Hola! Aquí Saori-nee retomando esta historia mágica. Como mencioné anteriormente, este primer capítulo (al igual que los demás) estará divido en 3 partes, las cuales se publicarán semanalmente.

Espero les guste y sin más que decir de momento, ¡Comenzamos! :D


Academia St. Michael's de Magia y Hechicería

Capítulo 1 – Primeros Días de Escuela

Parte 1

Academia St. Michael's – Día

Es un día normal de clases en Saint Michael's y después de haber desayunado, las chicas y yo esperamos a Sara afuera del baño antes de ir a nuestra primera clase del día.

Durante nuestra conversación, Risa me pregunta.

– Por cierto, Nanami ¿Has tenido algún avance con la búsqueda de tu misteriosa chica Ravenclaw?

– No realmente, las chicas Ravenclaw a las que les he preguntado son de primer año, por lo que no saben mucho más que yo.

– Quizás deberías preguntarle a alguna de nuestras senpais, seguro que alguna la ha visto.

– Lo haría, pero…

Nanami voltea a ver a sus senpais algo sonrojada.

– Me da algo de miedo hablarles.

– Te entiendo, pero Nanami ¿Acaso no dijiste hace dos semanas que te querías convertir en la mejor chica Gryffindor que podías ser?

– Sí, lo sé. Quiero hacerlo aunque no es tan fácil encontrarla, después de todo, no es muy común que las chicas de primer año se encuentren con las de segundo o las tercero, salvo por algunas secciones del castillo. Además, la sala común de Ravenclaw queda hasta el otro lado de la Gryffindor.

Tomando en cuenta que la sala común de Gryffindor esta en la torre Oeste y la de Ravenclaw en la torre Este.

– Quizás podrías ir a buscarla al piso de las de segundo o de tercer año ¿no lo crees?

– Mmhhh…

Es cierto que quizás podría poner un poco más de empeño en encontrarla, después de todo, aunque seamos de años diferentes, ambas estudiamos en la misma escuela. Sin embargo, la verdad es que una pequeña parte de mí, aún no desea encontrarla.

"Antes de encontrarla, primero quiero convertirme en la mejor chica Gryffindor que pueda ser. No quisiera que se llegara a decepcionar al conocer a mi yo actual y ya no quisiera tener nada que ver conmigo".

Comienzo a imaginarme nuestro reencuentro conmigo siendo más alta, sosteniendo la copa de quidditch, así como la copa de la casa y una insignia de prefecta en mis pechos ahora más grandes.

Entonces Onee-sama vendría hacia mí y me diría enamorada.

– ¡Sugoi! ¡Eres increíble, Nanami-chan! Tal y como esperaría de una increíble chica Gryffindor como tú. Por favor ¿Me dejarías salir contigo?

Por más increíble que pareciera, así imaginaba nuestro reencuentro hasta que Risa me trae de vuelta a la realidad.

– Nanami-chan, Nanami-chan ¡Nana-chan!

– ¡Kyaaaa! ¿Qué?

– ¿Estabas perdida en una de tus fantasías?

– Uh, algo así.

– Cielos, Nanami. Si no pones más atención, algún día te meterás en problemas por eso.

– Descuida, Risa. Y respecto a mi ángel, no tengo ninguna prisa por reencontrarmela. En esta escuela no hay demasiadas estudiantes, por lo que seguramente algún día me la voy a…

– Buenos días, Nanami-chan.

– ¡Kyaaaa! ¡¿Onee-Sama?!

Giramos en la esquina del pasillo y justo frente a nosotras nos encontramos a la chica de cabello morado y lentes de la otra vez, acompañada por la hermosa senpai rubia a la que había conocido, con quien me estrello.

– Vaya, pero si es la adorable chica Gryffindor, Nanami-chan ¡Me da mucho gusto volver a verte!

– No… puedo… respirar…

Onee-sama me abraza muy fuerte, enterrando mi rostro entre sus pechos bajo el uniforme.

Al soltarme finalmente puedo respirar y la chica rubia me pregunta.

– ¿Qué haces por aquí? ¿Vas camino a tu primera clase del día?

– Así es, solo estamos esperando a nuestra amiga que salga del baño.

– Pero que amigas tan leales, tal como esperaría de una Gryffindor y su amiga Hufflepuff ¿Cómo te llamas?

– Azumi Risa. Un placer conocerla, senpai – hace una reverencia – ¿Y usted es...?

