Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.
Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
1.7
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Tiempo: Temp. 1 Cap. 6 al Temp. 1 Cap. 7
El castillo de leones se encontraba una vez más desplazándose por el vasto espacio a su nuevo objetivo, su primera y tal vez más importante misión como paladines de Voltron: salvar a la Balmera, así como sus habitantes del yugo del imperio Galra.
Desde el momento en que Hunk conoció a la gente de aquel planeta con vida propia, se había ofuscado en la tarea de ayudarlos. Era un loable sentimiento desde el punto de vista de Shiro, pero debido a repentinos sucesos, la obstinación de Hunk resultaba un poco cerrada.
Pero la ironía del destino le comprobó a Shiro que el único equivocado era él, y que Hunk estuvo en lo correcto todo el tiempo. Al intentar ayudar a unos rebeldes que encontraron en su camino a la Balmera, casi pierden a uno de sus leones, y el único que había visto el peligro había sido el paladín amarillo.
Shiro estaba un poco decepcionado consigo mismo al respecto; él se suponía ser el líder del grupo, y no por ello debía estar alerta de antemano ante todo suceso (era libre de equivocarse), sino porque tenía que haber escuchado a las palabras de uno de su equipo con más cuidado y confianza, antes de descartarlo tan rápido.
Ni siquiera él estaba seguro porque paso por alto las advertencias de Hunk, pudieron haber sido miles de motivos; desde el hecho de haber estado más concentrado reprendiendo el comportamiento libertino de Lance, o distraído con la felicidad contagiosa de Pidge. Pero nada de eso era escusa de su desacierto, sin importar cuánto se preguntara el porqué.
El paladín negro podía recordar fácil las veces en que Keith dio su opinión o Pidge sugirió un método de acción; y ninguno de los casos hizo a un lado sus sugerencias como había sucedido con Hunk.
¿Acaso había algo en el paladín amarillo que lo hiciera dudar de su juicio?
La verdad Shiro tenía muy poco de conocer a Hunk (en realidad a la mayoría de los paladines), pero creía haber juzgado correctamente la personalidad de joven moreno desde el momento en que lo conoció. Pero tal vez la primera impresión que tenía sobre el paladín amarillo estuvo equivocada todo el tiempo.
Y ciertamente se daría cuenta de ello una vez que se encontró nuevamente viajando por el espacio y él marchando por los corredores del castillo en camino a la habitación del paladín amarillo. Los paladines habían decidido tomar una ligera siesta mientras recuperaban el tiempo perdido con el rescate falso, y así recuperar energías para su siguiente misión en la Balmera; era tiempo suficiente para que Shiro enmendara su error.
Cuando la puerta automática de la habitación de Hunk se abrió ante su presencia, Shiro se llevó una sorpresa al encontrar al joven moreno bailándonos animadamente en el centro de la habitación al ritmo de alguna melodía que era reproducida por unos audífonos verdes sobre su orejas. Hunk vestía sus ropas para dormir amarillas y sus ojos cerrados enfocado solamente en el momento, ignorando así la presencia del paladín negro en su puerta.
Shiro no pudo evitar sonreír mientras recargó su hombro contra el umbral de la puerta. Hunk poseía ninguna gracia en su movimientos, pero se humor era tan alegre que resultaba contagioso… casi relajante.
Cuando finalmente el paladín amarillo se dio cuenta de la presencia de Shiro en su habitación, soltó un leve gritito de horror antes de dar un ligero brinco hacía atrás y caer de bruces sobre su cama.
–Lo siento, Hunk ¿Te encuentras bien? –le preguntó Shiro tendiéndole la mano para ayudarle a levantarse.
Todo avergonzado de sí mismo, el paladín amarillo aceptó la mano que le ofrecían, para luego esconder los audífonos de Pidge detrás de su espalda como si hubiera obrado mal.
–Hey… hola Shiro… yo solo eh… yo estaba –balbuceó nervioso y rascándose la nuca –. ¿Qué te trae por aquí? No es como si no pudieras venir… es que solo… tan solo yo estaba…
–Hunk.
–Sí, Shiro.
–Estas balbuceando –le dijo el paladín negro con calma y una sonrisa.
–Ah… perdón es que tan solo… eh, yo –repitió Hunk casi sonrojándose y descubriendo los audífonos verdes de detrás de su espalda. Pronto se dio cuenta de su error, derrotado agregó –: por favor, no le digas a Pidge que los tome sin su permiso.
Shiro no pudo evitar sonreírle.
–No le diré nada, mientras los regreses antes que se dé cuenta. Pero no es eso lo que me trajo aquí.
Hunk alzó sus enormes ojos negros, que brillaron ante el enigma.
–En realidad, vine a pedirte disculpas.
–¿Disculpas? –repitió Hunk –. ¿A mí?
