Capítulo 3.
- bueno, has decido quedarte en mi vida, a pesar de lo que te advertí ¿no noble viento? – respondo levantándome del césped. – pues ahora te aguantas. – resuelvo mientras comienzo a caminar hacia la casa.
Continuara...
Haruka no demoro mucho en seguirme hacia la casa, es más cuando me dio alcance tenía un sonrisa divertida en el rostro ¿me pregunto si será por lo que le dije? Pero es que era la verdad, ella había insistido, pues ahora se tenía que atener a las consecuencias; una vez dentro de la casa, busque a mi nana y le pedí de favor que preparara la habitación que estaba aún lado de la mía.
- claro que si mi niña, en seguida. – responde mi nana con una sonrisa que no sé cómo interpretar.
- gracias nana. – una vez que pierdo a mi nana de vista reparo en una cosa, obviamente Haruka no tiene pijama. – mmmm. – rayos, creo que eso ha salido en voz alta.
- ¿sucede algo malo Michiru? Si crees que molesto, puedo pedir un taxi e irme. – y haya vamos otra vez con lo del taxi ¿Qué no sabe que no la dejare ir en eso?
- no, no sucede nada malo, no te preocupes, tampoco molestas, como crees y no, no te vas air. – respondo a todo lo que había dicho. – es solo que no tienes pijama y no creo que una de las mías te guste mucho. – es más que obvio que prefiere la ropa de hombre por cómo está vestida. – Además no creo que te quede. – es más alta que yo después de todo.
- bueno, si tus pijamas son batas yo paso, prefiero la ropa masculina como te habrás dado cuenta, me parece más cómoda, espero que no te moleste. – esto lo dijo volteando hacia otro lado, creo que de verdad quiere mi opinión.
- no me molesta y se te ve muy bien esa ropa, te ves muy guapa. – respondo con total sinceridad. – quedate aquí, voy al cuarto de Darien por una de sus pijamas, creo que son de la misma estatura, te quedara bien. – le digo para que sepa que ya tengo la solución.
- Michiru no quiero molestar, puedo dormir con mis bóxers. – al decir esto no pudo evitar sonrojarse, a pesar de que Haruka viste de hombre, no cabe duda que es toda una mujer, se sonroja, a veces parece tímida y otras veces no parece muy segura de sí misma a pesar de lo que quiere aparentar, me gustaría saber acerca de la vida de Haruka y poder conocerla a profundidad.
- ¿Qué? Claro que no, en esta época del año la temperatura disminuye mucho cuando llueve, no quiero arriesgarme a que te enfermes. – le respondo para que no siga poniendo peros a lo que le digo.
- está bien, en ese caso, te aceptare el pijama. – responde con un poco de resignación en su voz, bueno ella tiene la culpa, después de todo se empeñó en querer ser mi amiga.
- perfecto, siente aquí, en lo que voy a la habitación de mi hermano. – le pido mientras comienzo a caminar hacia las escaleras.
Llegue a la habitación de mi hermano y él ya estaba dormido, por suerte se perfectamente donde tiene su ropa, así que sin hacer ruido entro a su habitación y me dirijo hacia el lugar donde guarda las pijamas, tomo la primera que veo y salgo con el mismo sigilo con el que he entrado, no quiero despertar a mi hermano, después de todo en unas horas tiene que irse al aeropuerto; con la pijama en mis manos, me dirijo hacia la sala donde deje a Haruka y la encuentro sentada en el mismo lugar paseando la mirada por la casa.
- listo. – digo para que sepa que ya estoy de vuelta. – toma. – le entrego la pijama en sus manos.
- gracias. – responde con una sonrisa. – por cierto tu nana ha bajado y ha dicho que la habitación está lista. – me informa mientras se pone de pie.
- perfecto, vamos. – digo y comienzo a caminar para que me siga, pues tengo que llevarla hacia su habitación; caminamos en silencio y rápidamente llegamos a la que será su habitación por esa noche. – está será tu habitación, dentro está el baño, cualquier cosa, esa. – le digo señalando la puerta de al lado. – es mi habitación, no dudes en llamar si necesitas algo. – informo para se sienta más en confianza.
