiento y la chica pudo notar un extraño brillo de tranquilidad en los ojos cafés, que parpadearon un poco en amarillo, que le provocaron un nudo en su garganta.

" No, no te estas resignando, Remus. ¡No te estas rindiendo!-pero sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz enérgica.

—También gracias a ti, esposo de Hermione—Gritó Tonks al comedor, reemplazado la tensión por risas— Todavía no sabemos quién eres, pero podemos ver que tienes un corazón enorme para criar al hijo de otro como si fuera tuyo ¡Así que gracias!

—Lo evitaremos chicos, ahora que lo sabemos, lo evitaremos—Prometió la leona, siendo secundada por varios asentimientos enérgicos y miradas agradecidas.

—Mi madrina tiene razón, esa es la idea de estas presentaciones, espero sepan aprovecharlas. — Había un toque de advertencia en la voz de Teddy, que no pasó inadvertida.

—Lo intentaremos—Dijo Remus—, pero en caso de que sea algo que no podamos cambiar, estaremos tranquilos al saber que crecerás en una familia llena de amor. Algo que —miró a Harry—prometimos brindarte, pero no pudimos. Espero que algún día nos perdones

—No hay nada que perdonar, Remus. Hicieron lo mejor que pudieron

—Eso no es cierto, Cachorro—Saltó Sirius—Esa noche no tenía que haberte dejado solo; entregarte a Hagrid o haber ido tras Peter. El dolor me cegó

—Canuto… fue lo mejor

—No lo fue, padrino—Teddy volvió a hablar—, pero—miró a Sirius—no fue del todo tu culpa, tío Canuto. —El hombre no pudo evitar sonreír y mirar a su amigo—Muchas cosas pasaron esa noche, cosas que no supimos hasta después. Cosas que hicieron que las elecciones que tomaste no fueran del todo tuyas.

—¿Estas sugiriendo…—Remus tragó—qué estaba bajo imperius?

—Sabes que hay más maldiciones que el imperius, que son capaces de hacer que una persona este bajo tu control. —Hermione no pudo evitar mirar a su mejor amigo y luego al director, quién extrañamente tenía su varita en mano. —Pero no es algo que me corresponda a mí contar, de hecho, no sé si estaba contemplado en lo que esperábamos que supieran.

—No—Habló un encapuchado—, pero si tío Canuto quiere saber…—Todos miraron al hombre, quién asintió vigorosamente en respuesta a la pregunta no formulada—Está bien, ya alguien cercano a él, lo contará en su presentación— Teddy asintió y miró a Narcissa antes de continuar

—Después de todo somos familia, así que, se podría decir que cuando descubrí que eras mí tía abuela, no te pudiste librar de mí—Bromeó—. Al igual que el abuelo Lucius—Pero esta vez sí, un pelirrojo que estaba conteniendo la ira, no la iba a dejar pasar.

—¿Pero acaso te volviste loca, Hermione? ¿Cómo vas a dejar que esa familia de motífagos se acerque a Teddy? ¡Cuando ellos mismos fueron los que mataron a sus padres! —Gritó rabioso, mientras se levantaba de la mesa, haciendo que toda la emoción de la presentación fuera reemplazada por sorpresa—Y tú Harry, entiendo que debías cuidar a mi hermana y sobrino, pero ¿para eso aceptaste ser padrino? ¿para abandonarlo? —El mencionado lo miró indignado y furioso, pero cuando iba a responder fue interrumpida.

—Señor Weasley—llamó el hombre de la tarima—le pido encarecidamente que se siente y se tranquilice. Usted mismo lo dijo, fueron decisiones de mis padrinos. Cada uno tomó la decisión que creyó correcta y, en todo caso, tendría que ser yo el enojado con mi padrino, no usted. —Posó un instante la mirada en Harry—Pero aclaro, no lo estoy. Fuiste un gran padrino y padre esos años; siempre intentabas mantenerte en contacto cuando me fui a vivir con mamá Mione, aunque te resultaba difícil, ya que vivimos en Francia casi toda mi adolescencia. —Volvió a mirar a Ron y su tono cambio a uno que reflejaba su disgusto—Sin embargo, cuando decidí ser auror, fue más que un simple mentor; me enseñó todo lo que sabía y me apoyó sin dudarlo. Pero sobre todo le doy gracias porque, equivocado o no, su decisión me permitió crecer en una familia llena de amor, principios y sin que me faltara nada.

—Obviamente que no te iba a faltar nada, sin duda te adopté como un hijo más, pero tranquilo, ahora que se lo que te espera, haré que tu padrino recapacite y cumpla con sus obligaciones. Tampoco sé porque fuimos a Francia, pero veras que no será necesario esta vez, por lo que tendrás a verdaderos abuelos con los que crecer y no un par de motífagos sin escrúpulo.

Cuando Ron terminó de hablar, Alex ya estaba parado con su varita en alto listo para hechizarlo, pero para su frustración, esta salió disparada hacia la mano de una encapuchada que negó con la cabeza. Así que el moreno miró a Teddy, quien asintió, antes de volver a sentarse de mala gana, mientras su amigo volvía a posar la vista en el pelirrojo.

