Au:mundo de fantasia y ficcion, criaturas mitológicas

Advertencia: es un poco OOC

Sinopsis:Las promesas siempre se cumplen eso era algo que el Arcangel Gyatso le había inculcado a Aang, no importa cuanto tiempo tome una promesa no se rompe.

pov:Aang

—Ahora podrás llevar una parte de mi a todas partes.

—katara— tome la escama que me estaba ofreciendo—Te lo prometo, tan pronto termine las competencias de vuelo, volveré por ti—Mis ojos bajaron a su cuello y sonreí al ver una de mis plumas asentada sobre sus clavículas— y nos iremos lejos muy lejos tanto que ni siquiera las salamandras de los muspelis nos podrán encontrar.

—Aang,— mi nombre salio de sus labios en un suspiro tembloroso.

—Solo necesito que—mi mirada se encontró con la suya— me prometas que me esperaras.

Sus manos tomaron mi cara con la delicadeza de una princesa— Te esperare, todo el tiempo, toda mi vida.

A lo lejos se escuchan las primeras campanadas de la noche, señal mundial de el toque de queda de las especies diurnas, ante el sonido,katara me acerca a sus labios y me entrega un beso lento y lleno de esperanzas.

Me separo lentamente de el beso—Es hora de irme— me levanto de la costa con medio cuerpo empapado en agua—Te amo—y con eso tome vuelo.

—¡¡¡Papi!!!— un manchón de cabello negro salio de la casa a la máxima velocidad que sus cortas piernas le permitían, se abalanzo sobre mis piernas, lo cargo con cuidado mientras camino hacia la puerta.

—¿Como estas campeón?— enterré mi rostro en su cuello inhalando su olor de bebé—¿Donde esta mamá, Bumi?

—Mamá esta aquí— levante la mirada hacia la entrada y ahí estaba la dueña de la voz.

—Tara— su nombre salio de una forma melosa, me acerque a ella y con mi mano libre la abrace, mi cara que antes estaba en el cuello de mi primogénito ahora estaba presionada en cabello de mi amada—¿Como están los tres?— me separe para ver su rostro.

—Bien siempre has hecho que estemos bien pero ¿Y tu como estas?

—Ya estoy mejor por que volví con ustedes—por su rostro paso una sonrisa tímida pero rapídamente se borro y su lindo rostro se contorsiono en una cara de temor con confusión.

— ¿Que se decidió, Aang?— baje a Bumi y mis manos tomaron las suyas

—Cariño, oficialmente nuestras especies dejaran de buscarnos, somos libres, 100% libres— su cara se ilumino con una sonrisa de oreja a oreja y rapídamente me robo un beso.

En el zaguán de una cabaña en una isla remota con un poblado de 3 casi 4 personas, marido y mujer festejaron su libertad con su pequeño hijo bailando al atardecer.

—Bumi, cariño ¿Escondiste las pastillas de mamá?— el menor negó con la cabeza, di un suspiro cansado y volví al baño— No amorcito, Bumi no las tiene.

Katara me dio una mirada furiosa desde su lugar en la bañera con la aleta inferior saliendo de la misma.

—Aang, te lo juro por Dios si NO encuentras esas pastillas antes de que de a luz, ¡¡¡NO volverás a tocarme por el resto de tu vida!!!