Capítulo 10.
- lo estoy, esa niña es la pequeña Haruka, no me cabe la menor duda, el destino se ha encargado de ponerlas juntas otra vez en el mismo camino, de nuevo su destino se ha puesto en marcha. – declaro el señor Kaioh con seriedad y mirando fijamente a su esposa pues quería transmitirle seguridad para lo que estaba a punto de suceder.
Continuara…
La noche paso sin ningún contratiempo, Haruka no tuvo pesadillas está vez y al parecer yo tampoco, de hecho, desde que duermo en compañía de mi viento, no he tenido pesadillas, siempre he dormido muy cómoda desde que ella está a mi lado; me muevo un poco pero siento como rápidamente Haruka aprieta más su abrazo en mi cintura, me gustaría permanecer más tiempo así, pero tenemos que levantarnos para desayunar o mamá y papá subirán a buscarnos o peor aún lo hará Darien.
- amor, despierta, tenemos que arreglarnos para desayunar. – digo de manera tranquila, pero no hay reacción, realmente no entiendo cómo puede dormir tanto, creo que me he enamorado de un coala. – vamos amor, no seas dormilona, nos esperan. – está vez lo dije muy cerca de su oído, pero solo se removió en la cama; supongo que tendré que usar medidas drásticas; me logre zafar del abrazo de mi novia, me subí a horcadas sobre su cintura y comencé a acariciar sus costados, después metí mis manos por su pijama y estaba consiguiendo el efecto que quería.
- mmmm Michiru… - aún tenía los ojos cerrados pero eso me hizo saber que estaba más consciente, así que sin más me acerque nuevamente a su oído y susurre.
- ¿te gusta? – lo hice de la manera más sugerente que pude y tuvo el efecto deseado, Haruka despertó alarmada y bastante roja por cierto.
- mi-mi-Michiru… ¿qu-que p-pasa? – cuestiono bastante roja, con la respiración entrecortada y muy nerviosa.
- jajajajajaja. – no pude evitar reír por su expresión, es que es tan linda, que no me canso de hacerla sonrojar. – lo siento amor. – me disculpe mientras me bajaba de ella. – es que no lo pude evitar y además es una manera muy efectiva de despertarte. – dije mientras me sentaba en la cama y me ponía las pantuflas para levantarme, tengo que vestirme antes de que mamá o papá suban a buscarnos, si, lo hacen ellos personalmente ¿Por qué? Porque somos sus hijos y ellos siempre han estado pendientes de nosotros, por más personas de servicio que tengamos mamá y papá siempre nos han atenido a Darien y a mí o cuando menos eso recuerdo.
- oh Kami dame fuerzas acaba de hacer una puchero, es tan dulce. – tu siempre estas tomándome el pelo Michiru. – inocente, con todo lo que haces solo me incitas a seguir haciéndolo.
- oh vamos amor, no te pongas así, anda, vamos vestirnos que es hora de desayunar. – respondo con una sonrisa, por ahora la dejare así, no diré más.
- está bien. – es tan kawaii que no sé cómo no he saltado sobre ella y le he hecho… enfoca Michiru, tus padres están abajo esperando por ustedes, no puedes pensar en esas cosas.
Haruka y yo nos alistamos rápidamente para no hacer esperar más a mis padres, después de cierto tiempo bajamos las escaleras y nos dirigimos al comedor, al entrar mamá y papá ya estaban ahí, papá como siempre en la cabecera y mamá a su derecha; Haruka y yo tomamos nuestros asientos mientras les dábamos los buenos días a mis padres.
- ¿Cómo durmieron? – cuestiono mi madre de manera amable, creo que está preocupada por nosotras pero creo que más por mí, después de todo es la primera vez que duermo en la casa después de lo que paso.
- muy bien, gracias por preguntar madre. – respondo con una sonrisa para que no se preocupe.
- ¿y tú Haruka? ¿Qué tal dormiste? – cuestiono ahora mi padre a mi novia; ¿Por qué mi padre ve de esa manera a Haruka? Es como si… ¿la conociera? Pero si es la primera vez que se ven.
- dormí muy bien, gracias por preguntar señor. – responde mi rubia un poco apenada están linda, pero mi padre no deja de mirarla ¿Qué está pasando?
- papá… - iba a cuestionar a mi padre acerca de estar viendo a mi novia pero mamá me interrumpió ¿ven lo que les digo? Es de familia.
