Hola, como están? se que me había ausentado por bastante tiempo y no quiero justificarme, pero me detectaron una enfermedad muy grave y entre los medicamentos y la operación que conllevo todo aquello entre en un lapso de depresión, por lo que no había podido continuar con la historia; se que algunos de ustedes se cansaron de esperar pero deseo continuar con la historia, voy a darle un final como corresponde y espero tener su confianza de nuevo.
Capítulo 22.
- ¿tuya? No me hagas reír Michiru Kaioh, la has herido desde pequeñas y aun así ¿pretendes que sea tuya? no lo pienso permitir, ella se ira conmigo y de mi cuenta corre que no se vuelva a acercar a ti. – ¿Cómo? Esa chica me conoce, sabe quién soy, sabe lo que paso con Haruka y conmigo y lo que es peor, la va alejar de mí.
Continuara…
- no esto no puede ser, no pienso permitir que me alejen de Haruka. - ¿Quién eres? ¿Eres parte del negaverso? Déjate ver, dime dónde está Haruka. – tengo que ganar tiempo mientras mi espejo logra encontrar a Haruka.
- no me compares con la basura del negaverso, ellos solo quieren utilizar a Haruka, pero no lo voy a permitir. – parece que la quiere proteger, pero ¿Quién es? ¿Por qué ese empeño en Haruka?
- entonces tenemos una meta en común. – si logro su confianza tal vez pueda hacer que me devuelva a Haruka. – yo tampoco quiero que utilicen a Haruka, mi deseo es que sea feliz, que este a salvo. – mi espejo está tardando más de lo normal en encontrar a esa chica. – por favor, dime donde está.
- lo siento, eso no será posible y será mejor de dejes de intentar rastrearla a ella o a mí, porque no podrás, solo puedo decirte que Haruka estará bien y que una vez que sus recuerdos estén en orden dependerá de ella si quiere volver contigo, aunque yo no tengo pensado permitirlo. – habla con tanta familiaridad de Haruka ¿la conocerá de algún lado? ¿Será una sailor? No, es muy poco viable, papá dijo que las familias llegarían en tres días, ¿entonces quién?
- no permitiré que te vayas sin que antes me digas donde está Haruka. – así tenga que hacer esto a la fuerza, no permitiré pasar un día más sin Haruka, no creo poder resistirlo.
Mientras Michiru esperaba una respuesta por parte de su interlocutora, está recibía un mensaje; era tiempo de marcharse, Haruka había sentido la presencia de Michiru y claro había escuchado sus gritos y le estaba costando a Zuru el poder controlarla, tenía que volver y llevar a Haruka a casa, no podía seguir perdiendo el tiempo ahí, sabía que la chica de los Kaioh tal vez sufriría pero ¿no era eso lo justo? Lo sentía por ella pero Haruka era más importante, había escuchado la petición de la chica pero ya no respondería, seria enfrascarse nuevamente en esa conversación y no tenía tiempo; comenzó a caminar hacia donde había dejado el coche antes y en efecto encontró a Zuru tratando de controlar a la rubia porque está quería salir del coche a como diera lugar.
- Haruka-san, te prometo que la veras pronto, pero aún no es tiempo, tienes que poner en orden tus recuerdos, no querrás equivocarte de nuevo. – razono la peli-azul, sabía que con eso lograría convencerla, Kain tenía razón, la rubia era endemoniadamente lógica.
- tienes razón, debo esperar a que mis recuerdos tomen un orden, aún siguen apareciendo imágenes al azar en mi cabeza, no duele tanto pero aun así no me siento bien. – esas chicas la habían salvado del ¿enemigo? y sentía que podía confiar en ellas, algo en la chica peli-azul la hacía sentir bien y se lo atribuía a que tal vez eran familia o eso quería creer.
- bien, entonces pongamos en marcha. – hablo la castaña, no había intervenido en la conversación de las oji-verdes, después de todo tenían que aprender a convivir.
No se dijo más en el coche, Zuru lo encendió y tomo el camino que habían marcado antes para salir de ahí y no las siguieran, Yukino las vigilaba y Akira borraba cualquier rastro de ellas para así evitar que las siguieran, todas estaban en alerta para proteger a esa rubia que aunque no la conocían sabían que era familia y ellas cuidaban a su familia.
