Capítulo 9.

- Serena, no puedes, no sabes lo que puede pasar. – dije con temor, pues si la hipótesis de Serena no era correcta las lágrimas de luna podrían matar a Haruka.

Continuara…

- tengo un presentimiento acerca de esto. – responde mi cuñada con una voz y un rostro bastante serios que son bastante raros en ella. – Darien dame las lágrimas de luna. – mi hermano saca el frasco del bolsillo de su pantalón y se lo da a Serena, quien inmediatamente lo destapa y le da un poco de beber a Haruka, yo solo espero que todo salga bien.

- tranquila, Serena sabe lo que hace, recuerda que ella estudio con Luna. – claro, pero aún sigue estudiando y no es como si mi cuñada fuera la persona más lista del mundo.

- woo ¿Qué me diste? - ¿Cómo? Es su voz, Haruka está bien, el efecto al parecer fue inmediato, no logro ver ninguna muestra de dolor en su rostro, está bien, gracias Kami.

- oh bueno, eso era… - Serena tonta, no le puedes decir que eran, aunque es más que obvia una cosa, si las lágrimas de luna funcionaron con Haruka, eso quiere decir que ella…

- es una medicina natural... de… una… amiga de la familia. – responde Darien sacándome de mis pensamientos e impidiendo que Serena dijera algo innecesario, después de todo, las lágrimas de luna, son solo para nosotros.

- gracias, eso ha sido muy efectivo, nunca me había dolido así la cabeza. – una dosis, casi igual a la que yo tome en el avión y se ha recuperado ¿será posible que Haruka también sea…?

- Haruka ¿estás bien? ¿Segura que ya estas mejor? ¿No quieres volver al hotel y recostarte? – cuestiono preocupada y confundida con todo lo que está pasando, además no quiero que nada malo le pase.

- lo estoy lo prometo. – respondió con naturalidad. – disculpame por preocuparte Michiru. – oh Kami, parece triste debo tener una cara de espanto.

- descuida Haruka, Michiru estará bien, después de todo tu ya estás bien, así que nos calmamos todos y ¡vamos a comer! – dice con su habitual tono de voz y esa vitalidad que siempre está con ella, sin duda Serena tiene un don para hacer sentir bien a las personas justo como Darien, transmiten esa tranquilidad, por eso me gusta estar con ellos.

Darien subió las maletas al auto, para después abordar nosotros, una vez que todos estuvimos listos mi hermano nos llevó a mi restaurant favorito, aun no puedo creer que lo recuerde y que todavía siga abierto, pero eso lo hace todavía más genial, mi primera comida en Japón después de tanto tiempo y será en este lugar.

Al ingresar el encargado nos recibió con una sonrisa y mientras mi hermano, mi cuñada y Haruka iban a la mesa y me disculpe para ir al baño y lavarme las manos, además quería despejar mi mente que en este momento es un caos, no dejo de darle vueltas a lo que acaba de pasar, es que es increíble y aun no logro asimilarlo; después de diez minutos regreso a la mesa, donde están todos sentados y conversando amenamente.

- ¿Michiru estas bien? – cuestiono con preocupación mi rubia, esto está mal, debería ser yo quien le preguntara eso a ella, no ella a mí.

- sí, estoy bien ¿y tú? ¿No has tenido más dolor? ¿Quieres que vayamos al médico? – cuestiono pero ahora mi voz suena alarmada, estoy demasiado nerviosa, tengo que calmarme u ocurrirá un accidente.

- me alegra, como tardaste mucho pensé que tú también te habías sentido mal y no es necesario ir al médico, con esa medicina que me dio Serena ya me siento mucho mejor, es como si fuera magia. – responde con una sonrisa mientras se levanta y retira la silla para que yo me siente.

- a mí también me alegra escuchar que ya estás bien, me preocupé mucho. – aunque ni siquiera fui capaz de mover un dedo para ayudarte, sino fuera por Serena y Darien, no sé qué hubiera hecho.

