Thalia abrió los ojos con dificultad emocionada por un momento de ver que ya no se encontraba en la isla de Creta aunque la joven de inmediato se puso de pie intentando encontrar a su amiga, ella había sido lastimada durante la batalla que tuvieron con el Minotauro, sólo esperaba que se encontraba bien.

— ¿Estás bien? — preguntó al ver a Percy de pie sobre la hija de Hades.

— Si creo que sí — respondió Percy aunque no se veía muy seguro. — ¿Tú estás bien?

En esta ocasión la hija de Zeus solo asintió tomando asiento a un costado de su amiga, — Si, nada de gravedad — respondió la chica intentando esbozar una sonrisa. — ¿Tú estás bien?

— Si, estaba bastante preocupado por ustedes temía que algo fuera a pasarles — dijo Percy esbozando una sonrisa, después de todo lo que llegó a pensar no fue tan difícil como se lo había imaginado.

— Bueno en realidad estabas más preocupado por Thalia que por mí — dijo Bianca sorprendiendo a los chicos, — Espero no haber interrumpido algo.

La chica no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver las miradas avergonzadas de sus amigos, — ¿Cómo te encuentras? — preguntó Thalia evitando mirar a Percy, la hija de Hades esbozó una sonrisa mientras intentaba ponerse de pie.

— Bien, solo algo mareada, sigo sin acostumbrarme a estos viajes — respondió la chica, observando por primera vez dónde se encontraba. — ¿Dónde estamos?

— Creo que estamos en el campamento Mestizo — respondió Percy recordando los días que estuvo en el campamento, aunque había algo diferente que lo inquietaba.

— Deberíamos de buscar a algún semidiós — dijo Bianca, esperando encontrar a su hermano o al menos alguien que le diera alguna noticia sobre su hermano. Los tres jóvenes caminaron en dirección al comedor, pensando que en aquel sitio se encontrarían con algún semidiós, pero en todo aquel trayecto no parecía haber nadie cerca.

— ¿Hemos vuelto? — preguntó Thalia, aunque las cosas no parecían estar muy bien, varias cabañas estaban destruidas, aunque lo que más le preocupaba a los chicos era el silencio, el área del comedor estaba completamente vacío, aunque lo que más le intrigaba es que parecía que todos habían abandonado el lugar.

— ¿A dónde fue todo el mundo? — preguntó Bianca, sin poder ocultar su nerviosismo al no ver algún rastro de su hermano, ni de ningún otro semidiós. Percy por su parte caminó en dirección a las mesas observando los restos de comida.

— ¿Hola? — gritó Thalia, esperando que alguien le respondiera, pero el lugar seguía en completo silencio, incluso llegó a pensar que ellos serían los únicos en aquel lugar.

— Tal vez todos fueron evacuados, por lo que veo pudieron ser atacados de pronto — murmuró Percy deseando que sus hermanas estuvieran a salvo. — Hay que estar alertas, por si algún monstruo sigue cerca.

El joven sacó su espada y caminó en dirección a donde estarían las cabañas, — Eso no es buena señal — añadió Bianca al ver destruida la Casa Grande.

— ¿Es sangre? — preguntó Thalia al ver a Percy revisando una mancha roja en el piso.

— Si — respondió con nerviosismo. — ¿Alguna de ustedes tiene un dracma?

Pero las dos chicas negaron con la cabeza, — Veamos si en las cabañas logramos encontrar uno — dijo Thalia, deseando encontrar a alguien.

Percy prefirió quedarse en silencio caminando en dirección a las cabañas, esperando encontrar algún semidiós en aquel sitio, después de todo era aún temprano debía de haber alguien despierto.

— No me agrada esto — dijo Percy logrando que las dos chicas se detuvieran, aunque aquel sitio estaba tal cual lo recordaba había algo que no cuadraba.

— Esas cabañas no estaban antes — murmuró Bianca observando a una de las cabañas, la cual tenía el símbolo de su padre grabado en la entrada.

— ¿Y dónde está todo el mundo? — preguntó en esta ocasión Thalia, aunque había algo en el campamento que la ponía nerviosa, en aquella área había más rastros de sangre y armas esparcidas por el suelo.

Percy permaneció en silencio caminando en dirección a la cabaña de su madre esperando encontrar a una de sus hermanas, aunque se decepcionó al ver la cabaña vacía. — Esto no es bueno — murmuró al observar la capa de polvo que cubría todos los muebles de la cabaña, de inmediato se acercó a la cabaña de Hermes pero al igual que la de su madre se encontraba vacía pero lo inquietante era el polvo que cubría el lugar, como si ya hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que alguien estuviera en aquel lugar..

— Hay que revisar todo el lugar — dijo Percy, había algo de aquel lugar que no le agradaba para nada. — Creo que lo mejor es separarnos.