—Disculpe Señor Weasley y créame que intento seguirle el ritmo, pero más aún tener paciencia, cualidad que avisamos no poseemos en abundancia. Sin embargo, dado que soy el adulto aquí, le preguntaré ¿Qué le hace pensar que usted tiene algún derecho en mandar sobre mi vida? O peor aún ¿Creer que usted me crio? No recuerdo haberlo llamado papá, como dije que lo hacía con el hombre que me dio un hogar.

—Pues es obvio, dijiste que el esposo de Mione es como tu padre, es claro que soy yo, aunque supongo esperas que nuestros hijos lo confirmen.

Comentó sin más Ron, como si lo dicho fuera lo más obvio del mundo, mientras se encogía de hombros. No obstante, en el comedor, esto causó diferentes reacciones.

Cierto príncipe de Slytherin tenía los puños tan fuertemente apretados que sus nudillos estaban blancos; otro grupo de serpientes parecía hacer un gran esfuerzo para no lanzar el contenido de sus estómagos; una pareja de rubios lo miraba con vergüenza y asco.

Hermione no podía creer lo que escuchaba, si bien creía que el chico del que estaba enamorada solamente la veía como su mejor amiga, estaba segura que se enfriaría el infierno antes de que ella se casará con la comadreja Weasley. En todo caso, si en su destino estaba que debía terminar con alguno de esa familia, era capaz de ir a buscar a Charlie de entre los dragones, antes que soportar los modales de Ron en la mesa por el resto de su vida. Claramente si en algún momento se confirmaba que estaba casada con él, comenzaría a cuidarse de las pociones de amor, lealtad o de los hechizos de compulsión.

Mientras tanto en la mesa de encapuchados: una pelirroja, apretaba los puños y dejaba caer algunas lágrimas; tres hermanos, que aún permanecían sentados, tenían la misma expresión que sus abuelos y el resto de la tercera generación, junto con la pareja que se encontraban parada en la tarima, soltaron una sonora carcajada.

—Sinceramente Señor Weasley, nunca creí que tuviera aún menos sentido común que en el futuro—Dijo una encapuchada, mientras se acercaba a devolver la varita a su esposo en la mesa de los leones, mirando de frente a Ron, quien solo podía ver la oscuridad absoluta en donde debería ver un rostro.—Pero escúcheme bien, Señor Weasley…Usted, jamás podría tener una mujer como mi madre de esposa, jamás podríamos ser sus hijos.—Su voz era tan fría y plana, que sentías como te helaba los huesos a medida que salían de sus labios, como si cada palabra fuera mortal.

—Para que sepa, —Habló el encapuchado que todos sospechaban que era hijo de Hermione— en el futuro, con ese pensamiento destruyó a su familia.

—Allá—Volvió a hablar la chica, señalando a los encapuchados— tiene hijos esperando, hijos que por cierto no merece—Ron iba a hablar, pero no encontró su voz. Alguien le había lanzado un hechizo silenciador—Así se quedará lo que reste de la presentación de Teddy—Se enderezó y miró al comedor—y como otro tenga la osadía de hablar mal de las familias de la gente que aprecio, créame que rogará por un cruciatus en vez de lo que le haré.

Las serpientes se estremecieron notablemente al imaginar algo que podría ser peor que un crucio. Ron estaba rojo de ira, apretaba los puños y gritaba, a pesar de que ningún sonido salía de su boca.

Por otra parte, la castaña miraba a la encapuchada con el ceño fruncido. No sólo le acaba confirmar que tenía hijos, sino que más de uno y para su tranquilidad no estaba casada con el trol. Esto ocasionó que no prestara atención cuando el resto de los Weasleys se acercaron para ayudar a su hermano e intentaron repetidamente cancelar el hechizo...al menos hasta Teddy volvió a hablar.

—Es en vano, no conocen el hechizo que uso—Se encogió de hombros, entre tanto veía a la chica volver a su lugar—Como dijo mi hermanita—Le regaló una sonrisa tierna— después de que termine mí presentación, solo desaparecerá...—La familia de pelirrojos lo fulminó con la mirada, antes de seguir intentando, por lo que él sólo resopló—Bueno, para finalizar…mi patronus es un lobo, igual al de mis padres y estoy casado con el amor de mi vida—Miró a la encapuchada a su lado con los ojos llenos de adoración y luego a sus padres—y tenemos dos hermosas hijas, Nymphadora Jean y Faye Asya Lupin.

—Y yo que creía que mi madre era la única loca de ponerme así, me imagino que todos la llaman Jean—Los encapuchados negaron con la cabeza, divertidos.

—Ella es orgullosa de su nombre. Aunque la llamamos Dora, porque si le decimos Jean, a veces confunde si está mamá Mione en el mismo lugar, ya que en el futuro la llamamos Jean—Eso tomó por sorpresa a todos los amigos de la leona, pero al parecer no a ella

—Veo que seguiste la tradición de los Black—Comentó Andrómeda—Aunque nunca escuche los nombres de tu segunda hija. — Bueno eso es todo, creo que ya deberíamos ir a la cama, fueron muchas emociones por hoy.

