Se que no tengo excusa para haber tardado un año en escribir nuevamente, pero ha sido un año realmente difícil, donde tuve enfrentar no solo la muerte de algunos seres queridos, sino el engaño se la persona que creí era la mujer para mi, por lo que no tenia mucha inspiración para continuar... pero agracias a mi trabajo, mi familia, mi mejor amiga, sus comentarios de aliento a seguir y ha una persona que me gusta (lastima que tiene pareja) me pude inspirar nuevamente y aquí estoy, lista para continuar esta historia y darle fin, ahora serán los domingo los días que subiré un capitulo nuevo y no teman, ya tengo el 20 terminado y el 21 en proceso, así que oficialmente e vuelto.
P.D. gracias a todos aquellos que se tomaban la molestia en hacerme saber que aun me esperaban, yo leía sus comentarios y de verdad que quería continuar, así que espero que aun me sigan y puedan leer esta historia nuevamente.
Capítulo 19.
- está pasando. – hablo Serena viendo como el símbolo del planeta guardián en las chicas aparecía. – están recobrando sus recuerdos. – dijo mientras también se desvanecía.
Continuara…
- Kami! – expreso Luna al ver a los cuatro chicos inconscientes y junto a ella la señora Kaioh más que histérica.
- señora Miharu todo estará bien. – hablo Artemis tratando de levantarse para llamar a unos guardias y llevar a los chicos a las habitaciones, esa sería una larga noche.
- Artemis por Kami, te tienen que atender, no estás bien, esa herida no fue cualquier cosa. – decía Miharu con preocupación, no podía creer que todo eso estuviera pasando, no había noticias de su esposo, su hijos y sus nueras inconscientes, esto era demasiado.
- no se preocupe, soy un guerrero de la luna, esto no es nada, además mis capacidades regenerativas ya han comenzado a actuar. – minimizo Artemis mostrándole la herida para que Miharu constatara que ya estaba sanando, era una suerte contar con poderes de recuperación.
- Artemis, rápido, llama a unos guardias, tenemos que llevarlos a las habitaciones, este proceso genera demasiado estrés como para que estén en el piso, además de ser largo y doloroso. – decía Luna viendo a los cuatro chicos, por fin lo habían logrado, se habían desecho del miedo y este era el resultado, fue antes de lo que imagino y lo agradecía ya que Beryl parecía más atrevida, más segura de su victoria.
- eso era exactamente lo que iba hacer. – respondió Artemis mientras se encaminaba por uno de los pasillos para solicitar a unos guardias su ayuda.
- ¿Qué ha pasado? – cuestiono una voz que hizo que Miharu inmediatamente se levantara de donde estaba y fuera a su encuentro, temía que su esposo no volviera o estuviera herido, por lo que escucharlo hablar fue un gran alivio para ella.
- por Kami, estas bien. – dijo Miharu corriendo a abrazar a su esposo para cerciorarse que fuera real.
- si estoy bien, no te preocupes ¿pero qué fue lo que paso aquí? – cuestiono Hideki nuevamente ya que su esposa no lo había escuchado o bien lo había ignorado la primera vez.
- creo que aquí quien nos tendría que decir que fue lo que paso deberías de ser tú. – hablo Luna con cierta desconfianza y buscando algún rastro de esa energía que desprendía Beryl.
- solo recuerdo estar paseando por el jardín, seguido de un dolor en la cabeza y después nada, no logro recordar que paso, solo que los guardias me encontraron en medio del bosque, no lo entiendo. – de verdad que era muy raro, no sabía cómo había llegado ahí, pero por la cara de desconfianza que le daba Luna sabía que algo malo había paso ahí.
- Luna constato que no había nada raro en Hideki, no había rastro de la nega fuerza, así que se relajó un poco. – Beryl estuvo aquí. – soltó sin más.
- ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cómo es que esa mujer logro entrar? ¿Dónde están lo muchachos? – soltó pregunta tras pregunta pues no podía creer que esa mujer se haya atrevido a entrar en su casa y más aún que haya burlado la guardia, tenía que hablar con el general sobre esto.
- Esa mujer se transformó en ti. – comenzó Miharu. – quieren a Haruka, desean tener su poder, esa mujer la golpeo e introdujo energía maligna en su cuerpo, pero afortunadamente Luna y Serena lograron sacarla, ahora ellos están aquí, Luna dice que están recuperando sus recuerdos. – termino de relatar la señora Kaioh todo lo que había acontecido en esas horas.
- no puedo creer todo lo que me estás diciendo Miharu, esto es demasiado, los muchachos no pueden estar aquí. – Hideki no sabía cómo actuar ante todo lo que estaba pasando, era demasiado para él, tenía que traer a los demás, ya no había tiempo para el baile, está sería una reunión para saber cómo iban a actuar de ahí en adelante.
- Hideki-san nosotros nos encargaremos de poner a los chicos en sus habitaciones con ayuda de Luna y su esposa. – hablo Artemis que iba llegando junto con unos guardias. – usted tiene que contactarse con las otras familias. – si Haruka resultaba ser la heredera de Urano, sus padres debían saberlo.
- considero que Artemis tiene razón. – apoyo Miharu ayudando a uno de los guardias a levantar a Michiru. – debes llamar a todos, es hora de juntarnos nuevamente aquí. – habían postergado o mejor dicho, negado cada reunión después de que la hija de los Kuga fue secuestrada y Michiru ya no podía estar en Kioto.
- que así sea entonces. – respondió Hideki con seriedad dirigiéndose a su estudio mientras su esposa y sus amigos llevaban a sus hijos a descansar.
Luna indico que era necesario dejarlos en la misma habitación, ya que al despertar tendrían muchas preguntas y era mejor que estuvieran juntos para que vieran una cara amiga y se sintieran tranquilos, Artemis no se opuso a eso y Miharu menos, así que con la ayuda de los guardias lograron acomodar a los cuatro en una sola habitación, lo hicieron con mucho cuidado y procuraron dejarlos lo más cómodos posible, porque de acuerdo con Luna el proceso seria largo, doloroso y cansado; Artemis no estaba dispuesto a dejar nuevamente solos a los chicos así que el junto con unos guardias se quedaron a hacer guardia en la puerta para evitar que alguien ajeno a la casa entrara a esa habitación y pudiera hacerles daño, Miharu se lo agradeció mientras se retiraba junto con Luna a disponer todo en la casa para la llegada de las familias.
Mientras todos en la casa Kaioh se preparaban para la llegada de las familias ancestrales, dentro de la habitación que custodiaba Artemis se estaba librando una batalla; los cuatro chicos en esa habitación estaban librando cada uno su propia batalla recordando todo lo que había pasado en sus vidas pasadas, recuerdos buenos y malos, sintiendo en carne propia heridas e incluso sus propias muertes…
Recuerdos de Haruka.
Se había despertado en una habitación que jamás había visto, la cama era enorme con sabanas de seda, no pudo evitar pasar su vista por toda la habitación, era hermosa, cada metro perfectamente aprovechado, se levantó viendo que únicamente portaba una especie de camiseta aunque no sabía bien si llamarla así, ya que nunca había visto ese tipo de ropa y tela, además de lo que parecían ser unos bóxer; dejo de prestarle atención a su ropa y camino hacia el balcón que tenía en esa habitación, al salir por él se sorprendió por la hermosa vista que tenía, podía apreciar el hermoso jardín, que se extendía enorme, con áreas para caminar por él, no pudo evitar las ganas de salir a recorrerlo, tan absorta estaba que no escucho como alguien la llamaba y después entraba en la habitación.
- Haru, cariño, ¿no me escuchabas? – llamo una voz que se le antojo dulce y delicada, recordaba esa voz, como en un sueño. – Haru ¿estás bien? – volvió a cuestionar.
