En el hospital

Ya era de día y la luz entraba por la ventana alumbrando la habitación, Todo se sentía… confuso. Sintió una cama suave y acolchada debajo de ella y sintió la gruesa manta encima que la mantenía caliente. Estaba cansada y se negaba a abrir los ojos a pesar de estar consciente... muy cansada...

Perezosamente ante la irritante luz del día chocar en su rostro, se sienta y se frota los ojos mientras soltaba un bostezo y gemido, dándose cuenta que no estaba en su habitación.

–Ya estás despierta, me alegra. – Dijo amable una linda doctora pelirosada de ojos jade entrando y cerrando la puerta detrás de ella. Prácticamente la jefa del hospital, Sakura Haruno y Uchiha.

– ¿Sakura-sama? – Dice en susurro y confundida.

–Estuviste dormida dos días enteros. Nos preocupaste. – Dice amable la pelirosada mientras se acercaba a darle más atención y tratamiento a la joven Sarutobi.

Estuvo preocupada, ya que su chakra parecía haber cambiado pero después de que la reviso de nuevo volvió a estar normal. Pero no lo dejara ha un lado, por el momento.

Ah logrado desaparecer los chupetones y unas cuántas pero pequeñas mordidas que la pobre adolescente tenía en su cuerpo delantero de su torso y en especial en su cuello. Eran heridas leves pero casi profundas.

Se sintió mal que la pobre Mirai, haya terminado en un abuso terrible con un enemigo, en especial un Ootsutsuki. Si no fuera por su esposo, habría sido violada en ese entonces y quién sabe que consecuencias podría agraviar en ello.

El trastorno de estrés postraumático es una enfermedad de salud mental desencadenada por una situación aterradora, espera que Mirai no le haya afectado mucho, ya siendo una Kunoichi joven.

Ya debe de saber que eso podría haber sucedido, siendo que hace misiones peligrosas, y ya anticipado que algo así podría pasar. Aunque esto no se esperaba.

Mirai inspecciona la habitación reconociéndolo, estaba en el hospital y también ve que tenía puesta una bata blanca ¿Cómo fue qué llego hasta aquí? Lo único que recuerda es que estaba con Sasuke escapando del….

Se sonroja intensamente mientras también se horrorizó recordando de inmediato todo el suceso de esa noche. Maldición.

¡¿Cómo pude casi dejarme llevar por ese pervertido Ootsutsuki?! – Piensa cubriéndose el rostro, sorprendida y muy sonrojado con sus manos, agachándose, sintiéndose avergonzada de si misma.

No lo entendía ¿Por qué se sintió tan atraída por él, en ese momento? Además de casi ser…. ¿Violada? No, no lo veía de esa forma, aunque casi iba serlo, ¿Entonces? ¿Por qué no se resistió del todo a sus caricias? ¿Por qué no lucho del todo dándose cuenta de las intensiones de él? ¿Acaso le dio eso de síndrome de Estocolmo o qué?

¿Por qué demonios pienso en eso ahora? No tiene sentido. – Pensaba desconcertada sintiendo su corazón latir rápido. Sudaba amares sin saber como reaccionar debidamente.

Tenía tantas preguntas en mente y sentimiento raros pero cálidos que la confundían más. Pero en algo si estaba segura, tenía mucho miedo. ¿Qué le sucedía?

Sakura la veía con lastima pensando que está joven iba a llorar, notando leve temblor, un clon de Naruto le había informado lo sucedido, si Sasuke no habría llegado está jovencita lo habría pasado mal. Psicológicamente hablando al ver la mirada de miedo y temblor de ella ahora. Notando con preocupación

Como respiraba agitada y veía como su corazón palpitaba fuerte.

–Tranquila Mirai, todo está bien, estás a salvo. –Dijo amable dándole un abrazo tranquilizador a la joven kunoichi hasta que se calma volviendo a respirar tranquila y normal a igual que su corazón.

¿Por qué me siento tan rara? – Piensa recordando el hermoso rostro y ojos perlados del Ootsutsuki, ya calmada se separa un poco de Sakura, siente como mariposas en su estomago un cosquilleo, extraño pero agradable ahora remplazando el miedo que sentía hace un momento.

