HooolA, perdón por no actualizar más rápido pero he estado enferma. Pero esta historia me encanta y la voy a Terminar . Perdón por los capítulos tan cortitos. Prometo capítulos más largos la próxima vez. Gracias a las que le están dando una oportunidad. Gracias por leer.
CAPÍTULO X
El piso de Mármol se veía interesante en estos momentos, su mirada se fijaba en los grabados que tenía tan perfectamente alineados. Sus pies apenas rozaban el suelo. Las manos entre las piernas y la cabeza baja indicaban un claro miedo a lo que sucedería a continuación. No entendía como había perdido la compostura, pero no era para menos, habían tocado fibras muy sensibles para él en estos momentos. Odiaba ese lugar. Desde que llegó solo había recibido miradas frías y burlonas. No tenía amigos, pero tampoco le interesaba hacerlos, solo quería que alguien, quien fuera se lo llevara de ahí. Frente a él, el adulto esperaba con un bolígrafo en mano escribiendo unas notas. Acababa de terminar una llamada.
-Tu Madre viene en camino- le dijo con un toque de satisfacción. El no contestó, ni siquiera levantó la mirada. Quería llorar, pero no quería hacerlo delante de ellos ni del hombre frente a él. Le dolía el labio y sentía que se le empezaba a inflamar. Seguro su Madre lo reprendería por haber manchado de sangre la fina camisa de lana. El niño junto a él lloraba victimizándose delante de quien al parecer era su Padre. Tenía la nariz rota y le sangraba todavía. Al parecer él llevó la peor parte de los dos. No tardó mucho tiempo, cuando unos tacones empezaron a resonar por los pasillos. La puerta se abrió estrepitosamente. Doyun se hundió más en su silla, si es que esto era posible. Jandi lo miraba claramente enojada.
-¿Qué hiciste? Le dijo ignorando a los demás presentes. Te dije que no quería problemas. –
El director se puso de pie nervioso.
-Señora Gu. Disculpe que la mandara a llamar así de improviso. -
Ella volteó a verlo dándose cuenta por fin de su presencia. Y hablándole con autoridad y enojo le dijo:
- Usted solo tenía un trabajo y era mantenerlo cómodo y evitar que se metiera en Problemas! ¿Tan difícil es eso? Creo que los pagos han llegado puntuales. ¡Es lo mínimo que esperaba de sus servicios!-
Le dijo con los dientes apretados. El hombre claramente nervioso trató de defender su punto.
-Señora Gu, lo hemos estado vigilando pero esto se nos salió de las manos. Estaban en el patio de juegos y de pronto se fue a los golpes con el joven aquí presente. –
Jandi lo miro de reojo. Y antes de que el Padre de este hablara, se dirigió de nuevo a él.
-¿No lo mato o si?-
-Nnoo, Señora … pero…-
- Entonces no es grave lo qué pasó.- lo interrumpió.
- No quiero que vuelvas a llamarme por estupideces como esta!- Después tomó la mano de Doyun y lo sacó de ahí.
Lo llevo a un jardín apartado y se puso frente a él de brazos cruzados.
-¿Qué te sucede? Nunca antes te habías metido en líos. Eres un Gu y el Heredero de Shinwa, no puedes ir yéndote a los golpes. Eso no ayuda a tu reputación.
-Lo siento Mamá! No pude soportar que hablaran mal de Papá! –
-Mucha gente habla mal de tu Padre. Deberías de estar acostumbrado. –
- También hablaron cosas sobre ti- dijo Doyun todavía cabizbajo. Jandi se quedó un momento en silencio, no se esperaba eso.
-Sabes que no me importa lo que digan de mi!- le contestó.
Doyun levantó la cabeza y la enfrentó por primera vez.
-¡Pero a mi Si! Se que aparentas ser Mala pero no lo eres. – Jandi lo miro fijamente sosteniendo su mirada.
-No quiero que vuelvas a exponerte. Tienes que cuidar tu posición.-
-¡Quiero irme de este lugar! ¿Por qué me tienes aquí?- le dijo con los puños apretados y elevando la voz.
-Aquí vas a aprender modales. Regresa a tu habitación. Doyun seguía mirándola con aprehensión. Se dio la vuelta y se fue. Jandi le siguió los pasos hasta que se perdió de vista. Se puso sus lentes oscuros y se dio la vuelta para irse.
