—Vamos, tenemos que saltar— dijo el niño de 10 años dueño de una peculiar trenza corta mientas cogía de la mano a una niña de cabellera negra azulada de la misma edad.

La niña vio hacia atrás

—No …aun no - se soltó del agarre

—¿Qué estás haciendo? —desespero el muchacho

—No servirá de nada si saltamos ahora Ranma, al menos no t … escapare—aseguró— en el próximo pueblo… los esperare allí— y lo empujo, sacándolo del tren en movimiento

—Akaneee— grito el chico, mientras la niña volvía hacia el puesto de control del tren en el que se encontraban.

1.

Una elegante mujer que vestía con un kimono blanco, con bordados de flores rosas caminaba por las praderas junto a su sirvienta, como parte de su paseo rutinario, cuando vio a lo lejos la borrosa figura de una persona, que a duras penas caminaba, cojeaba para ser más exactos, cuando de repente cayo pesadamente al suelo.

—Rin, Llama a Mogambo—ordeno la mujer deprisa, mientras corría hacia el cuerpo.

–Si señora Nodoka—la chica de contextura delgada y el cabello sujeto por una horquilla salió al lado contrario.

Nodoka llegando junto al cuerpo, lo tuvo que voltear para revisar sus heridas y su identidad, cubierta por una capa negra, vio que se trataba de una jovencita, reviso su cuerpo y noto que la parte izquierda de su estómago estaba empapado de sangre, levantó la tela, hallando una venda teñida de rojo que rodeaba todo su estómago y hematomas que se encontraban esparcidas por todo su cuerpo.

—Señora Nodoka—llego Mogambo jadeando—Kami¿es un cadáver? — retrocedió asustado

—No, está viva, pero no lo estará por mucho si no la llevamos rápido, Mogambo ayúdame a llevarla, Rin prepara el cuarto de huéspedes y los materiales—ordeno

—Sí, señora Nodoka—Rin otra vez corría hacia casa de su patrona.

La señora, con ayuda de Mogambo la llevaron al cuarto de huéspedes de su gran casa, con los materiales que Rin tenia listo, comenzó su labor, desinfecto y cerro heridas, unto ungüento sobre estas y las vendo.

—Por ahora eso es lo único que podemos hacer por ella, el resto depende de ella—menciono Nodoka, terminando de vendar su pierna.

—Señora Nodoka, ¿Qué pudo haberle sucedido? No le parece peligroso traerla a su casa.

—Eso lo sabremos cuando despierte, por ahora mándale una carta a mi hijo y avísale la situación, que venga lo más antes posible

—Sí, señora Nodoka.

La chica salió y minutos después la mujer, viendo con preocupación a la joven en un estado lamentable.

La chica despertó agitada, logrando sentarse, pero al sentir dolor en diferentes partes de su cuerpo volvió a recostarse doblegándose del dolor, instintivamente guio su mano a su estómago. Vio el techo, no recordaba nada; así que intento levantarse.

—Tu cuerpo aún está débil, no trates de esforzarte— hablo una voz que estaba en la esquina de la habitación sentada cerca a la ventana, viendo el paisaje.

—¿Quién eres? —pregunto la chica con miedo, tenía el cabello largo de un color oscuro azulado—¿Dónde estoy? —retrocedió hasta la esquina del futon.

— Mi nombre es Nodoka Saotome, y esta es mi casa ¿Cuál es tu nombre querida? – respondió acercándose, vestía un kimono amarillo con diseños de hermosas flores, y para completar, su cabello, estaba delicadamente sujetado en un moño.

—¿Yo como llegue aquí?

—Es de mala educación responder una pregunta con otra pregunta, querida

—Yo… amm… yo no…lo recuerdo—Agacho la cabeza buscando respuestas que su mente se negaba a darle.

—Amnesia, con la caída que te diste y todas esas heridas, tal vez era lo más probable que sucedería. Llegaste hace dos días, te encontré en el campo cuando caíste, pudiste haber muerto ahí, te traje y curé tus heridas, pero aun estas mal.

—¿qué fue lo que me paso?

—solo tú lo sabes para llegar en tan mal estado.

La chica intento recodar, pero solo venían a ella imágenes borrosas, de pronto empezó a sentir dolor, sus manos tomaron su cabeza, en un intento de frenarlos.

—Basta, te haces daño a ti misma—sigue descansando por ahora, cuando despiertes nuevamente solo llama a Rin, ella te traerá algo de comer—y salió la mujer, dejando a la chica con sus propios pensamientos, preguntados a si misma que habría pasado para encontrarse en ese estado, volvió a intentar recordar, pero volvía a ese dolor, así que volvió a dormir para poder recuperaste más rápido.

— Maldita Hinako, si no fuera la jefa…—bajaba del tren maldiciendo un chico de 19 años que vestía ropa china, bastante guapo con el cabello negro sujetado en una trenza.

