Capítulo 7.
- Haruka ¿recuerdas que te mencione que iría a Japón? – espera ¿Qué es esa cara? ¿Está triste? Oh Kami, pero sí parece un pequeño perrito al cual lo acaban de reprender, hasta puedo ver esas orejitas hacia abajo; ella solo asiente y no dice más. – me iré en seis días. – Kami, dame fuerza, ha bajado la cabeza y está presionando las manos en sus rodillas. – y quiero… quiero que vengas conmigo. – ya está, lo he dicho, solo espero que acepte, porque… quiero contarle todo.
Continuara…
- ¿te-te iras? Pensé que… bueno después de todo, tu y yo no… ¿Por cuánto tiempo te vas? - ¿pero qué es lo que está balbuceando? ¿Es que acaso no ha escuchado lo que dije?
- Haruka… te he pedido que me acompañes ¿es que no me escuchaste? - ¿oh será que no quiere ir? Tal vez me ignoro apropósito, no, no, no, no comenzare de nuevo con mis miedos.
- ¿Qué? ¿Qui-quieres que… que yo vaya? – cuestiona con nerviosismo mi viento, supongo que no es que no quiera ir, sino que no me había escuchado por estar haciéndose una película. – pero… ¿Por qué? ¿Por qué quieres que vaya? Es decir, no me lo tomes a mal, pero soy una desconocida para ti, solo tenemos poco tiempo de tratarnos ¿Por qué quieres que conozca tu ahogar? – cuestiona nuevamente con genuina confusión en su rostro.
- sí, quiero que vengas conmigo. – tengo cuatro años sin ir y no sé qué efectos puedan tener las… no quiero arriesgarme, pero quiero ir. – quiero que conozcas a mis padres, quiero que conozcas más de mí y además, aunque trate de ocupar más razones para explicarte porque quiero que vengas conmigo, la verdadera razón es que no lo sé, solo sé que te necesito, que algo me impulsa a pedirte que vengas conmigo y que me harías la persona más feliz si aceptas acompañarme, solo será por un mes. – quiero poder decirte todo y que me veas tal cual soy y eso solo lo lograre yendo a Japón.
- ¿qui-quieres-que-conozca-a tus padres? – cuestiona mi rubia incrédula, así que solo asiento, indicándole que ha acertado. – pe-pero ¿Cómo-como me-presentaras? – sabía que me haría esa pregunta, pero no quiero contestarla ahora, será una sorpresa. – y más importante aún ¿un mes? No me lo tomes a mal sirena, pero si yo tuviera familia y no la hubiera visto durante tanto tiempo, estaría con ellos más que solo un mes. – no tienes idea de las ganas que tengo de poder vivir con ellos, esto no es algo que yo haya querido, pero eso tu no lo sabes y aún es muy pronto para explicártelo.
- eso… eso lo veremos llegado el momento, pero no te preocupes, solo… solo te pido que confíes es mi ¿está bien? – ella solo asiente y dejamos el tema de las presentaciones de lado. – creeme Haruka que yo también quisiera estar más tiempo con ellos. – respondo a su otra pregunta con un poco de tristeza después de todo, esto yo no lo elegí.
- ¿entonces por qué no lo haces? ¿Qué te lo impide? – cuestiona mi rubia con genuino interés, después de todo su curiosidad nata, siempre sale a relucir.
- no es un "que" precisamente Haruka. – ni siquiera yo puedo entender que fue lo que realmente paso en ese último cumpleaños que tuve en Japón, pero tengo pensado averiguarlo.
- ¿y entonces? – vuelve a cuestionar mi oji-verde, sé que no lo puede evitar, es su naturaleza el cuestionar todo, pero esto es algo que aún no estoy lista para compartir.
- eso… eso es algo que aún no puedo decirte Haruka. – hablo con un poco de pena en la voz. – disculpame, sé que estoy siendo bastante injusta contigo, pero… aún hay cosas de mi familia, de mi pasado, mi legado que… que aún no estoy lista para decirte, pero… pero te prometo que eventualmente te las iré diciendo, así que… por favor, tenme un poco te paciencia. – termino de hablar mirando hacia las sabanas como si fuera lo más interesante del mundo, no quiero encararla y ver esa cara de enojo o reproche.