¿Qué será esté sentimiento? –Piensa Mirai mientras soltaba un suspiro tembloroso y aún algo sonrojada. Dedicándole una mirada de pena y vergüenza a la doctora que le dedico una agradable sonrisa tranquilizadora.

Luego de un rato de ser inspeccionada por Sakura, entra Kurenai preocupada mientras se acercaba a su hija abrazándola fuertemente.

– ¡Mirai, hija! – Dijo Kurenai abrazando con ternura y preocupación a su apreciada e única hija.

Al enterarse de lo sucedido casi le agarra un ataque de nervios con el corazón latiendo con fuerza del susto, su hijita, su pobre bebé.

– Mamá, no te preocupes, estoy bien. – Dijo apoyando su cabeza en el hombro de su Madre mientras le correspondía el abrazo.

– ¿En verdad te encuentras bien? – Pregunto mirando preocupada a su hija.

– Estoy bien Mamá. – Le dice con una sonrisa sincera para calmarla.

– No se preocupe Kurenai-sensei, Mirai se encuentra muy bien, por ahora se quedara una noche más en el hospital por si acaso, mañana le daré de alta. – Dijo muy segura la Haruno.

La pelirosa miraba con una sonrisa a la ex sensei de Hinata. Pero luego mira a Mirai algo seria.

– Dentro de un momento vendrán hacerte algunas preguntas, Mirai-san. – Dijo seria a la Kunoichi.

– s…Si. – Dice desviando su rostro avergonzada, no querían que le hagan preguntas de lo sucedido, se sentía incomoda y avergonzada.

Kurenai y Sakura veían como ella desviaba su cabeza para que no le miraran el rostro, su pusieron que estaba humillada y avergonzada por ser casi forzada a algo que no quería.

– Quisiera estar sola, por favor. – Dijo mientras se acostaba y se cubría con las sabanas blancas el rostro para que no le vieran el intenso carmesí que se expandía en el.

– Tranquila, ya saldremos. – Dice con lastima, no quería que su paciente se sienta incomoda, así que simplemente le va dar algo de privacidad.

– Bien. Te veré en la mañana. – Dijo besándole la cabeza tapada de su adorada hija mientras se retiraba junto a Sakura.

Escucha a las dos mayores que ya se habían ido mientras se destapaba un poco, soltando un suspiro, se sentía tan inútil en estos momentos, ¿Cómo habrá caído tan bajo?

Dejando que su enemigo no sólo su enemigo si no de todas las naciones, la besara y lo peor es que lo disfruto respondiendo sus besos tan profesionales y tan seductores.

¡Mí beso! –Piensa repentinamente la Kunoichi, tocándose las comisuras de sus labios, podía recordar ese beso que al principio le fue robado con brusquedad causándoles un cosquilleo en su estomago, quería estar furiosa llorando y maldecir pero no podía, le había gustado el beso.

Era su primer beso. Se sentía disgustada por eso. Realmente le había gustado el beso.

– Quisiera sentirlo de nuevo. – Dijo bajo sonrojada: Parpadea unas cuántas veces dándose cuenta de lo que había dicho. – ¿Qué?

¡¿Pero qué estoy diciendo?! – Estaba tan roja y avergonzada, no podía creer lo que había dicho ¿Qué le sucedía? ¡Ella no era así!, baja de la cama rápidamente algo mareada y se va al baño, se lavó la cara con agua fría varias veces.

¿Cuál es el problema conmigo?– Se sentía tan caliente, nunca espero reaccionar como una maldita adolescente, aun que lo es.

Se mira en el espejo y veía su rostro muy sonrojado de un tono fuerte a carmesí, se hecha más agua helada para tratar de disminuirlo, estuvo horas en el baño de la habitación hasta que escucha que golpeaban la puerta suavemente.

– ¿s…Si? Ya voy. – Decía frustrada, le dolía la cabeza y se sentía un poco más mareada que antes.