Mientras el coche se alejaba del bosque y con él, el corazón de Michiru, está seguía llamando a la chica con la que conversaba pero ya no obtuvo respuesta a ninguna de sus preguntas derrumbándose ahí mismo, sabiendo que Haruka ya no estaba cerca, que esas chicas se la habían llevado a sabrá Kami donde y ella no había sido capaz de recuperarla otra vez, la había tenido tan cerca y la había vuelto a perder, tal vez esa chica tenía razón y no se la merecía.
- no quiero que pienses así. – Darien, esa chica tiene razón, no he sabido ser una buena novia, no he cuidado de Haruka, cada vez que intentamos estar juntas algo pasa.
- ¿y si es verdad lo que dicen? Tal vez estamos mejor así, tal vez ella conozca a alguien más y pueda ser feliz. – me duele en el alma el solo pensar que las caricias de Haruka puedan pertenecer a alguien más, pero es una posibilidad que no puedo descartar.
- ¡ya basta! – woow Darien acaba de gritarme. – deja de estar ahí haciéndote la víctima, aquí quien en verdad está sufriendo es Haruka, si la quieres dejar ir bien, pero deja de estarte quejando, pero si vas a luchar por ella, ponte de pie y demuestra que eres una Kaioh. – woow Darien en verdad está furioso, pero tiene razón, Haruka siempre se lleva la peor parte y siempre tiene una sonrisa para mí; ahora tengo pleno control de mis poderes, las familias llegaran dentro de poco, pediré su ayuda y la encontrare, no la perderé.
- luchare por ella, pese a lo que mi vida pasada haya dicho, Haruka es mi prometida y mientras exista ese compromiso… no, mientras yo siga amando a Haruka luchare por ella. – respondí a mi hermano mientras me ponía de pie; creo que la bipolaridad es de familia. – y se dónde podemos tener pistas. – hable mientras miraba a Jadeite tirado en el suelo doliéndose de sus ojos.
- bien pensado, llevémoslo a la villa, tal vez tenga algo que decirnos sobre las personas que se llevaron a mi cuñada. – parece que Darien ya no está molesto; lo dicho la bipolaridad es de familia, pobre de Serena.
- no… crean que… les… será tan fácil. – vaya, pensé que no estaba prestando atención por estarse quejando… rayos ahora que lo veo seguramente yo me veía igual de patética el, ya veo porque Darien se molestó.
- bien, si no quieres ser nuestro rehén dinos todo lo que paso con esas chicas y mi novia. – la verdad no me importa capturarlo, solo me interesa saber qué fue lo que paso con Haruka, sé que tal vez llegue a arrepentirme de dejarlo ir, pero no me importa.
- les diré todo. – parece ser que no quiere ser capturado, tal vez Beryl no permitirá otro error o sabe que tal vez no lo rescatarían de ser capturado.
- entonces habla. – gracias a Kami Darien no rebatió lo que dije, los Kaioh tenemos palabra, así que mientras nos diga lo que paso nosotros no le haremos nada.
- me había hecho pasar por un amigo para llevarme a la chica y justo cuando estaba a punto de lograrlo, ellas llegaron… - Jadeite cumplió su palabra y nos contó todo lo que paso con esa chicas Zuru y Suki dudo que sean sus verdaderos nombres pero es algo, ellas conocen del negaverso y de nosotros, son reencarnaciones pero al parecer no del milenio de plata ¿serán enemigas? – la tal Zuru se llevó a la rubia y la otra peleo conmigo, hasta que recibió una especie de mensaje, después me cegó y se escondió, fue cuando ustedes aparecieron. – al aparecer alguien les aviso de nuestra llegada, lo que quiere decir que son más de dos.
- gracias por la información, ha sido de gran ayuda. – dije sinceramente, pues aunque sea poco sabemos algo de esas chicas misteriosas que se llevaron a mi viento.
- será mejor regresar a casa. – hablo mi hermano, mientras ponía una mano en mi hombro. – tenemos que informar a papá y a tío Kain de lo que ha pasado. – mi hermano me conoce muy bien, aunque no hayamos estado juntos, sabe que quiero seguir buscando a Haruka, pero tiene razón, es mejor dar aviso de lo que paso.
- bien, vamos. – no había más que hacer, pero cuando menos ahora teníamos una pista.
Dejamos a Jadeite ahí y nos pusimos en marcha hacia el coche, Darien me dio una mirada comprensiva, sabía que mi hermano me apoyaría en todo pero por ahora era mejor regresar a casa, informar sobre estas chicas y ver si papá o tío Kain saben algo de ellas, para reanudar la búsqueda al día siguiente.
