Capítulo 5.

- ¡Haruka! – grito una vez que he recuperado la voz, pero es demasiado tarde, mi rubia ya no está a la vista, la he perdido, la he perdido.

Continuara…

- oh vamos Michiru, no es para tanto, ni que esa chica fuera la gran cosa, no es más que una… empleada más, por favor, estoy segura que lo único que desea es tu dinero; olvidala y vuelve conmigo. - ¿solo una empleada? ¿Una empleada? ¡Haruka es más que una empleada! ¡Haruka lo es todo para mí!... Espera… ¿Cómo sabe que es una empleada? ¿Y qué hace aquí? Cuando estábamos juntas a ella nunca le gusto venir aquí.

- Rachel, dile a tu padre… - Kami están comenzando escocerme las manos, no, tengo que controlarme, tengo que buscar a Haruka. – que me alegra ver que tiene los pantalones para planear algo así, pero si lo vuelve a intentar… hare algo más que solo destituirlo de su puesto. – sentencio con la voz más fría que tengo, su padre lo ha planeado todo, ese viejo zorro volvió a las andadas, al parecer aun quiere la farmacéutica, pero no puedo seguir perdiendo el tiempo aquí, tengo que buscar a Haruka.

- ¿de qué hablas Michiru? Esto ha sido una casualidad nada más. – claro, ¿Por qué iba a dudarlo no es así? Rachel siempre me ha subestimado, piensa que soy ingenua y que puede engañarme, pero ni ella ni su padre saben quién soy realmente, despediré a su padre cuanto antes, no tendré al enemigo en casa.

- oh mierda ¿Cómo he sido capaz de dudarlo? ¿Y también ha sido casualidad que supieras que Haruka era una empleada? No soy idiota Rachel y ahora fuera de mi camino, tengo que ir a buscar a Haruka. - ¿Dónde estará? No creo que se haya ido a casa, sabe que sería el primer lugar donde la buscaría, comencé a caminar hacia el auto, pero recordé que aún no le había dicho algo a Rachel. – ah y por cierto, si te vuelves a cruzar en mi camino o en el de Haruka, utilizare todo el poder de mi familia para desprestigiar a la tuya. – sé que con eso estará tranquila, es lo que más teme, que su preciada familia pierda su posición social.

No espero a que me responda y sigo mi camino hacia el auto, buscare en todos los parques si es necesario; enciendo el auto y comienzo con los parques que están cercanos a la heladería y sin pensarlo llego al parque donde Haruka me encontró cuando tuve el ataque, baje y la busque por todo el parque pero no logre encontrarla, después de estar una hora dando vueltas y como si el cielo también estuviera en mi contra el día de hoy, comenzó a llover, pero no una lluvia cualquiera, no, también comenzó a granizar, como si el clima estuviera sincronizado con mis sentimientos, en lugar de correr a mi auto como cualquier persona haría, me siento en una banca y dejo que el agua me moje, esto siempre me relaja; no sé cuánto tiempo ha pasado pero ha dejado de llover, los granizos eran muy pequeños así que no me lastimaron, está muy oscuro, creo que debo ver si Haruka ya está en casa; regreso al auto, lo enciendo y pongo rumbo hacia el departamento de Haruka; al llegar veo hacia su ventana y no veo luz, creo que aún no ha llegado, intento marcar a su celular pero me salta el buzón, creo que está apagado, veo la hora y no puedo evitar alarmarme, son más de las diez, ya debe de estar dormida pero tengo que hablar con ella, comienzo a caminar hacia la entrada pero una voz me detiene.

- señorita Michiru, ¿no cree que es algo tarde? – cuestiona August desde la oficina de intendencia, me acerco para decirle lo que quiero hacer.

- señor August ¿Haruka está en casa? Es importante, tengo que hablar con ella, ocurrió algo hoy y necesito verla urgentemente. – digo muy desesperada, necesito que comprenda que es imperioso que vea a Haruka.

- señorita Michiru. – creo que ya se ha dado cuenta de cómo estoy, sale de la oficina y me ve de arriba abajo. – dios señorita Michiru, está empapada y está temblando, por favor pase, tiene que entrar en calor. – dice un poco alarmado, pues aunque es raro en mi estoy temblando, pero eso no importa.

