Hooola! Como están? Gracias a las que le están dando una oportunidad a esta historia. Pensé que sería de pocos capítulos, pero creo que va a alargarse un poco. Espero puedan llegar al final. Quiero decirles que espero les esté gustando. Se que para muchas es una historia rara, pero me gusta la intriga y el misterio. Había pensado en desistir y dejarla porque parecía que les estaba causando molestia, pero he visto algunos buenos comentarios, y lo agradezco. Pero bueno, es mi historia a final de cuentas y he decidido terminarla. Gracias y espero disfruten este capítulo.
CAPÍTULO XIV
La cena había sido deliciosa. Su Tío había escogido un Menú variado para que él pudiera disfrutar, y ese batido de banana fue de lo mejor. No recordaba cuando había sido la ultima vez que disfrutó una comida. Lo mejor de todo, es que había compartido la mesa con él y con Mamá. Ella estuvo callada la mayor parte del tiempo, no hizo comentarios que lo hicieran sentir mal. En lugar de eso, solo se preocupó de que no comiera demasiado, pues podría tener algún malestar después. Su Tío, en cambio, estuvo de lo más animado platicando con él y haciéndole preguntas. Le hacía bromas y se sintió cómodo y feliz. Le hizo recordar cuando bromeaba con Papá. Lo extrañaba tanto, la tristeza lo invadió al saber que no volvería a verlo. Aún tenía en su memoria la última plática que compartieron. Aún no entendía muy bien qué quiso decirle, esperaba saberlo algún día. Su semblante, en esos momentos, no se veía bien. Se veía enfermo. El intuía que estaba despidiéndose, y no se equivocó.
Seis meses antes…
Doyun se encontraba en su habitación ordenando sus juguetes. Apenas había terminado sus deberes escolares. Su Madre no quería que fuera un holgazán, así que siempre tenía que tener todo limpio y ordenado, de lo contrario, recibiría un castigo. Debía apresurarse porque pronto llegarían sus tutores para las clases extraordinarias. Era agotador no tener tiempo para jugar o descansar un poco. Tocaron la puerta, el volteó pensando que era su Madre, pero sonrió cuando vio que era Papá quien había entrado. De inmediato corrió para ayudarlo a caminar. Tenía varias semanas postrado sin levantarse, así que llegar hasta donde estaba él, debió suponer un gran esfuerzo.
-¡Ven Papi! ¿Por qué te levantaste? Mamá dice que no debes esforzarte mucho. Si querías verme, me hubieras mandado a llamar-
Junpyo le sonrió con cariño, mientras recibía su ayuda para llegar hasta su cama y poder sentarse.
-Quería hablar contigo aquí en tu habitación. Necesitaba verte en tu lugar seguro para saber que estarás bien-
-¿Por qué hablas así Papá?, pronto vas a recuperarte. Solo debes tomar tus medicinas. Prometiste que iríamos a la Isla Caledonia cuando te pusieras bien- Junpyo sonrió tristemente, sabía que no se recuperaría, cada vez se sentía más enfermo. No sabía cuantos días le quedaban, antes de irse para siempre, no podría cumplir esa promesa. Le revolvió el cabello cariñosamente para contener las lágrimas.
-¡Es cierto, lo había olvidado! ¡Qué tonto soy ¿verdad?, Aunque vine para hablar contigo de algo importante-
-¿Qué pasa Papi?-
-Quiero decirte primero, que estoy muy orgulloso de ti. Eres un niño muy listo y sé que lograrás hacer todo lo que te propongas. Nunca olvides que eres mi Orgullo- Doyun sonrió a medias, las palabras de su Padre tenían un dejo de nostalgia y no se sintió bien. Junpyo siguió hablando.
-Debes saber, que hay personas malas que no quieren a nuestra pequeña familia. Y harán todo para ponernos en contra. Quiero decirte, que veas lo que veas, y pase lo que pase, nunca desconfíes de tu Madre. Y tú, debes protegerla a toda costa, incluso si ella no quiere. Se que la relación entre ella y tú nunca ha sido buena. Pero debes saber que en el fondo, ella te ama tanto como yo te amo a ti- Doyun bajó la cabeza.
