Frío que desconocía.

Oscuridad que conocía.

Incluso al abrir los ojos no pudo ver más allá de su propia nariz, estaba cansado para moverse, se sentía como si se hubiera levantado de un largo sueño.

Agua.

Estaba rodeado de agua, algo como si fuera sumergido en esta.

Era suficiente tiempo perdido.

Un brillo pasó a borrar la sola oscuridad que había. Se reforzó a modo que su cuerpo brillara como si estuviera repleto de circuitos.

Se sintió bien.

El agua en el interior del tanque en el que supuso que se encontraba comenzó a hervir cuando el cuerpo de la persona en aquel espacio cerrado.

Una mirada dirigida a la nada fue lo primero dio. Poco a poco todo fue aclarándose al punto que pudo ver una vez más como si las luces estuvieran presentes. Era algo que pasaría eventualmente, su capacidad visual solo había sido reducida de todas formas momentáneamente.

El vapor estaba saliendo de su cuerpo conforme pasaba el tiempo en el agua, como esta hervía sin más a su alrededor, no dolió, algo como eso no debería poder lastimarlo de igual forma.

Levantó la mano y cerró su puño, al principio se había planteado simplemente romper el cristal del tubo en el que se encontraba, pero conforme pasaban los segundos podía ver un cambio significativo en su cuerpo.

Era como si este se estuviera adaptando a las capacidades físicas de siempre, no, a lo que alguna vez fue en vida.

Fue solo algo de momentos en que notó el leve cambio en su cuerpo, como parecía poseer un cuerpo que podría llamarse recién nacido. Al paso de los minutos es que pudo sentir cómo su cuerpo estaba finalmente en forma para salir, pero a diferencia de su pensamiento inicial que debía romper el cristal del tubo que lo contenía, este se levantó por su cuenta.

El vapor mezclado en el aire frío dio como resultado una explosión de vapor cuando el contenedor se abrió. Hubo algo similar a un jalón desde atrás que le impedía caer. algo que le pinchaba la espalda pero lo mantenía suspendido.

Solo tuvo que esperar un poco más antes de que su cuerpo empezara a aflojarse, sintió que ya podía ponerse de pie y así lo intentó. Dejó que sus plantas tocaran el suelo frío, casi congelado, y sus ojos exploraron los alrededores. No había nadie cerca de su lugar, lo único que podía vislumbrar hasta dónde llegaba su vista recién recuperada fue hasta una puerta a cientos de metros de su posición inicial.

Un intento de dar un paso terminó en él cayendo de rodillas y usando una mano para no chocar contra el suelo. giró su cuerpo un poco a la derecha para usar ese lado como apoyo principal mientras que se empujaba hacia arriba para levantarse.

No pudo hacerlo.

Su cuerpo se rindió al momento de darle alguna fuerza mayor a la que simplemente podía ejercer como un recién nacido si así pudiera llamarse. Era como si todos sus músculos aún estuviesen calibrando para dar un resultado que pudiera ser considerado como apropiado.

Horas.

No supo cuánto tiempo había estado simplemente sentado en el suelo, el frío al menos no fue un problema cuando dejó de sentirlo al paso de los minutos gracias a lo que se encontraba en su espalda.

Seis cables negros y gruesos que salían desde dentro de la cámara en la que había estado hace tiempo. Cada uno parecía cumplir una utilidad distinta en su cuerpo debido a lo que sentía.

Activar sus circuitos fue un error que le costó la movilidad por el momento. No comprendía del todo su situación actual.

Emiya.

Sabía quien era y que había estado haciendo hasta ahora, pero llegado este punto y como había abierto los ojos sin más también fue semejante a un despertar forzado de un sueño.

Actualmente no es que no sintiera señales de Alaya o algo estuviera cortando la comunicación entre ambos.

Era más como si ella no existiera.

¿Dónde estaba?

Pitidos hicieron que el hombre se girara y mirara como la maquina en su espalda mostró una luz verde titilante antes que los seis tubos con cables negros cayeron desconectados de la parte superior.

Un latido.

Emiya se quedó quieto cuando bajó la mirada y vio su cuerpo. El calor que había estado recibiendo hasta ese instante fue cortado y remplazado por una sensación fría, el aire mismo cambió, fue uno pesado, casi como si el oxígeno no se hubiera renovado en mucho tiempo.

Alzó ambas manos y probó brevemente moverlas y ver cada parte de su cuerpo.

Humano.

Los ojos de Emiya se abrieron de sorpresa cuando notó aquello.

Estaba vivo en un cuerpo de carne y sangre.

Lo intentó otra vez.

Puso ambas manos a modo de palanca y comenzar a levantarse. Escuchó los cables conectados aún en su espalda deslizarse por el suelo de acero, poco a poco estos dejaron de ser una molestia a un pequeño apoyo debido al peso que estabas cargaban.

Se quedó de pie unos instantes.

No podía decir donde estaba, sus ojos no estaban recuperados al completo aún, podía decir que estaba viendo en parte, pero no podía usar su visión como siempre.

¿Solo que demonios había pasado?

Caminó a un ritmo continuo alrededor de las instalaciones. Los cientos o quizá miles de tubos estaban puestos en fila. Pudo ver el contenido de cada uno, un cuerpo humano o al menos un intento de estos.

A diferencia de lo que había mostrado el brillo verde en su tubo, los demás solo tenían un rojo intenso, no necesitaba el manual de las instalaciones para entender una señal universal como esa.

La señal que indicaba que todos los que estaban en aquellos tubos estaban muertos.

Suspiró antes de seguir caminando hacia adelante. No había algo así como una guía de donde tenía que llegar, solo se encontró siguiendo las rayas en el suelo que en algún punto lo dirigirían hacia el punto nexo de la cámara actual con las otras.

Fue un camino en silencio, no hubo ruido de viento o alguna señal de agua corriendo, por lo que supuso que estaba en algún laboratorio subterráneo. Aquello explicaría los puntos muertos entre el frío y el calor que había entre algunas salas, siendo las que consideró como dañadas un poco más calientes que el resto. Probablemente siendo así un indicativo que estaba a una alta profundidad y explicaría la falta de ventanas y solamente ductos de ventilación.

El tiempo corría y su cuerpo se sentía en mejor condición. Estaba asomándose al umbral de lo que había alcanzado como humano lentamente, era obvio aquello siendo que su fuerza había comenzado a desplazarse a lo anormal para un humano corriente.

¿Qué había pasado?

La pregunta no paraba de repetirse en su cabeza. Estaba solo, eso fue algo más que evidente, conforme recobraba noción y su cuerpo mejoraba podía utilizar magecraft.

El análisis estructural de un mago corriente o incluso de alguien entrenado sería para ciertos momentos, mayormente en la experimentación o en la tasación.

Pero había un punto que podía sobrepasarse con el análisis, y uno de esos puntos era el conectarse a un punto y usarlo de para localizar objetivos.

Algo que normalmente no se utilizaba por su complejidad, pero para él, quien solo conocía un puñado de magecraft que podía ejercer.

Una habilidad como esta había sido todo.

Nada.

Cada cierta cantidad de metros se paraba y escaneaba algún signo de vida, era fácil cuando chocaba con algo que a primeras instancias el análisis se negaba registrar.

El sonido de una gota caer hizo que mirara el suelo.

En el suelo gris metálico ahora cayó una segunda gota que esta vez notó de donde procedía.

Su nariz estaba sangrando.

¿Era el uso excesivo de sus circuitos?, esa fue la respuesta válida, siendo que todo su cuerpo se sintió al mismo tiempo que el mismo en vida como "nuevo", dando como resultado diferentes respuestas.

Las habilidades que lo acompañaban estaban ahí, tenía su visión de siempre, sí, pero era como si su cuerpo estuviera madurando en este momento para poder llevarlas a lo que alguna vez fueron. Fue por eso que decidió utilizar el análisis en vez de sus ojos para guiarse.

Pero incluso así era patético que no pudiera mantener en rectitud una habilidad que consideró tan básica en lo que era su arsenal.

Media hora caminando y por fin había llegado al final de puerta que daba hacia el punto de intersección de pasillos. Si estaba en el laboratorio entonces lo más probable que tuviera cerca tres cosas, una cantina, un almacén y un camino hacia las demás secciones de las instalaciones.

Se había encontrado con un vestidor hace unos minutos, lo que agradeció porque pudo vestirse en parte. Los cables en su espalda habían caído cuando estos perdieron poder o función, algo que agradeció al no saber cómo quitárselos llegado el momento.

Ropa básica para una instalación científica.

El blanco que mostraba en su mayor parte cualquier mancha o signo de cambio del sujeto dentro del apartado de pruebas fue lo que predominó en la elección de ropa, más agradeció que no fuese un monótono lo que había.

Una camisa blanca y una bata del mismo color, pantalones negros y zapatos de igual color. Eso fue lo que eligió y agradeció de encontrar. Al principio no pensó en llevar la bata pero fue mejor que simplemente ir por ahí con una camisa.

No tenía confianza de lo que podría encontrar.

El paso del tiempo también le ayudó bastante, sus circuitos ahora estaban mejor adaptados. Fue extraño el ritmo de maduración de su cuerpo, dado que no había posibilidad que solo se pensara en la forma de manera no iluminada.

No cuando su cuerpo iba cambiando a uno que le permitiera utilizar su magecraft.

El vapor al principio no fue simplemente de la presión de aire. Había sido su propio cuerpo el que había estado cambiando para llegar a su estado normal.

La tez oscura era el signo que más podía rescatar. Quizá cuando estuvo en el tubo su cuerpo estaba aún sin reacción por magecraft y en estos momentos lo que lo mantuvo débil fue la combinación de ambos.

Un cuerpo humano desarrollado pero un cuerpo de magus inmadura que iba acelerando para traer la versión final del sujeto.

Aquello no podía ser simplemente normal, no había forma alguna que la tecnología únicamente humana pudiera discernir tales puntos clave.

Atlas.

Fue lo que pudo decir por la tecnología y la magecraft tan en sintonía. No había forma en la que el mundo no iluminado pudiera acceder a todo lo que lo rodeó si es que Atlas no hubiera aparecido.

¿Pero qué fue tan significativo que causó que incluso Atlas se aliara con el mundo no iluminado?

Proyectó una espada, Kanshou apareció en su mano derecha antes de pasar por frente a la puerta que estaba ante él. Una puerta que reveló un espacio cerrado, una cámara de limpieza.

La lluvia de vapores el aire cambiando fue la muestra que ahora estaba en otra sección.

Cuando el proceso finalizó y dio su primer paso por la segunda puerta se quedó quieto.

No había estado bajo tierra como había pensado y la falta de ventanas probablemente había sido algo de utilidad.

Fue por eso que ahora ante un salón con un mostrador en un lado y un gran ventanal en otro pudo decir que cualquier idea que hubiera tenido con anterioridad ya carecía de sentido.

Casi perdió el agarre de su espada pero pudo dar sus pasos al frente y llegar en medio de la sala y ver lo que estaba abajo.

El planeta tierra girando estaba ante sus ojos.

No estaba en la tierra, mucho menos bajo tierra.

Él estaba en la luna.

Una mano se alzó y se acomodó el cabello, un intento vano de tirarlo para atrás cuando este volvió a caer hacia adelante.

Un signo de frustración por su situación actual.

― ¿Qué pasó? ―algo que se llevaba preguntando desde que despertó pero ahora al estar de pie en un punto que no conocía y en una situación que él desconocía de parte de los humanos fue más que suficiente para que perdiera el ritmo de la situación.

Negó para sí antes de volver su atención al mostrador y buscar algo que pudiera servirle.

No había una pantalla, solo un pequeño tubo de color negro. Lo tomó unos segundos en mano y pudo ver un pequeño botón en la parte inferior. Lo bajó de vuelta y tocó el botón dejando que una pantalla y un teclado se desplegaran.

Emiya miró aquello en silencio.

La tecnología era avanzada, mucho, incluso más de lo que previó, pero eso era todo. Lo primero era buscar un mapa de lugar y una forma de comunicarse con quien sea que pudiera responder.

Había sido alrededor de dos horas desde que encontró la información necesaria. Las instalaciones eran enormes, era lo más semejante a una ciudad con rascacielos en la luna, y por lo que encontró de la información que obtuvo.

