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El Ootsutsuki estaba quietó viendo a la joven Kunoichi de Konoha, que aun estaba apoyada en él, parece que estaba sorprendida y aún no se inmutaba en separarse. Aún no la alejo sino se quedo observándola, en especial centrando su mirada perlada en esa cosa que ella portaba en la frente.

Es de aquella aldea. – Pensó serio viendo con desagrado y seriedad el símbolo de la aldea que ella tenía puesto en la frente.

Mirai reacciona y da un salto hacía atrás sacando sus dos cuchillas lo más rápido que pudo, teniendo distancia más segura mientras observaba al Ootsutsuki con cautela y regañándose mentalmente así misma por confiada e distraída.

El Ootsutsuki la observaba intensamente con esos perlados ojos serios que no le quitaban la vista ni un momento, ni para parpadear, su mirada era tan profunda haciendo que un leve sonrojo involuntario apareciera en las mejillas de ella que trataba de mantener su compostura, se sentía incomoda ante esa mirada fría, calculadora e inexpresiva, en especial si la veía de esa forma tan atractiva que tenía.

Retrocede lentamente mientras pensaba en como evadirlo, ya que claramente, no era rival para él.

Se acerca a la Kunoichi con pasos tranquilos, poniéndola más nerviosa, veía esos ojos rojizos escarlata analizándolo desafiante mientras retrocedía con cada paso que él hacía, hacía ella.

Una jovencita un poco interesante y con algo de agallas por no salir huyendo aún, pensando que con esas armas de juguete podría amenazarlo o defenderse.

Veía a la humana con cada pequeño pasos hacía atrás, que hacía movimientos suaves algo atractivos de su pequeña cintura femenina, levantando en defensa sus armas en vuelta en chakra azul afiladas ante él, en un intento de amenaza y se detenga en su lugar. Que chica tan tonta.

Sin darse cuenta, explora su mirada gélida recorriéndola en esa joven humana con interés mientras seguía acercándose a ella. Se veía tan frágil e delicada.

– ¡Quietó! ¡No te acerques! –Le grita amenazante mientras tomaba la postura de defensa e retrocedía cada paso a que el daba hacía ella.

Veía como el largo cabello gris lila azulado del Ootsutsuki se balanceaba elegantemente atrayente por una leve brisa y su andar.

Su piel blanca brillaba ante la luz de la luna, sus ojos perlados con un color lila más oscuro y claros por las sombras, haciendo que se viera tan celestial y perfecto.

¿Por qué sentía que estaba viendo algo hermoso? Sacude esos pensamientos erróneos e intenta concentrarse ante su enemigo.

¿Qué are? No puedo vencerlo, es un sujeto de un rango muy poderoso, casi de fuerte que Hokage-sama y Sasuke Uchiha. – Pensaba viendo al Ootsutsuki en frente, con ese semblante elegante y aterrador acercándose hacía ella.

¿Crees qué con esas armas insignificantes puedes vencerme, niña?Decía muy fríamente serio acercándose más a ella, sin apartar sus ojos en cada movimiento cautivante que hacía la pequeña humana.

¡NO ME SUBESTIMES!Grito la Kunoichi atacándolo con sus armas envueltas de chakra.

Él esquivaba fácilmente los ataques de la chica de un lado y otro, era muy sencillo ver sus movimientos, esto parecía casi un ritual de baile bajo la luna, bonito.

Luego ve que ella hace unos sellos de sus manos y saca una especie de Jutsu de cenizas rodeándolo.

¡Cenizas ardientes!Pronunció la Sarutobi llevando dos de sus dedos a sus labios, lanzado una gran cantidad de ceniza hacía el Ootsutsuki, manteniendo distancia de un gran salto hacía atrás mientras hacía una chispa, provocando una gran explosión, que hizo temblar el bosque y las aves salieran despavoridas del lugar, esa técnica lo había aprendido de Konohamaru no hace mucho.

