Capítulo 8.
- tienes razón, lo siento, pero tú también debiste de haber preguntado. – digo de manera divertida a lo que ella solo se sonroja y se rasca tras su nuca, es que no puede ser más adorable. – iremos a Kioto, es ahí donde mi familia tiene su residencia permanente, todo nuestro legado está en Kioto. – digo de manera simple, aunque no deja de asaltarme este presentimiento de que algo está a punto de suceder… la pregunta es ¿Qué?
Continuara…
En ese momento llamaron para comenzar a abordar y como ya era costumbre en nosotros Haruka tomo mi mano y nos dirigió hacia la puerta donde estaban abordando; por petición de ella vamos a viajar en clase turista ¿Por qué? Porque la orgullosa de mi rubia se negó a que pagara su pasaje en primera clase y tampoco quiso que le completara el pasaje, así que las dos nos iremos en turista, ella me insistió en que me fuera en primera clase, pero ni loca me separo de ella, Kami sabe que le pueda pasar si la dejo sola; una vez que abordamos localizamos nuestros lugares, para mi mala suerte a mí me toco en medio, pero gracias a mis chantajes Haruka me cedió su lugar en la ventana; en poco tiempo el avión despego y como cada vez que viajo, después de dos horas de vuelo iba a comenzar a dormirme, Haruka había sacado un libro y había comenzado a leer, así que yo tenía pensado dormir, si tenía, porque nada más ver que cerraba los ojos Haruka me hablo.
- ah no, ni lo pienses, no voy a dejarte dormir. – sentencio mi rubia con cara de fingido enfado.
- ¿Qué? ¿Por qué? – cuestione confundida por la actitud de mi rubia ¿Qué tenía de malo que durmiera?
- ¿me quitaste mi lugar en la ventana para dormir? – cuestiono mi oji-verde, pero ni siquiera me dejo contestar. – si solo vas a dormir, dejame el lugar de la ventana y regresa al tuyo. – dijo de manera firme.
- ¡¿Qué?! – cuestione incrédula pues la cara de Haruka no dejaba lugar a dudas, estaba hablando en serio. – debes de estar bromeando, no puedes hacerme esto, Haruka tengo mucho sueño. – dije con mi mejor cara para que me dejara quedarme con el lugar.
- ni pienses que eso funcionara de nuevo, si quieres dormir tendrás que hacerlo en tu lugar, ósea en medio. – bueno, supongo que sí quiero dormir tendré que cambiar de lugar, si tengo mucho sueño, casi no dormí por los nervios, a diferencia de mi viento que nada más tocar la cama se quedó más que dormida, yo no pude hacerlo hasta muy entrada la madrugada.
- está bien, cambiemos de lugar. – cedi finalmente, después de todo mi sueño puede más.
Haruka solo sonrió y se levantó un poco para hacer el cambio, yo hice lo mío pero no sé cómo paso que mis pies y los de ella se enredaron y termine sentada en las piernas de mi viento, con sus manos en mi cintura, pude ver como ella se sonrojaba pero no retiraba sus manos sino que afirmaba el agarre; Kami, dame fuerza, porque de lo contrario me le tirare encima; me fui acercando poco a poco a sus labios, ya no podía resistir más, pero un carraspeo me detuvo de mis intenciones.
- pueden buscar un hotel y hacer eso al bajar del avión ¿saben? – hablo el hombre que estaba sentado en el asiento del pasillo de nuestra fila.
Haruka no hizo más que sonrojarse y yo solo le sonreí, me quite de encima de mi rubia y por fin cambiamos de lugar, mientras ella se sumergía en su libro, yo me deje llevar por Morfeo; no supe cuánto tiempo había pasado cuando desperté, Haruka seguía leyendo y el tipo del a lado estaba viéndome, pero al percatarse que lo había descubierto volteó el rostro.
- ¿dormiste bien? – cuestiono Haruka con una sonrisa, había cerrado su libro y ahora me veía a mí.
- si muy bien, gracias. – respondí de la misma manera, Haruka siempre me contagia con su buen humor.
- que bien, porque ya casi hemos llegado, creo que faltan como dos horas. – dice ella viendo por la ventana; al voltear el rostro puedo ver como su cara cambia a una de espanto total. – epistaxis. – habla mi rubia alarmada, saca del bolsillo de su pantalón un pañuelo y me lo da, ya me lo temía, aquí vamos.