— A cualquier indicio de algo hay que gritar — dijo Bianca antes de dirigirse a las cabañas intentando ver si encontraba a alguien, por su parte Thalia caminó en dirección al comedor y Percy se dirigió al bosque. El nerviosismo del chico solo aumentaba con cada paso que daba, aquel lugar estaba en completo silencio, era algo tan extraño, incluso no se escuchaba el ruido de algún animal o insecto parecía que ellos tres eran las únicas personas vivas en aquel lugar.

— Esto no puede ser real — murmuró Percy, sintiendo como su corazón latía más rápido. El joven se acercó temeroso aquel sitió, las lágrimas corrían por su rostro tan pronto se dio cuenta que era aquello.

— Chi.. Chicas — gritó Percy sin poder ocultar su nerviosismo, podía sentir cómo su cuerpo temblaba.

— ¿Qué pasa? — preguntó Bianca tan pronto llegó al lugar, que al igual que Thalia se encontraba bastante agitada y preocupada, ambas llegaron con sus armas listas pensando que se encontrarían con algunos monstruos.

— ¿Estás bien? — preguntó Thalia al ver que el chico estaba llorando, pero Percy solo negó con la cabeza antes de señalar hacia enfrente, notando por primera vez el montículo de tierra. Bianca y Thalia dieron un par de pasos intentando averiguar qué tenía tan aterrado al chico, aquel sitio parecía ser una tumba y en la parte superior de ella descansaba un oso de peluche.

Bianca sujetó el peluche con nerviosismo, esperando que alguna criatura la atacará pero para su fortuna nada de eso pasó, aquello solo era un peluche normal aunque se percató de que un trozo de papel sobresalía de los pantalones de aquel oso. Una vez que leyó la nota la chica levantó la mirada comprendiendo por qué aquel lugar había afectado tanto al hijo de Poseidón.

— Oh, por Hades — murmuró Thalia al leer aquella nota, de inmediato ambas chicas se acercaron a donde se encontraba Percy, el chico se había arrodillado frente aquella tumba, las lágrimas corrían por su rostro. Ambas chicas se observaron por un segundo, ninguna de ellas tenía idea de que decir para consolar al joven.

Bianca le puso su mano en el hombro al chico, mientras Thalia le daba un abrazo, — Tenía la esperanza de que todo fuera mentira, que tal vez cuando volvieramos ella seguiría viva — murmuró el chico entre lágrimas. — Antes de iniciar mi entrenamiento, yo le obsequie ese oso, así ella no me extrañaría.

— Debí protegerla — añadió rompiendo en llanto, ambas chicas permanecieron en silencio sorprendidas de ver al chico tan afectado, ninguna tenía ni idea de que decir para aliviar al chico.

— Te dije que te unieras a mi, habrías evitado su muerte — dijo Cronos apareciendo enfrente de la tumba de la cazadora. Percy se puso de pie de inmediato, corriendo en dirección a donde estaba el Primordial, pero este respondió lanzando una bola de energía.

— Ahora ella no será la única cazadora que muera, todas acabaron igual — exclamó Cronos sin dejar de sonreír, Thalia y Bianca se unieron a Percy, los tres estaban con sus armas listas. El Primordial sonrió maliciosamente mientras golpeaba su báculo dejando inmóvil a los chicos.

— Cuando regreses a tu tiempo encontrarás a todos tus seres queridos muertos — dijo Cronos sin dejar de sonreír. Percy permaneció en silencio observando con odio al Primordial, el cual parecía bastante contento de aquella reacción. — ¿Ya no dirás nada?

Para sorpresa de todos, un puño de agua golpeó al Primordial, al tiempo que un fuerte terremoto comenzó a sentirse en el campamento.

Lejos de verse preocupado Cronos parecía bastante animado, — Me sorprendes Percy, parece que te estás volviendo más fuerte — dijo Cronos divertido, — Pero no hay tiempo para pelear, la próxima pieza del medallón lo encontrarán en el Olimpo.

Dicho eso el Primordial desapareció permitiendo que los semidioses pudieran moverse, Percy apretaba con furia su espada, las chicas por su parte se mantuvieron en su sitio, aún temerosas de aquella demostración de poder.

— Cuidado — gritó Bianca al ver que un Cíclope se acercaba a donde se encontraba el hijo de Poseidón, el joven esquivó el ataque antes de arrojar una ráfaga de agua lanzando a la criatura varios metros. El Cíclope se intentó poner de pie pero fue atacado por varias lanzas de hielo provocando que el monstruo fuera retrocediendo.

— ¿Percy? — murmuró Thalia intentando acercarse al hijo de Poseidón pero fue detenida por Bianca.

