Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, pero la historia es completamente mía. Está PROHIBIDA su copia, ya sea parcial o total. Di NO al plagio. CONTIENE ESCENAS SEXUALES +18.


Capítulo 34:

Ranas y cariños

Tony estaba sin palabras, todo había ocurrido de pronto y su mente daba giros sin destino. Se mantuvo quieto, preguntándose qué tan real era lo que le estaba pasando, porque parecía demasiado hermoso para ser verdad, ¿o no?

A Ness le enterneció su expresión, pero con el paso de los segundos el nerviosismo comenzó a apoderarse de él, lo que le estaba haciendo perder el control.

—Ness, ¿de verdad...?

Tony carraspeó.

—No, no estoy bromeando —le aseguró el otro.

Finalmente lo abrazó, sin aguantar la emoción que le embargaba.

—Sí, sí quiero, Ness —respondió con fuerza—. Quiero ser tu novio.

Ambos sonrieron y continuaron abrazados, sumergidos en la sensación de ese afortunado primer amor, uno inocente, puro e intenso. Ninguno recordaba haber sentido algo similar, esa sensación inexplicable que le revolvía y removía las entrañas, y sabían que era improbable que se fuera a repetir otra vez en sus vidas.

En cuanto se besaron, sus emociones se acrecentaron, reviviendo, una vez más, el primer amor.

—Quiero que sigamos esto juntos —le susurró Tony, sosteniendo sus manos con fuerza—. Te quiero.

—Y yo a ti, realmente lo hago.

—Y ahora somos hermanos.

Ambos expresaron su asco entre gestos.

—No quiero tener esa imagen en mi cabeza.

Se rieron unos segundos y volvieron a besarse, recobrando la alegría de ser oficialmente novios.

—Fuera de bromas, me siento en paz, de verdad, quiero retomar mi vida, la que siento que dejé cuando apenas era un niño. Gracias a ti me siento cada vez más cómodo y seguro, y aunque todavía siento miedo, éste está disminuyendo poco a poco, ¿sabes? Desde que sucedió lo de papá, las cosas han cambiado, lejos de ocasionar un retroceso, me ha ayudado a avanzar, no sé por qué…

—Creo que te has dado cuenta de que él no te conoce, en cambio tu mamá sí —agregó, interrumpiéndolo con suavidad—, y creo que yo no soy la persona que te ha ayudado a entenderlo, sino ella.

Tony comenzó a analizar las palabras de Ness y con rapidez concluyó que tenía razón; quien siempre lo contuvo en sus ideas, en su búsqueda de identidad y lo acompañó cuando tuvo miedo de ser él mismo, había sido su madre.

—Es verdad —respondió—, ha sido siempre ella, supongo que mi padre me ha reafirmado quién me ha impulsado a ser yo y a no morir en el intento, lo que sería muy diferente si ambos hubieran sido como él, y quizá tú y yo no podríamos habernos conocido.

Ness lo abrazó, acercando su cabeza castaña y verde junto a la suya.

—Me alegra que lo hayas descubierto. Y queda menos para ese gran día, creo que te verás increíble con ese traje.

Tony se rio, iluminando la sonrisa de su novio.

—Aunque tengo miedo, estoy decidido a hacerlo. Espero que a mamá le guste.

—Lo amará.

—Espero que tú también.

—Ni lo dudes. Tu novio estará feliz de ser testigo de tu debut actoral.

Se rieron nuevamente y luego suspiraron.

—Se siente tan bien —dijo Tony.

—¿Qué cosa? —le preguntó el otro.

—Esto. —Le tomó la mano y le besó la mejilla—. Ser tu novio.

—Sí, estoy muy de acuerdo —concluyó.

.

Bella pestañeó una vez más mientras contemplaba al rudo teniente Cullen sosteniendo un peluche de rana gigante que llevaba una ranita pequeña entre sus manos, le había puesto un lazo en la cabeza, lo que le enterneció.

—¿Qué es...? ¿Cómo...?

Ella no era capaz de emitir frase alguna, estaba impactada con lo que tenía en frente.

—Bien, sé que debes pensar que soy un loco y que esto es estúpido porque… —Le dio la vuelta para mirar a la rana mamá junto a su rana bebé y se encontró ridículo—. Lo vi y me pareció lindo, aunque ahora que lo veo… —Carraspeó—. No quiero decir que tú seas una rana, para nada, pero nuestro hijo, él… ella…

—Vaya —exclamó Bella—, ¿de verdad ascendiste a teniente?

