Pasaron horas caminando entre la aldea, Takeshi la molestaba diciendo que se subiera en la espalda así poder llegar más rápido a su casa, pero lo rechazaba una y otra vez, aunque estaba cansada no tenía tanto apuros en ir a casa, hacía un día lindo aunque nublado y fresco, quería seguir caminando tranquila y ver las tiendas para entretenerse y despejar un poco su mente, mira en una de las tiendas un lindo kimono de hombre tradicional de color blanco, era hermoso con detalles de luna entre dorado y lila, por alguna razón eso le recuerda Momoshiki.
– Momoshiki. – Pensaba recordando lo que sucedió en la noche, se puso tan roja mientras se alejaba de la tienda en pasos rápidos, se sentía tan avergonzada, no podía creer lo que sucedió ¡Tuvo intimida sexual con su enemigo!
Caminaba con pasos rápidos hasta que se detiene preguntándose mentalmente de cómo fue qué Momoshiki supo dónde vivía y cómo hizo para evadir la seguridad en Konoha, habían incrementado ya que ellos habían aparecido.
Si lo pensaba ahora, había leído un informe cuándo su querido Hokage ya había sido rescatado.
Espació-tiempo ¿Habrá usado ese método? Pero ¿Cómo supo dónde vivía? Se ruboriza recordando sus besos, su caricia y más. ¿Qué pasara a la próxima cuándo el aparezca?
– ¡Me estoy volviendo loca! No puedo creer lo qué estoy haciendo, beso a mí enemigo y dejo que me toque como quisiera. Tal vez me está usando, pero ¿Por qué yo? No soy una chica linda, ni siquiera me e considerado una chica linda o hermosa, soy plana, y muy poca femenina, no comprendo de todas las chicas lindas él me Eligio a mí ¿Es qué acaso soy simplemente su entretenimiento sexual? ¿Es por eso qué me dijo qué era suya? – Se preguntaba mentalmente, dudosa y algo dolida no quería pensar así pero no lo podía evitar, él es un ser celestial, alguien divino de un mundo distinto, y tal vez solo la estaba usando por simple curiosidad.
– ¿Qué le sucede? –Piensa Takeshi mirándola con el ceño fruncido y con fastidio acercándose impacienté a ella.
– Qué fastidio, vamos, aun tienes fiebre. – Dijo serio y cortante, cargándola como princesa y saltaba en tejados mientras ella se sobresalta por el repentino movimiento.
– ¡¿Qué haces, bájame?! – Grito molesta y sorprendida por la brusquedad de él mientras se retorcía en sus brazos que la sostenían firmemente.
– No te retuerzas, quédate quieta. – Ordeno molesto mientras la fulminaba. Sentía como ella se ponía más rígida y más violenta forcejeando.
Trataba de contener su fastidio y su paciencia, él era un medico Ninja Anbu profesional que atiende a Ninjas importantes o eliminar algunos, no era de tratar a mocosas tercas, aún se arrepiente de haber aceptado está misión, pero la acepto solo porque pensó que tal vez uno de los Ootsutsuki Apareciera. Y estaba seguro que lo aran.
Puede que ella tal vez sea Irrelevante, pero ante el contacto y casi violación, no se podía ignorar algo así y más si trataba de un ser de otro mundo que puede que aún piense en terminar lo que no a podido tomar por ser interrumpido por Sasuke Uchiha.
– ¡Bájame! ¡Yo puedo caminar sin tú ayuda! – Grito mientras se retorcía y pataleaba tratando de soltarse, pero de repente con el movimiento brusco que hizo al mover sus piernas siente la punzada entre sus piernas haciendo que soltara un pequeño quejido de dolor deteniendo su lucha. Maldición, si Momoshiki no hubiera estado tan posesivamente ansioso, no le dolería.
El Ninja se detiene cerca de la casa de Mirai que estaba en uno metros más adelante, al escuchar el pequeño dolor que soltó ella que había dejado de luchar, lo preocupo ¿Le duele algo? Claramente que si.
– ¿Qué sucede?–Pregunto examinándola detenidamente viendo su expresión que de un momento se sonrojo tanto que le pareció ridículo y preocupante ¿Acaso dijo algo para avergonzarla?
Mirai aprovecha que él se detuvo, lo empuja y se suelta de su agarre rápidamente mientras se incorporaba manteniendo distancia.
– No te me acerques. – Dice mirándolo molesta mientras volteaba para que él no le mirase el rostro, aunque sabe que ya la vio, estaba tan sonrojada y avergonzada aún tenía algo sensible su intimidad, por culpa de Momoshiki, aunque no se arrepiente.
– Algo debió dolerte ¿Qué fue? ¿En dónde te duele? – Pregunto serio mientras se acercaba para examinarla pero ella corre alejándose, dejándolo atrás.
–Mocosa terca. – Piensa soltando un suspiro molesto mientras la seguía.
Mirai ya estaba en su casa mientras cerraba la puerta y se va su habitación, estaba cansada, no tenía ganas de ponerse su pijama se tira en su cama aún sin quitarse la bufanda, picaba y daba comezón, ahora si recuerda porque y no la usaba, era irritante, antes que pudiera siquiera quitarse la bufanda, escucha que tocaban la puerta y entraba en su habitación el Ninja Anbu mirándola con molestia, parece que su madre le a dejado un juego de llaves al hombre. O simplemente entro como todo un Ninja en infiltración.