— Ella no merecía morir — murmuró Percy su voz estaba llena de rencor. El chico corrió en dirección al Cíclope usando sus cuchillos de caza para realizar varios cortes en las piernas de la criatura para después arrojar una ráfaga de agua que lanzó al monstruo a la playa. El Cíclope lanzó un grito furioso mientras intentaba ponerse de pie pero un par de manos de agua sujetaron al Cíclope de cada brazo.

— Ella no merecía morir — dijo el joven al mismo tiempo que las manos de agua jalaban en diferentes direcciones al Cíclope partiendo a este a la mitad.

— Ella no merecía morir — rugió Percy provocando que las olas de mar golpearán con más fuerza la playa, probando serios daños a varias de las cabañas. Thalia y Bianca por su parte se mantuvieron en silencio observando aquello, ambas chicas estaban sorprendidas del nivel de poder mostrado por el chico.

— Deberías ir a hablar con él — murmuró Bianca, al ver que Percy se había arrodillado frente a la playa. La hija de Zeus no dijo nada, solo se acercó a donde se encontraba el muchacho para una vez estando cerca abrazarlo.

— Tuve que haberla protegido — murmuró el joven entre lágrimas, Thalia se mantuvo sorprendida de la reacción del mar ante los sentimientos del chico.

— Debes dejar de culparte Percy, nada de lo que pasó fue tu culpa — dijo Thalia sin dejar de abrazar al joven. — Sé que es doloroso, pero sabes que ella lo hizo para protegerte.

— Cómo puedo hacer para que me deje de doler — murmuró Percy fijando la mirada en el campamento.

Thalia se dio cuenta del sitio que veía el chico y sobre todo, de lo que significaba, era aquel lugar donde su hermano había atravesado con su espada a la cazadora. — No lo sé — respondió ella colocando sus manos en el rostro del joven para obligarlo a verla. — Me gustaría poder ayudarte, hacer algo para que te deje de doler pero no puedo.

— Siempre vas a contar conmigo, vale — añadió la joven sin soltar la cara del muchacho, odiaba tanto aquella mirada derrotada.

Percy se mantuvo por varios minutos en silencio, todo aquello le estaba afectando más de lo que se había imaginado, — Ya no puedo seguir con esto, no puedo seguir fingiendo que estoy bien — murmuró el joven entre lágrimas.

— No tienes que fingir con Bianca y conmigo, las dos queremos ayudarte — añadió la chica sin apartar la mirada del joven.

— ¿Qué pasa? — preguntó Thalia al ver que el chico se levantaba de pronto.

— ¿Dónde está Bianca? — preguntó el chico, tratando de encontrar a la hija de Hades, había algo extraño en el campamento, pero antes de que alguno de los dos logrará hablar, escucharon el grito de Bianca. Ambos semidioses corrieron deprisa intentando encontrar a la chica. Bianca estaba siendo atacada por un monstruo de tres cabezas, Percy se detuvo de pronto al reconocer aquel monstruo.

— No lo hagas — gritó Percy al ver que Thalia se elevaba por los aires para cortar dos de las cabezas del monstruo al mismo tiempo que Bianca eliminaba la restante.

— Tenemos que alejarnos — dijo Percy tomando a las chicas de la mano, quería alejarse lo más rápido posible de aquella criatura.

— ¿Qué pasa? — preguntó Bianca extrañada, aunque otro rugido al norte los distrajo, seguido de otro más.

— Por Hades — murmuró Percy nervioso, tenía que pensar rápido en una forma de salir del campamento.

— ¿Dónde está la entrada al laberinto? — preguntó, recordando que las chicas le habían dicho del laberinto de Dédalo.

— ¿Por qué tenemos que entrar a ese sitio? — preguntó Thalia, no le agradaba para nada la idea de volver a entrar al laberinto, aunque un rugido aumentó el nerviosismo del hijo de Poseidón, estaba seguro que aquel rugido provenía del sitio del que habían regresado.

— El monstruo al que atacaron es la hidra de Lerna — añadió Percy observando nervioso el camino que habían tomado esperando que el monstruo no apareciera de pronto.

— Vamos por aquí — dijo Bianca mostrando el camino hasta la entrada al laberinto, Percy por su parte se mantuvo hasta el último con su espada lista por si la Hidra lograba acercarse.

— No puede ser — dijo Bianca al ver la entrada al laberinto bloqueada, al parecer alguien había explotado aquel sitio, haciendo imposible que pudieran entrar en el laberinto. Un rugido más alertó a los chicos provocando más nerviosismo.

— Tenemos que pensar en algo — dijo Thalia, no le agradaba para nada la idea de tener que enfrentarse a la Hidra.

— Ustedes deben alejarse — dijo Percy dando un par de pasos para regresar al comedor, pero fue detenido por la hija de Hades.

— Ni se te ocurra ir solo — dijo Bianca al ver lo que intentaba aquel chico.