- perdón ¿Qué me decías mamá? - ¿mamá? Esa mujer hermosa de ojos verdes como los suyos ¿era su madre? Espera me llamo ¿Haru?
- lo es, es nuestra madre, Haruka, estas dentro de tus recuerdos de una de tus vidas pasadas y en esta vida tu nombre era Haru. – le hablo una voz dentro de su mente. – Haruka solo dejate llevar, vive el recuerdo y poco a poco todo te será aclarado, no te resistas, ni trates de cambiar nada, esto ya paso, solo deja que fluya. – termino de explicar esa voz.
- Haru, cariño, ¿te sientes bien? – volvió a cuestionar su madre.
- si mamá, perdón, creo que aún estoy un poco dormida, ¿Qué era lo que me decías? – le parecía increíble que pudiera contestar de esa manera ya que ella nunca había conocido a la que era su madre, pero estaba siguiendo el consejo, se estaba dejando llevar.
- te decía que te prepararas porque iremos a la luna, llego una carta de la reina, las familias se juntaran. – explicaba su madre de manera tranquila, no podía dejar de mirarla, era muy hermosa, pensaba si su madre en su actual vida era igual de hermosa.
- está bien, enseguida estaré lista. – solo bastaron esas palabras para que su madre sonriera y la dejara en la habitación.
La rubia dio un paso para dirigirse a lo que suponía era el baño, pero de pronto todo se vio negro, sintió un gran mareo y pensó que se había desmayado, pero al abrir los ojos, se vio así misma ataviada con unas ropas que jamás había visto y el paisaje a su alrededor había cambiado, supuso que ese era otro recuerdo y trato de tranquilizarse pues tenía que dejar que todo siguiera su curso; dejo de pensar que eso solo era un recuerdo y comenzó a disfrutar de la vista, hasta que una voz, la volvió a la realidad nuevamente.
- es una hermosa vista ¿no es así? – esa voz la reconocería donde fuera, era ella, era Michiru, su Michiru. – disculpa mis malos modales, soy Michiru. – se presentó la joven aguamarina al ver que su interlocutora no respondía a su pregunta.
- perdón, si es hermosa en verdad y mucho gusto señorita Michiru, soy Haru. – ahora entendía, ese había sido el día en el que había conocido a Michiru, era la primera vez, ese día fue cuando sus destinos se entrelazaron.
Después de ese recuerdo, pudo ver como si fuera una película como se fue desarrollando su relación con Michiru a partir de ese primer encuentro, pudo ver como floreció el amor en ambas, los besos, las caricias, fue testigo de cómo su relación que había comenzado con ese saludo en un jardín, había terminado en el altar, para después de unos años, sufrir la agonía de perderla por culpa de la guerra, por culpa de la nega fuerza, la había perdido y había dolido tanto que pensó que moriría ahí mismo, aunque no demoro mucho en seguirla; sintió su muerte, sintió el dolor, la agonía, pero aun así estaba sonriendo, sonreía porque sabía que muy pronto estaría con ella nuevamente, porque tenía la certeza que aun en la otra vida la encontraría y volverían a estar juntas.
Los recuerdos de Haruka fueron fluyendo uno a uno, recordando cada una de sus vidas pasadas, enamorándose cada vez que renacía de la misma persona, porque sabía que jamás podría enamorarse de alguien más, pudo ver que hubo otras mujeres en alguna de sus vidas pero siempre volvía a Michiru, siempre era Michiru y siempre seria Michiru de eso no tenía duda.