- está bien, muchas gracias Michiru. – dice y abre la puerta de la habitación.
- no tienes nada que agradecer, buenas noches. – me despido y camino hacia mi habitación.
- buenas noches, sueña lindo. – responde mientras entra en la habitación para después cerrar la puerta.
Yo todavía me quedo un poco más mirando la puerta por la que Haruka se ha perdido; sacudo mi cabeza y quito los pensamientos que me rondan, tengo que enfocar, pensar con la cabeza fría; abro la puerta de mi habitación y como ya estoy en pijama simplemente me meto en la cama, estoy muy cansada, antes de dormir tomo mi celular y le marco a mi mejor amiga, tengo un pedido que hacerle.
- hola Setsuna. – la saludo cuando contesta la llamada, sé que es un poco tarde, pero ella suele dormir hasta tarde los fines de semana.
- hola Michiru ¿Cómo estás? – responde con su usual tono de voz, ese que indica que no es común de mi parte hacer esto.
- estoy bien, gracias por preguntar ¿y tú? – el protocolo ante todo, después de todo no podemos olvidar los modales que nos han inculcado así como así.
- me alegra escuchar eso, estoy bien también gracias, dime ¿a qué debo tu llamada a esta hora? Pensé que dormías. – lo sabía, a mi amiga, no se le escapa una.
- necesito un favor. – respondo con seriedad, necesito saber que tan viable es mi plan y Setsuna es la única que puede ayudarme.
- se escucha serio, dime ¿de qué se trata? – bien, aquí vamos, solo espero que Haruka cumpla con mis expectativas.
- necesito que veas el expediente de una persona que trabaja en la farmacéutica. – informo de manera seria. – quiero saber qué tan viable es para formar parte del proyecto. – le digo a mi amiga para que se sepa que es lo que planeo.
- de acuerdo ¿Quién es está persona? – cuestiona con seriedad, sabe que cuando hablamos de la investigación todo es serio.
- Haruka Tenoh. – digo sin más, después de todo, no tiene caso que lo adorne con palabras bonitas u alguna excusa.
- ¿estás hablando en serio? – cuestiona con incredulidad y no la culpo, si ella hiciera algo así, yo estaría igual. – ¿quieres meter a la investigación a una chica solo porque te gusta? – cuestiona con un ligero tono de burla.
- no es por eso. – respondo de manera contundente. – Setsuna, me ha sacado de una mis crisis, de hecho, está aquí, en mi casa, durmiendo en la habitación que está al lado de la mía. – me sincero, pues no tiene caso que le mienta, tarde o temprano lo terminara sabiendo.
- ¿Qué?! – grita alarmada al otro lado de la línea. - ¡¿Cómo?! ¡¿Qué ha pasado?! – y aquí vamos, le contare todo para que no le quede ninguna duda y me ayude con lo que necesito, no quiero a Haruka cerca porque me guste… bueno si tal vez un poco, pero no es solo por eso, sino que tengo el presentimiento que sus conocimientos pueden aportar mucho a mi investigación.
- bueno, veras… – y comencé a contarle todo lo que había pasado y cuando digo todo me refiero a TODO, desde que la acosaba hasta lo que sucedió hoy por la tarde en la heladería y después en mi casa. – y eso fue lo que paso. – digo una vez que termine de contarle a Setsuna.
- no me lo puedo creer. – fue lo primero que me dijo. – ¿Por qué no me contaste? – iba a responder a eso, pero Setsuna siguió hablando. – bueno, eso ya no importa, lo hecho, hecho está, amiga ¿segura que no haces esto porque esa chica te gusta? – sabía que no podía engañarla, me conoce muy bien, a veces incluso pienso que mejor que yo misma.
- si me gusta, ya no puedo seguir ocultándolo, me gusta mucho, tanto que… temo, porque no sé hasta dónde llegara este sentimiento; Setsuna… siento una fuerte conexión con ella, no sé cómo explicarlo. – termine por decirle como me sentía a mi mejor amiga, ya que no se lo pude decir a mi hermano, me tuve que sincerar con ella.