Le dificultaba un poco dominar el Jutsu pero por el momento le ha salido bien, aunque su desventaja es que le ha consumido bastante chakra, ahora se sentía sin mucha fuerzas. Usó todo el chakra disponible para dispararse a través de los árboles, sin importarle en qué dirección iba, siempre y cuándo estuviera lejos del Ootsutsuki.

Se aleja corriendo hacía el bosque para perderlo, no tenía opción que huir, ya que era bastante obvio que eso no le a hecho nada al Ootsutsuki, ni podría enfrentarlo a su nivel.

¡Él era un ser de otro mundo joder! Siguió corriendo y saltando en ramas, sin descansar, saltando tras árbol y tras árbol horas sin rumbo, su huida a ciegas al bosque no era tan factible y muy lista, por así decirlo pero ante las circunstancias, no tenía otra opción que hacer eso.

Al final se detiene detrás de un árbol grande y grueso, apoyándose sobre el: Descansa mientras trataba de recuperar el aliento, podía sentir su corazón golpeando su pecho como loco. Vaya noche, tal vez debió aceptar la generosidad del señor Ejiko.

Si fuera fuerte, no estaría huyendo. Soy patética. – Pensaba molesta y cautelosa viendo alrededor mientras se calmaba al notar que al parecer no la había seguido, puede que no le haya apetecido seguir a alguien que no está a su nivel o que no valía la pena tratar con ella, eso le ofende un poco pero en cierta parte le aliviaba, por el momento, que sea así: Suspiro regulando su respiración para calmar su tenso y cansado cuerpo ante el desgaste de chakra que uso en ese jutsu.

Se frotaba los ojos porque le había entrado algo de tierra, camina de frente y lento, lista para irse, pero al terminar de fregarse sus ojos, distraída mira de frente suyo de nuevo, dando un respingón sorprendida del susto al ver en frente al Ootsutsuki, tan cerca suyo.

Él la miraba sin emoción alguna dando una leve inclinación de cabeza como si fuera un gesto de burla hacía ella, dando pasos ligeros al frente.

¿En qué momento? – Retrocede pero sintió el tronco del árbol detrás de su espalda mientras observaba sorprendida al Ootsutsuki que se acercaba cada vez más.

Antes de poder alejarse y huir, él rápidamente la inmoviliza contra el árbol impidiendo su escape, atrapándola contra el tronco, casi quitándole el aire ante repentino golpe e brusquedad.

Le dolió la espalda, estaba segura de que tendrá un hematoma grande si es que vaya a sobrevivir para verlo.

¡Déjame ir! Ella gritó, luchando contra él.

Tonta e ingenua mortal.Dijo bajo con voz seria y ronca, en un tono de burla, acorralándola con velocidad entre el árbol, sorprendiéndola y presionándola contra su cuerpo. Se sorprendió de lo cómodo que era tenerla presionada contra él.

La observa sintiendo satisfacción al verla retorcerse y maldiciendo sin apartar su mirada asustada y desafiante de él. Que criatura tan interesante.

– ¡su…Suéltame. Maldito Ootsutsuki! –Grito jadeando y retorciéndose, sintiendo como él apretaba más.

Está humana se retorcía lanzándole maldiciones y quejándose por la presión que él le daba, apretándola más al árbol, podía ver un ligero sonrojo en las mejillas de ella, llamándole la atención, le agrada saber que cauce ese efecto en una humana.

Sentía su cálido y pequeño cuerpo, sus pequeñas manos intentando apartarlo jalando de sus blanca y elegantes prendas hacía atrás.

Que divertida criatura. – La mira con seriedad mientras por dentro sonreía con jadeante satisfacción.

–¿Qué…Qué quieres de mí? Si crees que te diré algo so…sobre Konoha y de mí Hokage ¡Olvídalo! – Grito mirándolo desafiante y entre cortadas por el poco oxigeno que tenía, tratando de respirar, él literalmente la estaba aplastando.

Sin querer, suelta un gemido y un jadeo suave, captando más la atención del Ootsutsuki que dejo de presionarla al verla así: Suaviza su mirada, realmente le ha gustado como ha sonado.

