Rojo Escarlata
2. Akatsuki
-¿Conoces al hombre que estaba aquí?- pregunte, la duda me inundaba completamente
-Si Naruko.- dijo haciendo una pausa -Y es mejor que lo olvides.- declaró mirándole a los ojos
-Dímelo.- pedí
-No hay necesidad.- dijo el Sannin dándose media vuelta para volver
¿Porque demonios no me lo decía? Tenía que saberlo de una manera u otra, y si ese viejo sabía quién era entonces no me rendiría hasta que me lo dijera. Avance hasta ponerme de pie para bloquearle el paso.
-Quiero saberlo, dattebane.- me queje
-No seas necia.- se quejó avanzó por un lado pero me nuevo le bloquee el paso
-Oh.- dijo sonriendo -¿Y ese milagro que alguien llame tu atención? Creo que no te he visto interesada en nadie en estos tres años, aunque ese muchacho siempre tuvo una bonita cara.- dijo alzando una ceja
La respuesta me tomo por sorpresa completamente y decidí dejarlo pasar, por hoy. Era una estupidez porque nadie en su sano juicio se enamoraría de alguien sin siquiera ver su rostro y menos a sabiendas de que es un asesino o algo parecido. Jiraiya camino de regreso a nuestra acampada y solo pude seguirlo en silencio.
Una vez que estuvimos de nuevo en el claro insistí a Jiraiya quédame despierta y tener el turno de guardia de Naruto pero por segunda vez en la noche no pude convencerlo, afirmando que el día de mañana sería ya bastante difícil como para no dormir lo suficiente.
En cuando me acosté un extraño sentimiento me inundo tomándome por sorpresa. No sabía definir esto exactamente porque era una singular mezcla entre peligro, emoción y curiosidad. Las palabras de aquel hombre resonaban en mi mente como un incesante eco:
-¿Donde conseguiste eso?-
Su voz cuando me lo dijo es lo que más me sorprendía, era confusa pero si no me equivocaba había un ápice de dolor en ella pero no sabía el porque. Y tenia que averiguarlo.
Mi vida se había vuelto muy centrada en el entrenamiento y de igual manera había hecho lo posible por evitar toda clase de sentimientos con tal de poder dar el maximo estos tres años, no me veía envuelta en problemas emocionales con nadie y había trabajado muy duro por eso. Este nuevo sujeto que despertaba toda mi curiosidad con un par de palabras era algo que no había previsto y estaba amenazando mi rutina. Si dejaba que se metiera en mi, lograría despertar mis sentimientos de nuevo aunque fueran simplemente por curiosidad y ya sabía cómo iba a terminar. Lo primero que sentí por Sasuke fue curiosidad. No quería recordar todo el dolor, la confusión y la traicion otra vez, estaba dispuesta a sacrificar los sentimientos positivos con tal de asegurarme de no recordar, de no sufrir de nuevo. Tener sentimientos implicaba aceptar los sentimientos sobre Sasuke que con tanto esfuerzo había enterrado estos tres años. No era una exageración, solo era mi manera de vivir y me estaba funcionando perfectamente bien hasta ahora.
Pero tenía que hacerlo, una vez más solamente me permitiría pensar en aquel sujeto tan misterioso porque al parecer yo era una idiota masoquista.
-Jiraiya contéstame una sola pregunta.- dije antes de que se durmiera
-Solo una.- contesto cerrando los ojos
-¿Que significan esas túnicas con nubes rojas?- pregunte mirándolo
-Akatsuki.- contesto girándose para por fin dormir
Akatsuki, esa era la organización que estaba tras de mí y de Naruto por el zorro de las nueve colas.
De acuerdo, usaría todas mis habilidades analíticas y lo poco que sabía sobre él: era alguien que Jiraiya había conocido cuando era más pequeño pero eso no significaba que fuera de Konohagakure, Jiraiya ha visitado las cinco grandes naciones en sus múltiples viajes y pudo haberlo conocido en cualquiera de ellos. Segunda pista, era alguien que conocía muy bien el clan Uchiha como para distinguirlo en una sola mirada pero la opción de que fuera un Uchiha estaba casi completamente descartada, a menos que fuera algún sobreviviente de quién asesinó todo el clan, lo cual era muy poco probable, había mas probabilidades en que fuese alguien que alguna vez tuvo una fuerte relación con alguno de los Uchihas asesinados. Era alguien de Akatsuki sin duda alguna pero ¿Porque no intento llevarme? Al fin y al cabo el era increíblemente veloz y en ese momento me encontraba sola en el bosque. Quizá simplemente no me reconoció como Jinchuriki del zorro de las nueve colas. Y lo menos importante, Jiraiya afirmaba que era atractivo, pero eso me daba completamente igual.
Lo último que escuche antes de dormir fue como un montón de cuervos alzaban el vuelo, revolviendo las hojas del bosque con su aleteo.
A la mañana siguiente me sentía bastante cansada y me pareció extraño porque se supone que ya estaba acostumbrada a viajar. Salí de mi bolsa de dormir y un viento helado recorrió el bosque haciéndome temblar. Una parte de mi insistía en que paseara por el bosque con la esperanza de encontrar a esos extraños sujetos de anoche. Ahora se veían tan lejanos como si hubiesen sido un sueño pero el dolor que me avisaba del moretón que se estaba formando en mis manos me señalaba lo contrario. Las manos del que habían llamado Kisame eran escamosas y muy frías, cuando se acercó más a mi se volvió imposible no notar todo aquel apestoso olor a agua salada que traía consigo y juro que nunca había visto a alguien igual. En algún momento debió ser humano pero quedaba más que claro que ya no lo era, o por lo menos no completamente.
La pelea de ayer me hacía sentí muy frustrada, en un par de movimientos había dejado que me tomara con la guardia baja y cuando me estrello con fuerza contra la roca y saco todo el aire de mis pulmones con un solo golpe quede completamente indefensa. Apreté los puños con rabia ¡Para que me servían estos tres años si de de un momento a otro volvía a estar indefensa ante un extraño! De haberme querido asesinarme no me hubiera quedado otra opción más que usar el Chakra del zorro aún cuando no controlo esa fuerza, la única opción para no morir era arriesgarme a usar tanto Chakra como me fuera posible sin perder el control, lo cual no era nada fácil.
Si era mucho, mucho más fuerte de lo que había sido tres años antes pero seguía sin ser suficiente, tenía que seguir entrenando tanto como fuera posible a pesar de que ya no podría continuar con Jiraiya. Ahora estábamos en camino a volver a Konohagakure para continuar como ninjas útiles a la aldea pero yo deseaba más que eso, yo no quería volverme una Jounin y seguir en la aldea para siempre, ahora que he descubierto la libertad de viajar de un lugar a otro no quisiese dejar de hacerlo. No quiero volverme un ninja cualquiera, necesito volverme lo mejor de lo mejor, entrenar a diario para llevar mis habilidades hasta límites aún desconocidos y tener tanto poder para que nadie pueda herirme jamás. Nunca, nunca jamás.