– Esa es tarea de Nanami-san para averiguar. ¿Has tenido algún avance en averiguar mi nombre?

– Este, bueno, yo… – sonrojada.

– Te daré una pequeña pista, quizás podrías consultar en donde toda la información esta para quien la busca.

– ¿Donde toda la información esta para quien la busca? ¿Dónde sería eso?

– Cielos, en serio debes dejar de molestar a nuestras kouhais con tus acertijos – le dice Kaede – ¿Qué clase de senpai no le dice su nombre directamente a su kouhai?

– La clase de senpai que espera mucho de ella.

– Onee-sama.

La veo completamente enamorada, hasta que Kaede nos interrumpe y dice.

– Bueno… será mejor que nos vayamos, tu "Onee-sama" y yo tenemos clases a las cuales asistir, así que…

– ¡Ya salí chicas! – dice Sara al salir del baño – Disculpen que me tardara tanto, había una chica fantasma allí dentro que no dejaba de… ¡WOW!

Sara se queda petrificada al instante y se detiene al ver a las senpais de Ravenclaw frente a nosotras.

– Nanami-chan ¿Quién es aquella chica tan hermosa? – le dice Sara embobada.

– Ella es la senpai de la que te platicaba el otro día, la que me ayudó con…

– No, ella no ¿Quién es ella?

– ¿D-Disculpa?

Pregunta Kaede sonrojada al ver que Sara la esta apuntando, por lo que se oculta detrás de Onee-sama.

– N-No sé de quién estás hablando, pero si es una chica hermosa, debe de ser mi compañera de quien estás hablando ¿no es así?

Le dice Kaede tímida aún oculta, pero Sara va tras ella y la sigue observando. Le pregunta.

– Senpai ¿Cómo te llamas?

– ¿Disculpa?

– ¿Cuál es tu nombre? ¿Me lo dirías porfis? ¿Síiiiiiiii?

– Bueno… ya que mi kouhai me lo pide... – nerviosa, aunque poniéndole el ejemplo a Onee-sama – mi nombre es Kitajima Kaede-san, soy…

– ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!

Sara lanza un grito tan enorme que llama la atención de todas en el pasillo hacia ellas, provocando que Kaede se sonroje.

– ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! ¿Te encuentras bien?

– ¡Eres tú! ¡De verdad eres tú! ¡No lo puedo creer!

– ¿Disculpa? – Kaede confundida.

– Mi mamá me había comentado que también te habías inscrito a una academia de magia, pero jamás pensé que fuera a esta misma, no sé por qué no se me ocurrió antes, jamás creí que te encontraría aquí.

– ¿De qué hablas? ¿Quién eres?

Le pregunta Kaede, mientras intenta quitarse a Sara de encima, quien no la suelta de su gran abrazo.

– ¿Acaso no me recuerdas? Soy yo, tu pequeña prima favorita, Kitajima Sara.

– ¿Kitajima Sara?

– ¡¿La modelo?! – algunas chicas se sorprenden al escucharla decir eso.

– Así es, esa soy yo. Durante muchos años he esperado reencontrarme contigo, Kaede-chan. Pensé que no nos reencontraríamos hasta algunos años después, pero ahora que estás aquí, no puedo creer que vayamos juntas a la misma escuela. Estoy tan emocionada, Kaede-chan ¡Te Amo!

Sin previo aviso, Sara salta a los brazos de Kaede y le da un dulce y profundo beso en los labios ahí frente a todas en el pasillo, causando una gigantesca sorpresa.

Las chicas se sonrojan, exclaman gritos de alegría, de sorpresa, pero ninguna se sorprende más que Kaede, quien se pone roja de la vergüenza, completamente petrifica por el beso que aquella chica tan bella que dice ser su prima le acaba de dar.

No es hasta que Sara se separa de sus labios que se recupera un poco y le dice.

– ¡S-S-Sara! ¡¿Por qué has hecho eso?!

– Para mostrarte lo mucho que te amo, por supuesto. Quiero que seamos novias a partir de ahora y hagamos muchas cosas juntas. ¿Podemos, Kaede-chan? ¿Podemos?

– Este, yo… yo… ¡Qué alguien me ayude!

– ¡Kaede-chan!

Kaede sale corriendo por el pasillo y Sara sale detrás de ella hasta que las perdemos completamente de vista.

Al ver lo sucedido, Yuuna voltea a vernos y dice.