Después de esa breve conversación entre mi rubia y yo nos trajeron las cartas, ordenamos y mientras esperábamos por nuestras ordenes Darien y su singularidad para sacar conversaciones y que todo mundo se sienta bien hizo acto de presencia; después de comer entre risas bromas y conversaciones tranquilas pagamos la cuenta y nos dirigimos al auto, Darien quiso llevarnos a dar una vuelta antes de ir a casa, por lo que terminamos en un parque no muy lejos del restaurant donde habíamos comido.

- Haruka, ven, apuesto a que nunca has visto los cerezos y en esta época del año están hermosos. – animaba mi cuñada llevando a Haruka casi arrastrando para que viera los cerezos, esto en parte se lo agradezco ya que así podre hablar a solas con Darien.

- se lo que estás pensando, pero quita esa cara. – dice mi hermano rompiendo el silencio una vez que las dos rubias se perdieron de vista. – Haruka se está dando cuenta de tu cambio de humor. – es inevitable, así como yo me he vuelto experta en ella, ella se ha vuelto experta en mí, sabe muy bien como leerme.

- sabes muy bien que lo que paso no es normal, ella debió morir al beber las lágrimas de luna y sabes que solo hay una explicación del porqué no lo hizo. – una que me estoy negando a creer pero entre más pasan las horas más real se vuelve.

- lo sé, también lo he estado pensando, pero sabes que el cerrarte a ella solo porque piensas que de esa manera la protegerás no solucionaras nada, sino todo lo contrario, sabes que le harás daño. – por más que odie admitirlo sé que tiene razón, si hago eso, si me cierro a ella, solo la lastimare y creo que eso sería aún peor.

- yo… Darien… yo había resuelto el no detenerme… hoy tenía pensado… dar un gran paso… uno que Haruka ha estado esperando pero… después de lo de… - demonios ¿Por qué? ¿Por qué mis miedos siempre me asaltan? ¿Por qué incluso me impiden el hablar?

- no dejes que nada te lo impida hermanita; no tengas miedo, sé que lo paso en el hotel es una locura y lo vamos a investigar, lo hablaremos con luna, lo prometo, pero no ahora, no hoy y no con esa cara de angustia que traes desde el hotel, hoy es un día muy especial, hoy después de tanto tiempo nos reuniremos como familia, además de que es la primera vez que traes alguien a casa, así que imagino que tienes que decirle algo a nuestros padres. – hablaba mi hermano mientras sonreía de manera maliciosa iba a hablar pero él me interrumpió como siempre. – así que disfruta que estas de vuelta en tu país, de la chica que amas y de tu familia. – no pude evitar sonreír, sobre todo por lo de "la chica que amas", Haruka no es mi novia, pero... tengo pensado hacer algo al respecto con eso.

- tienes razón, ya pensaremos en algo después. – resuelvo con una sonrisa, después de todo ¿Qué caso tiene que me esté preocupando ahora? No tengo la forma de saber nada, lo mejor será esperar hasta estar en casa y ver como siguen las cosas. – gracias… te quiero. – sinceramente no sé qué haría sin mi hermano.

- yo también te quiero pequeña. – responde con una sonrisa mientras me hace una señal para salir del auto y dirigirnos hacia la orilla del lago del parque.

Nos sentamos en el césped cerca de la orilla y comenzamos a charlar sobre anécdotas que tuvimos juntos mientras yo aún vivía aquí, conversamos de la empresa, del laboratorio, de su relación con Serena, de nuestros padres, de todo un poco, temas entre nosotros nunca faltaban por más separados que estuviéramos o por mucho tiempo que estuviéramos sin vernos, era como si el tiempo jamás pasara para nosotros, porque siempre nos tratábamos igual.

Después de cierto tiempo la risa de Serena se escuchó cerca, eso quería decir que ya estaban volviendo, pues aunque no había sido mucho tiempo estaba extrañando a Haruka horrores; las risas se escucharon más cerca y tanto Darien como yo volteamos hacia la dirección donde se escuchaban y pudimos ver dos cabelleras rubias caminando hacia nosotros, Darien se levantó y me ayudo a ponerme de pie, de un momento a otro Serena ya estaba abrazando a mi hermano; Haruka se quedó más atrás aun viendo hacia los cerezos supongo que aún debe sentirse un poco culpable por asustarme.