— Bianca tiene razón tu no vas a poder solo contra la Hidra — dijo Thalia interponiéndose en el camino del chico

— Pero no entienden — murmuró Percy nervioso, — Creo que lo hice con el Cíclope alertó a los monstruos, es mi culpa que esto esté pasando.

Aunque eso no pareció ser suficiente para las chicas, ya que ninguna de ellas se movió, — Si tu das un paso más sin nosotras, lanzaré un montón de rayos, veremos a quién van a perseguir los monstruos — dijo Thalia sin dudar en ningún solo asintió derrotado al ver que no podría cambiar la decisión de las chicas.

— Está bien — murmuró Percy derrotado, — Debemos de salir del campamento, hay que alejarnos lo más que podamos, no hay que utilizar nuestros poderes para nada.

Ambas chicas solo asintieron, Percy por su parte se mantuvo con su espada en la mano, antes de guiar a las chicas por el bosque. Aquel sitio que hace unos minutos había sido tan silencioso, ahora estaba lleno de ruidos, lo que resultaba imposible saber de cuantos monstruos estaban cerca de ellos, sintiéndose atraídos por aquellos tres jóvenes.

Los tres chicos siguieron caminando en silencio con sus armas listas, hasta que Thalia se detuvo de pronto recogiendo una playera ensangrentada del piso. — ¿Qué habrá pasado aquí? — preguntó Bianca revisando el sitio por si encontraban algún semidiós, Percy por su parte se acercó al árbol más cercano encontrando varios rasguños en aquel tronco.

— Suban al árbol — ordenó el joven observando por un momento el camino por el que había llegado, — Traten de subir lo más que puedan.

Después de revisar la zona, el hijo de Poseidón también escaló aquel árbol, — ¿Qué pa — pero Percy colocó su mano sobre la boca de la hija de Hades para impedir que hablará.

El nerviosismo de los jóvenes fue incrementando al sentir la vibración que provocaba cada paso que daba la criatura que se acercaba a ellos, aunque lo peor fue el rugido que se escuchó de pronto silenciando todo el campamento, Percy sintió un escalofrío al reconocer la criatura que había hecho aquel ruido, — No hagan ningún ruido — murmuró Percy, al escuchar el sonido de una serpiente acercarse a donde se encontraban.

— La escoria de Poseidón debe estar cerca — rugió una voz, debajo de ellos. Percy por su parte negó con la cabeza tratando de que ninguna de sus amigas se moviera.

— Sepárense mis niños y traiganme a la escoria de Poseidón — ordenó nuevamente aquella voz, varios rugidos resonaron antes de escuchar el sonido de varias pisadas alejarse de donde estaban.

— ¿Qué ha sido eso? — murmuró Bianca temerosa, Percy se mantuvo un momento en silencio observando hacia el suelo tratando de ver si todas las criaturas se habían alejado.

— La mujer que habló debe ser Equidna — susurró Percy tratando de hacer el menor ruido posible.

— ¿Pero cómo ha entrado en el campamento? — preguntó Thalia, pensando en tal vez cuantos monstruos estarían en el campamento.

— Creo que de momento no debemos preocuparnos por eso — respondió Percy sin saber que hacer, aún no sabían con exactitud cuántos monstruos vagaban por el campamento.

— Tal vez podamos usar mis poderes para correr entre las sombras para alejarnos — dijo Bianca, ahora más que nunca quería alejarse del campamento, pero Percy negó con la cabeza.

— No, no deben usar sus poderes para nada — respondió Percy tratando de no alzar mucho la voz, — Los monstruos solo me buscan a mí, será más fácil para nosotros ocultarnos, pero si nos buscan a los tres será mucho más difícil.

— Pero tal vez Bianca tiene razón — murmuró Thalia, al igual que su amiga se quería alejar del campamento.

— No, además por más que nos alejemos usando los poderes de Bianca no podremos escapar de Quimera y no sabemos cuántos monstruos pueda haber en la ciudad — explicó Percy, lo mejor era salir del campamento sin usar sus poderes. — Aunque logremos alejarnos del campamento, ellos nos seguirán.

— ¿Y cómo saldremos del campamento sin usar nuestros poderes? — preguntó Thalia, pero al ver la mirada de Percy sabía que la respuesta no le iba a gustar.

— Debemos esperar — respondió Percy aunque aquello no le agradaba pero era mejor esperar a que se calmará un momento la situación.

— ¿Cuántos monstruos crees que haya en el campamento? — preguntó Bianca.

— Tal vez cinco o seis — murmuró Percy, — Hemos visto a la Hidra y también Quimera se encuentra cerca, de lo demás no debemos preocupar o al menos no mucho.

— Creo que no estás ayudando a relajar la situación — murmuró Thalia esbozando una sonrisa.

