Masamichi Yaga tragó con algo de nervios mientras se tenía frente a una gran puerta estilo japonesa de madera oscura, con algunos detalles en oro y un gran remolino rojo en todo el medio de la puerta. Dio tres toques y esperó.
Veía derecha o izquierda y solo podía ver muros, muros que evitaban que los ojos exteriores observaran los adentros del lugar, el complejo del gran clan Uzumaki. En su vida nunca pensó que tendría que venir a este lugar, no era común que alguien se acercara tanto al perímetro de los Uzumaki.
Estos no eran agresivos en absoluto pero siempre se habían mantenido ocultos de los ojos del Jujutsu y que un desconocido se acercara tanto era algo que sin duda los pocos miembros restantes de este clan no viesen con buenos ojos.
Uzumaki, uno de los 4 grandes clanes de la hechicería que se consolidó como el más fuerte junto al Gojo. Su gran técnica maldita hereditaria los hicieron ser temidos en todo el mundo, sus fuertes y extraordinarias cadena de adamantina. Cadenas prácticamente indestructibles que incluso fueron catalogadas como armas de grado especial por su habilidad de anular cualquier otra tecnica maldita.
Pero seamos sinceros, eso no hizo al clan Uzumaki temido, lo que causó eso fue la historia que caía sobre la espalda de los Uzumakis. La historias de las bestias con colas, cada cien años algún miembro del clan Uzumaki era elegido para portar una bestia con cola, había sucedido esto en nueve ocasiones ya.
Y con ese nueve, el último, cosa que sucedió hace casi doscientos años, Mito Uzumaki, ultimo gran líder del clan y ultimo Uzumaki con portar la maldición de las bestias con colas, el Kyubi No Kitsune, su muerte realmente es algo que el mundo en general desconoce, fue una persona para la historia, siendo catalagoda como la mas fuerte en su momento y que hasta ahora no ha aparecido nadie más fuertes que ella.
Su comparación con Ryomen Sukuna catapultó más su historia y conocimiento, pero su muerte seguía siendo algo desconocido para todos, incluso habían algunos que decían que para el clan Uzumaki también lo era.
Pero dejando eso, Mito Uzumaki no fue la única con esta maldición como ya se dijo con anterioridad, Existieron otros 8 que mismamente crearon su leyenda y se hicieron temer en todo el mundo, no solo por su técnica hereditaria sino que también por la bestia con cola que llevaba en su interior.
Ahora, casi doscientos años desde el último avistamiento de algo como esto en los Uzumakis... error realmente, hace 15 años todo el mundo lo sintió, el clan Uzumaki se había sacudido con fuerza por un poder que aterrorizo a todos y que de inmediato se sabía de que se trataba.
Eso dejó a todos al borde del colapso, hace menos de un año los 6 ojos habían vuelto al mundo y que después de tanto tiempo las bestias renacieran sin duda quería significar algo, y algo no muy bueno.
Por esa razón Yaga se había acercado al complejo Uzumaki, su heredero, Uzumaki Naruto había cumplido la edad mínima como para unirse a la escuela de hechicería y de inmediato los altos mandos lo enviaron a intentar reclutarlo como hizo ya con el chico Gojo.
Los altos mandos realmente estaban intranquilos con la aparición de estos dos monstruos y que no lograsen tenerlos bajo su control era algo que los escandalizaba. Por esa razón estaba invitando amablemente a estos dos herederos de sus clanes asistir a la escuela de hechicería de Tokio.
Con el heredero Gojo lo había logrado, el chico de inmediato aceptó su oferta alegando que no tenía nada más que hacer y que quería divertirse un poco, eso realmente le quitó un peso de encima porqué al menos tenía a uno de los dos, ahora venía la parte más complicada... Uzumaki, el heredero de los pelirrojos nunca fue visto en persona por nadie, su apariencia era desconocida para los ojos de los demás y sin duda era un misterio, en cambio al chico Gojo que desde una edad temprana se dio a conocer por el mundo con su extravagante cabello alvino y sus brillantes ojos azules, ahora, estuvo pensando durante todo este tiempo en como sería el heredero Uzumaki.
Había conocido a otros miembros de este clan, demonios, tuvo un compañero Uzumaki en su época de estudiante y se podía hacer una idea.