- ¿y… no hay un abrazo para mí? – dije al aire mientras veía a mi rubia, ella solo sonrió y comenzó a caminar a mi encuentro.

- me tomo de la cintura e inevitablemente mis brazos fueron hacia su cuello y sin mediar nada escondió su cara en mi cuello. – perdona, no es que no quisiera abrazarte, pero… no quería que Darien pensara mal o meterte en problemas. – no sé qué abre hecho en mi otra vida para merecer a alguien como ella, pero me alegra.

- no te preocupes por eso, mi hermano está bastante entretenido. – respondí mientras la invitaba a mirar a mi hermano y ha Serena que se estaban besando sin ningún pudor.

- Kami, deberían de buscar un hotel. – ¿acaba de decir "Kami"? hasta donde yo tengo entendido Italia es uno de los países con más católicos en el mundo ¿entonces por qué? Definitivamente tenemos que investigar que está pasando.

- Haruka retiro su rostro de mi cuello y mirándome fijamente a los ojos dijo. – ¿entonces puedo…? – dejo a medias la pregunta mientras acercaba sus labios a los míos, oh Kami, he esperado mucho tiempo por este beso.

Sin decir más, Haruka termino con la distancia y nos unimos en un beso, uno que duro más de lo que yo pensaba, pero es que era inevitable, si había algo a lo yo era adicta era los besos de mi rubia, sus labios encajaban perfectos con los míos, eran dulces y parecía que solo reaccionaban a mi toque o eso me gusta pensar; nos separamos por falta de oxígeno y porque el desubicado de mi hermanos nos silbo cual guarro.

- vayan a un hotel. – hablo una vez que estuvo más cerca de nosotros; claro como si hace un momento no se estuviera comiendo a Serena en pleno parque, es que no tiene vergüenza.

- ¿Por qué no vamos a un onsen? Seguro que Haruka nunca ha estado en uno. – sugirió mi cuñada y creo que no es tan mala idea, así podremos bañarnos y estar bien para cuando lleguemos con mis padres.

Darien apoyo la idea de su novia al igual que yo, durante el trayecto al onsen le explique a mi novia lo que era para que conociera un poco más de nuestras tradiciones y costumbres, después de todo aquí en Kioto aún conservan muchas de las tradiciones de la antigüedad, de acuerdo con mis padres es porque no ven el motivo para cambiar, después de todo Kioto siempre ha sido un lugar mágico así que no quieren contaminarlo con los avances de la tecnología.

Llegamos al onsen y mientras Darien se iba hacia el baño de hombres, Serena, Haruka y yo nos dirigimos hacia el de mujeres; después de veinte minutos ya estábamos los cuatro juntos de nuevo bebiendo un poco de leche de frutas, de pronto Serena comenzó a reír y a poner cara de psicópata.

- Darien, creo que olvidaste darle su medicamento a Serena. – dije en broma pues mi cuñada seguía riendo y poniendo la misma cara.

- ¿Qué? – cuestionó Darien confundido, le hice una señal con la cabeza para que viera a su novia y rápido entendió. – Serena, cariño ¿estás bien? ¿Quieres ir a tu habitación acolchada? – cuestiono mi hermano y Haruka no pudo evitar reír un poco.

- ¿eh?... ah estoy bien. – respondió Serena ahora con una sonrisa nerviosa. – oh lo estaremos cuando menos de momento. – soltó sin más y eso me preocupo, no quería más sorpresas, ya bastante había tenido.

- ¿Por qué dices eso Serena? Me estas preocupando. – cuestionó Darien en tono serio y eso no hizo más que disparar mis alarmas, pues si mi hermano que la conoce se pone serio eso no pude ser nada bueno.

- Darien ¿ya viste la hora? – cuestionó mi cuñada más relajada.

- no. – respondió mi hermano con simpleza.

- PUES DE VERÍAS. – grito Serena. – Darien acabamos de desobedecer a tus padres ¿es que no lo entiendes? – decía Serena ahora riendo de nuevo.

- ¿Cómo? – volvió a cuestionar Darien confundido por la actitud de Serena.