- cariño ¿ya tienen planes para hoy? – cuestiono mi madre mirándome con una sonrisa; mmm aquí está pasando al extraño.
- sí, quiero que Haruka conozca a alguien; bueno pero ¿sigue la tradición de entrenar? – cuestiono pues ha pasado bastante tiempo, yo lo hacía en solitario después de irme, pero aquí en casa hay alguien que nos entrenaba desde pequeños, esa persona fue la primera que me enseño como utilizar todo mi potencial, lástima que al final todo termino así.
- oh hermanita, eso ni se pregunta, todo sigue igual. – hablo Darien a mi espalda, él y Serena venían bajando las escaleras; estábamos esperando por ellos para desayunar.
- llegan tarde. – hablo serio mi padre ¿ven? A esto me refería, mis padres aman la puntualidad y no les gusta que los hagan esperar.
- lo siento padre, pero me costó mucho trabajo el despertar a Serena. – oh es verdad, creo que es otra cosa en la que Serena y Haruka coinciden, duermen demasiado.
- lo siento. – se disculpó de igual manera Serena, creo que sigue dormida porque no le grito a mi hermano o tal vez ahora sabe cómo comportarse frente a mis padres.
- jajajaja Serena-chan siempre ha dormido más de lo que una persona normal dormiría se parece mucho a "Ha"… - ¿ha? ¿Quién es "ha"? ¿Y porque mi madre le acaba de dar un golpe disimulado a mi padre? Algo ocultan estoy segura.
- bueno, desayunemos. – dice mi madre como si nada hubiera pasado. – por favor coronel que comiencen a servir el desayuno. – sí, el coronel también dirige a todos los del servicio en la casa.
Desayunamos entre conversaciones amenas y una que otra pregunta de mis padres hacia Haruka, aunque mi padre estaba más reservado y creo que fue por el golpe que le dio mamá, no lo entiendo ¿Qué es lo que les pasa a mis padres con Haruka? Desde que se las presente el día de ayer han estado actuando extraño, más mi padre, ve a Haruka con tanto cariño y con tanta familiaridad, como si la conociera desde siempre, no puede ser que a mi padre le haya pasado igual que a mi ¿o sí? Creo que me equivoque al traer a Haruka, siento como si algo fuera a comenzar y no sé qué es.
- Michiru ¿Por qué no vamos al Dōjō y ahí esperamos al sensei? – cuestiona mi hermano sacándome de mis pensamientos, bueno, no tiene caso seguir dándole vueltas, ya lo hablare con Darien y haremos la investigación.
- claro ¿Por qué no se adelantan tú y Serena? Ustedes ya están vestidos; Haruka y yo iremos a cambiarnos. – respondo de manera tranquila, aunque mi hermano me da esa mirada, esa que me indica que ya sabe lo que me pasa.
- bien, entonces nos adelantamos. – respondió mi hermano y se llevó a Serena con él.
- suerte y diviértanse. – nos despiden nuestros padres con una sonrisa divertida.
Llevo a Haruka hacia otro cuarto de la casa donde guardan la ropa de entrenamiento, al llegar le pido que pase y sin perder tiempo y como si jamás hubiera vivido lejos de casa busco en el closet y le entrego un uniforme a Haruka y busco uno para mí.
- amm Michiru ¿Qué es esto? – cuestiona mi rubia con un rostro de confusión total, bueno y era de esperarse después de todo no creo que haya visto uno así.
- es un hakama, es la vestimenta típica para entrenar en un Dōjō. – le explico a mi rubia de manera tranquila y lo más sencillo que puedo para que entienda.
- ¿Por qué el tuyo es diferente al mío? – oh bueno, eso… creo que me deje llevar y sin pensarlo termine dándole uno para hombre.
- lo siento amor, lo que pasa es que el tuyo es para hombres y el mío es de mujer, pero si quieres puedo buscarte otro. – digo de manera divertida, porque aunque sé que fue un error de mi parte, Haruka adora la ropa de hombre.
- no, es mejor así amor, pero creo que vas a tener que ayudarme o enseñarme a ponerlo. – mmm ¿eso es una propuesta? Oh Kami ¿Por cuánto tiempo me va hacer esperar? Además me hace ver como la villana.
