Hola, si, lose ha pasado mucho tiempo y es algo que no tenia planeado, pero por favor, no me maten, me lesione una de mis manos por lo que me fue imposible continuar escribiendo por un tiempo, aun estoy recuperándome por lo que mi escritura no es muy buena y mi mano es un poco mas torpe, espero que logren comprenderme y disculparme por haberme tardado tanto en continuar con la historia, pero quiero que sepan que la historia sigue y le daré su respectivo final.

Sin mas los dejo con el capitulo.

P.D. Actualizare como siempre cada sábado.


Capítulo 16.

- Haruka. – fue lo único que respondió Luna con seriedad y dolor en la voz.

Continuara…

El día nos había sorprendido amándonos, no sé en qué momento nos quedamos dormidas solo sé que esa noche fue lo mejor que me había pasado, sonreí débilmente, totalmente agotada pero sintiéndome tan bien que no podía describirse con palabras. La luz entraba por aquellos ventanales y aún seguíamos en la misma posición, mi viento había pasado un brazo por debajo de mi cuello y el otro por la cintura, sonreí mientras abría mis ojos lentamente, percibiendo su calor, me giré lentamente para encararla, pero dormía de modo profundo, se notaba su pecho llenarse de aire y soltarlo, su respiración rítmica y lenta, pero sus manos despiertas que al notar mis movimientos me aferraron contra ella, aquella era una dulce condena, tener su cuerpo desnudo de aquel modo me hacía sentir la mujer más afortunada del universo acaricié su rostro suavemente e imprimí mis labios en su cuello y no podía dejar de besarlo, al separarme ella me sonreía con los ojos levemente abiertos.

- oh lo siento ¿te desperté? – cuestione a mi rubia con una sonrisa en mis labios, pues sabía bien lo que había hecho.

- buenos días amor, no te preocupes, si siempre me despertaras tú y de este modo, no me importaría creeme. – respondió con mi rubia con una sonrisa en sus labios, me encantaba la idea de que nos imaginara viviendo juntas, lo que me recuerda…

- Haru, eso me ha hecho pensar. – hable mientras apoyaba mi cabeza en su pecho, sintiendo como ella comenzaba a acariciar mi espalada levemente.

- ¿en qué amor? – cuestionó con un poco de duda en la voz; tal vez ella ni siquiera lo ha pensado, pero… ¿no dicen que quien no arriesga no gana? Pues haya voy.

- cuando terminemos la visita a mis padres, regresaremos a Italia… me preguntaba si… bueno si tú quieres… tal vez sea muy pronto pero… ¿te gustaría que viviéramos juntas? – cuestione armándome de valor, no tengo nada que pensar, es con ella con quien quiero estar, ella es mi destino.

- eso no tienes ni que preguntalo mi sirena, sabes mi respuesta. – respondió mi viento, levante mi cabeza para mirarla fijamente a los ojos y ver si en ellos había algo de duda, pero no había nada, sus hermosos ojos esmeralda me miraban con tal intensidad que no pude evitar sonrojarme, Haruka estaba segura de sus palabras y eso no hacía sino ponerme más feliz.

- Te amo Haruka. – dije mientras ella acariciaba mi pierna suavemente, me acercaba a ella para besarle, primero suavemente y luego profundizándolo más, pero lento muy lento, yo quería grabar en mi memoria cada detalle de su boca que me buscaba insaciablemente, y así fue comenzando a tomar mi cuerpo nuevamente… pero alguien rompió ese momento, dos toques secos sonaron en la puerta, di un respingo en la cama quedándome sentada ¿quién podría ser? Juro que si no es de vida o muerte, hare que sea de muerte para quien nos esté interrumpiendo.