Llegamos a casa y parecía que alguien había muerto por el ambiente que lograba sentirse nada más entrar a la casa, bueno no era para menos, de ante mano Darien y yo sabíamos que Artemis y el coronel no habían encontrado a Haruka, así que imagino que el tío Kain no está nada contento; caminamos hacia el estudio, una vez ahí tocamos y la voz de papá nos respondió del otro lado indicándonos que entráramos.
- veo, que a ustedes tampoco les fue muy bien. – dijo mi padre con afirmación, viéndonos a Darien y a mí.
- no, pero… ¿Dónde está tío Kain? – se supone que esperaría a que volviéramos para dar noticias de Haruka, no puedo creer que se haya ido así como así.
- Kain no estaba nada contento cuando llegaron Artemis y el coronel, así que… - papá nos contó todo lo que paso con el tío Kain, lo que llamo la atención de Darien y de mi fue la misteriosa llamada, tal vez esas chicas eran enviadas del tío Kain.
- después de que papá termino de contarnos lo que paso, yo tome la palabra. – entonces puede que estén relacionados. – esto lo dije viendo a Darien a lo que mi hermano solo asintió dándome la razón. – papá, nosotros nos topamos con algo buscando a Haruka… - les conté todo lo que Jadeite nos había dicho a Darien y a mí y de vez en cuando mi hermano intervenía dándonos su opinión; una vez termine de relatar lo que paso, papá hablo.
- Suki y Zuru. – repitió mi padre los nombres de esas chicas, como tratando de descifrarlos. – Nat-Suki. – hablo mi padre partiendo ese nombre. – Suki. – repitió una vez más. – creo que una de las chicas puede ser Natsuki. - ¿Natsuki? ¿Qué Natsuki? No entiendo nada, ¿Por qué ese nombre significa algo?
- Kuga Natsuki. – hablo Darien quien había permanecido en silencio igual que yo; dijo Kuga, no puede ser. – es la hija menor de tío Kain y tía Saeko. – es la hermana de mi viento, eso explica muchas cosas, si resulta ser verdad que es su hermana, tal vez si la pueda alejar de mí.
- si eso es verdad, eso explica porque hablaba con tanta propiedad de Haruka y porque sabía sobre mí. – aunque aún hay cosas que no me quedan muy claras sobre ellas. – pero ¿y la otra chica? – cuestione, pues Suki podría ser Natsuki Kuga pero ¿Quién demonios era Zuru?
- no lo sé, tal vez una amiga de Natsuki, quisiera poder hablar con Kain, pero dudo mucho que nos diga algo. – si lo que papá nos contó sobre el tío Kain era verdad yo también dudo que siquiera coja el teléfono.
- no recuerdo a Natsuki dentro de mis memorias. – hablo Darien que ahora que lo pienso tiene razón. – pero ellas le dijeron a Jadeite que eran reencarnaciones ¿Cómo es eso posible? – Darien tiene razón yo tampoco recuerdo haberlas conocido.
- Kain me conto hace tiempo, que su segunda hija también tenía un destino marcado. – comenzó mi padre a hablar. – al parecer el que se fuera huyendo de aquí y se enamorara de Saeko influyo para que su segunda hija también naciera con un destino. – explico mi padre aunque aún no aprobaba lo que había hecho el tío Kain.
- imagino que un destino distinto al nuestro, ella no pertenece al milenio de plata o al reino dorado como nosotros. – resolvió Darien, pues era lo más lógico de pensar.
- así es, no es parte del milenio o del reino dorado, pero si es una reencarnación como tal. – respondió mi padre. – Kain no me explico que clase de destino tenía su segunda hija, imagino que él tampoco lo sabía en su momento, solo me dijo que era una Hime. - ¿una Hime? ¿Una princesa? No entiendo.
- ¿a qué se refería con eso? – Cuestione interesada pues estaba conociendo más de la familia de mi viento.
- Hime, también llamadas valquirias es la abreviación de "Highly-Advanced Materializing Equipment" y se refiere a las mujeres que tienen la habilidad de materializar objetos a partir de fotones. – explico mí padre. – eso fue lo que Kain me explico. – imagino que no tiene caso cuestionar más, papá solo debe saber eso.