- claro que sí, espera aquí, voy a ponerme el mío y enseguida vuelvo para ayudarte con el tuyo. – sin más me dirijo a uno de los vestidores y me saco toda mi ropa para ponerme el hakama.
Una vez que termine con mi hakama, salí para ayudar a Haruka con el suyo, que déjenme les digo que rubia no está nada mal, tal vez es por la ropa que usa, pero su abdomen está marcado perfectamente, tiene un trasero de escándalo y sus brazos son fuertes pero delicados a la vez, Kami es un deleite para mi vista y pensar que es solo mía; pero ya deja de babear Michiru; terminamos con su hakama y la tomo de la mano para dirigirla hacia el Dōjō; Darien y Serena ya están ahí, al entrar puedo ver que sigue igual, salvo porque se ha añadido un estante para armas, las cuales Haruka no deja de mirar, caminamos hacia ellas y sin más se le queda viendo a una espada en particular, que por cierto es muy hermosa, es una espada alfanje, tiene tres joyas incrustadas en su hoja, su empuñadura es dorada en forma de "s" simplemente perfecta y parece que a mi viento le ha gustado, no creo que pase nada si la toma ¿o sí?
- adelante, tomala. – la aliento, pues de verdad le ha gustado mucho por lo que puedo ver, son muy pocas las veces en las que mi rubia se queda cautivada por algo y no creo que pase nada si la toma y la ve de cerca, después de todo estamos en casa, así que todo lo que hay aquí de cierto modo también es mío, así que no creo que exista problema.
- no creo que sea algo prudente. – oh si, lo olvide, tiene la tonta idea de que es torpe, háganme el favor, ella torpe, obviamente no lo es, es perfecta… enfoca Michiru.
- vamos Haruka, no va a pasar nada. – después de todo, aun con espada en mano, no creo que logres hacernos algún daño.
- Michiru, por favor, ¿ya olvidaste esa vez en el laboratorio que a la persona de intendencia se le cayó la escoba y por tratar de ayudarle a recogerla, termine golpeando su cabeza y dejándola inconsciente? No quiero correr ningún riesgo. – oh por favor, esa fue una serie de coincidencias, solo eso, no es para tanto.
- oh vamos Haruka, eso fue un accidente, además no paso a mayores, además nada pasara está vez lo prometo. – asegure, quiero que mientras este aquí, haga todo lo que le guste sin restricciones, no tengo pensado limitarla.
- pero yo… - antes de que mi viento fuera a decir cualquier otra excusa que se le fuera a ocurrir llego la persona que quiero presentarle.
- oh, veo que están viendo las armas. – hablo mi entrenador en la entrada del Dōjō no ha cambiado nada en todo este tiempo.
- ¡Artemis! – digo con alegría y corro hacia el para saludarlo con un gran abrazo; Artemis es un hombre un poco más bajo que Darien, con el cabello blanco largo y ojos azules que algunas veces tienen reflejos lilas.
- pero mira nada más que es lo que nos trajo el mar, a Michiru Kaioh en persona. – dice mientras responde a mi abrazo, más que mi entrenador es como otro hermano para mí, aunque él es más grande que Darien cuando menos de edad. – y veo que no has venido sola. – oh es verdad nuevamente he olvidado a mi viento, espero que no se moleste.
- dejame presentarte a mi novia Artemis, Haruka Tenoh. – presento a mi rubia con orgullo, después de todo, es la persona que amo.
- mucho gusto. – saluda Artemis con un sonrisa, Haruka lo hace de igual manera y estrecha su mano. – ¿te ha gustado la espada? – cuestiona sin más dejándonos a todos desconcertados.
- amm si es muy bonita, nunca había visto una así. – responde mi rubia con sinceridad viendo hacia la espada creo que de verdad ha llamado su atención.
- ¿Qué me dirías si te dijera que esa espada te pertenece? - ¿Qué? Eso no puede ser, no puede estar pasando, sabía que había sido un error el haberla traído conmigo, ahora… la he involucrado en algo que muy seguramente ella no desea, nuevamente he cometido un error, solo espero que Haruka lo tome de la mejor manera ¿Por qué todo tiene que complicarse tanto?
- diría que es una broma de mal gusto, esa espada no puede ser mía. – responde mi viendo con simpleza, después de todo ella no cree en el destino y esas cosas, así que es normal que este escéptica.