– Vaya, eso sin duda fue increíble, no sabía que tuvieran una amiga tan amorosa, me alegro mucho por ellas. Y en cuanto a ti, Nanami. Espero que la próxima vez que nos veamos, me llames por mi propio nombre. Nos vemos luego, chicas.

– Hasta pronto, Onee-sama.

Yuuna se despide con una sonrisa y se va a su salón de clases.

Risa y yo nos quedamos allí y me dice.

– Cielos, ojalá yo también tuviera un amor como el que tienen ustedes dos con sus senpais.

– Aunque no diría que tenemos un amor exactamente – pensando en Sara y en mí – pero ¿Qué me dices tú, Risa? ¿Aún sigues encariñada con aquella chica Slytherin? ¿Cómo se llamaba? ¿Miya-san?

En cuanto escucha su nombre, Risa se pone roja de la furia.

– ¡Y-Y-Ya les dije que ella no me gusta! Más bien es todo lo contrario, no soporto a esa maldita rompe reglas que siempre se anda saltando clases y aún así, consigue ser la favorita de las profesoras por su inteligencia, su brillantez, su belleza y…

Tengo que aguantarme la risa para no decirle lo roja que esta, por lo que Risa me dice.

– ¡No digas nada más y vamos a clase de una vez! Y más le vale a Miya estar ahí o te juro que la voy a…

– Sí, sí, lo que tú digas, Risa – riendo.

El timbre de la primera clase suena, por lo que tenemos que apresurarnos para llegar a tiempo.

Salimos corriendo rumbo a nuestra primera clase del día.


Sala de Encantamientos

Mientras tanto en la sala de encantamientos, las chicas de segundo año también se preparan para su primera clase del día.

Entre ellas destaca la prefecta de la casa Gryffindor, una hermosa chica de cabello negro corto, de cuerpo bastante sensual y atributos perfectos con una mirada confiable y amable como si de una hermana mayor se tratara. Su nombre es Sawaguchi Mai, quien entra al salón de clases platicando y rodeada por su grupo de amigas Gryffindor.

Al entrar al salón, nota a una pequeña chica Slytherin de cabello rubio y ojos turquesas ya sentada en su pupitre, con un temperamento bastante fuerte a quien habían puesto a su cargo.

Mai suspira armándose de valor para ir con ella y va a saludarla.

– ¡Buenos días, Reo! ¿Cómo amaneciste hoy?

– ¿Y a ti que te importa?

– De malas, ya veo. Sí sabes que con esa actitud jamás conseguirás hacer más amigas además de mí ¿Verdad?

– ¿Y eso a ti que me importa? Ya tengo todas las amigas que necesito.

– Cielos ¿Qué voy a hacer contigo?

Mai suspira aunque con una pequeña sonrisa al ver a pequeña rubia Slytherin.

Al principio cuando se conocieron en el primer año, jamás intercambiaron más de una palabra entre ellas. Después de todo, la rivalidad entre las Gryffindor y las Slytherin se remontaba a generaciones y era bastante famosa en la escuela, por lo que no era algo raro que estas dos jamás hubieran hablado.

Sin embargo al empezar el segundo año, la directora Rena le encargó personalmente a Mai que se hiciera cargo de ella como su tutora personal, ya que el año pasado, estuvo a punto de reprobar varias materias.

¡¿Eh?! ¿Por qué yo? – preguntó Mai al momento.

Solo tengo el presentimiento de que tú eres a quien Reo necesita, además creo que se llevarán muy bien juntas. Ya me lo agradecerás después.

Así fue como Mai terminó como la tutora personal de Reo, para ver que no se atrasara más con sus estudios. Cosa que a veces Reo le hacía imposible, pero de cierta manera, Mai ya estaba comenzando a aprender sus mañas y trucos para domesticarla.

– Hey Reo ¿Qué dices si nos quedamos hoy después de clases para estudiar un rato?

– No, gracias.

– ¿Segura? Si estudias un rato conmigo, quizás tenga una sorpresa dulce para ti.

A Reo se le hace saliva la boca cuando recuerda los dulces con los que luego la soborna y cede a la presión.

– Esta bien. Supongo que puedo quedarme un rato.

– Esa es mi pupila.

– No me llames tu pupila.

Mai le acaricia la cabeza para desagrado de Reo, y parece que le esta a punto de gritar hasta que entra Matsubara Yuuna al salón.

– Yuuna-san, buenos días.

– Buenos días a ti, Mai-san, también a ti, Reo-san.

– Buenas – responde Reo a secas sin voltear a verla.