- tranquila Haruka, voy al baño para limpiarme. – digo mientras sujeto el pañuelo que medio contra mi nariz, no debí dormirme, ahora estará preocupada por mí.
- ¿quieres que te acompañe? – por ahora será mejor que te quedes aquí, no quiero preocuparte más, además esto ya es algo normal en mí.
- no, tranquila, ahora vuelvo. – respondo y me levanto para salir de los asientos hacia el pasillo, antes de irme puedo ver como mi viento tiene esa cara de preocupación que no puede con ella. – estoy bien, de verdad. – le aseguro y comienzo a caminar hacia el baño; debí de estar más alerta, sabía que algo así podía pasar, después todo estamos a punto de llegar esto es lo normal, aunque tengo bastante tiempo sin venir sé que es normal por mi condición así que no tengo nada de qué alarmarme.
Una vez en la baño, saco del bolso lo que Darien me dejara en su última visita, ni siquiera sabía que las había dejado para mí, hasta que buscando unos calcetines para Haruka me topé con ellas; tomo un poco y comienzo a limpiar mi nariz, por suerte el efecto es inmediato; veo el pañuelo de Haruka el cual está arruinado, tendré que regalarle otro; desecho el pañuelo y una vez que estoy segura que mi nariz está limpia vuelvo a mi lugar.
- ¿Cómo estás? – cuestiona mi viento aun con ese rostro de preocupación.
- estoy bien, tarde un poco porque la hemorragia no remitía, pero estoy muy bien, sé que debí decírtelo antes, pero esto me pasa siempre que viajo, pero ya he tomado el medicamento, así que todo está bien. – mentira, pero por ahora no puedo contarle la verdad, necesito un poco más de tiempo.
- bueno, menos mal, pero si debiste de decírmelo antes, así no me hubiera llevado semejante susto. – y esto no es nada comparado con lo que tengo que contarte Haruka.
- lo siento de verdad. – digo apenada, pues sé muy bien que Haruka se preocupa mucho por mí y fue una tremenda impresión para ella el verme así.
- tranquila, lo importante es que ya paso y que estas bien. – responde con una sonrisa, se ve que ya está más tranquila. – por cierto, que lindo colgante, no lo traías cuando abordamos ¿o sí? – ¡rayos! Lo olvide, me colgué el regalo de Darien en el cuello antes de salir, en lugar de guardarlo en mi bolso.
- gracias, si ya lo traía, tal vez no te diste cuenta, es un obsequio de Darien. – hablo lo más tranquila que puedo, solo espero que no cuestione que es, por favor que por una vez su curiosidad no aparezca.
- mmmm, que raro, no recuerdo habértelo visto puesto, pero bueno, es muy bonito. - ¿Qué? ¿Ya? ¿Es enserio? ¿No va a cuestionar más? Gracias Kami.
Haruka y yo estuvimos hablando de todo y nada una vez que estuvo más tranquila con respecto a mi hemorragia y logre que olvidara el tema del colgante; después de cierto tiempo Haruka comenzó a cuestionarme acerca de mi familia y el breve tiempo que estuve con ella; sin poder evitarlo le conté todo, omitiendo claro algunas cosas que aún no estoy lista para revelar, cuando menos no todavía; después de cierto tiempo, Haruka se durmió sobre mi hombro y yo no pude evitar seguirla, me encanta estar así con ella.
De pronto se escucha la voz del capitán sacándonos de nuestro sueño, está solicitando que abrochemos nuestros cinturones al parecer ya vamos a aterrizar, creo que si dormí mucho, espero que Haruka también lo haya hecho y que no se la haya pasado leyendo, aunque con la diferencia horaria creo que llegaremos de madrugada, no avise a que ahora llegaríamos así que Haruka y yo podemos quedarnos en un hotel hasta que sea de día para avisarle a mis padres que ya hemos llegado, que por cierto tampoco les dije que Haruka vendría conmigo, esa será otra sorpresa, solo espero que todo salga bien y que este presentimiento sea solo eso, un presentimiento y que nada malo pase por favor.