Y sonó de nuevo, otros dos golpes secos, me puse realmente nerviosa, pues estábamos las dos totalmente desnudas ¿y si era Darien? O peor aún ¿y si era mi padre? Pero a Haruka no parecía afectarle porque se había quedado en la misma posición, la miré algo confundida y reaccionó levantándose sin más, me sonrojé al verla sin ropa caminando por el medio de aquella habitación, se puso una bata que había allí y se dirigió a la puerta, yo salté de la cama y me metí en el baño, por miedo a que fuera algún miembro de mi familia, escuche como Haruka abrió y se puso a hablar con alguien, pero no sabía quién era ni qué decía, sólo distinguía que era la voz de un chico, pero no me era conocida, poco después mi viento me llamó suavemente y yo salí despacio aún sin nada puesto encima, haciendo que mi rubia se sonrojara notablemente, eso me hizo gracia, porque sonrió y bajo la cabeza, al fin, ya me estaba cansando de ser yo ahora la que siempre se sonrojara, me aproximé a ella y le robé otro beso.

- ¿Quién era amor? – cuestione mientras veía un carro con lo que parecía ser comida, creo que eso lo debió traer ese chico porque no estaba ahí antes.

Lamento la interrupción, pero me han dicho que esas cosas durante la noche dan mucha hambre, así que me he tomado la libertad de pedirles algo de comer, porque conociendo a mi hermanita, sé que es capaz de no comer en todo el día y eso no puede ser, hay que alimentarse bien y reponer energía, aunque espero que no te haga falta Haruka; bueno espero que se lo hayan pasado muy bien, sin más las dejo que sigan disfrutado.

P.D. Michiru recuerda que tienes padres y tienes que volver a casa.

Atte. Su hermano y cuñado favorito.

- el desayuno amor, al parecer alguien ha pensado que tendríamos hambre nada más despertar. – respondió mi viento y me entrego una nota que estaba en el carrito, la tome y me dispuse a leerla, no pude evitar sonreír con lo que decía.

- cuando termine la nota me dispuse a destapar los platos del carrito para ver qué era lo que Darien nos había pedido. – esto se ve delicioso Haruka, se me ha abierto el apetito. – estúpido Darien y sus ocurrencias pero de verdad que agradezco el gesto que ha tenido para con nosotras, siempre está cuidándome, no sé qué haría sin mi tonto hermano.

- la verdad es que si se ve delicioso, pero… bueno… antes ¿po-podrías ta-taparte? – dijo mi viento con un muy notorio sonrojo en sus mejillas, a la vez que me veía de pies a cabeza.

- solo sonreí, pues tenía razón estaba completamente desnuda delante de ella, pues después de lo que hicimos ya no me da tanta pena. – claro amor. – camine por la habitación hasta que di con la yukata de Haruka, sabía que me quedaría grande pero no me importo y me la puse. - ¿mejor así? – cuestione pues aún me miraba algo perpleja.

- si-si mejor. – respondió mi viento, pero aun así, pese a sus palabras no dejaba de mirarme y ruborizarse, pero por ahora lo dejaría así.

- bien, entonces vamos a comer. – resolví para tratar de tranquilizarle y que la sangre volviera a circular por su cuerpo y dejara de concentrarse en su cara.

Haruka solo asintió y llevo el carrito con la comida hasta la cama donde nos sentamos y nos dispusimos a comer lo que mi hermano había pedido para nosotros; la comida estaba deliciosa y uno de esos platos era mi platillo italiano favorito, canelones de carne, el resto era sopa de mizo, arroz, pescado y de postre algo de fruta, mientras comíamos podía ver de reojo como Haruka a veces me veía, se sonrojaba furiosamente y después apartaba la vista, al principio no entendía que era lo que estaba pasando, pero creo que se debe a que la yukata muestra ciertas partes de mi cuerpo y eso es lo que tiene a mi viento así, aunque tengo que comprobarlo primero.

- Haruka ¿Por qué me miras tanto? – cuestione viendo a mi viento, mientras ella llevaba un pedazo de fruta a su boca.