Cabello rojo lacio, piel blanca y ojos de algún color hermoso. Un temperamento destructivo y con una bocota que se expresaba antes que su cerebro pensara correctamente, pero ante todo eso, unos monstruos en combate.
Aparte de su técnica hereditaria poseían grandes habilidades en sellos, sellos confusos y complicados para todo aquel que no estudiara con un Uzumaki. Esos sellos los utilizaban acorde a sus cadenas que ciertamente era un gran mediador para el uso de los sellos, estas técnicas nunca lograron ser archivadas por los entes de hechicería como los colegios debido a que no tenían ningún escrito Uzumaki por donde empezar y comprender los sellos de estos y más al no tener esta energía maldita especial para obtener las cadenas de diamantina.
Yaga era un hombre paciente, no se estresaba con mucho y sabía mantener sus emociones ocultas pero ahora estaba realmente de los nervios. Llevaba aquí de pie frente a la puerta aproximadamente 15 minutos y nadie salía para atenderlo.
Al menos debía irse después de hablar con el heredero y tener como excusa que fue rechazado, a los jefes sin duda no les agradaría que fallara sin siquiera hablar con Uzumaki... ¿Pero que más podía hacer? No podía entrar simplemente al lugar y caminar por allí, sería tratado como un intruso y realmente no quería ser visto como tal por dicho clan. Se estremecía simplemente al pensar en ser atacado por todos esos tipos... maldita sea.
Suspiró levemente cuando se dio por vencido, no podía hacer más. Lentamente se giró y comenzó alejarse por el camino por el que vino con las manos en los bolsillos en su uniforme oscuro.
"¿Huh? ¿Quién diablos eres?"- Una joven voz golpeo los oídos de Yaga quien se giró de inmediato para ver de quien se trataba y se quedó sin aliento cuando vio una figura masculina sobres los muros que protegían el interior del complejo.
Era alto, aprox 1,83. Tenía un cabello rubio como el sol alborotado que iba en todas direcciones pareciendo totalmente rebelde, unos ojos azules que incluso diría que eran algo similar a los de Saturo Gojo aunque un poco más opacos.
Su piel era de un blanco bronceado que le lucia perfecto y su sonrisa descarada pero con una expresión curiosa al ver al desconocido en su territorio.
Yaga realmente no quedó de piedra por la apariencia o demás del chico, no, sino la presencia, esto era... monstruoso, no tenía otras palabras. La cantidad de energía maldita y de poder que desprendía este chico era algo que nunca antes había sentido.
Yaga tragó con fuerza y dio un paso atrás cuando juró ver 10 colas imaginarías ondearse en la espalda del joven quien solamente lo observaba con curiosidad: Este chico... sin duda era él, era a quien buscaba, el heredero de Uzumaki.
"¿U-zumaki Naruto?"- Yaga intentó tranquilizarse y ver al chico asentir contento le quitó un peso de encima.
"¡Ese soy! ¿Se te ofrece algo?"- Ladeo su cabeza algo confundido pero sus sonrisa se alargó más cuando vio al hombre asentir.
"O-oh, si, veras.."- No supo por donde comenzar. Estaba claro el sentimiento que había en el lugar, el chico podría parecer curioso y feliz pero estaba preparado para saltar sobre el y sacudir sus huesos contra el suelo, después de todo era un desconocido en su hogar.
Lentamente dio una reverencia con calma y observo con toda la calma posible al chico frente a él.
"Soy Masamichi Yaga, soy un enviado del colegio tecnico de magia metropolitano de tokio"- Se presentó con calma y el joven asintió algo sorprendido.
"Un hechicero, eh? Mi Kaa-chan me dijo que ustedes vendrían"- Se cruzó de brazos y asintió para si mismo recordando las palabras que su madre le dijo hace unos días.
Yaga asintió no sorprendiéndose por eso, era obvio que la líder del clan Uzumaki tendrían en cuenta que algún enviado de los colegios se acercaría hasta aquí.
"¿Y que se le ofrece?"- Pregunto con calma el chico borrando su sonrisa cosa que hizo a Yaga colocarse serio por lo que estaba por decir.
"Joven Uzumaki. Para la escuela de magia de tokio sería un orgullo que usted, heredero del clan Uzumaki asista a recibir lecciones sobre hechicería en nuestra sede"- Yaga volvió a inclinarse levemente y espero con calma la respuesta del chico.