Interesante. – Piensa Momoshiki, acercando su rostro a la de ella que dejo de luchar mientras se ruborizaba intensamente avergonzada mirándolo con esos extravagantes ojos rojizos en confusión ante la mirada del ser.

– ¿Qué…qué haces? Preguntó tartamudeante, viendo como él repentinamente suavizaba su bella mirada perlada sería y acercaba lentamente a su rostro a la de ella, podía sentir su aliento caliente rozar su rostro causándole escalofríos hormigueantes en todo su cuerpo. Un cosquilleo tan electrizante, agradable, recorría en su cuerpo. ¿Por qué se sentía tan bien que él hiciera eso?

Ella, olía dulce sin una palabra descriptible que lo siguiera. Simplemente… dulce. Había experimentado los aromas más exóticos, incluso aquellos destinados a excitarlo, y nada comparado con el de ella. Se permitió inhalar profundamente su cabello, absorbiendo su esencia.

Sentía como el Ootsutsuki aspiraba el aroma de ella apoyando su pálido y hermoso rostro en su cabellera oscura, sobre su cabeza mientras repentinamente recorría su cuerpo con sus manos serpentinamente lento. Haciendo que ella jadeé sorprendida y se estremeciera ante sus toques repentinos. Aunque usase un chaleco grueso, podía sentir el calor de esas manos envolverla.

Esa reacción lo motivo a proseguir más. Quería experimentar y ver más de su reacción a sus toques, y parece que resultaban bastante sensuales viendo como ella reaccionaba.

¡¿Qué me está haciendo?! –Piensa confundida mientras su rostro se ruborizaba intensamente, sintiendo como el Ootsutsuki repentinamente acariciaba su cuerpo de arriba y abajo paseando sus grandes manos en ella, bajaba su rostro deslizándose en su oído mientras respiraba aire caliente rozando su ovuló de su oreja con sus labios, haciendo que temblara, no sabia porque su cuerpo traidoramente reaccionaba así, se sentía extraño y bien.

Su corazón palpitaba acelerando ante el comportamiento del atractivo Ootsutsuki mientras sin saberlo se ruborizaba más, suavizando su mirada e jadeando involuntariamente dulce mientras se retorcía en sus carisias. Sentía como si la estuviera hipnotizando.

¿Qué me sucede?– Pensaba agitada e soltaba pequeños y vergonzosos gemidos mientras trataba de empujarlo lejos de ella. Sus caricias eran demasiado agradables.

– ¡Su…suéltame!...Ahn…Grita e gime intentando alejarlo con sus dos temblorosas manos libres agarrando los dos raros cuernos encorvados del Ootsutsuki que tenía sobre en la cabeza: Ejerce fuerza en apartarlo pero no podía moverlo ni un poco, era demasiado fuerte.

Se muerde el labio inferior intentando no gemir más antes las caricias que fueron precipitándose más abajo, doblegándola cada segundo. Asustándose ante las sensaciones y el mareo que estaba sintiendo.

Suelta uno de sus cuernos y sujeta el cabello gris lila del Ootsutsuki en el procesó despeinándolo y lo jala hacía atrás intentando desesperadamente separarlo de ella pero tampoco podía.

– ¡Detente!...Ahn… –Grito entre gemidos.

Sentía como él colocaba su pierna derecha entre las de ella en medio apretando y frotando su intimidad, ejerciendo presión mientras esas grandes manos se paseaban metiéndose más en su chaleco deliciosamente en unas partes.

Suelta un jadeo sorprendido mezclado con un dulce e involuntario gemido fuerte, retorciéndose jadeante y ruborizada ante esto, apoyando su cabeza entre el torso del Ootsutsuki, temblando ante el roce de sus manos y pierna.

Momoshiki era un experto en esto, sabia como calentar apropiadamente a una mujer antes de llegar más lejos.

¿Qué sucede? ¿No me digas qué nunca fuiste tocada?Dijo susurrándole en el oído con voz ronca mientras disfrutaba la calidez de ella y sus pequeños e dulces gemidos.