La única manera de comunicarse con la tierra era accediendo a la terminal principal de la parte superior.

Si bien cada puerta se abría con solo su presencia eso no significaba que el camino fue fácil. Incluso con un mapa había demasiados puntos muertos, ¿quizá el mapa de las instalaciones no se había actualizado conforme hubo algún tipo de restauración?

Rescató eso a la par que analizaba tanto lo que podía y encontraba.

Pero de entre todas las cosas mecánicas que había encontrado lo que se topó en el edificio principal fue lo que hizo que su mente viajara a calcular las posibilidades que había delante.

Un androide.

No era algo semejante cómo lo que se podría encontrar en Atlas, no era un golem por su complejidad y su estructura.

Era como ver a un humano artificial.

Emiya vio la manga de la bata que había optado por llevar y como esta se había manchado de sangre en el proceso de analizar la unidad en el suelo.

Incluso para él, aquel androide fue algo que sintió que le golpeó el cerebro, la información de cada fragmento del cuerpo, la información perteneciente al androide que había encontrado fue difícil de tragar.

Pero incluso si sabía donde estaba averiado, no tenía las herramientas o el tiempo para ponerlo en marcha. Lo dejó de camino y lo ignoró sin más.

No necesitaba saber porque un androide se había suicidado de todas formas.

La piel que recordó Emiya al tocar la mejilla del androide se sintió real, tanto que incluso parecía más humana que la suya por la forma en la que estaba formada.

Un cuerpo entrenado no era lo mismo que el de un humano normal, lo sabía, incluso su cuerpo era mucho más diferente del habitual pero encontrarse con algo tan… real que incluso pudiera llamar como el original y él la copia despertó un sentimiento de incomodidad.

No estaba ajeno a la clonación o los humanos artificiales, fue algo típico, casi común de encontrar con su trabajo, pero sí fue la primera vez que parecía encontrar algo más cercano a la creación natural que a un lío total.

Si Dios había hecho al hombre como una maquina funcional de carne y huesos, entonces el hombre había hecho aquel androide como una maquina funcional de plástico y acero.

Una comparación que hizo que suspirara.

El silencio fue algo a lo que estaba acostumbrado, no había nadie en las instalaciones, por lo que pudo obtener de información también fue algo que no le gustó.

La última noticia mayor fue una "ruptura del perímetro de seguridad" y narraba de que la enfermedad había tomado el lugar de la zona segura. Emiya evaluó la situación brevemente y lo que había encontrado de camino hasta ahora.

El modelo de androide que estaba en este edificio fue solo uno. Pelo rojo semejante al rosa y una tez pálida, ojos verdes y un traje parecido al de una enfermera.

Todos los androides de ese tipo se habían suicidado y sus restos se esparcían en el lugar. Dado el liquido que había alrededor de cada uno de estos no parecía haber sido algo reciente.

Reciente.

Casi se rio al ver la hora marcada en aquella terminal que encontró.

Era el año 11945 según el calendario gregoriano. La terminal parecía nunca haber perdido batería a pesar de no haber sido activada en miles de años.

No es que hubiera un estancamiento en la tecnología humana, simplemente ya no había más humanos para que esto sigan avanzando.

Extinción.

Un evento que él mismo se encargaba de prevenir de forma constante, pero dado el resultado actual era más que obvio incluso con la intervención no había un seguro para la humanidad, pero ahí estaba, un mundo que pudo ser salvado, más había perecido y caído en el olvido, incluso así, algo que carecía de sentido era el cómo se había levantado una vez más en este mundo marchito.

El camino hasta el último piso de la torre principal fue algo más accidentado que del resto de lugares, el terreno presentaba muchos puntos accidentados, como si hubiera sido atacado en el pasado, había reparaciones menores, pero más allá de eso no encontró un indicio de vida.

No es que las reparaciones parecieran ser nuevas de todas formas.

Las escaleras fueron su único camino para tomar. El subir cientos de pisos fue algo que forzó a su cuerpo "recién nacido" si bien ya había pasado un tiempo desde que estaba de pie y en funcionamiento, cualquier actividad fuerte parecía ser aún un problema si se hacía de manera continua.

Subir cientos de pisos fue algo que nunca hubiera pensando que le quitaría el aliento, pero ahí estaba, sentado en el peldaño del último escalón antes de subir a último piso de la torre.

Sus músculos parecían retorcerse, eran sentir que su cuerpo estaba siendo destruido y curado al mismo tiempo. El vapor mismo había comenzado a salir de su cuerpo aproximadamente a la mitad del recorrido de los pisos.

Solo… ¿Hasta cuándo seguiría aquel problema?, estaba cansando de que su cuerpo pareciera en buen estado solo para que en momentos como ahora se derrumbara.

Estaba ya algo arto del constante cambio en su cuerpo.

¿Quizá fue porqué debió seguir algún protocolo al momento en que despertó?

Era lo más probable, despertarse con un cuerpo en tan mal estado no era propio de Atlas. La mezcla de tecnología y hechicería debería compensar cada lado sacando la mejor parte de cada uno.

Era obvio que fue un fallo propio el que su cuerpo estuviera en su situación actual. Debió completar algo más, pero solo decidió moverse.

Emiya abrió los ojos y encontró algo divertida su situación actual. Que ahora se encontrara caminando sin rumbo fijo, que hubiera decidido seguir adelante sin mirar a su alrededor.

¿No era como si estuviera caminando una vez más hacia el infierno?

Al menos esperaba que estaba vez el diablo no vistiera de blanco con un halo de esperanza cuando solo planeaba traerla un rojo de matanza.

No supo como se operaba lo que tenía delante.

Emiya se quedó viendo la cantidad de pantallas y simples puntos que eran para proyectar hologramas sin conocer adecuadamente como operar o ejecutar alguna orden.

Había intentado lo mismo que con la terminal que había encontrado en la planta más baja de todo pero incluso así solo obtuvo algo semejante a una consola servicio y no de mando.

Era obvio que la consola que necesitaba activar era la que estaba en medio de la sala. Un lugar circular, una única silla casi parecida a un trono en medio de tantas pantallas pegadas a una pared que parecía extenderse por decenas de metros.

Quien sea que había creado esto planeaba verlo todo, o al menos tanto como las capacidades humanas le permitieran.

Cansado de una búsqueda sin sentido Emiya se sentó en aquel "trono" para cerrar los ojos brevemente.

El sonido de algo deslizarse a sus costados resonó con fuerza. Emiya abrió lentamente los ojos y vio tres cables en cada lado que parecían apuntar hacia un lugar.

Su espalda.

―Que mala broma.

Ahora al menos estaba resuelta la forma en la que podría ser operado el lugar desde una silla que parecían tan incomoda para dirigir por su punto de vista.

Era porque todo lo que estaba para ver no era necesario para quien sea el dirigente.

Se puso de y abrió la camisa, desabotonó hasta que solo quedó con la parte frontal expuesta y se acomodó un poco hacia adelante.

Los cables hicieron el resto por sí solos entrando en los seis huecos que habían estado antes en donde los utilizó para alimentarse o gestarse, el caso que fuese dado.

El lugar se encendió en un blanco que pasó a casi dejar en un monocromo el lugar para poco a poco graduar y llegar a un matiz más posible de observar.

Algo parecido un bienvenido apareció frente a Emiya en el televisor central, más no hubo necesidad de centrarse en este cuando la información pasó simplemente por su cabeza.

Un mensaje viniendo desde la luna.

Una llamada entrante en el cuartel no es que fuera algo extraño. Los humanos solían comunicarse usualmente con ellos, pero había pasado mucho tiempo desde la última llamada "extra" que hubo entre la estación espacial y la ciudadela humana en la luna.

El operador que tuvo aquella información se emocionó, un sentimiento que nacía dentro de cada uno de ellos. El poder hablar con un humano y tener la voluntad de escucharlos fue más que una grata recompensa.

Palabras finales a modelos a punto de salir de servicio por parte de los humanos podría considerarse el honor máximo dado a una unidad.

La operadora tragó pero pensó de manera racional y llamó al comandante quien era el vínculo continuo entre la ciudadela en la luna y la estación espacial en órbita.

El operador que había captado la señal parpadeó un par de veces cuando el rostro usualmente estoico e inamovible de la comandante se había quebrado de manera momentánea dejando por primera vez una emoción más allá de la usual en la mujer que siempre estuvo al mando.

Duda.

―Gracias por su servicio, gloría a la humanidad ―la comandante no dudó en ningún momento posterior a realizar que era la llamada de parte de los humanos.

La operadora simplemente sonrió de lado y asintió.

―Gloría a la humanidad.

El gesto con la mano en alto y la mirada firme, el signo que los representaba en su lucha constante de mostrar su valía a los humanos.

Incluso si hubiera sido tan dulce poder conversar con estos, pudo pensar en la cadena de mando y darle la llamada a la comandante quien se había retirado de la sala de mando para conocer en detalle que era lo que pasaba.

¿Quizá solo fue un error por parte de los humanos?

La operadora pensó aquello un par de segundos y negó para sí. Era obvio que no pudo ser error de parte de ellos, quizá un desperfecto con los comunicadores fue lo que causó que la llamada terminara en su red y no en la de la comandante.

No había forma que ellos hicieran un error a voluntad. A diferencia de los androides como ella que reconocían que eran imperfectos, estos al mismo tiempo vieron a los humanos como la evolución definitiva.

Era imposible que un humano cometiera un error.

¿Acaso no eran la culmine de la perfección?

Una llamada de la base de la luna.

No podía ser.

Llegó hasta su habitación personal y entró sin más, cerrando la puerta y colocando el seguro para evitar que se filtrara información. Su red estaba ubicada en un punto totalmente ajeno a la estación espacial, fue por eso que pudo acceder a un mejor manejo y control de la información.

―La comandante White de las fuerzas de Yorha saludan al concilio de la humanidad.

Incluso si era un error y el vídeo fuera algo creado sin más o un mensaje repetido.

No podía evitar salirse del protocolo.

¿Fuerzas Yorha?, supongo que incluso ustedes necesitan un nombre.

Alzó lentamente la cabeza.

White se había arrodillado ante la imagen que había aparecido y pudo verlo.

Un humano sentado en aquella silla que había estado vacía por miles de años.

¿No tienes el programa adecuado para hablar? ―White parpadeó un par de veces a la voz que sonó exigente y la obvia burla hacia ella.

―Yo… pido disculpas, solo…

No esperabas una llamada, no es de sorprenderse, cuando todos aquí están muertos.

¿Qué era esto?

White había soñado cada día con un momento cómo este, que el verdadero concilio de la humanidad se levante una vez más, para poder ver la gloría pasada, la verdad absoluta que tanto se pasó del boca a boca hasta su generación.

¿Pero aquel hombre era realmente humano?

¿Simplemente estaba tratando la vida de su propia especie como un juego para burlarse con una enorme sonrisa de que nadie estuviera vivo?

Envía a alguien para llevarme donde estás, este lugar ni siquiera está en condiciones, he revisado el inventario, el agua y la comida datan de hace más de cinco milenios, no esperarás que coma eso, ¿verdad?

Aquella figura con la camisa abierta, mostrando un pecho que latía y sangre que pasaba en su cuerpo cálida mostró la reacción más fría que había visto hasta ahora.

Incluso un androide de combate podía tener más sentimientos o gestos que los mostrados por el hombre.

No hubo nada.

Un examen rápido indició que no hubo cambios en su rostro a excepción de la voz, casi como si fuera él quien estuviera recitando líneas en vez de ella que mostró la duda actual.

―Yo…

¿Por qué aún no salían palabras?

Siempre se dijo que terminaría llorando el día en que pudiera hablar con un humano, aún creía en el proyecto de clonación de la materia genética guardada en la luna.

Que algún día alguno de los cuerpos remendados volvería a la vida para mostrar una vez más lo que estaba presente para el futuro.

¿Debo decir qué es una orden o simplemente ya no siguen con esto?, ah, se supone que ustedes seguían toda orden dada por el concilio, ¿es esto real?, supongo que me trajeron para morir aquí otra vez.

No hubo miedo en la voz.