-No, Papi. Tú si me quieres. Mami nunca ha sido buena conmigo. No sé qué le hice para que siempre me trate mal-
Él tomó la barbilla de su hijo para levantarle el rostro.
-Tu no has hecho nada malo. Es solo que Mamá ha sufrido mucho, y eso la hizo muy dura. Pero sé que ella necesita cariño, y también sé que en el futuro, va a necesitarte más que a nadie-
-Hablas como si te fueras a ir- Junpyo apretó los labios.
-Doyun. Si yo llego a irme. Quiero que seas fuerte, eres un Gu, y los Gu, nunca nos dejamos vencer- Doyun empezó a derramar lágrimas.
-Sigues hablando como si te estuvieras despidiendo. ¡No quiero que te vayas! No quiero que me dejes solo-
-No estarás solo. Yo siempre estaré contigo, aquí- Tomó su pequeña mano y la puso en su pecho. – y aquí- y la movió a su cabeza.
-Porque yo soy Tú y viviré en ti, mientras tú me guardes en tu memoria- Doyun permanecía con la cabeza baja, su pecho subía y bajaba debido al llanto que estaba por salir, las lágrimas se estaban haciendo incontrolables.
- Mírame, Doyun. Levanta el rostro, no dejes que nada te derrumbe, ni siquiera mi ausencia- El Niño levantó la cara, Junpyo tragó saliva para no llorar junto con él. Le dolía ver su rostro bañado en lágrimas, su sufrimiento era el de él. Sentía tanta impotencia al saber que lo dejaría solo. Pero tenía que darle las armas para defenderse.
-Doyun. Solo hay una persona que puede sustituirme-
-Nadie puede sustituirte, Papá-
-Escúchame, Doyun. Tu Tío, Yoon Jihoo, es el único que puede apoyarte, y quien te protegerá cuando las cosas se pongan feas. Ten esto. Dáselo a tu tío cuando sientas que necesite ver con claridad- y le entrego una cajita.
-¿Qué es esto?-
- Solo tu tío, sabrá que es. Se lo darás cuando lo veas flaquear. El será tu apoyo, él logrará encontrar la verdad. Confía siempre en él. También… es el único que podrá ayudar a tu Mamá. Tienes que hacer que confíe en ella. Ustedes tres deben estar unidos-
- ¿Tio Yiyo regresará?-
-El lo hará. También vendrán tus tíos Woobin y Yi Yeong. Ustedes son familia. No confies en nadie más, a parte de ellos-
-¿Y la abuela?- Junpyo apretó los labios. -Doyun, los únicos a los que les confié mi vida, fue a ellos. Y sólo a ellos puedo confiarles la tuya, y tú vas a hacer lo mismo-
-Está… bien …Papá- Decía con la voz entrecortada por el llanto. Junpyo halo de él y lo abrazó, mientras le acariciaba la cabeza arropándolo en su pecho para consolar su llanto.
-Te amo Hijo-
-Yo también te amo Papá-
Doyun no pudo evitar derramar unas lágrimas al recordar ese momento con su Padre. Sacó de su mochila, la cajita que le dio ese día. No la había abierto, su Padre fue muy claro al decir, que sólo su tío Jihoo podía ver su contenido. Pero la llevaba consigo a todas partes, para sentir que su Papá estaba con él. Se metió en la cama con la cajita en la mano y la puso debajo de la almohada. Siempre hacia eso, para imaginar que dormía junto a él. Tocaron su puerta y una cabellera dorada se asomó.
-¡Hola campeón! ¿Estas listo para dormir?-
- Si tío- Jihoo se acercó a él y se sentó en los pies de la cama.
-¿Te gusto la cena?-
- Estuvo espectacular, estoy satisfecho pero hubiera querido no estarlo. Me quede con ganas de más- Jihoo río al escuchar su entusiasmo.
- Me alegra que te haya gustado. ¿Te gusta tu habitación?-
-Está estupenda, tío. ¿Ese es tu violín? – le preguntó señalando un hermoso violín colgado en la pared.
-¡No! Ese es tuyo. Se que dominas el piano y el chelo. Pero quiero que también aprendas a tocar el violín. ¿Te gustaría?- El Niño de sento con los ojos desorbitados de la emoción.
- ¡Siempre quise que me enseñaras!- luego bajo la mirada. – Pero… ¿Cuándo lo harás? Yo… debo regresar al internado.
