Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, pero la historia es completamente mía. Está PROHIBIDA su copia, ya sea parcial o total. Di NO al plagio. CONTIENE ESCENAS SEXUALES +18.


Capítulo 44:

Temores familiares

—¿Qué carajos…? —gruñó—. Creí que habías recapacitado.

James tomó el brazo de su hijo y lo alejó con fuerza.

—¡Déjame en paz, papá! —exclamó Tony. Su agarre le dolía.

—¿Tu madre sabe de esto? ¿Eh?

Ante la atenta mirada de todos, James arrastraba a su hijo hasta su coche, no importándole el escándalo. Ness corrió hacia ellos e intentó interceder, fallando en el intento.

—¡Ella no tiene nada que ver en esto!

—¡Claro que sí! —insistió el padre—. ¡Debió criarte mejor!

—¡Tú debiste haber desaparecido de mi vida para siempre! —le gritó el chico.

James lo lanzó al asiento del copiloto y le cerró la puerta en la cara. Cuando se sentó a su lado y encendió el coche, la respiración de ambos se sentía pesada y desagradable.

—¿Tu madre está en casa? —le preguntó.

Tony asintió y se quedó paralizado en el coche, mientras el otro manejaba por las calles de la ciudad.

Isabella estaba echándose una siesta cuando escuchó el timbre y luego los golpes en la puerta. El sueño se le espantó de inmediato.

Abrió la puerta, exaltada ante la imagen de James sosteniendo a su hijo con tanta brusquedad.

—¡¿Qué demonios te ocurre?! — exclamó ella, queriendo separarlos.

—¡Mamá, puedo explicarlo! —chilló Tony.

—¿Acaso no lo sabías? —espetó James—. Tú abalaste estas cosas.

—¡No sé de qué hablas…!

—Nuestro hijo es un marica —la volvió a interrumpir. Su voz estaba marcada de asco y vergüenza—. Le gustan las pollas.

—James —gimió Bella mientras miraba a su hijo, que estaba evidentemente desprotegido ante la actitud abusadora de su propio padre—. No puedo creer lo que estás diciéndome.

—Yo lo vi, la primera vez…

—¡No me interesa lo que hayas visto, carajo! —le gritó—. ¡No puedo creer lo que has hecho con Tony! ¡Suéltalo ahora o juro por Dios que te quemaré las manos!

No había manera de que Bella calmara los instintos protectores y furiosos que tenía, por más que lo intentara.

—No puedo creerlo, Isabella, ¿de verdad…?

—¡Suéltalo! —bramó, quitándoselo de las manos.

—Mamá, descuida, recuerda que…

—Aléjate —le ordenó.

Tony se limpió las lágrimas y acató, como aquel niño pequeño que solía verlos discutir por él. Porque sí, siempre era por él.

—Esto es culpa tuya —acusó James—. Debí quedarme con el niño cuando tuve la oportunidad, ¿o vas a olvidar las veces que tenía que cuidarlo porque tú preferías tu maldita carrera?

Bella cerró sus ojos para intentar calmar los demonios internos que le generaban sus palabras.

—¡Nada de esto habría ocurrido si tú hubieras sido una madre como corresponde! ¡Todo para ti era trabajo!

—No voy a caer en tus manipulaciones, nunca he sido una mujer fácil para ti y eso siempre lo has odiado —afirmó—. Cuidé de mi hijo tanto como tú debías hacerlo, siempre estuve para él y nunca lo dejaría a la deriva como tú lo hiciste. No voy a recalcarte la misma discusión que tenemos hace más de quince años, porque lo sabes, sabes que todo lo que he hecho lo he hecho por Tony, y que las veces que no pude cuidar de él fue porque soy una mujer independiente que necesitaba trabajar para costear los años que tú nunca pudiste darle la manutención correspondiente, ¡tuve que demandarte, maldita sea!

James tragó mientras miraba a un quieto Tony, que escuchaba lo que ya sabía, pero ahora lo hacía como un adulto.

—Tú eres el padre y también debías cuidarlo. No voy a caer en tus juegos sintiéndome una mala madre por tus juicios, menos de un padre como tú.

Él se rio de forma pedante y altanera, cruzándose de brazos ante los dos.

—Tú debías cuidar de él como lo hacen las verdaderas madres —acusó—, por eso ha salido un marica.

