En otro lado o más bien en otra dimensión.
– ¡Maldición! Ese hijo de puta patea fuerte, me los pagara, lo pateare tan fuerte su maldito trasero que ni siquiera podrá caminar o sentarse por el resto de su puta vida. – Refunfuñaba Takeshi gruñendo molesto y adolorido frotándose el abdomen y lamiéndose su labio inferior partido e ensangrentado.
–Pienso igual, pero quítate de encima. – Dice Sasuke serio viendo que obviamente no estaban en Konoha esté lugar era un mundo muy desierto y bastante conocido, sintiendo ese calor molesto.
– ¡Papá! – Grita Sarada a lo lejos corriendo hacía dónde estaban ellos.
– ¡¿Sarada?! – Se levanta preocupado tirando al otro ¿Qué hacía su hija aquí?
– ¡Maldición! Mirai está sola, tengo que salvarla. ¿Qué clase de cuidador soy? ¡Debí alejarla de ese peligro! El Hokage se avergonzaría de mí si supiera sobre el error que cometí. – Piensa serio y avergonzado siguiendo al Uchiha hacía dónde estaba viniendo la niña azabache.
Luego de que Sasuke revisase a su hija una y otra vez sucesivamente, comenzó a buscar abriendo brechas de dimensiones para volver ha Konoha, los tres estuvieron varados en el desierto durante diez tortuosas horas, Sasuke al fin había podido abrir su dimensión hacía Konoha, estuvieron diez horas estando atrapados en ese desierto.
Al volver, Takeshi corrió desesperadamente como un rallo hacía dónde debía estar Mirai, sin esperar a Sasuke. Estaba preocupado, esquivaba a Shinobis y saltaba los tejados.
Al llegar al lugar dónde estaba Mirai, ve atónito los destrozos y cráteres enormes que antes no estaban, ¿Pero qué sucedió? Pero no veía a Mirai, ni a esos mocosos. Crea tres clones de sombra aunque eso lo degaste de chakra y los esparce en busca de Mirai.
–Pero… ¿Qué paso? – Dice saltando y buscando alrededor había unos Shinobis recostado y otros descansando, parece que la batalla había terminado.
– ¡Ey Takeshi! ¿Estás bien? ¿Y Sasuke? – Aparece el Hokage con menos daño pero muy desalineado.
–Él está bien, Hokage-sama. ¿Mirai dónde está? – Pregunta serio.
– ¿Mirai-chan? Ella está bien, está con Boruto y Mitsuki, ayudando a los civiles. – Dice serio con el ceño fruncido.
Takeshi se calma un momento pero al ver los destrozos no puede evitar preguntar que sucedió.
–Ya veo ¿Qué paso? No estaba tan destrozada está parte de la aldea ¿Acaso se enfrento a esos intrusos? – Pregunto serio.
–No… no e podido ni salir de la torre. – Dice avergonzado y molesto.
– ¿Cómo?– frunce el ceño sin poder creerle ¿Qué estuvo haciendo entonces?
–Al parecer él de la mascara que me enfrento había puesto un sello en mí sin darme cuenta, antes que lo atrapase caí en un Genjutsu muy poderoso, fue difícil liberarme, desperté de ese sello por ayuda de Shikamaru que había regresado de Suna. –Responde apenado pero muy serio, la aldea no estaba tan destrozada solo una pequeña parte con destrozos mayores y cráteres, algunos de los Shinobis le confirmaron a ver visto a los Ootsutsuki luchando contra esos adversarios, fue sorpresivo al enterarse de eso, La pregunta era ¿Por qué?
–Ya veo. Iré a buscar a Mirai. –Dice desapareciendo dejando solo al Hokage.
– Supongo que estará preocupado por ella. – Dijo cansado e irritado imaginando la enorme pesadilla de papeleo además de contactar a las otras aldeas si estos sujetos pensaban hacer sus escenas.
Aún estaba confuso por la situación, este día fue raro, aún no sabe a quienes estaban buscando estos sujetos pero estaba seguro que dentro de poco lo sabrá.
Pasó medio mes desdé el conflicto, Momoshiki no la ha vuelto a ver, ni aparecido desdé que la protegió, estaba preocupada ¿Se habrá metido en problemas? ¿Estará herido? No estaba segura ¿Tiene algo qué ver sobre esos individuos que habían atacado? Tal vez.
Estaba tan tensa por la visita de Shikamaru ayer, él le a hecho preguntas si estaba bien y todo eso y sobre lo ocurrido en su misión y haberse topado con Momoshiki, claro le respondió y en parte mintió, le fue difícil hacerlo, él ya debe haberse dado cuenta que le mentía, pero no le dio más preguntas.
Y su Madre había regresado al escuchar la conmoción en Konoha, y Takeshi había terminado ya concluida la misión de cuidarla, a veces lo ve frecuente en los tejados con otros Anbu. O la saluda y preguntaba si estaba bien.
Ahora patrullaba en el bosque era de día pero nublado, no caía tanta nieve, observa una liebre blanca salir entre unos arbustos y pasar en su camino e irse al otro lado, le pareció como un deja vu, recuerda en aquella noche que se encontró a Momoshiki, su aroma agradable mezclado con el pino. Su encuentro no fue la mejor de todas además de ser casi violada pero fue la causa de que los unió como pareja.
Estaba perdida en sus pensamientos había dejado de caminar mientras veía en la nada hasta que un Shinobi le habla en el comunicador haciendo que reaccionara dando un pequeño brinco.
–Aquí Mirai. –Dice tocando el dispositivo en su oreja izquierda.
–Termine mí turno en sector tres, me retiro. – Dijo el hombre en el comunicador.
–Copiado. – Decía cansada, esté era el ultimo en terminar la patrulla. Claro sus Nakamas tenían cosa que hacer además de descansar ya por estar patrullando todo un día con esté clima helado.
Suspira viendo el blanquecino paisaje, ve una roca grande bajo un árbol de pino, un buen lugar para sentarse. Se sienta descansando sus pobres piernas de estar parada y estando de movimiento todo el día, cierra los ojos disfrutando el aire fresco y la brisa, el aire puro, como le encantaría poder tomar algo calentito en esté preciso momento.
–Agradable clima para tomar algo caliente ¿No? –Dijo Urashiki.
–Si, seria perfecto... ¡¿Eh?! –Se levanta sorprendida viendo al Ootsutsuki desconocido.
Toma pose defensiva sacando sus dos cuchillas y envolviéndolas en chakra mientras lo miraba seriamente con desafió.
– ¡Oye! Tranquila. No muerdo… Si no me provocan claro. –Dice sonriendo caminando en pasos tranquilos hacía ella. Casi como un asecho.
– ¡Quieto! – Demando amenázate y seria, viendo que él detenía su andar.
–Lamento que la haya asustado Mirai-sama. –Dijo cortes sonriendo.
– ¿Mirai-sama? – Murmura viendo con el ceño fruncido al Ootsutsuki.
–Claro. Como usted es la pareja de Lord Momoshiki, el príncipe Ootsutsuki, eso te convierte en la princesa ¿No? – Dice sonriendo mirándola fijamente como ella enrojecía.
– ¡NO! ¡Digo si! ¡No…espera! ¡No te incumbe! – Grito muy sonrojada.
Urashiki ríe por lo bajo mientras se sentaba en la roca y observaba a la oji-carmesí.