White quien había estado con la mirada semi gacha hasta ahora decidió que debía alzar el rostro y ver frente a frente al hombre sentado en el vídeo ante ella.

No había pánico al estar solo.

No había duda por su situación actual.

No había miedo al encontrarse en un lugar que no conocía.

No había signos de interés real por su situación a pesar de saber que moriría si se quedaba en aquel lugar vacío.

Máquina.

Un pensamiento herético llegó en la mente conformada por tecnología que pertenecía a White. Ella había comprada al hombre, al humano que se suponía que era la culmine de la evolución con uno de los enemigos más molestos que había tenido la humanidad.

―Haré lo que me ordene…

No quería traer al hombre a la estación, pero incluso si ella quisiera negarse.

El código dentro de ella le decía que respondiera con un "sí" a todo lo que exigiera un humano, no importa quien sea o que era, un humano estaba en la cima de cualquier prioridad para cualquier androide.

Quería evitar no solo la aparición de este dentro de la estación espacial, si no mantenerlo en la luna.

No sentía que hubiera aún posibilidades de que quedaran vestigios de aquella enfermedad que había consumido a la humanidad. Pero no podía simplemente dejar todo sin más.

Estaré esperando que todo pase según lo previsto en ese caso.

White vio como la cámara se deshabilitaba y la llamada terminaba.

No era lo que esperó cuando se imaginó por primera vez una interacción con un humano, pero era mejor que nada.

Incluso con un humano que parecía despreciarlo todo, ella estaba feliz de que uno volviera a levantarse entre las cenizas que conformaban su antigua civilización.

Deseaba dar la noticia a todos, el decir a todos que "un humano estaba vivo" incluso cuando iba en contra de todo lo que se había construido hasta ahora con respecto a estos.

Negando para sí se puso de pie y miró sin concentración fija un punto especifico en su habitación. Más en un intento de distraerse para evitar molestarse.

No importaba, tendría que ver todo lo necesario para la atención del nuevo humano para su estadía en corto plazo.

Probablemente la estación de las unidades Yorha eran más seguras que la antigua ciudadela o base de la luna, que aún podía contener algún vestigio de la enfermedad que había extinto a la humanidad hasta ahora.

Era admirable como incluso miles de años después de su caída como especie, aún podían presentar sorpresa.

No había distinción.

Emiya pudo decirlo con solo ver los cambios dados en el rostro de la mujer que se hacía llamar la comandante de la base de la estación espacial contigua.

Humano.

Emiya se relajó en su asiento y miró el techo de la habitación casi sin ganas.

La pregunta de "¿qué hacía humano?" a una persona siempre corrió por su cabeza debido a que no pudo considerarse a sí mismo como un humano.

Envidia.

Sería una mentira para sí mismo si no estuviera sintiendo ahora algo de envidia ante aquellas creaciones por el hombre.

Diferentes de un homúnculo, a simple vista podría creer que era uno por cómo se veía, pero internamente se asemejaba más a un golem por los materiales empleados, llegado al final había algo que se podría considerar una combinación de ambas partes.

La parte mecánica junto con la carne, un híbrido perfecto que carecía de las imperfecciones de poseer únicamente un cuerpo hecho tanto por el metal como por la carne.

Un nuevo hito de la evolución.

Era casi cómico que parecía por lo que estaba leyendo que idolatraran tanto a los humanos cuando ellos eran por lejos más perfectos.

Sin necesidades básicas o desventajas claras.

Era un cuerpo en armonía hecho para existir eternamente.

Alzó el brazo. Emiya miró su mano y solo pudo sentir algo de envidia una vez más.

Tanta emoción dada para algo que debía carecer de estas, pero él quien era originalmente de carne y huesos estaba incluso más alejado que el otro extremo de metal.

No es que pudiera darse solamente la culpa de su vida o las elecciones que tomó en esta, pero incluso si pudiera tener la libertad que anheló dudaba que alguna vez pudiera vivir como un humano más al final.

Negó para sí quitando las ideas innecesarias una vez más. La paz de siempre se sintió perturbada por la esperanza actual de estar fuera del ojo de Alaya, ¿qué mejor lugar para esconderse que en una línea de tiempo que ya se consideraba muerta?

Incluso si el número de humanos incrementaba ya no había posibilidad que Alaya vuelva a darle un ojo a esta línea. No cuando ya había sido descartada.

Debería surgir un evento significativo para eso, pero por lo que podía ver o los reportes que podía leer hasta la extinción de la humanidad.

Era más que fácil encontrar que cualquier ser que podría tener un peso en el mundo para hacer que Alaya se mueva ya se había retirado hace mucho tiempo.

No podía forzarse como antes, estaba en un punto elevado, podía ejercer su habilidad para ver todo desde ahí, pero tampoco estaba loco, no había probado algo como eso ni siquiera como Counter Guardian y dudaba de que funcionara.

Sabía reconocer sus límites, fue gracias a eso que había llegado tan lejos en cada situación límite para él. Reconocer dónde uno podría morir era algo que cualquier unidad militar estaba preparada.

Por su puesto el objetivo siempre fue evitar bajas, pero al mismo tiempo, el accionar en una misión era lanzar una moneda.

Alguien podría quitar la cara equivocada cuando más lo necesitaba.

El sonido de un pitido intermitente hizo que girara un ojo hacia la dirección de este. Era un mensaje, probablemente la persona a la que llamó o se comunicó hace poco.

White.

La compañía Yorha, al parecer el nombre era algo más que simplemente un título al azar, pero ahora carecía de sentido, al menos en un mundo donde no había nadie por quien luchar, y un mundo dónde las unidades Yorha no podían avanzar.

Un punto muerto que dejó todo a la deriva por mucho tiempo. La terminal si bien era la principal, no le daba la información total, al parecer hubo una desactualización considerable por el paso del tiempo, probablemente debido a que no había a quien presentar informes.

―Llegaste más rápido de lo que esperé.

Incluso si estuviera conectado para ver lo que pasaba, al parecer la comandante White tenía suficiente como para acceder sin más a una instalación que teóricamente estaba por encima a sus permisos.

La tecnología ha avanzado lo suficiente para que un viaje de la estación a la base en la luna sea algo trivial.

La voz de White fue algo suave, pero no había alarde a pesar de dar a relucir un punto. Monótona pero profesional, no robótica o carente de expresividad.

Curioso. Emiya estaba intrigado por estos "nuevos humanos", la forma en la que actuaban o como se habían desarrollado hasta ahora.

Tenía información que había estado aprendiendo, pero era demasiada para procesar o leer en tan poco tiempo.

A diferencia de la persona que estaba llegando hasta la base en la luna, él era humano, su cuerpo estaba ligado a la necesidad y ceguera de siempre.

Algo que los androides carecían.

¿Entonces como es que podían ver a los humanos como "sus dioses?, algo más débil que el individuo como un yo no podía simplemente pasar tan fácil encima de la mente de este.

¿Era su programación quizá?

―Estoy en la torre, en la parte central.

Lo sé.

Cortante y profesional.

Emiya suspiró se recostó en el respaldo de la silla. White por el otro lado estaba algo sorprendida por la repentina acción, desprovisto de modales o de buena conducta.

Aquello fue lo que determinó de quien había sido el humano que se había levantado.

Estaré ahí en unos minutos, tengo listo una muda de ropa para usted junto con algo de comer, informaré mi llegada cuando este tras la puerta.

Emiya Shirou.

No hubo mucha información acerca del hombre que se había levantado. White manejaba un registro de todos los humanos que fueron sometidos al proceso de la clonación antes de que el cielo de Japón se llenara con la bruma blanca de la esfinge caída en un tono aberrante.

Que la mancha roja junto con el jinete del fin descendiese al mundo para traer con ellos lo que causó la caída de la especie humana.

Una fuerza mayor, algo superior.

Una aberración.

White negó para sí conforme iba caminando dentro de las instalaciones humanas. Había pedido una nave personal para acercarse al humano que había despertado.

¿Por qué tuvo que ser una persona como esa la que vino a la vida?

White apretó su agarre en la manija del maletín en el cual iba llevando el pedido del hombre.

La idea de que un asesino, no solo uno simple, un asesino registrado como uno de los peores de la historia fuera quien despertó era lo que más le generó molestia.

Amaba a los humanos.

Su código le obligó a obedecer a cada uno de ellos, sin importar quien fuese el que estuviera presente. Pero hasta ahora nunca sintió el tirón en que su código debía tomar cabida.

Algo semejante a que su cuerpo o la unidad física de ella se moviera sin su consentimiento. De tal forma que la dejó totalmente ajena a la desobediencia.

No le gustó por más que ella hubiera estado de acuerdo con servir al humano que despertó.

¿Cómo es que hubo humanos que se mataban entre ellos?

White conocía la historia humana, al menos en cierta parte, los registros del periodo antes del descenso por la enfermedad hicieron que muchos documentos se perdieran.

Casi toda información relacionada a los humanos se había perdido en el paso del tiempo. Si no fuese por aquel último vestigio del intento de revivir a personas que habían sido conservados en el pasado, entonces solo hubiera quedado una muestra del material genético humano.

Afortunadamente hubo información suficiente de cada uno de los que fueron sometidos al proyecto "Gestalt" desde un principio.

Se necesitaba a humanos que pasaran primero la extracción, y el cuerpo de Shirou Emiya fue uno de los tantos que lograron ser puestos para observación y a posible nacimiento de un replicante que llevaría a la resurrección de la humanidad.

Fue un fracaso en su mayor parte. El síndrome de la coloración blanco no pudo ser detenido y el ultimo refugio de los humanos fue descuidado, culpa de la serie de androides quienes se suponía que cuidarían de estos más solo los llevaron a la ruina.

La culpa fue algo que hizo que no solo esa esa serie de androides eliminaran su vida útil. También causó que varios de los androides de esa época lidiaron con ellos hasta que al final.

Solo quedaron, dos modelos en estado útil que tuvieron una mentalidad distinta a la de sus hermanas del mismo modelo.

White quien tenía la mano en el vidrio del ascensor se quedó quieta ante la toma de idea.

Consciencia, mente y pensamientos.

¿No eran términos humanos?

Hasta ahora, esos términos usados, fueron empleados de forma simple, al azar y sin "pensar" pero no era lo que ellos hacían, procesaban información gracias a la red que tenían y la memoria que disponían, todo estaba conformado por procesadores y elementos creados por los humanos.

Ellos no morían cuando su cuerpo colapsaba, podían volver una vez que su memoria fuera restaurada en nuevos cuerpos simplemente continuaban, no tenían un nombre propio porque no podían ser llamados.

Androides.

Una creación para cuidar de la humanidad, pero al mismo tiempo quien llevó por un descuido al exterminio de esta.

No era lo mismo compararse entre ambos, tanto humanos como androides. El proyecto Gestalt fue algo que se formó porque se necesitaba algo más allá que simplemente poner la memoria en otro cuerpo.

El alma de un humano era algo que un androide y una máquina jamás podrían poseer y era la diferencia más grande entre todo lo que había den plano en estas.

¿Cómo podían referirse con términos humanos cuando uno estaba de vuelta?

White vio su puño apretado.

¿Por qué?

¿Por qué apretaba el puño mientras que sentía que su propio ser estaba siendo juzgado?

Rabia.

Había aprendido de esta y todo lo que llevaba con ella, toda emoción humana conocida estaba dispuesta para todos los androides, si bien ninguno sabía de esto y solo creían que así fueron creados.

La verdad era que encontró tantas similitudes entre ambos, humanos y androides, que incluso le costó decir que el hombre que estaba por ver era realmente un humano.

El sonido del ascensor detenerse hizo que saliera de sus pensamientos.

Había activado el ascensor debido a que estaba bajo restricción, en las ultimas instancias este había sido puesto bajo control por los androides que aún quedaban en el lugar.

Eso hasta que todos se decidieran quitarse de servicio.

Las puertas se abrieron y sus receptores oculares captaron toda la imagen frente a ella. La gran sala una vez abandonada y sin luz ahora estaba en un monocromo blanco y negro debido a la cantidad de luces puestas por las pantallas dispersadas alrededor.

Una sola figura estaba en medio de todo esto. Estaba de pie frente al asiento que había sido una vez para el "presidente" del concilio de la humanidad.

