En Konoha estaba dejando de llover, ahora solo lloviznaba, Takeshi buscaba a Mirai por todo lados y esquivando algunos clones de Nanadaime que merodeaban por ahí haciendo sus deberes de ayudar algunos aldeanos, no tenía ganas de explicarle que en tan solo un día y tan poco tiempo a perdido de vista a una Shinobi, sería humillante.
Estaba parado sobre un tanque de agua mientras meditaba pensando en dónde estará metida. Las calles estaban iluminadas por los faroles y los comercios.
– ¿Dónde se habrá metido?– Murmura serió preocupándose mientras baja del tanque de agua y aterrizaba frente la florería de los Yamanakas, iba a preguntar hasta que reconoce el chakra del sujeto desagradable que estaba detrás de él. Maldita sea.
– Vaya, es el niñero de Mirai. – Dice una voz con desagrado.
Takeshi voltea y ve que era el chico al que horas atrás lo había amenazado de castrarlo.
– ¿Y Mirai? ¿Dónde está? – Pregunto buscando alrededor a la Sarutobi, pero no la encuentra.
–No es de tú incumbencia, mocoso. – Dice serio y viendo amenazante al chico.
– No me digas mocoso, viejo de mierda. – Dijo amenazante fulminándolo con una mirada asesina y seria.
–Te crees el valiente ¿He? Mocoso insolente. – Dice serio mirándolo con desprecio.
Los dos se miraban con miradas afiladas, estando en frente del uno y del otro muy cerca y furiosos, algunas persona se alejaban porque parecían que iban a lanzarse a pelear en cualquier momento pero aparece Ino interrumpiendo las miraras asesinas que sedaban los dos hombres.
– ¡Oigan! ¡Ustedes dos! Si van a pelear o discutir, vayan a otro lado…. ¡Espera! Pero si eres Eiji. – Dice la Yamanaka viendo al chico de ojos almendrados.
– Señorita Ino, lo siento, no quería molestarla, discúlpeme. – Dice actuando estar apenado.
– Está bien Eiji, pero que no vuelva a suceder, ahora tu…–Voltea para hablar con el hombre peliazul pero él ya no estaba.
– ¡Pero que grosero! –Piensa Ino, molesta voltea para ver a Eiji.
– ¿Quién era? ¿Y qué quería? –Pregunto viendo al chico.
–Hum, no sé como se llamaba, no me acuerdo, pero era solo un simple hombre gruñón que le gusta molestar y buscar pelea. – Dice cruzándose de brazos en verdad no se acordaba del nombre.
–Bueno, ¿Y cómo les parecieron las flores a Mirai? –Dice dejando el tema mientras preguntaba sobre Mirai,
– No sabía que Mirai tenía un novio tan encantador, luego cuándo la vea le preguntare de como se conocieron. –Piensa Ino sonriendo.
–Le encantaron. –Dice fingiendo una sonrisa falsa.
–Me alegra, bueno, voy a cerrar, se está haciendo tarde, supongo que mañana vendrás a comprar unos ramos de rosas ¿No? – Dice sonriendo al chico.
–Pues claro, todo por mí querida y amada Mirai. –Dice con cara de tonto enamorado aunque eso lo hizo sonar un poco obsesionado y loco, algo que la Yamanaka no ha notado.
– Que lindo, bueno, nos vemos mañana, Eiji-kun. – Dice despidiendo al chico que se estaba yendo.
Eiji caminaba pisando cada charco de agua mientras sentía las gotas de la llovizna en su rostro y pensaba en Mirai y en que forma podría conquistarla o tenerla.
–Ella me pertenecerá, la are que me ame. – Piensa con una sonrisa oscura.
– ¿Qué hacía él en frente de la florería? ¿Y no cuidando a mí mujer? – Dice en murmuro mientras recordaba al peliazul con desagrado, apresuraba su caminar ya que comenzó a llover un poco más fuerte.
–Maldita y estúpida tormenta. – Piensa molesto llegando a su casa a tiempo, entra y cierra la puerta detrás de él mientras se quitaba las botas, se va a su habitación y se tira en su cómoda cama mientras cerraba los ojos con cansancio.
En verdad la quiere tener, ella niega y lo rechaza, está seguro de que ella estaba confundida y no sabe que se enamoro de él, que no conoce ese sentimiento porque de seguro nunca tuvo novio o se haya enamorado.
–Solo estás confundida Mirai, se que te gusto, no lo niegues, Estoy deseoso de poder tenerte. –Decía Sonriendo y abrazando su almohada con fuerza.