- no gracias, tengo que hablar con Haruka ¿está en casa? – vuelvo a cuestionar, no quiero ser descortés, pero si no me dice nada tendré que pasar para asegurarme si está o no.

- lo siento señorita Michiru, pero… no puedo dejarla pasar, la señorita Haruka lo ha pedido así. – dice con pena en la voz y viendo hacia abajo, creo que debí llevarla a casa para hablar, la he perdido, no quiere ni verme. – por favor señorita Michiru, entre parece que volverá a llover, vamos para que entre en calor. - ¿calor? El único calor que necesitaba, el destino se ha encargado de quitármelo, creo que cometí un error y Haruka no era para mí.

- ya veo, gracias. – digo con una sonrisa e ignorando su petición, no quiero que me vea llorar. – será mejor que me vaya, ha sido un placer conocerlo. – comienzo a caminar hacia la calle sin detenerme a pesar de los gritos del señor August.

- ¡señorita Michiru! ¡Señorita Michiru, espere! – comienzo a correr sin detenerme, no quiero ver a nadie, no quiero escuchar a nadie, quiero estar sola, lejos de todo, creo… creo que debo volver a Alaska.

No sé cuánto tiempo he caminado, pero ha sido bastante, mis pies duelen y está comenzando a amanecer, olvide el auto en el edificio de Haruka, junto a mi celular, no he avisado a mi casa y mi nana debe de estar muy preocupada, pero no sé dónde estoy siquiera, ha llovido toda la noche, así que sigo empapada, no tengo dinero, pero creo que debo de pedir un taxi, no me estoy sintiendo muy bien, yo nunca enfermo pero… estoy comenzando sentirme mareada.

Camino un poco más y detengo al primer taxi que pasa, el señor me ve de arriba abajo, tal vez piensa que no tengo como pagarle, así que me levanto un poco mi manga para que vea mi reloj, es un regalo de mi hermano y es un rolex, el señor solo sonríe y me abre la puerta, le doy la dirección de mi casa y después de dos horas de trayecto llego a casa, mi nana está en la entrada, bajo del taxi y me acerco a ella, veo que quiere abrazarme pero no la dejo, estoy empapada.

- estoy mojada nana, por favor, podrías pagar el taxi y pedirle al chofer que vaya por mi auto, te anotare la dirección. – digo y comienzo a caminar hacia la entrada de la casa.

Cinco minutos después mi nana ya está dentro de la casa y se acerca a mí, yo estoy anotando la dirección del edificio de Haruka para que vayan por el auto; sé que quiere cuestionarme pero no lo hace, me está dando mi espacio y yo se lo agradezco, no quiero hablar con nadie ahora, solo… solo quiero estar sola.

- nana, el auto está aquí, mi celular también, no iré a trabajar por unos días, si habla Setsuna dile que estoy bien y por favor, que nadie me moleste. – digo mientras le entrego el papel con la dirección y comienzo a caminar hacia mi cuarto, tengo sueño y frio, además me duele la cabeza.

Llego a mi habitación, abro la puerta y una vez dentro comienzo a quitarme la ropa mojada, me pongo un pijama y me meto en la cama, tengo sueño, quiero que Morfeo me lleve a su reino, soñar con Haruka, soñar que aún está conmigo, porque… porque a partir de ahora ese es el único lugar donde la podre ver.

No sé cuántas horas he dormido pero escucho voces en mi habitación, creí haberle dicho a mi nana que no quería ver a nadie, trato de abrir los ojos pero me pesan mucho, me duele la cabeza y todo el cuerpo, me siento muy mal.

- na-na. – susurro, creo que es ella a la que estoy escuchando.

- tranquila mi niña estoy aquí. – me dice mi nana y pone su mano en mi frente. – doctor está hirviendo. – ¿doctor? ¿Necesite un doctor? Nunca me había enfermado como para necesitar un doctor.