- estamos como al principio, solo estamos haciendo conjeturas basándonos en que Suki pueda ser Natsuki Kuga, aunque ahora que sabemos que tiene poderes tiene algo de sentido. – decía Darien con frustración pues no conseguíamos nada en concreto.
- por ahora no hay más que hacer. – resolvió mi padre, no tiene caso salir a seguir buscando, si lo que dijo Suki es cierto no vamos a encontrar rastros de ella o de mi viento. – lo mejor será ir a descansar un poco y después volver a juntarnos para ver qué haremos. – yo tengo muy claro que es lo que hare, si tío Kain no nos coge el teléfono tendré que ir a su casa y cerciorarme que Haruka está o no ahí.
- papá tiene razón, justo ahora no estamos en nuestra mejor forma y temo que podamos sacar conclusiones apresuradas. – pobre de mi hermano ha tenido que soportarme todo el día con mis altibajos emocionales, realmente lo compadezco.
- bien, hagamos eso. – mi padre y mi hermano se notaban más que cansados sin contar al coronel y a Artemis que estaban igual, era mejor descansar, aunque no sé si pueda hacerlo.
Mientras en la mansión Kaioh, se retiraban a descansar después de ese día de locos, en otra mansión las cosas se iban a poner un poco tensas, un coche acaba de entrar a la villa, se detuvo en la entrada de la mansión y de él descendieron tres chicas.
- esto me resulta familiar. – hablo la rubia con cierto tono de nostalgia, como si ese lugar fuese uno de los más importantes para ella.
- me sorprendería que no lo hiciera. – ante ese comentario Haruka miro con extrañeza a esa pali-azul que llamaba su atención. – bienvenida a casa Haruka-san. – dijo la chica con tranquilidad para indicarle a la rubia que esa era su casa.
- ¿casa? ¿Quieres decir que esto es… mi… casa? – cuestiono la rubia con incredulidad y no podían culparla por ello, después de todo ella había sido encontrada en una casa hogar para después ser adoptada por un hombre que no la trataba precisamente bien.
- ara, ¿por qué mejor no se lo explicas adentro? – propuso la chica castaña, pues estaba segura que sus suegros se morían de ganas por ver a su hija nuevamente y sus amigas por conocerla.
- tienes razón Zuru, papá y mama deben de estar impacientes. – concordó Suki, después de todo Zuru siempre tenía razón y era una locura el darle la contraria.
- espero que me expliquen todo. – hablo la rubia siguiendo a las dos primeras chicas de cerca, estaba comenzando a impacientarse, parecía que siempre que iba a hacer algún descubrimiento importe algo tenía que estropeárselo.
Al entrar a la mansión siguió a la castaña y a la peli-azul hacia lo que parecía la sala, las siguió en silencio pero admirando todo a su alrededor, la casa le parecía extremadamente familiar; las paredes pintadas de un hermoso color azul, decoradas finamente por cuadros exquisitos a la vista, tan sumergida estaba en admirar la casa y la nostalgia que está le producía que no se percató que ya habían llegado a la sala que por cierto no estaba vacía, no, para nada lo estaba, ¿Cuántas personas había? Y ¿Por qué todas le miraban y le sonreían? Pero había dos personas de entre todas que llamaban su atención, los conocía, pero ¿de dónde? Esa mujer de cabello cobalto y ojos iguales a los suyos, sin mencionar a ese hombre que se parecía mucho a ella, no solo en el color de sus cabellos, sino en las facciones, sus recuerdos aun eran un caos y solo tenía pequeños flash backs, aun no podía hilar nada.
- bienvenida a casa hija. – hablo el hombre con una sonrisa y acercándose a ella.
- ¿casa? ¿Hija? ¿Yo? - ¿sería posible? ¿Esas personas eran su familia? ¿Tenía familia?
- así es, Haruka, está es tu casa y nosotros somos tu familia, yo soy tu madre. – dijo la mujer peli-azul con una sonrisa cálida.
- mi…familia, mi…madre. – repitió aun confundida con toda la información que se le estaba presentando.
- así es cachorra mayor, está es tu casa y nosotros tu familia. – hablo una peli-roja de ojos verdes diferentes a los suyos, sus ojos eran de un verde más claro.
- ¿cachorra mayor? – cuestiono, ¿Cómo que cachorra? ¿Que era un perro? Solo eso le faltaba.
