A sí mismo. A si mismo se la da de golpe. Tomándosela toda de un trago. La verdad, esperando que le haga efecto a Remus como la otra le ha hecho a él.
James levanta las cejas y Remus… también.
—¡Sirius! —protesta Peter.
Remus se sonroja y ahora si… traga saliva, NERVIOSO. Muy nervioso. Esperando… su beso.
Y lo que pasa es que... Sirius lleva aun el antídoto que le han dado esta mañana.
Ohh… bloody hell!
James mira a uno y al otro.
Sirius paladea un poco... y luego los mira a los tres, que lo miran en tensión.
—Ugh! ¡Sirius! —le riñe Peter—. Eres un asco y te mereces todo lo que te pase. Que forma más imbécil de arruinar una poción de amor, tomándotela cuando tienes un antídoto puesto.
Sirius mira a Peter con eso porque ¡él mismo se había olvidado de que tenía encima un antídoto! No debería haberle hecho efecto la poción desde el principio, pero que clase de poción era esta que... de repente se vuelve a Remus y se acuerda como un poco hipnotizado. ¿Qué rima con Claro de Luna?
Remus también lo había olvidado, la verdad, suelta el aire que le mantenía en tensión completa, de golpe.
¿Qué rima con claro de LUNA? Remus definitivamente no.
—Yo me largo —asegura Peter recogiendo sus cosas, para James.
—No te entiendo, ¿para qué hiciste eso? —pregunta James—. Ugh… Vale, creo que yo también me voy….
Sirius se sonroja un montón al notarse a sí mismo... ahora sí, bajo los efectos de la poción y queriendo quedarse a solas con Remus a... tocarle entero y tirárselo.
Peter asiente a James, porque si se van a acostar aquí como perros los dos bajo los efectos de una poción, la verdad, Peter no quiere verlo.
James vacila un segundo mirando a Sirius porque este panorama no lo habíamos contemplado.
—V-Vámonos… ¿verdad? ¿Sí?
Sirius aprieta los ojos luchando contra la necesidad de asentir para saltarle a Remus encima.
—Vale, ugh… vale. Umm… no echen a perder toda nuestra amistad, ¿vale? Recuerden que hay… un antídoto —sigue James recogiendo sus cosas.
Sirius les mira todo desconsolado por un segundo porque necesita que le ayuden, no que se vayan... aunque por otro ladooooo
Remus es todo un caramelito, con su piel blanquita y sus labios pequeñitos... podría arrancarle todos los estúpidos botones de su estúpida camisa de un zarpazo y luego...
Cielos… Remus está pensando eso así, pero un poco menos. Aunque el pelito si se le ve todo lo bonito que se le ve siempre a Sirius. Un poco más, quizás.
Y podría besarle los estúpidos labios pequeñitos hasta que le quedara toda la boca roja del roce y la saliva, metiéndole las manos en el pelo y en los pantalones contra una de las mesas esas con fuegos para los calderos. O sobre el escritorio de Slughorn. Arrancarle los pantalones ya de por si medio rotos y rasgados, levantarle la piernas por encima de sus hombros...
Remus es que… se revuelve en su asiento, volviendo a pensar en si a Sirius no le hará NADA efecto esto, o si quizás le dará un piquito ¡No se burlen!
Besarle y acariciarle cada una de sus cicatrices, tocarle hasta que estuviera gimiendo y gritando como un cerdo en el matadero, retorciéndose de puro placer y lujuria desmedida.
PARAAAA... ¡Que estás sonrojando a los lectores!
La verdad, tiene que acomodarse también porque el que está empalmado es él y se mira las manos con todas esas imágenes mentales y luego no puede evitar levantarse y parársele enfrente.
Remus TRAGA LA MADRE DE LAS SALIVAS.
Sirius le mira a los ojos y levanta las manos hacia él, suavemente y sin hacer movimientos bruscos.
Remus no se quita, en lo absoluto, queriendo ¡LANZÁRSELE EL ENCIMA PARA DARLE UN BESO!
Le acaricia la mandíbula con el pulgar lentamente hasta llegar a la barbilla, notando que están empezando a salirle bastantes pelitos por ahí, aunque sean rubios y que tiene barritos y algún grano que no había notado pero que ahora mismo no le molestan.
Remus traga saliva y se le acerca un poco.
Sirius le sonríe, bajando por la barbilla y la manzana de Adán hasta el nudo de la corbata perfecto y apretado, que está dispuesto a quitarle como quien le quita la cinta a un regalo envuelto.
Es que tiembla un poquito Remus.
Tooodo lento y suavecito, tira del nudo de un lado... pasa la punta hacia afuera...
—S-Sirius…
Y luego tira de una de las puntas de la corbata haciendo que toda esta le resiga el cuello de la camisa, mirándole a los ojos.
Ok, tienes a Remus EMBOBADO.
Lo siguiente es tomarle una mano para que la tienda hacia sí.
