Azul Eléctrico

56. Adios

Estaba mal, eso ya lo sabia. Era contraproducente, eso era obvio. Kakashi me iba a regañar, no esperaba menos. Pero ya lo hice, no hay nada más que decir, estaba en casa de Sasuke en silencio cuando como yo ya esperaba, llego Kakashi-sensei a mirarme con reproche.

-Ya no sé qué decirte.- dijo desesperado pero no le respondí, no tenía nada que decirle

-Escaparte no te hará superarlo, aunque esta vez tuviste la prudencia de esperar a que te revisará el padre de Hinata.- dijo mirándome con su ojo gris

Después de que Tsunade regresara, trajo consigo al padre de Hinata el cual, irónicamente, era completamente opuesto a ella. En cuanto entro por la puerta se podía saber que era un señor debido a sus pisadas, se acercó despacio a la mesa donde estaba y Tenzo retrocedió un par de pasos para darle espacio.

-No es nada que no se pueda arreglar.- dijo con voz grave y firme -Te va a doler.- me advirtió

-Hazlo.- ordenó Tsunade -Trae una de esas vendas Tenzo.- dijo la Sannin de ojos miel

Tenzo me pidió que abriera la boca y colocó la venda que Tsunade le había ordenado traer, cerré la boca y en ese momento el padre de Hinata comenzó a golpear puntos específicos de mi cuerpo para reactivar el Chakra. Dolió como el infierno, cada golpe era preciso y fuerte pero solo me quedaba ahogar mis gritos y morder la venda que tenía en la boca hasta que se acabara. Cuando todo terminó el padre de Hinata retrocedió y Tenzo me quito la venda de la boca, respire agitadamente tomando todo el aire que me era posible y aún así sentía como la sangre palpitaba en cada uno de los puntos que me habían golpeado.

-Abre los Ojos.- me ordenó la Hokage

Cuando obedecí me di cuenta de que, efectivamente, el padre de Hinata había logrado recuperar mi vista pero aún así mi principal preocupación ahora era respirar tanto como pudiera hasta que mis pulmones dejaran de arder. Me giré para mirarlo: era un hombre alto con el cabello negro y los ojos blancos, pero no se parecía a Hinata en nada más. Tenía una mirada firme e intimidante, completamente opuesto a la dulzura y amabilidad de Hinata, costaba creer que una roca como él pudiera criar a una delicada flor. Subí de nuevo a sus ojos, había algo en ellos que no comprendía hasta pasado un rato, suspire pesadamente y cerré los ojos. Era eso, me estaba mirando con odio, no había que ser un genio para darse cuenta. Jamás unos ojos blancos me habían mirado con odio, Hinata siempre era dulce y Neji siempre estaba alegre de verme y por eso me tomo un rato darme cuenta de que él me despreciaba como si hubiera causado algo horrible y solo vino porque Tsunade lo arrastró, no había otra razón, porque solo con ver la manera en que me miraba estaba segura de que si fuese su decisión me dejaría morir.

No había nada que agradecer a alguien que por su propia voluntad no me hubiera ayudado, por eso mantuve los ojos cerrados hasta que se fue, seguido por Tsunade, quien le ordenó a Tenzo llevarme a una habitación en el piso de abajo para que un médico me quitara los moretones que se estaban formando en mi pálida piel.

Tenzo me cargo hasta mi destino y una vez ahí, me dejo en la cama y se sentó en el sillón de la habitación.

-Tenzo.- dije llamando su atención para mirar su rostro.

Era más joven que Kakashi pero también tenía esa mirada oscura que tenían todos los Anbu. Su rostro era masculino pero amigable, tenía la piel saludablemente clara y un cabello castaño claro que le daba en cierta forma una apariencia un poco más infantil.

-¿Sucede algo Naruko-san?- Preguntó mirándome también

-Gracias.- dije sonriendo

-No fue nada.- dijo con una sonrisa nerviosa

-Gracias por traerme, pero no tienes que quedarte aquí, seguro tienes cosas que hacer.- dije intentando convencerlo

-No, está bien.- dijo mirándome

-Te he causado muchas molestias, no le hagas sentirme más culpable, Tenzo-kun.- dije sonriendo

-No quiero hacerte sentí así.- dijo -Tengo que hacer un par de cosas, espera al doctor aquí para que te quite esos moretones ¿De acuerdo?- preguntó sonriendo

-Hai Tenzo.- Afirme

Tenzo se fue de la habitación y conté hasta 100 antes de lograr salir.