- creo que aún no hila sus memorias y nosotros solo la estamos confundiendo más. – hablo el hombre con paciencia. – creo que lo mejor es que descanses para que todas tus memorias tomen su orden. – al apreciar a su hija, se notaba que había crecido sana, aunque aún había un dejo de tristeza en su mirada, que esperaba se esfumara una vez que sus memorias estuvieran en orden.
- no, yo quiero saber todo. – no se iba a ir a dormir así como así, no ahora que sabía que tenía una familia, unos padres y… ¿hermanas? Todas ellas ¿Qué relación tendrían con ella?
- ara, lo testarudo de los Kuga. – hablo Zuru con su usual Kioto-ben, no cabía duda que Haruka había heredado la tozudez de los Kuga sin lugar a dudas.
- temo que tienes razón Shizu-chan, todo esto es culpa de su padre, de él sacaron ese lado testarudo. – hablo la mujer peli-azul con fingida molestia en la voz y una sonrisa divertida.
- ¿Qué? ¿En serio? Debes de estar bromeando mujer. – hablo con fingida indignación el hombre rubio. - ¿de mi sacaron lo testarudo? – siempre era divertido ver a un matrimonio de años discutir así.
- claro ¿de quién más sino cariño? – hablaba como si no hubiera supiera que ella era la más testaruda de todos.
- ¿en serio Shizuru? ¿Testaruda? – cuestionó la peli-azul menor con molestia por el comentario anterior.
- ara, parece que mi Natsuki está molesta. – fingía demencia, siempre que su novia se ponía así, no había más que fingir demencia.
- aunque parece que se habían olvidado de cierta rubia, ella quería respuestas y no iban a mandarla a su habitación sin tenerlas. – disculpen, pero… de verdad quiero respuestas. – dijo Haruka acercándose más a las personas en la sala. – Quiero… - pero ya no pudo decir más porque un fuerte dolor en su cabeza la hizo detenerse y llevarse las manos hacia ese lugar.
- sabemos lo que quieres Haruka y estamos conscientes de que necesitas respuestas pero no es el momento, aun tus recuerdos son un caos y eso está haciendo que tu cuerpo lo resienta. – comento el hombre con tranquilidad y paciencia, sus hijas habían sacado ese lado testarudo de su esposa, sin lugar a dudas.
- pero… - estaba tan cerca de obtener lo que quería pero siempre tenía que haber algo que se lo impidiera, como ahora que la interrumpían otra vez.
- pero nada cachorra mayor. – dijo nuevamente la peli-roja. – debes descansar, no es como si nos fuéramos a ir o a desaparecer, una vez que estés mejor, responderemos todas tus dudas. – decía con tranquilidad, esa chica era igual o peor que la cachorra menor o sea Natsuki.
- Nao, si sabes que quienes le deben respuestas son los señores Kuga ¿no es así? – hablo otra de las chicas ahí presentas, una peli-naranja voluptuosa que tenía cierto aire maternal.
- pechugona, nosotros estamos aquí por algo, así que imagino que también querrá preguntarnos en algún momento algo y debemos de responderle ¿no es así? – respondió la peli-roja problemática llamada Nao; sabía lo que Natsuki tenía planeado hacer y estaba completamente de acuerdo con ella.
- Natsuki ¿Por qué no acompañas a Haruka a su habitación? – hablo la mujer mayor peli-azul con seriedad pues si bien tenía muchas cosas que conversar con su hija mayor, ella primero tenía que descansar y poner sus pensamientos en orden.
- de acuerdo. – respondió la peli-azul menor, eso le daría unos minutos a solas con su hermana, que raro pero que bien se sentía, su hermana, desde que se enteró de la tragedia de su familia se prometió el encontrar a su hermana y ahí estaba. – vamos Haruka, tu habitación está donde siempre. – ella les había pedido a sus padres que dejaran la habitación de su hermana donde estaba.
- te sigo. – respondió Haruka con resignación pues estaba segura que por más que insistiera no le dirían nada, era por demás estar insistiendo.
Natsuki comenzó a caminar y Haruka la siguió despidiéndose de los que estaban ahí en la sala con la leve reverencia, no sabía de donde había salido eso pero se lo atribuía a sus memorias, poco a poco estaban tomando forma dentro de su cabeza; subieron las escaleras y siguió a Natsuki por el pasillo hasta el final de este, ahí la peli-azul se detuvo, tomo el pomo de la puerta y la abrió.