- Darien, TUS PADRES NOS DIJERON NADA DE DISTRAERSE, ya está obscureciendo y nosotros estamos aquí en un onsen tomando leche de frutas. – así que eso era, mis padres les dijeron que nos llevaran directo a casa y estos no hicieron otra cosa que traernos de aquí para haya.

- ¡oh Kami! ¡Esto es su culpa! – dijo señalándonos a Haruka y a mi mientras ponía cara de espanto al corroborar por la venta que lo que decía Serena era verdad y ya estaba obscureciendo.

- ¿nuestra? – cuestionó mi rubia señalándome a mí y luego a ella confundida por las palabras de mi hermano.

- ¡sí!, ¡suya, son una mala influencia! – volvió a decir con nerviosismo mientras recogía sus cosas y se ponía sus pantalones, pues aun estábamos en yukatas.

- jajajajajaja yo aún no puedo creer que mamá les haya dado la misión de llevarnos a casa. – dije con burla, pues Darien solo es muy responsable, pero cuando está con Serena se vuelve tanto o más despistado que ella. - ¿Cuál de los dos es más despistado? – cuestione aun riendo.

- ¡no esforzamos ¿sabes?! – respondió mi hermano con indignación por mi comentario, bueno basta de bromas.

- lo sé, lo sé, solo estoy jugando, anda, ya que estas listo ve a encender la camioneta, nosotros vamos a cambiarnos. – trate de tranquilizar a mi hermano, sé que se esforzó y esto que hizo fue por mí y por Haruka.

Después de diez minutos las tres salimos ya listas y Darien sin perder tiempo acelero a fondo hacia la villa Kaioh, solo espero llegar a tiempo para la cena o nuestros padres nos van a matar; para nuestra buena fortuna mi hermano conduce como un desquiciado así que en menos de lo que pensamos llegamos a casa, Darien dejo la camioneta en la entrada y rápidamente la puerta fue abierta, dejando ver a Robert, mejor conocido como el coronel, él es el encargado de la seguridad de la villa y es el asistente personal de papá, que más que asistente parecen amigos, aunque el coronel sé ve que claramente es mayor que papá.

- bienvenida a casa, Michiru-ojousama. – saludo como siempre, con su semblante serio pero amable a la vez.

- gracias, estoy de vuelta. – respondí mientras descendía de la camioneta, junto con Serena y Haruka.

- coronel, las maletas están el auto, a y por favor, ponga la maleta de la… amiga de mi hermana en la misma habitación. – ¿pero qué cree que hace? Nuestros padres no van a permitir que nos quedemos en la misma habitación.

- como diga joven-Darien. – respondió el coronel y sin más desapareció, imagino que para buscar a alguien para que hiciera lo que mi hermano le indico.

- ¿listas? – cuestiono Darien mientras estábamos parados los cuatro en la entrada principal de la casa.

- listas. – respondí con decisión mientras tomaba la mano mi rubia, pues solo así tendría el valor para ver a mis padres a la cara después de tanto tiempo.

Mi hermano abrió la puerta y comenzó a caminar delante de nosotras con Serena tomada de su mano, al estar en el recibidor mi hermano anuncio nuestra llegada.

- estamos en casa. – casi grito esto, pero sabía que lo hacía para saber dónde estaban nuestros padres.

- estamos en la sala cariño. – respondió mi madre con ese usual tono de voz dulce que solo ella tiene, mi madre siempre ha hablado así o cuando menos eso creo.

Caminamos hacia la sala, Darien delante de nosotras junto con Serena, mentiría si dijera que no estoy nerviosa, pero por la manera en la que le está sudando la mano a Haruka diría que está más nerviosa que yo; antes de entrar en la sala mi hermano me sonrió y asintió con su cabeza indicándome así que estaba conmigo y que todo saldría bien.

- vaya, pensé que jamás llegarían, te di una sola tarea Darien y no fuiste capaz de cumplirla. – reclamaba mi padre, claro que esto lo hacía con una sonrisa en los labios, mi padre no se molestaría por esto.

- esa no fue mi culpa, fue Michiru quien dijo que quería recorrer la ciudad papá. – ¡pero que! ¿Cómo se atreve a decir que fue mi culpa? Baka-Darien.