- de acuerdo, no te preocupes, solo te pido que no te cierres, ¿bien? - ¿Por qué todo el mundo me dice lo mismo? Que no soy una puerta para cerrarme. – investigare a esta chica y mañana por la mañana te llamare para darte los resultado ¿está bien? – Setsuna es la única persona que logra obtener esa información en unas cuantas horas.
- no eres la única que me ha dicho eso. – respondo a su comentario de no cerrarme. – y con respecto a la investigación, solo quiero su trabajo, quiero respetar su privacidad. – dije para que no investigara más de la cuenta, quiero conocer a Haruka, pero ahora quiero hacerlo por mí misma.
- pues deberías hacernos caso entonces. – dice ella con tono divertido. – está bien, solo trabajo, no te preocupes, eso hare… ahora, quiero que descanses, buenas noches. – se despide como siempre.
- buenas noches y gracias. – y con este último comentario termino la llamada.
Acomodo las almohadas y me recuesto, ha sido un día bastante movido y necesito dormir para reponer energías; así que cierro los ojos y me dispongo a dejar que Morfeo me lleve a su tierra de los sueños.
¿Dónde estoy? ¿Por qué está todo oscuro? Necesito salir de aquí, tengo que encontrar una salida rápido, camino a pesar de no ver nada para tratar de visualizar algún indicio de donde puede estar la salida de este lugar, pero a donde sea que volteó solo hay obscuridad ¿Qué es este lugar? Escucho que alguien está gritando ¿son voces? Si, lo son, camino en dirección hacia donde creo que provienen esas voces y logro ver algo de luz, parece que encontrado la salida; pero… ¿Qué es esto? Nada más salir, me han sujetado de ambas manos ¿Quiénes son estas personas? ¿Adónde me llevan? ¿Qué es lo que quieren? No logro soportarlo más y comienzo a gritar y a forcejear.
- ¡NO! ¡Suéltenme! ¡¿Quiénes son?! ¡¿Por qué me hacen esto?! ¡Déjenme! – pero no me sueltan, sino que me llevan a un lugar que desconozco y uno de ellos me suelta para pasar al frente y comenzar a golpearme. – ¡NO! ¡No por favor! ¡¿Qué hice?! ¡¿Qué fue lo que les hice?! – comienzo a llorar, pero la persona delante de mí no contesta, por suerte la persona que me sujeta si lo hace.
- nacer, ese es tu pecado, eres un monstruo, no mereces vivir y nosotros vamos a acabar contigo. – dice con rabia y asco en la voz, yo aún no logro entender que pasa, después puedo ver que la persona que me golpeaba trae una piedra sumamente grande cargando.
- ¡no! ¡¿Qué va hacer?! ¡Suéltenme! ¡Déjenme! ¡Ayuda! – grito más fuerte, no quiero morir, no así… de pronto una imagen pasa por mi mente, mi viento. - ¡Haruka! ¡Haruka, ayuda! – de pronto el sujeto que me sujetaba me tira al suelo, Kami, siento un peso sobre mí, no, todo menos eso, pataleo y tiro golpes pero no logro apartar a quien está sobre mí.
- Michiru, despierta. – dice una voz familiar para mí, de pronto soy consciente de donde me encuentro y abro los ojos asustada. – era una pesadilla, pero ya está, yo estoy aquí, no dejare que nadie te lastime. – me dice con su dulce voz.
- Ha-ru-ka. - ¿era un sueño? Se veía tan real, lo sentí tan real, pero solo era un sueño, tengo que tranquilizar mi respiración. – gracias. – susurro a Haruka que aún está sobre mí.
- no te preocupes, ya paso. – dice mientras baja de mí y se sienta en la orilla de mi cama, yo aprovecho esto para tirarme a su cuello y abrazarla, mi viento vino a rescatarme. – tranquila, aquí estoy, ya paso todo, descansa. – me dice mientras pasa una de sus manos por mi espalda, no creo que pueda hacerlo.