Detente. Repetía ella jadeante.

Sin molestarse de que ella lo despeinara más, se separa unos centímetros para verla mejor. Manteniéndola firme entre el tronco del árbol mientras proseguía tocándola y mirándola, disfrutando de sus dulces e suaves reacciones.

Veía ese hermoso e inusual sonrojo de ella envolviendo en todo su rostros y sus orejas, mirándolo con esos ojos rojos anillados casi idénticos al Sharigan pero sin aspas tomoe en ellos. Mirándolo desafiantes e suplicantes. Ya no oponía mucha resistencia ante el asaltó como hace unos mementos.

La hacía más atractiva e inusual para él, no sabe en que momento sucedió y el porque se interesó por ella sólo de esté modo pero siente deseos de marcarla, algo inusual en él, al sentirse así por una humana ¿Qué era lo que le pasaba? ¿Por qué repentinamente se sentía atraído por una simple e insignificante mortal?

No sabía porque pero eso lo pensara después cuándo acabe con ella.

Podía sentir el temblor de la Kunoichi, se sintió tan bien y superior, quería hacerla temblar, quería explorar más de ella y verla sin esa estorbosa ropa uniformada verde, su aroma se sentía tan bien, ¡Tan dulce y delicioso! En especia en su zona, un aroma peculiar e atractivo que lo hace sentir más ansioso de querer probar y experimentar.

¿Cómo es qué vuele tan bien? ¿Por qué se siente mareado? Gruñe bajo y ronco aprisionándola más a él de modo posesivo e dominante. Cayendo lentamente en una tentación.

Vuele también. – Piensa Momoshiki aspirando el aroma dulce e embriagante, era un aroma tan natural: La observa preguntándose si sus labios sabían tan bien como se ven.

Siente un destello correntino de su chakra mezclándose a la de ella, paresia como un tipo de lazo rojo pero lo ignora. La luz de la luna pasaba entre las ramas y hojas secas del árbol de pino alumbrando parte de sus cuerpos.

El viento movía suavemente las hojas del árbol creando una tensión sexual fuerte entre los dos, la sensación era tan hipnótica que ellos no se daban cuenta de lo que pasaba.

Mirai se sentía tan extrañamente excitada y mareada, veía como él se separaba un poco, su rostro en su oído y lo acercaba a la de ella, estaba a centímetros de sus labios. ¡Quería besarla! Veía su acercamiento tan hipnotizarte.

N…no. Dice débil en susurro desviando su rostro sonrojado ahora intentando débilmente con sus dos manos en su torso fuerte, empujarlo fracasadamente ¿Por qué se siente así? ¿Qué fue eso de antes? Era como chakra pero se sintió extrañó. Antes de poder aclarar sus pensamientos el Ootsutsuki le sujeto el rostro obligándola a verlo sintiendo su respiración caliente.

Momoshiki se enfada y le agarra con brusquedad el mentón a la humana, haciendo que lo mire directamente. No aceptara tal osadía de rechazo más cuándo él la tiene a su merced.

La hembra lo veía diferente, como esperando suplicante que la tome, o eso le pareció ver. Respira pesadamente ronco y serio ante la humana: Se lame los labios viendo los de la hembra que estaban entre abiertos ante el apretón dominante que le daba.

Ah mí nadie me niega lo que quiero. En especial una joven humana como tú. – Gruño serio y cortantemente amenazante reclamando labios de susodicha sobre los suyos, robándole un beso, se sentían tan suaves y dulce la sensación, creando un hormigueante placer dominante en todo su cuerpo.

Besa mordisqueando sus labios pidiendo que dejara que la explorará, sentir su sabor, su dulzura, la besa deseoso y suave. Inclinándose profundamente ante ella, era bajita después de todo y eso la hacía más desesperantemente tentadora. La besa con algo de lujuria y pasión tratando de dominarla. obligarla a que cediera a él.