- claro, tu hermana. – respondió mi mamá con sarcasmo mientras se levantaba del sillón. – hola mi hermosa niña. – dijo mamá mientras caminaba hacia a mí, ya que yo me había quedado parada en la espalda de mi hermano.

- hola mamá. – salude y corrí hacia sus brazos pues ella los había extendido para mí, solté la mano de Haruka y corrí como una niña pequeña a su encuentro; al sentir el calor del cuerpo de mamá no pude evitar llorar, tenía demasiado tiempo sin sentirla.

- te extrañe mi cielo. – hablo mamá con su voz un poco quebrada, creo que también está llorando, Kami, justo ahora me detesto por hacerles esto, por separar a la familia.

- yo… yo lo- lo siento mamá… no-no quería… pero… - no podía hablar, mi llanto y la culpa que sentía me lo impedían, yo no quería irme, pero las circunstancias me obligaron, los lastime, les hice daño, solo espero que me disculpen por todo.

- shhhh, shhhh, tranquila cariño, esto no fue tu culpa, no tienes nada de que disculparte, estamos contigo, te amamos y siempre lo vamos hacer. – mamá siempre dice que me ama, aun cuando solo hablábamos por teléfono; ahora ya no podre separarme de mi familia, aunque solo pueda venir pocas veces al año estaré aquí, Haruka tiene razón, no quiero saber lo que es no tener familia y quiero darle una a mi rubia.

- mi princesa, bienvenida a casa. – dice mi padre, mientras mi madre se separa del abrazo para que mi padre pueda abrazarme, claro que yo correspondo el abrazo. – mirate nada más, ya no eres esa niñita a la cual llevaba por helado cada que llegaba de la oficina. – por favor anécdotas no, Haruka está aquí y no quiero que sepa cosas vergonzosas de mí.

- estoy en casa papá. – respondí, no quiero darle a pie a que comience a contar cosas innecesarias.

- pero ¿quién es ese joven tan apuesto que los acompaña? – dice mi madre y rápidamente me separo del abrazo de mi padre y voy hacia Haruka, que descuidada, me olvide mi viento.

- tome la mano de Haruka y caminamos hacia donde mis padres estaban, es ahora o nunca. – mamá, papá, ella es Haruka Tenoh… mi… mi novia. – por fin lo dije, por fin pude decir esas palabras y que bien se sintió, mi novia, mía y de nadie más.

- mucho gusto. – saludo mi rubia a mis padres con una inclinación, creo que estudio un poco. – es un placer conocerlos, Michiru me ha hablado mucho de ustedes. – bueno, cuando menos trate, lo que recuerdo claro está.

- ¡oh por Kami santo pero si es…! – pero antes de que papá pudiera decir algo más, mamá se le adelantó interrumpiéndolo; creo que eso de interrumpir a los demás es de familia.

- es encantadora hija, además de muy guapa, muchas felicidades a las dos. – hablaba mi madre con su usual tono de voz, tan dulce; pero… hubo algo que no entendí, mis padres intercambiaron miradas y creo que acabo de ver que mi madre le dio una mirada de advertencia a mi padre, esto es raro.

- ya lo ha dicho Miharu, muchas felicidades a las dos y bienvenida a la familia hija. – nos felicitó mi padre dándonos un abrazo a cada una y dándole la bienvenida a Haruka a la familia, eso quiere decir que la acepta.

Después de que Darien y Serena nos felicitaran, pasamos a sentarnos a la sala y seguimos conversando, entre anécdotas y el interrogatorio que le hicieron mamá y papá a Haruka, que era más que obvio si me lo preguntan; por Kami, casi le preguntaron hasta que marca de dentífrico usaba, eso no es normal, además Haruka tuvo que decirles acerca del imbécil que la adopto aunque no les conto toda la verdad como a mí, sé que ya está muerto y eso, pero no deja de darme rabia al escuchar hablar de él; poco tiempo después el coronel nos indicó que la cena estaba lista, todos pasamos a la mesa y las conversaciones siguieron así como la nueva manía que habían cogido mis padres por avergonzarme delante de mi novia, Kami que bien se sentía decir "mi novia" pero cuando menos ya no la atormentaron con más preguntas, solo faltaba que le preguntaran que tipo de sangre era ¿Qué les pasaba a mis padres? Pero bueno, volviendo al tema, la cena transcurrió tranquila y después de conversar un poco más, me disculpe con mis padres, pues no quería que Haruka se exigiera más después de lo que había pasado en el hotel, les explique lo que sucedió para que entendieran porque motivo nos retirábamos, claro que mis padres sobre reaccionaron y se preocuparon mucho, pero después de indicarles que Haruka estaba bien y que solo había sido un susto, por suerte mi viento no dijo nada acerca de las lágrimas de luna porque de lo contrario mis padres se hubieran vuelto locos.

