Mirai veía en la ventana muy entretenida, había agarrado una silla de su sala y colocado junto a la ventana para luego sentarse y ver en ella, se había asustado un poco por ese trueno fuerte, luego se había reído porque Takeshi estaba tan concentrado en el libro que leía que al sonar el trueno y hizo que se sobresaltara hasta caer del sofá mientras echaba maldiciones a la tormenta.
Eso había sido muy gracioso, no lo podrá olvidar fácilmente.
– No es bueno que estés cerca de una ventana cuándo hay tormentas eléctricas, Mirai. – Dice molesto viendo que la chica estaba muy cerca del cristal.
–No pasara nada. – Decía conteniendo una risa, no puede olvidar la caída del Ninja peliazul, era demasiado cómico.
–Hsk, no lo olvidaras ¿Verdad? – Dice molesto notando el esfuerzo de la niña de no reír.
– Mocosa molesta. – Piensa dando una pequeña sonrisa apoyándose en la pared mientras miraba la ventana junto a la Kunoichi que miraba entretenida la tormenta. ¿Qué tenía de entretenido observar la lluvia? Mira cayendo distraído y cómodo mirando la relajante tormenta.
En otro lado en el bosque, Momoshiki había despertado por el molesto ruido del trueno, era un fastidio está tormenta, podría fácilmente dispersarla con una de sus técnicas poderosas pero eso los delataría, haciendo que los Ninjas de la aldea los localizaran además no le da ganas de desperdiciar su valioso chakra por una tontería así.
Ve que Kinshiki estaba sentado y apoyado en la pared viendo el bosque. Él se veía ¿Tenso? ¿Por qué? Eso era raro en él.
– ¿Su sede algo? Kinshiki. –Pregunto viendo con el ceño fruncido a su guardián mientras se enderezaba un poco.
– No, mí señor. – Responde formalmente. No le agrada estás clases de tormentas no importa lo mínimas que sean, siempre le causaban molestias. Había sentido dos presencias aparecer, pero luego dejo de sentirlas esperaba que no sea otro de su clan. Esas chakras, presentía haberlas sentido antes fuera de éste mundo pero no podía recordarlo. Aún estaba en duda si comunicarle a lord Momoshiki.
– Hum. – Piensa dudoso viendo a su guardián pero lo deja de lado mientras veía que la tormenta se volvía más frenética y ruidosa, puede ser a veces molesta pero es relajante e agradable diría.
– ¿Dónde se habrá metido ese odioso de Urashiki? – Pensaba Kinshiki notando que estaba anocheciendo, aún no entendía porque su señor quería aun quedarse en esté mundo tenían poder suficiente como viajar a su mundo cercano a descansar pero el insistía en quedarse ¿Será por alguien? ¿Qué está esperando? Era un comportamiento raro, nunca lo había visto así.
¿Tendrá algo que ver por una mortal? Sinceramente eso seria imposible, su señor detesta a los humanos…pero ahora que lo recuerda Momoshiki tenía el aroma de una humana, él no era de tener relaciones con humanos, criaturas insignificantes que ni se merecían la atención de un dios celestial, nada más él se relacionaba con las mujeres del clan Ootsutsuki.
–Saldré, no me sigas Kinshiki. – Dice aburrido abriendo un espacio-tiempo en el aire.
Al pasar en el espacio-tiempo, llega dónde está la casa de Mirai, terminando en la habitación de ella, obviamente ocultando su firma de chakra por completo y su presencia, había sentido que había alguien más en la casa además de Mirai pero no le importa mucho, no siente agresividad o peligro en el sujeto que está con su mujer en la sala.
Mira la habitación de la joven Kunoichi con interés, quedando con cuidado de no hacer un movimiento brusco, ve en el espejo tres fotografías de Mirai con su Madre, le sorprende la similitud que tienen, y ve la otra foto dónde está Mirai siendo una niña más pequeña.
Y la otra ella con un pastel de cumpleaños junto con su Madre. ¿Dónde estará su Padre? ¿No la a abandonado o si? Ahí humanos que son tan desagradables dejando a sus crías, observa más fotos en una mesita, ella pequeña con algunas personas medios jóvenes. Pudo reconocer algunos de ellos. La mujer del zorro que intento confrontarlo aquella vez, y el sujeto de cabello oscuro sujetado en una coleta alta que tenía ese buen jutsu de sombra.