Termino el abrazo con un poco de reticencia pues no quiero que Haruka se aleje de mí, aún tengo miedo y creo que estoy temblando; de pronto noto que Haruka tiene su vista en un punto en la venta pero no logro ver nada qué raro.
- ¿sucede algo? – cuestiono para atraer su atención de nuevo, sé que es infantil, pero quiero que me mire a mí, que no se aparte de mi lado, cuando solté el abrazo sentí un vacío en mi interior, no quiero volver a sentir algo así.
- no, disculpa, solo estaba pensando ¿ya te encuentras bien? – cuestiona con voz preocupada.
- sí, gracias, ya estoy mejor. – respondo aunque claramente esto no es verdad.
- me asusté mucho cuando te escuche gritar y llamarme. – Kami, la llame, ella vino porque está preocupada por mí. – por favor enviame la cuenta de la puerta, creo que me he pasado. – dice mientras ve hacia la puerta de mi habitación que está rota.
- no te preocupes por eso, gracias por venir y disculpa si te asuste. – digo con un poco de pena, está es la segunda vez que viene ayudarme.
- lo que sea por mi sirena. – responde con esa sonrisa de lado que está comenzando a convertirse en mi favorita. – después de todo, soy tu viento. – y se inclina hacia mí, Kami están galante. – bien, creo que ya es hora de dormir, descansa. – dice y comienza a caminar hacia la salida.
- ¡no! – no quiero que me deje sola. – Haruka… ¿te quedarías conmigo está noche? No quiero estar sola. – confieso viendo hacia las sabanas, pues me daba pena ver a Haruka a los ojos.
- claro. – responde y regresa sobre sus pasos. - ¿sabes? – dice mientras se recuesta en la cama. – no entiendo como tu hermano no se ha despertado – cuestiona un poco confundida.
- tiene el sueño muy pesado. – respondo, restándole importancia, pues a quien necesito a mi lado es a ella.
Le indico a Haruka se levante para que pueda taparse con las mantas, pues la noche está un poco fría, una vez que lo hace, volteó hacia su dirección y ella comienza a pasar su mano por mi espalda para arrullarme, cosa que le funciona, pues estoy comenzando a cerrar los ojos de nuevo; pero antes de caer en la inconciencia del sueño escucho como me dice algo.
- duerme, yo velare tus sueños y no permitiré que nadie te lastime, porque… porque te has convertido en parte importante de mi vida. – creo que piensa que ya estoy dormida, así que será mejor que le haga creer eso, es lo mejor.
Pero qué noche de sueño tan buena he pasado, he dormido en una almohada de lo más cómoda y con un olor tan delicioso que lo único que me apetecía era pegarla más a mí, pero… ¿Por qué mi almohada sube y baja? Como si… como si fuera una respiración; abro mis ojos y me topo con que no estoy abrazando a una almohada, sino a Haruka, Kami, se ve tan tierna mientras duerme y se está tan bien entre sus brazos que no quiero separarme de ella ¿Qué voy hacer? Siento que no quiero que se aleje de mí, pero… pero al mismo tiempo sé que no debo ser egoísta porque sé que no soy buena para ella; retiro el cabello que tiene Haruka en su rostro y sin poder evitarlo hago lo que por cobardía no hice el día de ayer… la beso, es solo un ligero rose pero es suficiente para sentir que sus labios son perfectos para los míos; iba a repetir la acción pero unos golpes en la puerta y después mi nana entrando en la habitación me impidieron hacerlo.
- ¡oh por Kami! – exclama Marie al ver en la situación en la que Haruka y yo nos encontrábamos.
- ¿Qué? – cuestiona Haruka aun adormilada pues se ha despertado por el grito de mi nana.
- nada, nada, tómense su tiempo, solo venía a avisarles que el desayuno está listo. – dice mi nana con premura por salir de la habitación, tanto que no se ha dado cuenta que mi puerta está rota.
- está bien nana, ahora vamos. – respondo con tranquilidad, no puedo delatarme, además no creo que mi nana haya visto lo que iba a hacer.