- Eso vamos a arreglarlo. Por eso habilite esta habitación para ti. En cuanto pueda, te sacaré de ese horrible lugar. ¿No te gusta, verdad?-
-¡Lo detesto!- Jihoo sonrió a medias al escucharlo. Ahora es cuando más quería protegerlo. Así que se lo hizo saber.
- Doyun, se que extrañas a tu Papá. Yo también lo extraño. Pero quiero que sepas, que yo estoy para ti. Ahora estás bajo mi cuidado. Y seré tu apoyo cuando me necesites. – El Niño lo miraba aprehensivamente, confirmando lo que su Padre le había dicho antes de morir. Recordó lo que sucedió cuando llegó unas horas atrás, así que decidió preguntar para despejar su duda.
- Tio, ¿Por qué Mamá dijo tu apellido cuando llegamos? ¿Por qué te llamó, su Marido?- Jihoo se puso serio, sus ojitos interrogantes hacían que él dudara en decirle todo. Pensaba que tal vez, iba a enojarse. Probablemente le reclamaría pensando que estaba queriendo tomar el lugar de su Padre. Más sin embargo, no podría explicarle el verdadero motivo de sus decisiones.
- Yo… me casé con tu Madre ayer- Doyun abrió grande los ojos.
- ¿Te casaste con Mamá?- Jihoo estaba muy nervioso. Tenía miedo de su rechazo. Asintió lentamente confirmando la pregunta.
- lo hice- Jihoo esperaba que le gritara, le pegara o lo insultara, pero nunca se imaginó lo que sucedió. A Doyun se le iluminaron los ojos y ensanchó una enorme sonrisa, se abalanzó hacia él con entusiasmo.
- ¡No puedo creerlo Tío! Es la mejor noticia que podrías darme. ¡Gracias! - De pronto lo sintió temblar, Jihoo se asustó, pensó que le estaba pasando algo malo. Lo separó un poco y se dió cuenta que estaba llorando.
-Doyun, ¿Qué tienes?-
-Nada Tío, es sólo, que estoy muy feliz- Jihoo sonrió con ternura. Volvió a abrazarlo y le acarició la cabeza.
- Haré lo mejor que pueda para ser un apoyo para ti. Ya no vas a estar solo. Me tendrás a Mi-
-Lo se tío- cuando se hubo tranquilizado, lo miro de nuevo y volvió a interrogarlo.
- Tio, ¿Te casaste con Mamá porque te enamoraste de ella?- Jihoo se quedó pensando cómo responder a eso.
- Me casé con ella para estar cerca de ti y protegerlos a ambos-
- ¿No la quieres entonces?-Jihoo suspiró . Doyun era tan inteligente y perceptivo. Sabía que no podría mentirle. Así que decidió hablarle con la verdad, así se ganaría su confianza.
- No voy a mentirte, porque desde hoy quiero que siempre confíes en Mi, y que sepas que siempre hablare con la verdad. Creo que eres un Hombrecito muy inteligente para entender perfectamente algunas situaciones- Tomó aire y fijó su mirada en su pequeño rostro.
- No la amo. Pero tampoco siento odio o rechazo hacia ella. Sin embargo, siempre trataré de protegerla y de ver que esté bien. Tu eres mi prioridad- Doyun bajó la mirada decepcionado. Hubiera deseado que estuvieran enamorados. Quizás eso haría que su Mamá cambiara y fuera buena.
-¡Oye! No te pongas así. Al menos estaremos juntos, ¿no? – le dijo tocándole la barbilla.
- Mamá no era así. Ella cambió mucho. Pero sé que es buena, aunque se vea como si fuera mala. Papá también lo creía- Jihoo le sonrió con sinceridad.
- Apuesto a que si-
- Ojalá algún día te enamores de ella-
- No sé si eso pase, pero… desde ahora somos una familia. ¿no te gusta eso?- Doyun volvió a sonreír.