- ¿Por qué dices que la espada es suya Artemis? – cuestiono con seriedad, quiero respuestas y las quiero ahora.
- veo lastimosamente Michiru que no le has dicho nada acerca de tu herencia. – oh no, NO ¿Por qué tenía que pasar esto justo ahora? No puede ser, Haruka no puede…
- ¿de qué habla Michiru? – cuestiona mi rubia y tiene esa mirada otra vez, la misma mirada que me dio cuando mi ex se apareció en la heladería, no aceptara evasivas.
- hace mucho tiempo. – comenzó Darien, pues yo me había quedado sin palabras. – existió un reino muy hermoso, en ese reino vivía una reina con su hija, las cuales resguardaban un inmenso poder, un reino vecino, por la codicia de querer poseer ese gran poder, ataco al pacifico reino, se dice que el reino tenía ocho guardianas con poder especiales. – explicaba mi hermano de manera tranquila. – cuando la guerra llego a sus puertas esas ocho guardianas dieron sus vidas para defender a la reina y a la princesa, lastimosamente la princesa perdió la vida al estar enamorada del príncipe del reino vecino, la reina en su dolor desato todo el poder que le fue otorgado y derroto al enemigo, lastimosamente todo estaba perdido, sus guardianas, su hija e incluso ella misma, con su último aliento, utilizo el poder que le quedaba y pidió que las almas de todos renacieran en una época donde no hubieran guerras y pudieran vivir felices. – termino de contar la historia mi hermano, se ve que ha estado estudiando.
- vaya, que interesante historia ¿Cómo se llamaban los reinos? – cuestiono mi rubia con su habitual curiosidad, es normal que comience a hacer pregunta tras pregunta.
- lo siento, pero es lo único que nos cuentan, el resto tenemos que recordarlo nosotros. – responde mi hermano, aquí va, sé que lo entenderá de inmediato, es condenadamente lista.
- ¿Cómo podrían recordarlo ustedes? – cuestiono mi rubia confundida… se ha quedado un tiempo pensando hasta que parece que dio con la respuesta, pues Darien no le respondió. – eso… eso quiere decir que ustedes… no puede ser. – lo sabía, solo espero que me permita explicarle y no salga huyendo como la última vez.
- me temo mucho que así es. – responde Darien con seguridad.
- Haruka, amor, todos nosotros, somos las reencarnaciones de las almas que salvo la reina. – respondí, pues mi rubia parecía muy escéptica con todo esto.
- eso es ridículo ¿en que se basan para decir que son las reencarnaciones de esa gente? – cuestionó molesta, creo que no va hacer fácil convencerla.
- yo soy un sobreviviente de esa guerra, se me encomendó el vigilar las reencarnaciones, ayudarlas, entrenarlas y guiarlas en su destino. – responde Artemis con seguridad encarando a Haruka.
- haya van otra vez con el destino, eso es aún más absurdo, tendrías miles de años. – responde con molestia, creo que terminara marchándose, ella no aceptara esto a menos que se le dé una prueba.
- los tengo, pero hasta ahora se me ha permitido volver, estaba en un sueño inducido por la reina, esperando que las reencarnaciones aparecieran en está era, los señores Kaioh, también son reencarnaciones de los habitantes de aquel reino y tú eres uno de ellos. – lo sabía, sabía que era uno de nosotros, ahora solo falta ver cómo va a reaccionar y por cómo están las cosas…
- ¡¿Cómo?! Esa es una reverenda estupidez por Kami santo ¿no vas a creer que me voy a tragar eso o sí? – oh Haruka, si aceptaras lo que eres; si, no estoy sorprendida ¿Por qué? Sencillo, las lágrimas de luna solo las podemos los descendientes de aquel reino, los cuchicheos entre mis padres, todo era muy evidente pero me negaba a creerlo.
- Haruka, si no mal recuerdo eres de Italia ¿no es así? – ya se para dónde va esto, yo también lo pensé, pero no quise hacer comentario alguno; mi viento solo asiente indicándole que sí. – bueno, si eres de uno de los países con más católicos en el mundo ¿Por qué conjuras en nombre de Kami-sama? – cuestiona Artemis con una sonrisa de triunfo en los labios.
- bueno yo… - raro en mi viento pero no sabía cómo responder y es normal, porque si Haruka es japonesa y es uno de los recuerdos que perdió no podrá hacerlo.