— Y si los tres peleamos contra ellos tal vez podríamos derrotarlos — preguntó Bianca, no le agradaba nada la idea de mantenerse en el campamento.

— No, eso sería un suicidio — explicó Percy borrando la sonrisa en su rostro, — Tal vez entre los tres podríamos derrotar a la Hidra pero no vamos a poder pelear también contra Quimera.

— Bajaré solo un momento para ver si es peligroso — explicó Percy.

— Si se te ocurre hacer alguna locura lanzaré varios rayos — amenazó Thalia, esperando que su amigo no hiciera alguna tontería, Percy solo sonrió bajando lentamente el árbol, intentaba hacer el menor ruido posible una vez en el suelo el joven revisó a su alrededor tratando de encontrar algún rastro de un monstruos cerca.

— Bajen chicas — murmuró Percy, en todo momento el joven se mantuvo vigilando el sitio poniendo atención al menor ruido.

— Siganme, intenten ser lo más silenciosas — susurró Percy, revisó un momento el lugar antes de caminar lentamente en dirección a la frontera del campamento, para fortuna de los jóvenes aún contaban con la luz del sol para caminar por el bosque.

Percy se detuvo de pronto agachándose revisando algo en el suelo, sus dos compañeras se quedaron en su lugar sin saber que detuvo al joven. Después de unos segundos, el joven se puso de pie con un gesto de preocupación. — Corran con todas sus energías, no se detengan por nada — dijo Percy antes de echarse a correr.

Ninguna de las dos chicas dijo algo, ambas de inmediato echaron a correr, aunque no lograron ir muy lejos ya que un árbol cayó muy cerca de donde estaban bloqueando el camino

.

Los tres chicos dieron un par de pasos para atrás en un intento de alejarse de la Hidra de Lerna, pero un par de rugidos alertó a los chicos, del lado más cercano a Bianca salía de entre los árboles el León de Nemea, mientras del otro extremo Quimera se acercaba a ellos.

— Por Hades — murmuró Percy al ver que sus posibles rutas de escape eran bloqueadas por tres monstruos y no creía que ellos tres fueran suficientes para derrotar aquellas criaturas al mismo tiempo.

— Me sorprende que aún quedan tres semidioses con vida — dijo una voz a la espalda de los chicos, Percy sacó su espada apuntando su arma en dirección de Equidna.

— ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Qué le pasó a los semidioses? — preguntó Percy.

Equidna sonrió maliciosamente mientras se acercaba lentamente a los tres jóvenes, — Mis niños necesitaban comer — dijo Equidna sonriendo maliciosamente, — Y ellos se encuentran bastante hambrientos.

Percy la observó furioso antes de arrojar una ráfaga de agua arrojando a Equidna varios metros, — A la cuenta de tres se echan al piso — dijo Percy observando de reojo al León de Nemea y Quimera, las cuales se acercaban silenciosamente a donde se encontraban.

— TRES — gritó Percy lanzando un par de ráfagas de agua golpeando tanto a la Quimera como al León de Nemea, provocando que estás se abalanzarán sobre el chico, pero este al igual que las chicas se arrojó al suelo provocando que ambas criaturas chocarán contra la Hidra. Percy de inmediato se puso de pie tomando de la mano tanto a Bianca y Thalia para alejarse corriendo de aquel lugar.

— ¿En qué Hades estabas pensando? — preguntó Thalia sin dejar de correr, Percy solo se encogió de hombros solo esperaba que entre ellas se matarán entre sí.

— Debemos darnos prisa — respondió Percy sin dejar de correr, no quería esperar a ver el resultado de la batalla entre los monstruos.

— Esperen — dijo Bianca mientras intentaba recuperarse de aquella carrera. — Tomense de las manos.

Los chicos dudaron un momento antes de hacer lo que la chica les había pedido, después de unos segundos todo se volvió oscuro, ambos chicos sintieron un fuerte tirón. Unos minutos después los tres chicos estaban ya en la ciudad, aunque Thalia y Percy se veían demasiado afectados, por aquel misterioso viaje.

— ¿Qué Hades acaba de pasar? — preguntó Thalia sujetando su cabeza, sentía que todo a su alrededor daba demasiadas vueltas.

— Han viajado por las sombras — respondió Bianca algo nerviosa de la reacción de sus amigos, — Se que tuve que decirles antes pero no teníamos mucho tiempo y era la única forma que teníamos para alejarnos de aquel lugar.

— Eso no fue nada agradable — añadió Percy aún se sentía bastante mareado pero la hija de Hades tenía razón, aquello había sido la forma más rápida de alejarse del Campamento Mestizo.