Habían pasado algunos días desde que Jihoo se había encontrado con sus amigos. Pronto iniciarían las campañas y eso lo mantenía muy ocupado. El concierto en el centro SuAM para beneficencia, lo ayudaría a conseguir votantes. No sabía nada de Doyun y eso lo tenía preocupado. Quería verlo y saber que estaba bien. Pero Jandi había sido clara. No lo vería hasta que firmaran el contrato matrimonial. Woobin aún no les avisaba del día de la entrega y eso también era algo que lo tenía con pendiente.
-Senador- le habló su secretaria por el intercomunicador.
-Si, dime MigYung-
-Tiene una llamada por la línea privada-
-¿Quien es?-
- Solo dijo que es sobre el contrato. – Jihoo de inmediato puso toda su atención.
—Pásamela! De inmediato! Y no me pases más llamadas. -
-Claro que si! Enseguida!-
-Hola Bombero!-
-¿Qué pasa Jandi?-
-¿Asi saludas a tu futura esposa? No hay un, ¡Te extrañaba! O un ¡Estaba pensando en ti?!- Jihoo se tocó el puente de la nariz.
- Sabes que lo nuestro tiene todo, menos una relación de enamorados. ¿Ya tienes los documentos?-
- Bien! ¡Quieres ir al grano!. Así es, Senador. Están listos. Si quieres venir a revisarlos y fijar de una vez la fecha.-
-Voy ahora mismo. Entre más pronto, mejor. –
-Me gusta que no andas con rodeos. Te espero entonces. –
-Te veré entonces- La llamada se cortó. Estaba hecho y no había vuelta atrás. Jihoo se quedó un momento pensativo, luego con determinación, Se levantó, tomó su saco y salió de allí. Solo le dijo a su secretaria que no lo molestaran hasta que él se comunicara.
Jandi se encontraba fumando su habitual cigarrillo en los jardines de la Mansión Gu. Pensaba en que pronto una gran parte de sus problemas pronto serían resueltos. Jamás pensó pasar de ser la señora Gu a ser la Señora Yoon, y posiblemente la Primera Dama del País. Las cosas pintaban muy bien. De pronto, su expresión cambió al mirar a lo lejos del jardín.
-¿Qué hace aquí ese idiota?- dijo en voz alta. Tiro su cigarrillo y se acercó.
- Sigues de mandadero de mi Suegra? ¿Cuántas veces tengo que decirles que no me gustan las visitas sorpresas?-
- Me da gusto verte bien, de hecho! Mejor que bien!- le dijo lanzándole una mirada lujuriosa. Jandi hizo una mueca de asco.
-¿Qué quieres Woong? No quiero ver tu cara más tiempo dentro de mi casa. –
- Bueno, vine porque tu suegra insiste en ver a su nieto y me mandó a ver si ya estaba aquí, pero si hablas de lo que yo quiero… entonces si me lo das pronto, podré irme pronto-… le dijo acercándose a ella peligrosamente y acorralándola con la pared. Jandi sintió miedo y repugnancia al ver la cercanía del Hombre.
-¿Qué te sucede Woong? – le dijo ella ya un poco vacilante. -¿Quieres que Jun Hee te odie?- El hombre hecho la cabeza hacia atrás riéndose.
-¿Y crees que ella va a creerte? El único en este mundo que podría haber puesto las manos al fuego por ti, está tres metros bajo tierra. Es mejor que cooperes. Además, sé de tu reputación, estás pidiendo esto a gritos-
-Té lo advierto Lim Woong. No des un paso más. Me produces asco-
El transformó su cara a una de locura e ira, la abofeteó y después la tomo del cuello. Empezó a olfatearla, mientras Jandi trataba de zafarse al sentir que comenzaba a faltarle el aire. Con la otra mano intentó tocarla debajo de su escote. Jandi derramaba lágrimas de odio y de impotencia. De pronto sintió que su cuello se Liberaba y el aire volvió a sus pulmones. Se tiro al piso a cuatro patas tratando de recuperarse.
-¡Suéltala, Animal!- escuchó que alguien dijo. Trato de enfocar y solo vió cómo un Hombre alto de cabellera dorada era su liberador. El hombre puso sus manos en señal de rendición.
-¡Calma Jihoo! Solo estábamos jugando. ¿Verdad Jandi?-
-¿Crees que soy idiota?- le contestó él. Jandi no quería un escándalo, así que intervino para tranquilizar los ánimos.
-Déjalo! Jihoo! No vale la pena. Vamos a la biblioteca – Jihoo la ayudó a levantarse y siguió a Jandi no sin antes voltear con odio hacia el hombre.