Edward enarcó una ceja y estiró los labios, sonrojándose sin remedio. Si bien, ella quería parecer impávida, se moría de ternura por dentro. ¡Pero es que no quería confundir las cosas! Ahora que tendrían un bebé, las cosas podrían tornarse extrañas para ambos y estaba claro que esto no significaba que romperían con su soltería, menos a esta edad. Bella temía que esto los confundiera, porque no estaba interesada en formar una familia feliz, no ahora ni nunca, ya había pasado momentos desgastantes con James, que no tardó en decepcionarla a ella y a Tony, ¿por qué intentarlo ahora?, no tenía sentido.

—¿Qué estás queriendo decir? —inquirió él, enarcando una ceja, mientras buscaba esconder el inmenso peluche, algo imposible realmente.

Isabella suspiró y dejó que la ternura le hiciera actuar por esta vez, ya que moría por abrazar a esa rana tan fea. Estiró los brazos, pidiéndola como una niña, y cuando Edward se la entregó, su vientre se estremeció de cariño. La abrazó tal como quería y se derritió ante su gesto tan dulce, aunque no quería reconocérselo a sí misma. El pensar que él había buscado algo (por muy feo que fuera) y traérselo con esmero, le hizo bajar la guardia de manera muy rápida.

—Gracias —respondió.

El corazón le latía sin parar, como si su hijo estuviera de la misma manera.

—Es un detalle muy lindo, no pensé que fueras a pensar en nosotr… en él —comentó, mirando el rostro de la rana grande y la pequeña.

«La verdad, sí es lindo», pensó.

—Pensé que podría alegrarte un poco, imagino que los primeros síntomas son complejos.

Edward se rascaba la nuca, muy tímido y nervioso, pero ¿cómo culparse?, nunca pensó que estaría en una situación así, tener un hijo de forma abrupta, con una mujer como Bella, sin idea alguna de tener una familia tradicional como sus padres o la sociedad en general, y menos cuando lo que menos quería era una relación, lo hacían colapsar de una manera extraña. Claro, no buscaba confundirse a sí mismo, menos asustarla con sus detalles, ambos sabían que una relación entre ellos no estaba disponible, pero era por el bien de su hijo pues, a pesar de todo, tanto ambos querían lo mejor para el renacuajo.

—Sí, me ha costado trabajar, no he podido ir a la preparatoria por la misma razón —le comentó ella.

Y sí, se veía muy pálida y débil.

—¿Puedo ayudarte en algo?, digo, soy el padre y quiero que tú estés bien, me importan ambos.

Bella suspiró, otra vez con el vientre estremecido. Le pidió que entrara con un simple gesto y Edward no dio un paso adelante hasta que ella no lo hiciera primero.

—Me ha dolido un poco el vientre y la espalda, no me he podido sentir bien en todo el día…

—¿Te duele? —preguntó el teniente, muy alarmado.

Le tomó las manos y la sentó en el sofá, aterrado hasta los huesos. Se arrodilló delante de ella y arqueó las cejas, sin saber qué más hacer.

—¿Te duele algo más? ¿Cuánto te duele? Tengo que llevarte al hospital, puede que esté sucediendo algo con el embarazo, algo malo… o algo contigo… Te llevaré en el coche…

—Tranquilo —exclamó Bella, tomándole el rostro con sus manos, nuevamente impulsada por la ternura. Cuando notó lo que había hecho, se retiró de forma brusca—. Es normal, suele doler el útero, se está estirando y preparando para el bebé.

—Oh —fue lo único que respondió.

—¿No sucedió lo mismo con el embarazo de Ness?

La expresión del teniente cambió de forma abrupta.

—En realidad, nunca pude ser testigo del proceso.

Fruncí el ceño.

—Creí que lo habías sido. Lo siento.

—Descuida. Pensé que podría ser posible, pero ella nunca quiso hacerme parte.

—¿Tu exnovia?

—Sí. Las cosas ya habían acabado hacía un par de semana cuando supe que sería padre.

Bella levantó las cejas de genuina impresión.