- si sabes que solo los japoneses conjuramos en nombre de Kami-sama ¿no es así? – volvía a atacar Artemis, quiero intervenir pero tal vez esto ayude a mi viento, tal vez tenga una familia, quizá, solo quizá sea… mi amor en está y en mi anterior vida o es lo que quiero creer.
- ¿y piensas que solo con eso me vas a convencer? – cuestiono de vuelta mi viento, creo que está molesta por la forma en la que está viendo Artemis, a mí, a Darien y a Serena, supongo que esperaba un poco de apoyo.
- no, si eres esa persona, tú quieres hechos. – respondió Artemis con seguridad, él nos conoció en nuestras vidas pasadas, si tan solo nos dijera todo, esto sería más fácil.
- y hechos te vamos a dar. – ¿mi padre? ¿Qué hace aquí? Oh Kami no, que no sea lo que estoy pensando. – mira Haruka, nosotros, las reencarnaciones nacimos con ciertos… dones. – Ahí está esa palabra que tanto odio "dones" – fuerza sobrehumana, inteligencia, velocidad, algo que nos destaque de los demás, incluso saber pelear sin haber practicado defensa personal. – explicaba mi padre, pero creo que ahí mi viento tiene las de ganar, ella menciono que era cinta negra.
- ¿y eso que tiene que ver conmigo? – cuestiono desafiante, creo que no se dejara amedrentar ni siquiera por mi padre, solo espero que no sean tan duros con ella.
- te pondré una prueba. – responde mi padre con simpleza y poniendo su mejor sonrisa, ya debería saber que las cosas nunca salen como yo quiero, sabía que había cometido un error al traer a mi viento.
- ¿una prueba? Señor con todo respeto, yo no creo en nada de lo que me están diciendo, estoy aquí solo porque Michiru es mi novia y me invito para que los conociera a usted y a su esposa. – respondió mi rubia con tranquilidad, supongo que lo hace porque está frente a mi padre, pero sé que está molesta y mucho.
- la prueba es bastante sencilla. – hablo mi padre ignorando lo que Haruka había dicho. – tienes que derrotar a Serena y a Darien en un combate. - ¿Qué? ¿Está loco? Eso no se puede, tanto Serena como Darien ya despertaron esa parte de ellos, su fuerza física y sus habilidades no son como la de los humanos normales.
- ¿Por qué haría algo así? ¿Por qué tendría que aceptar esa prueba? – oh no, Haruka acabas de hacer algo que jamás se debe hacer, retar a mi padre, estoy completamente segura que mi padre esperaba que hiciera esa pregunta, lo sé.
- porque de no hacerlo, te separare de Michiru. – sonrió mi padre con suficiencia. – y no basta con solo intentarlo, tienes que derrotarlos, si logras pasarlos y llegar con Michiru, les daré mi permiso, de lo contrario… comprometeré a mi hija con alguien que no reniegue de lo que es y acepte su destino. – termino mi padre con una gran sonrisa, sabía que había ganado, tengo que hacer algo.
- padre, esto… - pero antes de que pudiera decir algo, Darien y Serena se colocaron frente a mí en posición de pelea y Artemis me tapaba la boca para que no hablara.
- ¿Qué hacen? – cuestiono Haruka con molestia, no creo que a mi viento le agrade verme así.
- ya has escuchado a mi padre Haruka ¿Qué harás? ¿Nos enfrentaras o saldrás corriendo? – cuestiono Darien con tono serio, sé que lo hacen para despertar a Haruka, pero aun así es muy cruel.
- vamos muchacha que no tenemos todo el día. – dijo mi padre para apresurar a Haruka y tomara una decisión.
- está bien, lo hare, pero no porque ustedes crean que soy una reencarnación, sino porque amo a Michiru. – respondió mi rubia con orgullo, Artemis aun me tenía sujeta y seguía tapándome la boca, no podía decir nada, aunque no lo parecía tenía mucha fuerza.