- hey. – dice y toma mi rostro con sus manos. – mirame. – y levanta mi rostro para que nos veamos a los ojos. – está bien, todos tenemos un pasado… bueno, todos menos yo… bueno, lo que quiero decirte es que no me importa, voy a esperar el tiempo que sea necesario por ti ¿está bien? – todo esto lo dijo siempre viendo hacia mí, viéndome a los ojos.
- gracias por estar a mi lado a pesar de lo complicada que soy. – confieso con un susurro, pues no entiendo como no se ha enfadado de mí.
- mira, tu tampoco sabes gran cosa sobre mí, vamos a llevar las cosas con calma y nos vamos a conocer mejor ¿de acuerdo? – dice con una sonrisa y yo no puedo hacer otra cosa que no sea asentir, siempre consigue lo que quiere de mí.
Nos quedamos mirándonos por unos segundos que me parecieron eternos y no pude soportarlo más, prácticamente tenía a Haruka sobre mí y esto es demasiado para mi autocontrol, así que comencé a besarla, pero no era un beso desesperado, no, era un beso tierno, lleno de sentimientos, no supe en que momento mis manos fueron a parar en su espalda, pero ahí estaban paseándose de arriba, abajo, pero mis manos quieran más, deseaba sentir su cálida piel, así que poco a poco fui bajando mis carias hasta que logre colar mis manos debajo de su camisa, todo iba de maravilla hasta que sentí un estremecimiento por parte Haruka, al sentir mis manos, no pude evitar alarmarme y de inmediato retire mis manos y pare el beso.
- no, no te detengas… me-me gus-gusta. – confeso mi rubia con sus mejillas bastante sonrojadas, que tierna.
- pero… te estoy enfriando. – digo con un poco de tristeza y ahí van mis miedos a asaltarme otra vez ¿es que acaso no puedo disfrutar ni un momento?
- no, no lo haces, sirena, no sé cómo explicártelo… solo… solo sé que me gusta, me gusta sentir tu tacto frio, que fascina que tu piel lo sea. – dice con mucha seguridad mi viento. – y me enloquecen tus labios fríos. – termina con una sonrisa bastante coqueta.
- pero… Haruka… – iba a tratar rebatir pues aun no me siento bastante segura, pero, mi rubia efectivamente me ha interrumpido.
- aún no he terminado. – dice con seguridad. – he visto que te incomoda el hecho de estar siempre fría. – así que lo ha notado, supongo que era de esperarse. – y siento que es ese el motivo por el cual tratas de alejarme de ti, pero… no tienes por qué hacerlo, me gusta todo de ti. – termina con una sonrisa en sus labios que simplemente es irresistible.
- oh Haruka. – si supieras todo de mi ¿seguirías pensando igual? ¿Seguirías diciendo que te gusta todo mi si supieras lo que soy capaz de hacer?
- Michiru, mi ser entero se ha vuelto adicto a tu frio. – confeso mi viento. – desde ese día en las escaleras cuando logre sentirte por primera vez, no tienes idea de cómo extrañe esa sensación. – oh Kami, es tan dulce. – sirena, siento… siento como… como si toda mi vida, hubiera estado esperando para sentir tu piel fría sobre mí. – ¿será esto el destino? ¿Kami-sama nos habrá puesto la una a la otra en el mismo camino?
- ¿Quién eres Haruka Tenoh? – cuestiono pues sinceramente no sé qué esperar de ella, tiene una facilidad nata para tranquilizarme, para hacerme sentir bien, que algunas veces me asusta.
- solo soy el viento que hace mecer las olas del mar. – dice con una sonrisa y mirándome fijamente a los ojos, como si quisiera transmitirme lo que siente, hacerme entender que no se ira, que estará ahí para mí, Haruka aún sigue siendo un misterio, pero un misterio que tengo pensado descubrir, después de todo tengo toda una vida para estar con ella.
- Haruka, yo… – ¡maldición! Amo a mi nana pero algunas veces es tan inoportuna.
- mi niña les he traído algo para que coman, mientras está la cena. – dice con su habitual sonrisa.
- gracias nana. – respondo lo mejor que puedo pues me ha quitado la oportunidad de decirle a Haruka que… bueno dejemos eso de lado.