Los seis cables negros salían y se unían en la espalda de este. Dos huecos en los omoplatos, dos bajo estos y uno al terminar las costillas.

Un sistema que le permitía a un humano manejar mucho más allá de sus capacidades y darle una probada de ser algo semejante a un programa viviente.

―Has llegado.

Las manos del hombre estaban cruzadas, simplemente se dio la vuelta y se volteó para ver a White quien había estado estática desde que la puerta se abrió al ver por primera vez a un humano.

Era irrealmente familiar el ver a uno de sus creadores parado como si nada.

Alzando su brazo en alto White lo puso en forma horizontal sobre su pecho.

―Gloria a la humanidad, la comandante White saluda al nuevo concilio de la humanidad ―White no bajó la cabeza esta vez, tampoco se arrodilló, solo se quedó en la posición de saludo unos segundos antes de comenzar a caminar hacia el hombre de pie ante ella.

―Archer.

White tuvo una duda del porqué elegir tal nombre. Era el nombre clave que Shirou Emiya había usado en vida, era lo único que sabía sobre aquel apodo más allá de su significado de "arquero".

Al llegar frente al humano ante ella le extendió el maletín el cual fue tomado sin más, sin alteraciones o cuestionamientos, como si supiera todo lo que estaba pasando.

¿Así fueron todos los humanos?

White vio como los cables de la espalda del hombre cayeron haciendo que la sala quedara lentamente en una tenue luz que solo dejaba ver gradualmente.

Sin preguntas, sin dudas, sin miedo.

Nada.

― ¿Era esto todo lo que tenías?

White volvió la mirada hacia lo que Archer sujetaba. Siendo el conjunto blanco que había traído. El blanco fue un símbolo de estatus, fue por eso que a diferencia de los operadores o las unidades Yorha que vestían de negro, ella vistió de blanco con adornos.

Conseguir un uniforme mucho más elaborado en cuestión de minutos fue algo simple para la sala de producción. Todo un conjunto del mismo color a excepción de los ligeros adornos dorados que estaban esparcidos alrededor del cuello y el gran abrigo dado para el hombre.

Un abrigo hecho para mantener siempre una temperatura correcta, dentro de este había un metal que se había descubierto a mediados del siglo XXI, que permitía tal cosa.

Ese metal fue mejorado con el paso del tiempo pero casi toda elaboración que quiera metal había llevaba aquel metal negro.

―Bien, supongo que primero me cambiaré, este cuerpo parece querer colapsar por cualquier cosa.

White vio como el humano ante ella solo se quitó la ropa sin más. No hubo preocupación de que ella estuviera presente y que lo mirara por completo.

De la cultura humana que conocía sabía que algo así no era normal, que se hacia delante de una pareja designada o en caso de necesidad.

Pero no hubo ninguna de las razones para Archer, por lo que podía decir que simplemente no le importaba.

Analizó también la parte baja de este.

Los androides estaban diseñados para el confort de los humanos, por lo que la reproducción, o en todo caso el hacer que estos sientan placer también estaba en la necesidad de los androides.

Fueron construidos para poseer todo lo que un humano necesitaría a la hora de la reproducción a excepción de poder concebir descendencia. Para ello se necesitaba una instalación extra o una cámara de gestación.

O como fue en los últimos tiempos antes de la extinción de estos, que había androides que eran trasladados a cuerpos preparados para ser "humanos" incluso sin serlos.

Un honor que algunos tuvieron pero fue algo que resultó en vano porque incluso si había nueva descendencia humana, esta era igual de susceptible a la enfermedad que estaba causando la muerte de estos.

Ella misma había sido diseñada para cumplir con todo, fue la última generación que disponía de todo a excepción del cuerpo hecho de carne, incluso si estaba hecha con partes "materiales" aún era lo suficientemente humana para la compatibilidad con estos.

Al principio pensó que era un error o una idea estúpida dejar que los androides circulen con una replica hecha de metal del cuerpo humano. Cosas como esas causaban la deserción de tropas al "enamorarse" y huir juntos.

Los casos no eran aislados, el "amor" que se supone que sentían no debería ser suficiente o real, pero incluso así lo arriesgaban todo para salirse e ir a un lugar que no haya conflictos.

¿Por qué?, fue la pregunta que se llevó White en la mente.

Volviendo al hombre y lo que relacionó con la normativa o el estándar para las unidades, era fácil calcular el tamaño real del mimbro del humano frente a ella y algo le pareció un poco raro, el que el estándar para los androides con facciones masculinas tuviera una longitud y grosos bastante inferior al hombre parado ante ella.

White llevó una mano en su vientre y tomó en consideración como ella estaba diseñada al igual que el resto de androides con designación de "mujer", siendo que sus cuerpos no habían sido hechos para soportar algo así, no, podían hacerlo pero probablemente los sensores de dolor se activarían al dejar que un cuerpo de ese tamaño entre dentro de ellas.

― ¿Terminaste de analizar mí cuerpo?

White parpadeó.

Sintió que había estado divagando incluso cuando no había dicho algo.

―Lo siento, estaba distraída.

No fue una mentira. Había estado comparando datos sobre las unidades y el humano.

¿Quizá habían creado a los androides para que fuesen más pequeños que los humanos?

La suposición tendría sentido. White comparó el estándar de altura que tenía del humano frente a ella y el del resto de los androides, y a manes que fuese uno especializado en el combate y dotado de muchas más mejoras físicas que el resto "promedio" entonces era clara la diferencia de altura.

―Bien, ¿cómo abro esto? ―el hombre se había sentado una vez más en la silla ahora con su cuerpo renovado por la muda que había traído White.

―Hay un sensor en la parte superior, solo debe poner su huella en este ―White observó como el hombre simplemente lo presionó e hizo que la tapa que cubría "la lata" se abriera dejando a la vista una especie de caldo color verde.

―Raciones de hace miles de años…

―Se ha determinado que son válidas para el consumo humano, el principio de estas raciones era en caso de que los alimentos cesaran, por lo que se creó una forma de mantenerlos hasta que se ingieran.

―Bien por ellos entonces, la comida sigue incluso cuando la humanidad, ya no está, ¿no es un triunfo acaso?

Ahí estaba otra vez.

White quiso replicar sobre los comentarios de Archer pero no dijo nada porque su cuerpo le impidió.

No podía ir en contra de un humano.

―Shirou Emiya.

El nombrado que estaba a punto de beber la sopa que tenía en mano se detuvo y se quedó con la cabeza gacha brevemente.

―Archer.

White se quedó viendo al hombre que aún no levantó la cabeza pero el reflejo del piso de metal fue suficiente para entender que el humano ante ella de verdad era alguien que sentía.

Si no fuese así entonces no podría explicar la mirada de odio tan grande que se estaba dando a sí mismo.

―Entiendo, Archer, ¿al menos se me permite llamarlo Emiya?

White sintió curiosidad. Nunca tuvo tiempo o necesidad de expresarla, siempre necesitó dar toda su capacidad en su trabajo o mejor dicho su misión de mantener las unidades en orden.

Algo cómo un "pasatiempo" o un deseo propio jamás cruzaron sus cálculos debido a la carencia de tiempo para malgastar. Su unidad había trabajado día y noche desde su activación hasta este momento.

Pero ahora sintió algo que podría considerarse en términos humanos como "egoísta" por querer aprender de aquel humano que había despertado sin más.

―…

No hubo una respuesta inmediata de Emiya. White lo tomó como si estuviera analizando la pregunta dada para dar una respuesta adecuada.

Era de verdad tan similar al resto de ellos que quiso comprobar si de verdad era un humano.

―Te dejaré llamarme de esa forma, solo ti debido a que acudiste primero, pero no creo que eso sea todo para saciar tú curiosidad, te dejaré hacer tres preguntas, considera esto amabilidad por responder rápido a mí llamado.

White abrió los ojos cuando se encontró con los del humano ante ella.

No esperó una oferta así, por los cálculos que hizo con la historia que tenía del hombre más la actitud inicial de este creyó que no dejaría que lo llamaran así.

― ¿Tres preguntas de lo que sea?

White miró al hombre ingerir el alimento en silencio unos segundos antes de bajar la lata y mirarla nuevamente.

―Lo que quieras, considéralo mí buena voluntad.

No era mentira que Emiya se sentía de buen humor al saber que estaba libre de momento de estar bajo contrato con Alaya. La entidad tenía una cantidad basta de "él" para notar que desapareció uno de ellos, quizá si se diera una situación especial, pero las misiones serían simplemente designadas a orto de sus yo.

― ¿Todos los humanos son cómo tú? ―White no era "tonta", dudaba que alguno de los androides pudiera caer en esa designación cuando tenían tanto software y hardware designado para que procesen información de la manera más eficiente.

Pero incluso así había una basta cantidad de "malas decisiones" tomadas por las unidades de combate que reprochaban las demás unidades.

Una pregunta que conocía la respuesta podría considerarse tonto desde el punto de vista de una unidad de análisis o de escáner, pero la gracia estaba en quien daría la respuesta.

No estaba obteniendo una respuesta de libro como la hubiera recitado alguna de las dos unidades especializadas en conocimiento.

Estaba escuchando la respuesta de alguien que podría generar una nueva respuesta.

―No, no me parezco al resto de ellos ―Emiya observo a White quien parecía aún con el rostro sereno pero incluso así, el leve signo de mirada intensa le gritaba que quería saber más―. Todos los humanos son diferentes, estoy consciente que se tuvo que incinerar cada resto humano para evitar la exposición de estos a los saludables, pero ante la falta de restos supongo que tú pregunta es válida. Quizá haya humanos que se asemejen, algunos que piensen igual y otros diferentes, pero todos ellos responden a lo que desean.

White quería preguntar más pero no quería gastar la segunda pregunta sin más.

Una risa seca salió de Emiya ante su obvia reacción. White entró en duda si es que los humanos podrían leer los pensamientos.

―No puedo.

¿Qué?

Los ojos de White se abrieron ante aquella respuesta sin sentido. Pensó en las posibilidades, de que quizá hubiera una frecuencia especial que los humanos pudieron escuchar y que sus pensamientos fueron dados en esa frecuencia.

―Eres mucho más expresiva de lo que creí, tomé a los androides más… como golems u homúnculos, pero mientras más te veo, más veo a un humano más.

¿Golems y homúnculos?

¿No era esa la manera primitiva en la que fueron llamados los androides?

―Tus expresiones, no puedes controlarlas, ¿es un error de tú sistema? ―Emiya llevó una mano bajó su mentón y se acercó a White quien no se había movido y solo se quedó con los ojos abiertos.

Emiya se sorprendió que incluso la "mujer" frente a él respirara, creyó que no necesitaría de una acción tan inútil.

―Interesante.

Una mano en la mejilla de White hizo que esta volviera en sí cuando el receptor de calor llamó que sintió el tacto de la mano del hombre.

Se dio cuenta de la sensación de la mano de este. A diferencia de las unidades que tenían una piel perfecta, incluso ella era así, el hombre que tocó su rostro le generó una sensación áspera, como si pasaron algo duro por su rostro en vez de sensación suave que estaba hecha a base de los humanos.

Le gustó.

White parpadeó.

¿Le gustó?

¿Qué era lo que significaba que le gustara algo?

―Si tienes otra pregunta solo dila ―Emiya bajó la mano y se sentó con los brazos cruzados frente a White.

Parecía una muñeca hecha para el entretenimiento, un homúnculo para el placer, pero al mismo tiempo con pequeños signos que dejaban ver una voluntad propia.

Curioso por decirlo menos. Parecía que reconocía a los humanos como su maestro pero daba leve signos o indicios de duda incluso si su cuerpo no la escuchara.

¿Qué tan bien adaptada estaba la mente humana en un ser creado artificialmente?

White quería preguntar muchas cosas. La forma en la que sintió el tacto fue totalmente ajena a lo que había esperado.

No fue suave, fue rudo, no fue una sensación sedosa, fue una rugosa.

Todo lo que podía pensar de un humano ahora estaba cambiado a costa de la antítesis de estos.

― ¿No sientes miedo?

Había muerto y vuelto a la vida. El humano frente a White no parecía tener algo relacionado a la autoconservación al haber sido como lo fue a la hora de contactarla.