Lo observo a los ojos y sin duda vio que se lo estaba pensando y realmente lo hizo suspirar. A lo mejor tendría alguna posibilidad.
"¿Qué piensas, Kaa-Chan?"- Yaga abrió un poco sus ojos al saber a quien se refería el chico y para su sorpresa la gran puerta se abrió lentamente y por ella emergió Kushina Uzumaki luciendo tranquila pero con una expresión monótona.
"No sería una mala idea, siempre has estado aislado de los demás y creo que ya es hora que conozcas un poco el mundo real aunque..."- Se detuvo en la ultima parte para observar a Yaga quien se retorció levemente ante la poderosa mujer Uzumaki" Se que esto no es solamente cortesía de esas malditas momias así que diré claramente mis intenciones. Si mi hijo es obligado hacer algo en contra de su voluntad o es tratado de una manera injusta de inmediato lo retiraré y sin duda se ganaran el despreció del clan Uzumaki para toda la eternidad"- Ella sentenció y Yago tosió levemente.
"Sin duda al joven Uzumaki no le ocurrirá nada, señora. Puede tenerlo por seguro"- Yaga le dio su palabra y Kushina se cruzó de brazos mientras volteaba a ver a su hijo quien tenía una gran sonrisa.
"Tienes la ultima palabra sobre esto, Naruto"- No lo obligaría pero por la clara emoción en su rostro sin duda quería asistir.
"Asistiré, quiero conocer a más personas como yo"- Sonrió mientras saltaba del muro y caía frente a Yaga siendo un centímetro más bajo que el hombre robusto quien apenas pudo ocultar la sonrisa que intentaba adornar sus labios.
"Perfecto, todos estarán felices que alguien como tú asista a nuestro colegio. Esto es todo, yo me retiró joven y señora Uzumaki. Las clases comenzaran mañana"- Yaga lentamente se giró y comenzó alejarse sin decir nada, ciertamente no quería estar más allí, no con gente tan poderosa cerca ya que lo hacían sentir como una hormiga.
"Que grosero"- Naruto volteo a ver a su madre con una ceja alzada.
"¿Por?"-
"La forma en la que se retiro, tiene la osadía de acercarse aquí y encima se marcha de esa forma... pero en fin, que se le puede hacer a esos hechiceros tontos"- Ella se encogió de hombros y volteo a ver a su hijo con una pequeña sonrisa" Ahora volvamos adentro, debes mejorar con tú control de la energía maldita, dejas que los demás la sientan inconscientemente y eso los asusta"- Ella comenzó a dirigirse al interior del complejo con su hijo detrás.
"Bueno, yo no siento que lo haga... además, con todo lo que he entrenado debería poder controlar eso.. ósea, sino pudiese mis técnicas serían inutilizables para mi"- Susurró y Kushina asintió.
"Tienes un buen control pero debe ser aun mejor. El poder del diez colas crece con los días y por esa razón tú control se va quedando estancado, no mejora ni flanquea, por esa razón debes estar en armonía con ese bicho. Por cierto. ¿Cómo vas en tú relación con el Jubi?"-
"Meh, desde la ultima lucha que tuvimos ha estado un poco molesto, dice que le robé mucho poder con mis cadenas"- Se encogió de hombros y Kushina rió levemente" Aunque quiero comenzar a crear mi expansión de dominio pero no tengo ni idea que forma darle. Aunque con la nueva evolución de mis ojos pueda pensar en algo"-
Kushina no dijo nada mientras continuaban caminando por las calles desoladas del complejo Uzumaki. Ciertamente era gigante pero con el tiempo los miembros fueron muriendo y cada vez quedaban muchos menos miembros. Los que quedaban incluso los podía contar con los dedos de las manos.
Sacudió ese pensamiento para centrarse en su hijo: Estaba creciendo a niveles monstruosos en cuanto a su poder, El jubi realmente fue una sorpresa para todas, su poder era desconocido aun más que las demás bestias con cola que habían existido ya que poseía demasiadas técnicas como para enumerarlas. Técnicas que Naruto había heredado de la bestia, entre esos, esos ojos que había nombrado hace un momento.