–Déjame revisarte. – Dijo molesto, ella se notaba bastante agotada, tal vez no durmió correctamente en la noche. Tal vez tiene pesadillas sobre casi ser violada por el Ootsutsuki. Muchas quedan traumadas en casos de estás escenas de violación, algunas Kunoichis se recuperaban y volvían a las misiones pero más frías y desconfiadas. Mirai puede que esté pasando un momento difícil pero paresia neutral como si nada la hubiera perturbado ¿Acaso fingía estar bien, Para no preocupar? Si lo hacía, entonces actuaba bastante bien.
– No, ahora fuera de mí habitación. – Dice seria parándose y cruzándose de brazos mirando al Ninja.
– Lo are pero primero déjame examinarte. Como tú medico Ninja personal debo asegurarme de que mí paciente esté bien. –Dijo serio acercándose cauteloso a ella, se notaba más hostil.
– No hay de que revisar, estoy muy sana y no hace falta que… ¡Achís! – Estornuda mientras tiembla abrazándose así misma cerrando los ojos por el estornudo.
– Claro, muy sana. – Dijo sarcástico mientras se acercaba y tocaba la frente de ella estaba caliente pero no tanto por lo menos.
– Hum… se ve débil ¿Habrá comido por lo menos? – Piensa viéndola con el ceño fruncido.
– ¿Has comido hoy o anoche por lo menos? – Pregunto serio pero suave.
– No he comido desdé que Salí del hospital. – Responde apenada mientras recordaba que no ha comido nada desdé que salio, estaba tan centrada en Momoshiki que había olvidado que tenía que comer.
– Pero aún a si no tengo hambre. – Decía viendo al hombre mirándola detenidamente poniéndola algo nerviosa.
Él suelta un suspiro mientras se acercaba a ella, le pareció ver una mancha o marcas oscuras o algo en el cuello de ella que estaba tapado por la bufanda roja.
Esa cosa de ve de picar mucho, conocía esas clases de bufandas, eran muy irritantes casi nadie los usaba. Eso lo sabe por experiencia.
–Lo habitual cuándo estamos enfermos es que perdamos el apetito. Esto se debe, entre otras razones, a la acción de unas proteínas llamadas citoquinas que se encuentran en el intestino, y que actúan sobre el hipotálamo para inhibir el hambre. Pero aún así tendrás que comer, preparare sopa de verduras para que te sientas mejor. Ahora quita esa bufanda y el chaleco para que te examine. – Dice con indiferencia mientras extendía su mano para sacarle la bufanda pero ella se lo impide retrocediendo, tenía el rostro sonrojado como si se avergonzara de algo.
¿Acaso piensa que le iba hacer algo? Claramente ella no se siente cómoda con una presencia masculina, ya que casi un hombre Ootsutsuki casi la toma contra su voluntad y claro de una manera violenta tal vez.
–Hum. No hace falta, estoy bien, ve a preparar la sopa, yo descansare un poco, luego llámame cuándo esté lista. – Dijo sacando al Ninja fuera de su habitación con fuerza mientras cerraba la puerta y soltaba un suspiro mientras se recostaba entre la puerta.
No entendió lo que dijo del todo de eso de citoquinas e hipotálamos, pero él tenía razón, que tenía qué comer si quería estar mejor.
– Lo siento, se que tus intenciones son buenas, pero no puedo dejar que veas los chupetones. – Piensa avergonzada y súper sonrojada mientras se miraba en el espejo, podía ver un color carmesí en sus mejillas.
En otro lado de la puerta estaba Takeshi refunfuñando maldiciones mientras examinaba la casa con interés, era acogedora y agradable, mira cada rincón hasta que fue a la cocina.
– Está chica es una inmadura, no entiendo como llego hacer Ninja siendo una caprichosa maleducada. Aunque entiendo que sienta desconfianza por culpa de ese Ootsutsuki. – Pensaba molesto.
Mirai estaba recostada en el marco de su ventana mirando fuera y a las personas que charlaban o paseaban abrigados por el fresco, ve a unos clones del Hokage ayudando a una anciana cargar algunas bolsas de compras inmensas ¿Cómo hacía la abuelita para cargar antes esa cantidad?
Le paresia lindo que su Hokage ayudara y se preocupara por ellos. Lo admira tanto, se queda un momento mirando al otro clon en una fila corta de una tienda de ramen instantáneos.
Se siente cálida con solo recordar en Momoshiki ¿En verdad quiere qué su primera vez sea él?
¿Cómo sabrá de lo qué siente es amor por él? ¡Diablos! Se conocieron no hace mucho y ya lo dejo que la besara y que la tocara, ahora no puede dejar de pensar en él, que no salía de su mente.
– Estoy tan confundida. –Piensa mirando perdidamente en la ventana.
– Creó que realmente te amo. – Dijo en susurro mientras se tira en su cama y soltaba un largo bostezo mirando el techo.
– Pero tú ¿Qué es lo que sientes por mí realmente? Momoshiki ¿O solo fueron impulsos qué sentimos? algo no real. – Piensa Mirai quedándose dormida.
