CAPÍTULO 1
Los nombres y personajes no me pertenecen, están basados en la serie Ranma 1/2 de Rumiko Takahashi.
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"Estimados pasajeros, enderecen sus asientos, en breve descenderemos en el Aeropuerto de Tokio. Esperamos que hayan disfrutado el vuelo y agradecemos su preferencia"
Ranma suspiró aliviado y enderezó con cuidado su asiento.
La mujer que iba a su lado aún roncaba tranquilamente en su asiento inclinado y parecía que seguiría así por mucho más tiempo.
—Disculpe caballero, ¿podría pedirle a su esposa que enderezca su asiento? —pidió la azafata.
Ranma frunció el ceño y la miró con molestia.
—Esta mujer no es nada mio.
La asistente de vuelo se sonrojó y se inclinó con rapidez.
—Disculpeme señor, asumí que venían juntos, le ruego me disculpe.
Ranma suspiró y forzó una sonrisa.
—No hay problema, intentaré despertarla.
La señorita asintió y esperó.
Ranma dirigió su mano hacia la mujer y le tocó el brazo con cuidado.
—Oiga, despierte... el avión está apunto de aterrizar.
La mujer abrió los ojos con sobresalto y sin pensarlo demasiado, lanzó un puñetazo a la mejilla de Ranma.
—¿Cómo se atreve a tocarme?— preguntó irritada la mujer.
—¡Oh, por dios señorita! Disculpe, fue mi culpa yo le pedí al caballero que la despertara —respondió asustada la asistente de vuelo al ver la agresiva reacción de la mujer y el rostro enfurecido del hombre.
La mujer palideció y miró al hombre apenada.
—Yo...—
—¿Podría traerme un poco de hielo? —gruñó Ranma, sosteniéndose la mejilla y tratando de controlar su mal carácter hacia la azafata.
—En seguida regreso —murmuró la señorita antes de trotar por el pasillo hasta la cabina delantera.
—Discúlpeme caballero, no sabía que usted...
—Ahorrese la disculpa, esto me lo merezco por meterme en asuntos ajenos —la mujer suspiró avergonzada y después de enderezar su asiento, le aceptó el hielo a la azafata en cuanto regresó.
—Permítame sostener el hielo, es lo menos que puedo hacer como disculpa.
Retirando con suavidad la mano del hombre, colocó el paño con hielo en la mejilla y miró asustada a la asistente.
—¿Necesita mayor asistencia médica, señor? — le pregunto la señorita.
Ranma enrojeció al notar que los pasajeros miraban la escena entretenidos, nunca antes se había sentido tan avergonzado como ahora.
—Ya estoy bien, puedo hacerlo por mi cuenta —murmuró arrebatándole el paño a la mujer.
La mujer carraspeó apenada y comenzó a guardar sus cosas en silencio.
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Ranma suspiró con tranquilidad al sentir el fresco aire nocturno de Tokio.
Dirigiéndose a la estación de trenes, compró su boleto y se sentó en un asiento vacío del antepenúltimo vagón.
Sacando su laptop y su teléfono de su maleta, contestó la llamada entrante de su madre.
— Hola, ¿Por donde vienes, cariño? —preguntó Nodoka risueña.
—El tren esta por salir de la estación de Tokio.
—¿Qué tal tu vuelo, estuvo tranquilo?
Tocando su mejilla enrojecida, respiró hondo.
—Preferiria no hablar de eso ahora, má —murmuró tecleando la contraseña de su laptop.
—De acuerdo. Cambiando de tema, tu padre volvió a casa con algunos amigos del trabajo, tal vez se queden a pasar la noche aquí... Cariño, ¿qué has pensado algo sobre los departamentos compartidos de los que te hablé?
Ranma frunció el ceño y miró concentrado la página que tenía abierta en la computadora.
—Estaba leyendo sobre eso... Al parecer el señor Tendo es dueño de un edificio de departamentos compartidos.
—¡Oh, si! Y justo ahora acabo de charlar con él, me ha dicho que esta semana se desocupará una habitación en un apartamento de su edificio, ¿Qué opinas, le digo que estás interesado?
Ranma meditó su respuesta y suspirando de cansancio, cerró la computadora.
—Déjame pensarlo un poco más... Si llego a casa y aún está ahí, yo mismo le preguntaré.
Ranma podía sentir la enorme sonrisa de su madre a través del teléfono.
—Como gustes cariño, aquí te esperamos.
—Si, nos vemos en un rato — murmuró antes de cortar.
Su madre lo amaba y cuidaba demasiado de él, pero era evidente que lo quería fuera de su casa... pronto.
Guardando sus cosas en la maleta, giró su cabeza hacia la ventana y observó los edificios cercanos a la estación de Tokio. El edificio Shinji (propiedad del señor Tendo), estaba a unas cuadras de la estación del tren.
"Mudarme a este lugar reduciría mucho tiempo de viaje hasta el trabajo" pensó Ranma contemplando los pros y contras.
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Mirando hacia la acera al caminar, Ranma llegó a la resolución de que podía rentar un departamento compartido por un tiempo. Así que, en cuanto entró a la residencia Saotome y saludo al señor Tendo, le pidió información sobre el apartamento del que su madre había hablado.
