Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, pero la historia es completamente mía. Está PROHIBIDA su copia, ya sea parcial o total. Di NO al plagio. CONTIENE ESCENAS SEXUALES +18.

Capítulo dedicado a TODAS las lectoras que ayer me dieron su mano y su aliento. Gracias, no quiero perderlas nunca. Las quiero mucho

Historia editada por la Licenciada en Literatura y Filosofía, Karla Ragnard

Capítulo 6:

Arcoíris oculto

Bella demoró en salir de la ensoñación, en especial cuando, junto a las demás, vieron cómo se bebía una botella de agua, la que caía con gracia y deleite por esos músculos tatuados. Era la imagen más erótico que podía tener frente a sus ojos.

Pero entonces recordó quién era y lo que las demás se estaban perdiendo por mirar a su desagradable vecino. ¡No podía creerlo!

Edward estaba demasiado absorto en su quehacer para darse cuenta de que había un séquito de mujeres observándolo, pero cuando una mujer de tacones altísimos intentaba pisar el césped, acercándose como un venado recién nacido a él, furiosa como ella sola podía estarlo, perdió por completo la atención de la máquina cortadora de césped. Era su vecina, usando un atuendo que…

«¡Basta ya, soldado! Controla lo que tienes entre tus piernas. ¡Vamos! ¡Debes terminar de cortar el césped a las mil ochocientas horas. ¡No sigas mirando a la vecina», dijo la voz interior en su cabeza.

Demasiado tarde. Su carne era débil ante la histérica de su vecina.

Válgame Dios, qué mujer.

Estaba usando un vestido tan apretado que podía imaginarse sus bragas. Se sentía un sucio y maloliente baboso, de esos que odiaba que se acercaran a su hermanita, pero no podía evitarlo. No era que fuese algo frecuente en él, de hecho, no sucumbía fácilmente a sus más profundos instintos, pero esa mujer había llegado a pegarse a su cabeza como un insecto comedor de cerebros. Intentaba, Dios sabía sí, que lo intentaba con todas sus fuerzas, pero no podía dejar de verla, menos aún si usaba ese vestido negro tan apretado a ella, mostrando la bondad de unas piernas divinas y esos tacones que…

Ni siquiera se dio cuenta de que mantenía la botella cerca de su cabeza… de costado… mojándolo de pies a cabeza. Tenía la boca abierta y no podía hablar.

—¡Hey! —lo llamó ella, batiéndose de forma despampanante ante él.

El solo hecho de dar un brinco delante de él, provocó que esos bonitos senos se plantaran en su cara sin derecho a reclamo. Quiso tragar un poco del agua que quedaba, atragantándose sin remedio.

—¿Qué estás haciendo? —siguió chillando Isabella.

Edward tosió de forma desesperada y luego frunció el ceño.

—¡Cortando el césped! —le respondió, haciéndole notar lo obvio de la acción.

Bella puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos.

—¡Estoy en medio de una clase de terapia! —insistió.

—¿Y eso en qué me importa?

—¡Estás distrayendo a mis alumnas!

Edward enarcó una ceja y miró hacia la ventana, notando a todas esas mujeres pendientes de él. Nunca lo hubiera imaginado.

—¡Hola! —exclamó, levantando la mano para saludarlas a todas.

Sonrió cuando vio que las demás lo saludaban y suspiraban.

—¡Hey! —espetó Bella—. ¡Estás distrayéndolas!

—Eso es porque tu clase es aburrida.

Bella abrió la boca, ofendida ante lo que decía.

—¿Aburrida? De seguro lo dices porque no sabes hacer clases.

—Las hice durante todo mi periodo en el ejército. Soy teniente.

—Y a mí eso me chupa un huevo.

—Qué boca tienes.

—Y hago más cosas con ella —soltó.

Edward tensó la mandíbula al escucharla, pensando en cosas feas como su tía Lourdes en calzones con tal de no caer en las regalías libidinosas que le regalaba su mente luego de lo que Bella le acabó diciendo.

—Soy una experta oradora y psicóloga, muy reconocida, por lo demás. No voy a aceptar que un bendito teniente me diga qué tan buena soy en lo que hago, ¡ve a cortar el césped y ponte una camisa! —Le volvió a acribillar el pecho con su dedo índice, empujándolo con suavidad para instarlo.