- es normal, si paso toda la noche bajo la lluvia, el agua estaba muy fría, tengo entendido que hasta granizo, tendrá que estar en cama por varios días. – perfecto, así evito el ir a trabajar y también evito ver a Haruka, cuando menos hasta que me vaya a Japón, ya pensare en qué hacer con Haruka cuando vuelva, porque aun quiero que tenga un puesto fijo en el laboratorio; pero por ahora creo que lo mejor será que vuelva a dormir, porque aún tengo mucho sueño.

He perdido la noción del tiempo otra vez, despierto pero… no sé qué lugar es este ¿Dónde estoy? Parece como si una gran guerra hubiera ocurrido aquí, todo está en ruinas y parece deshabitado, parece un reino, pero no uno que yo recuerde.

- tienes que volver, no puedes estar aquí, hay personas que te esperan. - ¿Quién dijo eso? ¿De quién esa voz? ¿A dónde tengo que volver? ¿Personas? ¿qué personas?

- ¿Quién es? – cuestiono, pues no logro ver a nadie, solo ruinas de lo que una vez fue un hermoso reino.

- aun no es tiempo para que lo sepas, Michiru, hay personas que esperan tu regreso, mira. – de pronto puedo ver a Setsuna sentada aun lado de mi cama y ¿a mí? ¿Estoy durmiendo? También veo a mi nana aun lado de ella con cara de angustia, ellas esperan por mí, pero yo estoy aquí y ahí ¿Cómo es posible?

- ¿Dónde estoy? – cuestiono, pues no creo que esto sea un sueño, además todo parece tan real y tan nostálgico.

- este es el magnífico milenio de plata, un reino que existió hace mucho tiempo en la luna. - ¿en la luna? Eso es imposible, nunca ha habido vida en la luna, no hay personas o seres que pueden vivir en la luna.

- ¿Qué hago aquí? ¿Y cómo es posible que un reino habitara la luna? Eso no tiene sentido. – cuestiono pues ahora ha despertado mi curiosidad y deseo saber más sobre esto.

- Michiru, son muchas preguntas que aún no puedo responderte. – dice la voz que aún no sé de donde rayos proviene, pero me resulta extrañamente familiar. - ¿Cuánto tiempo crees que has dormido? cuestiona ¿Cuánto tiempo?

- no lo sé, tres o cuatro horas cuando mucho. – respondo con simpleza, pues no creo que eso sea relevante ¿Qué tiene que ver este lugar con el tiempo que he dormido? No me parece lógico.

- no, has dormido por tres días Michiru. - ¡¿Qué?! ¡¿Tres días?! Debe de estar bromeando, eso no es posible, si acabo de cerrar los ojos hace un instante, no pudieron haber pasado tres días. escucha a las personas que esperan por ti, escucha lo que tienen que decir y elige. – Vuelvo a ver a Setsuna junto a mi cama, pero está vez, puedo oírla.

- Michiru, tienes que despertar, el laboratorio no es lo mismo sin ti, todos te echamos de menos ¿sabes? Haruka me ha dicho todo lo que ha pasado con ustedes y no pude evitar hacer algo que sé que te molestara, pues le he dicho a Haruka porque motivo tuviste que mentirle ¿sabes? Estaba muy preocupada por ti, nada más llegar al día siguiente de su pelea te ha ido a buscar a tu oficina, al no encontrarte fue buscarte a la mía y ahí fue donde nos hemos puesto a discutir, me contó lo sucedido y no puede evitar el reclamarle todo, tu nana ya me lo había dicho, de hecho el doctor que te trata es con el que estoy saliendo, le he convencido para que te trate aquí, después de todo no queremos un accidente, pero me estoy desviando del tema, Haruka se siente muy mal por lo que te está pasando, es más ha estado haciendo guardia en la entrada de tu casa desde hace tres días, ni Marie ni yo la hemos dejado entrar, pero ella insiste en que se quedara ahí hasta que sepa que estas bien, de verdad está arrepentida y creo que siente algo por ti, por eso tienes que despertar, porque tienes que hablar con ella, tienen que arreglar las cosas, tu padres están viendo la posibilidad de venir. – Kami, parece que he causado un gran alboroto, incluso hasta mis padres quieren venir y Haruka, mi dulce Haruka está esperando por mí, pero no quiero hacerme ilusiones tal vez solo está preocupada por mí como amiga ¿Qué hago?