- bueno… yo… tu-tu… estas muy sexy así Michiru. – lo sabía, sabía que era por cómo estaba en estos momentos, bueno, supongo que debo agradecérselo a está yukata que me queda grande.

- oh ¿en serio? – me acerque a ella para susurrarle estas palabras en el oído para después besar su cuello.

- s…si-sí. – afirmo mi viento con su habitual nerviosismo y sonrojada, pues ahora había colado una de mis manos por la bata y acariciaba su cuello.

- y… ¿no te gusta que me vea de este modo? – cuestione con la voz más sexy que tengo, mientras descubría sus hombros y comenzaba a darle besos húmedos, ahora que había probado el cielo, tenía pensado repetirlo siempre que pudiera y como sabía que al volver a casa no podríamos hacer nada tenía que aprovechar ahora que nos quedaban unas horas.

- cla-claro, Mi-Michiru así está… muy-muy hermosa. – hablaba con dificultad mi rubia, esto comenzaba a gustarme, después de todo siempre me ha gustado tener a Haruka nerviosa, pues me provocaba como no tenía idea.

No la deje terminar, tome su rostro con mis manos y la gire para poder apoderarme de sus labios nuevamente, ahora que había comido y había saciado mi hambre, me había entrado otro tipo de apetito que estaba dispuesta a saciar.

Y así poco a poco la fui tumbando en la cama, de nuevo me iba dejando llevar, me subí sobre ella desatando aquel lazo que mantenía su bata cerrada y ella coló sus manos curiosas bajo la yukata, a la vez que yo acariciaba su busto suavemente, agachándome para perderme en sus labios nuevamente, no sabía por qué, pero no podía parar, quería que volviera a poseerme como había hecho por la noche y parte de la madrugada, quería sentirla nuevamente, en este momento no me importaba el dolor, ni el cansancio que sentía, quería volver a estar en sus brazos; ella se volvió a incorporar abriendo la única prenda que yo llevaba puesta para dejar al descubierto mis pechos para que así su lengua incansable se apropiara de ellos, consiguiendo más gemidos, sus dedos exploradores de mi cuerpo, sus caricias suaves, delicadas pero a la vez con fuerza y pasión; me enloquecía, me hacía demente de su piel, de su cuerpo, de su mirada; Y así de esa manera me volvió a tomar lentamente, saciando y apagando todo el fuego que llevábamos dentro, hasta llegar volando entre las nubes, quedando totalmente tumbada sobre ella dándole pequeños besos en el torso, al tiempo que ella acariciaba mi cabeza y mi espalda suavemente.

- eres maravillosa Michiru. – dijo mi viento con su voz algo cansada y rasposa por la actividad que acabamos de tener.

- tú también amor. – respondí con una sonrisa aunque no pudiera verla, está segunda vez había sentido algo de dolor pero no tanto como la anterior; terminé apoyándome en ella y de nuevo, un placentero sueño me iba invadiendo lentamente, sintiendo que mis ojos se cerraban y podría volverme a dormir sintiendo ese maravilloso calor de la piel de la mujer que me había robado el corazón, me deje llevar por los brazos de Morfeo…

- no sé cuánto tiempo paso pero unos levemos movimientos en mi hombro me han sacado de mi hermoso sueño. – chiru… mor…Michiru. – ahora que estoy más consiente reconozco la voz de Haruka, pero ¿Por qué me interrumpe? ¿Qué no ve que me tiene toda cansada?

- mmm ¿Qué pasa? – respondí con voz aun adormilada, quisiera seguir durmiendo en su pecho como hasta ahora, no quiero separarme de ella jamás, esto ha sido lo más maravilloso que me ha pasado.

- amor despierta. – volvió a hablar mi viento con voz divertida, no entiendo cómo es que está despierta, si es ella la que duerme como si fuera un koala.

- mmmm cinco minutos más. – respondí con los ojos cerrados aun, no quería abrirlos porque sabía que hacerlo perdería el sueño.