- ¿la señorita Haruka se quedara a cenar? – cuestiona mi nana y yo volteó a ver a Haruka, sé que no se quedara, lo dejo muy claro la otra noche, no iba a estar todo el tiempo aquí.
- no, está vez no, gracias, pero tengo que regresar a mi casa. – contesta mi rubia con una sonrisa hacia mi nana y un poco sonrojada, supongo que aún no supera lo que paso la primera vez que dormimos juntas.
- de acuerdo, entonces me retiro. – mi nana dejo la bandeja en mi cama y así como entro salió de mi habitación.
- ¿entonces no te quedaras? – cuestiono un poco esperanzada, Kami, parezco una niña pequeña.
- lo siento, pero… alguien me ha invitado por un mes a Japón y tengo que adelantar trabajo para que ese mes no se note mi ausencia. – dice con una sonrisa coqueta en los labios así que era por eso… espera ¿acepta? ¿Ira conmigo?
- ¿entonces…? – dejo la pregunta abierta pues deseo que sea ella quien rellene el espacio, quiero escucharlo de sus labios.
- iré contigo, te acompañaría al fin del mundo si me lo pidieras. – responde con seguridad, de verdad no sé qué he hecho para merecer a esta persona en mi vida, pero Kami, no la apartes de mí. – pero tengo que adelantar trabajo ¿sabes? mi jefa es muy exigente y no puedo dejar todo botado. – así que quiere jugar, se nota que está de muy buen humor.
- bueno, pero tu jefa te puede dar vacaciones ¿no? – de acuerdo a lo que me dijo Setsuna, Haruka no había solicitado sus vacaciones, así que puedo aprovechar eso.
- claro, pero ¿un mes? En ningún trabajo dan esa cantidad de días, así que adelantare trabajo para pedir un permiso especial, después de todo, no puedo dejar sola a la persona que me ha invitado. – dice de forma coqueta, me encanta cuando usa ese tono de voz, hace que no pueda resistirme a ella y estoy segura que sabe muy bien el efecto que tiene en mí.
- ¿así? Y… ¿se puede saber porque no la puedes dejar sola? – cuestiono con la voz más sensual que tengo, quiero verla rendida a mí.
- porque… tal vez si la dejo sola, llegue alguien más y me la quite. – responde con simpleza y viéndome a los ojos.
- no creo que esa persona te quiera cambiar. – respondo con seguridad, pues estaría demente si permitiera que se alejara de mí.
- ¿y se puede saber porque estas tan segura? – cuestiona de manera arrogante, es mi oportunidad, quería esperar hasta que estuviéramos en Japón, pero simplemente ya no puedo esperar.
- porque… - Kami ¿Por qué me castigas así? ¿Ahora que desea mi nana? Más vale que sea importante o juro que…
- mi niña hay alguien haya afuera que te busca. - ¿a mí? Pero si yo no conozco a nadie fuera de Setsuna y Haruka y ninguno de mis empleados sabe mi dirección.
- ¿te ha dicho quién es nana? – cuestiono confundida por la situación, pues de verdad no se quien pueda ser.
- solo me ha dicho que tiene que hablar contigo de la señorita Haruka, le he dicho que estas convaleciente, pero se niega a irse. - ¿hablar de Haruka? Yo no tengo que hablar de Haruka con nadie.
- ¿de mí? – cuestiona mi rubia confundida. - ¿por casualidad no es una chica de cabello negro largo, ojos cafés y tez blanca? – cuestiona nuevamente ¿acaso la conoce? ¿Será alguna ex? Ahora que lo pienso ¿Cuántas ex habrá tenido Haruka?
- sí, así es ¿Cómo lo sabe? – si Haruka ¿Cómo lo sabes? Y es mejor que sea una buena explicación.
- ¿te acuerdas de la chica con la que me viste en la heladería? – cómo olvidarla, si me hizo pensar que estaban juntas; asiento levemente para que continúe. – su nombre es Casey, es mi amiga o bueno lo era. – ¿lo era? ¿A qué se refiere? Le doy una mirada para que continúe. – se me ha declarado hace dos días, pero le he dicho que no, ese día en la heladería, estábamos hablando de ti, yo le contaba que me tenías de cabeza; después paso lo de tu ex y se lo conté, al parecer creyó que era su oportunidad y me dijo que me quería… – es en este punto cuando ya no puedo seguir escuchando más, sé que es tonto, pues ella y yo no somos nada y hace dos días menos, tengo que saber, si esa chica se atrevió a tocar lo que es mío, sabrá quién es Michiru Kaioh.