No hubo apuros o quejas, llanto o duda, solo una voz que reflejó gracia y a la vez diversión por su situación, una en la cual estaba posiblemente condenado a volver a morir si se daba el caso.

¿Qué pasaba en el más allá entonces?

Las almas de los humanos siendo separadas y contenidas deberían haber sido gestadas para que no puedan sentir ni el dolor ni el tiempo mientras que eran regresadas.

― ¿Miedo?

―Despertó solo, sin nadie a su alrededor en un lugar que no conoce, pensé que por interpretación de lo que tengo de los humanos-

―No es necesario que hables como si no tuvieras emociones, si realmente fuera caso no tendríamos esta conversación, ¿no querida White?

La sonrisa del hombre creció al final de hablar.

White se quedó pasmada.

Era cierto que los androides fueron hechos para estar al lado del hombre en todo sentido pero no quería decir que algunos pudieran sentir con claridad sus emociones.

Ella se consideró como uno de los androides más ajenos a ese hecho, ¿pero un humano podía leerla simplemente por pequeños tics que su cuerpo liberaba?

Además esa enorme sonrisa en el rostro del hombre. Expectante de lo que ella dijera, cómo si disfrutara de su silencio y la duda que se formó en ella.

Nuevas sensaciones se formaron en la mente de White.

― ¿Cómo no sintió miedo en su estado actual? ―White volvió a preguntar esta vez sincerándose.

Ella hubiera estado en duda, tomaría las decisiones racionales, sí, pero eso solo si seguía su programa sin más.

Pero las emociones siempre fueron un impedimento en todo lo que harían. Las viejas versiones como las que se encontraban la resistencia tenían emociones mucho más fuertes que las de los modelos actuales de Yorha.

Ella misma era de una generación que se decidió poner las emociones por encima de la lógica con la esperanza de generar "entusiasmo" en su deber.

―No tengo problemas con volver a morir.

Sin respuestas nuevamente.

White no supo que decir.

¿Quizá el tener un alma le daba una disponibilidad que no tenía ella al ser creada sin más?

―Pero desaparecerías…

―No importa, nunca importó de todas formas, morir o vivir para mí da lo mismo, al menos muerto estaría más tranquilo.

Emiya hablaba de una muerte verdadera.

Pero White tomó las palabras dadas del hombre como un síntoma de depresión bastante fuerte. Uno el cual podría afectar al humano si es que se dejara avanzar.

―Como mediador, la unidad White tomará cuidado del humano Emiya hasta que asegure las intenciones y pueda preservar la vida de este.

Algo semejante a un juramento salió de White, mirando a Emiya con ojos serios y una mirada determinada.

Un bufido de burla fue todo lo que recibió como recompensa.

El ánimo de White cayó y vio al hombre sonreírle con burla, como si dijera algo tonto y sin sentido. La mujer de cabello rubio intentó evaluar toda la conversación hasta ahora en busca de lo que desencadenó la reacción del hombre.

Nada.

―No le des mucha importancia.

White ahora frunció el ceño cuando una respuesta como si leyeran su mente fuera dada.

―Esto es un asunto serio, haré todo para asegurar su seguridad, y si hacerse daño es-

―No te preocupes, no tengo intenciones de hacer algo como eso, estoy bien ahora que estoy con vida y buena compañía.

Emiya finalizó aquello dándole unas palmadas en la espalda a la mujer quien procesó todo lo dicho pero sin captar el mensaje real de "buena compañía" por parte del hombre.

Algo que le molestó a White fue que no pudo encontrar nada al comprobar los latidos del hombre, uno de los sensores que tenía era un polígrafo, al menos eso fue lo que creyó porque solo escuchaba el latido humano continuo sin ninguna alteración.

¿De verdad algo como esto funcionaba con los humanos para detectar mentiras?

―Última pregunta.

White cerró los ojos y esperó unos segundos procesando que podía y lo que más le daba curiosidad por preguntar, algo que se dio en su tiempo en vida y que hizo hasta su ejecución.

Duda.

¿Cuándo fue la última vez que sintió algo semejante a eso?, como comandante la duda fue lo último que venía a ella, ¿pero como androide al servicio de un humano?

Tenía dudas, dudas de que podía decir, dudas de que debía hacer, como debía reaccionar, como comportarse delante del humano.

¿Debía complacerlo?

Ella era el modelo más perfecto para eso, lo sabía.

¿O debía traer otros modelos para que lo complazcan?, ella solo estaba hecha a la perfección como modelo antiguo para temas de preservación de la vida en caso que algún día el proyecto funcionara.

¿Qué debería hacer?

―Cálmate.

Dos manos se posaron en sus hombros. White parpadeó antes de llegar a la realidad una vez más, no supo porque tal acción. Su estado exterior no podía reflejar lo suficiente para que el hombre diera una actuación directa.

¿Quizá era por el hecho de estar delante a un humano que sus "emociones" estaban tan descontroladas?

Incluso así no había dado un signo para que el hombre frente a ella se preocupara, a lo mucho fue la duda o el silencio.

Acaso… ¿Emiya era de verdad amable?

―… ―tenía formulada la pregunta que quería hacer, pero aún no sentía que fuese "lo correcto" de preguntar.

Siempre se preguntó cual fue el pensamiento de la humanidad al darle tanta libertad a su propia creación.

White miró a Emiya unos instantes. Pensando en su yo de siempre, en todo lo que había hecho o significado hasta ahora. Su comportamiento jamás flaqueó hasta la fecha.

No hasta ahora.

― ¿Por qué matabas a los tuyos?

El cuerpo de Shirou Emiya posterior a su ejecución desapareció del a fosa común en la que iba a ser enterrado. Solo hubo una hora de diferencia y el cuerpo había sido tomado sin más.

Muchos creyeron en su momento que se debía a algo relacionado a venganza o asuntos personales que quería profanar el cadáver del hombre como una muestra de que "el demonio había caído" al dejar el cuerpo esparcido de este en un estado totalmente ultrajado.

No hubo una respuesta directa de Emiya. White esperó algo como una mirada de ofensa, sorpresa o al menos un poco de conmoción por saber su historia, ¿posiblemente también desconcierto porque un androide se atrevió a preguntar algo así?

Nada.

No hubo nada más allá de una mirada de reflexión como si buscara una respuesta, algo que de código que estuviera arraigado dentro.

―Mátame humanos para salvar aún más humanos.

White esperó una explicación mayor, algo como el motivo detrás de lo dicho pero al pasar los segundos con el silencio y la mirada que le dirigió Emiya se dio cuenta que eso fue todo.

¿Simplemente matarse entre ellos para evitar que mueran más?

Carecía de sentido o al menos para ella que no podía analizar correctamente lo que quería llegar el hombre. Quizá los datos que tenía eran obsoletos para entender la mente de alguien que perteneció al mundo hace más de nueve mil años.

Pero aún así se sorprendía que al restaurarse el cuerpo y el alma la persona viviera como si hubiera despertado sin más. Pensó que el proyecto Gestalt haría algún impacto en la mente del humano, al vivir fuera del plano material incluso si perdía las necesidades y caía a dormir.

Esto estaba mucho más allá de lo que esperó.

―Correcto, he de asumir que las preguntas han terminado ―White asintió para sí viendo al frente, como Emiya parecía casi aburrido de su situación.

¿Era por la falta de estímulos?

¿Qué podía hacer para que el humano reaccione?

― ¿Hay algo más en que pueda ayudarlo?

La pregunta hizo que el interés de Emiya se renovara hacia White quien se quedó de pie. Formal, la distancia se había creado en ambos después de la pregunta dada.

White no comprendía porque su actuar era tan fuera de su programación o de su propósito.

¿Por qué había hecho tres preguntas inútiles?, fue más por gusto personal que algo que sirviera.

¿Cuándo podría tener una vez más alguna oportunidad como esa?

― ¿Qué crees que eres? ―Emiya estaba con la mano bajo el mentón viendo a White como si la juzgara.

―Le ruego que reformule la pregunta ―White no comprendió aquel cuestionamiento.

―Viéndonos de frente, sin saber nada, ¿podrías decir quien es el humano y quien el androide? ―Emiya se detuvo detrás de White quien estaba simplemente viendo hacia el frente.

― ¿Puedo hablar libremente? ―una pregunta que necesitaba autorización.

La diferencia más grande entre ambos.

―Por supuesto, ¿preguntas por permiso porque es tú programación? ―White sintió como su cabello fue recogido por la mano del hombre, parecía examinarlo a cuidado―. ¿O quizá lo preguntas solo por formalidades?

White entró en duda.

Su cuestionamiento cambió a la pregunta hecha por el hombre. Conocía su sistema mejor que nadie, y sabía que podía saltarse muchas cosas de su "persona" solo con autosugestionarse a su código que estaba haciendo todo por el bien de la humanidad.

¿Pero de verdad había algo así como un código que le impidiera hacer algo contra de los humanos?

―Pienso… que somos diferentes…

― ¿En que sentido? ―Emiya soltó el cabello de White y pasó a estar frente a ella.

Era obvio que ahora el entretenimiento del hombre era algo que existía.

¿Cómo si no entonces parecía estar despierto a diferencia de hace unos momentos?

Del lado de Emiya se sintió bien, el ver la tecnología avanzar al punto en que un androide dudaba de quien era quien era interesante, ¿si "criara" a uno de ellos para que piense que era un humano entonces lo creería?

― ¿Por qué somos diferentes? ―fue una pregunta que Emiya sabía la respuesta, pero no pensó que funcionaría para molestar a la mujer frente a él.

Era increíble como había sido posible codificar una mente y no simplemente instalarla a base de experimentos que involucraran a lo humano.

―Somos diferentes en muchas cosas, su piel parece incluso más resistente que la capa que simula ser mí piel, sus manos están endurecidas al contrario de nuestra creación que nos dio una piel suave, su cabello por un orden dado, el nuestro natural, nosotros…

― ¿Ustedes?

―…

Emiya estuvo interesado en la resolución final del androide frente a él. Fue interesante, bastante, el ver como una creación que parecía creerse menos a un humano cuando eran superiores era algo hilarante.

―Perdone por mis palabras pero nosotros parecemos el resultado natural…

White cerró los ojos al decir aquello.

Luego se dio cuenta de algo.

No había pedido permiso para dar aquellas palabras.

Abrió los ojos y buscó a Emiya quien estaba sonriendo, complacido con su respuesta.

―Es bastante interesante que hayas llegado a esa resolución.

White no dijo nada y simplemente se giró sobre sus tacones para dirigirse a la puerta del ascensor que había usado antes.

―Déjeme escoltarlo fuera.

Un bufido que expresaba burla. Más White lo dejó pasar, quería decir algo pero lo guardó.

"¿O quizá lo preguntas solo por formalidad?"

White agradeció que se detuvo frente a la puerta del ascensor debido a que aquella memoria le causó que no pudiera seguir adelante.

Cuestionarse.

¿De verdad había un código que le impedía hacer algo contra los humanos?

Nunca lo había pensado, tampoco es que hubiera tenido tiempo u oportunidad para cuestionarse aquello, nunca lo necesitó porque su consciencia fue algo ya establecido y sus necesidades puestas.

Nunca necesitó dudar o poner a pensar que sus acciones podrían estar ligadas con algo más allá que simplemente brindar ayuda al a humanidad de manera indirecta.

Felicidad pura.

La orden de limpieza porque un miembro del concilio de la humanidad llegaba a la estación espacial fue algo que conmocionó a todos.

Había pasado milenios desde que alguna vez un humano había querido mostrarse de forma personal ante ellos.

Nunca se dijo la razón, al principio hubo todo lo del "protocolo de seguridad" por parte de la humanidad, pero gradualmente la esperanza de ver a un humano cayó para prácticamente llegar al resultado inicial.

La sola palabra de un humano siendo la mayor recompensa que una unidad podría recibir.

¿El que u enviado de la humanidad venga a ver su progreso ahora que la hora de la batalla final se acercaba?

Probablemente fue uno de los mayores aumentos de moral que hubo alguna vez.

Las preparaciones para la llegada del humano fueron puestas y arregladas para que todo quedara perfecto, se había entrado en un protocolo de desinfección de todo el complejo para que no haya nada que pudiera amenazar al humano que iba a llegar.