Después de desearles buenas noches a mis padres, a mi hermano y mi cuñada, Haruka y yo fuimos hacia la que sería nuestra habitación, por muy raro que suene mis padres no se opusieron a que durmiéramos juntas, supongo que porque no tienen de que preocuparse, si saben a que me refiero, no hay riesgo de que salga embarazada; por suerte aún recuerdo el camino hacia mi antigua habitación, al llegar abrí la puerta e invite a pasar a mi rubia, quien con su curiosidad nata comenzó a explorar mi habitación y yo la deje, mientras iba hacia el balcón, hacia tanto tiempo que no estaba en esta casa, en está habitación, contemplando está vista, que pareciera como si mi estancia aquí fuera solo un sueño y no un recuerdo.

- ¿así que soy tu novia? – cuestionó Haruka estando a mi lado en el balcón ¿porque lo duda?... oh Kami que descuidada.

- oh Haruka perdón, soy pésima para esto, ni siquiera te lo pregunte o te di oportunidad para negarte, yo… - iba a seguir diciendo Kami sabrá cuanta tontería más, pero Haruka coloco uno de sus dedos en mis labios callándome efectivamente.

- no me importa, porque no me negaría, me encanta la idea de que seamos novias. – Kami tiene esa sonrisa en los labios que me vuelve loca; oh se está acercando, se lo que viene, sin perder tiempo termino con la distancia entre nosotras y comienzo con el beso; era lento, quería demostrarle todo lo que sentía en ese beso, lo feliz que estaba porque fuera mi novia, porque me acompaño a casa, todo eso y más quería transmitirle en ese beso, ya no tengo dudas, es Haruka la persona con la que deseo estar, no hay nadie más en este mundo para mí que no sea ella, ahora más que nunca entiendo las palabras "el destino pone a cada quien en su lugar" y mi lugar es con Haruka, siempre fue así.

- el beso termino por falta de oxígeno, además creo que mi viento se está conteniendo porque estamos en la casa de mis padres. – creo que será mejor que vaya a darme un baño. – dijo con una sonrisa iba a molestarla un poco pero me abstuve por lo que paso, no quiero que se ponga mal.

- de acuerdo. – respondí de igual manera con una sonrisa, Kami ¿será egoísta de mi parte pensar que me gustaría que esto fuera todo el tiempo? Que siempre estuviera conmigo.

Haruka tomo su pijama de la maleta y yo le indique todo lo que necesitara estaba en el baño, a lo que ella solo asintió y entro a ducharse, yo regrese a mi lugar en el balcón, me encanta la vista que tengo del jardín, a veces veo como si las flores brillaran, se respira aire limpio, no se escucha el bullicio de la ciudad, me da mucha paz estar aquí y más sabiendo que mi viento está aquí, conmigo, compartiendo esto que también es parte de mí, de quien soy y quiero mostrárselo.

- no sé cuánto tiempo abre estado en la misma posición pero creo que ha sido mucho tiempo, ya que puedo sentir unos brazos rodeando mi cintura. – no te encierres en tu propio mundo Michiru. – no sé qué me paso, pero después de escuchar esas palabras una serie de imágenes comenzaron a saltar mi mente.

