Azul Eléctrico
Desesperación
Tres mil setecientas cuarenta y siete, ese era exactamente el número de serpientes que pasaron por mi cuerpo, tres mi setecientos cuarenta y siete minutos fueron los que Orochimaru me dejo dentro de aquella oscura habitación. En el justo momento que la última serpiente moría, apareció el Sannin por la única puerta en toda la habitación. Lo último que logre ver antes de perder la conciencia fueron esos frívolos y brillantes ojos amarillos que tanto odiaba.
Cuando desperté sentí como cada musculo ardía, pero no era nada comparado al dolor que sentía en los brazos. No pude evitar gritar al sentir como cada célula de mi cuerpo me quemaba y cuando mire a un lado, estaba Kabuto sonriendo al lado de Orochimaru, quien me miraba con interés.
Mi respiración agitada y mis quejidos eran los únicos sonidos que inundaban aquel cuarto donde estábamos los tres. Estaba rodeado de equipo médico que jamás había visto, había un montón de sustancias extrañas en frascos de todos tamaños por las paredes de la habitación. Cuando mire mi brazo logre ver que tenía un suero que al parecer acababan de ponerme y mi cuerpo estaba completamente cubierto de vendas. Odiaba estar vendado, prefería ver mis heridas aunque estuviesen a carne viva. Las vendas me recordaban aquella vez en la que Naruko llegó al hospital porque tenía dos costillas rotas. Aquella vez en que lleve a Naruko al hospital porque yo le rompí dos costillas. Y tuvieron que vendarla bastante, aunque ahora era yo el que estaba cubierto de pies a cabeza. En cuanto pudiera moverme me las quitaría.
Mire de nuevo al lamebotas personal de Orochimaru. Debieron haber pasado más de dos días desde que nos peleamos y sonreí al ver que aún tenía muchos moretones por toda la cara, un par de vendas solamente y cortadas en los labios. Si a pesar su ninjutsu médico tenía ese demacrado aspecto, me hubiera encantado ver su cara al día siguiente de la golpiza que le di a ese hijo de perra.
-Que bueno que despertaste Sasuke-kun.- afirmó Orochimaru -Porque tengo algo que preguntarte.- dijo poniendo un tono más serio
Me limite a mirarlo porque contestarle implicaba moverme y ahora mismo hasta respirar me causaba mucho dolor, no tenía ni idea de que cosas le habría contado su mascota de cabello blanco pero seguramente no era nada bueno, si intentaba castigarme de nuevo entonces si mataría a Kabuto, porque si no fuera por su gran boca no hubiera pasado dos días y medio rodeado de serpientes.
-Kabuto me dijo que tuvieron una discusión antes de pelearse a golpes.- dijo con su lengua alargada haciendo énfasis en la S como toda una vivora
-Aja.- conteste esperando que la repuesta le complaciera lo suficiente como para dejar el tema así y largarse de una vez.
-Una discusión sobre Uzumaki Naruko.- dijo severamente
Maldita sea, maldito Kabuto.
Mire al Sannin y de inmediato supe que esperaba una explicación. Maldije a Kabuto de nuevo, cómo demonios iba a darle una explicación a Orochimaru si no la tenía ni para mí mismo, ¿Que porque había golpeado a Kabuto por decirle puta a Naruko? ¡Ni siquiera yo lo sabía! ¡No sabía porque no pude simplemente ignorarlo cuando ya sabía cuál sería mi castigo! Ya sabía que habría una dolorosa consecuencia y de todas manera lo hice ¡Como demonios me había enfurecido tanto por un par de palabras en contra de Naruko! Era tan estupido y lo sabía, lo sabía y de todas maneras caí.
-Que se supone que quieres oírme decir, dime qué quieres que te conteste y lárgate de una vez.- conteste mirándolo a los ojos, aunque de reojo pude ver cómo Kabuto se enfurecía en un instante, por supuesto, le había gritado a su dueño y cualquier perro se hubiera molestado.