- Mi-Michiru. – habla Haruka con tartamudez. – lo-lo siento. – me dice bajando la mirada creo que está avergonzada.
- ¿Por qué? – le cuestiono pero parece que no me va a responder. – estaba muy cómoda. – digo mientras me levanto de la cama, tomo mi celular del buró y voy hacia la salida de la habitación.
- ¿en-enserio? – cuestiona con una sonrisa que le ilumina hasta la mirada, oh Kami ¿Cómo puede ser tan tierna? - ¿adónde vas? -
- claro, dormí muy bien. – le respondo sonriendo, pues no lo puedo evitar, ella provoca esto en mí. – voy al cuarto de Darien por algo de ropa para ti ¿Por qué no te metes a la ducha mientras tanto? Ya que vuelva te meteré la ropa al baño. – le digo para que no crea que es por ella.
- de acuerdo. – responde levantándose de la cama y dirigiéndose hacia la puerta de mi closet en lugar que a la del baño. - ¿Dónde está el baño? – cuestiona un poco sonrojada.
- es la otra puerta. – le respondo con una sonrisita por su error y señalado la puerta. – ahí encontraras toallas y todo lo necesario, ahora iré por la ropa. – digo para que se meta al baño y yo me marcho hacia la habitación de mi hermano, que muy seguramente para esta hora ya lleva algunas horas de vuelo.
En la habitación de mi hermano, todo estaba en orden, su cama en el centro de la habitación, su buro, el escritorio con su laptop que solo usa cuanto viene, todo perfectamente ordenado, voy hacia su cómoda y veo si tiene ropa interior nueva, porque por lo que veo en Haruka, no creo que use ropa interior de mujer; por suerte mi hermano si tiene ropa interior nueva, tomo un bóxer y un par de calcetines, después voy hacia su closet y escojo una camisa y un pantalón para Haruka, pero antes de que salga del cuarto de mi hermano la voz en mi cabeza vuelve a atacarme "¿Qué estás haciendo? No puedes continuar así, no eres buena para nadie, no deberías estar siquiera pensando en ella, deberías alejar a Haruka, recuerda que eres un peligro para todos, solo la lastimaras de seguir a su lado, sacala de tu vida para que puedas protegerla" y hubiera seguido así durante más tiempo de no ser porque mi celular comenzó a sonar.
- ¿diga? – respondo, sí que Setsuna es rápida.
- hola Michiru ¿Cómo estás? – cuestiona con tono de preocupación.
- hola, estoy bien y ¿tu? – aunque diga que estoy la verdad es que no es verdad y creo que Setsuna lo notara por mi tono de voz.
- pues no te creo y se perfectamente que estás pensando. – dice de manera seria, oh Kami, aquí vamos. – no estás haciendo nada malo, te gusta y creo aun sin conocerla que no le eres indiferente, mereces ser feliz Michiru, pero si no te das la oportunidad jamás lo serás, eres una excelente persona y cualquiera estaría feliz de estar contigo, pero tu estas tan sumergida en tus miedos que no te das cuenta de lo que hay a tu alrededor, Michiru, si dejas pasar esta oportunidad ten en cuenta que quizá jamás se vuelva a presentar, ella puede ser la indicada y la estas dejando ir. – escucho atentamente todo lo que me dice y sé que es verdad, tiene razón en todo, pero yo aún no puedo confiar en mí.
- pero Setsuna, que pasa sí… – pero antes de que pudiera siquiera terminar la frase me corta con el mismo tono serio.
- nada de "y si" deja de pensar en el futuro, vive el ahora, ni siquiera yo, pienso en el futuro tanto como tú, Michiru te estas adelantando a algo que ni siquiera ha pasado o sabes si va a pasar, no hagas eso, eso no es vivir, tu siempre dices que el destino existe y que hay una razón para todo, pues bien, piensa que está chica ha llegado a tu vida por una razón. – termina con seguridad y sigo sin poder tener algún buen comentario con que rebatirle, creo que está vez me ha ganado.