Se dirigía a la puerta pero no noto que había mojado el suelo, las baldosas mojadas eran más resbaladizas y más cuándo está descalza, se resbala soltando un pequeño grito agudo no muy fuerte pero audible para aquel que estaba detrás de la puerta.

Iba cayendo al suelo, cierra sus ojos esperando el impacto pero no sintió el duro piso, la sostenían de la cintura, aquel sujeto que había entrado lo más rápido que pudo atrapándola a tiempo, abre sus ojos viendo al hombre.

– Gra…gracias Sasuke-san. – Decía avergonzada viendo al azabache mientras se sujetaba a él por el cuello. Cielos estaba tan mareada.

– Tienes que tener cuidado. – Dijo bajo y serio mientras la sacaba del baño que estaba mojado.

Está niña. – Piensa el Uchiha irritado y soltado un suspiro mientras soltaba a la Kunoichi cerca de la camilla.

– Estás mojada y temblando. – Dijo viéndola toda húmeda y temblando además su rostro estaba sonrojado.

– No… no lo note, ¿Vi no hacerme pre….preguntas? – Pregunto tartamudeando ¡Diablos! No sabia en que momento comenzó a tener frió, hace pocos minutos atrás se sentí acalorada.

– Hum. – Coloca su mano en la frente de ella pero no sintió que está tuviera fiebre ¿Entonces? ¿Por qué estaba tan roja? Podía sentir como ella se tensaba, no comprendía por qué se ponía así está chica. Estaba muy fría.

Se aparta de él con vergüenza, se sentía incomoda ante su intensa mirada, trataba de no mirarle a los ojos se sentía temerosa, luego siente que le toca la mejilla, levanta su rostro y ve que él estaba muy cerca mirándola detenidamente con ese ojo negro y profundo junto a su fascinante rinegan, poniéndola muy incomoda e fascinada a la vez. Es tan guapo.

– ¿Por qué estás roja? Si quieres llamo a Sakura para que te revise. – Dijo serio y algo preocupado, no sabiendo porque se ponía así de extraña.

– yo…Yo. – Se sonroja intensamente viendo al Uchiha. ¿Por qué le recuerda al Ootsutsuki? No se parecen en nada pero esa seriedad lo hace casi, casi similar a él. Pero ¿Por qué piensa en él?

es…Está muy cerca. – Piensa sintiendo la leve caricia en su mejilla. Dejándose un momento acariciar mientras suavizaba su mirada rojiza. Sin saber tenía su mano sobre la de él mientras ahuecaba su mano grande en su mejilla.

Se sentía cálido pero tan distinto y extraño. Por lo extraño quería estar más cerca del mayor. Se muerde el labio inferior alejando ese sentimiento.

– es…Estoy bien, no hace falta que llames a Sakura-sama. – Dijo bajo retrocediendo para romper el contacto de él, que la veía dudoso.

– Bien, te are las preguntas luego, primero cámbiate, esa bata blanca está húmedo y… transparente. – Dijo con vacilación dándose la vuelta y poniéndose detrás de la cortina de la camilla ha esperar que ella se cambiase de bata.

Confundida Mirai baja la vista y se pone roja, su bata estaba muy transparente haciendo que su cuerpo y pechos se notaran ante el hombre. Diablos ni siquiera tenía puesto ropa interior.

¡Maldición! –Grito mentalmente muy humillada.

Pasaron unos minutos y ya estaba vestida con otra bata blanca cómoda que estaba guardada, ya no sentía frió pero aún así no se disminuyó su sonrojo, estaba cansada y con sueño, ya quería acabar con esto.

– Sasuke-san. – Dijo soltando un bostezó cansado mientras se sentaba en su camilla.

– ¿Terminaste? – Pregunto paciente.

– Si. – Dijo algo, nerviosa mientras veía como él pasaba con su normal expresión seria viéndola con esos ojos fijamente. Tenía que admitir que su persona era intrigante. Observa entre los mechones oscuros, su rinegan tan cautivante.

Esa mirada me parece familiar. – Pensaba el Uchiha viendo la mirada suave y rojiza de la Sarutobi. Paresia estar hipnotizada, con esa mirada dulce y a la vez nerviosa.