- amor ya es algo tarde, creo que deberíamos levantarnos. – hablo con más seriedad mi viento ¿Por qué tenía que recordámelo? Sé que tengo que volver a casa pero yo quería seguir disfrutando de su calor.

- está bien, está bien, ya desperté ¿feliz? – dije con tono de fastidio, aunque eso hizo que Haruka sonriera, sí que me conoce, sabe de ante mano que no estoy molesta.

- mucho, muy feliz ¿Qué tal dormiste? – cuestionó mi rubia, mientras acariciaba mi espalda de manera tranquila, se veía en su rostro algo de preocupación.

- lo que me dejaste dormir, lo dormí de maravilla. – le respondí dándole un ligero beso en los labios.

- ohh, pero yo no escuche que te quejaras ni una sola vez. – respondió con una sonrisa pícara. – sino todo lo contrario ¿no eras tú la que me pedía más? – cuestionó con diversión mi viento.

- yo solo me sonroje y le di un golpe en su brazo a manera de juego. – torpe. – fue lo único que salió de mis labios pues estaba algo apenada.

- sí, pero soy TU torpe. – respondió Haruka de manera divertida. – te amo más que a nada mi sirena. – dijo con seguridad, me encanta que siempre encuentre una oportunidad para decirme lo que siente por mí, además de que sé que no son solo palabras, ya que me lo ha demostrado con hechos.

- Haruka, solo quiero que sepas que… hacer el amor contigo, ser tu mujer es lo mejor que me ha pasado en la vida, no me arrepiento de nada, lo que hicimos solo fue reafirmar lo mucho que nos amamos. – o cuando menos así lo veía yo, no era solo el acto carnal, no, eran los sentimientos, el acto que implicaba el hecho de entregarte a la persona que amas, porque no fue por calentura u otras circunstancias, fue porque nos amamos, porque queríamos entregarnos la una a la otra.

- oh Michiru, gracias, por estar a mi lado, por dejarme amarte, por todo… y como prometimos no mentirnos más, no pienso ser yo quien rompa esa promesa. – dijo mi rubia con tono serio e incorporándose para recargarse en la cabecera de la cama, mientras me llevaba con ella, no quería que me separara de su cuerpo y yo no me oponía a eso.

- ¿Qué quieres decir con eso Haruka? – cuestione con una poco de temor en la voz, no quiero que nada arruine este día, no después de lo que hicimos, no ahora.

- ayer, cuando llegaste, me cuestionaste si había alguien en la habitación conmigo ¿lo recuerdas? – oh, así que era eso, bueno me ha quitado un peso de encima, aunque creo que lo que me dirá, no me agradara mucho.

- si, al entrar me pareció ver a una mujer cerca de la cama, pero no estoy muy segura, parecía más un espejismo. – respondí con sinceridad, pues la verdad, creo que fueron mis celos los que me hicieron ver aquello.

- si había alguien en la habitación, en realidad si había una mujer. – respondió mi viento mientras me apretaba más a su cuerpo, pero aun así yo me separe para verla a los ojos.

- ¿Cómo dices? – cuestione molesta o sea que si había alguien aquí, mientras yo me volvía loca buscándola, ella estaba aquí con otra mujer, pero… si ella estaba aquí antes que yo ¿Dónde se metió? ¿Cómo salió sin que la viera?

- no es lo que estás pensando. – respondió mi viento de manera divertida, a lo que yo solo levante una ceja. – esa mujer apareció de la nada frente a mí, parecía un espejismo, no me dijo su nombre, ni quien era, solo dijo conocerme, me pidió que fuera con ella, me aseguro que de hacerlo ella regresaría mis recuerdos, que me ayudaría. – termino de relatar mi viento bajo mi atenta mirada, debo de admitir que esto no es fácil de asimilar, pero no dejare que nadie me separe de mi viento.