- ¿y qué fue lo que respondiste? – cuestiono con la voz más fría que tengo, para este punto, mis manos comienzan a escocer de nuevo.
- ¿Qué no es obvio? – cuestiona de vuelta y le doy a mirada para que sepa que no estoy para juegos. – obviamente le dije que no podía corresponder sus sentimientos, yo te amo a ti. – oh Kami, dame fuerza para no lazarme sobre ella.
- tu… tu alguna vez… ¿se besaron? – sé que no debería importarme, después de todo, eso ya es pasado, pero no puedo evitarlo.
- no, nunca, para mi ella es solo mi mejor amiga, jamás la he visto como algo más. – responde con una sonrisa burlona en los labios. - ¿no me digas que estas celosa? – cuestiona con una sonrisa más amplia.
- puf, claro que no. – respondo con simpleza y viendo hacia a otro lado, pues no quiero que se de cuenta que estoy mintiendo.
- ¿segura? – vuelve a cuestionar, con esa sonrisa coqueta que sabe me encanta.
- estaba a punto de contestar pero mi nana me ha interrumpido, creo que el día de hoy se ha propuesto interrumpirme. – disculpen, pero ¿qué le digo a la señorita? – oh, es verdad, lo había olvidado, Haruka provoca esto en mí y algunas veces me asusta.
- dile que ahora voy por favor nana. – respondo con rapidez y de manera segura, si lo que quiere es guerra, guerra le voy a dar, mi nana asiente y sale de la habitación con una sonrisa.
- no tienes por qué hacerlo, iré yo, le diré que se vaya, que no tiene nada que hacer aquí. – habla mi viento con evidente molestia en la voz, creo que no le ha gustado para nada que decidiera hablar con su amiga. – tienes que reposar, si te enfermas más, no podrás ir a Japón, tú y ella no tienen nada de qué hablar. – sé que tiene razón, sé que ella es mía, aunque no seamos nada, lo sé, pero no sé qué me impulsa para hablar con esa chica.
- no te preocupes, será rápido, además ya baje una vez, no voy a morir solo por bajar las escaleras, tranquilizate, yo confió en ti, esa chica no puede decirme nada que me haga enfadarme contigo. – supongo que teme que me pueda inventar algo, después de todo, estuve inconsciente por tres días, los mismos que estuvo Haruka aquí, afuera de mi casa.
- no es eso, solo… dudo que haya venido solo hablar de forma civilizada y tú no tienes la necesidad de soportar eso, después de todo tu y yo no… - no la pude dejar continuar, no quiero escuchar que diga que no somos nada, así que he puesto uno de mis dedos en sus labios para callarla.
- está bien, no me importa bajar y ver qué es lo que quiere decirme, no pierdo nada con escucharla. – digo de forma segura, después de todo ¿Qué puedo perder escuchándola?
- dejame que sea yo quien baje y vea que es lo que quiere. – responde mi viento de forma seria, supongo que de verdad no quiere que hable con ella, no entiendo porque, pero está bien, dejare que sea ella quien baje.
- de acuerdo, ve, yo esperare por ti aquí. – claro, como si eso fuera posible, creo que mi viento necesita conocerme mejor, pues cuando más me niegan algo más curiosidad me da.
Haruka no dijo más, solo asintió, se acercó a mí, me dio un beso la mejilla, para después dirigirse a la puerta y salir de la habitación, espere un tiempo prudencial y una vez que estuve segura que Haruka ya habría bajado, salí de la habitación y baje las escaleras, me quede a mitad de ellas y al parecer llegue justo a tiempo.
- ¿Qué haces aquí? – cuestiona mi viento con voz de molestia, es la primera vez que la escucho así.
- ¿Qué no es obvio? Vine hablar con esa chica que solo está jugando contigo. – responde la chica pelinegra con enojo de igual manera… espera ¿acaba de decir que yo estoy jugando con Haruka? ¿Cómo se atreve?