—Fue todo un poco incómodo, pero sentí mucho dolor, tenía que insistir para que me dijera cómo estaba, tampoco me dejó entrar al parto… —Suspiró—. Supongo que sus celos por cosas imaginarias y su incapacidad para entender que mi trabajo era importante, fueron suficientes para impedirme seguir el proceso de Ness.

—¿Cuándo pudiste conocerlo?

Edward se encogió de hombros.

—A los dos meses —susurró.

—Dios mío —espetó Bella, furiosa y apenada a la vez.

—Fue porque necesitaba liberarse del estrés, tanto así que finalmente me cedió la custodia. No puedo culparla de ello, toda mujer necesita su espacio de vez en cuando y no es una obligación que la madre se quedé el tiempo completo con su hijo, también es mi responsabilidad como padre. Pero lo fue que también estaba saliendo con un tipo y, bueno, ve muy poco a Ness; está viviendo en la capital y es nuestro hijo el que la rechaza.

El silencio que sepultó al teniente incrementó la tristeza en ella.

—¿Ella…?

—Se llama Jane —respondió.

Bella frunció el ceño.

—¿Jane Vulturi?

—Sí, Jane Vulturi, ¿por qué…? ¿La conoces?

Por supuesto que la conocía, en la preparatoria de Kansas, Missouri; era la mujer que se encargaba de hostigarla cada vez que podía porque solía tener buenas calificaciones. La detestaba.

—Sí, pero de forma lejana —musitó, guardándose lo demás.

Finalmente se quedaron en silencio, hasta que Edward dejó ir su enésimo suspiro.

—Aunque le agradezco que pensara en mí para que lo cuidara, al fin y al cabo me hizo ser parte de todo el proceso posterior en el crecimiento de Ness —añadió.

—Bueno, no voy a actuar de la misma manera, no temas ante la idea de no ver crecer el embarazo, no es mi intención alejarte de él.

Sonrió, genuinamente contento.

—Gracias, será una experiencia nueva para mí.

Ella asintió, sin saber qué responderle.

—También me compete cuidarte, sé que no estás enferma, pero ya veo que te duele y las náuseas…

—Quiero comer pizza —interrumpió la psicóloga.

Edward levantó las cejas ante la sorpresa.

—Puedo comprar.

—Quiero que sea casera.

Y sí, realmente tenía muchos antojos. Esperaba no engordar tanto, ya no estaba en edad para permitírselo como una chica de veinte y pico.

—Se me da bien.

—Aceitunas.

—A… Bien.

—Cebolla.

—Ce… Un aliento de maravilla.

—No pienso besarte.

—Yo tampoco.

—Vale. Y pollo.

Edward intentaba apuntar todo en su cabeza, pero no era un hombre especialmente capaz de hacer dos cosas a la vez.

—Espero que te haya gustado mi estúpido regalo.

Bella suspiró.

—Es feo, pero me gusta.

Él sonrió y caminó hasta la cocina, dispuesto a hacer valer su antojo de embarazada, sabiendo que era lo que debía hacer para que ella llevara su proceso lo más ameno posible.

Le ilusionaba poder ser testigo del crecimiento de su hijo, al fin y al cabo, era la primera vez.

.

Bella llevaba un buen rato intentando pensar adecuadamente, pues estaba nerviosa respecto a cómo iba a decirle a Tony que tendría un hermano y que el padre era también el papá de su nuevo amigo. Parecía un laberinto de lazos sanguíneos difícil de explicar.

—Mierda —gruñó, sin poder concentrarse en su cometido.

Ya pasaba de las catorce semanas y su vientre se comenzaba a abultar, ¡pero no sabía cómo lidiar con esto!, y Edward tampoco, claramente. ¿Desde cuándo todo esto se había convertido en un problema adolescente?, porque claramente sí lo parecía.

Lo peor de todo era que su madre la había llamado varias veces, su padre también y Alice, por supuesto. Ser la psicóloga de la familia no era fácil y hoy no era capaz de actuar como una.

Y la cereza de la torta se había presentado en un correo electrónico: su antiguo jefe, aquel cerdo maloliente, se había negado a pagarle la compensación por su despido.

—Maldito hijo de…

Intentó respirar hondo, porque cuando se enojaba sentía deseos de vomitar.