Va a la cama de la Kunoichi y sonríe recordando de la linda noche que lo pasaron juntitos, se sienta en el bordé del colchón, era cómodo pero no tanto mientras cerraba sus ojos y aspiraba el aroma de ella impregnada en toda la habitación, escucha que alguien se acercaba a la puerta y sabia que era Mirai, podía sentir su chakra y ella podía sentirlo también.
Cuándo estaba en la sala siente una presencia conocida en su habitación, su corazón acelero frenético poniéndola nerviosa, se había parado de su asiento disimulando naturalidad e le dijo al Takeshi que se iba acostar un rato más y que no irrumpiera sin permiso en su habitación.
– ¿Será él? –Piensa entrando en la habitación, no antes de ver que Takeshi no la esté siguiendo, al entrar con cuidado ve que estaba Momoshiki sentado en la cama viéndola con esos penetrantes e profundos y hermosos ojos perlados.
–Momoshiki. – Decía en susurro mientras aparecía un lindo carmesí cubriendo sus mejillas, para luego entrar y cerrar, trabando la puerta mientras volvía a él.
–Dije que volvería ¿No? – Dice bajo sonriéndole mientras se levantaba y se acercaba a ella.
Mirai veía que el Ootsutsuki se acercaba, se puso tensa y sentía sus mejillas arder, ya le había ido la fiebre, sabia que se estaba sonrojando, era algo vergonzoso eso, era extraño tener a Momoshiki de cerca y en su habitación, se preguntaba cómo hacía para entrar.
Aún no podía creer lo que está haciendo por un Ootsutsuki, se conocieron nada más que en tan poco tiempo que se juntaron, ¿Cómo era eso posible? Se sentía como una tonta en caer en los brazos de un enemigo.
–Momoshiki…. – Dice viendo al Ootsutsuki acercarse y agarrándola de las cintura con cariño apegándola a él en una forma sensual. Su corazón latía más fuerte al tenerlo cerca, podía sentir su calidez, su aroma embriagador.
– Me siento como una tonta al enamorarme del enemigo. Y aún así me gusta. – Pensaba tímidamente abrazándolo y apoyando su cabeza en el torso del hombre mientras inconscientemente aspiraba el embriagante aroma sensual de él.
– Vámonos. – Dice en susurro y con voz ronca mientras aspiraba la cabellera oscura de la Sarutobi. Ama sentir ese aroma dulce y exquisito de la joven, Podía sentir su pequeño cuerpo con la de él abrazándolo.
Mirai se separa un poco sin romper el abrazo mientras miraba algo confusa al Ootsutsuki, él había dicho vámonos, ¿A qué se refería? Estaba lloviendo ¿Dónde quiere qué vayan?
– ¿Salir? Pero está lloviendo y hay muchos Ninjas patrullando. – Dice inocente viendo esos hermosos ojos perlados mirándola con profunda suavidad.
Momoshiki sonríe inclinándose un poco sobre ella y toma el mentón de ella con delicadeza y besa sus apetecibles labios, al separarse un poco del rostro de la joven ve como un inmenso y lindo color escarlata brillante cubría su bello rostro haciéndola ver adorable.
– Tan linda. –Piensa inclinándose de nuevo besándola tiernamente, sintiendo sus suaves labios sobre los suyos, la levanta y la apoya en la pared mientras la besaba un poco más deseoso, no podía evitarlo, ella lo estaba haciendo adicto a su besos a esos labios.
Luego besa deslizándose hasta el cuello de ella dejando más marcas en ella, se sentía muy deseoso de continuar mientras a la vez exploraba su cuerpo con sus manos, manoseándola con deleite. Sintiendo su pequeño y curvilíneo cuerpo en sus manos, sintiéndose tan poderoso e afortunado.
–Es….espera. – Dice jadeante y medio asustada, tenía que detenerlo, estaba Takeshi en casa y temía que los descubriera, el hombre era un Anbu no era un tonto. Se daría cuenta en cualquier momento de que algo está pasando.
–Tranquila mí niña. – Dice besándole las mejillas sonrojadas de su chica.