- ¿Qué… que le respondiste? – cuestione con un poco de temor, sé que aunque mi viento no lo admita, ella quiere saber acerca de su pasado, se también que siempre ha deseado una familia, por lo que esa proposición tal vez le intereso.

- iba a responderle que no, pero en eso llegaste tú y ella simplemente se esfumo, justo como llego. – respondió mi viento viéndome a los ojos, demostrándome que no tenía dudas y que decía la verdad.

- ¿Por qué le dirías que no? – tenía que saberlo, pues sé que lo que más quiere mi viento es saber la verdad de su pasado y se le estaba presentando, pero ella estaba dispuesta a rechazar esa oferta.

- eso es muy sencillo de responder mi amor. – respondió con una sonrisa. – porque el hecho de aceptar su ofrecimiento, significaría que me separaría de ti y se de sobra que no puedo vivir sin ti. – dijo seguridad en su voz, lo hizo por mí, rechazo la posibilidad de conocer su pasado por mí.

- ¿sabes que eres adorable? – no encontraba otra palabra que la describiera, pues cada que abría la boca me derretía con cada palabra.

- lo sé. – respondió con altanería. – pero me gusta que me lo digas. – volvió a hablar con una sonrisa, para luego abrazarme y besarme, me encantaba estar así con ella.

Haruka me mantuvo en sus brazos por rato más y yo no opuse resistencia, pues no quería levantarme de ser posible, me gustaría pasar todo el día así, en la cama con mi viento, no importaba no hacer nada, solo quería estar así con ella, no sé cuánto tiempo paso, pero… algo vino a mí, como una revelación y me moví un poco incomoda por mis pensamientos; Haruka me había dicho que jamás se había dejado tocar por alguien, ella siempre era la que tocaba, me había dicho que era virgen, pero ayer cuando… cuando yo… no hubo sangre, no hubo resistencia, no hubo dolor ¿Haruka me mintió con respecto a eso? No, no Michiru, no comiences a sacar conclusiones, prometimos no mentirnos, así que lo único que tengo que hacer es preguntar, sí, eso hare le preguntare.

- Haruka… - ok ¿Cómo demonios voy a preguntarle sobre eso? ¿Y si se molesta? Pero es que ella dijo que… pero y si… ¡demonios! ¿Por qué todo siempre tiene que ser tan complicado?

- Haruka me observo por unos segundos que para mí parecieron horas, después una sonrisa entre divertida y triste se instaló en sus labios. – se lo que estás pensando, de hecho pensé que sería lo primero que me cuestionarías, pero veo que me equivoque, supongo que no te habías percatado de ello o simplemente no lo habías pensado. – hay no ¿soy tan obvia? ¿De verdad? Tierra por favor tragame ¿Cómo es que me lee tan bien? – primero quiero que sepas que no te mentí, lo de anoche… fue mi primera vez, es solo que… yo… bueno mi… - suspiro un poco frustrada por no encontrar las palabras para expresarse, es un habito que tiene. – fue por mi accidente, es por eso que yo… ya no… - genial Michiru, has hecho que tu novia recuerde un momento triste justo en este día que debería ser el más feliz para ambas, eres una idiota.

- Haruka, yo… - pero no me dejo terminar, yo no quiero que estés triste, mientras estés conmigo quiero que seas feliz.

- está bien, no te preocupes, yo tengo la culpa, debí habértelo dicho mucho antes, pero… bueno, no es algo fácil de explicar y no me es grato recordar ese episodio de mi vida, así que… lo siento, entiendo si tu no… - Kami, que tonterías están pasando por su bendito cerebro justo ahora, será mejor que no la deje terminar, no quiero arruinar más el momento.