Nunca en su vida había visto algo como eso, esos ojos sin duda eran extraordinario y para su sorpresa tenían evoluciones, no sabía cuantas pero eran cada vez más poderosos. Se desconocía mucho de esos ojos aparte de las propias palabras de su hijo.
Era confuso y mejor así, así nadie más que su propio hijo tendría información sobre su poder: Ella sonrió, sin duda estaba destinado hacer el más fuerte cuando madurara.
Naruto aspiro el frio aire de la mañana, había abandonado su hogar para aventurarse en la gran ciudad... o más o menos, ya que terminó en medio del bosque en un lugar con una gran estructura que hacía como colegio.
El no le importó, además, el lugar parecía increíble. Camino con calma por los pasillos sintiendo todo lo que pudo, ser un sensor sin duda tenía sus beneficios, en el lugar no habían muchas personas, pero las que habían eran ciertamente poderosas sobre todo una de ellas.
Se detuvo frente a la puerta y dio tres toques, cuando escuchó el pase entró con calma y con una pequeña sonrisa, apenas dio tres pasos se vio rodeado por dos sujetos que lucían mortalmente serios.
Uno de ellos era un pelinegro y el otro un alvino quienes estaban listos para incapacitarlos.
"Tú... Estás maldito"- Susurró de forma fría el pelinegro mientras hacía un movimiento con sus manos preparándose para lanzar algún tipo de técnica.
Naruto ladeo su cabeza y parpadeo algo confundido.
"Oe, yo que ustedes no me acercaría tanto. En cualquier momento puedo explotar, literalmente"- Movió sus ojos de izquierda a derecha entre los dos jóvenes quienes no se apartaban de él, el alvino llamó su atención, sus gafas oscuras intentaban ocultar sus brillantes ojos pero el los pudo observar.
¿Seis ojos? De eso le había hablado su madre ayer, así que este era Saturo Gojo el heredero del clan Gojo... Interesante.
"¿Oh? No me digas. ¿Entonces que hace alguien como tú aquí?"- El alvino cuestiono de forma sarcástica y Naruto se encogió de hombros mientras señalaba a la derecha en donde Yaga se encontraba sentado sobre su escritorio.
"Él me dijo que viniese"- Los dos chicos voltearon a ver a su maestro confundidos.
"Satoru, Suguro, dejen de molestar al chico"- Los dos jóvenes parpadearon varias veces entre su profesor y al rubio quien lucía tranquilo pero con una pequeña sonrisa." Saluden a Uzumaki Naruto, su nuevo compañero"-
Los ojos de Saturo se abrieron levemente al reconocer el apellido y de inmediato entendió todo lo que sucedía. Lentamente se alejó volteo a ver a su nuevo amigo de hace tres días.
"Suguru... aléjate"- Dijo con calma y el chico emo lo volteo a ver con una ceja alzada pero al ver que no sucedía nada dio unos cuantos pasos hacía atrás y asintió.
"Ciertamente quería presentarme yo"- Naruto se encogió de hombros mientras pasaba frente a todos y volteaba a ver a Yaga quien no dijo nada.
Satoru solo se cruzó de brazos mientras sus lentes oscuros parecían caer levemente... ¿Porqué no lo había sentido con anticipación? Una energía maldita como esa podría sentirla desde kilómetros... ¿Podía ocultarla? Si, tenía que ser eso, era increíble, su energía maldita era increíble.. así que este era el poseedor de la maldición de las diez colas, emocionante, nunca creyó que al venir aquí conocería aun tipo de esta magnitud.
"Chicos, sean amables y presentaros con Naruto"- Yaga les pidió y ellos asintieron y para leve diversión de Naruto todas las hostilidades anteriores desaparecieron para dar campo a las sonrisas.
"Suguru Geto, Un gusto"- El chico emo le tendió la mano a Naruto quien sonrió y con gusto estrechó la mano con el chico. Satoru se aclaró la garganta y dio unos pasos adelante con su sonrisa de marca y coloco una mano sobre el hombro de Naruto.
"Esto será menos aburrido si Uzumaki está aquí"- Sonrió de forma grande cosa que fue correspondida por Naruto." Satoru Gojo, un gusto"-
"Un placer, muchachos"- Observó entre los dos chicos que ciertamente se habían relajado con su presencia, a lo mejor actuaron por instinto hace unos momentos y lo entendía, no todos los días una presencia maldita aparecía frente a ti luciendo normal.