Hasta que llego a su vida actual, más específicamente a su niñez, a la niñez que creía perdida en su mente, ahí estaba, reconocería esa cabellera aguamarina donde fuera, su Michiru, con su cabello aguamarina más largo y con la nariz metida en un libro, pasaran los años que pasaran Michiru siempre seria Michiru, así que ellas estaban destinadas a reunirse, se conocían desde pequeñas, Michiru no solo le enseño lo que era el amor, sino que también le devolvió a su familia, Haruka Kuga, hija de Kain y Saeko Kuga primogénita y heredera de la familia Kuga… vio el momento en el que Malachite las encontró en el parque, la golpeo a ella y a Michiru, para después despertar en una especie de palacio, donde estuvo por algún tiempo, ellos trataban de tener sus poderes pero el control que tenía sobre ellos era mínimo, por lo que Beryl había dicho que era mejor esperar a que creciera, se acercó a ella e hizo una especie de hechizo para después despertar en ese horrible orfanato, Beryl le borro sus recuerdos y la dejo ahí a la espera de que tuviera sus poderes, pero esto no se quedaría así, ella lucharía y la derrotaría, tendría una larga y feliz vida con Michiru, era una promesa.
Por otro lado cierta aguamarina no estaba tan cómoda con lo que estaba viendo en sus recuerdos, en cada una de sus vidas pasadas había visto como el amor de su vida perdía la vida por su culpa, era espectadora de cada una de las muertes que había tenido Haruka, por protegerla a ella, por tratar de sanarla, en todas en cada una de sus vidas pasadas el común denominador en la muerte de Haruka siempre era ella, siempre ella.
Recuerdos de Michiru.
No estaba nada cómoda con lo que veían sus ojos, había perdido la cuenta de cuantas vece había visto morir a Haruka en el tiempo que llevaba ahí, no sabía y no quería saber, le aterraba la sola idea de que en esta nueva vida pasara lo mismo, Haruka no se merecía eso, había sido ella, ella había llevado a Haruka a Kioto, ella la había metido en toda esa locura, la pregunta era… ¿estaba a tiempo de sacarla? ¿Podía de volverla a su antigua vida?
- no puedes hacer eso, esto era parte del destino, el que ustedes se conocieran, el que te decidieras a traerla a Kioto, era algo que ya estaba escrito, debes entenderlo y aceptarlo. – decía la voz que la había estado guiando por todas sus vidas pasadas.
- no puedes pedirme que después de estar viendo esto me quede de brazos cruzados y lo deje pasar ¿verdad? Ella tiene que irse, tiene que volver a Italia, ser feliz. – estaban por llegar a la última de sus vidas pasadas, no sabía cuánto tiempo había pasado pero para ella había sido una eternidad y quería que acaba pronto, de acuerdo con la voz que era igual a la suya, después de esa vida recordaría su niñez y podría despertar, así que estaba cerca, solo tenía que esperar una poco más.
- y cuando la dejes ¿Qué pasara? ¿Vivirás tu vida? ¿La dejaras vivir con alguien más y ser feliz? No digas tonterías, ambas sabemos que no podemos dejarla ir, por eso siempre volvemos con ella, porque a pesar de tratar de alejarnos lo más que podemos ella siempre está ahí, porque es nuestra alma gemela, porque nos complementa, la necesitamos casi tanto como al aire que respiramos y lo sabes. – debatía la voz, ella solo era una guía, era su deber el estar ahí siempre para guiar a las futuras reencarnaciones en ese proceso, pero era la primera vez que una de esas reencarnaciones deseaba alejarse de su amor predestinado.
- lo sé, terminare de ver todo, lo siento, no sé en qué estaba pesando. – terminaría el recorrido por sus recuerdos y al volver dejaría a Haruka libre de ese maldito destino aun cuando eso signifique romperle el corazón y no volver a verla nunca más.
- bien, continuemos. – esa chica era todo un caso, estaban en su mente obviamente podía escuchar claramente sus pensamientos, pero no diría nada, no estaba ahí para intervenir, dejaría que la chica experimentara en carne propia lo que era ver al amor de su vida con alguien más.
