Academia St. Michael's de Magia y Hechicería
Capítulo 2 – El Juego de Quidditch
Parte 2
Campo de Entrenamiento
Rikka POV
Al terminar las clases, Mai va a buscarme a mi salón y juntas nos dirigimos al campo de Quidditch de la escuela para iniciar mi entrenamiento como buscadora.
Con nosotras cargamos una gran caja, la cual según Mai, contiene todo lo que necesitaríamos para el entrenamiento de este día.
– Bien, yo creo que aquí esta bien.
Nos detenemos poco antes de llegar al centro del estadio y veo mi alrededor.
Parecería un estadio de futbol cualquiera, de no ser por todas las gradas que están arriba y los tres aros a lo alto de ambos lados de la cancha.
– Muy bien, antes de comenzar con tu entrenamiento, te enseñaré las reglas básicas del Quidditch. Lo primero que debes saber es que el Quidditch se juega en el aire, por lo cual es muy importante que jamás te sueltes de tu escoba ¿Entendido?
– Seguro.
– De acuerdo. Ahora, hay siete jugadores en cada equipo. 3 cazadores, 2 golpeadores, 1 buscador y 1 guardián. De igual manera, hay 3 pelotas en juego en todo momento. La primera de ellas es esta.
Mai abre la caja y me pasa la pelota más grande que hay en ella.
– Esta se llama Quaffle. Las cazadoras como yo, nos la vamos pasando mientras volamos sobre nuestras escobas e intentamos pasarla por alguno de esos tres aros que ves en los lados de la cancha, los cuales son protegidos por la guardiana del otro equipo en todo momento. Si logramos meterla, se considera una anotación y vale 10 puntos para el equipo o casa que la anote.
– Entiendo.
– Las siguientes son estas, pero antes, tengo que darte esto.
Mai toma lo que parece ser un pequeño bate de beisbol y me lo entrega.
Entonces le quita las cadenas a una de las dos pelotas pequeñas y esta sale disparada al aire con gran velocidad y potencia.
– ¿A dónde fue?
– Espérala y cuando vuelva, golpéala tan fuerte como puedas.
– ¡¿Eh?! ¿De qué estás…?
– ¡Ahí viene!
– ¡Kyaaaaaa!
La pelota viene volando hacia mí y con fuerza, la golpeo con el bate tan lejos como me es posible.
– ¡Increíble! Eso estuvo muy bien. Normalmente la primera vez te termina golpeando.
– ¡¿Eh?! ¿Quieres decir que esa cosa suele golpear a las jugadoras?
– Así es, aunque no suele doler demasiado, lo realmente riesgoso es que te tire de tu escoba en el aire.
Trago mucha saliva al escuchar eso, bastante preocupada por qué clase de juego sería este.
– Ahí viene de nuevo.
– ¡Kyaaa!
Estoy por golpearla de nuevo, pero Mai se me adelanta y la atrapa con su manos enguantados, aunque por la fuerza, termina tirándola.
Sosteniéndola con fuerza la lleva de vuelta a la caja y la encadena donde estaba.
– Lo que acabas de ver es una bludger. Al iniciar el juego, las dos bludgers son liberadas y vuelan descontroladas a lo largo del campo de juego. El trabajo de las golpeadoras, es desviarlas para que estas no golpeen a sus jugadoras y puedan anotar puntos.
– Pero eso quiere decir que las golpeadoras también pueden…
– Sí, pueden redirigirlas para que golpeen a las demás jugadoras, por eso hay que estar siempre atentas a ellas, especialmente si eres una golpeadora para proteger a tu equipo. Pero descuida, no te preocupes por eso que en Gryffindor tenemos excelentes golpeadoras. Además, en tu caso, la única pelota de la que te tienes que preocupar es esta.
Mai abre una pequeña cajita y de ahí, saca una diminuta pelota dorada a la cual le salen alas y se prepara para volar.
– Esta es la snitch dorada. Durante todo el juego, andará volando a lo largo de toda la cancha, aunque es tan diminuta y rápida que es casi imposible de ver. Tu trabajo como buscadora es encontrarla y atraparla antes de que la otra buscadora lo haga. En el momento que una de las dos la atrape, se termina el juego y gana el equipo con más puntos.
– Increíble. Entonces ¿Todo el juego depende de que atrape esta bolita antes que Miya-san?