Tras una corta charla, quedaron en firmar los papeles al día siguiente y que se mudaría el día jueves de esa misma semana a su nueva residencia.
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Ranma se detuvo frente a la puerta del edificio Shinji con sus dos maletas en las manos y con altas expectativas.
El señor Tendo le había mostrado varias fotos del edificio antes de que firmara el contrato, así que no podía esperar menos que eso.
Entrando, se dirigió al elevador y vió un letrero garabateado que decía "Elevador en mantenimiento, disculpe la molestia"
Suspirando con resignación, se dirigió a las escaleras y subió los cuatro pisos para llegar hasta el departamento.
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Cansado por cargar sus maletas, se detuvo con poca delicadeza frente a la puerta con la placa 18-B y tocó.
Una sorprendida mujer de cabello verde le abrió la puerta e inmediatamente un suave olor a canela y manzana llegó a su olfato.
—¿El nuevo inquilino?.. pase por favor.
Ranma levantó sus maletas del suelo y se dirigió a la sala con un poco de esfuerzo.
—Soy Ranma Saotome, mucho gusto —respondió amigable.
—Akari, soy la encargada del lado B del edificio... Ya que el otro inquilino ni el señor Tendo podían recibirlo, me pidieron que lo hiciera en su lugar.
—¡Ah! gracias, señorita Akari.
La mujer sacó un llavero y liberó una de las llaves.
—Aquí tiene su copia, trate de no perderla por favor.
Ranma asintió y la miró dudoso al ver que ya se iba.
—Disculpe...
La muchacha se detuvo y lo miro expectante
—¿Usted podría hablarme sobre el inquilino que dejó libre la habitación del departamento?
Akari lo miro sorprendida y contuvo su expresión mosqueada dirigida a su jefe.
—¿No le dijeron nada cuando firmó el contrato?
Ranma sostuvo la llave dubitativo entre sus dedos.
—El señor Tendo fue muy cuidadoso sobre compartir información.
Akari se mordió el labio dudando entre apoyar la decisión del señor Tendo o decirle la verdad al nuevo inquilino.
—No se me permite hablar sobre los inquilinos, solo puedo asegurarle que no debe preocuparse por nada.
Ranma asintió poco convencido y dejó que la muchacha se fuera.
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Akari suspiró una vez fuera del departamento y sacó su teléfono del bolsillo. El sonido de la voz del señor Tendo resonó en la bocina:
—Buenas noches Akari, ¿El joven Saotome llegó bien al edificio?
Akari enfadada con el hombre, caminó hacia el elevador.
—¿A qué está jugando señor Tendo? Sabe que ella acaba de terminar su relación, ¿Por qué el nuevo inquilino es hombre?
Akari abordó el elevador, olvidando retirar el letrero de mantenimiento que este tenía en la puerta, por décima vez en la semana.
—No te enfades Akari, ella no puede odiar a todos los hombres, además, es el hijo de mi mejor amigo y solo se quedará por seis meses ahí.
Akari se recargó en la pared del elevador y suspiró cansada.
—Esta bien señor Tendo, pero recuerde que esta es una mala idea.
Soun río y colgó la llamada.
"Perdoname Akane, no puedo ayudarte esta vez" pensó Akari mientras entraba a su departamento y regañaba a su hermano menor por jugar videojuegos en vez de terminar su tarea.
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Ranma terminó de acomodar sus cosas y salió de su habitación para tomar un vaso de agua, listo para irse a acostar.
Mientras caminaba de la cocina a su cuarto, la puerta del departamento se abrió repentinamente y una pequeña figura envuelta en una enorme sudadera gris y pantalones holgados entró por ella, murmurando amenazas y de vez en cuando lamentos.
Ranma se acercó a la pequeña figura y la miró atento.
—¡Oye!, ¿Quién eres?— preguntó.
La pequeña figura dio unos pasos hacia él y gritó:
—¡No me dejes! —mientras enroscaba sus brazos sobre su cintura.
—¡Oye, suéltame! —murmuró Ranma, mareado por el penetrante olor a alcohol que desprendía la persona e intentando soltarse de su firme agarre.
—Hueles rico... como a limón — murmuró con voz ronca la otra persona.
Ranma se mantuvo estático mientras la pequeña figura se apoyaba en él, le olfateaba el pecho y lo liberaba poco a poco de su agarre.
Inclinando su rostro lleno de curiosidad y levantando la cabeza de la persona, Ranma sintió que su rostro se sonrojaba por el enfado.
Esa persona que se encontraba entre sus brazos, ¡era la mujer que lo había golpeado en el avión!
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Hola a todos,
Está es la primera historia que estoy publicando en wttp pero por petición de Lélek en Twitter, he decidido subirla igual por aquí ( ꈍᴗꈍ)
Tal vez me tarde un poco en actualizar, pero este es un fic que no planeo dejar inconcluso. ()
Les mando un enorme abrazo a todos, espero leerlos pronto ( ꈍᴗꈍ)
¡Saludos!