—Pues oblígame.

Bella entrecerró sus ojos y bufó, dándose la vuelta para continuar su clase, moviendo el culo de lado a lado. Edward se obligó a mirar hacia otro lado y seguir cortando el césped, pues debía dormir a buena hora y ya pasaba de las mil ochocientas veinte horas. Quiso mostrarle la lengua, pero luego recordó que un teniente como él se había enfrentado a cosas peores… aunque tal parecía que el enemigo de la otra trinchera era de muy difícil derrota, posiblemente convirtiendo todo esto en la peor de las guerras.

.

Isabella había terminado de hacer su charla y ya estaban bebiendo vino y otros alcoholes gustosos. Ni siquiera se había dado cuenta de que ya pasaba de las ocho de la noche y Tony aún no llegaba. Aquello le generó preocupación. Tony nunca llegaba tarde y la preparatoria terminaba a las cuatro.

Vio a las demás inmersas en la conversación y en los bocadillos, por lo que se dedicó a revisar su teléfono, esperando que Tony hubiera enviado algún mensaje. Nada. El corazón le comenzó a saltar en el pecho, imaginando el peor de los escenarios. No acostumbraba a ser una mujer pesimista ni menos fatalista, todo lo contrario; pero cuando se trataba de su hijo, lo que más pensaba era en que alguien le hubiera hecho daño.

Conocía a Tony como nadie en el mundo y aunque ella callaba, mirándolo desde que era un bebé, su bebé, siempre supo que era un chico diferente. La primera vez que eso ocurrió fue cuando aprendió de su autonomía, ya sabiendo hablar. Una vez le dijo que el pequeñito que vivía frente a su casa era muy bonito y que quería conocerlo, motivo por el cual esa familia decidió no permitirles que se juntaran. Luego comenzaron las preguntas respecto a porqué había hombres y mujeres que se besaban, algo que ella se encargó de demostrarle y profundizarle para que lo viera y viviera con normalidad, como algo que no estaría mal y que existía, que el amor siempre era una hermosura sin importar quién fuera el emisor ni el receptor, siempre y cuando ambos estuvieran conscientes y fueran capaces de decidir. Bella aún recordaba cómo Tony insistía en que él quería hacer lo mismo cuando conociera a un chico que le gustara, y eso había ocurrido cuando cumplía los cuatro. La última vez que su hijo habló de algo al respecto fue ahí, momento en el cual ella tuvo que dejarlo en casa de su familia paterna, allá en Londres, por dificultades legales entre el mediocre de su padre y ella, que estaba pasando por una fuerte sensación de soledad y desesperación. Nunca creyó que esas dos semanas funcionaran para sentir tanto dolor ante la separación con su hijo y que, quizá, aquello significaría que su pequeño cambiara tanto.

Bella suspiró y pensó en el momento en que él pudiera serle sincero, que le dijera lo que sentía respecto a sí mismo, porque no iba a juzgarlo y lo conocía, lo iba a entender y jamás lo juzgaría, pero… Tony parecía negarse a todo, siendo incapaz de ser ese chico sincero que ella se encargó de construir con mucho esfuerzo.

A veces le aterraba que alguien le hiciera daño por ser quién era y luego ese miedo se transformaba en mucho dolor.

Cerca de las diez y después de varias llamadas perdidas, escuchó que Tony acomodaba la bicicleta en el antejardín, chocando torpemente con algunas de las plantas. Bella había perdido por completo el interés de las demás y se había quedado en silencio mientras se bebía una nueva copa de sangría. Al escuchar la puerta, rebotó desde el sofá, corriendo para encontrarlo.

Tony se encontró con todas las mujeres de la terapia, quienes ya lo conocían. Lo saludaron y él respondió de forma tímida, apegado a la puerta con las manos hacia atrás, intentando respirar.

—Tony —dijo Bella, abrazándolo con fuerza.

—Ya, mamá, ¿qué ocurre? —respondió él, muy nervioso.

Ella frunció el ceño y lo tomó de los hombros, no acostumbrada a ese tipo de respuesta.

—Solo te extrañé. Mira la hora que es, creí que te había sucedido algo…

—¿Por qué tendría que suceder algo? —insistió su hijo, cada vez más tembloroso—. Estoy bien, mamá.