Esas palabras fueron como un interruptor para mí, las imágenes que pasaban eran mías y de Haruka, pero… en lugares en los cuales jamás he estado con ella, no lo entiendo; puedo escuchar la voz de mi viento llamándome alarmada pero es muy lejana y no puedo volver, las imágenes me siguen asaltando; Haruka me deja en el piso y me coloca una almohada en mi cabeza, soy consciente de todo lo que hace, tengo los ojos abiertos, pero no puedo volver; imágenes siguen apareciendo una tras otra, hasta que se detiene en un ¿recuerdo? ¿Visión? No sé qué sea pero logro verme a misma solo que… más pequeña, creo que cinco años, estoy leyendo un libro en el jardín y una niña rubia más pequeña creo, con el cabello largo se aproxima a mí…

- no te encieles en tu popio mundo Michilu, no me dejes. - ¿pero qué…? Esas son las mismas palabras de mi viento ¿Qué está pasando?

- jamás lo hare ¿lo olvidas? Tú y yo estamos destinadas a estar juntas, jamás te dejare, lo prometo. – Kami ¿a quién hice esa promesa? ¿Cuándo paso eso? ¡¿Por qué carajos no lo recuerdo?!

- ru… chiru… Michiru. – de pronto volví, fui más consciente y logro escuchar que me están llamando. – Michiru, responde maldición. – es Darien y creo que está preocupado.

- ¿Qué paso? – cuestione pues ni siquiera yo logro entender que fue lo que paso.

- eso mismo nos gustaría saber ¿Qué fue lo que paso? No sé si se pueda contar como desmayo puesto que tenías los ojos abiertos así que… habla. – no puedo hablar de esto frente a Haruka, no puedo decir que hice una promesa con la persona que está destinada para mí, le rompería el corazón.

- amor. – la llame y me ayudo a levantarme para acostarme en la cama. - ¿puedes traerme una taza de té? – tengo que sacarla de aquí para así poder hablar con Darien.

- claro que si mi sirena. – responde aun con rostro preocupado, una vez que vuelva me encargare de tranquilizarla.

- te acompaño, así te muestro donde está todo. – ofreció Serena entendiendo mis intenciones, raro en ella por cierto, pero funciono.

- gracias, eso será de gran ayuda. – respondió mi viento y comenzaron a caminar hacia la puerta. – ahora volvemos. – se despidió mi rubia, espere unos minutos y cuando creí que ya no nos escucharían fue Darien quien rompió el silencio.

- ¿y bien? ¿Por qué has hecho que Haruka se fuera? – no se le escapa una, era de esperarse de mi hermano mayor, todo un Kaioh. - ¿Qué fue lo que paso? – volvió a cuestionar y sé que espera una respuesta, no excusas.

- no lo sé, fue… como ver una película dentro de mi cabeza, era muy confuso, todo lo que veía era a Haruka y a mí, en diferentes lugares, lugares que jamás había visto y que obviamente jamás he estado con Haruka ahí. – respondí lo más sincera que pude, pues aun no logro comprender que es lo que está pasando.

- ¿Qué más viste? – cuestiono mi hermano serio, era de esperarse, me conoce y sabe que eso no es todo y que le estoy ocultando algo.

- bueno pues veras… - le relate lo último que vi antes de volver en mí, mi yo más pequeña, esa niña rubia y las palabras que le dije, esa promesa que le hice y el hecho de que le había dicho que estábamos predestinadas. – yo no recuerdo a esa niña, ni mucho menos hacer esa promesa, tengo miedo Darien. – confesé, pues no me quiero alejar de Haruka, yo la amo.

- ¿lograste ver el rostro de esa niña? – cuestiono mi hermano serio.

- no, no logre verlo. – confesé bajando la cabeza y viendo las mantas de mi cama como si fueran lo más interesante del mundo.

- tenemos que investigar lo que te está pasando y qué relación tiene con Haruka. – resolvió mi hermano con seguridad, se lo que está pensando, yo también lo hago, por alguna extraña razón es mi viento el detonante de todo.

- lo sé, pero no me parece correcto investigarla, así sin más, no quiero que piense que no confió en ella. – después de todo qué clase de persona investiga a su novia para saber de su pasado.

- tienes que decirle… – comenzó Darien pero antes de que pudiera decir más Haruka y Serena llegaron.

- ¿decirle que a quién? – cuestiono mi viento entrando a la habitación con mi taza de té. – aquí tienes amor. – oh Kami que dulce y lo dijo frente a Darien.