— Chicos de verdad siento lo que hice pero tenemos que llegar al Olimpo — dijo Bianca algo nerviosa, pensó que una vez que llegarán a la ciudad encontraría a alguna persona, sabía que los mortales no podrían ser de ayuda pero al menos sería bueno encontrar a alguien vivo, pero al igual que en el campamento no parecía ver nadie cerca.

— Debemos darnos prisa, antes de que algún monstruos nos encuentre — murmuró Percy caminando entre las calles de la ciudad.

— No me gusta esté sitio — añadió Percy igual que nervioso que la hija de Hades, — Estamos en Nueva York debería de haber alguien, algún ruido.

— Pero todo está tan silencioso, es como si no hubiera nadie — dijo Thalia observando a su alrededor. Los chicos caminaron en silencio intentando encontrar a alguna persona, pero con cada paso que daban el nerviosismo de los chicos aumentaba.

— ¿Qué creen que pasó? — preguntó Bianca, no entendía cómo es que todos habían desaparecido.

Percy entró en una cafetería esperando encontrar a alguien pero al igual que toda la ciudad estaba vacía. Aunque aquel sitio estaba bastante desordenado como si los ocupantes hubieran salido de pronto, — ¿Qué provocó todo esto? — murmuró Thalia entrando a la cafetería seguida de Bianca. El chico se acercó a la barra tomando un par de botellas de agua para dárselas a las chicas, para después intentar buscar algo de comer. Thalia se acercó al televisor encendiendo el aparato esperando encontrar alguna respuesta, pero no encontró ningún canal activo. Bianca se dejó caer en una de las sillas bastante frustrada de todo lo que estaba pasando.

— Tengan — dijo Percy entregándoles un par de sándwiches a las chicas. — Tranquilas, están en buen estado.

Las dos chicas miraron por un momento los sándwiches antes de comerlos, Percy igual comió en silencio observando la entrada de la cafetería esperando que alguien entrará al local. — ¿Puedo ver tus heridas? — preguntó Percy acercándose a donde estaba la hija de Hades.

— Estoy bien Percy — dijo la chica intentando ponerse de pie pero el joven se lo impidió.

— No intentes llevarle la contraria, es demasiado terco — añadió Thalia al ver la mirada de la hija de Hades. Ella suspiró pesadamente antes de mostrar las heridas que tenía sobre el brazo. Percy sonrió mientras abría una botella de agua mojando el brazo de la joven, sanando poco a poco las heridas de la chica.

— Es sorprendente — murmuró la chica al ver que sus heridas se habían sanado. Percy le sonrió mientras tomaba asiento frente a las chicas.

— Tenemos que pensar en cómo entraremos al Olimpo — dijo Percy observando a las dos chicas. — No creo que a tu padre le de mucho gusto vernos.

Thalia no pudo evitar esbozar una sonrisa ante el comentario, — Creo que tampoco le gustará verme — respondió la joven entre risas.

— ¿Saben dónde queda la entrada al Olimpo? — preguntó Bianca, quería irse de aquel lugar lo más rápido posible.

— Síganme — dijo Percy saliendo de la cafetería seguido de las chicas. Durante el trayecto se mantuvieron en silencio hasta que llegaron a la entrada de Central Park.

Aunque su tranquilidad fue interrumpida por rugido, Percy sintió como un escalofrío recorría su cuerpo al reconocer a la criatura, una vez que se dio la vuelta se encontró a Quimera, la criatura parecía haber sufrido algunos ataques durante la batalla pero ninguno de ellos parecía de gravedad.

— ¿Qué hacemos ahora? — preguntó Thalia observando fijamente a la criatura.

— Corran hacia el lago — gritó Percy, señalando a las espaldas de la chica, ellas solo asintieron para después correr. Percy arrojó varias ráfagas de agua alejando a la criatura lo suficiente para que les dieran tiempo de llegar al lago. Sabía que en aquel sitio sin duda sería más fácil derrotar a la Quimera usando sus poderes.

— Esperen ¿Qué es eso? — preguntó Bianca deteniéndose de pronto a la entrada del lago, observando los cielos.

Percy y Thalia se detuvieron ambos observando los cielos, intentando encontrar lo que había llamado la atención de la hija de Hades.

Una mujer se encontraba en los aires a unos 50 metros, ella parecía no haberse percatado de la presencia de los chicos. Pero había algo en esta que no le daba mucha confianza nunca antes la había visto, esta levanto su mano para después arrojar una pequeña bola de energía, Percy primero se tranquilizó pensando que esa cantidad de energía no era peligrosa, pero después de unos segundo se dio cuenta de su error.

Una vez que la bola de energía tocó tierra esta provocó una fuerte explosión, — Cuidado — gritó Thalia, Percy de inmediato se colocó frente a las chicas levantando sus manos intentando convocar una barrera de hielo usando el agua del lago, solo esperaba que aquello fuera suficiente para evitar que el trío fuera quemado.