Vale. Ya tienes el control. TODO el control.
Le aaaata la corbata en la muñeca.
Remus traga saliva.
Y luego hace un gesto para que le de la otra.
Remus vacila, pero está tan idiotizado que ahí va.
Le ata la otra muñeca junto a la primera y en un gesto súper brusco le levanta ambas manos por encima de la cabeza y lo empuja contra la pared, sosteniéndole ambos brazos en alto con una sola mano.
Remus no sabe que acaba de pasar PEEEERO sí sabe que Sirius no es el único empalmado.
Sirius vuelve otra vez a los movimientos suaves, entrecerrando los ojos y respirándole sobre los labios, mientras con la mano libre empieza a desabotonarle la camisa. Uno. A. Uno.
Remus intenta besarle. Ya. Directamente.
Y ahí va a entrar alguien al aula.
NOOOOOOO
Sí. Es Lily Evans que se ha olvidado no sé qué esta mañana. O a recoger algo que le ha pedido Slughorn, quien sabe.
La verdad no es la peor opción. Mejor ella que Slug.
La verdad, Remus consigue rozarle los labios a Sirius cuando la nueva prefecta de Gryffindor los separa con... uno de esos hechizos.
¡Odiamos esos hechizos!
—Sirius Black, ¡esto no es un burdel! Puntos menos para Gryffindor —le riñe antes de darse cuenta a quien estaba besando.
—Noooo! —PROTESTA Remus.
—Y en cuanto a usted, señorita... —se queda congelada un instante al notar que es... Remus Lupin. SU Remus Lupin. WTF?
—Evans, ¡No podrías ser más inoportuna! —protesta Sirius intentando acomodarse un poco la ropa antes de acercarse.
—L-L-Lily... —susurra Remus al notarla.
—¿Qué está pasando aquí? ¿Qué le has hecho a Remus? —protesta ella levantando la varita hacia Sirius. Tú, demonio, que todo lo que tocas con tus sucias manos lo corrompes. Por eso no podemos tener cosas bonitas.
Sirius se detiene y levanta las manos ante la varita amenazante.
—¡No lo lastimes! —Remus se le planta enfrente dramáticamente.
—¿Qué estabais...? —mira ella alrededor bajando un poco la varita y notando las pociones por ahí que apestan a la estúpida loción que sea que use el estúpido James Potter, que claro, seguro tiene que estar por ahí también—. ¿Dónde están los otros dos?
—S-Se han ido. No lastimes a Sirius, ¡No es su culpa!
—¿Esto es... —huele un poco más—. ¿Amortentia? Ugh, ¿En serio? ¿Cuántas veces hemos hecho el antídoto juntos, Remus? Uno pensaría que ya habrías aprendido la lección para este momento —protesta y va a buscar ella la ampolleta de antídoto que TAMBIÉN lleva siempre encima por... el mismo motivo que las llevan los otros cuatro. Se la tiende a Remus—. Anda, tómatela.
Remus vacila.
—Sirius necesita una también… —susurra, regañado, tomándola igual.
—Sirius que se las apañe —Lily lo fulmina, levantando de nuevo la varita a él y este que estaba pretendiendo abrazar a Remus por la espalda da un pasito atrás.
—No le…. No le lastimes. Él es muy bueno conmigo, lo quiero.
—Ugh, no puedo creer que te haya dado a TI una poción para que te guste él. Como si no tuvieras bastantes pretendientes ya, Black —le protesta a Sirius apartando a Remus de su lado para asegurarse que se toma el antídoto.
—P-Pero… El no tuvo la culpa, yo me la tomé.
—Venga, Remus, ¡que no tengo todo el día! —protesta sin creerle ni por un instante—. Tómate esto y llévalo a enfermería o lo que sea. No le pasará nada por quedarse un rato un poco más tonto de lo que ya está.
Remus aprieta los ojos y se lo toma
Sirius intenta acercarse a Remus otra vez, sigilosamente.
Remus… parpadea. Y se le pasa un poquito la neblina mental que tenía porque la poción SÍ hace efecto.
Sirius se les acerca por la espalda y... le arranca un pelo a Lily, enrollándoselo en los dedos y metiendo la mano en el bolsillo con su mejor carita de inocente cuando ella se gira hacia él tocándose la nuca.
Sirius haciendo de hermano del alma de James. Gracias.
Remus mira a Sirius re reojo y le abraza un poquito, de los hombros, sonrojándose.
Este le acerca a si de la cintura, bajando la mano hacia el culo y hundiéndole la nariz en el cuello.
—Ehm... bueno. Uhm, Remus, tú... supongo que tienes controlado todo esto. Os dejo solos —asegura Lily, incomoda.
Remus se SONROJA otra vez, alejando un poco a Sirius.
—G-Gracias por… gracias Lily…
¿Qué tal un pequeño review para contarnos lo que piensas?