- tienes razón, todo pasa por algo y creo que la llegada de Haruka a mi vida es por una razón, dejare de pensar en el futuro y viviré el ahora… gracias. – respondo con alegría en mi voz, que Setsuna me diga todo eso solo puede significar una cosa, ella tiene certeza de sus palabras.
- así se habla amiga. – dice con alegría en la voz. – ahora escucha, tenías razón, Haruka es una genio y se está desperdiciando su mente con el profesor Tomoe. – huy, ese tono de voz lo conozco muy bien, es de molestia; Setsuna me hablo del trabajo de Haruka y las aportaciones a distintos proyectos de los cuales, nunca le dieron crédito, así como también de lo valiosa que era para el profesor Tomoe, era ella quien lo sacaba de apuros cuando él no tenía idea de que rumbo tomar en sus investigaciones. - ¿y bien? ¿Qué opinas?
- la quiero en nuestro equipo, has el papeleo, este mismo lunes comenzara como mi residente, no voy a permitir que en mi empresa no se valore a las personas que de verdad están aportando algo. – digo con igual tono de molestia, no puedo creer que le hayan estado haciendo eso y ella no haya dicho nada.
- perfecto, sabía que dirías eso, así que ya he empezado con él. – era de esperarse, me conoce muy bien. – bueno, te dejo porque tengo una cita, el lunes puedes darle la buena nueva. – dice de manera divertida. – por cierto, provecha el día, sal con ella, conocela más, diviértete, nos vemos. – ni siquiera me deja responder cuando termina la llamada.
Sin poder evitarlo dejo escapar un suspiro y abrazo lo que tengo entre las manos, oh Kami, lo he olvidado, tengo que entregarle esto a Haruka, ni siquiera recordaba que tenía la ropa para ella; regrese rápido a mi habitación y la encontré saliendo del baño, creo que se ha cansado de esperar por mí, Kami que pena.
- lo siento. – es lo primero que digo, además no sé qué más decir. – recibí una llamada del trabajo y me tomo más tiempo de lo pensado. – termino con mi explicación, aunque ella mi ve un poco extrañada ¿Qué dije?
- acabo de terminar, no te preocupes, el agua me relaja. – dice con un poco de pena, seguramente porque no he quitado mis ojos de su cuerpo, pero no puedo evitarlo, está muy bien definido y estoy segura que tiene el abdomen marcado.
- es bueno escuchar eso, me tranquiliza un poco. – digo aun viéndola de arriba abajo, vamos Michiru en foca, deja de verla así. – toma. – estiro mis manos con la ropa para que la tome. – la ropa interior y los calcetines son nuevos, así que no te preocupes. – no quiero que piense que se está poniendo algo usado.
- gracias, te lo pagare. – responde con un rubor más que adorable en sus mejillas, oh Kami ¿Cómo hace para ser así de adorable? No es tan pequeña, pero aun así logra ser muy adorable, me encanta, pero aun así por su propia seguridad será mejor que la deje para que se cambie.
- no-no es necesario, no te preocupes, creo que… será mejor que me vaya a dar un baño, tu puedes cambiarte aquí si quieres. – tengo que salir de aquí rápido o no podre controlarme y terminare tirándome a sus labios.
- está bien. – responde y me da una sonrisa de esas que se han convertido en mis favoritas.
Entro en el baño, me quito la ropa y abro la regadera, el agua siempre me tranquiliza, es otra cosa que tenemos en común Haruka y yo por lo que veo, tengo que salir de la ducha con la mente clara de lo que hare, me he decidió y pese a todo quiero que Haruka esté en mi vida, aun no le diré acerca de mi condición o de quien soy en verdad, quiero asegurarme que es la persona correcta, quiero estar completamente segura de ella, pues no quiero que se vaya cuando sepa lo que soy capaz de hacer, no quiero que me rompa el corazón, sé que nunca se termina de conocer a una persona, pero cuando menos quiero que me conozca lo suficiente y yo hacer lo mismo antes de tomar una decisión.