—No vuelvas a llamarlo así —gimió Bella—, no te atrevas a hacerlo o juro que…

—¿O qué, Bella? —James dio un paso adelante para enfrentarla—. ¡A Tony le hace falta una cachetada para que aprenda a actuar como un hombre! ¡Yo lo encontré besándose con ese estúpido que vive al lado! ¡Es un marica y no voy a permitir que un hijo mío lo sea!

—¡Lo tocas y te parto los huevos a patadas! —bramó ella, empujándolo con todas sus fuerzas.

—Mamá, no lo hagas, por favor —le suplicó el chico, tomándola de la cintura—. ¡Mamá, por favor!

—¡No voy a quedarme en paz hasta que Tony actúe como un hombre! —insistió James.

—Ya he aguantado suficiente, pero esta vez no más. Si le haces algo a Tony, si te acercas o acercas a tu familia a mi hijo, te destrozaré y lo sabes, James, ¡lo sabes! ¡Ahora vete de aquí, maldita sea!

—¡Déjanos en paz! —exclamó Tony, empujando a su padre desde el pecho—. ¡Deja a mamá!

—¡No me toques, marica! ¡Soy tu padre! —James tomó a su hijo desde la camiseta y lo empujó contra la pared.

—¡Suéltalo! —ordenó Bella, tomando al hombre del brazo—. ¡Suéltalo ya!

—¡Déjame en paz! —gruñó el hombre, dándole un codazo en la parte del vientre.

Ella sintió un fuerte dolor y se alejó cuanto pudo, tomándose la barriga con miedo y alarma.

—¡Mamá! —gritó Tony, asustado y acongojado.

Alguien tocó a la puerta principal y Bella corrió a abrir, esperando que alguien pudiera ayudarle. Cuando vio que era Edward junto a Ness, se sintió inmensamente aliviada.

—Por favor, ayúdame, ¡James quiere golpear a Tony!

El rostro del teniente se desfiguró y rápidamente corrió hasta ellos, dispuesto a protegerlos.

—¡Hey! —gruñó él, quitando a James con brusquedad.

—¿Qué carajos te pasa, idiota? —le respondió el otro, chocando con los muebles de la sala.

—¿Cómo estás, hijo? ¿Te ha golpeado? —Edward tomó a Tony de las mejillas para calmarlo.

El chico negó, muy asustado.

—Mamá… —fue lo único que pudo decir entre sus jadeos agobiados.

—¿Qué le hiciste a Bella? —inquirió el teniente, mirándolo con los ojos muy abiertos y desorbitados—. ¡¿Qué le hiciste a Bella?!

Tony y Ness corrieron hacia ella, mientras Edward tomaba a James de las solapas de su camisa y lo empujaban a la salida.

—Estoy bien —declaró la mujer—, estoy bien.

—¿Cómo puedes hacerle esto a tu familia? —le preguntó el teniente, conteniendo la rabia con los dientes muy apretados—. No los mereces, eres una basura.

El odio que le provocaba James sobrepasaba todo lo que había sentido antes por una persona. Le resultaba complejo comprender lo que pasaba por la cabeza de un hombre que no era capaz de cuidar de su familia, aun cuando ya no vivieran en la misma casa, y menos aún podía entender lo que le estaba ocasionando a su propio hijo.

—Papá, no vale la pena —le recordó Ness, quien sostenía a una débil Isabella.

—Bella, ¿qué pasa? —preguntó James, tornándose muy preocupado.

—Déjala en paz —insistió el teniente.

—Bella…

—Está embarazada, imbécil —reclamó el adolescente Cullen.

James se vio acorralado por todo lo que estaba ocurriendo, por lo que se marchó pronto, dejándolos a todos hundidos en lo que él mismo había provocado.

—Tony —gimió Isabella, buscando a su hijo con añoranza—. Cariño, ¿estás bien?

Ignoraba todo lo demás. En ese momento, lo más importante era su hijo.

—Mamá, lo siento mucho —le dijo él—, no quería que esto pasara.

—¿Te ha golpeado? —insistió con desesperación—. Tony…

—¡No, mamá! —chilló el joven.

Rápidamente la abrazó mientras lloraba de vergüenza y culpa.

—No quería que esto pasara —agregó—. Mamá, no quería hacerte daño, no quería mentirte…

—Tony —interrumpió ella.

—Tienen que hablar a solas —Edward le dio una mirada a su hijo, esperando a que entendiera—. Pero no me iré de esta casa hasta asegurarme de que él no volverá y que todo está bien.

Bella no quería discutir con Edward, menos cuando él había venido a ayudarlos de la desesperante bestialidad de James, el hombre al que no imaginó verlo capaz de dañar a su hijo.

