En konoha
– Ya ha comenzado a llover. – Piensa Mirai aburrida viendo en la ventana como algunos de los aldeanos corría y se protegía bajo los tejados.
Durmió poco, pero aún así se siente un poco soñolienta, ya estaba oscureciendo afuera y veía distraída algunos faroles encenderse, paresia tan oscuro afuera por las nubes.
–Me gustaría abrazarte. – Decía sonrojada recordando a Momoshiki mientras miraba distraída en la ventana, ahora llevaba puesto su bata color crema, pero aún tenía puesto la misma bufanda.
Tendrá que ponerse otra cosa o usar el maquillaje, por lo menos tal vez pueda servir.
–De vez de estar delirando, porque estás hablando sola. – Dijo apoyado en el marco de la puerta mirándola con diversión.
Se sonroja intensamente, viendo al Ninja peliazul apoyado en el marco de la puerta mirándola con interrogación y medio divertido.
– ¿Pe… pero por qué no tocas antes de entrar? – Dijo molesta aún con su intenso sonrojo viendo al peliazul.
–Había tocado pero no contestabas. – responde serio frunciendo el ceño mientras se enderezaba y se cruzaba de brazos.
– ¿Ya está la sopa?– Pregunto ignorándolo mientras salía de la habitación con sus cómodas pantuflas blancas.
– Si. ¿Por qué sigues usando la bufanda? – Pregunto frunciendo el ceño mientras la seguía por detrás hacía el comedor.
– Porque me gusta y es cómoda además de cálida. – Miente, podía sentir el molesto picazón que le causa la bufanda y el molesto e incomodo calor que le da en su cuello.
– ¿Por qué no te lo quitas? Se nota que es incomodo. – Dijo con molestia, está niña era una terca, se notaba a simple vista que se sentía incomoda con ese trapo de lana que le estrangulaba el cuello. Solo espera que no le deje marcas rojas de picazón. La piel de ella parece delicada y la probabilidad de que eso pase es 50%.
– Ya te dije que es cómodo. – Dijo viendo la mesa del comedor, los platos acomodados. Sentía el agradable aroma de la sopa.
– Mocosa terca. – Piensa serió arrugando su entrecejo y analizándola atentamente los movimientos mientras la seguía de cerca para tener la oportunidad de quitarle la bufanda.
Mirai lo mira sospechosamente, dándose cuenta de que él buscaba la manera de quitarle la bufanda, voltea y lo mira con molestia mientras se cruzaba de brazos.
–Puedes dejar de seguirme y dejar de pensar en como sacarme la bufanda. – Dijo retrocediendo un poco para mantener una distancia.
–Bien, pero en cualquier momento te lo quitaras. – Dijo serio cruzando sus brazos.
–Bien, me lo quitaré. –Dice indiferente.
– ¿En serio? – Pregunto viendo si ocultaba algo.
– Si, pero cuándo me valla a dormir. – Dijo molestando más al Ninja.
–Mocosa terca. – Gruñe molesto teniendo un tic mientras se acercaba para quitarle la maldita bufanda, pero ella le pega la mano y lo regaña pero aún así intenta de nuevo y recibió otro golpe en su mano pero uno más fuerte. Jamás fue muy pacientes con adolescentes tercos como de estás clases.
Luego de un rato discutiendo como niños inmaduros, se cansan y dejan de hablarse un buen rato, Takeshi agarra el tazón de Mirai y le sirve la sopa de verduras que olía delicioso.
Mirai se había ido a buscar un vaso ya que uno se había roto cuándo andaba ella esquivando los intentos de Takeshi de quitarle la bufanda, esté casi le quitaba la bufanda, le era algo difícil esquivarlo tuvo que usar más de su chakra en movimientos de evadirlo y golpearle más de una vez las manos.
Se sentía un poco culpable porque no le daba golpecitos, le daba unos manotazos que le dejaba a él y a veces un poco a ella irritadas sus manos.
–Puedes sentarte, ya está servida la sopa. – Dijo molesto mientras se sentaba y esperaba que ella se sentara mientras se cruzaba de brazos.
Mirai coloca el vaso en la mesa y se sienta hasta que siente una pequeña punzada en su intimidad, había olvidado que tenía medio sensible ahí.
Takeshi nota el pequeño sobresalto de la chica que trato de inmediato disimularlo, le molesta que le esté ocultando algo, debe de dolerle una parte del cuerpo. Como noto, es en la región baja de sus muslos.
– ¿Te duele una región baja, es decir parte de tus muslos? – Pregunto, notando como ella se tensaba y se sonrojaba más.
–Parece que hacerte. – Piensa el peliazul examinado la expresión avergonzada de la chica.
–No. –Dijo rápido desviando su mirada avergonzada.
Suelta un suspiro y toma su sopa mientras la veía ignorándolo mientras tomaba también la sopa, era evidente que estaba mintiendo. ¿Pero por qué?
–Mirai. – Dijo Takeshi llamando la atención de la Kunoichi.
– ¿Hum? – Lo mira un tanto avergonzada e incomoda.
–Sabes que puedes confiar en mí, soy un Ninja medico, el Hokage me confió a ti a cuidarte y vigilar que no te pasara nada. – Dijo serio mirándola con determinación.
–Lo sé, pero estoy bien, solamente tengo un poco de fiebre. – Dijo sonriendo un poco al Ninja que la miraba dudoso.
– Hum… pero aún así, déjame revisarte. –Dice serio tomando otro sorbo de sopa sabiendo que ella le daría otra negativa.