Después de cierto tiempo, el avión aterrizo y nosotros descendimos, como dije es de madrugada, así que le digo a Haruka lo de quedarnos en un hotel a esperar que sea una hora más decente para llamar a mis padres e informarles que hemos llegado, mi rubia solo asiente indicándome que está de acuerdo, salimos del aeropuerto y consigo un taxi, después de que subiera las maletas al auto, le indico hacia donde nos debe llevar.
- ¿shiraume? ¿Así se llama el hotel? – cuestiona mi rubia con rostro confundido, después de todo ya estamos en Japón.
- así es joven y es uno de los mejores hoteles aquí en Kioto. – rayos ¿Por qué el taxista no se limita a conducir? Se lo que Haruka me dirá.
- woo ¿en serio? – no parece que se haya molestado, ella no quiere que yo le costee los gastos, pero al parecer no dirá nada por ahora.
- ¿es su primera visita a Japón? – cuestiona el taxista para hacer más ameno el viaje, aunque justo ahora preferiría que se quedara callado, no quiero que Haruka cuestione más sobre el hotel y se moleste.
- el mío sí, pero ella es originaria de aquí. – responde mi rubia de manera alegre, parece que no le ha afectado lo del hotel.
Haruka y el taxista continuaron hablando hasta que llegamos al hotel, claro que mi rubia siempre procuro incluirme en la conversación ¿no es linda? al bajar del taxi pago por el viaje, pero sucedió algo muy extraño, tomo las maletas dirigiéndose al hotel sin siquiera esperar por mí, ¿Qué está pasando? ¿Acaso dije algo malo? O ¿acaso se molestó por mi elección de hotel? Creo que debí consultarlo con ella antes, este viaje es para que amabas lo disfrutemos y no quiero peleas durante él.
- ¿puedes esperar? – cuestiono antes de que Haruka pudiera entrar al hotel; ella solo se detuvo pero no volteó hacia a mí. - ¿se puede saber qué te pasa? – cuestiono nuevamente, aunque creo que me he excedido, ha sonado muy rudo. – Haruka ¿Qué pasa? – vuelvo a cuestionar de manera más calmada, pero ella no responde nada, solo está ahí parada.
- Mi-chi-ru… no me siento bien. – responde secamente mientras se lleva una de sus manos a su cabeza, Kami no.
- corro hacia ella y la sujeto de los hombros. – Haruka, Haruka por Kami, respondeme ¿estás bien? – hablaba más que alarmada, si le pasa algo por el viaje jamás me lo perdonare.
- Michiru, yo... – hablo dejando las maletas y volteando a verme, pero su mirada se ve perdida, como si no estuviera aquí, no es la misma mirada esmeralda de mi viento.
- será mejor que entremos, debe ser por el viaje, como no estas acostumbrada a viajar, tal vez te sentó un poco mal la altitud. – dije más para mí que para ella, pues justo ahora mis miedos están tratando de hacerse presentes y no quiero dejarlos salir.
- si, tal vez tengas razón. – respondió débilmente mi rubia, parece cansada, lo puedo ver en su rostro, aunque también puedo ver una leve mueca de dolor, debe ser por su cabeza. – vamos. – dice mientras trata de levantar las maletas de ambas, pero la detengo, no quiero empeorar su malestar.
- yo llevare la mía y no acepto quejas, no estás bien como para estar cargando estas cosas, además al entrar al hotel se las llevaran. – digo de manera simple, después de todo, conozco muy bien este hotel.
- Michiru, gracias por estar a mi lado. – dice de manera seria, lo que hace que me sonroje levemente, es de las pocas cosas que logra decirme que me sonrojan.
- debería ser yo quien te agradezca a ti; pero ven, vamos a registrarnos, para que descanses un poco. – tomo su mano con una de las mías y con la otra una de las maletas, mientras ella toma la otra, al llegar a recepción enseguida me reconocen, toman mi maleta y la de Haruka; sin perder tiempo me entregan la suite, privilegios de ser la hija del dueño, mientras la suite no este ocupada por un huésped, está disponible para la familia. – por cierto, mi familia es dueña de este hotel. – digo de manera divertida al ver la cara de no entender nada de mi viento.
- woo lo supuse por la manera en la que te atendieron, además de que no necesitaste abrir la boca, automáticamente ya sabían lo que tenían que hacer. – responde mi rubia con una sonrisa en los labios, al parecer nada de esto le molesta y eso me alivia un poco, no quiero que sienta que trato de humillarla u ofenderla con mis acciones.