Se separa un poco de Mirai aún no soltándola y de un movimiento rápido la levanta como princesa sosteniéndola en sus dos fuertes brazos mientras abría un espacio-tiempo. Ya tenía planeado llevarla a ese lugar que él conocía y dónde le gusta mucho.
Mirai se asusta, le dio algo de impresión eso, por impulso abrazo rodeando el cuello al Ootsutsuki que sonreía gustoso y divertido al verla así, disfrutando gustosamente de ese abrazo. Ella era tan ligera y tan pequeña en sus brazos.
– ¿Dónde me llevas? – Le pregunto temerosa viendo el agujero negro en el aire.
–Es un buen lugar, te gustara. – Dice pasando a través del espacio-tiempo hasta desaparecer. Antes de eso él había dejado una pista falsa, para aquella persona que estaba en la sala. No fue la mejor que se le ocurrió.
En la sala Takeshi se levanta de golpe alarmado y corre hacía la habitación de Mirai, el chakra de la Sarutobi desapareció en un instante, intenta abrir la puerta dándose cuenta que estaba trabado de nuevo, sin dudarlo de un golpe derivo la puerta que luego tendrá que reparar mientras entraba y buscaba a Mirai a su alrededor ¡¿Qué sucedió?! ¡¿Dónde está?!
– ¡Mirai! – Pensaba alarmado hasta que nota que la ventana estaba abierta. ¿No lo hizo o si? Tiene que haber pasado otra cosa ¿Y si era una distracción? Pero aún así, no lo dejara de lado, si realmente se escabullo por la puta lluvia.
–Me saldrán canas, le dije que no saliera. Espero que sea eso niña y no te secuestraran. – Dice nervioso, él siendo un sensor estaría en aprietos con Hokage-sama por perder a Mirai.
En otro mundo, aparecían Momoshiki y Mirai, en frente de un campo de flores llamativas como claras desconocidamente hermosas de unos lindos colores arcoiris brillantes, y rodeados en el campo con unos árboles peculiares de hojas azules y celestes al rededor, el cielo era oscuro y en el se podía ver unas centenares de estrellas y tres lunas brillantes dando un resplandor hermoso y único.
Veía fascinada el paisaje, nunca en su vida había visto un paisaje tan semejantemente hermoso como esté, obviamente ya no estaba en su mundo, esto era increíble y aterrador a la vez.
Momoshiki miraba con una sonrisa satisfactoria el lindo rostro de su pelinegra que él aún tenía en sus brazos. Tan ligera y pequeña.
– ¿Te gusta? – Pregunto bajo sonriendo y poniéndola en pie mientras veía lo fascinada que estaba ella.
–Es hermoso. – Dice viendo con fascinación el lugar.
–Es un mundo que encontré no hace muchos milenios. – Dice sentándose entre las flores mientras Mirai hacía lo mismo sentándose al lado suyo con timidez.
Podía notar ese lindo sonrojo en su bello rostro, ella era perfecta. ¿Qué truco habrá usado en él, para enamorarlo? Bueno es el efecto del lazo de chakra pero él se había insinuado a ella antes de que sucediera está conexión. A él no le afectaba mucho pero a está pequeña e hermosa humana si lo hacía. Aunque le impresionaba el autocontrol que tenía sobre ella misma en no rogarle que la tomara. ¿Tal vez por ser humana?
Podía verla junto con él, sonriendo y sosteniendo una flor, viendo como la flor centellaba hermosos colores brillantes con fascinación, para él son simples flores al que está acostumbrado ver y pisar casi todo el tiempo.
Abraza por la espalda a su humana y la atrae hacía él, apoyándola en el torso y sentándola en su regazo mientras aspiraba el dulce aroma de la cabellera oscura de ella, podía sentir ese estremecimiento que le causaba y admite que le gusta, sabiendo que es él, que le causa esos pequeños temblores nerviosos en ella.
Podía sentir su cuerpo pequeño junto al de él que era más grande, sonríe al sentir el corazón de ella latir rápido, le era divertido ponerla en esa forma, le parecía tentadoramente linda así.
La voltea un poco para verle el rostro y sonríe, viendo como un carmesí la teñía en todo su angelical rostro y más en sus orejas.