Los recuerdos fueron pasando uno a uno, vio la última de sus vidas y vio nuevamente la muerte de Haruka por tratar de ayudarla, por querer sanarla, de pronto la imagen se volvió turbia como las otras veces y sabía lo que significaba, recobraría los recuerdos de su niñez, esos que le fueron arrebatados junto con su familia hace tanto tiempo; comenzó viéndose así misma de niña en un jardín, estaba jugando con otra pequeña, era la misma niña rubia que había visto en los flashback que había tenido antes, alguien las llamaba y por fin pudo escuchar el nombre de esa niña… Haruka, esa niña era SU Haruka, se habían conocido desde hacía tiempo, desde pequeñas sus destinos habían estado entrelazados; vio el desarrollo de su niñez junto a Haruka y fue testigo de cómo poco a poco esa niña rubia se fue ganando su corazón, hasta que llego ese fatídico día…
- debemos estar listas para cuando las familias estén aquí, vendrán todas. – decía una pequeña rubia más que emocionada.
- no me gusta que vengan, Mina y Serena siempre quieren estar abrazándote. – hablaba su pequeña versión.
- pero los abrazos que más me gustan son los que tú me das. – hablaba sonrojada la rubia pequeña.
La escena cambio y las llevo hasta un parque donde los cerezos estaban floreciendo, habían muchas personas pero al parecer ellas estaban solas, no podía ver a ningún adulto cuidándolas, todo parecía apuntar a que las pequeñas se habían escapado para ir ahí; de pronto todo paso más que rápido, un joven Malachite la había mandado a volar literalmente con un solo movimiento de su mano, mientras tomaba a pequeña e inconsciente Haruka en sus asquerosos brazos y se la llevaba, trato de intervenir per fue inútil, eso ya había pasado y era una simple espectadora; fue testigo de cómo Beryl se acercaba a ella y comenzaba con una especie de hechizo, así que… eso había sido, ese hechizo había sido el causante de que ella estuviera lejos de sus seres queridos, de que creciera sola, ella había perdido a Haruka, no había podido hacer nada, todo era u culpa; lo siguiente que venía ya lo sabía, ella comenzando a sangrar, su visita a Luna, sus padres mandándola lejos, todo paso hasta que llego a la actualidad.
Tanto Darien como Serena habían visto también el pasar de sus vidas, sus muertes, donde Serena siempre terminaba sacrificándose para darles a todos una nueva oportunidad, la felicidad y la tristeza que habían sentido, todo, paso frente a sus ojos, pudieron verlo y sentirlo todo, ahora solo les quedaba asimilarlo, afrontarlo y vivir sus vidas con la inminente amenaza de una próxima guerra.
Poco a poco los cuatro fueron despertando, se sentían aturdidos, saturados por toda la información que les había sido brindada, todo aun rondaba por sus cabezas, unos con una clara decisión ya tomada, otros aun debatiéndose que hacer y por ultimo había quienes habían aceptado todo sin reparos. Cuando todos estuvieron conscientes, solo pudieron dirigirse miradas de comprensión ya que en la mayoría de sus vidas o mejor dicho en todas sus vidas sus caminos siempre se entre mezclaban los cuatro sabían por lo que habían pasado, pero nadie quería comenzar a hablar, al parecer no sabían por dónde comenzar o eso creían.
- todo ha sido tan repentino, no entiendo… ah… yo los conocía, a los tres, nos conocimos siendo niños, vivía en la villa que sigue… yo… - sede tuvo la rubia por un fuerte dolor en su cabeza, aun sus recuerdos trataban de establecerse en orden.
- tranquila Haruka, ya habrá tiempo para hablar de eso, aun nuestros recuerdos están dispersos y tratan de establecerse esto demorara aún más, debemos estar tranquilos, hasta que nuestras memorias estén estables. – hablo tranquilamente Serena mientras tomaba la mano de Darien para cerciorarse de que no era un recuerdo.
- ¿cuánto tiempo más tenemos que esperar aquí? – cuestiono Michiru mientras se ponía en pie y se alejaba de Haruka.