La emoción era algo que parecía haberse perdido con tantas misiones que a veces parecían sin sentido, pero la situación actual, con un humano llegando a darles un saludo y ver que gracias a ellos aún podían vivir.

¿No era uno de los mayores honores?

El viaje con Emiya fue rápido. No hubo preguntas nuevamente y White se estaba cansando un poco de aquello, dado que parecía que no importara que acción tomara, el humano frente a ella lo tomaba como lo normal.

En ningún momento dudó de ella.

¿Era esta una fe ciega a su creación?

No, podía decirlo con los pequeños gestos que podía rescatar, era difícil, pero existían leves indicios que delataban al hombre y su poca confianza hacia ella.

¿Pero qué es lo que planeaba?

Incluso si se rebelaba no había forma en la que un humano pudiera pararla, al menos los datos de las personas guardadas no eran posiblemente una amenaza contra una unidad de combate.

―Eres un poco diferente del resto.

La voz del hombre hizo que White mirara al rostro de este. Como parecía ver la estación espacial ahora que ya estaban aproximándose.

―Soy igual que el resto.

―Puedo verlos desde aquí, estás mucho más detallada que el resto.

Mentira.

White pensó que lo que el hombre dijo era una mentira. Ya habían disminuido la velocidad cuando se aproximaron a la estación, ahora se encontraban mínimamente a siete kilómetros terrestres de la baliza de aterrizaje.

Era imposible que un humano pudiera ver desde tan lejos para sacar un juicio sin más, y mucho más, compararla con otros androides que ni siquiera había conocido.

―Si bien no estamos hechos en masa, somos unidades que han sido puestas para estar diseñadas con prefabrica, no poseemos una característica individual que nos destaque.

―Veo muchas variaciones en tus palabras y en los androides amontonados en las ventanas.

White se puso de pie y observó donde el hombre apuntaba. Aún su visión no le permitió ver en detalle todo lo que había, la radiación del espacio generaba un choque en los receptores visuales de los androides.

El silencio seguía presente poco después de aquella pequeña discusión. Una vez que White pudo observar a los androides no encontró nada diferente a lo de siempre.

Todo era igual.

―Solo estás acostumbrada a la irregularidad.

White giró los ojos una vez más a lo que parecía nuevamente una respuesta sacada de sus pensamientos. El hombre estaba con las manos tras la cabeza y los ojos cerrados en este momento, sentado como si todo se hubiera arreglado completando con una sonrisa de confianza absoluta.

¿Era esta situación alguna especie de festival?

Parecía que el hombre se encontraba de vacaciones en vez de haber pasado por la resurrección. White dudó en parte como fue posible algo así, siendo que se perdieron hace miles de años los elementos necesarios para conectar un alma libre en un cuerpo gestado.

Pero no podía ser un replicante simplemente.

Podría decirlo a buenas primeras si es que fuera únicamente un cuerpo vacío sin alma.

Ella fue hecha para ser un replicante al inicio después de todo.

Los datos de la persona la cual basaron su apariencia y vida habían sido eliminados hace mucho tiempo. No tuvo la misma suerte que aquellas personas que habían estado en un estado de "espera" por el alma para conectarla.

White simplemente había sido desplazada de replicante para ser un simple androide. Una de las razones de su "poder" dentro de la facción humana fue eso, su poder como individuo estaba por encima de muchos oficiales, o al menos debió ser el caso.

La había delegado a un trabajo como comandante de un ejercito sin alma porque había perdido la suya.

Una bienvenida.

Los aplausos junto con un pequeño desfile de bienvenida fueron la forma en la que Emiya fue recibido.

Un saludo que usó White la primera vez que se vieron fue algo que notó como lo habitual en los androides.

Eran interesantes.

A pesar de tener las mismas ropas, en algunos casos el mismo rostro o apariencia idénticas.

Había pequeños rastros que podía llamar como "propios" de cada uno de ellos, ningún androide se paró igual o puso el brazo de la misma forma, a pesar del código de vestimenta podía ver quienes se esforzaban en una buena apariencia y quienes hacían para cumplir solo con lo básico.

Una sonrisa de lado salió de Emiya al ver el espectáculo de los androides.

¿Cómo podían no llamarse a sí mismos humanos cuando disponían de un despliegue tan individual?

La diferencia en este punto estaba en la "mente" de cada uno de los que interpretaba su significado de humano. Para él, ver a cada androide, actuar por su propia voluntad fue algo interesante de ver.

White estuvo algo tranquila al principio.

Las cosas marcharon bien.

Hubo una breve charla entre él y Emiya cuando estaban por llegar al búnker, sobre que debía y que no debía hacer.

No hubo problemas en aceptar los términos, era raro como a pesar de todo lo que pidió el hombre no se negó o mostró alguna señal de estar en contra de algo que dijera.

Era como si ella fuese el humano y él fuese el androide.

No.

White sacudió las ideas de su cabeza. Solo porque Emiya Shirou mostró un comportamiento adecuado, pero eso no significaba que era obediente. En algún lugar debería estar la persona registrada por las atrocidades cometidas contra los suyos.

En cualquier otra circunstancia no hubiera dejado que alguien como él ande libre, pero incluso tras someterlo a un test psicológico y que diera luz verde en cada respuesta sentía que algo estaba apagado.

Esperaba respuestas vivaces, acciones impredecibles, algo que pudiera usar para diferenciar al hombre de entre los demás androides.

¿Pero todo no era demasiado cronometrado?

No había una alarma para el hombre, no había un cronograma, o un pod que lo mantuviera con una guía. Simplemente se movía por lo que su mente o cuerpo le dictaba.

Parecía casi irreal, incluso algunos androides desistían de los horarios cuando podían por la libertad que gozaban, pero el horario que le había dado el primer día Emiya fue todo lo necesitó para que el hombre se ajustara a eso.

Ni siquiera fue algo escrito o para recordar, había sido hablado y sin profundizar. La manera sencilla en la que se adaptó a su "nueva vida" también fue algo que la desconcertó.

La idea inicial de los androides y los humanos había dado que hablar, que estos se parecieran tanto a ellos causó revuelo en su momento, un rechazo por la misma apariencia.

Emiya no parecía molesto por ese hecho, incluso cuando actuaban "humanamente" frente a él no parecía mostrar enojo o algún signo de queja, algo que esperó por el año al cual pertenecía el hombre.

Despertarse a la misma hora, un pequeño paseo, comer algo, un pequeño paseo, interactuar con algunos androides, pasear una vez más e ir a dormir.

No pidió más o se quejó de nada. Se le brindó las necesidades acordes a lo que los humanos necesitaban para estar en condiciones, si bien gracias al cuerpo mejorado que se le otorgó por su resurrección se pudo retrasar la mayoría de necesidades básicas, aún se sentía mal lo fácil que aceptaba todo.

No había quejas, no había molestia o algo parecido, hubiera entendido que esto se quedara en la primera semana.

Pero al cabo del mes cumplido sintió que nada iba bien.

Las sospechas comenzaron en las unidades, que el "humano" llegado no era uno si no otro de ellos, palabras de levantamiento a contra de ella llegaron por voz popular.

Cuando confrontó a Emiya sobre todo esto no hubo furia o miedo de que fuera perseguido en un futuro.

Simplemente se rio de ella.

El incidente mayor llegó a mitad del segundo mes. Cuando una de las tantas unidades que habían estado levantándose para traicionarla, supo al instante de quienes se trataban por la identificación que llevaban.

Era parte de la escuadra de 8B quien había sido reconocida por traición hasta hace poco. Debido al traje de equipamiento pesado que llevaba fue fácil para ella someter a quienes rodearon al hombre.

Eran modelos de escaneo, los androides modelo S eran fáciles de llevar abajo para uno de batalla, especializados como el tipo B que había logrado colarse para mostrar el punto que su capitana estaba en lo correcto.

Dejar fuera de combate a los modelos S fue fácil, pero en vez de lidiar con el humano como ella previó según lo que tenía analizado de estos.

Fue un movimiento rápido, los sensores del modelo B no pudieron hacer nada ante una espada que apareció en la mano derecha del hombre y simplemente cortó la cabeza de la unidad traidora.

Simple y sencillo, no hubo una muesca o algún signo de empatía, solo se limitó a tomar un pañuelo del bolsillo y limpiarse el líquido de que soltó la unidad cuando la cabeza cayó.

Algo así no debería pasar.

White dudó de que era lo que había traído hasta ahora. Se había despertado de las cámaras de gestación, ella misma lo comprobó, el reporte del hombre estaba ahí, ella misma pudo dar fe en su existencia, pero ahora al verlo actuar tan alejado de "el piadoso humano" que todos tenían en mente causó un pensamiento partido.

Es entretenido este lugar.

Palabras sin sentido para lo que había vivido. White esperaba una queja o algún regaño por dejar que un androide enloquecido entrara en el búnker, pero en vez de algo como eso recibió una felicitación por mostrarle algo nuevo.

No debió preguntar que fue lo que quiso decir con algo nuevo.

El metal parece que puede llorar.

Las palabras fueron referidas a un cuerpo amigo del que había sido el traidor, como en vez de enojarse por la traición.

Lloró la perdida de esta con desolación.

Usted también puede llorar, ¿comandante?

White soltó un suspiro cuando se levantó una vez más de su cama.

Un suspiro.

Un significado de cansancio o de estrés, cosas que no deberían ser posibles para seres que carecían de algo como eso en primer lugar. Pero una vez más, las similitudes que tanto creyó que los humanos y los androides compartían se iba alejando más y más.

No sabía si comparar a los humanos con las máquinas más que con ellos.

― ¿Otra vez aquí? ―White llegó caminando hasta la mesa en la que estaba sentado Emiya. Simplemente caminaba y se sentaba en el mismo lugar para ver la tierra.

―Por supuesto, tiene la mejor vista.

Palabras cordiales de alguien que no le importó en absoluto los androides a su alrededor, esa fue la conclusión que sacó White. No es que Emiya Shirou fuese complaciente, simplemente no le importó que hicieran o como actuaran.

No fue por amabilidad como pensó en un principio. Fue porque no los vio como iguales.

Como inferiores.

― ¿Desea visitar la tierra en algún momento? ―White tomó la silla frente a Emiya se sentó.

Curiosidad.

Algo naciente que seguía palpitando dentro de ella, tenía más una curiosidad alta por saber que era lo que deseaba o que había tras la carne que mostraba como rostro.

¿Habría quizá metal también como el interior de ellos?

―Me gustaría, pero la guerra entró en un punto muerto hace mucho tiempo, ¿qué sentido tiene a un lugar que será destruido eventualmente? ―estirando un brazo tomó el vaso frente a él, vivió el agua de este con tranquilidad sin separar los ojos de White.

―Parece que dispone de poca confianza con los nuestros ―mentiría si dijera que no se sintió ofendida por la forma en la que Emiya parecía observarla.

Casi como si le diera lástima.

― ¿Puedes culparme?, su campamento de resistencia ha estado aislado por mucho tiempo, más parece un matadero para las viejas unidades que un lugar para visitar.

―Cuidamos de ellos.

―Tanto que están por ser arrasados.

―Permiso para hablar libremente.

La sonrisa de Emiya volvió una vez más, una que se extendió ante aquella pregunta.

White frunció el ceño por esa acción. Era como si todo lo que dijera el hombre fuese puesto solo para que ella pidiera hablar con libertad.

―Adelante.

― ¿Qué quieres de los androides?, parece interesado en estos pero no he visto, moverse.

―Oh, ¿interesado?

―Muchos modelos creen que serán bendecidas por "el amor" de un humano como en las historias.

―Soñador.

―No sería un sueño es-

―Un deseo, un sueño, una fantasía, negarlo no tiene sentido, querida comandante ―el ceño de la mujer volvió a torcerse por las palabras del hombre.

―Usted es el único que ha llegado aquí ―una alusión de White a que era el único humano presente―, ¿no sería correcto que hiciera su parte del trabajo entonces?

White llevó una mano a su boca y se la tapó cuando se dio cuenta de su tono. Miró a todos lados y no encontró a nadie por suerte. Las manos de White temblaron y los aplausos de Emiya llegaron.