Mirai se retuerce desesperada, tratando de liberarse del beso y de sus fuertes brazos posesivos intentando dominarla, la asalta de una forma tan mal pero tan sensualmente bien, de apoco sentía una calidez hormigueante invadirla, tan agradable y tentador, él la besaba con dulzura e posesivo y tan profesional, sintiendo como la abrazaba de la cintura y espalda apretándola hacía su cuerpo fuertemente.

Rindiéndose ante la agradable tentación, sin más corresponde el beso de él, era muy inexperta en esas cosas y además de que es su primer beso.

Gime sintiéndose como en las nubes. Como las manos de él se paseaban benévolamente en ella, en una forma tan posesiva y sensual.

Abre su boca permitiéndole el acceso al Ootsutsuki, su lengua entra en su boca explorándola e jugueteando con la de ella explorándola más, gime sintiendo como él la apretaba más y profundizaba el apasionado beso, repentinamente se sentía muy mareada y caliente en una forma bastante desconcertante, algo nuevo que no había sentido en ella por un beso.

Estuvieron unas horas besándose e gimiendo entre los besos, se sentían tan bien entre los dos, se tuvieron que separar del beso para recuperar aire mientras se miraban, un hiló de saliva los unía aún.

El Ootsutsuki con anhelo y ella con vergüenza e timidez jadeando pesadamente entre los brazos de su enemigo, Momoshiki sabiendo que la humana ha dejado de resistirse y colaborado. Aprovecha el momento antes de que ella se arrepienta y vuelva a luchar.

La sujeta suavemente de la cintura y la recuesta en el suave césped debajo de ellos mientras se colocaba sobre ella en un movimiento depredador y sensual, viendo como la ponía sonrojada e intensamente con un lindo y brillante escarlata en su rostro angelical e inocente. – Que sublime. – Respira pesadamente y tan fascinado ante semejante belleza que tenía debajo de él.

La tomara, que importa si en esté momento no piensa con claridad lo que está apunto de hacer. Quería sentirla, probar más. ¡Reclamarla! : Gruñe sensualmente ronco con anticipación. Sin apartar su mirada en ella.

Tan hermosa. – Piensa el Ootsutsuki mirándola con anhelo embelesado.

Él se inclina en ella, comenzó a besarle en los labios de nuevo e disfrutando de su dulce sabor mientras lentamente le abría el chaleco a la Kunoichi que gemía agitada bajo sus carisias.

Mientras en el proceso baja su mano metiéndolo entre los pantalones de la humana llegando a rozar entre sus dedos la entrepierna sintiendo una tela fina sobre ellas, frota sus dedos sobre esa tela fina, sintiendo como se humedecía la parte intima de su presa que se estremeció jadeando mientras sujetaba temblorosa su prenda superior.

Sus pequeños y dulces gemidos eran su dosis a la locura y la tentación. Su auto control se estaba perdiendo ante su dulce voz en protesta.

Momoshiki, es…espera, detenté.Gime Mirai entre cortadas, tratando de usar lo que le queda de cordura ¡¿Qué diablos está haciendo?! ¡Él es el enemigo! Recuperando algo de su cordura intenta escapar empujarlo de nuevo. Esto estaba claramente mal.

Sentía como ella comenzó a intentar alejarlo, antes de hacer más, la apretó manteniéndola al suelo haciendo inútil su huida e mirándola desafiante. No la iba a soltarla no cuándo ya estaban más lejos.

– Cállate. Eres mía.Gruñe el Ootsutsuki en susurro amenazante y con voz ronca mientras sin molestarse rápidamente saca su mano del pantalón y agarraba las muñecas de ella con una sola mano y los colocaba sobre su cabeza inmovilizándola mientras con su mano libre abre por completo el chaleco verde de la humana rompiéndolo en el procesó e ignorando su preciosa expresión asustada. Sabía que pasaría esto.

La luna los alumbraba radiando deseo en el Ootsutsuki, él contemplaba el lindo rostro de la chica, y se lamía los labios viendo los de ella. Ya es tarde para ser rechazado y que retroceda, quiera o no, la tomara.