De cerca podía distinguir un ligero sabroso rosado en sus tentadores labios entre abiertos que la hacían ver más deseable, no le gustaría que alguien intentase seducirla y probase esos labios que le pertenecían a él, si llegase alguien a besarla, lo mataría dolorosamente, ahora que recordaba antes de llevarse a Mirai en este mundo, recuerda haber visto que estaba un sujeto cerca de ella en la sala.
– ¿Quién es él? –Piensa con un poco de recelo, no había sentido intenciones malas o peligro en ese sujeto, pero, aun así le da curiosidad sobre ese hombre.
–Mirai, ¿Quién era el qué estaba contigo en tu casa? – Pregunto serio y lo más cortes mientras la acercaba más a él con cariño, quería tenerla más cerca.
Mirai lo mira algo apenada mientras comenzaba a explicarle a Momoshiki que su Madre antes de irse de misión, había pedido al mismo Hokage de enviar a un Ninja Anbu a protegerla y cuidarla además de vigilarla, le contó vergonzosamente la parte que intentaba ocultar los moretones que él había dejado y la otra con una risilla contándole sobre la reacción del Ninja por un trueno.
En algunas partes tuvo que omitir, ya que eran muy vergonzosas.
Escuchaba y veía algo divertido a Mirai contándole sobre ese tal Takeshi, en algo estaba desacuerdo él, y eso era porque envían a un Ninja hacer de guardaespaldas y cuidador a Mirai, ¡Un Ninja! Si ese Zorro estuviera en su lugar le hubiera enviado un escuadrón completo de guardias a cuidar a Mirai.
Pero igual, le enviaron a cuidarla, eso lo tranquiliza un poco, aunque esté desacuerdo de que le hubieran enviado un solo Ninja.
Veía su lindo rostro mientras acercaba el suyo a la de ella, depositando un tierno beso en esos apetecibles y tentadores labios, sentía la suavidad y lo dulce que sentía de esos labios sobre los suyos, tiernamente hasta intensificarse más apasionado, podía sentir que ella enreda sus brazos abrazándolo del cuello mientras a la vez enredaba sus dedos en su cabellera larga lila.
Mirai podía sentirse como el cielo, teniéndolo de cerca a Momoshiki, sentía ese aroma a pino que el tenía impregnado además de otro que era inconfundible pero agradable, la besaba con pasión y profesionalmente, ella aún es muy inexperta con eso de los besos.
Le era vergonzoso no saber besar bien hasta que seda cuenta que estaba acostada entre las hermosas flores y el hermoso Ootsutsuki sobre ella besándola. Presionando excitantemente su cuerpo a la de ella haciendo que gimiera entre el beso.
La sensación de calor la invade de nuevo dándole una corriente agradable en todo su cuerpo ante la sensación deliciosa de su novio frotándose a ella suavemente, seduciéndola de placer.
Vergonzosamente tenía sus piernas separadas cada lado de Momoshiki haciendo difícil no perderse en el placer. Lo quería tan cerca, gime roncamente embriagada entre el beso. Abrazándolo casi ansiosamente.
–Quiero que seas mía, quiero sentirte con todo mí ser, Mirai. – Piensa deseoso y muy excitado, rompiendo el beso, separándose un poco de ella mientras veía ese hermoso sonrojo y esa mirada atractiva e cautivante, viéndolo con un deje de deseo, ella se veía tan angelical e cautivadora y terriblemente deseable.
Quería tenerla ahora, hacerla suya. Suelta un gruñido seductor y hambriento mirándola con apreciable deseo ¡Tiene que controlarse! Sus emociones e instintos lo estaban haciendo descontrolar un poco.
Ella lo estaba enloqueciendo, haciendo que se enamore más y la desee.
Aún sigue sin poder creer de haberse enamorado de ella en tan poco tiempo y ella de él, estaba convencido que era el lazo de chakra que hizo con un descuido cuándo la conoció e intento hacerla suya.
Eso los estaba haciendo sentir entre ellos la atracción, aunque esperaba que no sea eso los que los unía así, esperaba que sea natural lo que se sentían entre ellos pero eso no le importa ahora, ya que se sentía afortunado y ¿Feliz? Si, hace tiempo que no se sentía feliz, al tenerla cerca de él, el deseo de tenerla para él solo, para siempre y querer hacerla feliz, cortejarla y protegerla. Y… ¿Cómo se verían sus hijos?, demonios creo que se adelanta demasiado. Pensando en ese futuro, se sonroja.