- ¿Qué esperas que haga mostrándome esto? Es más que evidente que no deseo causarles este daño a las personas que amo. – no sé ni siquiera con quien estoy hablando, creo que me he vuelto loca.

- puedes elegir quedarte, pero eventualmente morirías, este aun no es tu lugar, pero puedes elegir, mi deseo no es presionarte, pero decide qué es lo que quieres hacer. – se porque lo hace, por lo que ha pasado con Haruka, está leyendo mi corazón y sabe que tengo dudas, pues no quiero enfrentarme al rechazo de Haruka, pero sé que no puedo quedarme.

- deseo volver, no me esconderé mientras mis seres amados sufren por mi cobardía, volveré y me enfrentare con lo que sea que el destino haya puesto para mí. – resuelvo con decisión, ya no hay vuelta atrás, toda mi vida he sido una cobarde, pero no estoy dispuesta a soportar ver sufrir a los que amo por mi cobardía, ya no.

- sabía decisión, no esperaba menos de ti, si cruzas la puerta que está a tu izquierda podrás volver. – no sé qué está pasando pero esa puerta no estaba ahí antes, comencé a caminar hacia esa puerta dispuesta a irme, pero esa voz volvió a hablarme. pero antes… Michiru, grandes desafíos se aproximan, tu amor será puesto a prueba innumerables veces, pero confió que ambas sabrán salir airosas de cada prueba como lo han hecho en el pasado… ahora vuelve, te esperan. – no sé qué es lo que ha tratado de decirme con esas palabras, pero no le doy muchas vueltas, quiero volver, tengo que hacerlo, siempre me he comportado egoístamente acusando daño a los demás solo para sentirme mejor pero eso se acabó, ya no dañare más a las personas que amo, tengo que ser valiente y enfrentar todo lo que venga pues no siempre se puede huir de la realidad; cada acción tiene una consecuencia y es tiempo que yo comience a enfrentar las consecuencias de mis acciones.

- set-su-na. – susurro con dificultad aún me duele todo el cuerpo, esto ha sido más que la gripe que pensé que pescaría por estar bajo la lluvia toda la noche.

- oh Kami-sama. – habla mi amiga llevándose una mano a la boca y levantándose de la silla para correr hacia la puerta. - ¡Marie, corra, venga rápido! – Kami, no tenía por qué gritar, mi nana ya es una persona de edad. – dime que estas de vuelta. – me dice de vuelta en la habitación.

- nunca… me he ido. – digo con un poco de dificultad, supongo que decir que estoy bien seria exagerar.

- pensé que te perderíamos, estuviste fuera por tres días Michiru, TRES días. – notaron como remarco la palabra "tres", supongo que porque no le estoy dando la debida importancia.

- lo siento… no era mi intención preocuparlas… yo… – pero antes de que pudiera decir cualquier otra cosa mi nana entro corriendo a la habitación.

- oh por Kami, mi niña. – supongo que ella era la más preocupada, me está abrazando y está llorando, yo estaba admirando el paisaje dentro de mis sueños mientras ellas sufrían porque no despertaba.

- estoy bien… no hay nada… de qué preocuparse. – aún me cuesta hablar supongo que es normal después de estar tres días inconsciente o cuando menos eso quiero pensar.

- llamare a Taiki, tiene que venir a revisarte. - ¿Taiki? ¿Quién demonios es Taiki y porque tiene que revisarme? Supongo que mi rostro otra vez reflejo lo que quería preguntar porque Setsuna, dijo. – Taiki es la persona con la salgo y el medico que te está tratando. – bueno, cuando menos está vez la pareja de mi amiga es alguien decente.

- no creo que… sea para tanto. – la verdad que salvo el dolor en todo el cuerpo me siento muy bien, como si hubiera vuelto de un viaje relajante, no lo sé, pero siento que algo ha cambiado en mí.