– ¡No! ¡Espera!... ¡AAaa! – Grito sintiendo como él desgarraba dolorosamente su uniforme ninja duro con sus manos, dejándole marcas rojizas en su piel con facilidad en su parte delantero, ahora desnuda ante él, dejando ver sus pechos en frente del Ootsutsuki que la miraba con anhelo. Se sentía expuesta de una manera no agradable.

Mía. – Dijo serio con voz ronca y muy profunda mientras se cernía hacía la Kunoichi y lamía trazando su lengua en el cuello fino de ella, sintiendo su estremecimiento, muerde y lame hasta dejar más chupetones profundamente oscuros, en su suave piel lechosa, bajando lentamente hasta los suaves senos tan tentadores, probándolos e masajeándolos con su boca mientras escuchaba los gemidos de ella y como se retorcía jadeando bajo de él.

Mordisquea y chupa a cada uno de sus pezones rectos haciendo que ella gimiera fuerte, dónde débil y torpemente sin mucha fuerza intentaba luchar contra el placer.

– ¡Detente! ¡No…¡POR FAVOR!… ¡Por favor... – Gime suplicando sintiendo sus mordidas, besos y una aguda sensación fuerte en todo su cuerpo. En especial en su intimidad. Besaba y mordía su cuello marcándola más y luego volvía a sus senos repitiendo el mismo proceso. Estaba siendo más rudo. Siente su cuerpo temblar, sollozando y gimiendo a la vez de placer y dolor.

Soy una tonta. – Piensa Mirai con lágrimas amenazando salir mientras gemía y rogaba débilmente que se de tuviera, aunque en su interior no quería que lo hiciera se sentía tan excitada y tan bien. ¡Pero estaba asustándose! Cierra los ojos para no entrar en pánico lo que estaba sucediendo. Sólo espera a que termine pronto.

No estaba lista para eso, no lo estaba, y ver lo cerca que él estaba ante sus obvias intensiones en ella, la asustaban mucho. Él la quería violar y no podía hacer nada para impedirlo. Cerró más los ojos sintiendo como en el proceso él estaba frotando su mano en su entrepierna sobre la tela de su pantalón Shinobi casi doloroso.

Se sentía tan patética y débil. Sus mordidas la estaban lastimando. Estaba segura que debe de estar sangrando un poco del cuello. Él estaba yendo demasiado lejos.

La presionaba con más fuerza haciendo difícil luchar y no poder gemir e gritar fuerte. Él la matara si la seguía asaltando con violencia. Él paresia una bestia. La vuelve a besar con avidez y violencia lastimando su labio inferior, era tan apasionado y aterrador, sentía su lengua explorándola salvajemente causándole un frió hormigueo en todo su cuerpo.

De la nada unos Shuriken se dirigieron hacía el Ootsutsuki que rompe el beso y los esquivo con facilidad pero rápidamente es alejado con un golpe fuerte de una patada siendo lanzado lejos y chocando entre los árboles que se rompieron en el proceso a mil pedazos por el impacto, manteniéndolo alejado de la Sarutobi.

¿Qué…qué sucedió? – Pensó abriendo sus ojos lentamente e confundida, todo había sido tan rápido, se sintió más desconcertada e confundida ante lo que sucedió, Momoshiki no estaba sobre ella.

Parpadea unas cuantas veces confundida mirando la nada, solo el cielo estrellado y se sienta enderezándose temblorosa además del frió viento, respiraba agitada y mareada, le dolía el cuerpo y su cuello. Suelta un pequeño quejido de dolor al moverse un poco.

– ¿Estás bien?Pregunto un hombre con voz sería, al lado de la Sarutobi.

Ella levanta la vista viendo a su salvador, el azabache vestía con una capa negra balaceándose por la brisa helada, viéndola con esos ojos serios en parte sorprendido, como no esperando creer lo que veía.

–Sasuke Uchiha. – Dijo con voz temblorosa viendo a su rescatador.