Él se separó y caminó escaleras arriba, arrastrando su mochila. Bella lo siguió, queriendo saber qué le ocurría.

—Tony, algo te ha pasado, cuéntame…

—Solo… Estoy cansado, mamá, ha sido el primer día…

—Pero jamás llegas tan tarde y así.

—¿Así cómo? —Se dio la vuelta al llegar a la puerta de su habitación, de pronto muy molesto.

Bella se quedó perpleja y se sintió tan herida que no supo qué decir por varios segundos.

—Tan… lejano.

Tony tragó y simplemente bajó la mirada llorosa.

—Quiero dormir, estoy muy cansado. ¿Puedes dejarme solo?

—Pero…

—¡Quiero estar solo! —espetó, cerrándole la puerta en su cara.

Bella se quedó aún más perpleja y su garganta se cerró con un nudo.

Tony jamás le había gritado.

Se quedó ahí un momento, preguntándose si tocar o no. Pero cuando los segundos pasaron y él no parecía moverse, ella simplemente se acercó todo lo que pudo a esa puerta y le dijo con claridad:

—Siempre puedes contar conmigo, te lo prometí en cuanto supe que ibas a ser mi hijo.

Entonces, Tony encendió su música favorita, una clásica de Queen, asegurándose de no escuchar a nadie más.

Tony sabía que su mamá era la persona que más lo amaba y él también sabía que ella era la persona que más amaba en el mundo, pero estaba tan asustado que no sabía qué decirle ni mucho menos era capaz de enfrentarla ante lo que nuevamente nacía en su corazón.

Había sido el mejor día de su vida, al menos desde que su mamá le llevó al parque luego de su gran estadía en el hospital, esa vez cuando tenía diez. Desde entonces habían pasado siete años en los cuales la secundaria y preparatoria se habían convertido en un martirio… hasta que lo vio por primera vez, hoy, acompañándolo en su bicicleta.

—Ness —susurró, recordándolo.

Su corazón se oprimió y nuevamente comenzó a llorar, sin saber cómo aceptar que, de alguna forma, aquel chico había removido su corazón después de tanto tiempo queriendo olvidar lo que siempre quería: conocer el amor, aquel que tanto temía confirmar.

Estaba aterrado.

Buenas tardes, después de pensarlo mucho, decidí que era momento de subir este capítulo y los que siguen, pues esta historia comencé a escribirla meses atrás. ¿Qué más decir? Solo sigo triste, sigo intentando hacer vista gorda a los comentarios en donde me tratan de las peores formas e intento separar mi corazón de lo demás, porque ya no quiero que me hagan más daño

Dejo extracto del comunicado que dejé ayer en el hospital en donde trabajo, porque todo sucedió mientras intentaba hacer frente a la "vida normal" y me iba a llorar al baño a ratos. ¿Por qué les cuento esto? Porque quiero que comprendan que no soy de hierro

"En estos momentos estoy... en un estado difícil de explicar.

Fui eliminada de Elite Fanfiction por asuntos de lectoras. Vaya, me habría gustado que eliminaran a las que constantemente me hundían las recomendaciones que otras hacían de mí o cuando publicaban para chismear que esta autora, o sea yo, hacía x cosa, cientos de veces en una persecución. No es la primera vez que pasa, pues he recibido constantes persecuciones de otro grupo llamado Universidad F.

El escarmiento público no es un juego y el que me expongan sin poder defenderme ha hecho que no solo me sienta insegura, sino débil y muy frágil.

Ahora, darme cuenta que tantas personas abalaron un post en el que no pude defenderme siguen en mi grupo es algo tan doloroso, tan... imposible de describir.