– Así es, así que asegúrate de no tomarla hasta que le llevemos la delantera a las Slytherin y evitar que Miya la tome, si es que vamos perdiendo. Sencillo ¿No lo crees?
Sin embargo, contrario a lo que pensaba, Mai me ve algo decaída y se preocupa por ello.
– ¿Qué sucede, Rikka? ¿Estás preocupada por el juego?
– Algo así, pero también…
Me tomo mi tiempo para pensar mi respuesta y le digo.
– Creo que me siento un poco culpable, ya que todo este duelo se dio por mi culpa. Si tan solo hubiera podido explicar todo este malentendido…
– Descuida, Rikka, no tienes que sentirte mal por eso. Las Slytherin y las Gryffindor siempre andan buscando alguna excusa para enfrentarse, simplemente te tocó la suerte de que usaran tu pequeño malentendido como excusa para un duelo que de igual forma se iba dar.
– No estoy segura de cómo sentirme con eso.
– En lugar de pensarlo así, velo como una oportunidad para lucirte con nuestras compañeras. Si ganamos, estoy segura que impresionaras a más de una en el partido y quizás, también ganes la admiración de cierta chica Hufflepuff.
Al mencionarla, no puedo evitar sonrojarme como mi uniforme, por lo que Mai riendo dice.
– Bueno, ahora que ya quedó claro eso dejemos la plática de lado y pongámonos a entrenar ¿Te parece?
– Seguro, Mai-senpai. Enséñeme mucho, por favor.
Con todo listo, ambas subimos a nuestras escobas y Mai me explica todo lo que debo saber para dominar la escoba.
Empezamos con lo más básico, desde cómo volar la escoba hasta acelerar en la misma y pequeñas prácticas como esquivar la bludger o buscar la snitch a lo largo de la cancha.
Durante la práctica hay varios momentos en los que me asusto, como cuando la bludger viene detrás de mí o cuando siento que me voy a caer de la escoba a gran altura. Sin embargo, todo el tiempo Mai esta detrás de mí, cuidándome y viendo que este segura en todo momento.
En cualquier caso, Mai me dice que cuando una compañera cae de su escoba, la llevan de inmediato a la enfermería donde reparan sus huesos en segundos, aunque eso no me da ninguna calma.
Me asegura que nunca nadie ha muerto o quedado en coma por varios días. Lo máximo que ha pasado, fue una vez que a una chica le aplicaron un hechizo que le desvaneció los huesos del brazo y tuvo que pasaran un par de días en la enfermería hasta que el hueso volviera a aparecer.
Continuamos practicando toda esa tarde y el resto de los siguientes días y para cuando hemos llegado al final de nuestra práctica, sin que pueda oírla, Mai se dice para sí misma.
– En verdad es una jugadora nata, quizás no tenía nada de que preocuparme después de todo. Estoy segura de que estaremos bien.
Sala de Menesteres
Risa POV
Ha llegado el final del día y como ya es costumbre, Miya no se presentó a ninguna de las clases del día, aunque a diferencia de otros días, tampoco yo me había molestado en ir a buscarla y es que en este momento, no tengo idea de que es lo que siento por ella.
– Miya ¿Por qué rayos hiciste eso?
Pienso en lo sucedido en la mañana, cuando Miya salió a mi defensa involuntaria, provocando una gran pelea entre las Gryffindor y las Slytherin.
– Ahora se van a enfrentar en un duelo de Quidditch y por mi culpa, acabé metiendo a Rikka en un serio lío.
Tampoco me había animado a buscar a Rikka, aún avergonzada por lo sucedido.
– No conseguiré nada debatiéndome yo sola. Tengo que buscar a Miya, aún cuando me cueste trabajo.
Solo espero que la respuesta no me petrifique.
Dicho eso, me dirijo hacia la sala de menesteres, donde estoy segura que encontraré a Miya.
Al entrar, me topo con que la sala ha cambiado y ahora en lugar de ser una sala de té con ático, se trata de una pequeña cancha de práctica de Quidditch, donde me encuentro a Miya volando en su escoba Nimbus 2000X, la más nueva del mercado de Nimbus.
Resulta que Miya no solo es una chica genio, hermosa y brillante, sino que además también es buena en los deportes, lo cual compruebo al ver lo rápida que es en su escoba y la felicidad con la que atraba las bludgers y las quaffles que le disparan, mientras busca la snitch dorada.