En el bosque estaba Kinshiki preocupado por su señor, no estaba cómodo estar lejos de su amo Momoshiki, le preocupaba ese comportamiento nuevo que su señor tenía, esto sucedió cuándo tuvieron hace poco días con el encuentro del Uchiha que estaba con una chica que se veía débil.
Ahora que recuerda, no había notado eso, ella se notaba débil y en ese momento había notado ese aroma, el aroma de ella que estaba mezclado con de ¡¿Momoshiki?! Ahora entiende, ¡Ella está viva y su amo a estando viéndola todo esos momentos que desaparecía! ¡Ella es la causa de que su señor esté actuando menos hostil y más raro! Ahora lo comprende su señor él….
– ¡Mi señor Momoshiki-sama se a interesado de una humana! –Piensa sorprendido no se esperaba eso de su señor, él que tanto depreciaba a los humanos.
Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se percataba de que Urashiki le estaba hablando, tratando de llamarle la atención.
– ¡Ey! ¿Qué le pasa? Te encuentro en está otra cueva y no está el cubo de hielo de Momoshiki y no me contestas. – Dice molesto, pero luego se le va lo molesto recodando que está podía ser una buena oportunidad de hacer una broma en el rostro de Kinshiki.
– Mejor quédate así, kukuku. – Piensa tratando de no reír y no hacer que el grandote reaccionara mientras en un bolsillo oculto sacaba una fibra negra de tinta permanente que no se podía quitar tan fácilmente con agua.
Estaba a centímetro de rallarle el rostro pero Kinshiki reacciona rápido y lo asusta, el grandote lo agarra y lo choca contra el suelo con su gigantesca mano mientras que con la otra le a rebata el fibron de la mano.
– ¡Aaaa! ¡Espera, no es lo que crees! – Dice alarmado tratando de disimular inocencia, obviamente que no engañaba para nada.
– ¿Ah no? Veamos como te quedan unas cejas negras y gruesas. Como los que tienen los humanos. – Dijo serio acercando el fibron en el rostro de Urashiki.
– ¡ESPERA! ¡En mí bonito y sexy rostro no! – Dice forcejeando hasta que inevitablemente ya era tarde.
En Konoha Takeshi buscaba y pensaba en dónde se habrá escondido o ido Mirai, si ella seguía así de desaparecida, no tendrá opción que ir vergonzosamente a la oficina del Hokage a darle las noticias que a perdido a Mirai.
–Todo en el mismo día, espero encontrarte pronto niña. –Murmuro serio mientras saltaba en tejados.
Veía el palacio de Momoshiki con fascinación era un palacio ¡Inmenso! Con estructuras únicas y muy elegantemente hermosos.
–Es hermoso. – Dice maravillada, podía ver unas mariposas que brillaban con unos hermosos resplandores blancos en los jardines de la entrada principal mientras veía algo tímida las miradas de algunos de los "Empleados" de Momoshiki mientras ellos les daban una reverencia cortes. Todos usaban el mismo atuendo blanco y violetas muy elegantes.
Momoshiki los miraba amenazantes a sus sirvientes intimidándolos, haciéndolos entender que cerrasen las bocas o los mataría mientras Mirai estaba distraída admirando el panorama de su palacio.
Al entrar en la gran puerta, detienen sus pasos frente de dos sirvientes gemelos dándoles una reverencia cortes.
Mirai veía algo incomoda a uno de esos, "empleados" Ootsutsuki, su apariencia y vestimenta eran un poco diferentes, esos dos Ootsutsuki eran más alto que Momoshiki, tenían un semblante cortes y rudo, el cabello grisáceo azulados, largo, enrulado y sueltos mientras tenían unas miradas serenas y sorprendidas al verla a ella. Eran un poco mayor que Momoshiki.
1– Mí Lord, es un placer verlo de nuevo, y veo que trae compañía. – Dice uno de ellos con cortesía viendo a Mirai detenidamente, no esperaba que su señor, trajera a una humana, pensaba que el odiaba a los mortales por ser inferiores. ¿Será una mascota? ¿O amante?
–Si, es mí invitada y mí novia. –Decía mientras los fulminaba y estrechaba la mano de Mirai haciendo que satisfactoriamente, ella se sonrojase mucho.
El segundo sirviente sonreía sorprendido mientras el otro que estaba en su izquierda no, solo se dedicó a analízala detenidamente poniéndola más nerviosa e incomoda.