– ¿Momoshiki? – Decía preocupada viendo el hermoso rostro del hombre que respiraba agitado y la veía detenidamente poniéndola algo nerviosa al mismo tiempo. Su mirada seria y perlada, eran tan cautivantes como intimidantes.
– Me vuelves loco ¿Lo sabes? – Dice serio con voz ronca e profunda inclinándose y besándola con ternura.
–Yo…– Estaba sonrojada por el comentario, iba a decir algo pero él la besa con ternura en los labios, mientras sentía como una sensación fuerte hacía qué se excitara más sentía, como si estuviera conectada a él y que él le provocaba está sensación. Es como si pensara algo relacionado en sus futuros, ¿acaso imaginó tener hijos?
– Yo, un príncipe del clan Ootsutsuki, siendo hechizado por una hermosa humana. – Piensa el príncipe conejo mientras bajaba sus besos hasta el cuello de Mirai con anhelo y se frotaba poco de a poco en el cuerpo de ella, haciendo que se excitara más, podía oler y percibir ese delicioso aroma qué desprendía ella. Sus pequeños gemidos eran tan deseables.
Podía sentir como el Ootsutsuki se frotaba entre ella en sus caderas, provocándole un cosquilleo en su vientre como mariposas mientras jadeaba con esos besos e movimientos lentos y provocativos que él hacía, se sentía tan bien.
– Se que es muy pronto y que nos falta conocernos aún. Así que dime ¿Me dejarías tomarte como mía? –Dijo serio con voz suave y ronca mirándola con deseo y con ternura.
Se sorprende por esa pregunta ¡Era verdad!, aún no se conocían del todo y lo vergonzoso es que ya estaban siendo íntimos y él ahora le pregunta eso, cielos, quería hacerlo pero a la vez no, no se sentía preparada para dar su primera vez, aún, sentía amor por él y lo amaba pero, no estaba segura si estaba bien hacerlo, tenía miedo.
– Aún espero. –Dice con voz suave besándola en el cuello, estaba algo impaciente.
–Si….si puedes. – Decía en susurro, apenada y muy sonrojada: Suspirando ante sus besos y caricias.
¡Ella acepto! Se sentía tan aliviado y feliz, sonríe confiado inclinándose para besarla de nuevo pero ella coloca dos dedos en la comisura de sus labios impidiéndole el beso, él la mira confundido.
– Si puedes pero cuándo cumpla los dieciocho. – Dice sonriendo tímida por la expresión de él. Esperando que no lo haya molestado ante eso.
– ¿Y cuándo cumples esos dieciocho? – Pregunto serio con voz ronca mientras acariciaba con su rostro el cuello de ella algo lento y tierno disfrutando de la suavidad de su lechosa piel.
Entendía eso del ritual de celebración del día de nacimiento que tenían los humanos, algunos de su clan celebraban ese ritual también, a él no le importaba, ni le interesaban esas cosas, aún recuerda que los humanos a cumplir a cierta edad ya es adulto y puede tomar sus propias dediciones.
– En dos meses, es mucho tiempo, pero lo suficiente para conocernos mejor. – Dice viéndolo a esos ojos perlados y cautivantes ¡No puede cree que haya dicho eso!
Frunce el ceño, eso para él no es mucho tiempo pero si ella lo pide, esperara con gusto, la besa en los labios con ternura mientras intentaba controlar un poco su excitación pero podrá lidiarlo después. Se levanta y extiende su mano cortésmente tomando la mano de ella con ternura.
– ¿Te gustaría un recorrido en mí palacio? –Pregunto teniendo la pequeña e suave y delicada mano de Mirai con la suya.
– ¿Palacio? – Dice aun muy sonrojada, mirándolo sorprendida.
Él sonríe y la besa en la mejilla derecha mientras guiaba a Mirai hacía su palacio, aún tenía sirvientes que cuidaban su palacio manteniéndolo presentable por si él regresaba en esté mundo.
Tendrá que amenazarlos luego para que no dijeran nada a su clan que ha traído a una humana y que ella es su pareja. En especial a su hermano.