– Bien, ahora prosigamos con…– Antes de seguir entra un ruidoso Uzumaki en la habitación.

– ¡Mirai-san! – Grito Boruto entrando sin tocar mientras se acercaba a Mirai sin notar qué estaba el Uchiha.

– ¿Boruto? – Dijo sorprendida y a la vez agradecida de que haya venido, aunque el grito del chico le hizo doler un poco la cabeza.

– Mirai-san ¿Estás bien? ¿Qué paso? ¿Fue ese tal Eiji qué te hirió? ¿Te hizo algo? ¡Me acabo de enterar que estuviste dos días en el hospital! ¡Y nadie me dijo nada! – Decía muy ruidosamente preocupado el rubio Uzumaki tomando ambas manos de ella.

Naruto dijo casi lo mismo. – Pensaba Sasuke, viendo con molestia al joven Uzumaki.

– Boruto. – Dijo Sasuke con voz seria e irritada llamando la atención del pelirrubio.

– ¿Hum? ¿Tío Sasuke? – Dijo sorprendido viendo a su maestro mirándolo con una mirada aterradora y fulminante.

Huy, creo qué interrumpí algo importante. – Piensa el pelirrubio tragando saliva mientras sonreía nervioso.

En el escondite, lejos de Konoha.

Todo estaba "Casi" Tranquilo por culpa de la discusiones de Kinshiki con Urashiki, eso irritaba más a Momoshiki, estaba acostado en una habitación un poco más alejado de eso dos ruidosos, no podía dejar de pensar en la Kunoichi, se sentía tan molesto y estresado, no sabia el porque.

¿Acaso se siente realmente atraído por esa chica? ¿Cómo es posible? ¿Qué es lo que la hace especial ella? Habiendo muchas más que se le han ofrecido aunque claro las rechazó.

Bueno, en primer lugar, él comenzó a sentir interés y curiosidad por ella primero y querer explorar más en ese cuerpo. Además de querer tomarla. Fue él que la buscó primero cuándo ella huyó al bosque. De vez de seguir su camino eligió perseguirla.

Jamás se había interesado en mezclarse con una mujer, mucho menos si se trataba de una humana, su orgullo de superioridad siempre le hacían rehusarse a eso. Un ser inferior era algo completamente inaceptable, seria como rebajarse, o eso es lo que siempre le decían en el complejo Ootsutsuki antes de irse e dispersarse como los demás.

Cuándo la había acorralado, le había dado curiosidad ese leve color carmesí en su lindo rostro y su reacciones, sabiendo en seguida que ella estaba excitada, él tiene un buen sentido del olfato y podía sentir no solo su aroma dulce si no la excitación de ella y de su cuerpo que lo hizo perder un tanto el control de sus emociones y la moral de su necesidad, e autocontrol pero no podía dejar de sentirse culpable por… ¿Herirla? ¿Casi violarla?...

¿Sentirse culpable? ¡¿Pero qué le su sede?! Ella solo es una humana insignificante, pero aún así….es irritante, cada momento que está aquí sin hacer nada, quería estar con ella.

– jijiji, Momoshiki-sempai ¿Qué te sucede? Tú rostro está sonrojado, es la primera vez que te veo así ¿Acaso te acordaste de algo penoso y personal? ¿O tal vez de una chica? – Dijo Urashiki con una sonrisa picara mientras trataba de adivinar que era lo que pone más amargado de lo habitual al príncipe Ootsutsuki.

– No molestes. – Dijo con voz fría y seria mirando al Ootsutsuki irritante amenazadoramente.

– Se trata de una chica ¿No? ¿Pero quién podría ser la desafortunada? ¿Será otro de tus nuevos juguetes? Me pregunto si la romperás antes de que la toques. Pobrecita. – Dijo Urashiki engreídamente, molestando más a Momoshiki.

– Cállate. – Gruñe apretando los dientes, levantándose de su improvisada cama mientras se acercaba ha Urashiki con un semblante de ira amenazante, no estaba de humor para escuchar las provocaciones de esté idiota.

– ¿Qué? ¿Dije algo malo lord Momoshiki?– Dice Urashiki sin retroceder mientras sonreía socarronamente.