- ¿tienes lago que hacer hermanita? – cuestiono Darien con tono divertido en la voz.
- ¿Michiru amor estas bien? – intento Haruka tratando de acercarse a ella para tomarle la mano.
- Michiru se alejó del contacto de la rubia, tenía que salir de ahí, tenía que poder n marcha su plan de alejar. – no quiero estar aquí más tiempo, ya estoy harta de estar encerrada, ni siquiera sabemos por cuanto tiempo hemos estado inconscientes, solo… ya quiero irme. – entre más tiempo pase más duro será, tengo que alejarla, quería hacerlo a solas pero al aparecer eso no iba hacer posible.
- Michiru, amor trata de tranquilizarte si, recuerda, Serena dijo que teníamos que estar tranquilos, no podemos sobresaltarnos, estamos conmocionados aun por toda la información que se nos brindó. – mi dulce viento, aun llamándome amor después todo lo que te hice, después de haberte arrastrado a toda está locura, a este infierno, pese a todo aun me llamas amor.
- Michiru, Haruka tiene razón, tienes que tranquilizarte, no es bueno tener esos sobresaltos, pronto podremos salir, solo concéntrate en poner en orden tus recuerdos, una vez que lo logres te sentirás más tranquila y sentirás que todo está donde tiene que estar. – ¿así que es eso? Eso lo experimente desde un inicio Serena, mis recuerdos está en orden y puedo decir que los tuyos también, salvo Darien y Haruka quienes aún siguen tratando de ordenarlos.
- no puedo esperar más tiempo, Haruka está procesando sus recuerdos, es ahora o nunca si hago ahora antes de que los ordene tal vez, solo tal vez… logre que se marche. – no puedo, no quiero estar más tiempo aquí ¿Qué no lo entienden? Esto es estúpido, ya no quiero seguir con esto, no puedo, Haruka, te vi morir… te vi morir una y otra vez tratando de ayudarme, por mi culpa moriste, siempre fue por mi culpa ¿y tú aun así me llamas amor? Yo te arrastre aquí… yo te traje a este infierno ¿Por qué no lo entiendes maldición? – lo siento Haruka, perdóname amor, pero es la única manera de sacarte de aquí, de alejarte de todo esto, perdóname.
- ¿de que estas hablando Michiru? Yo ya estaba en esto mucho antes de conocerte, yo nací siendo parte de esto, tu, tú lo único que hiciste fue devolverme mi vida, me trajiste de vuelta a mi mundo, me devolviste la felicidad, me enseñaste a amar, yo no morí por tu culpa, yo morí porque un mundo sin ti no vale la pena ser salvado. – oh mi viento, mi dulce viento, que me acaricia con cada palabra, que me devuelve la dicha con esa sonrisa que solo me decía a mi… pero no, no puedo ceder te tienes que ir, tienes que alejarte, no te veré morir de nuevo.
- esto es estúpido Haruka, está no es tu guerra, tu jamás debiste venir aquí, jamás debiste enterarte de nada. – porque me interrumpes, ¿Qué acaso no puedes ver que con cada palabra que sale de su boca me acobardo más?
- ¿pero qué dices? Este es mi mundo, yo quiero estar aquí, contigo, a tu lado, porque ese es nuestro destino estar juntas, amarnos, cuando todo esto termine podremos… - basta, no voy a dejar que me envuelvas con tus palabras porque voy a caer, porque te amo.
- basta, no sigas diciendo tonterías, está más que claro que todos vamos a morir aquí, está guerra será aún más sangrienta que las otras ¿Qué no lo entiendes? Vas a morir, no vamos a tener una vida feliz juntas porque moriremos, todos lo haremos y será por mi culpa, yo desencadene todo esto, por traerte aquí, por enamorarme de ti… - ¡no! Deja de interrumpirme déjame terminar, esto es por ti, porque tú puedas vivir, quiero que vivas.