- shhhh. – dije mientras colocaba mi dedo índice sobre sus labios para impedir que dijera una tontería, a parte mi dedo al ver que ya no diría nada y sujete su cara por las mejillas, quiero que me vea a la cara cuando le diga esto. – no me interesa ¿me entiendes? No me importa, si es algo que para ti aun es difícil compartir conmigo yo esperare, si tú me dices que fue por tu accidente, yo te creo; Haruka, quiero que cuando estés conmigo solo tengas momentos felices, no quiero que recuerdes tu pasado, yo solo quiero que vivas tu presente y que seas capaz de ver tu futuro, porque en ambos estoy yo, jamás me iré de tu lado, siempre voy a estar aquí contigo, tu… tu solo dejalo todo en mis manos. – tú el rayo de luz que ilumino mi vida, la cálida mano que me sostuvo en mi hora más oscura, mi vida, mi todo.

Después de esa charla, permanecimos un poco más abrazadas, reafirmando nuestra promesa de estar siempre juntas; después de cierto tiempo Haruka se removió de mis brazos para verme a la cara.

- bien, creo que es hora de que regresemos, tu familia debe de estar preocupada. – decía mi linda novia, mientras se separaba completamente de mis brazos y se levantaba de la cama, dándome una increíble vista de su cuerpo desnudo.

- ¿de verdad tenemos que regresar? – cuestiono acomodándome nuevamente en la cama pues un momento antes estaba sosteniendo a Haruka en mis brazos; Kami como quisiera quedarme aquí así, con ella, sin tener que dar explicaciones o cuentas a nadie, como me gustaría estar ya en Italia y tenerla siempre en mi casa, en mi cama.

- jajajajajaja, claro que tenemos que volver, tu padre me dará una paliza apenas ponga un pie en su casa de nuevo. – todo lo dijo con una sonrisa, pero su cara dice otra cosa, está preocupada.

- por favor no, no hagas esto. – se perfectamente lo que está pensando, la tradición, mis padres, mi hermano, tengo que saberlo. - ¿te arrepientes? – cuestiono sin poder contener la pregunta más tiempo, se perfectamente lo que van a decir mis padres, pero no podría importarme menos, toda la vida he estado separada de ellos y he vivido mi vida basándome en mi propio juicio, se muy bien que es lo mejor para mí y Haruka… ella es lo mejor para mí.

- ¡¿Qué?! ¡NO! ¡¿Cómo puedes pensar eso?! – oh no, creo que lo he empeorado. - ¿Qué no fui lo suficientemente clara anoche cuando dije que esto era lo mejor que me había pasado? Tu eres lo mejor que me ha pasado, ¿Cómo podría arrepentirme de eso? No, no me arrepiento, nunca lo haría, pero eso no quita el hecho de que ustedes tienen ciertas tradiciones, Japón es un país con costumbres muy arraigadas. – ahora entiendo a qué se refiere, aquí en Japón, mejor dicho aquí en Kioto, tener relaciones con tu pareja sin estar comprometidos y antes del matrimonio es inaceptable.

- yo… lo siento. – antes esas palabras jamás salían de mi boca, pero desde que estoy con Haruka, parece que me he vuelto idiota y siempre estoy metiendo la pata. – no debí decir eso, pero… amor, no tienes por qué preocuparte por las tradiciones de aquí, yo no vivo aquí, si, tal vez nací aquí, pero toda mi vida he estado fuera, además planeamos vivir juntas, estar siempre juntas ¿Qué acaso eso no es suficiente? – quiero que lo sea, de verdad quiero que eso sea suficiente, no me importa si nos casamos o no, si es mi amor de mi vida pasada o no, la amo y ahora soy suya, soy su mujer, justo ahora, no me importa nada más.