- ella no está jugando conmigo, me ama y me lo ha dicho, de la misma manera en la que yo lo hago, no tienes nada que hacer aquí, tu y yo tenemos días que no nos hablamos, no vengas aquí en tu pose de amiga. – hablo Haruka; vaya, eso ha sido algo duro, pero creo que se lo tiene merecido esa chica.
- no puedo creer que TU, quien puede tener a cualquier chica a sus pies y en su cama, se haya vuelto loca por una niña de papi. – responde la chica con más molestia ¿escuche mal o acaba de decir que MI viento podía llevarse a quien sea a la cama? Y encima ha dicho que soy una niña de papi, es una… calma, calma.
- ese tiempo ya paso, esa ya no soy yo y no voy a tolerar que hables así de ella, es la persona a quien amo. – Haruka responde con una naturalidad y una seguridad que no dejan lugar a dudas.
- no me hagas reír Haruka, tu celular estaba repleto de teléfonos de chicas, no había un día que no tuvieras a alguien en tu cama ¿ya se lo dijiste? Le has dicho a la chica… ¿Qué amas? Eso dijiste ¿no? La amas ¿entonces sabe de tu pasado? – suelta pregunta tras pregunta la chica, supongo que era a esto a lo que Haruka temía, no puedo evitar sentirme celosa, pues al parecer no ha tenido una sino varias parejas y se ha acostado con todas ellas.
- yo… yo se… - Haruka trataba de responderle a su amiga, pero está al verla dudar, raro en mi viento, pues siempre es muy segura a menos que este conmigo; la ha interrumpido.
- no te mientas Haruka, ni trates de mentirme, te conozco, ha sido por eso que no la has dejado bajar ¿no? ¿Tienes miedo que ella descubra tu oscuro pasado? – no voy a permitir que nadie haga sentir mal a mi viento, todo el mundo tiene un pasado que no quiere recordar, pregúntenme a mí.
- ella no tiene secretos para mí. – hablo terminando de bajar las escaleras, hasta aquí ha soportado mi paciencia.
- ¿pero qué haces? ¿Por qué has bajado? – cuestiona mi rubia con preocupación, pero no es por lo que escuche, no, es por mi salud. – esto te puede hacer mal, aun estas convaleciente. – termina de hablar Haruka mientras se acerca a mí para ayudarme a terminar de bajar las escaleras.
- ha sido porque estoy aún convaleciente que no he bajado de inmediato, pero aquí me tienes ¿de qué quieres hablar? Y más vale que sea rápido, porque Haruka y yo estábamos… muy… ocupadas, tú me entiendes. – digo mientras le guiño el ojo y puedo ver como mi rubia no tarda en sonrojarse, con eso no le quedara duda de que digo la verdad.
- vaya, pues veo que no ha perdido el toque, siempre se termina llevando a todas a la cama y después las desecha. – responde esa pseudo amiga de Haruka con rencor en la voz, pero no voy a permitir que me descontrole.
- pues no sé cómo haya sido con las otras, pero eso es algo que no tiene importancia para mí, así que si eso era todo lo que tenías que decirme, ya sabes dónde está salida. – responde con tranquilidad y le doy la espalda para hacer énfasis en que la charla ha terminado.
La chica no dice nada y permanece de pie mientras Haruka me ayuda a subir las escaleras hacia mi cuarto nuevamente, no ha dicho nada y creo que está pensando que estoy molesta, al llegar a mi habitación, me ayuda a meterme en la cama de nuevo para posteriormente quedarse pie y comenzar a hablar.
- Michiru, yo… lo siento. - ¿se está disculpado? ¿Por qué? ¿Por qué no me dijo acerca de su pasado? Eso no me afecta, decidimos llevar las cosas con calma es más que obvio que aún hay muchas cosas que no sabemos la una de la otra.
- ¿Por qué te estas disculpado? – cuestiono con voz calmada y puedo ver como Haruka voltea el rostro. - ¿es por lo que dijo tu… esa chica? – ya no creo que sea su amiga no después de esa escena, Haruka solo asiente y sigue sin mirarme. – mirame, todos tenemos un pasado Haruka, es normal tener secretos ¿recuerdas? Yo también tengo los míos, poco a poco. – digo con seguridad para que entienda que estoy lejos de estar molesta.