Quisiera poder decirles que soy de hierro y que no me importa, pero estoy tan destruida con lo que es constantemente un hecho que no podía gritar, hasta ahora, que ya no puedo más, este fandom es tan tóxico, tan... hipócrita, tan duro

Lo único que hice fue escribir, planteé tantas cosas acá, tanto que ya no sé cómo pararme frente a fanfiction y seguir

Tenía tantas ideas, tantas ganas, pero no puedo, simplemente... el hecho de saber que hay tanta gente que por un lado te decía adorar leer, ahora es... impresionante la desazón y el dolor que siento

Cuánto quisiera ser fuerte, pero no lo soy, estoy dolida, porque dentro de ese grupo tuve una amiga a la que confié mil cosas y la respuesta, sin daño alguno hecho por mi parte, hace que me sienta tan débil, tan... insignificante. La quise mucho, le confié mis palabras, pero bien dicen, nunca pongas las manos al fuego por nadie

Quisiera gritar y seguir con esto, pero me resulta difícil, difícil de entender por qué hay autoras que con tanta facilidad me han hecho mierda la vida, administradoras de grupo que me sacan sin consideración, gente que disfruta cuando no quiero seguir viviendo gracias a esto que pasa constantemente

Autoras que se han reído de mi enfermedad, que se han aliado de una manera dura, que no toleran a nadie más. Porque sí, espero que algún día todas, de verdad, TODAS ellas tengan la valentía de decir "yo disfruté de que te hicieran mierda". Autoras que se consideran famosas (¿de qué?), traductoras que asumen que tienen el mundo a sus pies, un conjunto de personas que disfrutan hacer daño, no encuentro otro calificativo correcto

Yo no he insultado a nadie, no le he hecho daño a nadie, nunca he dicho o hecho algo en contra de ninguna de ustedes. Sí, a veces soy muy dura para responder, y en eso pido mis disculpas correspondientes porque no soy perfecta y suelo tener un carácter fuerte, y si alguna vez pasé a llevar a alguien por una contestación, quiero que sepan que nunca ha sido mi intención herir a nadie, que pueden recurrir a mí cuando gusten y que siempre tengo los brazos abiertos para cualquiera de ustedes que quizá tenga una idea de historia y me la quiera compartir, o que simplemente quiere saber quién soy. Nunca tengan miedo, timidez o lo que sea para hablarme, estoy accesible a todas, quizá ya no como antes porque sinceramente me da miedo confiar, pero lo estoy, no es mentira que las quiero mucho por el apoyo que me han dado

Pero estoy triste y muy deprimida. Es insultante, es abusivo, a mí nadie me preguntó nada, me eliminan de grupos por motivos que yo no puedo controlar, no rompí reglas, solo publiqué mis historias, solo estoy intentando cumplir mis sueños, nada más

Espero las caretas de varias autoras vayan cayendo poco a poco, que ese deseo de controlar un monopolio que no les pertenece deje de afectar al resto. Quizá para muchas soy la mala de una película que ni yo inventé, pero esto lo hago con AMOR, soy una persona muy sensible y como dije, estoy intentando cumplir mis sueños sin pisar al resto. Y el que tenga alguna prueba de que yo he boicoteado a alguien como lo han hecho conmigo, pues muéstremelo, porque de todo, solo he estado aquí publicado mis capítulos mientras estoy lidiando con el hospital

Quisiera poner el nombre de cada autora y administradora que me ha cagado la vida, pero ni siquiera puedo hacerlo, no me quedan energías. Espero algún día hacerlo, aunque tengo entendido que varias veces se han hecho notar al respecto

Las quiero mucho y espero verlas en esos proyectos que quiero mostrarles y que la gente que hace daño reciba lo que merece

Este fandom es una mafia, es terrible, es muy complejo estar aquí, yo no sabía que era de esta calaña por personas que creen que por estar desde hace años aquí pueden manejarlo todo. Quizá mi personalidad (que en realidad no conocen) les molesta, pero eso no les da derecho a hacer lo que siguen haciéndome"

Subo este capítulo con cariño, estaba escrito hacía tiempo y así como muchos más, pero las quiero enormemente y porque el amor es más grandes por las letras, aquí me quedo

Su apoyo es importante, su review es importante y su permanencia aún más

¡Griten por un capítulo más! ¡Escriban post en mi grupo pidiendo todo! ¡Amo que lo hagan y NO ME AGOBIA, AL CONTRARIO!

¡Cuéntenme qué les ha parecido! Ya saben cómo me gusta leerlas

Agradezco sus comentarios, durante la tarde estarán sus nombres como muestra de agradecimiento, espero volver a leerlas, cada gracias que ustedes me dejan es invaluable para mí, no tienen idea del impacto que tienen sus palabras, su cariño y su entusiasmo, de verdad gracias

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