―Bien, esa es una actitud humana la que tienes ahí.

White no sabía quien estaba evaluando a quien al final. Ella era el androide, el hombre frente a ella el humano, las emociones eran algo pertenecientes a estos, ¿entonces por qué hasta ahora solo había visto a los androides ser más emotivos que el propio humano?

El modelo 2E llorando una y otra vez pidiendo que se le asigne otro trabajo, una misión o que la eliminaran, pero que ya no quería seguir matando a quien consideraba un "ser querido".

―No tiene sentido.

Las manos de White cayeron sobre la mesa y se cruzó de dedos con las manos juntas. La duda llegó, la curiosidad se detuvo suplantada por algo que no sabía porque sentía.

¿Era esto el miedo?

Un sentimiento aterrador.

Miedo al no comprender algo que estaba delante.

― ¿Qué es lo que te diferencia a ti a mí? ―Emiya volvió a preguntar, parándose y poniendo las manos en los hombros de la mujer. Un masaje suave fue dado para esta.

Algo inútil pero incluso si no funcionara en un cuerpo de androide.

Se sintió bien al mismo tiempo por parte de White.

―Yo… fui creada por los tuyos… ―la respuesta de siempre, la respuesta que siempre daría cuando alguien le preguntara sobre eso.

¿Entonces por qué dudaba ahora?

― ¿Qué crees que es el alma?

El alma.

―Es-

―No quiero una respuesta de libro, ¿qué piensa la unidad llamada White, qué es el alma? ―Emiya detuvo sus manos y miró a la mujer al rostro.

Emiya estaba más que disfrutando de las vacaciones que había obtenido.

La mujer que se presentó ante él era de tipo "frías" pero con un objetivo, y ese objetivo era él, pero al mismo tiempo tenía una propia mente y deseos que ella misma no comprendía.

¿Quién si no mejor que un humano para iluminar la curiosidad interna de alguien?

―No lo sé…

Ella era un remanente de un mundo perdido que había llegado a un nuevo mundo donde ya no era necesaria, el orden impartido y la guerra librada.

¿Qué sentido tenía mantenerla cuando no había nada por lo que luchar?, no había nada que defender o conseguir, los demás miembros de Yorha y los androides en la tierra aún creían en la vida de los humanos, pero hasta hace poco no había sido nada más un vago recuerdo mal contado.

Ella había perdido su propósito hace siglos pero se mantuvo de pie en el mismo sitio, el podio que debía sostener para evitar la caída de lo que alguna vez fueron los humanos.

―Entonces eso significa que posees un alma.

White alzó la cabeza, giró el cuello y vio lentamente como Emiya pasó a sentarse a su lado en la silla doble que estaba frente a la mesa que había estado usando el hombre.

― ¿Un alma?

― ¿Quién determina quien cree o que piensa?, ¿qué es lo que uno desea o que logra?, uno mismo le debe dar el valor a las cosas para poder entender el significado de haber ganado algo.

―La victoria para uno mismo…

―Si hubiera algo cómo la satisfacción por los demás entonces la humanidad jamás hubiera progresado, acaso no es lo mismo en tu caso, ¿mantener tú propósito de creación no te hizo feliz?

Lo hizo.

Se sintió… ¿viva?, a la hora de comandar, inspirar y dar luz a los humanos, sintió que todo iba de acuerdo a lo que deseaba.

Que su existencia era necesaria.

―Mírate nada más, es tan divertido que los androides puedan llorar ―Emiya dejó de ver el rostro de la mujer por unos segundos.

White no supo cuando es que lágrimas comenzaron a caer de su rostro.

¿Por qué los humanos le habían dado tanta libertad y tantas bendiciones cuando solo estaban limitados a sufrir?

―Es hermoso poder llorar, ¿no?, se dice que así es como el alma lava las penas acumuladas ―la mirad de Emiya seguía en el techo, buscando algo.

¿Quizá sus propias lágrimas?, el propio hombre no lo sabía y en parte sabía que era muy tarde para él para cambiar las cosas.

Al menos podría poner todo en orden para los androides en un futuro.

― ¿Quieres descansar?

Emiya bajó la cabeza y limpió el rostro de la mujer con la que había estado conviviendo los últimos meses.

Era cierto que pudo buscar un androide y divertirse, de hecho lo hizo, era algo extravagantes para los humanos de este mundo o esta línea de tiempo de colocar todo en su lugar.

No sintió que hubiera estado con un androide, se sintió como si se hubiera acostado con una mujer en toda regla. Sentía y hablaba, le gustaba ciertas y tenía agrado de cosas específicas.

Era difícil decir que alguien dentro del búnker era un androide si no lo supiera.

Cansancio.

No debería ser algo posible para ella. A menos que sobrepase su capacidad para procesar información no había razón para que hubiera algo semejante al cansancio.

¿Por qué dejaron algo como eso en ellos otra vez?

La puerta se cerró tras ella y vio a Emiya quien se quedó en la silla que estaba contigua a la cama. Observó una vez más su habitación y destacó las cosas que tenía en ella, cosas que consideró "personales" o que eran propias de ellas.

Fue así con todas las habitaciones, incluso si cada lugar estaba planteado para que se vea igual, ninguna habitación era igual una vez que era ocupada.

―…

White lo pensó brevemente, ahora que estaba cuestionándose quien era quien fue que notó ese pequeño hecho.

Ninguno de los androides era igual a pesar de ser creados para que sean iguales.

Todas las bendiciones que había recibido de los humanos no parecían haber sido para que ellos pelearon por ellos.

Era más como si buscaran intercambiar entre ambos.

―Has estado más más tiempo en silencio de lo usual.

― ¿Por qué actuar cómo lo haces? ―una vez más White lo vio, la sonrisa del hombre como si hubiera ganado algo.

― ¿No sé de que hablas? ―la emoción en la voz del hombre era evidente, denotando que había hecho algo que lo complacía.

―No pediste permiso para hablar.

Era cierto.

Simplemente preguntó algo que iba más allá de lo que sus parámetros dictaban, pero ahora no escuchó nada, no hubo nada que la moleste o que le dijera que cometió un error.

Solo siguió sin más.

―Nunca te importó.

Un asentimiento con la cabeza de parte de Emiya fue lo que recibió.

―No, algo como eso no es necesario cuando se habla entre iguales.

―No somos iguales.

― ¿Sigues con esa idea?

―…

―Supongo que ahora entiendes porque hay tanta deserción en las tropas, sienten al igual que uno humano.

― ¿Es por eso que has tratado a todos por igual desde que llegaste? ―una pregunta válida, Emiya pudo decir que era algo que podía rescatar―. Pero no tiene sentido por la… frialdad de la muerte de alguna unidad, esperaba algo más…

― ¿Emocional?, no soy de los que lloran ante la perdida, nunca tuve algo que ganar de todas formas, si pudiera llorar al perder algo, probablemente ya lo habría hecho antes de mí creación.

Sinceridad.

― ¿Qué es lo que nos diferencia entonces? ―una voz que denotaba derrota, la pregunta era obviamente la que el hombre había estado esperando que diera.

―Qué tú crees que somos diferentes.

Una respuesta sin sentido.

Un bufido con desgano salió.

― ¿Podrías simplemente dar una respuesta y no hablar de manera críptica? ―White se recostó en la pared que daba al lado de su cama y miró al hombre que estaba sentado en paz.

―Si lo dijera todo entonces perdería sentido que busques tú propia respuesta.

Una risa.

Una genuina.

¿Estaba riéndose?

White no pudo decir que alguna lo haya hecho, tampoco estaba para analizar en su memoria algo como eso.

¿No era mejor dejarse llevar del momento?

Paz.

Emiya miró la tierra una vez más desde done estaba sentado, el mismo lugar y la misma hora. Siempre se detenía para ver el mismo punto.

Curioso de cierta forma. Como podía estar pendiente de algo tan insignificante pero al mismo tiempo emotivo.

Entre todo lo que había en este mundo, la paz fue algo que no pensó alcanzar.

Un mundo muerto no pensó que le traía tanta paz.

No había guerras internas, no había muertes injustas, hambre, miedo, tristeza, ira, deseos, egoísmo.

Nada.

Todos estaban muertos y por eso por primera vez pudo dejar de escuchar las voces de aquellos que nunca pudo haber salvado. Incluso cuando siempre le susurraron que era culpable de todo ahora parecía que estaba gozando de una libertad que desconocía.

No podía seguir salvando cuando no había a nadie a quien salvar, y tampoco tenía deseos de terminarlo todo para volver al ciclo de siempre.

Tonto.

Siendo que llegaría el día que volvería a escuchar las mismas voces y reclamos, los mismos llantos y las maldiciones.

Pero ahora podía estar en paz.

Dormir sin dolor de cabeza al despertarse en un mar de lamentos.

Al menos de momento tendría que dejar todo de lado, pero llegada la hora sabía mejor que nadie que volvería.

Siempre lo haría una vez que alguien llorara o sintiera la injusticia.

Caminar hacia el infierno era lo único que conocía después de todo.

― ¿Realmente interesante la vista desde aquí? ―una vez más ella llegó.

― ¿No deberías atender tus deberes de comandante? ―una risa vino nuevamente como respuesta. White no replicó, solo se sentó al lado del hombre y vio el mismo plato de siempre―. ¿Es necesario que comas todos los días?

―Podría dejar de hacerlo y morir fácilmente en un par de semanas, quizá en este cuerpo en un par de meses.

―Es distinto de lo que pensé que sería tratar con un humano ―White puso ambas manos en la mesa y cerró los ojos al recostarse sobre en estos.

―Lo sé, pero no soy cómo un humano promedio.

―Me he dado cuenta con el paso del tiempo, supongo que el concepto de "humano" debería ser cambiado a "ser sensible" para el futuro.

―Podría ser, aceptaste esto mucho más rápido de lo esperado.

―He pasado mucho tiempo viendo a cada androide, caga generación pasar, y ver sus acciones, el como cada vez que se acercaban más al concepto de "humano" había más traición, más miedo o más dudas.

―Lo que has estado sintiendo todo este tiempo, emociones que conocías pero al mismo tiempo desconocías por querer negarlas ―Emiya alzó una mano en la puso detrás de la nuca de la mujer.

No era la imagen que uno tendría de la comandante. La parte superior de la cúpula estaba cerrada para que incluso una unidad pueda acercarse dos pisos, estaba cerrada para la interacción como se habían deshabilitado cualquier tipo de forma de grabación o comunicación pasado el primer nivel.

Comodidad.

Libertad para hablar. White nunca esperó la necesidad de algo como eso, algo que le permitiera simplemente hablar sin más, sin la necesidad de estar siempre como la "comandante de las fuerzas de Yorha" si no como White.

Cada unidad podía dar pequeños signos de individuo y no de colectivo, fue únicamente ella quien se había quedado atrás, un modelo viejo que no había podido aceptar la actualización que nunca necesitó porque ya había llegado al final del desarrollo desde que nació.

―Conceptos como felicidad o querer, son tan ajenos pero al mismo tiempo forman parte de lo que ha causado tantos problemas a los androides…. Que muchos se preguntaron si esta era una clase de castigo de los humanos al fracasar constantemente en la lucha contra las máquinas.

― ¿Lo considerabas un castigo? ―Emiya vio a la mujer quien abrió lentamente los ojos.

Posiblemente el único lugar fuera del monocromo blanco y negro del búnker fue aquella cúpula que se había creado para mirar la tierra.

Un sofá, una silla y una mesa junto con algunos estantes con libros conservados, ese fue el espacio que le fue preparado a Emiya para estar. La habitación estaba a un lado con todo preparado para que pudiera descansar.

―No puedo decir que fuese un castigo, un propósito, supongo que todos lo necesitamos para seguir existiendo.

Algo que se había dado cuenta la mayoría del búnker era que la comandante en sus horas libres era llamada a la sala del humano. Algo que podría considerarse normal siendo que era la persona con mayor rango en el lugar.

―Puede ser, pero usualmente los pensamientos excesivos eliminan propósitos para seguir existiendo.

Pero los rumores iniciaron por el humano que había estado con una unidad del modelo B antes que saliera en su primera misión.

White tuvo dudas al principio.