– ¿Qué tal su mañana?

– Muy bien, gracias. Estaba instruyendo a mi pequeña pupila para estudiar juntas esta tarde.

– Que no me llames pupila.

– Me alegra oírlo.

– Por cierto ¿Dónde esta Kaede-san? ¿No llegan siempre juntas?

– Así es, pero ahora tuvo una pequeña situación que atender. Una chica de primer año.

– Ara, cuéntamelo todo.

Yuuna le platica a Mai lo sucedido hace un momento entre Kaede y Sara. Y al terminar de contarle.

– ¡No puede ser! ¿De verdad se lanzó para besarla enfrente de todas? Me agrada esa chica.

– Así es, es muy valiente.

– Que envidia. También quisiera tener un romance en el cual pudiera lanzarme a los brazos de la persona que amo – exclama Mai haciendo una especie de teatro exagerado.

– Sí, te entiendo – lo dice Yuuna con una sonrojez nada típica de ella, la cual Mai nota.

– ¿Uh? ¿Qué es esa mirada? – mirando a Yuuna – no me digas que… acaso… ¡¿Estás enamo…?!

– ¡Ssssshhhhhhh!

Yuuna de inmediato saca su varita y le lanza un pequeño hechizo a Mai que la deja muda.

Al segundo, le aplica el contra hechizo y Mai puede volver a hablar.

– Tienes que enseñarme ese hechizo – le dice Reo a Yuuna.

– Ni lo sueñes – le contesta Mai.

– Lamento haber hecho eso – se disculpa Yuuna – es solo que… no quisiera que nadie en la escuela se entere todavía hasta tener las cosas un poco más… avanzadas con ella ¿Esta bien?

– Por supuesto, ya sabes que mis labios están sellados sin necesidad de que uses tu varita.

– Gracias, Mai.

– ¡Pero que emoción! No puedo creer que finalmente encontrarás a alguien especial en tu vida, dime ¿Quién es ella? ¿Va en nuestro grupo? No será Kaede-san ¿O sí?

– No, no es ella. Aunque no lo creas, es una chica de tu casa.

– ¡¿EN Serio?! – aún más emocionada - ¿Quién es?

– Voy a dejar que lo descubras tu misma.

– Ay, estas Ravenclaw y sus acertijos. Pero bien, acepto el reto de descubrir quién es tu enamorada.

– Te deseo suerte, Mai-san.

– ¡Genial! Después de la escuela, Reo y yo nos pondremos a investigar en ello.

– A mí no me metas en esto.

– ¿Qué pasa, Reo? Acaso ¿No te interesa el romance?

– Para nada ¿Por qué importarme algo tan estúpido como eso?

– Porque eres una chica ¿No quieres tener a alguien en tu vida que se enamore de ti y quieras compartir tu vida con ella?

– Prefiero pasar mi tiempo libre yo sola sin tener que andarme apurando por cosas tan estúpidas como esa.

– Esta chica.

Reo vuelve a su libro, aunque realmente no esta leyendo.

– Discúlpame, Yuuna-san, debo educar a esta niña. Platicamos luego.

– Seguro, Mai-san.


Sala de Pociones – Mazmorras

Al sonar el tercer timbre, Risa y yo llegamos justo a tiempo a la sala de pociones, donde Rikka ya me esta esperando.

– Buen día, Nanami-chan.

– Buen día, Rikka-chan.

Risa se sorprende demasiado al ver que sorpresivamente, Miya se encuentra en la clase el día de hoy.

Al no haber más asientos disponibles y no estar Sara con ella, Risa no tiene otra opción más que ir a sentarse con Miya, la única otra chica sin compañera todavía.

– Buenos días, Risa-san.

– Buen día a ti también, Miya-san. Que milagro que decidieras aparecerte el día hoy ¿Dónde estuviste todos estos días?

– Ocupada por ahí ¿Por qué tanto interés, Risa? Acaso ¿Extrañabas verme?

– C-Claro que no – nerviosa – Solo que es mi responsabilidad como representante de clase asegurarme que todas las alumnas entren a clase.

– Vaya, así que sólo se trataba de eso ¿eh? Y yo que pensaba que nos estábamos volviendo más cercanas.

Risa se sonroja. Miya esta jugando con ella, lo sabe, pero no tiene idea de que decirle.

– Será mejor que ya no faltes más a clases de ahora en adelante, si no quieres repetir un curso.