-Me encanta-
- Ahhh te encanta. ¿Y esto te encanta? -Jihoo metió sus manos por debajo de su pijama para hacerle cosquillas. Doyun se revolcaba de risa. Sin que ellos se dieran cuenta, Jandi los espiaba detrás de la puerta en silencio. Había querido ver dónde dormiría su hijo. Escuchó cuando Jihoo mencionó que no la amaba. No sabía por qué, pero deseaba que eso no fuera así. Al ver como reían con complicidad, sintió que algo se removía dentro de ella. Doyun había perdido su sonrisa desde que Junpyo había enfermado. Volver a oír su risa era extraño, y hasta cierto punto tranquilizador. Salió sigilosamente hacia la habitación que le dieron. Estaba a una habitación de la de Doyun. En medio había otra, pero no sabía si estaba vacía. Se tumbó en la cama mirando hacia el techo. Luego vio a su alrededor, y se dió cuenta que era la misma habitación que usaba cuando se quedaba a dormir durante los años universitarios. Lo que significaba que la habitación de a lado era la de… y en ese momento, escuchó como se abría y cerraba la puerta contigua. Había olvidado que siempre a media noche se colaba hacia allí, para dormir tranquila en las noches de tormenta o cuando tenía pesadillas. Se giró hacia su costado. Eran tan cercanos en ese entonces. Se preguntó si él también recordaba eso. Seguramente no. Era un pasado que ambos se habían encargado de borrar. Ella misma no lo recordaba, pero al estar ahí, era inevitable no rememorar esos días. No la amaba. Lo había dicho sin titubear. De nuevo la opresión en el pecho. Cerró los ojos y suspiró. Era mejor así, aunque, ¿Qué pasaba con ella? ¿Por qué de pronto tenía la necesidad de estar cerca de él? Se tocó los labios. Tampoco podía olvidar el beso que compartieron. Y esa tarde en el jardin, sus emociones la traicionaron. Tenía que controlarse de lo que sea que estaba experimentando. En estos momentos, no podía permitirse un romance verdadero. Ya había amado con intensidad y no salió bien. No quería que la historia se repitiera. Estiró la mano para apagar la luz de noche, pero aún permanecía con los ojos abiertos. Le urgía un cigarrillo, maldecía el hecho de haberlos olvidado, sobre todo, porque el motivo estaba justo en la habitación de a lado. Sin embargo, sabía donde estaba el bar de esa casa. La conocía muy bien. Se puso las pantuflas y se dispuso a salir. Le costó un poco de trabajo debido a los pantalones largos del pijama que le habían dado. ¡Al diablo! Se deshizo de los pantalones y se quedó solo con el camisón que le llegaba casi a las rodillas. Suspiró de alivio al estar más cómoda. Tomó su celular para revisarlo mientras bebía un rato. Llegó al bar y enseguida se sirvió una copa. La casa se hallaba en penumbras, la tenue luz del bar le daba un toque de intimidad. Sentir el amargo líquido pasar por su garganta amortiguaba las tribulaciones de su corazón y sus pensamientos. Últimamente no andaba bien con ninguno de los dos. Su celular sonó. Contestó la llamada, tratando de no elevar la voz.
- Esta noche no puedo. Tuve que quedarme fuera-
-¿Cómo puedes ser tan inútil? ¡No puedes cancelar lo de hoy!-
- Si, él no sospecha nada. Tengo que acercarme más pero se están complicando las cosas-
- No quiero involucrarlo. No ahora. No quiero… -
- ¿Qué es lo que no quieres?-
Jandi soltó el teléfono asustada al ser interrumpida tan abruptamente de su conversación telefónica. Su corazón latía precipitadamente. Miraba horrorizada a Jihoo, quien tenía los brazos cruzados y la veía con ojos acusadores. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Volteó hacia el aparato electrónico que permanecía encendido. Jihoo siguió su mirada. Ella se dió cuenta y rápidamente lo tomó para apretar el botón de encendido y apagarlo. Regresó su vista hacia él, que volvía a verla fijamente. Camino hacia ella y tomó una copa. Se sirvió de la botella que tenía abierta. Bebió del líquido bajo su atenta observación. Fijó su mirada en algún punto del bar.
-Ahora eres tú la que no puede dormir. Es raro que hagas negocios cuando tienes insomnio- dijo, y siguió bebiendo. Ya no hizo más preguntas.
-Tu… ¿tampoco puedes dormir?- le preguntó encontrando de nuevo su voz.