Ni mi padre, ni Haruka dijeron nada más; sin mediar tiempo mi rubia se lanzó contra Serena y Darien pero como lo había dicho ambos son muy buenos, no importa lo buena que pueda ser mi novia, ellos tienes la ventaja por tener sus dones, sé que es una batalla desigual y que mi padre lo único que busca es despertar el poder interno de mi rubia, pero no sé si esto sea lo correcto; golpes iban y venían de todas direcciones, pero era mi rubia quien más daño sufría, porque a pesar de poder darles pelea eran dos contra una, eso sin menciona que ambos tenían más fuerza y más habilidad solo por sus poderes; pareciera como si Haruka pudiera medirse de igual a igual con ellos pero no es así; cada vez que Haruka intentaba atacar a Serena y parecía arrinconarla, Darien llegaba y literalmente la mandaba a volar, puñetazos y patadas iban y venían por ambas partes, pero era claro quien tenía la ventaja; ya no lo soporto más, Haruka tiene el labio roto, su ceja sangra, su mejilla también, no puede ver con uno de sus ojos debido a que está inflamándose, si siguen así la mataran, están peleando enserio, no se están cortando para nada.
- cómo puedo me libera del agarre que tiene Artemis en mi boca justo cuando Haruka vuelve a caer. – ya no te levantes. – hablo con lágrimas en los ojos. – ya está bien amor, por favor, ya para. – no tengo corazón para seguir viendo esto y no voy a permitir que le sigan haciendo más daño.
- no… te… preocupes-estoy-bien. – respondió con la respiración entrecortada, claro que no está bien por Kami. – espera… ahí… enseguida iré por ti. – vuelve a hablar pero ahora me regala una de sus sonrisas de lado.
Se lanza al ataque nuevamente, sabe que no es rival para Darien ni para Serena pero aun así les está haciendo frente por mí, porque quiere estar a mi lado, porque pese a todo me ama, tanto como yo a ella, no voy a permitir que nadie nos separe, aun si… aun si mi memoria vuelve y mi yo del pasado no la ama, yo la amare, hare que la ame, me opondré al destino, pese a todo a pese a todos yo voy a estar con ella; yo siempre estuve esperando porque mis recuerdos volvieran y poder controlar… siempre desee recuperar mi memoria y conocer a la persona que se supone estaba destinada para mí, pero por más que trate, por más que medite, mis recuerdos jamás volvieron; ahora tengo a Haruka y ya no necesito más esos recuerdos, porque ya tengo a quien amar y alguien que me ame, sé que aún no sabe todo sobre mi, pero al verla pelear de esa forma contra Darien y Serena, meda el valor para confesarle lo que por tanto tiempo he cayado.
Tiene una rodilla en el piso y con el envés de su mano limpia un poco de sangre que sale de su boca, se está esforzando demasiado, Darien y Serena están como si nada, en cambio mi viento, tiene muchos golpes y claramente se ve que ya no puede seguir, está muy agotada, por favor que mi padre ya detenga esto, no puedo seguir viendo como le hacen daño a la persona que más amo; estaba a punto de lanzarse una vez al ataque pero… mi padre la detuvo, gracias a Kami.
- ya es suficiente muchacha. - ¿Qué está pasando? ¿Qué es ese tono de decepción en la voz de mi padre?
- ¿Cómo? Yo aún puedo seguir luchando, no me he rendido y nunca lo hare. – responde mi viento y se pone de pie para darle mayor énfasis a sus palabras, sé que está en su límite lo puedo ver en su cara, pero no se dará por vencida. – no me rendiré, Michiru es la persona que amo, estuve esperando por lo que parece… una eternidad su llegada… no la voy a perder. – sentencio mi rubia y comenzó a caminar hacia Darien nuevamente.
- no eres digna de mi hija, aceptalo, lo mejor será que te vayas. – responde mi padre con molestia ¿Por qué? ¿Por qué le está diciendo eso a Haruka? ¿Por qué la trata así? ¿No era una prueba? ¿Mi padre está hablando en serio?
- ¡AHHHHH! – oh Kami, no de nuevo, se está sujetando la cabeza, el dolor volvió tengo que ayudarla, pero Artemis no me suelta; Haruka segue gritando y de pronto un brillo comenzó a emanar de mi rubia ¿Qué está pasando? ¿Será que…? – no vas a separarme nuevamente de ella. – ¿nuevamente? Pero si es la primera vez que ella y mi padre se ven, además de que… es la primera vez que nosotras estamos en una relación; sus ojos, sus ojos no tienen ese brillo característico de ellos, oh Kami, las palabras de mi padre la despertaron es… su vida pasada.
Continuara…