Al llegar a la suite Haruka parecía aún más cansada y al parecer se ve que el dolor no ha menguado, no entiendo que es lo que está pasando con ella pero sin duda algo pasa, ella nunca se había sentido mal, jamás la había visto quejarse de algún malestar, cuando menos el tiempo que tengo de conocerla y esto solo hace que me preocupe más, nunca había demostrado lo que hace unos momentos me mostro, además no parece ella, es como si, como si ahora se esforzara por parecer ella; creo que lo mejor será que duerma un poco para recuperarse, tal vez el viaje le afecto.
Mande a mi rubia a darse un baño y posteriormente yo tome uno, al salir me encontré con que ya estaba completamente dormida, creo que si estaba cansada por el viaje, me coloque la pijama y después de ver unos cuantos capítulos de una serie que pasaban en televisión me quede dormida al lado de mi viento; no supe cuánto tiempo había pasado pero desperté por unos movimientos y unos golpes que me dieron en la espalda.
- ¿pero qué demonios…? – susurre aun medio dormida a nadie particular.
- NO, DEJAME NO QUIERO. – ese grito no hizo más que alarmarme y despertarme completamente, al voltear era mi viento quien me había golpeado, al parecer estaba teniendo una pesadilla.
- Haruka, tranquila, es solo un sueño, despierta, vamos, estoy aquí. – pero nada daba resultado, era como si mis palabras no llegasen hacia ella, no sabía que más hacer, mientras la veía sufrir.
- ¡NO! Michiru AYUDAME, POR FAVOR. – para este punto no lo pude soportar más y me subí a horcadas a sus piernas para detenerlas, sujete sus manos con una de las mías y sin pensarlo le di una fuerte bofetada, no paso mucho tiempo para que lograra ver cómo habría los ojos. - ¿Michiru? – cuestiono confundida, ahora si parecía la Haruka que yo conozco ¿Por qué lo digo? Porque está adorablemente sonrojada por la posición en la que estamos.
- ¿estás bien? – cuestione con mi respiración agitada, aunque no lo pareció hice un gran esfuerzo para detener sus piernas y manos.
- s-sí, p-pero… ¿Por qué tu…? ¿Por qué estas… sobre mí? – cuestionó muy roja mi rubia, creo que la he recuperado, pero aun así, me asalta la duda ¿Por qué se comportó Haruka así ayer?
- estabas teniendo una pesadilla ¿no lo recuerdas? – cuestione confundida, pues parecía que no entendía y yo menos que ella.
- ¿una pesadilla? No, no lo recuerdo. – ¿Qué diablos? ¿Qué está pasando?
- muy bien, vamos a comprobar una teoría. – Haruka ¿recuerdas que ayer tu y yo…? – cuestione de manera sugerente mientras aún estaba sobre ella, así sabré si está tomándome el pelo o no, cuando está bastante nerviosa no puede mentir.
- ¡¿Qué?! ¡¿cu-cu-cuando?! ¡¿En qué momento?! Perdoname Michiru, no te molestes pero no... Yo…. – está muy nerviosa y sigue con la misma expresión, es obvio que no está mintiéndome. – además… nada más…. llegar al hotel, me mandaste a bañar… al salir yo, entraste tú, qui-quise esperarte pero el sueño me venció. – termina de responder un poco apenada, seguramente porque no pudo esperarme, pero eso no me molesta, pero es hora de contratar, como está lo suficientemente nerviosa, responderá sin mentir.
- Haruka, respondeme francamente ¿de verdad no recuerdas que estabas teniendo una pesadilla? – cuestiono nuevamente, cuando está nerviosa es como un libro abierto para mí, no pienso perder está oportunidad.
- de-de-de verdad no, no-no lo re-recuerdo. – esto es bastante extraño, creo que lo hablare con Luna una vez que esté en casa. – ¿Michiru estas bien? Es la segunda vez que me cuestionas sobre mi sueño ¿No será que lo soñaste tu? – claro, ahora la loca soy yo, cuando claramente la de pérdida de memoria a corto plazo es ella.
- jajajajajaja, solo quería jugarte una broma, por lo general, siempre despiertas con el uno por ciento de tus neuronas. – dije de manera divertida, aunque la verdad, esto no me está gustando nada, las personas normales, no se olvidan de las cosas, así como así. – pero veo que caíste, voy a avisar a mis padres que ya estamos aquí, para que envíen a alguien por nosotros. – me bajo de ella y tomo mi celular de la mesita de noche y marco el número de casa.