Termino mi ducha y salgo solo con una toalla cubriendo mi cuerpo, pues ni siquiera me moleste en buscar mi ropa antes de entrar a ducharme, al voltear hacia mi cama logro ver a una Haruka más que sonrojada y eso me gusta, al menos sé que no le soy indiferente; ahora me está escaneando de arriba abajo y parece que le gusta lo que ve, creo que debo molestarla un poco.
- ¿te gusta lo que ves? – cuestiono con una sonrisa divertida en mis labios, pues me parece divertido verla así y saber que soy yo la que lo provoca.
- claro, a quien no le gustaría. – me responde aun viendo mi cuerpo y sé que ni siquiera se ha dado cuenta de lo que ha dicho ¿Por qué lo digo? Porque ahora está más sonrojada aun y me ve con un poco de temor en el rostro. – Di-digo… eres muy hermosa y eso… y yo… - ahora está jugando con sus manos y no me ve, que adorable, pero creo ya fue suficiente, cuando menos por ahora.
- gracias, me alagas con tus palabras, pero necesito cambiarme ¿podrías esperarme abajo por favor? – digo para sacarla de esta situación y pueda irse, no quiero intimidarla mucho.
- claro, tomate tu tiempo. – responde, me da una última mirada y camina hacia la puerta, una vez que veo que la puerta está cerrada voy hacia mi closet para buscar mi ropa.
Veinte minutos después estoy lista, creo que me he pasado con el tiempo, seguramente ella ya quiere irse a casa, además no recuerdo que haya avisado a su familia, solo a esa chica de la heladería, creo que lo mejor será que desayunemos, la lleve a casa y me disculpe con su familia.
Baje las escaleras y me encontré con Haruka esperando por mí en la sala, aún está un poco sonrojada, que linda; mi nana llega y nos dice que pacemos al comedor pues el desayuno ya está servido; ambas lo hacemos, tomamos cada una un asiento y nos disponemos a comer; el desayuno es tranquilo y ameno, como si estuviera comiendo con algún miembro de mi familia y no con alguien que acabo de conocer… oh es verdad, su familia, creo que debo preguntarle ahora.
- Haruka, ayer no vi que avisaras a tu familia, espero que no haya problema. – digo mientras me llevo un bocado a la boca.
- ah… sobre eso… veras, soy huérfana. – confiesa viéndome con una sonrisa, Kami que inconsciente soy, la he hecho recordar una cosa triste.
- yo… yo Haruka… lo siento… no quería… perdón. – no sé qué decirle ¿Qué se dice en una situación así?
- oh, no te preocupes. – dice restándole importancia al asunto ¿Cómo es que puede hacer eso? – jajajajajaja que cara. – genial, mi cara ha reflejado mi confusión. – veras, cuando tenía tres años desperté en un orfanato, no recordaba nada, así que está bien, no sé quiénes son mis padres, no tengo familia, nadie me busco, así que por ese motivo no me viste avisar a nadie ayer. – lo dice como si no importara, pero yo sé que le afecta, lo veo en su ojos, está triste y todo por mi culpa.
- ¿te gustaría ir por un helado? – de algún modo tengo que resarcir lo que he hecho, no quiero verla triste, me parte el corazón verla así.
- me encantaría, pero no quiero interrumpirte, después de todo, es domingo, seguro que tienes mejores cosas que hacer que pasarla conmigo. – al parecer piensa que no merece la pena, pero que tonta, porque lo que más quiero es pasar tiempo con ella.
- oh claro, lo había olvidado, es domingo, hoy tengo que ver una maratón de mi serie favorita y comer helado directo del bote. – es mi rutina, no me gusta salir, está sonriendo, al parecer le ha gustado mi comentario.
- jajajajajaja ¿eso es todo lo que haces en domingo? – cuestiona de manera divertida. – creo que debo enseñarle muchas cosas sirena. – dice de manera galante y con esa sonrisa que me gusta pensar que solo me dedica a mí. – iremos por ese helado y después te llevare a un lugar que seguro te va a encantar. – dice con una sonrisa y no puedo evitar sonreír también, ella tiene ese efecto en mí, me contagia su alegría y eso me gusta.
Continuara….