Siempre le pareció divertido molestar un poco a Momoshiki, aunque le sorprende que se moleste de sobremanera.

Ahora que Momo-chan estaba cerca, nota más detalladamente un cambio en su chakra, era pequeño pero podía sentirlo, estaba mezclado con otro ¿De quién será? Está sensación… ¿Acaso se en lazo con alguien? ¿Una conexión? Bueno, en estos días había luna llena, puede qué lo haya hecho. Pero Momoshiki era muy responsable cuándo se trataba de eso: Lo mira curioso.

– Impertinente. – Dijo saliendo de la habitación, quería salir necesitaba estar solo por un momento y alejarse de esté descarado.

– Lord Momoshiki. – Dijo Kinshiki, notando que su amo estaba molesto porque tenía el byakugan activado por la ira además de su expresión mucho más fría e escalofriante.

¿Qué habrá sucedido? –Pensaba Kinshiki hasta que ve quién era la razón de la ira de su señor Momoshiki.

– ¡TÚ! – Dice agarrando a Urashiki mientras le salía una vena en la frente ¡¿Quién más podía ser?! ¡¿Es qué no tiene el menor respeto?!

– Kinshiki saldré un momento, quiero estar sólo, no me sigas. – Ordeno serio mientras se alejaba de los dos Ootsutsuki.

Puede que la encuentre en esa aldea. –Piensa avanzando más rápido para salir del subterráneo y encontrarla, quería verla, no entendía porque está necesidad de verla pero quería hacerlo, verla de nuevo.

Hospital de Konoha.

Boruto ya se había ido a regañadientes, siendo echado por unas enfermeras ante lo ruidoso que había sido.

Sasuke también con tranquilidad al terminar de hacer preguntas y detalles. Sabia que ella ocultaba algo pero se notaba muy cansada e evitaba su mirada cada rato… chica lista. Pero lo que sea que esté ocultando, lo sabrá.

Después de que Sasuke se hubiese ido Mirai suelta un largo suspiro y se acuesta en la cama tapándose con las suaves sabanas blancas mientras mirando el techo blanco cierra sus ojos intentando relajarse.

Ya le había contado al Uchiha lo que sucedió, con algo de vergüenza de como se encontró al Ootsutsuki Momoshiki y que intento escapar sin éxito.

Lo demás tuvo que omitir algunas partes, ya que se avergonzaría, no quería contarle que le respondió el beso al Ootsutsuki y que casi lo disfrutaba.

Se calmo soltando un suspiro aliviada cuándo el Uchiha salio de la habitación, se sentía tan incomoda con la presencia de él, que le preguntaba y la miraba interrogantemente poniéndola muy nerviosa además de que su colonia embriagante e varonil la distraía.

Mirai estaba acostada acomodando un poco la almohada mirando el techo blanco ya oscuro de la habitación, distraída, ya había anochecido, la luna alumbraba a través de la ventana reflejando el vaso de cristal con agua bien cristalina que estaba sobre la mesita de noche al lado de ella.

La habitación era algo incomoda y oscura, si no fuera por la luna no podría distinguir bien algunas cosas que estaba ha su alcance, estaba aburrida, no tenía sueño, ni cansada, decide que salir unos momentos a tomar aire fresco no le aria mal.

Se viste con la ropa que le había traído su madre, un pantalón cómodo de color crema, una remera roja claro de mangas largas con un lindo detalle dorados en los bordes y unas sandalias ninjas negras bastantes cómodas.

Tuvo que evadir algunas enfermeras y enfermeros que inspeccionaban en los pasillos, pudo salir sigilosamente sin ser detectada por ellos, tenía suerte de ser ninja o sino, no sería fácil evadirlos.

Al salir, se va a un viejo campo de entrenamiento dónde nadie venía o se acordaba de el, las malezas estaban muy crecidas con algunas hermosas flores de colores blancas, rojas y amarillas, se encamino tranquila y admiro el lindo paisaje, recordaba que más adelante había un lago y una banca de madera abandonada de cerca.