Qué ciega había estado. ¿Cómo pudo pensar que esos límites eran intransables para un energúmeno como él?

—¿Me prometes que no te ha dañado? —preguntó Bella una vez que estuvieron a solas.

—Solo… me ha empujado —respondió el chico con sequedad.

Ella respiró hondo mientras se frotaba el vientre.

—¿Cómo ocurrió todo?

La cabeza le daba tantas vueltas. Apenas podía mantenerse en pie ante todo lo que había pasado en menos de veinte minutos.

—Ya lo has oído.

—¿Qué? —Bella se dio la vuelta para enfrentarlo—. Lo único que escuché fueron esas palabras soeces viniendo del hombre que te di como padre, ¿cómo crees que debo sentirme? ¿No vas a ser franco conmigo?, ¿esperas que me quede con las asquerosidades que ha dicho de ti?

Tony tragó, sintiendo la culpa y la rabia ante su cobardía. Cada vez que quería ser sincero, recordaba a su padre, y eso lo limitaba enormemente.

—Creí que confiabas en mí, soy tu mamá, siempre te he recordado que estaré para ti —se lamentó ella—. Realmente pensé que lo sabías.

—Mamá, yo…

—Bella, debes descansar —dijo Edward, notando su palidez.

—Necesito hablar con Tony, ¡necesito que me diga por qué no confió en mí! —dijo, rompiendo a llorar.

—Mamá, yo siempre he confiado en ti.

Bella negó.

—No me lo dijiste, cariño, a pesar de que siempre lo vi en ti.

Tony notó el dolor en los ojos de su madre.

—¿Acaso creías que iba a sacarte de mi vida? —le preguntó, elevando la voz—. ¡Siempre creí que sabías que podías acudir a mí!

—Bella, debes respirar, no te hace bien esto —le recordó Edward—. Tony, ella necesita saberlo todo, por favor, sé franco. Dile lo que ocurrió con tu padre y tu abuelo hace unos años.

—¿Qué debo saber…? Ay —gimió, tomándose el vientre.

—¡Bella! —exclamó el teniente, corriendo hasta su lado—. ¿Qué pasa?

—Creo que recibí un empujón, no es nada —susurró, acomodándose en el sofá.

—¡Mamá! —gimió Tony, mientras Ness le suplicaba que se alejara para que Edward la examinara.

—Necesitas acostarte. Déjame ver si estás sangrando, por favor.

—¿Qué? No, por favor, no pasará nada, yo…

Se quedaron en silencio cuando vieron la mancha de sangre en la entrepierna.


Buenas tardes, les traigo un nuevo capítulo de esta historia, esperando sepan disculparme por la demora y porque sí, el capítulo es corto, pero era necesario para mí, ya que las cosas comienzan a ponerse en su justa medida desde ahora. En breve vendrá el siguiente capítulo, en el que probablemente morirán a carcajadas, porque como dije, las cosas se pondrán en el sentido correspondiente. ¡Cuéntenme qué les ha parecido! Ya saben cómo me gusta leerlas

Agradezco los comentarios de KRISS95, paramoreandmore, Tata XOXO, Jade HSos, Cary, Twilightsecretlove, patymdn, Yesenia Tovar 17, NarMaVeg, JMMA, Jimena, Liliana Macias, Valentina Paez, Teresita Mooz, Karensiux, Lauguilln, joabruno, miop, Gan, Santa, Ari Kimi, Makarena . L , merodeadores . 1996 , Ana Karina, Jocelyn, Iva Angulo, Mentafrescaa, LuAnKa, roberougem Elizabethpm, seiriscarvajal, valem0089 , beakis, natuchis2011b, Marbelli, almacullenmasen, DanitLuna, Twilight Raquel - Carolay, NaNYs SANZ , Pam Malfoy Black, saraipineda44 , Lore562, Naara Selene, morenita88 , jupy, Mapi13, cavendano13, Cinthyavillalobo, Belli swan dwyer, E – Chan Cullen, Adriu, Wenday 14 , ELLI11 O x , Wendy andino, melucha76, Fallen Dark Angel 07, AndreaSL, Lizzye Masen, Angel twilighter, SanBurz, EloRicardes, Fleur50 y Guest, espero volver a leerlas, cada gracias que ustedes me dan es invaluable para mí, su cariño, su entusiasmo y sus palabras lo son todo, de verdad gracias

Aquí estoy, cumpliendo mis sueños y dándoles todo lo que puedo, ¡las quiero mucho!

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Cariños para todas

Baisers!