– Increíble.
Digo impresionada al verla volar de esa manera totalmente concentrada en su entrenamiento.
Sin embargo, recuerdo la razón por la que vine por la que llamo para que me vea.
– ¡Miya!
– Risa.
Al verme, Miya desciende en su escoba y llega a mi lado a la entrada.
– Buenas tardes, Risa ¿Acaso viniste a echarme porras mientras practico como mi fiel y hermosa animadora personal?
– De ninguna manera vendría a algo como eso.
– Ya que, estoy segura de que si lo quisiera, podría hacerte aparecer un hermoso y sexy uniforme de porrista.
– Muoh.
– En todo caso ¿A que debo el honor de tu visita, querida Risa? ¿Viniste a regañarme por no haber asistido a clases este día?
– Debería hacerlo, pero tampoco vine por eso.
– ¿No? ¿Entonces?
– Yo… quería platicar contigo sobre lo sucedido en la mañana
– Oh, eso.
Al decir eso, Miya desvía la vista y ya no me ve a los ojos.
– Miya ¿Por qué intercediste de esa manera?
– No me gustó la forma en que esa chica Gryffindor te habló. Tan cercana a ti y te estabas… sonrojando. Creí que te estaba molestando.
– Miya.
A pesar de que me estaba sintiendo algo incómoda con la cercanía de Rikka, ella es mi amiga y no había ninguna necesidad de que Miya me alejara de ella.
Quizás entiendo porqué Miya pensó que me estaba incomodando, pero aún así, aún hay algo que no entiendo.
– Miya, Rikka no me estaba molestando, ella es mi amiga y la quiero mucho. Pero aún si no hubiera sido Rikka o si de verdad me estuvieran molestando ¿Por qué intercediste de esa manera?
– Yo…
Miya se sonroja, aún sin verme a los ojos. Veo que esta tratando de juntar valor para decirme algo, pero no se atreve y en su lugar, vuelve a su sonrisa burlona habitual.
– Obviamente quería complacer a mi sexy representante de clase. No podía permitir que una compañera tan linda e indefensa como tú sufriera los maltratos de una aventada chica Gryffindor.
– Muoh, y yo que pensaba que podría tener una conversación honesta contigo.
Me doy la vuelta y estoy a punto de salir de la sala de menesteres, cuando Miya me habla y dice.
– ¿Irás a verme al partido el fin de semana?
Me detengo en seco. Me quedo pensando mi respuesta y sin voltear a verla le digo.
– Asiste a clases mañana y lo consideraré.
Dicho eso, salgo de la sala sin voltear a ver la pequeña sonrisa que se forma en su rostro.
Patio de Saint Michael's – Tarde
Nanami POV
Falta un día para el partido y ahora, cuando las clases del día han finalizado, las chicas y yo nos reunimos en uno de los múltiples patios de Saint Michael's para almorzar y relajarnos al haber finalizado con éxito los exámenes.
– ¡Puah! Eso fue demasiado cansado – exclama Sara agotada después del último examen.
– Descuida Sara, lo hiciste muy bien en esa última prueba de transformaciones.
– Así es, y todas logramos hacer con éxito la poción que nos encargó la profesora Takako.
– Aunque era una bastante básica, por lo que creo que en realidad se apiadó de nosotras, jaja.
– Tal vez, pero la mejor noticia de todas es que ahora que han finalizado los exámenes, podré pasar mucho más tiempo con Kaede-chan – exclama Sara enamorada.
– Es un milagro que hayas logrado pasar tomando en cuenta que te la pasaste pensando en ella en voz alta toda la clase – recordando a Sara a mitad del examen, tarareando el nombre de Kaede-chan.
– Jeje, lo siento, supongo que es lo que pasa cuando estás enamorada – le dice Sara – asumo que a ti también te pasa lo mismo cuando piensas en Miya-san ¿No es así?
– ¡¿Qué?! ¡Cl-Claro que no!
– ¿En serio? Podrás decir eso, pero vi muy bien cómo se te iluminaban los ojos cuando la viste entrar hoy a clases ¿O lo vas a negar?
– E-Eso fue porque no esperaba que fuera. Como representante de clase, es mi responsabilidad…
– Sí, sí, ya entendimos – le dice Sara burlona para terminar de molestarla – hablando de amores secretos – dirigiéndose ahora a mí – Kaede-chan me dijo que Yuuna-senpai le ha hablado mucho de ti últimamente.