Pensó en lo mucho que necesitaba un abogado, porque llegaría hasta las últimas consecuencias, pero ¿de dónde sacaba uno…?

¡Claro que tenía uno a mano!

Buscó en su bolso, esperanzada de que ahí se encontrase la tarjeta que aquel hombre le entregó luego de caerse en el barro, apenas el cerdo la había despedido. Se llamaba Jacob según lo que salía ahí.

Carraspeó y se dispuso a llamar, esperando que la atendiera pronto.

—Hola —saludó él.

—¡Hola! Habla Isabella Swan, no creo que me recuerdes, pero soy la mujer que ayudaste cuando cayó al barro.

¡Qué vergüenza!

—Oh… ¡Claro que recuerdo! ¿Qué tal va? Ha pasado mucho tiempo.

—Sí, ha pasado mucho tiempo. Me gustaría poder recibir un poco de ayuda, quiero realizar una demanda laboral.

—Por supuesto, si quieres te invito un café.

Sonrió.

—Eso estaría estupendo. Te llamaré mañana, ¿te parece?

—Me encanta la idea. En realidad, esperaba que algún día me llamaras.

Bella levantó las cejas al escucharlo a pesar de que no la estaba mirando.

—Pues lo harás. Que tengas buena tarde.

—Tú también.

Cuando cortó, sintió que tocaban a su puerta, lo que significaba que alguien venía a la consejería. En cuanto abrió la puerta, se dio cuenta de que cinco personas habían formado una fila para poder entrar. No podía creerlo.

—Es un gusto conocerla. ¿Está libre? —le preguntó la señorita Grace, una de las profesoras de matemática de la preparatoria.

Verla le impresionó.

—Claro, puede pasar.

Salió un momento para avisarle a los que esperaban que iba a atenderlos a todos, sin embargo, no pensaba ver, allá en el pasillo y en la lejanía, a Edward hablar animadamente con la enfermera Lindsay, que lo contemplaba con una sonrisa coqueta inconfundible.


Buenos días, les traigo un nuevo capítulo de esta historia, que vaya que trae más información adelante, la situación entre Bella y Edward parece mucho más extraña ahora que serán padres, en especial por la llegada de un nuevo personaje abogado. ¿Qué creen que ocurrirá también con Lindsay? ¿Qué está sucediendo en la familia y amigos? ¿Y Tony y Ness? ¡Cuéntenme qué les ha parecido! Ya saben cómo me gusta leerlas

Agradezco los comentarios de Jenni317, cavendano13, Cinthyavillalobo, saraipineda44, Veronica, melucha76, AndreaSL, Angelus285, Karensiux, Belli swan dwyer, francicullen, nikyta, LadyRedScarlet, Santa, MariaL8, ELLIana11, Loquibell, Eli mMsen, miriarvi23, morenita88, merodeadores1996, Valentina Paez, piligm, marlene28, SeguidoradeChile, TwilightSecretlove, Rero96, kate mora, Pam Malfoy Black, assimpleasthat, Lore562, cristiheca, Fallen Dark Angel 07, Teresa Delgado, Makarena L, Gabby352, Liliana Macias, poppy, joabruno, almacullenmasen, Marbelli, Elizabethpm, Lys92, Valevalverde57, indii93, Echan Cullen, Jade HSos, Gibelu, SoLeI529, DanitLuna, Lizzye Masen, patymdn, dery 05, Celina fic, Jocelyn, miop, Claryflynn98, ari Kimi, Wenday 14, CarCulSal, beakis, Gan, Beatriz06, TataXOXO, valem0089, seiriscarvajal, Jeli, Iva Angulo, Yesenia tovar 17, roberouge, Anabella CS, Teresita Mooz, NarMaVeg, Naara Selene, Gracia, Ana Karina, ELIZABETH, Elizabeth Marie Cullen, PRISGPE, jupy, Noriitha, nydiac10, SanBurz, NaNYs SANZ, elibonitag, luisita, Gisell Morn, somas, johannamaribel14, Angel twilighter, Toy Princes, Aami y Guest, espero volver a leerlas, cada gracias que ustedes me dan es invaluable para mí, su cariño, su entusiasmo y sus palabras lo son todo, de verdad gracias

Aquí estoy, cumpliendo mis sueños y dándoles todo lo que puedo, ¡las quiero mucho!

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