—Así es, abuela. De hecho, todos los que contamos con sangre Black en el futuro la empleamos. Sentimos que es una forma de mantener a todos los que amamos y ya no pueden acompañarnos, un poco más cerca. —Le explicó Teddy con nostalgia— Faye es un cráter que se encuentra en la luna. Dado mi padre y su relación con ella, además que la llegada de mi pequeña fue bastante complicada para nosotros, por todo lo que se estaba desarrollando en ese momento…

—Nació prematura—Intervino la encapuchada que todos reconocieron como la esposa de Teddy—Sufrí una perdida familiar muy importante y eso adelanto el parto. Creíamos perderla, por eso su segundo nombre Asya, "nacida a través del dolor". Tanto su llegada, como ella misma, dejo un cráter en nuestra vida, tanto por el dolor, como por su belleza. —Aunque muchos estaban bastantes curiosos, nadie se atrevió a preguntar al respecto.

—Creo que fueron demasiadas emociones por un día—Teddy atrajo la atención con un aplauso—Así que considero que lo mejor, es que todos nos vayamos a descansar para poder reflexionar y procesar todo lo que acaban de aprender.

Dado que la presentación había terminado, el hechizo de silencio fue levantado, por lo que cierto pelirrojo intentó ir tras Hermione, al mismo tiempo que el director invitaba a todos a retirarse e indicaba a los visitantes que usarían la torre de premios anuales. Aprovechando esto, Hermione, luego de saludar rápidamente a Teddy, logró de forma muy efectiva eludir a Ron y encerrarse en su habitación. Esto también fue gracias a su ahijado, quién se interpuso más de una vez en el camino del Weasley mientras se dedicaba a saludar a sus abuelos; tíos; padrino y por último a sus padres con quienes se fue, abrazándolos fuertemente, entretanto compartían algunas historias para recuperar el tiempo que les fue arrebatado

La castaña tenía demasiado en que pensar, pero, sobre todo, aunque sabía que su plan funcionaría, no entendía porque ahora sus hijos y los de sus amigos, venían a contar en lo que ella hacia años estaba trabajando. Eso podría estropearlo todo y poner en peligro a los que ella buscaba salvar en este tiempo.

Sin embargo, según lo que dijeron, esto había sido planeado por las mentes más capaces del futuro, por lo que era imposible que ella no estuviera involucrada o no ayudara a idear este viaje, o acaso "¿Morí en esa tercera guerra que mencionaron? Todos los que se presentaron hablaron de cosas que cada uno hizo antes de esa tercera guerra y de las muertes de la segunda, pero parecen querer esperar para revelar más sobre la siguiente ¿Por qué?". Soltó un suspiro, mientras corría las cortinas para disponerse a dormir, resignándose de que la única forma de obtener respuestas, era esperar las demás presentaciones.

Sin embargo, cuando cerró los ojos, su mente involuntariamente comenzó a repasar todo lo que sabía hasta ahora: Ella tenía una hija y dudas sobre un hijo, a pesar de ello, la joven había dicho "Hermanos" plural " ¿Tengo más de dos hijos? De ser así ¿Cuántos? Pero todavía más importante ¿Con quién me habré casado? Por suerte no enloquecí y me casé con Ron; Harry tampoco es una posibilidad…tal vez, tal vez…"-Sacudió su cabeza, queriendo alejar ese pensamiento " Lo último que necesito ahora son falsas esperanzas"

Tras lograrlo, dejo que su mente divagara en lo demás que había aprendido hasta el momento. Recordó que Alex le confirmó que logró cumplir sus sueños con respecto a las legislaciones sobre las Criaturas Mágicas, pero no estaba segura si eso al final sirvió de algo, ya que no existía el Ministerio en el futuro. Tal vez era solamente cuestión de esperar a esa nueva entidad que se dispuso a cambiar el mundo mágico para que hiciera los cambios, de ser así, sus ideas y formas pasarían a ser obsoletas.

" ¿O tal vez todo ese cambio comenzó con mis legislaciones? ¿Será que llevé el proyecto a otro nivel o que ayudé a esta nueva organización a deshacerse del Ministerio? No, claro que no. Eso es demasiado… no, no, sería demasiado soberbio de mi parte pensar que sería capaz de algo así… ¡Maldito, Dragón! Ya comenzaste a contagiarme tú gran ego"-A pesar de todo, ese último pensamiento hizo que sonriera, antes de dejar ir toda su frustración con un suspiró y tallarse la cara, tras darse cuenta de que le faltaban demasiadas piezas aún como para comenzar a entender su futuro.

Así que esta vez realmente se resignó a que sólo le quedaría esperar a las demás presentaciones y ver lo realmente que le deparaban los años venideros. No obstante, ella estaba segura y feliz por algo…

Ella había logrado salvar a su familia.