Suspiré y conforme a la rutina que habíamos creado, Kakashi me cargo fuera de la casa. Íbamos hacia el hospital y en ese momento sucedió algo muy extraño. Llego un señor de cabellos largos y blancos como la nieve misma, piel ligeramente bronceada y ojos marrón oscuro. Tenía una playera de red y parecía que por encima de ella traía una especie de uniforme verde y sobre el un chaleco rojo con dos círculos amarillos. Tenía sobre la frente una banda que daba a entender que provenía de la aldea de la hoja aunque jamás lo había visto por aquí. Lo que más me sorprendió fue que estaba parado enseguida de Naruto y se veía bastante despreocupado.

-Jiraiya-san.- lo llamo Kakashi mirándolo

-Kakashi-san, no has cambiado nada.- dijo Jiraiya mirando a Kakashi de pies a cabeza

-Gracias, ahora mismo vamos de regreso al hospital.- anunció Kakashi

-Naruko se viene conmigo así que no tienes que preocuparte por eso.- dijo con Naturalidad pero me sorprendió bastante que supiese mi nombre.

-Hai.- accedió a Kakashi quien me puso de pie en el suelo.

Nos quedamos por un momento en una situación muy rara hasta que Kakashi se despidió y se fue.

-Ven Naruko, tenemos que hablar algo muy importante.- dijo Jiraiya

-¿Quién eres?- pregunté mirándolo de pies a cabeza

-¡Qué quién soy!- preguntó gritando -¡Pues prepárate para asombrarte con la presencia de alguien como nadie más!- dijo haciendo un montón de drama a su alrededor. -¡El Mundialmente conocido por los ninjas y adorado por las damas a donde sea que vaya, el Legendario Maestro Sapo Jiraiya!- gritó escandalosamente

Me quede en silencio extrañada y suspire, supongo que no había más remedio que ir con ellos.

Caminamos hasta la oficina de Tsunade que como siempre estaba escoltada por un par de Anbu, quienes solo estaban parados en silencio mientras Jiraiya entraba a la oficina sin siquiera tocar, lo que quería decir que no era cualquier viejo loco aunque lo pareciese.

-Jiraiya.- dijo Tsunade con una sonrisa

-Oh Tsunade, que gusto verte.- dijo Jiraiya sonriendo

-¿Que te trae por aquí?- preguntó la sannin

-Vengo a pedirle un favor a la Hokage.- dijo acercándose a su escritorio

-¿Qué es lo que quieres? Tal vez te haga caso.- dijo burlándose de Jiraiya

-Oh vamos Tsunade-chan.- dijo parándose detrás de ella y tomándola de los hombros -Concédele este favor a tu viejo compañero.- le pidió sonriendo

-¿Y qué es entonces?- preguntó la rubia

-Quiero tu autorización para llevarme a estos dos chicos en un viaje de entrenamiento.- Dijo con seguridad

¿Qué demonios estaba sucediendo? Quien era en realidad ese viejo dramático que tenía suficiente autoridad para llamar a la Hokage "Tsunade-Chan" y pedir a los dos jinchuurikis de la aldea de la hoja para un viaje de entrenamiento como si se tratase de un picnic.

Tsunade lo estaba considerando y el ambiente estaba completamente tenso.

-¿Cuánto tiempo?- preguntó Tsunade mirándonos

-Tres años.- contestó Jiraiya

Tsunade suspiró -Tu sabes mejor que nadie lo que valen estos chicos, devuélvelos vivos.- acepto Tsunade amenazandolo

-Gracias Tsunade.- dijo sonriendo

Me giré para mirar a Naruto, se veía bastante tranquilo a pesar de escuchar todo eso.

-¿Tú sabias de esto?- pregunté regañándolo

-Etto, Naruko-Chan que cosas dices, dattebayo.- se excusó rascándose la cabeza, lo mire sería hasta que finalmente confesó -¡Bueno sí! Pero no te había dicho por culpa del sabio pervertido, él me lo dijo hoy.- confesó señalando a Jiraiya

-¡No me digas sabio pervertido, mocoso!- gritó el sannin golpeando a Naruto en la cabeza.

¡Que demonios estaba sucediendo hoy!

Genesis, siento mucho escuchar eso
Hina002 gracias, la verdad siento que me incomodaba un poco ver hasta donde mi situacion personal impactaba la historia pero todo eso es algo que he trabajado en terapia y no significa que mi historia no valga la pena./p