Entraron a la biblioteca y Jandi se recostó en uno de los cómodos sillones de lectura. Todavía se sentía un poco mareada.
-El contrato está sobre el escritorio, puedes revisarlo- Dijo poniendo la mano sobre su frente. Aún sentía el aliento asqueroso de ese Hombre. Quería bañarse y limpiarse cualquier rastro de ese energúmeno. Miro de reojo a Jihoo y lo vio concentrado leyendo el contrato.
-¿Es la primera vez que hace eso?- escucho que le preguntó. Sabía que no se refería al contrato. Ella suspiró.
- Ya había tenido insinuaciones conmigo antes, incluso cuando aún vivía Junpyo, pero es la primera vez que llega tan lejos-
-¿Tienes algún botiquín?-
-Segundo cajón a la derecha- Escuchó como abría y cerraba los cajones y luego se acercó a ella. Sintió como le limpiaba con un algodón con alcohol el labio partido por la bofetada. Sintió que le ardía la herida.
-¡Sst Ahhh!- se quejó
-¡Perdón! Es necesario.- Ella lo miraba concentrado limpiando las heridas. Seguía siendo su Angel Salvador, su Bombero personal, llegando siempre cuando más lo necesitaba.
-¡Gracias! – le dijo. - ¡No tienes por qué hacer esto! Mi ama de llaves puede encargarse. Puedes irte si quieres. –
-Ya casi termino. ¡Listo! – y entonces le regresó la mirada y le brindó una pequeña sonrisa. Jandi se descoloco. Hacia muchos años que no recibía un gesto agradable por parte de él, mucho menos una sonrisa. Era irreal verlo nuevamente.
- Ve a bañarte y descansa. Me llevaré el contrato para leerlo con calma. Te llamaré para acordar la fecha. Se levantó del sillón junto a ella y devolvió el botiquín a su lugar. Tomó la carpeta entre sus manos y se dispuso a salir. Dejó la puerta entreabierta y regresó con una señora de edad. La mujer corrió hacia ella.
-Señora Gu!-
-Estoy bien Señora Chan!-
- Por favor, que esté cómoda y no la deje sola. Dele algo de fruta y un té que pueda relajarla, yo vendré mañana a verla- le ordenaba Jihoo con autoridad.
- Está Bien Señor! – le respondió el ama de llaves, obedeciendo sus órdenes y llevándose a Jandi. Cuando pasaron junto a él, Jihoo la detuvo y pudo ver claramente, la marca en su cuello. Él apretó la mandíbula.
-¡Ese Maldito Imbecil!- expresó con odio. Jandi siguió su camino y por un momento no se sintió sola, se sintió protegida y cuidada.
Jihoo vio cómo se llevaban a Jandi a su recámara. Esperaba que pudiera descansar y recuperarse de sus heridas. ¿Desde cuando sufría Jandi el acoso de ese malnacido? Definitivamente una Mujer sola siempre era vulnerable, así fuera alguien como Jandi. Cuando llegó y lo vio sobre Jandi tocándola de esa forma asquerosa, sintió que le hervía la sangre. Ninguna mujer debe sufrir algo como eso. ¿Por que ella no dejo que le diera unos cuantos golpes? Seguramente para ella era demasiado importante guardar las apariencias. Pero si se lo topaba de nuevo no iba a tener tanta suerte. Y para su felicidad lo vio cuando iba saliendo de la Mansión. Le dio alcance y de un tirón le dio la vuelta y después le dio un golpe a puño cerrado sobre el rostro que hizo que se tambaleara.
-¿Pero que te pasa Imbecil?- le replicó tocándose la mandíbula.
- ¡No vuelvas a acercarte a Jandi! ¿Escuchaste? O no será solo mi puño lo que recibas-
-¿Como te atreves a amenazarme? Te recuerdo que soy el contador de la Familia?-
- ¡Me importa un carajo que seas! No te quiero volver a ver en esta casa-
- Jajajaja y ¿Quién te crees? Niño rico. No tienes ningún derecho de prohibirme la entrada a esta Mansión que también le pertenece a mi esposa y a mi suegra-
Jihoo se acercó peligrosamente a él con los ojos encendidos de Furia.
-Tengo todo el derecho y toda la autoridad, porque Jandi será mi Esposa y mi Protegida. Así que, es la última vez que te lo repito. No vuelvas a acércate a esta casa y mucho menos a ella-
le dijo amenazante y dejándolo con los ojos abiertos y desorbitados de la sorpresa.