-Doyun tiene pesadillas. Parece que no la está pasando bien en el internado. – por fin volteó a verla. - ¿Lo sabías?- cuestionó levantando ligeramente una ceja. Jandi tragó saliva. No sabía por qué se sentía intimidada bajo esa mirada. No pudo sostenerla por mucho tiempo. Volvió a su copa para beber, mientras respondía.
-Doyun tiene que aprender a defenderse. No puede ser un Niño débil-
-¡Voy a sacarlo de ahí!-
Ella asentó enfurecida la copa golpeándola contra la mesa y derramando el líquido. - ¡No lo harás! ¡Doyun tiene que quedarse ahí!
-¿Por qué? Y no me salgas con que, necesita educarse como heredero, porque es una estupidez. Dime.. el verdadero motivo por el que quieres mantenerlo ahí- Jandi no respondió. Solo le sostuvo la mirada.
- Es mi Hijo. No tuyo. Si yo digo que se quede ahí. Se quedará ahí!- Jihoo sonrió de medio lado.
- Eso dices, pero olvidas un pequeño detalle. Junpyo me nombró su Tutor Legal. Supongo que estás enterada. Necesitas mi aprobación para que se quede en esa escuela, ¿no es cierto?-
Jandi se quedó helada. Bajo esas circunstancias, él podía decidir sobre Doyun. Pero era vital que él continuara en el internado. ¿Cómo iba a convencerlo de lo contrario? Al ver que ella no contestaba. Jihoo continuó hablando.
-Debo hacer un viaje mañana. Pero a mi regreso… Le daré de baja y vivirá conmigo-
-¡No puedes hacer eso!- replicó Jandi poniéndose de pie enfrentándolo.
-¿Por qué no? Dame una buena razón, y no lo haré- le contestó poniéndose también de pie.
Gaul se despertó con una molestia en su vientre. Su esposo aún dormía, no quiso despertarlo para no alarmarlo. Últimamente ya se sentía muy incómoda. Estaba segura que era cuestión de días para que el bebé naciera. Bajó a la cocina y buscó algo de fruta, comer algo le Aliviaba los malestares. Sonrió ilusionada pensando en que su bebé tendría un buen apetito. Estaba un poco triste, le habría encantado compartir estos momentos con Jandi. Picaba la fruta imaginando a su amiga diciéndole que agregara semillas y frutas secas, para ayudar en el desarrollo del niño, pues ella no iba a permitir que su sobrino estuviera débil desde el vientre. Antes hubiera sido una situación muy común en su vida, pero ahora era solo una ilusión. Tenía que aceptar la nueva realidad, pero añoraba esos días felices, cuando estaban todos juntos, y Junpyo Sunbae aún estaba vivo. Era divertido verlos discutiendo todo el tiempo por cualquier tontería, pero todos sabían que solo era parte de su relación, pues se amaban con locura. ¿Cómo se perdieron esos días? Jandi cambiaba cada vez más, Jihoo y Woobin se alejaron y Junpyo… solo se le veía muy enfermo. Su esposo incluso, fue apagándose poco a poco, perdiendo su entusiasmo y su alegría y alejándose del grupo. Se dedicó a su vida de casado y a sus negocios propios. Agradecía que con ella seguía siendo amoroso y atento. Pero ella sabía, que también extrañaba a sus amigos. Cuando se enteraron de la muerte de Junpyo, El se fue a su taller y regresó al día siguiente aún con rastros de barro en su ropa y partes de su cuerpo. Tenía las manos rojas debido a las laceraciones producidas por las llagas. No quiso cuestionarlo, sólo lo ayudó a que se aseara y a curarle las heridas. Unos pasos lentos interrumpieron sus pensamientos. Sonrió sabiendo que se había despertado. Él decía que cuando no la sentía junto a él, no podía volver a dormir. Le besó la coronilla y habló con la voz ronca.
-¿Eun Ji tenía hambre?- le preguntó nombrando el futuro nombre de su bebé. Sabían que sería niña, y El decía que sería tan bondadosa y amable como su Madre, por eso decidieron llamarla así.
-Ya sabes cómo es- respondió riéndose. -¿Vas al taller hoy?-
-¡No! Ayer me llamó Jihoo. Nos invitó a desayunar en su casa. Doyun está con él-
Gaul amplió su sonrisa y abrió los ojos entusiasmada.