– Descuida, mi Risa, no tienes que preocuparte por mí. Me encantas.

– ¡Sssshhhh! Guarda silencio.

Risa finalmente la silencia cuando la maestra Takako entra al salón.

– Buen día, queridas alumnas.

– Buenos días, Takako-sensei.

– Espero hayan tenido un excelente fin de semana. Para la clase del día de hoy, prepararemos una simple poción hervobitalizante. Pueden encontrarla en la página 42 de sus libros de texto.

Abrimos nuestros libros en la página que la profesora indica.

– Crear una poción perfecta, es una tarea bastante calculadora y exacta. De hecho en mi vida como profesora, solamente me ha tocado ver una estudiante que creara una poción perfecta en su primer intento, pero no se desanimen, ya que recuerden que la práctica hace a la bruja. Es por eso que el día de hoy, ofreceré una pequeña recompensa a la alumna que más se acerque a crear una poción perfecta y será esto.

Takako toma un pequeño frasco de su escritorio y lo muestra.

– Una dosis de felix felicis, una pócima que por un tiempo limitado traerá buena suerte a quien la beba. Tienen una hora para prepararla empezando… ahora.

Takako da vuelta a su reloj de arena y todas comenzamos a trabajar.

Risa se ve muy concentrada, determinada a ser ella la ganadora siguiendo cada instrucción del libro al pie de la letra.

"Esto le enseñará a Miya las ventajas de asistir a clases" – piensa Risa.

Sin embargo contrario a lo que esperaba, voltea a ver a Miya quien no sigue en absoluto las cantidades ni el orden marcado en el libro para la poción.

– Miya ¿Qué haces?

– Preparo la poción que pidió la profesora.

– Pero la poción no lleva esto y pusiste demasiado de esta otra esencia. A este paso, vas a acabar creando un somnífero.

– Descuida, mi Risa. Confía en mí, que yo sé lo que hago.

– Bien, pero no digas que no te lo advertí cuando te metas en problemas con la profesora.

Miya continua siguiendo sus propios pasos, llamando la atención de Risa, quien lo toma como un desafío aunque lo que no nota, es que Miya más bien lo esta haciendo con la intención de impresionarla e quizás incluso ligar con ella.

"Seguro debe pensar que puede conquistarla con su inteligencia". Sonrío al ver a estas dos juntas.

Continuamos trabajando un tiempo más en nuestra poción, hasta que la profesora anuncia que el tiempo se ha acabado.

Pasa a revisar las pociones a nuestros calderos y tal como esperaba, ninguna esta realmente a la altura.

– No se sientan mal chicas, después de todo como dije al principio, esta como todas las pociones, es una que requiere de mucha paciencia y práctica, sin embargo si prestan atención y asisten a sus clases, podrán notar que… ¿Uh?

Sin embargo, la maestra se sorprende cuando nota la poción de Miya y va a probarla.

– Increíble. Hacía años que no veía una poción tan perfecta hecha a la primera ¿De verdad preparaste esta poción tú sola?

– Así es.

– ¿Y cómo lo hiciste?

– Sólo seguí las instrucciones del libro.

A Risa parece que se le va a reventar una vena de la frente al escuchar la mentira de Miya a la maestra.

– Bueno, pues muchas felicidades por tu logro, Miya-san. Esto merece 20 puntos extra para Slytherin.

Las chicas Slytherin se alegran y felicitan mucho a Miya.

– Y además…

Takako se dirige a su bodega privada y toma el pequeño frasco de felix felicis.

– Tal y como prometí, una pequeña dosis de felix felicis para la alumna que hiciera una poción perfecta. Asegúrate de usarla muy bien, Miya-san.

– Por supuesto, Takako-sensei.

Las alumnas la felicitamos al igual que Risa, quien no se ve nada contenta al respecto.

Al terminar la clase, comenzamos a salir del salón y Risa parece que ni siquiera le va a dirigir la mirada. Sin embargo antes de salir, voltea a ver a Miya y le dice.

– Felicidades por tu poción. Ahora más te vale no faltar más a clases.

– Seguro, mi querida representante de clase.

Sin decir nada más, Risa se da la vuelta y se va con nosotras a nuestra siguiente clase.


Escaleras giratorias de Saint Michael's

Mientras tanto en otro pasillo del castillo, Sara continua persiguiendo a Kaede corriendo tan rápida como puede.

Llegan a la zona de las escaleras giratorias y Kaede sube por ellas.

– ¡Kaede-chan! ¡Espera, por favor!