Después de unos segundos el chico fue arrojado al suelo aunque aún así el joven usó toda su energía para mantener la barrera de hielo.

— ¿Qué acaba de pasar? — murmuró Bianca, mientras Percy se quedó en su sitio observando la destrucción que había provocado aquella mujer, la mayoría de los edificios habían sido destruidos, incluso Quimera no parecía haber sobrevivido aquello, el sol ya no estaba había quedado oculto entre aquella nube negra, a su alrededor había varios incendios, solo esperaba que el Olimpo logrará resistir ante aquello. Percy levantó la vista al cielo esperando encontrar a la mujer, pero esta ya había desaparecido.

Bianca y Thalia de inmediato se acercaron al hijo de Poseidón compartiendo un rápido abrazo.

— ¿Quién hizo esto? — preguntó Bianca tratando de encontrar alguna explicación a lo que estaba viendo, pero antes de que el hijo de Poseidón les pudiera responder un fuerte temblor se sintió por todo el lugar, haciendo casi imposible que los chicos se pudieran mantener en pie. Percy intentó utilizar sus poderes para reducir el tamaño del sismo, pero sus poderes fueron inútiles. En esta ocasión inclusive él no se podía ponerse de pie.

— Agarren mi mano, se que no les gustará pero creo que es mejor hacer otro por las sombras — gritó Bianca, Percy y Thalia se acercaron con dificultad, tan pronto los chicos se sujetaron de las manos todo se movió bastante rápido. Después de unos segundos habían sido arrojados al piso, aunque Percy y Thalia se encontraban bastante mareados.

—Siguen sin gustarme estos viajes — dijo Percy mientras intentaba ponerse de pie, para su fortuna había dejado de sentirse el temblor.

El trío se adentro en el edificio para su fortuna el sitio no parecía haber sufrido algún daño significativo, aunque para su fortuna el elevador no parecía haber sufrido algún daño, — ¿Será seguro? — preguntó Thalia, aunque estaba esperanzada de encontrar a alguien vivo también le daba algo de temor encontrarse con su padre, no esperaba que Zeus estuviera muy feliz de verlos

— Hay que averiguarlo — respondió Percy mientras entraba en el elevador, tan pronto entraron se cerraron las puertas Y empezó a reproducirse una canción, aunque Percy no logró reconocerla, pero todo aquello parecía una mala broma.

— ¿Qué pasa? — pregunto Thalia al ver que Bianca estaba riendo,

— Lo siento, es que todo es extraño, desde que llegamos es raro pero esa canción parece que no ha pasado nada — explicó Bianca, logrando que ambos jóvenes esbozaron una sonrisa, aunque el trío dejaron de reír cuando el elevador se detuvo.

— Bueno, esperemos que Zeus no quiera matarnos — murmuró Percy esbozando una fugaz sonrisa, aunque el nerviosismo del chico aumentó al ver el Olimpo, nunca antes había visitado el Olimpo pero no se imaginaba que se viera así.

Los chicos salieron con sus armas listas, las calles del Olimpo se encontraban desiertas pero lo que no les agradaba a los chicos era el rastro dorado que había en el suelo, — ¿Es sangre? — preguntó Thalia con nerviosismo, aquello dejó aún más nerviosos a los jóvenes, parecía que tampoco en el Olimpo podrían encontrar ayuda.

— Creo que esto es suficiente para que vean que ustedes no lograrán vencerme — dijo Cronos apareciendo de pronto en medio del Olimpo.

— ¿Entonces para que ayudarte? — exclamó Thalia observando furiosa al Primordial.

— Si quieren evitar esto es sencillo, ayudenme y tal vez a ustedes los deje vivir — exclamó Cronos sin dejar de sonreír.

Percy permaneció en silencio antes de arrojar una ráfaga de agua, lanzando varios metros al Primordial, — Encuentren la pieza faltante — dijo Percy dando un par de pasos, las chicas podían observar cómo un aura plateada iluminaba al joven. — VALLAN.

Percy corrió en dirección a donde había sido arrojado el Primordial pero tan pronto estuvo cerca el Primordial no parecía estar ahí, — Crees que podrás vencerme — dijo Cronos apareciendo frente a Percy sin dejar de sonreír.

El chico saco sus cuchillos de caza sin dejar de ver al Primordial, — Me agrada tu valentía — dijo Cronos sonriendo.

— Pagarás por la muerte de mi hermana — dijo Percy mientras creaba una armadura de hielo.

Percy corrió en dirección al Primordial pero para su mala fortuna parecía que cada vez se movía más lento, — Tú no tienes oportunidad contra mi — dijo Cronos, lanzando un par de bolas de energía lanzando al muchacho al suelo.