1 –Ya veo, entonces me presento. Supongo que no todos pueden evitar esos genes. – Piensa no sorprendido el Ootsutsuki acercándose con pasos elegantes hacía Mirai e inclinándose cortésmente frente a ella seguido por su hermano gemelo.
–Mí nombre es Akiro Ootsutsuki y el que está a mí lado es Yemon Ootsutsuki mí hermano gemelo como puedes ver, estamos a cargo del palacio ante la ausencia de lord Momoshiki-sama. – Dice cortes haciéndole una reverencia a la Sarutobi algo avergonzada por tal cortesía.
–Es un placer conocerlos también, mí nombre es Mirai Sarutobi. – Dice saludando tímida pero cortes a los dos Hermanos.
Momoshiki veía entretenido y embobado como su linda Mirai saludaba a sus dos y nobles sirvientes con timidez, era tan hermosa, la agarra acercándola algo celoso, demostrando que ella era suya a sus sirvientes.
Sentía como Momoshiki la acercaba hacía él, alejándola de los dos Ootsutsuki algo brusco ¿Qué le pasa?
Mira algo extrañada el rostro serio y hermoso de su amado que veía con recelo a los dos Ootsutsuki, pero luego dio su mirada seria hacía ella y le sonrió con ternura hasta hacerla sonrojar, él tenía una hermosa sonrisa.
Akiro y Yemon veía con una sonrisa falsa aquella escena mientras trataban de ocultar el desagrado de ver aquella joven humana e inferior.
A los dos no le agradaban a los humano, tanto esmero de mantener presentable el palacio para Momoshiki-sama, pero ahora ven como la humana está haciendo que el hermoso palacio se vea impresentable y no agradable para aquellos Ootsutsuki, pero no tenían opción, si su amo la eligió como pareja a está jovencita, no pueden hacer nada que aceptar a su nueva y tal vez futura señora Ootsutsuki.
– Sigamos el recorrido, querida. – Dice serio y seductor coqueteándole a la Sarutobi que se sonrojaba con sus palabras.
–Si. – Dice avergonzada pero con una sonrisa abrazando el brazo de su novio, que sonríe gustoso ante su movimiento mientras los dos caminaban tranquilos en los pasillos, aunque ella estaba un poco nerviosa por dejar su casa así nomás y dejando a Takeshi-san, de seguro él ya se habrá dado cuenta de su ausencia y la debe de estar buscando como loco ahora mismo, solo espera pensar que excusa usar al llegar a casa.
Veía los ventanales del palacio, esto era muy lujoso para su gusto, era lindo todo pero se sentía desigual estando aquí, estaba segura de que ahora algunos de esos "empleados" no les agradaba. Mira lo bien vestidos que están y ella toda mal vestida y….: Abre ligeramente más los ojos, ¡Tiene el cuello descubierto mostrando los chupetones!
En Konoha Takeshi tuvo que ocultar muchas veces su chakra por si el Hokage lo reconociera, aún no es tiempo de decir que la perdió de vista a la Sarutobi, ella solo desapareció no hace mucho, así que aún tiene tiempo en buscarla y regañarla.
Estaba en un tejado hasta que de repente siente que alguien está detrás suyo, voltea sacando su kunai con rapidez apunto de atacar al sujeto hasta que seda cuenta de quién trataba.
–Tranquilo Takeshi-san. –Dice Sai, con su sonrisa falsa mientras lo examinaba con cautela, Era raro ver a uno de los mejore Ninja Anbu y medico en estos lugares, Eso le llamo la atención cuándo había regresado de misión. ¿No sé supone qué debe de estar cuidando a una importante kunoichi?
– Sai-sama, disculpe mí imprudencia. – Se disculpa guardando su kunai mientras veía con seriedad al paliducho e líder de los Anbu. Prácticamente su líder.
– Acabo de regresar de una misión, estaba a punto de ir al edificio Hokage a dar mí informe, pero me percate que andabas en tejados buscando a alguien, ¿Acaso es algún enemigo? Porque seria raro verte en estos lugares. En vez de cuidar ya sabes quién. – Dice, estaba serio viendo al peliazul.
–Estoy de misión. Estoy en ello, es una adolescente algo escurridiza.–Dijo intranquilo y serio.
–Ya veo ¿se te escapo?– Pregunto serio algo curioso.
– Si, pero si no aparece tendré que informar a Hokage-sama. –Diablos esto si era vergonzoso.
– Ya veo, descuida Takeshi, no te regañare y no diré nada, me retiro.
– ¿Gracias? – Dice confundido viendo que el jefe se retiraba.