- no, voy a detenerte ahí, no puedes culparte de esto, amarnos era nuestro destino, yo te amaba desde que era una niña, de una u otra manera hubiéramos terminado aquí, así que no, no voy a permitir que te culpes por esto, porque esto… es más grande que nosotros, así que basta, tú no eres así, tus recuerdos te están abrumando. – no amor, mis recuerdos están bien, esto es por ti, para protegerte.
- no Haruka, nada me está abrumando, desde que desperté mis recuerdos han estado en orden y ahora se que cometí un error, un grave error. – no quiero decirlo pero tengo que, tengo que hacerte mucho daño, para que te marches.
- y según tu ¿Cuál es ese error? – no sé si algún día logres perdonarme, porque sé que yo nunca lo hare.
- jamás debí acercarme a ti, jamás debí enamorarme de ti, no debí permitirme sentir estaba mejor sola, antes de conocerte, tienes razón, yo no desencadené esto, fuiste tú, fue por tu causa, porque tu llegaste a mi vida mis poderes comenzaron a despertar, mis recuerdos comenzaron a aparecer, tu Haruka causaste todo esto, es tu culpa, yo vivía muy feliz, hasta que… - Kami no puedo, no quiero seguir con esto, la estoy lastimando, lo puedo ver en sus ojos, puedo ver su dolor, Darien ha decidido intervenir.
- chicas, creo que esto se está saliendo de control, hemos estado bajo mucho estrés, así que vamos a tranquilizarnos, a descansar y un vez que tengamos la mente despejada podemos hablar tranquilamente. – no Darien, no puedo tranquilizarme, no puedo relajarme, porque sé que si lo hago, no voy a tener el valor de alejarme de Haruka jamás y no la quiero ver morir.
- Darien, esto no te incumbe, es una discusión de pareja, así que te voy a pedir que te mantengas al margen de esto, se perfectamente bien lo que hago y muy bien lo que estoy diciendo, así que no necesito un momento para tranquilizarme ¿de acuerdo? – por favor Kami, que ya nadie me interrumpa, estoy a punto de ponerme a llorar, Haruka está a punto de llorar y perderé al amor de mi vida para siempre.
- Michiru… - está luchando para que las lágrimas no salgan. – antes de que Darien… antes de que te interrumpiera quera era lo que ibas a decir, continua. – sé que no quieres oírlo y yo tampoco quiero decirlo pero si no lo hago jamás te iras, jamás me dejaras.
- yo vivía muy feliz y tranquila hasta que tu apareciste en mi vida, si bien no podía vivir con mi familia, era feliz, no tenía a brujas persiguiéndome, secuestrando a mi familia, no tenía la amenaza de una inminente guerra… terminamos… vuelve a Italia de donde nunca debiste haber salido, vete de mi vida, aléjate de mi familia, porque ha sido por ti, porque ellos te quieren a ti, que nos han estado atacando, no entiendo cómo demonios me enamore de ti, pero se acabó, no volveré a sufrir por tu causa. – está llorando, está sufriendo y yo soy la causante, yo le hice esto al amor de mi vida, jamás la recuperare, jamás.
- entonces ¿eso es lo que quieres? ¿Qué me aleje de ti? ¿Ya no me amas? – por favor solo vete, ya no puedo más, vete y déjame, vive feliz, aunque sea lejos de mí, vive.
- No, ya no, no puedo seguir con esto más tiempo, no puedo estar contigo sabiendo que en cualquier momento nos atacaran, sabiendo que tal vez pueden secuestrar a mi familia, tu estas sola no tienes a nadie y tal vez esto no te importe pero a mí sí. – que tonterías digo, si tiene un familia, una que la ha estado esperando siempre y yo voy a arrebatarles eso. – vete y no vuelvas a aparecer jamás en mi vida. – vete amor mío y vive feliz lejos de toda está locura.
Continuara…