- claro que sí es necesario, ahora vuelvo. – sí, ya debería saber que cuando Setsuna entra en fase Setsuna-okaasan no hay poder humano que la detenga, ahora ha salido de la habitación para hablar con el médico.

- mi niña. – oh Kami, mi nana me ve con tanto temor, como si temiera que de un momento a otro me desmayara de nuevo y no despertara.

- tranquila nana… estoy bien… no me volveré… air. – aseguro para que deje de preocuparse, aunque sé que es imposible, ella siempre se preocupa de más.

- listo, Taiki viene en camino. – dice Setsuna entrando de nuevo en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja, supongo que por hablar con Taiki. – Marie, Taiki dijo que Michiru debería comer algo ligero, como una sopa o algo así. – ahora se pondrán pesadas con respecto a mis cuidados.

- muy bien, ahora vuelvo, te preparare tu sopa favorita mi niña. – yo solo sonrió y asiento mientras veo como mi nana camina hacia la salida de mi habitación.

Esperé a que mi nana saliera de la habitación para relatarle a Setsuna ese sueño raro que tuve, la voz y ese reino que jamás había escuchado, al principio creí ver que Setsuna se ponía nerviosa, pero supongo que me equivoque, después de todo aún estoy débil, mi amiga me dijo que solo había sido un sueño y que jamás había escuchado de ese reino, supongo que mi subconsciente lo invento, pero aun así, siento que algo no está del todo bien, pero ya no pude seguir preguntando porque mi nana llego con la sopa y me dispuse a devorarla, literalmente estaba muriendo de hambre; cuando mi nana se llevó los platos dejándonos nuevamente a solas, le conté a Setsuna lo que había pasado con Rachel, pero no hablamos mucho porque a los pocos minutos después, llego Taiki, me hizo la revisión correspondiente y su diagnóstico fue que necesitaba una semana en cama, además de hacer una receta con algunos medicamentos que deberé tomar durante la semana que este en cama, no sé cómo hare para soportarlo, pero pondré todo de mi parte; hable con mis padres para tranquilizarlos e indicarles lo que había dicho el médico, lo que significaba que atrasaría mi viaje a Japón, pero le asegure a mi familia que iría, ellos se quedaron un poco más tranquilos, pero mi madre me aseguro que me llamaría a diario; después de eso Taiki pidió que me dejaran sola para que descansara, yo estaba muy renuente al principio pues no tenía sueño, pero al final me quede dormida.

Había despertado con más energías que el día de ayer, supongo que Taiki tenía razón y necesito descanso, además de que yo nunca duermo más de las ocho de la mañana y por la posición del sol se que pasa de las once, supongo que debo de hacerle más caso a mi cuerpo cuando este me pide descanso; mi nana me hizo el favor de llevarme el almuerzo a la cama, supuse que Setsuna, no vendría hasta que no terminara la jornada laboral, después de todo es muy responsable con su trabajo y no lo dejaría botado así como así; cinco minutos después de desayunar mi celular comenzó a sonar.

- ¿Cómo estás? – cuestiono mi amiga antes siquiera de que la pudiera saludar, a veces pienso que mi amiga ha perdido los modales.

- estoy bien Setsuna, no te preocupes. – hoy al saludar a mi nana descubrí que ya puedo hablar con normalidad y eso me tranquiliza.

- ¿segura? Porqué puedo ir a tu casa y estar contigo. – lo sé, pero te necesito en el laboratorio, no porque no confié en mi equipo de trabajo, pero con lo que paso con Rachel, te necesito ahí, no quiero que su padre intente algo y no haya nadie que le haga frente.

- te lo agradezco, pero te necesito en el laboratorio. – además de conversar acerca de mi sueño, le conté a Setsuna lo que había pasado ese día en la heladería con Rachel.

- está bien, pero cualquier cosa avisame. – mi amiga y su preocupación extrema, no sé qué haría sin ella. – ya que termine el trabajo iré verte. – oh, oh, eso lo ha dicho más serio de lo normal, supongo que hablaremos de Haruka, ayer no lo hicimos y supongo que Setsuna querrá hablar de ella.