El Primordial intentó acercarse pero fue golpeado por un puño de agua, Percy se puso de pie limpiándose la sangre de la boca. — Debo decir que de verdad me sorprende, creo que al final si serás un buen adversario — exclamó Cronos, Percy intentó atacar al Primordial pero un fuerte temblor impidió al chico a que logrará ponerse de pie.

— No voy a dejar que mates a ninguna de mis hermanas — exclamó Percy arrojando una lluvia de flechas sobre el Primordial, pero todas ellas se quedan detenidas a escasos centímetros de la cara de Cronos.

— ¿Acaso no has pensado en qué fue lo que pasó con tus hermanas? Fuiste testigo de la destrucción en el campamento — dijo Cronos tranquilamente, antes de golpear su báculo provocando que las flechas que había lanzado Percy fueran lanzadas contra el chico. Percy sacó su escudo en un intento de detener el ataque del Primordial. — Ellas no sobrevivieron, está es tu última oportunidad, únete a mi y dejaré a tus hermanas con vida.

El chico se puso de pie con dificultad, las flechas que le había arrojado el Primordial había logrado dañarlo, — Nunca lo haré — murmuró el chico sin dejar de ver al Primordial.

La sonrisa de Cronos se amplio ante las palabras del hijo de Poseidón, — Me esperaba esa respuesta — dijo Cronos lanzando una bola de energía lanzando al semidiós al suelo, para después tomarlo por el cuello para después desaparecer del Olimpo.

— No importa cuanto te aferres, al final no podrás cambiar el destino — dijo Cronos, Percy se quedó en silencio al ver la destrucción que había por toda la ciudad.

Salto de Línea

Las chicas observaron por un momento al hijo de Poseidón alejarse, — Espera — dijo Bianca deteniendo a la hija de Zeus, la cual parecía estar a punto de seguir a su amigo.

— Él no va a poder solo contra el Primordial — dijo Thalia preocupada por el hijo de Poseidón.

— Lo sé — respondió Bianca pero aún sin evitar que la chica se alejará. — Pero si logramos reunir el medallón saldremos de este lugar.

Thalia pareció dudar por un momento antes de asentir, no le agradaba para nada ese plan pero era único que tenían. — Esta bien, tenemos que ir al palacio de mi padre — dijo Thalia echando un último vistazo a donde había ido el hijo de Poseidón.

Las dos chicas corrieron entre las calles del Olimpo,mientras más se iban adentrando en el Olimpo más se percataron de la destrucción que había por la ciudad, varios de los palacios de los Dioses parecían haber sufrido severos daños, — ¿Qué crees que pasó? — preguntó Bianca sin poder ocultar su miedo, temía que aquello fuera su futuro.

— No sé nada tiene sentido — dijo Thalia, recordando las cabañas nuevas que había en el campamento Mestizo, para ella no tenía sentido que construyeran esas cabañas en medio de una guerra.

— Lo que no entiendo es que ha pasado con toda la gente — añadió Bianca, sin duda era lo que más le aterraba.

— Hemos llegado — dijo Thalia deteniéndose frente al palacio de su padre, ambas chicas dieron un par de pasos hasta que un fuerte temblor se sintió por todo el sitio impidiendo que las chicas lograrán permanecer de pie.

— ¿Eso fue Percy? — exclamó Bianca observando en dirección en donde se había quedado su amigo.

Thalia sólo negó con la cabeza nerviosa esperando que su amigo estuviera bien, — Vamos, tenemos que entrar — dijo Thalia ayudando a la hija de Hades a ponerse de pie. Con un poco de esfuerzo las chicas lograron entrar en el palacio, aunque una vez adentro el palacio estaba oscuro, por un momento ambas chicas se sobresaltaron pensando que Zeus estaba ahí , pero después de unos segundos las chicas se dieron cuenta que se trataba solo de una estatua del Rey de los Dioses.

— Creo que es esa — señaló Thalia, en la punta del rayo maestro de su padre podían observar la pieza del medallón que estaban buscando.

Las chicas corrieron hasta los pies de la estatua observando por un momento la estatua, la cual medía aproximadamente unos treinta metros, algo que sin duda complicaría las cosas, — ¿Cómo lo vamos a alcanzar? — preguntó Bianca intentando encontrar una forma de escalar la estatua.

Un nuevo temblor se sintió en Olimpo, Thalia observó por un momento a su amiga, — Dame el medallón — pidió la hija de Zeus con nerviosismo, Bianca asintió para después entregarle el medallón a la chica. Thalia esbozo una sonrisa nerviosa antes de cerrar los ojos, no le agradaba para nada lo que estaba a punto de hacer pero Bianca tenía razón, si querían abandonar aquel sitio necesitaban esa pieza. Cuando abrió los ojos Thalia se percató que se había elevado por los aires. Le tomó unos minutos llegar hasta donde se encontraba la pieza faltante.