– ¡¿Eh?! ¿E-En serio?
– Así es, pregunta que ¿Cuándo la piensas invitar a salir? Yuuna-senpai lo esta esperando mucho ¿Sabes?
– E-Eso…
Me sonrojo demasiado cuando dice eso y Sara me abraza emocionada.
– Vamos, Nanami-chan, invítala a salir y que sea tu novia ¿No crees que sería increíble si ambas saliéramos con ellas? Podríamos salir en citas dobles y crear increíbles recuerdos juntas ¿No lo crees, Nanami?
– Bueno… yo…
Aunque la idea de salir con Yuuna me resulta bastante atractiva, aún no estoy lista para ello.
– Primero, me gustaría saber el resultado de mis exámenes.
– Buu, no eres divertida – puchero de Sara – deberías aprender a Miya-san, quien no pierde el tiempo con lo que quiere, o sea Risa.
Se acerca a mi oído y me susurra.
– ¿Cuánto crees que tarde Miya en clavarle el diente a Risa?
– ¡Las estoy escuchando! ¿Saben?
Reclama Risa bastante sonrojada a lo que no podemos evitar reír.
Ya para su último objetivo, Sara voltea con Rikka y le dice.
– ¿Qué nos dices tú, Rikka? Has estado muy callada todo el receso ¿Ya encontraste a alguna chica que te guste?
– ¿Yo? Bueno… no estoy segura de eso.
– ¡Kyaaaaa! ¿Eso quiere decir que sí hay alguien?
– Bueno… – aún sonrojada.
– ¡Cuéntamelo todo!
– ¡¿Eeeeeehhh?!
Sara toma a Rikka de las manos y se acerca demasiado a ella.
– ¿Quién es ella? ¿Es una chica de tu casa? O ¿Acaso es una chica Ravenclaw como nuestros amores, Kaede y Yuuna-senpai?
– Eh… yo…
– ¡¿Te imaginas lo increíble que sería que todas saliéramos con chicas Ravenclaw? Podríamos ir a su sala común a recogerlas para después salir en citas y…
Risa le da un pequeño golpe en la cabeza para que ya se calme.
– Creo que ahora entiendo un poco por qué se molestó Miya – murmura Rikka algo avergonzada.
– Jeje, lo siento – se disculpa Sara riendo – pero en todo caso, no pierdas demasiado tiempo ocultando lo que sientes, Rikka-chan. Si te gusta alguien, lo que debes hacer es confesarle tu amor y mostrarle con tus acciones lo mucho que la amas. Por ejemplo, si anotas en el partido en el que vas a participar, podrías dedicarle la victoria o incluso un beso en el aire. Eso seguro que enamoraría a cualquier chica.
– Sara-san – sonrojada – A decir verdad, en este momento lo único que deseo es no hacer el ridículo en el partido. Ya ni se diga anotar algo.
– Vas a estar bien, Rikka-chan – le digo – He escuchado por parte de Mai-sama que sus entrenamientos han sido todo un éxito y está muy impresionada con tu desempeño y lo rápido que has agarrado el juego. Estamos seguras de que lo harás bien.
– Chicas.
Rikka nos ve contenta y lleva la mano su pecho.
– Muchas gracias. Daré lo mejor de mí el día del partido.
– ¡Así se habla! Y ten por seguro que todas estaremos allí para apoyarte.
– ¡Sí! Vamos a aplastar a Slytherin en el partido de la temporada.
– ¡Sí!
– Aunque solo es un partido de exhibición, jaja.
Sara y Rikka continúan platicando alegres mientras Risa se debate en silencio sobre dónde esta su corazón y a quien apoyaría ese día.
"Obviamente voy a apoyar a Gryffindor y a Rikka, ya que es la casa de mis amigas y Rikka se metió en este lío por mi culpa. Pero…"
Sala Común de Ravenclaw
Kaede POV
Al terminar las clases, las chicas Ravenclaw regresamos a nuestra sala común, donde ya me encuentro leyendo un libro junto a la ventana como acostumbro hacer a esta hora.
Afortunadamente, Sara me había dado un respiro esta noche, ya que iba a tener una pequeña fiesta en su habitación con sus amigas.