- para ti y para mi si, esto es suficiente, pero no esperes que sea igual para tus padres, pues ellos tal vez ya tenían una vida hecha para ti… pero no te preocupes. – ahí está, esa sonrisa que hace que mi día, que mi vida tenga sentido. – daré la cara, hablare con ellos y si es necesario nos casamos para hacerles saber que lo nuestro en verdad es serio y asunto arreglado. – no puedo evitar sonreír con esto último, me encanta, es única, siempre encuentra la manera de aligerar las cosas y al mismo tiempo siempre termina solucionándolo a su modo, no he vivido con el pero se cómo es mi padre y si, tiene razón al estar preocupada, pero… no es nada que no podamos superar, lo superaremos, si estamos juntas lo haremos.

- eres única ¿lo sabias? – digo con una sonrisa, mientras me levanto de la cama para poder estar cerca de ella y abrazarla.

- lo sé, jamás encontraras a alguien como yo. – dijo con una sonrisa divertida mientras acercaba sus labios a los míos para besarme; nos separamos después de un rato por falta de aire. – bien, ahora si será mejor que comencemos a prepararnos para regresar. – volvió a decir mientras se separaba de mi e iba hacia al baño y después volvía sobre sus pasos, clara señal de que estaba nerviosa.

- tranquila, todo saldrá bien, lo prometo. – dije de manera tranquila mientras depositaba un casto beso en sus labios.

- solo… solo no quiero que tus padres tengan un mala impresión. – dijo con preocupación mi viento; como si no la tuvieran ya, pero no puedo decirle esto, se pondría peor.

- a mí la única opinión que me importa es la tuya, así que deja de preocuparte por favor, pareciera como si te estuvieras empeñando en que me moleste o me ponga triste este día, justamente hoy. – no quiero que nada opaque este este día, nada ni nadie, ni siquiera mis padres.

- claro que no es esa mi intensión, lo siento, yo tampoco quiero que nada opaque este día, este en el que fuiste mía y yo tuya. – Kami me encanta como se escucha eso, mía, Haruka es mía, jamás había sido posesiva, pero ahora no quiero que nadie más toque a Haruka, supongo que es por estar enamorada. – será mejor que te des una ducha para poder regresar. – hablo nuevamente mi viento, mientras me regalaba un beso.

Por más que insistí, nos duchamos por separado, para molestia y decepción mía, ya que mi viento dijo que de hacerlo juntas no saldríamos del baño, aunque tenía razón, esa era mi última oportunidad de disfrutar de sus caricias y besos por este día; en menos de una hora ya estábamos listas, obviamente no hicieron ningún cargo por haber ocupado la habitación, aunque a Haruka esto no le gustó mucho que digamos; en la recepción solicite que nos pidieran un taxi, el cual llego en menos de quince minutos, lo abordamos y le dije la dirección al conductor, Haruka y yo íbamos cogidas de la mano y podía decir que mi viento estaba más que nerviosa, pues su mano que jamás sudaba lo estaba haciendo justo ahora y de qué manera.

- calmate, no voy a permitir que te haga nada, además está fue decisión mía, así que tranquilizate. – dije de manera conciliadora y le di un beso, lo que parece que logro tranquilizarla un poco.

En menos de lo que pensamos, ya habíamos llegado a casa; entre como si nada y al ver a una de las maid pregunte mis padres a lo que ella me respondió que estaban en el jardín tomando el junto con mi hermano y Serena, bien cuando menos no harán un escándalo al vernos llegar.

Nos dirigimos al jardín aun tomadas de la mano, no iba permitir que mi padre me amedrentara, pero nada más llegar a la entrada, todo paso demasiado rápido, lo primero que supe es que estaba sosteniendo la mano de mi viento al entrar al jardín y lo siguiente es que la veo en el piso con el labio roto y sangrando profusamente.

- ¡¿Qué es lo que sucede contigo?! ¡¿Acaso has perdido la cabeza?! – cuestione con ira a mi padre que estaba parado frente a mi novia que seguía tendida en el piso aun tratando de comprender que era lo que había pasado y sinceramente yo también quiero saber qué es lo que está pasando, porque mi padre se ha subido a horcadas sobre Haruka y no para de golpearla.

Continuara…