- Darien está tratando de convencerme de que le diga a mamá acerca del incidente, pero le digo que no tiene mucha importancia como para preocupar a mamá. – mentira, más y más mentiras, como si no fuera ya suficiente con todo lo que le oculto a mi novia.

- bien, pues piénsalo, creo que será mejor que nosotros nos vayamos a descansar amor. – habla Darien y se acerca a Serena para abandonar la habitación. – buenas noches. – y así sin más dejan la habitación.

- ¿te sientes bien? – claro que sí, aunque sinceramente no sé qué fue lo que paso.

- sí, estoy bien, no te preocupes, además quien debería estar preocupada debería ser yo, con lo que paso en el hotel. – ja, con esto lograre desviar el tema.

- estoy bien, no fue para tanto. – responde restándole importancia al asunto.

- será mejor que vayamos a dormir, mañana nos espera un gran día. – hablo para cambiar el tema, no quiero insistir tampoco en lo de su dolor.

- ¿así? ¿Y se puede saber porque? – cuestiona mi viento acostándose a mi lado en la cama, no puedo creer que esto esté pasando.

- mmmm no te lo diré, es una sorpresa. – respondo de manera divertida, quiero que Haruka conozca a alguien que es muy importante además de un buen amigo.

- eso no es justo, como quieres que esté tranquila, sino me respondes. – dijo haciendo un puchero, oh Kami ¿Cómo puede ser así de tierna?

- no te lo diré y eso no funcionara conmigo, no soy tan blanda como tú amor. – bueno la verdad si lo soy, pero de verdad quiero que sea una sorpresa, además… he decido que no puedo seguir mintiéndole, después de todo es mi novia ahora y merece la verdad; así que mañana le contare todo acerca de mí y que sea lo que Kami quiera pero ya no voy a seguir mintiendole, solo espero que no me odie cuando se entere de lo que soy realmente.

Y mientras Haruka y yo descansábamos una en brazos de la otra, las cosas a nuestro alrededor comenzaban a moverse sin que fuéramos consientes de ello.

En un lugar muy apartado de la villa de los Kaioh o mejor dicho de la ciudad unos chicos estaban conversando acerca del regreso de cierta aguamarina.

- tuvo las agallas para volver. – hablo uno de ellos viendo hacia la nada.

- no te preocupes, esto solo significa más diversión para nosotros, le haremos la vida imposible otra vez, como cuando era niña. – hablaba el otro chico viendo hacia las luces de la ciudad que se podían ver desde el lugar donde estaban.

- veo que ya saben que esa niña ha vuelto. – hablo una mujer saliendo de entre las sombras.

- así es, su majestad y no ha venido sola; permítame ir. – solicito el mayor de los chicos. – por favor.

- no, ira Takuma, para esta misión lo necesito a él, escuchame bien, deberás traerme a la chica que ha venido con la princesa de los Kaioh ¿lo has entendido? – cuestiono la mujer de manera seria y contundente.

- se hará como usted ordene, mi reina. – dijo el ma joven de los chicos inclinándose ante la mujer a la cual acababa de llamar reina.

Mientras esto sucedía a las afueras de la ciudad, en la casa Kaioh, ocurrían otro tipo de cosas, los padres de la aguamarina, aún permanecían en el comer charlando, pues había sucedido algo que no habían previsto y aun no lograban sacar una conclusión.

- no puedes llamarlo y decirle que has encontrado a su hija. – alegaba la señora Kaioh. – no sabes si es ella.

- por favor Miharu, tu misma lo notaste, es idéntica a Kain, no hay duda. – declaraba el señor Kaioh con firmeza por lo que él creía.

- ¿estas completamente seguro? – cuestiono aun con duda Miharu Kaioh.

- lo estoy, esa niña es la pequeña Haruka, no me cabe la menor duda, el destino se ha encargado de ponerlas juntas otra vez en el mismo camino, de nuevo su destino se ha puesto en marcha. – declaro el señor Kaioh con seriedad y mirando fijamente a su esposa pues quería transmitirle seguridad para lo que estaba a punto de suceder.

Continuara…