- está es tu habitación. – hablo Natsuki abriendo la puerta y dejando pasar a su hermana primero. - ¿te gusta? – cuestiono con un poco de inseguridad en la voz pues ella había decorado la habitación con los gustos que creyó su hermana podía tener.
- woow está genial ¿Cómo sabían que me gustan las motos y los coches? – cuestiono Haruka con incredulidad, pues a ella nadie le había tratado de esa manera, nadie había hecho ese tipo de cosas, nadie salvo… - Michiru. – susurro sin querer.
- a mí también me gustan mucho. – respondió la pregunta la peli-azul, aunque había escuchado perfectamente el nombre de la chica de los Kaioh. – ¿dijiste Michiru? – cuestiono aunque lo había escuchado perfectamente.
- no había conocido a otra persona a la que le gustaran las motos y los coches. – dijo Haruka ignorando la pregunta sobre Michiru, aún no lo tenía tan claro. – Siempre he querido comprar una ducati, aunque… - nunca había tenido el dinero suficiente para comprarse una… mejor cambiar de tema, no pretendía causar lastima – a veces me gustaría olvidar todo esto, marcharme y hacer de cuenta que jamás vine aquí. – dijo dando un cambio brusco de tema, no sabía porque pero tenía la impresión de que podía hablar todo lo que quisiera con esa chica y no la iba a juzgar, porque está segura que había algo que de alguna manera las unía.
- puedes hacerlo, no es como si estuviera obligada a permanecer aquí. – respondió la peli-azul con un poco de molestia y dolor en su voz, había recuperado a su hermana, su familia por fin estaba completa pero al parecer su hermana no pensaba igual.
- no es tan fácil Natsuki. – respondió la rubia con una leve sonrisa en sus labios. – dime cuando tú te enfrentaste a tu destino ¿no quisiste huir? ¿Dejarlo todo no ver atrás? – cuestiono la rubia con seriedad.
- sí, muchas veces, no quería tener la responsabilidad de cargar al mundo sobre mis hombros. – respondió con sinceridad, ella era una chica de dieciséis años solamente, enfrentándose a un destino en el que debía morir.
- más sin embargo cumpliste con el ¿no es así? Luchaste por el mundo, enfrentaste tu destino. – aseguro la rubia. – ahora te hare una pregunta y espero que me respondas. – dijo la rubia a lo que la peli-azul solo asintió. - ¿lo valió? – cuestiono y al ver la mueca de confusión en el rostro de Natsuki amplio su pregunta. – ¿valió la pena arriesgarlo todo? ¿Valió la pena arriesgar tu vida por este mundo? – cuestiono con una seriedad que hasta a ella misma sorprendió.
- la pregunta la había tomado totalmente desprevenida, no sabía lo que su hermana pretendía al haciéndole esa pregunta pero… pensándolo con seriedad ¿de verdad lo había valido? Se cuestionó internamente mientras caminaba hacia la ventana por un poco de aire, observo hacia afuera y vio a su novia, Shizuru, estaba sonriendo y hablando con Suzushiro de algo que no alcanzaba a escuchar y fue ahí cuando lo supo. – sí. – respondió son seguridad. – lo valió, valió la pena todo, las heridas, las lágrimas, la sangre derramada, diablos incluso el hecho de morir lo valió. – respondió con una sonrisa adornando sus labios.
- Haruka solo sonrió y volvió a hablar. – permíteme hacerte otra pregunta. – dijo a lo que Natsuki solo volvió a asentir. - ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo? – cuestiono nuevamente, sabía la respuesta, pero quería que Natsuki entendiera porque se quedaba.
- Por Shizuru, repetiría todo otra vez, no cambiaría nada, por ella vale la pena arriesgarlo todo. – respondió con seguridad y viendo hacia el jardín donde estaba su novia, estaba segura que si tuviera que pasar por todo ese sufrimiento lo haría gustosa por el simple hecho de que al final estaría con su chica, con Shizuru.
- exacto. – respondió. – si es por la persona que amas, eres capaz de todo, incluso de encontrarle sentido a este retorcido mundo, por ella… por ella es por lo que este mundo vale la pena ser salvado. – respondió, pues una parte de sus recuerdos había vuelto y en ellos solo había un nombre, un rostro y un sentimiento tan grande que no sabía cómo dimensionarlo.
Continuara…