- de acuerdo, te veré en unas horas. – respondo con seguridad aunque estoy lejos de sentirla pues aún no sé qué hacer con Haruka, no tengo pensado despedirla, pero supongo que por comodidad de ambas debería asignarla a otro adjunto.

No sé cuánto tiempo estuve dándole vueltas al asunto de Haruka, pero me quede dormida, no sé cuántas horas han pasado, pero he despertado porque mi nana está llamándome mientras mueve mi hombro.

- mmmm cinco minutos más. – por favor, quiero seguir durmiendo, estaba teniendo un sueño bastante bueno.

- mi niña, por favor despierta, es urgente. – vaya se escucha muy alterada, si debe ser urgente, espero que mi padre este bien, de pronto una imagen que prefiero olvidar viene a mi mente y despierto de inmediato.

- ¿Qué pasa nana? ¿Qué es eso tan urgente? – cuestiono un poco nerviosa y alterada, supongo que por más que pasen los años hay cosas que simplemente no se olvidan.

- mi niña está lloviendo. – volteó hacia la ventana y efectivamente puedo ver que llueve, pero… ¿Qué importancia tiene que lo haga?

- sí, eso puedo ver nana, pero ¿Qué relevancia tiene? – cuestiono pues aun no entiendo que es lo que mi nana me quiere decir.

- mi niña, la señorita Haruka está afuera. – ¿Cómo? ¿Afuera? ¿Y porque no la han hecho pasar? Si se moja se resfriara como lo he hecho yo y ¿Quién cuidara de ella? Tiene que entrar a la casa pero ya.

- ¿Por qué está afuera? Nana ¿no me digas que no la has invitado a pasar? – no creo que mi nana sea capaz de algo así, aun cuando supiera que Haruka es la causa de mi mal estado.

- claro que si mi niña, infinidad de veces, pero no hay manera, la señorita Haruka no desea entrar, mi niña… tiene ahí toda la noche. – ¿toda la noche? ¿No ha ido a casa? Supongo que era de esperarse después de que Setsuna le dijera que era su culpa el que yo estuviera así, se siente culpable. – le he sacado una manta y le he ofrecido de comer pero no aceptado nada. - ¿cuán culpable se siente? Debo hacer algo.

- nana, ayudame. – digo mientras intento ponerme de pie, tendré que bajar y pedirle yo misma que entre, tengo que decirle que esto no es su culpa. – yo la convenceré de que entre. – no puedo permitir que se auto-flagele por algo que no es su culpa.

- pero mi niña, el doctor dijo reposo absoluto. – aun cuando el doctor haya dicho eso, no me voy a morir por bajar las escaleras de mi cuarto, mi nana siempre exagera.

- estoy bien nana, solo voy a bajar las escaleras, no es para tanto. – digo a mi nana y ella me ayuda a ponerme de pie, después va por mi bata, una bufanda y una chamarra, supongo que debo ponérmelas si quiero bajar. – nana, esto es una exageración. – digo ya una vez con todo puesto, mi nana no dice nada, solo me sostiene del brazo y me ayuda a caminar, es hasta ahora que noto que necesito ayuda.

Bajamos la escaleras y con la ayuda de mi nana llego hasta la puerta la abro y veo a mi rubia recargada en la pared con nada más que una playera y un pants, se está frotando la manos, se está congelando.

- entra. – hablo viéndola directamente. – te vas a enfermar, entra. – vuelvo a decir sin dejar de mirarla.

- ¿¡pero qué haces!? ¡Esto te puede hacer daño, vuelve a la cama! – dice alarmada y con una mirada que no sé cómo interpretar. – no debiste de haberte levantado. – dice ya más tranquila y viendo hacia el piso como si fuera lo más interesante, no me mira a mí.

- volveré a la cama si entras. – trato de negociar, no quiero que se enferme, no cuando está en mis manos el poder evitarlo. – vas a enfermar, solo entra, una vez que termine la tormenta te vas, yo volveré a mi habitación, así que no tendrás que verme. – supongo que es por mí que no quiere entrar, pero noto que se sorprende ante mi comentario.