Y por lo que sentía, eran buenos chicos, no sentía ninguna mala intención provenir de ellos hacía él, aparte de la curiosidad más allá de lo normal pero lo entendía.
"Shoko, no te vas a presentar?"- La voz de llaga llamó la atención de todos y de inmediato las cabezas masculinas se dirigieron a la parte trasera en donde una chica castaña observaba con calma a su profesor para después voltear a ver a sus compañeros y más reciente .
"Oh, claro. Un placer conocerte, Uzumaki-San. Shoko Ieiri, llevémonos bien"- Ella habló con aparente aburrimiento en su voz y sobre todo en su expresión pero si veías de cerca podrías notar la curiosidad en sus ojos ante el recién llegado.
Naruto solo le sonrió y asintió con calma realmente sin saber que decir y no sonar repetitivo
"Esto es interesante, creí que los grupos serían solamente de tres alumnos y un profesor... Somos 4 ahora"- Suguru observo a Yaga quien asintió sin mucha importancia.
"Oh, si, pero han hecho una pequeña excepción, así que disfrutar tener un miembro más en vuestro salón"- Yaga bajó de su escritorio y se paró frente a ellos indicándoles que tomaran asiento.
Naruto tomo una mesa y silla y con calma se junto a los otros tres quienes ya observaban a Yaga.
"Bien, demos por comenzado su curso escolar"- Las caras largas no faltaron, ciertamente a ninguno de los 4 les gustaba la materia aburrida.
Horas después:
Los 4 bajaban con calma las escaleras de que llevaban a fuera de la finca del colegió. Las clases habían terminado y tenían el resto del día libre y ciertamente no querían pasarlo en sus habitaciones así que se dirigieron al centro de la ciudad para pasar el rato.
"¿Vendrás a jugar videojuegos con nosotros, Shoko?"- Satoru pregunto con calma a la chica mientras llevaba su maleta en su hombro y junto a él Naruto y Suguru caminaban con Shoko en su izquierda.
"Nah, ustedes son muy tontos cuando comienzas a jugar. Iré de compras y a fumar un poco"- Ella negó de forma poco cortes la invitación de Saturo al cual le brincó una vena en su cien al ser llamado tonto por jugar videojuegos.
"Como sea. Naruto, hace rato aceptaste así que no te escaparas de esta"- El Alvino sonrió malignamente cosa que hizo al rubio tragar levemente pero asintió y volteo a ver a Geto quien lucía tranquilo.
"Hace cuanto os conocéis?"- Le cuestiono al pelinegro quien lo volteo a ver.
"Hace aproximadamente 3 días, todos somos nuevos aquí no solo tú"- Le informó al rubio quien asintió entendiendo.
"Por cierto, no os pregunté en que rama de la hechicería se especializan"- Eso ganó la atención de Gojo quien lo volteo a ver con una sonrisa pero Geto se le adelantó.
"Manipulación de maldiciones"- Sonrió con orgullo y Naruto alzó levemente sus cejas, nunca antes había conocido algún tipo que dominase las maldiciones, ósea, si, conocía la técnica o más o menos pero nunca a alguien que lo dominase o al menos supiese como.
"Oh, eso es interesante. ¿Tienes alguna fuerte?"- Le cuestiono y vio al chico asentir.
"Así es, algún día te la mostraré"- Respondió y Naruto casi hace un puchero, realmente querían que le mostrasen alguna maldición genial pero parecía que no conseguiría más.
Volteo a ver a Gojo quien parecía impaciente por hablar, le sonrió y el alvino casi salta.
"Bueno, poseo los seis ojos, puedo manipular hasta el momento la gravedad y algunas cosas más, como Suguru dijo, te las enseñaré algún día"- Dijo y Naruto frunció su ceño.
"Anda, solo una cosa"- Se acercó a Gojo y casi le ruega cosa que fue suficiente para que el alvino asintiese contento, sin lugar a duda le encantaba la atención.
"Mira, acerca tú mano a la mía"- Señaló su palma abierta y Naruto parpadeo confundido pero hizo lo que se le pidió sin notar la mirada aburrida de Suguru, Saturo haría lo mismo que hizo con él cuando le mostró algo de su poder.