Al llegar ve el lindo lago brillando por la luz de la luna, camina hacía el, con pasos tranquilos mientras buscaba la banca con la mirada, la encuentra, estaba algo polvoriento y medio destrozado pero aún usable, sonríe y se sienta en esa banca vieja mientras admiraba el lago, levanta la vista y ve la luna llena radiando su brillante luz blanca.

Le recordaba al Ootsutsuki, un ser de las estrellas, tenía que admitir que él era un hombre hermoso, atractivo con esos ojos perlados y cautivantes.

Suelta un suspiro mientras cerraba sus ojos recordando el beso, no podía olvidarlo, sabia que estaba mal, pero era inevitable, se sentía tan bien sus labios pálidos, su piel blanca tan suave y tersa.

Ahora que recordaba, su cabello largo era sedoso y esos cuernos encorvados eran tan extraños y fascinantes, relucía bien en esa apariencia divina e elegante de aquel hermoso ser.

De repente se siente observada, al abrir sus ojos, se sorprende quedando paralizada, viendo literalmente al hombre de sus pensamientos en frente suyo, mirándola con esos hermosos y profundos ojos perlados.

¿Qué hace aquí?– Piensa la Kunoichi con un ligero sonrojo en sus mejillas sintiendo como su corazón aceleraba.

– Momoshiki. – Dijo en susurro viendo que él se acercaba y se sentaba a su lado muy cerca rozando su brazo a la de ella mientras la miraba con esos hermosos ojos perlados.

Es él. –Piensa confundida, no se esperaba ese cambio de actitud en él y más ella por no huir, no sintió ni un peligro, sé supone que tenía que alejarse de él de inmediato pero algo en su interior le impedía que lo hiciera, por lo más extraño, no se sintió temerosa, al contrario se sintió reconfortante y cómoda.

¿Cómo es eso posible? Si hace pocos días la quiso violar.

Mirai no podía moverse. Sus ojos eran hipnóticos. Atrayéndola.

El Ootsutsuki no comprendía porque estaba actuando así, el porque ella no intentaba huir o atacarlo. La miraba detenidamente, esos ojos carmesí lo miraban, sus largas pestañas eran encantadoras reluciendo en perfección en ella.

Podía ver como la luna alumbraba su bello rostro blanquecino, era tan hermosa, veía esos labios entre abiertos y tan tentadores, tenía que controlarse o sino se lanzaría enzima de ella a poseerla. No tenía intención de hacer eso… ¿O si?

Levanta su mano y acaricia la mejilla de ella con ternura, ella no intento apartarse, no comprendía por qué se sentía así, sus sentimientos lo enloquecían. Está humana era tan interesante. La mira suavemente en curiosidad inclinándose lentamente en su bello rostro.

Mirai sintió su cálido aliento en la mejilla mientras sus dedos trazaban un camino hormigueante desdé sus labios hasta su cuello.

– ¿Por qué no huyes? – Pregunto con voz suave mientras tocaba el rostro de ella con ternura, acariciando su suave piel sonrojada que la hacía ver más hermosa hasta trazar sus dedos en su fino cuello. Quién diría que consideraba toda una belleza a una humana.

– No… No lo sé. – Dijo algo confundida y perdida en sus pensamientos mientras sentía la cálida caricia en su mejilla y cuello, mirando esos perlados ojos que la miraban con cariño. ¿Qué es lo que pasaba?

Él quita su mano en ella y la agarra de la cintura levantándola, haciendo que se sentara en su regazo, ella se puso rígida a tal movimiento repentino haciendo que se sonrojara intensamente. Ahora estando sentada en el regazo de su enemigo.

Sonríe al verla sonrojada, siente un extraño cosquilleo eléctrico al tenerla tan cerca, podía sentir su dulce aroma natural, no entendía por qué no la mataba, o torturaba como hacía con sus enemigos pero al parecer ella es diferente, no sabría describirlo, es un sentimiento muy desconocido cálido qué siente por ella. Algo difícil de concluir en pensamientos en estos momentos, teniéndola en merced.

¿Qué me hace está humana? –Él desliza su rostro en su suave cuello haciendo que ella se estremeciera y suspirara débilmente.