- no te preocupes, ya me voy. – dice mientras comienza a caminar hacia la lluvia ¿Qué está loca? – solo quería asegurarme que estabas bien y ya lo he hecho así que… me voy. – no la dejare ir, ella se siente culpable por lo que paso, tengo que arreglar esto y ya se cómo hacerlo.

- si te vas Haruka Tenoh, ten por seguro que te seguiré, no me importa si enfermo más. – suelto sin más, no la dejare ir con esta tormenta, además necesito hablar con ella, ya he tomado una decisión.

- ¡¿estás loca?! ¡No puedes hacer eso! ¡Piensa en tu salud! ¡En Setsuna y en Marie que se preocupan por ti! ¡Además…! No soportaría verte enferma otra vez por mi culpa. – dice aun viendo al piso, sabía que se sentía culpable, tenemos que hablar de eso.

- entonces pasa, vamos Haruka, sabes que tenemos que hablar. – digo de manera calmada aun de pie en la puerta. – bueno, si no quieres pasar, te prestare una chamarra y hablaremos aquí. – sé que con eso accederá a pasar, sé que es cruel utilizar su culpa, pero no tengo otra forma de hacerla entrar.

- de ninguna manera, vamos. – camina hacia mí y me ayuda a caminar dentro de la casa. – tienes que recostarte, hablaremos en tu habitación. – resuelve aun sin verme, supongo que estaremos así por un rato.

Mi nana dice que nos subirá algo caliente y algo para comer, a lo que yo solo asiento y dejo que Haruka me siga guiando hacia la habitación, no hablamos de nada durante el camino, supongo que debo esperar hasta estar dentro de la habitación; Haruka abre la puerta y me conduce hasta la cama, me ayuda con la chamarra, la bufanda y la bata, una vez que estoy solo en pijama abre las mantas, me ayuda a costarme y con delicadeza me arropa.

- ¿de qué quieres hablar? – cuestiona viendo hacia la ventana mientras está de pie junto a ella, supongo que no me quiere cerca.

- esto no es tu culpa Haruka, estoy así por mi descuido, así que no tienes que sentirte culpable, sé que Setsuna te dijo los motivos que tengo para no confiar en las personas; ese día en la heladería te lo iba a decir todo, incluso tenía un discurso. – digo con una sonrisa forzada. – el encontrarnos con Rachel en la heladería no fue casualidad, su padre la envió, el aún tiene la loca idea de que volveré con su hija y se apoderara de la farmacéutica. – por eso termine con Rachel, la escuche a ella y a su padre hablando acerca de cómo ella me estaba enamorando para hacerse con la farmacéutica, por eso no confió en las personas, eso fue lo que le dijo Setsuna a Haruka.

- Setsuna me lo dijo. – dice aun viendo hacia la ventana. – Lo siento, no debí comportarme así, si no me hubiera ido, así… tú… - solo está aquí, porque tiene culpa, no porque de verdad quiera escucharme, supongo que tengo que terminar rápido con esto.

- esto no fue tu culpa, fue mi decisión el quedarme bajo la lluvia, el agua siempre me relaja, me tranquiliza, ¡así que deja ya de culparte! – grito molesta y eso hace que voltee a verme por primera vez. – esto no es tu culpa, así que ya deja de esquivarme la mirada, tengo decirte muchas cosas importantes y para eso necesito que me vas a los ojos. – digo con el ceño fruncido y Haruka asiente y ya no baja la mirada. – primero que nada, necesito que me prometas que vas a dejar de culparte por lo que me paso. – digo con decisión para que sepa que estoy hablando enserio, no voy a permitir que viva con culpa.

- pero… – trata de replicar, pero le doy una mirada severa que no deja lugar a replicas. – lo prometo. – dice con resignación, pero sé que lo dice con sinceridad.

- ahora, quiero que me disculpes por no haber sido sincera contigo desde un inicio, mi nombre es Michiru Kaioh, Kuran es el apellido de soltera de mi madre, soy la dueña de la farmacéutica Neptuno; tenía miedo de decirte la verdad y que me trataras diferente por ser quien soy, no quería que te alejaras porque te convertiste en alguien importante para mí. – ya no tengo nada que perder, así que lo diré todo, sé que no me perdonara aun pese a lo que dijo en la heladería.