– Que alivio – suspiro algo alegre, aunque también algo angustiada por sentirme así – Ella es mi novia, así que ¿Por qué me siento tan aliviada de no tenerla a mi lado?
O más bien ¿Realmente me siento alegre de no tenerla a mi lado?
Últimamente ya hasta se me hace raro tener mi brazo derecho libre, por lo que ahora que no tengo a Sara, lo siento incluso algo frío.
– ¿Qué me está pasando?
Cierro el libro algo frustrada, cuando entre Yuuna a la sala común.
– Buenas noches, Kaede-chan.
– Yuuna-san, buenas noches ¿Cómo estuvo tu rondada nocturna?
– Bastante bien, creo que todas las chicas ya entraron a su sala común, así que ya podemos descansar tranquilamente.
– Me alegra oírlo.
Como prefecta de Ravenclaw, es responsabilidad de Yuuna algunas veces revisar los pasillos para que ya no hubiera más chicas caminando cuando llegara la noche.
– ¿Supiste de la discusión que hubo entre las Gryffindor y las Slytherin en el gran comedor?
– Sí, Sara me contó de ello. Estuvo muy cerca de escalar a algo más.
– Sí, que bueno que Mai-san estuvo ahí para apaciguar las cosas.
– Lo sé.
Nos quedamos calladas un momento y Yuuna me pregunta.
– ¿Estás interesada en ir?
– ¿Disculpa?
– Estoy segura que Sara va a estar ahí. Es muy fanática del Quidditch ¿No es cierto?
– Sí, así es.
– ¿Por qué no te ofreces a acompañarla? Creo que sería una excelente oportunidad para que salgan juntas y puedas abrirte más con ella. Es lo que deseas ¿cierto?
– Bueno…
– Además, es muy probable que si Sara va, Nanami estará con ella.
– Algo me dice que lo que quieres es que vayamos juntas para que puedas estar con ella.
– Tal vez un poco, pero también te lo digo como tu amiga. No cierres tu corazón a nuevas experiencias solo porque te resulta desconocido. Inténtalo, aunque sea un poco por el amor que sé que le tienes a Sara. Estoy segura de que la harías muy feliz si la invitaras a ir contigo.
– Yuuna-san. No… no es que no quiera estar con ella. Al contrario, cuando estoy con ella me siento… completa, como si todo este tiempo hubiera estado esperando a que llegara a mi vida y hacerme sentir todo este mundo de cosas nuevas, pero…
Me apena decirlo, pero si quiero que me ayude, tengo que ser sincera con ella.
– ¿Cómo puedo decirle que no quiero que sea tan empalagosa conmigo?
– No creo que tengas que decirle nada.
– ¿Eh?
– No creo que sea algo malo lo que están haciendo, solo debes aprender a aceptarla y recibir el amor que ella con tanto cariño te está dando.
– Pero… ¿Qué hago con todas nuestras compañeras que nos observan?
– Déjalas mirar, después de todo, no importa lo que las demás piensen si ustedes dos se aman y desean estar juntas en el poco tiempo que tienen juntas durante el día. Después de todo ¿No la extrañas ahora que es de noche y ya no esta a tu lado?
– Yuuna… – reflexiono sobre mi brazo que ahora se siente frío y le respondo.
– Creo que lo que dices tiene algo de verdad. Gracias por tu consejo.
– No hay de qué. Y recuerda que aunque Sara no pueda estar aquí, siempre puedes contar conmigo para calentar tu brazo cuando lo necesites.
– Yuuna-san.
Yuuna se sienta a mi lado en la silla y se abraza a mi brazo de la misma manera que Sara suele hacerlo. Y aunque al principio me avergüenzo un poco, después esa vergüenza es reemplazada por un sentimiento cálido al sentirla a mi lado.
– ¿Ya te sientes mejor?
– Mucho mejor. Gracias por tu ayuda, Yuuna.
– Para eso estamos las amigas.
Unos segundos después, Yuuna se levanta y me dice.
– Ahora si me disculpas, iré a tomar un baño antes de ponerme la pijama e ir a la cama ¿Te veo allá?
– Sí, te alcanzo en unos minutos.
– De acuerdo.
Yuuna se va con una sonrisa mientras yo termino de leer el capítulo que estaba leyendo.
Mañana será un gran día para nuestras kouhais.