Después de treinta minutos de caminata, llegaba a su destino, viendo a lo lejos una gran casa, su casa, camino saludando a los pueblerinos japoneses y chinos, los Saotome eran conocidos, por la ayuda que brindaron a los extranjeros chinos, refugiándolos en su país.

—Joven Ranma, bienvenido—saludo Rin

—Hola Rin, ¿mi madre está dentro?

—Si, la señora Nodoka lo espera

—Ranma – se oyó un grito, era Mogambo, tenía 21 años, de tez morena y delgado.

—Hola Mogambo, ¿Qué noticias traes?—Mogambo era conocido por estar al tanto de los últimos chismes en el pueblo.

—Lo primero es que tu madre te dirá algo importante y lo otro es que pronto serás padrino para mi boda.

— ¿Te casas? — pregunto sorprendido Ranma

—Ya la conocerás dentro de poco—volteo y vio una yegua saliendo de su corral—tengo que irme- salió corriendo

El chico restándole importancia entro, viendo a su madre en el jardín detrás de la casa.

—Madre—llamo Ranma.

—Ranma hijo, por fin llegaste, pensé que vendrías de inmediato después de recibir mi carta.

—La infantil de Hinako no me dejo salir—respondió con fastidio.

—No importa, de todos modos, ella despertó recién esta mañana.

—¿Ella?

—Ese es el asunto, hace dos días encontré a una chica herida. Quiero que la veas.

—Madre, ¿la trajiste a la casa? Sabes lo peligro que es, peor aún en estos días.

—Lo sé, pero cuando despertó ella no recordaba nada, decía la verdad, sabes que nunca fallo en ello.

El chico solo suspiro y siguió a su madre hasta el segundo piso

—Señora Nodoka , la señora Asou la necesita.— Apareció Rin.

—Tengo que bajar hijo, es en el cuarto de huéspedes— salió apresurada con Rin detrás.

El chico entro lentamente, viendo el futon con un bulto pequeño, se acercó y vio el rostro de la chica que se encontraba tapada hasta el cuello, podía observar su cabello de un negro con destellos azulados.

—Es bonita, es como ella…—pensó

La chica se movió entre las sabanas, dejando ver sus brazos, llenas de vendas que cubrían sus heridas y cuantos hematomas, de inmediato el chico enfureció, preguntándose quien sería capaz de golpear tanto un cuerpo tan pequeño como el de ella.

Se acercó aún más al futon, tomo la sabana y la jalo hasta su cintura encontrando la zona más afectada, iba a jalar más cuando vio como un puño se acercaba rápidamente a su rostro, no pudo reaccionar, así recibió de lleno el golpe, cayendo hacia atrás sobándose la nariz

—Maldito pervertido, ¿quién eres? —pregunto la chica furiosa acorralándose a la esquina y tomando la sabana para cubrirse con una mano, mientras la otra tenía el puño listo para atacar.

—¿A quién llamas pervertido?, como alguien tan pequeña y herida puede tener esa fuerza de gorila—respondió también enojado con su mano intentando detener el sangrado de su nariz.

—A quien más, tu eres el único aquí

Al cuarto entro la señora Nodoka con Rin detrás de ella.

—¿Qué paso aquí? — viendo la escena

—Ese pervertido entro y me estaba viendo el cuerpo—hablo rápidamente la chica, tapándose más.

—Querida, él es mi hijo, y solo estaba revisando tus heridas—trato de calmar a todos.

La chica miro a Ranma con sorpresa y furiosa, viendo a otros lados bajo la cabeza.

—Lo siento— susurro

—¿Perdona? ¿Dijiste algo? —Ranma aun enojado se fue acercando a ella.

—Ya no lo diré de nuevo—respondió con rabia, con puño alzado y mirándolo a los ojos.

Ranma y la chica se quedaron mirando fijamente, Ranma vio que ella tenía unos ojos color avellana, resultándoles familiares, sin poder apartar sus ojos de ella.

—¿Entonces? — justo estaba impulsando su puño para darle de ello otra vez en la nariz.

—Ranma— Nodoka llamo la atención a su hijo, antes que fuera muy tarde—es suficiente, Rin ¿está preparada el ofuro?

—Si señora Nodoka— respondió entrando en la habitación con toallas, vendas y vestimenta.

—Ranma, salgamos—saco a su hijo para que ella pueda vestirse.

Ambos llegaron al salón de la casa

—Así que un pervertido… vaya hijo varonil que tengo—rio Nodoka

—Madre es un malentendido, estaba viendo sus heridas

—Tal vez deberías casarte con ella por deshonrarla

—Madre…—se quejo

—Por cierto Ranma, ¿has tomado una decisión respecto a Ukyo? No me sorprendería que un día de estos los Kuonji se aparecieran para cumplir con el pacto.

—Lo sé—respondió irritado, sentándose para cenar— aun no puedo resignarme.

—Ranma sabes que te apoyo, y si decides no aceptar ese compromiso, estaré de tu lado.

—Gracias madre— empezando a devorar los alimentos

Continuara...


Esperando que la lectura sea de su agrado. Saludos y muchas gracias por leer.

Zarame