-¿De verdad? Voy a prepararle su postre favorito. Que alegría. Ya extrañaba verlo-
- Lo se. Creo que solo estará con él unas horas. Así que cancele mis compromisos por hoy, para aprovechar el día-
- ¡Ah! Mejor aún-
- Recuerda que no debes esforzarte demasiado. Te veo cada vez más incómoda-
- Lo estoy. Creo que pronto conoceremos a nuestra niña. Siento que ya falta muy poco- le dijo sonriendo. El sonrió a medias y ella se dio cuenta de que algo le pasaba por la mente.
- ¿Qué te preocupa? Estaré bien. El Hospital Shinwa tiene a los mejores especialistas- Yi Yeong asintió no muy convencido.
- Estaba pensando en que sería mejor que tengas al bebé en otro hospital- Gaul frunció el ceño.
- No entiendo por qué. Es el Mejor Hospital del País. Y mi Médico está ahí. No tendré confianza si voy a otro lugar con gente desconocida. El doctor dijo que debo estar en un ambiente que me dé seguridad y tranquilidad, eso ayuda a reducir las complicaciones por ansiedad- Yi Yeong la miraba para tratar de entender sus motivos. Pero se sentía inseguro por lo que había pasado con el bebé de Junpyo. No podía decirle el por qué de sus dudas, podría causarle estrés y provocar alguna complicación. Pero, tenía miedo. Ahora sabía, que era peligroso en estos momentos. A Junpyo le habían arrebatado a su bebé y aún no sabían quien había sido. Pero, Gaul tenía razón, cambiar de Médicos y de Hospital a tan pocos días del alumbramiento, era muy arriesgado. Por el momento, trataría de que estuviera lo más tranquila posible, ya pensaría en algo para protegerla a ella y a su niña. El no iba a permitir que le pasara algo a sus mujeres.
- Tienes razón- le dijo para tranquilizarla. Es sólo, que es mi primera vez en estas cosas y de repente me gana la ansiedad- Ella le sonrió de vuelta con mejor humor.
- ¡Oh! Iré a ver a la cocinera para que me ayude a hacer el postre. Mientras tanto, arréglate - se levantó de pronto dejándolo solo. Yi Yeong suspiró. Hablaría con Woobin para asegurarse de que todo estuviera en orden. Esperaba que en el viaje a Europa, Jihoo pudiera encontrar algo importante. Así podría sentirse más tranquilo, ya no le quedaba mucho tiempo.
Jandi tragó fuerte. Miraba a Jihoo y deseaba contestar a su pregunta. Pero, él no confiaba en ella. Tenía que sacar un argumento válido, pero era complicado sin decir la verdad. Jihoo la estudiaba con la mirada, al ver que no respondía, decidió abordarla.
-No era sobre Shinwa de lo que hablabas antes de que yo llegara, ¿cierto? ¿Qué haces en las noches Jandi? ¿Te vistes de negro y te pones un velo?-
Jandi sentia latir su corazón desbocado. ¿Él estaba realmente diciendo eso? Sintió que el calor abandonaba su cuerpo. Un sudor frío recorría su frente. Ella no lo hubiera querido, estaba sintiendo cosas por él, cosas que pensó jamás volvería a sentir por alguien. Sin querer, Jihoo se había convertido en alguien muy importante para ella. No esperaba que él se involucrara, ¿Por qué tuvo que hacerlo? Hubiera preferido que otro le hiciera esa pregunta, Woobin o Yi Yeong, pero no él. Su corazón se acongojó, sabía que era un error enamorarse de él, pero estaba cayendo sin remedio. Una vez más, sufriría por esto. Parecía su destino, perder a los Hombres a los que amaba. Con la mirada, quería decirle; "No quería que fueras tú, ¿por qué tuviste que ser tú? Vas a romperme el corazón una vez más. Y no podrás evitarlo". Así que solo le respondió.
- No tenías que hacer esa pregunta- y tomando la botella de vino que estaba bebiendo, lo golpeó en la cabeza. La botella se hizo añicos y Jihoo cayó desmayado.
Jandi corrió a su dormitorio, se vistió rápidamente y salió de la casa, no sin antes voltear con ojos tristes.
- Perdóname! Pero... no lo entenderías- Y se perdió en la oscuridad de la noche.