-Entiende esto.- dijo Orochimaru acercándose y clavándome su mirada de serpiente -Si aún albergas sentimientos por Konohagakure, o por esa Uzumaki entonces no estás concentrado en lo que es importante y nunca llegarás a vencer a tu hermano.- siseo el Sannin
-¡Deja de decir estupideces!- conteste de inmediato -Si quisiera tener algo que ver con Konoha o Naruko entonces no habría perdido mi jodido tiempo contigo.- dije furioso
-¡Respeta a Orochimaru-sama, Idiota!- ladro Kabuto
-Cálmense ambos.- dijo riéndose y se acercó hasta tomarme con delicadeza de la barbilla, otra vez tocándome con sus frías y desagradables manos -Significas mucho para mí Sasuke-kun, porque tú eres mi futuro.- dijo haciendo una pausa -He sacrificado muchas cosas por tenerte y no me importaría seguir haciéndolo así que dime.- habló acercándose más a mi cara -Dime que quieres a Naruko y te la traeré de inmediato.- me ofreció con una frívola sonrisa
Un escalofrío me heló profundamente cada parte de la columna. Era imposible que lograra traerme a Naruko, no, el era uno de los tres Sannin y tenía más conexiones que nadie en cualquier país, ciudad y aldea. Si quisiera traerme a una jinchuriki, a la mismísima hija del cuarto Hokage, podría hacerlo. Fue entonces cuando pude escuchar mi corazón latir increíblemente rápido. Una parte de mi estaba a punto de decirle que lo hiciera, que me trajera a Naruko y yo le ofrecería mi lealtad, hasta que estuviera seguro de poder asesinarlo por supuesto, pero la otra parte me decía a gritos que no lo hiciera, me castigaba por haber sido tan imbecil como para que relacionaran a Naruko conmigo y poner su vida en semejante riesgo. La jinchuriki a manos del mas detestable e inhumano Sannin, para poder entregármela a mi, para tenerla completamente mía sin nada más en el mundo, para hacer lo que quisiese con ella, lo que me excitaba hasta lo más profundo de mi ser y tenerla tan mia hasta que me inundara de calma como solo ella lo había hecho, esa calma que no sentía desde que mi madre me abrazaba por las noches antes de dormir, esa paz que te hace sentir que no hay nada malo en todo el mundo.
-No tengo nada que ver con ella.- conteste -Ella no significa nada para mí, en realidad tenía ganas de golpear a Kabuto desde hace mucho y no iba a dejar pasar una oportunidad para hacerlo.- tome aire antes de continuar -Su vida no me interesa en absoluto, si deseas dejarla vivir entonces hazlo, si quieres matarla entonces hazlo de igual manera, no podría importarme menos.- mentí tan bien como pude, guardando todo rastro de dolor que mis palabras pudieran expresar.
El Sannin se alejó con una macabra risa y sus ojos se veían inyectados de diversion, a su retorcida y asquerosa manera.
-Dejarla vivir o dejarla morir, lo pensare esta noche entonces.- dijo antes de salir de la habitación llevándose a Kabuto tras de él.
Perdí toda compostura en el instante que salieron por la puerta. Estaba temblando en una mezcla de ira y miedo. ¡Por mi jodida culpa Naruko estaba en el blanco de Orochimaru, su vida corría peligro por mi a pesar de no haberla visto en tres años! Estaba tan furioso conmigo mismo ¡Como podía haberla puesto en tanto peligro! ¿Porque no podía dejar de arruinar su vida? Y por otra parte el miedo me consumía hasta el punto de la histeria. Ojalá pudiera moverme ahora mismo, ojalá no estuviera vendado, tenía que matarlo ya ¡Tenía que matar a Orochimaru ahora mismo! Era acelerado pero mi estupidez no me dejaba alternativa, en cuanto recuperará mi condición tenía que acabar con el de una buena vez por todas, tenía que asegurarme que no le tocará ni siquiera un solo rubio cabello. Y por primera y última vez desde que me entregue al sannin con ojos inyectados de maldad me permití decírmelo a mí mismo. Tenía que matar a Orochimaru antes de tocara a mi amada Naruko.
Ultimo capitulo de Sasuke, espero les hayan gustado :)