Naruto acerco su mano y para su leve sorpresa observo como esta parecía detenerse en el aire pero entrecerrando sus ojos observo y lo entendió de inmediato.
"Estás... controlando la gravedad frente a ti o algo así, no? Mi mano se vuelve cada vez más lenta cuando se acerca a ti"- Frunció levemente su ceño observando como su mano parecía quedarse estancada pero él mejor que nadie sabía que lentamente se acercaba, aunque probablemente duraría una eternidad para llegar a la mano de Gojo.
Satoru tenía sus ojos algo abiertos por la sorpresa. No era exactamente así pero sin duda estaba muy cerca, a Geto tuvo que explicárselo con manzanas pero Naruto al parecer había adivinado un poco el funcionamiento de su técnica.
"Oh, si... se llama infinito y con el nada puede tocarme"- Le dijo con una sonrisa mientras alejaba su mano del Uzumaki quien asintió mientras volvía a ver hacía adelante para observar como ya se encontraban en el centro de tokio.
"¿Y que hay de ti?"- Suguru pregunto sin notar como Shoko se había separado ya hace rato de ellos para ir en su propio camino.
"Um, no mucho... aparte de la técnica hereditaria de mi clan..."- Se cortó para estirar su mano y de la palma la punta de una cadena roja escarlata emergió maravillando a los dos chicos quienes acercaron sus rostros para observarla más de cerca.
"Si, escuché sobre esto... es ciertamente poderosa"- Satoru asintió mientras veía como la cadena se alargaba y se dirigía a geto.
"Puedo absorber energía maldita con ella y muchas cosas más, son prácticamente indestructibles"- Observaron como la punta de la cadena tocaba el brazo de Suguru y este de inmediato sintió como su energía era tirada de su cuerpo pero antes que fuese absorbida Naruto retrajo su cadena.
"Que interesante"- Suguru observó atentamente la cadena como se dirigía a Gojo que sonrió por lo bajo al ver como Naruto intentaba tocarlo pero lo que sucedió lo dejó sin aliento al igual que Suguru.
Una barrera azul que solo Satoru vio fue rota y la cadena avanzó hasta tocar el brazo del usuario de los 6 ojos. Geto le lanzó una mirada estupefacta a Satoru quien se la devolvió de la misma forma... ¿Su infinito había sido roto tan solo por eso...?
Satoru de inmediato tiro de su brazo con una mirada turbulenta pasando por sus ojos: Geto notó eso y tosió en su mano llamando la atención de Naruto quien lo volteo a ver confundido, estaba por decirle algo a Saturo pero había sido interrumpido.
"Hemos llegado. Es hora de pasar un buen rato"- El pelinegro se detuvo frente a cibercafe y le sonrió a Naruto cosa que este imitó sin notar como el sudor frío caía por el rostro del alvino quien se encontraba un metro atrás de ellos.
"Naruto, entra antes que nosotros y pide tres ordenadores."- Suguru le dio un golpecito sobre su hombro y Naruto se confundió pero no dijo nada y entró en el lugar dejando a los dos solos afuera.
"Lo ha roto"- Susurró Satoru y Geto asintió.
"Lo vi, vi como te toco... ¿Cómo es posible?"- Geto entrecerró sus ojos pensando en alguna posibilidad a eso. Ciertamente no conocía mucho sobre estos Uzumaki pero en la forma en la que su profesor se dirigía a Naruto sin duda significaba que era alguien importante, junto a su apellido, algo así como Gojo.
"No lo sé... ¿Será que sus cadenas son más especiales de lo que creemos?"- El chico de las gafas realmente tenía que pensar en esto, no mentiría, se asusto, si, nunca en su vida su infinito había sido doblegado y más de tal forma... Tan solo acerco su cadena y su infinito fue repelido.
"Es lo más probable... hay que informarle a sensei sobre esto, pero lo haremos mañana ahora entremos que Naruto nos esta esperando"- Le pidió al Gojo quien asintió levemente y se dirigió junto al pelinegro adentro del local" Y por favor, acuta normal"-
Fin del prologo
Lamento los fallos y si algunos tiempos no cuadran, también la explicación de algunas tecnicas y eso.