Después de tres timbres cogieron el teléfono y pedí que me pasaran con mi madre, le dije que ya estaba en Kioto y necesitaba que mandaran a alguien por mí, no le dije que venía acompaña, quiero que Haruka sea una sorpresa para ellos, mi madre grito de la emoción y me dijo que enviaría a alguien, que en veinte minutos estaría afuera esperando por mí, le agradecí y termine la llamada para volver al lado de mi viento; al llegar a su lado, aún estaba en la cama dirigiéndome la mejor de las sonrisas, Kami, como amo a esta mujer, pero por mucho que ame estar con ella así, tenemos que apresurarnos.
- mi madre enviara a alguien por nosotras, estará aquí en veinte minutos así que será mejor que comencemos a prepararnos. – creo que eso ha salido con un poco de decepción, después de todo quería pasar más tiempo con Haruka, mi viento no me ha dado ni un beso desde que llegamos a Japón, sé que no somos nada pero estos se habían vueltos frecuentes entre nosotras.
- bien, pues será mejor que nos preparemos, no queremos hacer esperar a tus padres. – dice con su sonrisa habitual y comienza a caminar hacia su maleta para coger algo de ropa y meterse al baño.
Tanto Haruka como yo nos arreglamos en tiempo record, bajamos quince minutos después para entregar la llave de la habitación y esperar a quien vendría por nosotras, solo espero que no demore mucho porque estoy sintiendo algo de hambre y sé que Haruka está igual o peor que yo; cinco minutos después veo llegar una camioneta negra y no puedo evitar sonreír es la de Darien, veo cómo se baja de la camioneta con sus lentes oscuros y seguido de él baja Serena, debí suponerlo, mi cuñadita no lo deja ni a sol ni a sombra.
- hola. – saluda mi hermano una vez que estuvo dentro y nos vio. – bienvenida a casa hermanita. – y sin esperar respuesta me abraza elevándome un poco y girando conmigo. – te eché de menos.
- estoy de vuelta. – le respondo correspondiendo el abrazo. – yo también te echado de menos. – como no tiene una idea, pero no es momento de ponernos sentimentales.
- pero mira nada más a quien tenemos aquí. – habla Darien después de haberme saludado y viendo a Haruka. – Haruka Tenoh en persona, oh… debo decir ¿cuñada? - ¿es enserio? Tierra tragame ¿Cómo se le ocurre preguntarle algo así? Mi hermano es un desubicado.
- amm… – oh Kami, ahora está sonrojada y creo que yo también, no sabe que decir y sinceramente yo tampoco, no pensé que mi hermanos fuera a salir con algo así. – hola Darien, gusto en saludarte. – ha evadido el tema, supongo que porque no sabe cómo responder y no la culpo.
- jajajajajaja, bueno, ya lo sabré más tarde. – responde mi hermano quitándole importancia al asunto, claro me interrogará a la menor oportunidad, pero no tengo pensado decir nada hasta que lleguemos a casa.
- dejalas en paz Darien. – habla por fin mi cuñada, estaba pensando que mi hermano le había comido la lengua. – ya cuñada, dime. – claro, le dice a mi hermano que nos deje en paz para ser ella quien me interrogue. - ¿Quién es la chica que ha hecho que el corazón de la princesa de hielo se derrita? – por favor, díganme que no me ha llamado "princesa de hielo" lo dicho mi hermano y ella son tal para cual, unos desubicados los dos.
- oh claro, que malos modales los míos. – vaya hasta que lo reconoces Darien. – Haruka, te presento a mi prometida, Serena Tsukino. – hace las presentaciones mi hermano.
- mucho gusto. – habla mi viento, mientras estira su mano para estrecharla con Serena.
- el gusto es mío. – estrecha la mano mi cuñada mientras responde el saludo, vaya cuando menos eso ha salido bien. – he escuchado maravillas de ti. – demonios, cante victoria muy pronto.
- ¿así? Pues no tengo idea ¿De qué maravillas hablas? – cuestiona mi rubia confundida… ¿sí? ¿De qué habla está loca?
