Categoría: k - fluff
Fue hasta el final de la guerra que aang se dio cuenta de lo mucho que le gustaba la sensación de la lluvia cayendo sobre su cuerpo, no sabía si era por la frescura de el agua, por el sonido que hacía al caer o solo por qué era agua cayendo desde el cielo.
Pero aún con esa fascinación por la lluvia seguía teniendo un miedo a las tormentas, Sokka alguna ves había comentado que era irracional su miedo pero no era así las tormentas le recordaban a la que se dio cuando escapó de el Templo de el sur, la misma que lo había derribado para después estar congelado durante 100 años.
Eso es lo que lo tenía parado en el balcón de iroh, mismo balcón en dónde hace tres días Katara lo había besado con un amor flagrante que nunca pensó que recibiría pues creía que su amor solo era unilateral.
Recargada en el umbral de la puerta estaba dicha niña viendo con una sonrisa como su novio le sonreía al cielo, con cuidado se acercó a el poniendo una mano es su hombro.
-¿porque estás acá afuera?- susurro el nómada.
-Eso es lo que yo debería decir- sonrió aún más- ¿Porque no estás adentro en la chimenea? Hace frío acá fuera.
Ante su preocupación Aang volteo y rodeo la cintura de katara mientras la guiaba a un beso que ella acepto gustosa, durante 10 segundos sus labios fue en lo único que sintió olvidándose de la lluvia pero una idea llego a la mente de el nómada que lo hizo separarse.
—ven— los dirigió más hacia el centro del balcón— hace 100 años en el festiva de el avatar Yangchen,— tomo los brazos de la sureña y los puso alrededor de su cuello para después afianzar sus manos en la cadera de la morocha— parejas de nómadas aire se colocaban a lo largo de el precipicio y— una ráfaga de viento los elevo 5 pies sobre el suelo de el balcón— bailaban toda la noche hasta que saliera el sol.
Aang empezó a moverse a los lados lentamente mientras tarareaba una canción lenta pronto katara le siguió los pasos, en un momento Aang tomo las manos de la muchacha y le dio una vuelta quedando su espalda pegada a su pecho; bailaron un poco más en esa posición cuando sintieron que bajaban lentamente, Aang la devolvió a la posición original.
—y cuando terminaban se decían cuanto se amaban— aang le dio una sonrisa tímida y continuo hablando— Te amo tanto que cruzaría todas las tormentas de el mundo para estar a tu lado.
katara lo vio a los ojos—Te amo tanto que rompería todos los icebergs de el norte y el sur solo para volver a encontrarte— katara le dio un pequeño beso.
Sus pies tocaron el suelo y con un pequeño gesto de cabeza tomados de la mano se dirigieron adentro de el Jasmine Dragon.