–No. –Dijo la Sarutobi, volviendo su atención en la deliciosa sopa.
En la entrada de Konoha se encontraba algunos guardias haciendo de vigías, uno de los guardias ve que se acercaba una niña peli violeta, reconociéndola de inmediato, corre dónde estaba ella.
Guardia 1– ¿Se encuentra bien? ¿Y Moegi? –Pregunto preocupado y serio mientras otros Ninjas se acercaban.
Guardia 2 – ¿Qué su sede? – Pregunto el otro guardia acercándose.
Guardia 1 – ¿Qué su cedió? – Pregunto agachándose a la altura de la niña.
– Nos atacaron, no... No Pude ver quién fue y mo... Moegi-sensei, desapareció…– Decía Sumiere hasta que se desmaya quedando inconsciente en los brazos del Shinobi.
En el bosque.
– ¿Dónde se habrá metido? – Decía serio Kinshiki mirando a su alrededor buscando a Urashiki. No era que le importaba pero teniendo en cuenta que el idiota suele meterse en problemas. Problemas que terminan involucrando a lord Momoshiki –sama y a él.
Los dos Ootsutsuki estaban parados en la entrada de una cueva que encontraron no muy lejos de su escondite mientras miraban entretenidos la fuerte lluvia. El aroma a tierra mojada era agradable algo que no admitiría.
–Se habrá ido a molestar algunos humanos o escondido jugando con ese tonto aparato. – Dijo con indiferencia Momoshiki mientras miraba la lluvia: Sintiendo el olor a agua en el aire.
– Iré a verla, cuándo anochezca. – Pensaba Momoshiki en Mirai, ansiaba estar con ella, le hacía sentir pacificó y cómodo con su presencia inocente e poder tenerla y cortejarla. Tal vez pueda llevarla conocer un lugar en otro mundo y tiene en mente a uno que por el momento es más aceptable.
– Me pregunto con quién está relacionado Momoshiki-sama. – Pensaba Kinshiki, viendo disimuladamente a su señor que miraba distraído en la lluvia.
En la noche estaba buscándolo, algo desesperado pensando que algo malo le había sucedido a su señor Momoshiki además que él insolente de Urashiki no ayudaba a encontrarlo, solo se quedaba fingiendo buscarlo mientras se ponía a jugar con ese estúpido aparato de los humanos, estaba a punto de golpear a Urashiki ante su falta de coperas ion.
Y luego antes de ir a la aldea que se llamaba Konoha, aparece su señor, en frente de ellos con su semblante serio habitual, pero algo le extraño, está vez aunque su sentidos del olfato estén algo oxidados, pudo percibir el aroma de alguien más en Momoshiki-sama, así que supuso que su señor salio a entretenerse con una chica, que de seguro para él la victima ya debe estar muerta o inconsciente, sabe que su señor es algo violento cuándo se trata de tener relaciones sexuales.
Pero ¿Con un humano? Le costaba creer eso pero podría ser una posibilidad.
Ahora veía a su señor algo diferente, no sabría como describirlo, pero ya no se ve tan asqueado o se quejaba como siembre por estar en esté mundo insignificante no digno de un ser celestial como él.
Algo en su chakra está diferente ¿Qué era?
– ¿Hum? ¿Qué tienes Kinshiki? – Pregunto con el ceño fruncido viendo que su subordinado estaba observándolo pensativo.
– No es nada, Momoshiki-sama no quise molestarlo ¡Perdóneme! – Dijo disculpándose con una reverencia poniéndose de rodillas y apoyando su cabeza en el suelo con fuerza partiendo en dos una roca.
– No exageres. –Dice indiferente.
Lo ignora mientras vuelve a mirar la tormenta lluviosa con desinterés, era muy relajante está tormenta, le daba algo de sueño y pereza, con solo escuchar los truenos, el viento y la lluvia. No era que necesitase dormir pero no estaría mal hacerlo un momento.
Se preguntaba si Mirai estaba pensando en él, ja, de seguro que si, por lo de la noche, se lame los labios, mientras recordaba los gemidos de su dulce voz mencionando su nombre, era una imagen muy hermoso de ella mirándolo con ese hermoso rostro teñido de un carmesí precioso haciendo juego con esos ojos rojo carmesí que brillaban ante la luz de la luna mientras suspiraba ante el placer que le daba.
Era la primera vez que le daba placer a una chica por el simple hecho de cortejarla y satisfacerla, pero valió la pena cada deleite segundo, ya que él en el proceso también lo disfruto bastante probándola.
Miraba entre la nada, en la lluvia, sabia que estaba mal lo que estaba haciendo, estaba haciendo lo mismo que Kaguya pero no podía evitarlo, él realmente siente algo por Mirai, pero en el fondo realmente temía que es lo que pensarían su clan o intentarían hacer para dañarla o intentasen alejarla de él, solo espera que no lo descubrieran.
Aunque si sucediera, no los dejaría meterse en su camino no le importaría mataría a quienes se atrevieran a desafiarlo en especial él. No importaba si lo llegasen a llamar traidor.
– No dejare que te alejen de mí, Mirai Sarutobi. –Piensa serio, sentándose en una roca mientras se apoyaba en el muro de piedra y cerraba sus ojos lentamente quedándose dormido.
Kinshiki ve qué su señor se había quedado dormido, era raro ver que señor Momoshiki duerma, voltea y ve algunas hojas de árboles cayendo por el viento de la tormenta que no paraba sin cesar.