- bueno de que más va hacer, que estas derritiendo el corazón de cierta princesa de hielo. – y dale con ese sobrenombre, que no soy ninguna princesa de hielo diablos. – no es así ¿cuñadita?
- ¿en serio me lo está preguntando? Es que no se puede ser más desubicada. – hay Serena, tu siempre tan loca y desubicada. – respondo ignorando la pregunta, no se lo digo en tono de enfado, pues la conozco y no puedo enojarme con ella por sus comentarios.
- bueno, tenemos algunas horas antes de encontranos con nuestros padres ¿Qué quieren hacer? – cuestiona mi hermano para romper el ambiente que se ha cernido.
- pero antes de alguno dijera algo el estómago de Serena rugió con mucha fuerza, causando que está se sonrojara muchísimo, prácticamente parecía una bombilla. – bueno, yo te puedo apostar que es lo que quiere hacer Serena. – respondí de manera divertida.
- mou, esa no es mi culpa, primero Darien me despierta a deshoras de la madrugada… – comenzaba a quejarse mi cuñada pero fue interrumpida por mi hermano.
- Serena eran las nueve, no era de madrugada. – se defiende mi hermano con una sonrisa divertida.
- para mi si y más en fin de semana. – se quejaba mi cuñada todavía más, bueno, eso confirma mis sospechas, se está quedando en casa, será un mes bastante entretenido.
- amor, estas de vacaciones. – rebatía mi hermano y tanto Haruka como yo no podíamos parar de reír por las tontas peleas de estos dos.
- mou Darien, deja de contradecirme y vamos a comer que muero de hambre. – termino mi cuñada con uno de sus famosos pucheros, me pregunto si… ¿será que yo me veo así como Serena cuando deseo algo de Haruka?
- bueno, aunque jamás pensé decir esto en mi vida, Serena tiene razón, vamos a almorzar. – dije de manera divertida para burlarme de mi cuñada, pues jamás se le ocurría nada bueno.
- ¡oye! – se quejó indignada, inflando sus mejillas. – Michiru, eres tan cruel como Rei. – dice fingiendo molestia, pues sé que a pesar de todo adora a Rei, es su mejor amiga. – vamos Haruka, no te quedes atrás, sé que mi cuñada no tiene ni una pizca de encanto o de humor pero aun así no es mala chica. – hablaba Serena hacia Haruka, sé que lo hace para vengarse por mi comentario. – después de todo ¿sabes cómo le apodaban cuando se mudó a Alaska? - ¿así? Conque esas tenemos verdad, bien Serena tú te le buscaste.
- bueno está decido vamos a comer. – hablo Darien antes de que yo pudiera decir algo, me conoce demasiado bien ha intervenido en el momento justo.
Haruka tomo mi maleta y la de ella, aunque rápidamente Darien se las quito de las manos alegando que ella era la invitada, así que el cargo las maletas, pero… nada más salir de la puerta de hotel un grito desgarrador me helo cada parte de mi cuerpo.
- ¡AAAHH! – al escuchar ese grito no hice más que buscar de dónde provenía y lo peor que podía pasar paso… el grito venia de Haruka, tenía sus manos presionando su cabeza y estaba de rodillas pero... ¿Por qué? ¿Qué paso?
- corrí hacia ella y me arrodille a su lado. – Haruka hablame ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? – cuestione con mi voz quebrada, si algo le pasa jamás me lo perdonare.
- du-duele. – se veía que estaba sufriendo. – ¡DUELE MUCHO! – volvió a gritar pero esta vez con desesperación; Darien y Serena ya estaban a nuestro lado. - ¡FRIO! ¡SE SIENTE FRIO, AHHH! – volvió a gritar, Kami, no sé qué hacer ¿Qué hago? No quiero verla sufrir.
- de pronto la voz de Serena se escuchó y eso no hizo otra cosa que llenarme de miedo. – Darien ¿traes lágrimas de luna contigo? – lágrimas de luna, no puedo creer que esté pensando en darle eso a Haruka.
- si ¿Por qué? – cuestiono mi hermanos preocupado y confundido.
- dámelas. – fue lo único que respondió mi cuñada con decisión, no, no lo puedo permitir.
- Serena, no puedes, no sabes lo que puede pasar. – dije con temor, pues si la hipótesis de Serena no era correcta las lágrimas de luna podrían matar a Haruka.
Continuara…