Luego el hombre simplemente sacudió los hombros en un signo de restarle importancia.

― ¿Es algún refrán humano? ―White preguntó penando en la respuesta que había recibido de Emiya aquella vez.

"Deseaba probarlo"

Fue todo lo que obtuvo.

Era casi una mala broma que en su primera misión hubiera desparecido junto con una cantidad considerable de otros androides.

Algo que alarmó bastante pero al mismo tiempo.

No preocupó como debía a White. ¿Qué importaba seguir con una lucha interminable cuando la victoria por fin se dio a la vista?

Con un humano eventualmente ya habían ganado cualquier cosa que necesitaran ganar.

―Simplemente un consejo.

―Es raro que des algo como eso.

White pasó a un cambio que Emiya podía contemplar casi con escepticismo al principio.

La mujer de porte militar y estado serio pasó gradualmente a alguien que era más del tipo del humor pesado y una tranquilidad absurda. El ceño fruncido constante también fue una variable que se eliminó en White.

―Puedo dar más que consejos también ―una obvia proposición. Emiya había dado una gran cantidad de ellas a White pero para su sorpresa.

Las malentendía con información. Esta fue una de tantas que pensó que se perdería.

Hasta que una mano pasó sobre su pierna.

―Bueno… supongo que como comandante no estaría mal que lleve todo el… peso de la humanidad en todo caso.

Emiya parpadeó un par de veces sin creer la respuesta que había recibido sin más.

Se puso de pie y se paró a un lado de White para alzarla.

―No hagas eso, un humano no-

Se cortó cuando fue levantada con facilidad. Ella era un poco más pesada que algunos modelos debido a su edad, pero Emiya la levantó como si fuese una humana más.

Hacía que se sintiera especial. Más cercana al hombre que nadie más.

White fue algo que alegó su nombre.

Pureza.

No había estado en contacto con otra unidad a menos que fuese necesario por más de unos segundos. Desde que fue creada simplemente se le relegó el papel de comandante.

Por lo cual en este momento estaba experimentando lo que conocía como "besos" junto con caricias.

Al ser un modelo antiguo, no era por el simple hecho que no estaba actualizada que su peso fuese mayor, si no por todo lo que contaba dentro de ella.

Era el epítemo de la creación del hombre para hacer una replica de sí mismo en metal y aceite. Incluso llamar su metal como tal era algo bastante mundano.

Ella era tan humana cómo cualquier otro ser humano más en el exterior y el interior, pero lo único que la diferenció siempre fue una sola cosa.

El alma.

¿Qué era el significado de poseer un alma?

¿Era acaso la forma de salir de su burbuja y encontrar algo que pudiera llamar "felicidad"?

Si ese fuera el caso entonces las caricias que estaba recibiendo era algo que estaba liberando el alma que ella siempre portó.

Besos y caricias, incluso mordidas a su cuerpo hecho para que sea perfecto. No era la más fuerte en combate, tampoco estaba diseñada para ser un escáner, siempre fue lo que su nombre indicó.

Comandante.

El monocroma en que vivió bajo aquel título estuvo presente hasta el último momento, posiblemente si no fuese por la aparición de un humano seguiría viviendo hasta que su unidad cayera bajo la misma luz blanca que impedía ver otros colores.

Un gemido salió de la boca de White ante otra mordida a su cuello.

Conocía un poco sobre el amor o como este se desarrollaba entre los humanos, pero el sentirlo era una experiencia que ninguna simulación podría igualar.

―Estás pensando de más.

Una vez más aquel humano parecía tener una idea completa de lo que pasaba en los procesos de la mujer sentada en su regazo.

White se preocupó al principio por Emiya, no sabía que podría pasar, pero se relajó al sentir cómo era simplemente trasladada de un lugar a otro sin el menor problema.

Sus ropas siempre estuvieron en su mejor estado, pero ahora estaban arrugadas y cayendo a un costado, la cama en la que estaba siendo bajada simplemente un lugar que no pudo conciliar el descanso.

Desnuda.

¿Era aquella sensación de querer taparse la vergüenza?

White no pudo responder ante el beso una vez más dado por el hombre. Era bastante difícil seguir el ritmo a alguien que parecía tener ganas de quitarle el aliento si es que tuviera uno.

Los besos y juegos pasaron en un apretón al pecho de White y a la mano de esta viajando al bulto elevado en los pantalones del hombre.

No hubo mayor juego previo antes que comenzara lo que White había estado esperando desde que dejó ser trasladada hasta la habitación del hombre.

Una unión.

Los receptores de dolor de White hicieron eco en su sistema, el análisis que había hecho la primera vez que vio al hombre fue correcto. Su cuerpo iba a doler si es que se sometía a algo así, pero incluso si había un dolor de por medio en tal acción.

Abrazó la nuca del hombre que la besó en la frente en un intentó de calmarla. Sintió afecto y genuino cuidado por la mano del hombre que estaba entrando en ella.

― ¿No quieres bajar la intensidad? ―una burla final sobre como su cuerpo se convulsionaba por el dolor que sus receptores daban, pero entre el mismo dolor había algo que también podía sentir.

Placer.

Había estado sintiéndolo desde que fue llevada y ahora que fue penetrada simplemente se intensificó. White negó con la cabeza en un abrazo fuerte, dejando la cabeza en el hombro del hombre quien solo iba a "jugar" con ella.

No parecía el caso por cómo la trató. Escuchó la historia de la modelo B que usó para "probar" lo que había en el búnker y la comparativa no fue la misma que con ella.

No vio a una bestia salvaje embistiéndola, si no a un hombre cuidándola.

Incluso si Emiya lo pedía podría aumentar la sensación de dolor que sentía para que este se complaciera.

No supo cuando esto se detendría debido a que su unidad estaba completamente preparada para algo como esto pero nunca había sido una función que utilizó.

Más ahora por primera vez usándolo se encontró desnuda, con las piernas cruzadas tras la espalda del hombre quien estaba sobre ella, moviéndose lentamente al principio para ir acelerando.

De verdad estaba teniendo cuidado de no lastimarla como si eso fuera posible.

Una sonrisa vino a White.

Era difícil creer que un genocida que fue ejecutado por la misma humanidad estuviera siendo tan amable con un androide que debía cuidar de esta hasta el final.

Actuar.

Emiya lo esperó, que en cualquier momento podría despertar y que todo se iba a terminar. En un principio no le importó por lo cual intentó molestar a la unidad que se intentó presentar.

White se hizo llamar.

No esperó nada de aquel mundo marchito y sin vida, quería creer que todo terminaría una vez que su mente saliera, que su alma volviera donde realmente estaba su dueño.

Pero no podía seguir creyendo que despertaba cada día en aquel cuerpo.

Gradualmente decidió relajarse. Si bien no pudo cocinar por lo limitado de los recursos dispuestos por el búnker, White aseguró que eventualmente podría hacerlo, pero no conocían exactamente que es lo que necesitaba.

Información trivial que se perdió con el paso del tiempo.

Despertar una vez, y otra vez para encontrar un techo que reconocía en los primeros días fue lo que hizo que decidiera seguir molestado más a White.

Le agradó ver como esta negaba su humanidad cuando era posiblemente más humana que muchos de estos que había conocido.

No solo era ella, si no el búnker completo, todos estaban en una sintonía que parecía ajena a lo que podía creer. Si no hubiera guerra no habría deserción y sin ella no habría asesinatos.

Los androides habían reemplazado a los humanos y no se dieron cuenta de ello incluso hasta ahora. Podían "procrear" de cierta forma, lo había leído en su tiempo en la luna, generando que pudieran simplemente vivir su vida sin más.

Las máquinas por los reportes habían dejado su hostilidad hace mucho tiempo y eran una amenaza controlable.

Los androides fueron todo lo que la humanidad jamás logró y aún así clamaban de su inferioridad.

Fue por eso que se interesó principalmente en la cabeza de esa treta mal hecha. La comandante sabía la historia completa, que los humanos habían muerto y que había despertado por alguna razón que no conocía, pero solo significaba que el proyecto se completó para él.

Había alcanzado la inmortalidad en un cuerpo material gracias a la hechicería y la ciencia.

Era mucho más pesado que su yo inicial, posiblemente por las modificaciones que lo dejaron como un "humano especial" pero no era algo por lo cual molestar.

Estaba feliz de poder si quiera estar.

No necesitaba luchar por nadie porque las unidades Yorha no morían, podían volver sin más, no había sacrificios en vano o perdidas innecesarias.

Era un mundo perfecto en el cual podía vivir libremente.

¿Eso lo hacía inhumano por estar feliz de estar con seres que no eran estos?, ¿o hacía que los androides fueran humanos porque él se sentía cómodo con ellos?

La pregunta se respondió aquella primera vez que White se quebró.

Humano.

¿Quién podía definirlo como tal?, la búsqueda del yo había terminado en la realización que él era una espada más, un ser que no merecía ser considerado humano.

Pero White le mostró un nuevo enfoque, que a pesar que no hubiera sangre corriendo en sus venas podría sangrar de verdad ante el sentir y la necesidad.

Podía sonreír y contemplar las cosas, pero sobre todo, le mostró que a pesar de que ella carecía de "alma" realmente podía soñar

¿Era esto lo que se podría considerar el alma de la máquina?, entonces el entraba en esa escala.

Ahora ahí la tenía, después de meses conviviendo con ella White había decidido que podía pasar a su lado. Le había explicado que ella era algo diferente al resto de unidades, pero no le importó.

Fue por eso que primero decidió probar que pasaría con una unidad al azar. Fue una pena que escuchó que fue encontrada desactivada un tiempo después junto a una buena cantidad de unidades por culpa de una máquina que las usó cómo catalizador.

Quitando esa historia de lado, pudo haber sido bastante cruel con ella, quiso probar las limitaciones del cuerpo de estas y se encontró que estaban eran mucho más sensibles de lo que habría esperado.

Era por eso que ahora con White había tenido cuidado hasta el final.

Por más que sonase tonto o algo pomposo para él quien no debería haber sentido apego, sintió que no quería romperla.

¿Quizá fue porque no era humana que pudo empatizar más con White?

Emiya podía decir que esa era la razón principal de su deseo de poseer, a pesar de todo lo que había dicho, no podía ver del todo como un humano más a White, pero no para insultar o jugar.

Más bien fue porque no la quería soltar.

Era la sensación de obtener una espada que podía trazar, que siempre estaría ahí para la necesidad, y por eso fue que no pudo ver a White como una humana, de hecho, para Emiya fue lo mejor, entonces así no podría verse como iguales.

Pero ambos siendo no humanos a su modo lo eran en esta situación.

Y con la mujer que lo miró con una sonrisa y le brindó calor.

Eso le bastó.

¿Final feliz?

Digo porque si saben el lore saben toda la movida que pasa.

Y tal, jodido nier automata, soy fan de las obras de Yoko Taro desde Drakengard, o sea, me jugué todo lo sacó ese señor y es de mis creadores favoritos, así que se pueden hacer una idea de porque esto se extendió demás.

Nier no es para tomarlo en un one-shot, además Emiya, que es un personaje que no es para un one-shot también, a pesar que lo use, eso sumado me tiró en 17k de palabras para esto.

Vean que pongo en las comisiones mínimo 8k por cosas como estas, no es que haga para cumplir las palabras, si no que tengo que hacer que la historia dure lo que tenga que durar.

Ah, listo, logré terminar otro one-shot.

¿Les gustó la historia?

Llevo mucho tiempo trabajando esta, y espero que el resultado sea al menos decente, me preocupa la fidelidad de los personajes, porque incluso en las novelas no es que nombren mucho a White.

Modifiqué por supuesto algunas cosas y espero que puedan disfrutar la lectura que me tomó trabajo.

Incluso si es una comisión, por supuesto que voy a darlo todo como el resto de las demás.

Por favor, dejen un comentario, compartan la historia, dejen su voto o algo, jaja, que realmente me gusta cuando tiene algo de relevancia lo que escribo.

Me motiva para seguir el ver como la historia llega a más gente y estas interactúan con estas.

Bien, eso sería todo, veré para hacer algo más este fin de semana para el Chaquetrix, que Albedo fem ahora es mí waifu jeje

Rey de picas fuera.