- poco a poco. – repite ella y se acerca a mí para depositar un dulce beso en mis labios, el beso es tan dulce, tierno, no tengo idea de cómo he podido vivir sin probar sus labios antes. – tengo que irme, como dije, tengo que adelantar trabajo si quiero escaparme de el por un mes. – dice con una sonrisa mientras nuestras frentes están unidas.
- ¿de verdad tienes que irte? – me gustaría estar más tiempo con ella, sé que he dicho que está bien y me he comportado como que no me importa, pero estoy muerta de celos y las dudas no paran de asaltar mi cabeza.
- sí, lo siento mi sirena, pero te prometo que mañana vendré a verte después del trabajo. – responde con una sonrisa mientras cierra sus ojos. – me fascina estar así contigo, no me preguntes porque, solo sé que me fascina, me tranquiliza… tengo miedo. – suelta sin más y eso solo hace que mi cuerpo involuntariamente se estremezca, miedo, ¿será miedo por mi acaso? No digo nada y dejo que continúe. – no te hagas ideas equivocadas. – dice aun con los ojos cerrados.
- ¿Cómo? – no puede ser ¿se ha dado cuenta de la reacción de mi cuerpo?
- no temo por ti, jamás te temería, temo perderte, justo en este momento mi mayor temor es perderte, Michiru, yo no solía ser como soy ahora. – comenzó a hablar mi viento aun con los ojos cerrados y nuestras frentes juntas. – en el orfanato donde crecí, hubo un maestro que fue el único que creyó en mí, vio la capacidad que tenía para aprender más rápido que los demás y me adopto… ja yo estúpidamente pensé que mi vida sería mejor… pero no lo fue, el solo quería explotarme, me obligaba a estudiar día y noche, no tenía amigos, solo tenía mis libros, mi refugio para escapar de la horrible realidad que era mi vida. – Kami ¿Por qué me está contando todo esto? Se le ve que está costando trabajo hacerlo. – después de cierto tiempo pensé que si reprobaba dejaría de tener interés en mí y me devolvería al orfanato… que ingenua fui, pues eso no hizo más que enfadarlo más, me encerraba por horas en el closet… tengo miedo a los espacios cerrados y a la oscuridad. – confiesa y puedo ver cómo está luchando por retener sus lágrimas, supongo que no he sido la única que ha sufrido, pero esto… es… tengo que seguir escuchando, por ella, debo ser fuerte. – aprendí a sobrellevarlo, me refugiaba en mis libros y así pasaron los años, en mi último año de preparatoria, conocí a Casey, ella se acercó a mí a pesar de las incontables veces que yo la alejaba, al final terminamos siendo amigas, pero solo la podía ver en la escuela, de acuerdo con el profesor, los sentimientos como la amistad o el amor, solo entorpecen tu cerebro, así que no me dejaba salir; mi rutina era, de casa a la escuela y viceversa, no podía desviarme o retrasarme porque me encerraba en el closet; un día antes de que entrara a la universidad el murió. - ¿lo ha dicho con alivio? Supongo que es normal, después de lo que ese hombre le hizo.
- yo lo… - iba a hablar pero me ha interrumpido colocando uno de sus de sus dedos en mis labios.