Mirai reprime un gemido cuándo sus labios presionan suavemente contra la curva de su cuello dando pequeños y sensuales besos.

Esto está mal…tan mal. – Pensaba con una mirada suave sintiendo su calor.

Podía sentir su cálido aliento en su cuello haciendo que se estremeciera y se sintiera algo tensa, él la rodeaba en su calidos y fuertes brazos, quería alejarse pero a la vez no quería hacerlo, no lo entendía, él es su enemigo, él intento propasarse con ella, debería insultarlo, golpearlo y apartarlo pero aún así...no podía hacerlo. Él está besando su cuello ahora mismo y no lo de tiene. ¿Por qué?

¿Qué es esté dolor…? ¿Este anhelo?– Piensa sintiendo su agradable calor. Todo lo que quería era tocarlo, a pesar de que su mente le ordenaba que saliera de allí.

– ¡Achís! – Estornuda mientras temblaba, se hacía más frió sintiendo la helada brisa, luego siente que él la abrazaba más a su cuerpo dándole calor, abrazándola protectoramente. ¿Por qué era así?

– Tú nombre. – Dijo con voz ronca. Apretándola más a él, sintiéndola relajarse un poco en sus brazos, era tan tentadora, pequeña y tan sublimé.

– ¿Hum? – Lo mira confundida viendo su bello rostro divino cerca a la de ella embelezándola.

– ¿Cuál es tú nombre? – Pregunto con impaciencia, quería saber como se llamaba.

Un poco molesto ante la tardanza de la hembra humana, apoyaba sus labios en el cuello de nuevo, disfrutando su suavidad e inhalaba el embriagador aroma dulce.

Su fino cuello, su piel tan frágil que podría fácilmente lastimarse e tan delicada, gritando que la marcara. Abre su boca, listo para morder su cuello y dejar su marca permanente pero se detiene al escucharla.

– Mirai. – Dijo con suavidad, sentía un calor intenso en su rostro y se estremecía más, era tan raro que un hombre la tocara. Sintiéndolo en su cuello. En un momento casi le pareció que quería morderla. Si claro, está imaginando tonterías aunque él antes lo había hecho.

Mirai. – Pensaba el Ootsutsuki mientras se separaba un poco y acaricia la mejilla de ella con ternura mirándola todo sereno y calmado mientras depositaba un tierno beso en la frente, en la mejilla y por ultimo en sus suaves labios tiernamente sintiendo que ella le respondía el beso.

Pasaron horas besándose sin separarse disfrutando a gustos sus presencias, él se inclinaba profundizando el beso, Mirai lo abrazaba del cuello.

Con algo de timidez, Mirai rompe el beso algo agitada esto era mucho tiempo, necesitaba aire mientras Momoshiki le miraba confuso pero satisfecho al verla tan sonrojada e agitada en su regazo.

Se sentía tan bien. Acaricia suavemente su mejilla con su pulgar paseándolo hasta sus labios ya rosados e hinchados.

– Esto…está mal. – Dijo triste la Sarutobi, él era un enemigo alguien muy peligroso ¿Cómo fue qué termino estando en está forma?

Un toque cálido y húmedo de labios la hizo sentir como una marioneta. Como controlándola sensualmente.

– ¿Por qué crees que está mal?– Pregunto serio besándole el cuello con ternura mientras la acercaba más posesivo y sintiendo su agradable calor. Entendía a que se refería ella pero aún así no le importa.

– Somos enemigos. – Dice tratando de levantarse y alejarse pero él se lo impedía abrazándola fuete hacía él en forma posesiva.

– ¿Y? Eso no me importa. – Dijo molesto con el rostro apoyado en el cuello de ella, tenía que volver al escondite o sino, su guardián vendría a buscarlo y causaría problemas.

Momoshiki agarra el mentón de ella depositando un dulce beso en sus suaves labios mientras la bajaba de su regazo y se ponía en pie agarrándola de la cintura sin separarse mientras acercaba serenamente su rostro al oído de ella haciendo que se tensara.

–Volveré. – Dijo serio en un susurro desapareciendo de la vista de la Kunoichi sonrojada y confundida.