– ¡Ni siquiera te conozco! ¿Por qué no me dejas en paz? ¡Kyaaaaa!

Justo cuando Sara esta por atraparla, Kaede se detiene en seco al notar que la escalera esta a punto de cambiar de lugar. Sin embargo, Sara al ser una nueva estudiante, no se da cuenta de esto y no alcanza a frenar a tiempo.

– ¡Sara!

– ¡Kaede-chan!

Afortunadamente Kaede la agarra a tiempo y la atrae con ella cayendo ambas sobre las escaleras en las que estaban, pero evitando la caída al vacío de Sara.

– Cielos, estuvo cerca. Debes fijarte más cuando andes por estas escaleras, Sara.

– Kaede-chan, tú… me salvaste ¡Mi príncipe!

Sara esta a punto de volverla a besar en los labios, pero Kaede la detiene.

– ¡Ya deja de hacer eso, por favor!

La separa de inmediato y se pone de pie, preparándose para volver a correr, pero esta vez.

– ¡Espera! Sólo escúchame por un momento y entonces te dejaré en paz, por favor.

Kaede se detiene y al deducir que verdaderamente esta chica no dejará de perseguirla (y besarla) si no se detiene, se voltea y decide escucharla.

– Bien, te escucho ¿Qué es lo que deseas decirme?

Sara se acerca con ella y le entrega una foto que siempre lleva con ella.

– Esta es la última foto que nos tomaron juntas ¿Lo recuerdas?

Sara le entrega la foto, la cual se mueve (como si fuera una pantalla) y en ella, se muestra a Kaede y a Sara de seis y cinco años respectivamente, jugando en el parque de su casa con unas rocas de tierra como si se tratara de un partido de Quidditch.

– Esta foto… no la recordaba en absoluto – le confiesa Kaede – Entonces de verdad ¿Eres mi prima?

– Así es. Crecimos juntas durante varios años y fuimos inseparables. Eras mi mejor amiga en todo el universo, Kaede.

– Pero si éramos tan cercanas ¿Por qué no tengo ningún recuerdo de ti?

– Tuvimos que mudarnos cuando cumplí 6 años ya que mi mamá consiguió un puesto en el ministerio de magia antes de volverse maestra en esta escuela. Pero yo nunca dejé de pensar en ti, Kaede-chan. Durante todos estos años, lo que más deseé es volver a encontrarte para decirte lo que sentía y nunca más dejarte ir. Por eso me convertí en modelo, con la esperanza de que algún día me vieras y… me reconocieras.

– Sara.

Ahora que la veía así de sensible y abierta, le daba un pequeño recuerdo de que ya había visto a esta chica antes. Sin embargo el recuerdo era borroso y podría ser inventado.

– ¿Pero por qué yo? Aunque seamos primas, no me conoces. No sabes quién soy o en quien me he convertido.

– Pero sí lo sé Kaede-chan. Tú eres la chica más increíble que he conocido en mi vida. Durante los años que estuvimos juntas, siempre me defendiste y me cuidaste. Amo todo de ti, lo increíblemente valiente que eres para luchar por lo que crees, tu inteligencia, tu lealtad, el gran amor que sientes por las personas que amas. Creo que eres alguien increíble, Kaede.

– Sara – conmovida, insegura – Esa persona que describes, no creo que sea yo. Yo… solo soy una estudiante ordinaria que intenta no destacar. No hay nada especial en mí.

– Kaede-chan.

Sara la toma de la mano y la mira a los ojos.

– Quiero corregir eso. Quiero estar a tu lado para mostrarte la increíble mujer que ya eres. Quiero que puedas verte de la misma manera que yo te veo.

– Sara – sorprendida.

– Así que… ¿Me dejarías estar a tu lado?

– ¿Como amigas?

– Como primas.

– Seguro, Sara.

Ya que se han calmado, no notan que la escalera se ha dejado de mover y por alguna razón, un pequeño recuerdo llega a la mente de Kaede, de ella sosteniendo a una pequeña niña castaña que estaba llorando y comienza a sonreír cuando la toma de la mano.

Kaede suelta una pequeña risa, llamando la atención de Sara quien le pregunta.

– ¿Qué pasa, Kaede?

– Nada, es solo que por alguna razón… Me alegra mucho tenerte de vuelta.

– También me alegra volver a verte, Kaede-chan.

Se toman de la mano y vuelven al pasillo, listas para regresar a sus clases.