- no digas que lo sientes, por favor no, porque ese día… ese día yo fui libre, sé que debes de pensar que soy un monstruo pero… al fin podría hacer todo lo que siempre quise hacer; y al ser su hija legal, me dejaron la casa y el poco dinero que tenía en el banco, como comprenderás vendí la casa y compre el apartamento donde vivo actualmente, deje un poco de dinero para mí y el resto lo done al orfanato, pague la universidad trabajando por mi cuenta, pero antes de eso… estuve a punto de abandonarlo, todo. – Kami, cuando ha sufrido y a pesar del dolor que le cuesta decir todo eso se está abriendo a mí. – al fin tenía esa libertada que siempre quise y no dude en aprovecharla, diariamente salía a algún antro o algún bar, regresaba al departamento con una o dos chicas, solo… solo eran encuentros ocasionales, no era nada serio, después de todo, yo no conocía el amor, no sabía que era eso, Casey tenía razón, siempre tenía a una chica en mi cama, nunca estaba sola, porque pese a todo, me daba miedo estarlo; no asistía a clases, estaba a punto de perder el año, no tenía ni siquiera para comer, esas chicas con las que me acosté, si me veían volteaban la cara; una noche, al salir de un bar ebria, alguien igual de ebrio que yo me arrolló; estuve una semana inconsciente en el hospital, los médicos me tenían como un caso perdido, pero ¿sabes? Paso algo que aún no logro comprender… mientras estaba inconsciente, una voz… sé que sonara loco, pero, una voz me hablo. – ¿una voz? ¿Acaso…? No puede ser ¿o sí? – me dijo que no podía rendirme, que había alguien que estaba esperando por mí, que tenía un futuro, una vida; me mostró imagines mías con una familia, no logre ver sus rostros pero esa imagen me dio la fuerza para regresar; desde entonces cambie, deje de salir, de beber y me concentre en los estudios, recupere el año y ahora aquí estoy, haciendo la práctica para recibirme de mi carrera en ingeniería genética. – dice un poco más relajada pero aun sin mirarme, sigue con ojos cerrados. – y esa es mi historia.
- oh Haruka. – no sé qué más decir, así que la abrazo, la estrecho fuertemente en mis brazos para tratar de transmitirle todo lo que siento con lo que me ha contado, ¿está…? Su cuerpo tiene espasmos, supongo que después de recordar todo eso es normal, ahora también yo estoy derramando lágrimas, no puedo creer por todo lo que ha tenido que pasar y sin embargo, siempre tiene una sonrisa en sus labios, siempre están positiva, nunca se deja vencer, ahora entiendo porque.
- bueno. – dice mientras se separa de mi abrazo y limpia sus lágrimas y las mías. – será mejor que me vaya, ya es un poco tarde. – no, no permitiré que se vaya, siento… siento que si lo hago, jamás la volveré a ver.
- no, no te iras, te quedaras conmigo. – para mi buena fortuna, Haruka no replico, se cambió frente a mí y se metió en la cama, aferrándose a mi cintura.
Mi nana vino tiempo después para indicarme de la cena, pero le dije que no cenaría y que Haruka se quedaría; esa noche no dormí, estuve velando el sueño de Haruka, se aferraba a mí con tanta desesperación que supe que de verdad temía perderme, pero yo jamás me separare de su lado, no permitiré que nadie más la lastime, eso jamás.
La semana paso sin que fuéramos conscientes de ellos siquiera, después de ese día donde Haruka se abrió conmigo y me dijo todo sobre ella, la note más tranquila y cómoda a mi lado; nuestros besos eran más frecuentes aunque aún no hacíamos nada formal; como prometió mi rubia adelantó trabajo quedándose hasta tarde en el laboratorio o llevando trabajo a casa y todo eso nos ha llevado hasta aquí, el día en el cual partiremos a Japón para ver a mis padres y mi hermano, para que Haruka pueda saber la verdad sobre mí.
Haruka ha dormido está noche en casa para partir lo más temprano al aeropuerto ya que ella cuando duerme no hay poder humano que la despierte, así que paso la noche en casa; por suerte para ambas mi nana siempre en todo y ella nos ha despertado temprano ya que ni Haruka ni yo nos acordamos de poner el despertado; por suerte todo ha salido y ahora aquí estamos a punto de abordar el avión que nos llevara a Japón y aun no tiendo porque no dejo de pensar que nos llevara a nuestro destino.
- Michiru. – llama mi viento, yo solo volteó a verla para indicarle que la escucho. –aun no me has dicho ¿a qué parte de Japón iremos? – vaya tiene toda la razón, ni siquiera lo había pensado.
- tienes razón, lo siento, pero tú también debiste de haber preguntado. – digo de manera divertida a lo que ella solo se sonroja y se rasca tras su nuca, es que no puede ser más adorable. – iremos a Kioto, es ahí donde mi familia tiene su residencia permanente, todo nuestro legado está en Kioto. – digo de manera simple, aunque no deja de asaltarme este presentimiento de que algo está a punto de suceder… la pregunta es ¿Qué?
Continuara…