–A sí es –reafirmó Shiro asintiendo con la cabeza –. Por lo que sucedió hace unas horas. Tenías toda la razón por desconfiar en Rolo y Nyma, trataste de advertimos, y tan solo te ignoramos.
–Bueno, no es para tanto…
–Lo es –insistió Shiro con mayor seriedad –. Yo debía haberte apoyado más tú punto de vista. Soy el líder.
–Shiro no puedes estar en todo…
–Pero al menos debo estar del lado de mis compañeros paladines.
A pesar de que el tono de Shrio se había vuelto más insistente, el dejo de la conversación se relajó, en lo que ambas partes se regalaron una sonrisa.
–Gracias, Shiro –aceptó Hunk tendiéndole la mano.
–No gracias a ti, Hunk –dándole un fuerte apretón de manos.
–Y no estreses por ser el que está a cargo –comentó el joven moreno con calma –, no por ser el mayor o el líder, tienes que saberlo todo.
–Gracias por el consejo, lo tomare en cuenta –dijo Shiro con un a ultima sonrisa y un sentimiento cálido en el pecho, antes de darse media vuelta y retirarse por donde vino.
Pero antes de que lograra cruzar el umbral de las puertas automáticas, el paladín amarillo llamó de nuevo su atención:
–¡Shiro, espera!
–¿Sucede algo?
–Ya que estas aquí… –murmuró Hunk nervioso jugando con sus dedos –tal vez… bueno, dices que debes estar para tus compañeros paladines… así que… y hablando de consejos…
–¿Hunk? ¿Qué pasa?
–¿Puedo pedirte tu consejo ante un asunto?
Shiro no pudo evitar abrir sus ojos ante la pregunta. Aunque no era algo que se esperaba, tampoco no veía a que tanto nerviosismo por parte del paladín amarillo.
–Por supuesto –aceptó con una sonrisa y algo de curiosidad –. Puedes preguntarme lo que desees –dijo adentrándose de nuevo en la habitación y dejando que la puerta se cerrara detrás de él.
–Muy bien –dijo Hunk antes de tomar aire y soltar de sopetón –: Shiro ¿alguna vez has estado enamorado?
Realmente era algo que no se esperaba el paladín negro, ya que unos segundos después estaba tartamudeando como Hunk, sudando en frio y su corazón latiendo como loco.
–Buen yo… una vez creí estarlo, hace tiempo… en realidad… yo… no supe cómo mantener la relación… y luego…
–No eso –se apresuró agregar Hunk sacudiendo la cabeza y sus manos –. Lo que quise decir es: ¿Cómo sabes que estás enamorado? ¿Cómo se siente?
Aunque la aclaración de Hunk se suponía que debería tranquilizarlo, solo consiguió poner a Shiro aún más nervioso.
–Hunk ¿A qué viene estas dudas? –dijo Shiro tratando de mostrarse serio, pero un leve sonrojo relucía en sus mejillas lo delataban de lo contrario. De repente sintió un aumento de la temperatura en aquella habitación.
–Eh…
–Está bien, no tienes que decirlo –rápidamente agregó Shiro dando un respiro –. Como dije, no soy perfecto en la materia, y no puedo decirte exactamente como saber si estas enamorado o no, pero yo… –cruzó sus brazos sobre su pecho meditando que decir y cuando finalmente encontró las palabras, agregó –: Los sentimientos son impredecibles, estos simplemente llegan y no estás seguro de que son o porque están ahí; solamente están. Lo que antes era seguro ayer, te tiene lleno de dudas el día siguiente. La vida constantemente está cambiando y no sabemos que nos depara; puede ser difícil, pero solo si no atrevemos a enfrentar lo que tenemos enfrente, podremos descubrir que hay más allá. Es igual con los sentimientos; puede ser amor o simplemente algo diferente o nuevo lo que estés sintiendo. Que importa, es real y están ahí, el contexto es lo que tú desees darles, no una definición desde otro punto de vista. Son tus sentimientos y tú descubrirás lo que son.
Por un momento, Shiro olvido completamente que hablaba con Hunk y sentía como sí hablara consigo mismo sobre algo que había estado evadiendo. Pero para cuando se dio cuenta, ya se encontraba en un fuerte abrazo de oso por parte del paladín amarillo.
–Gracias, Shiro. Eso me ayudada bastante.
–Me alegra haber sido de ayuda –Shiro le dio unas cuantas palmadas en el hombro antes de que lo soltara. Dejándolo una extraña sensación de vacío en su pecho y un frio en la piel.
Un sentimiento que lo acompañó hasta las afuera de la habitación de Hunk y unos minutos después impidiéndole conciliar el sueño en aquellas horas destinadas para dormir.
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1.7
Ya estaba olvidando que debía publicar el capitulo siguiente =P
Tuve que alterar un poco el dialogo de Shiro de la versión original de éste capítulo, después de la revelación de Adam en la temporada 7.