- tú también te convertiste en alguien importante para mí Michiru, entonces ¿Cómo debo llamarte? ¿Michiru-sama? ¿Michiru-ojousama? ¿Jefa? ¿Súper jefa? – oh ahora se está riendo, parece que ya está un poco más tranquila o eso espero, pues aun no le he dicho todo.

- ¿Qué? Claro que no, solo Michiru, como siempre por favor, no tienes que llamarme de ninguna otra manera. – después de todo con la decisión que he tomado… bueno, pero ahora a terminar con lo que he empezado.

- ¿sabes? Yo… cuando sucedió lo de la heladería, me fui porque… porque pensé que no me habías dicho la verdad porque… pensé que tu… - vaya se ha puesto nerviosa o ¿triste? ¿Qué habrá pasado por esa cabecita suya? Supongo que tendré que darle un empujón.

- ¿sí? Anda, dime por favor, tenme la misma confianza de antes. – digo para que sepa que a pesar de todo puede confiar en mí, tal vez sea su jefa, pero sigo siendo su amiga o eso es lo que quiero creer, para este punto a pesar de desear algo más, siendo sincera conmigo misma no creo que lo obtenga, puedo ver en el rostro de Haruka que está dolida.

- pensé que no me habías dicho la verdad porque te avergonzabas de mí. - ¿Cómo? ¿Yo? ¿Avergonzada de ella? ¿Pero de qué habla?

- ¡¿Qué?! ¿Por qué me avergonzaría de ti? – cuestiono sorprendida y alarmada ¿en concepto me tiene? ¿Qué clase de persona cree que soy? Kami, tal parece que ella no me conoce y creo que eso es culpa mía.

- tranquila, sé que tú eres incapaz de hacer algo así, pero no puedes culpame, esa chica llego y… e hizo que pensara demasiadas cosas, después de todo Michiru, ella tiene razón, soy una huérfana, sin familia, ni pasado ¿Por qué no te avergonzarías de mí? Soy solo yo. - ¿Qué? ¿Solo ella? Oh Haruka, si tan solo pudieras verte por un instante de la misma manera en la que te veo yo, lo entenderías todo.

- yo jamás, escuchame bien, jamás me avergonzaría de ti, no sé de donde sacaste eso, pero jamás lo haría, no me importa tu pasado, no me interesa si tienes o no familia, solo me interesas tú, tú y nada más. – y es la verdad ¿Cómo puede pensar que me avergonzaría de ella solo por eso? Yo jamás he visto a las personas por sus apellidos o su familia, a mí lo que me importa es la persona, su interior.

- lo sé, pero… en su momento eso creí, pero después Setsuna y yo hablamos o peleamos y me explico todo, pero fue por esos pensamientos que me dolió mucho el enterarme de esa manera de quien eras en realidad, me sentí traicionada, sé que no somos nada, pero fue de esa manera como me hizo sentir todo lo que paso, tenía que decírtelo; entiendo tus motivos y no te culpo, solo quiero que sepas que no hay nada que disculpar, mi molestia salió por la ventana cuando supe que habías llegado al edificio empapada y te habías ido corriendo del sin tu auto, bajo la tormenta. – dice con tristeza en la voz y bajando la mirada nuevamente, ahí está la culpa otra vez.

- bueno, basta de culpas, te agradezco que comprendas los motivos que tuve para no decirte la verdad, además de querer contarte todo sobre mi ese día, también iba a ofrecerte un puesto permanente en el laboratorio, te lo has ganado, los papeles están en el tocador y después de decirte todo eso… también iba a decirte que no sé qué me hiciste, no sé cómo paso o porque, pero me enamore de ti, desde ese día en las escaleras jamás deje de pensar en ti; pero sé que con lo que hice, sé que por mentirte, no querrás verme, así que acepta el puesto que yo regresare a Alaska después de visitar a mis padres en Japón. – está decido, lo he dicho, la amo y no puedo ocultárselo, aunque sé que no será para mí, tenía que decírselo, ella merece saberlo, aunque está será la última vez que la vea.

Continuara.