Lo prometió es deuda, aquí esta el siguiente capitulo de esta historia, que siendo sincera aun no se cuantos capítulos tendrá pero déjenme decirles que pronto comenzara el inicio del clímax.


Capítulo 23.

- exacto. – respondió. – si es por la persona que amas, eres capaz de todo, incluso de encontrarle sentido a este retorcido mundo, por ella… por ella es por lo que este mundo vale la pena ser salvado. – respondió, pues una parte de sus recuerdos había vuelto y en ellos solo había un nombre, un rostro y un sentimiento tan grande que no sabía cómo dimensionarlo.

Continuara…

- así que te quedas por ella. – hablo la peli-azul con un dejo de dolor en su voz, pues a pesar de todo le hubiera gustado que su hermana dijera que se quedaba por ellos, por su familia.

- ella es una de las razones, pero el más importante de todos ellos es el hecho de que ustedes me hayan encontrado y me hayan traído aquí, he encontrado a mi familia, por eso mi decisión de permanecer aquí. – respondió con una sonrisa viendo a la que ahora sabía que era su hermana menor.

- ¿entonces? – cuestiono Natsuki dejando la pregunta abierta para que Haruka tomara la decisión.

- Natsuki, siempre había estado sola, la persona que me adopto siempre me lo recordaba, siempre me decía que no tenía a nadie y viví con eso durante mucho tiempo, aunque algo dentro de mí me gritaba que yo tenía una familia, que había alguien ahí afuera que me buscaba; siempre soñé que tenía una familia, una madre, un padre, hermanos. – explicaba la rubia con una sonrisa en su rostro. – y ahora que los tengo, no tengo ninguna intención de perderlos de nuevo. – resolvió con seguridad pues ahora que sabía que tenía una familia no se iba a dar el lujo de huir y perderlos.

- es bueno escuchar eso. – respondió Natsuki como si no quisiera darle importancia al asunto, aunque por dentro estaba haciendo una fiesta. – por los viejos digo, ellos te han buscado por mucho tiempo. – trataba de disfrazar sus palabras para tratar de que su hermana no notara lo feliz que estaba.

- tengo tantas cosas de las que quisiera hablarte. – comenzó la rubia a hablar nuevamente.

- oh… - sabía de sobra que si seguía hablando con su hermana posiblemente no dormirían en toda la noche y su madre la reñiría por eso. – sobre eso, lo mejor será que te deje descansar o mama vendrá a sacarme de aquí a palos. – dijo la peli-azul con un ligero tic debido a cierto incidente que tuvo con su madre hacer algún tiempo atrás.

- bueno, supongo que eso hacen las madres. – resolvió la rubia pues ella jamás había tenido una hasta ahora. – será mejor no desobedecerla. – después de todo ya habría tiempo para ponerse al día con su hermana y sus padres.

- tienes razón, nos vemos, descansa. – se despidió la peli-azul no muy convencida pues aun temía que esto fuera un sueño y que al despertar su hermana desaparecería y quedaría otra vez ese vacío en sus corazones.

- Haruka vio la angustia en los ojos de su hermana y decidió tranquilizarla, ella no se iría y esto no era un sueño. – tranquila, no iré a ningún lado, hablaremos en la mañana, descansa. – seguro la rubia, pues ahora que tenía una familia disfrutaría de ella.

Natsuki solo asintió y dirigió a la puerta para regresar a la sala junto a sus padres y sus amigas, mientras tanto la rubia decidió que haría caso a sus ¿padres? Qué raro era eso pero eso eran, sus padres y les haría caso, descansaría para que al día siguiente pudiera aclarar muchas cosas con ellos; por otro lado la peli-azul estaba bajando las escaleras y con paso calmo se dirigió hacia la sala para hablar un poco con sus padres y sus amigas, al llegar la esperaban todos tomando un poco de té.

- ¿se durmió? – cuestiono Saeko a su hija menor, era una copia exacta de Natsuki, cabellera azul cobalto, ojos verdes y tez pálida, solo que con más edad.

- cuando deje el cuarto se disponía a hacerlo. – respondió la peli-azul sentándose al lado de la castaña que la acompañaba a todos lados.

- cuando recupere sus recuerdos decidirá si se queda o se va. – hablo Kain levantándose del lado de su esposa, pues el solo pensar que su hija se podría marchar de nuevo lo ponía mal.

- pero está es su casa, ustedes son su familia, es su destino, es aquí a donde pertenece. – hablaba una castaña un poco más baja que las otras chicas, usaba lentes y tenía los ojos de un verde oscuro un tanto enigmático, su nombre era Yukino Kikukawa.

- nosotros no obligaremos a nuestra hija a seguir ese destino si es algo que ella no desea, Natsuki tomo sola su decisión y esperamos que Haruka haga lo mismo, no veremos sufrir a una de nuestras hijas por algo que se puede cambiar. – respondió con seriedad Saeko pues aunque amara a su hija, si ella no deseaba quedarse no la obligaría.

- ella se quedara, ya lo hablamos. – hablo Natsuki tratando de contener su alegría, pues por fin su familia estaría completa. – no tiene ninguna intención de abandonar a su familia y mucho menos a la chica de los Kaioh. – aunque eso ultimo no terminaba de gustarle.

- ara Natsuki no debería de juzgar a la prometida de su hermana. – hablo la castaña con dulzura pues su novia no tenía derecho a meterse en esa relación.

- pero Shizuru, ella no se merece a mi hermana la ha hecho sufrir demasiado. – respondía la peli-azul con molestia, pues para ella esa chica no era digna.

- ara Natsuki se ha puesto a pensar ¿qué tal vez su hermana no me acepte? – cuestiono Shizuru; Shizuru Fujino era una castaña con un acento de Kioto muy hermoso, así como también con unos enigmáticos ojos color rubí también muy hermosos.

- pero eso… - iba a responder la oji-esmeralda pero la voz de su madre no la dejo continuar.

- dejaremos la conversación hasta aquí, mañana será un día muy agotador. – hablo Saeko, pues estaba segura que su hija tendría muchas preguntas al despertar. – así que todos a sus camas, ya saben cada una donde está su habitación. – después de todo no era la primera vez que esas chicas visitaban su casa.

Nadie dijo comentario alguno, ya que cuando la matriarca de los Kuga habla todos tienen que acatar lo que ella les indica, después de todo cuando Saeko Kuga se molestaba prácticamente podría derrumbar la casa si se lo proponía; cada uno se marchó hacia la habitación que anteriormente ocupaban cuando visitaban la villa Kuga, sabían que Saeko tenía razón, sería un día bastante duro y agotador con las preguntas de la hermana de Natsuki, habían librado un destino y ahora ayudarían a su amiga a que se librara de otro, agotador pero eran familia y la familia nunca se abandona, con ese pensamiento llegaron a sus habitación y se dispusieron a descansar por ese día ya que aún no sabían cuando se pondría todo en marcha.

La noche pasó sin mayores contratiempos tanto en la villa Kuga como en la villa de los Kaioh, una noche pacifica sin ataques, sin ninguna novedad que reportar por parte de la seguridad como si esa noche el negaverso hubiera decidido brindárselas para que se prepararan para lo que estaba por venir.

Los primeros en despertar fueron los de la villa Kaioh, ellos se retiraron a descansar antes y por ende habían tenido la necesidad de despertar antes, todos más relajados y con renovadas energías, todos salvo una, Michiru, la aguamarina no había pasado tan buena noche pensando en quien tendría a su viento y ese día lo averiguaría, se plantaría en la villa Kuga y exigiría que le dejaran ver a su viento, era su prometida o cuando menos lo eran antes de que cometiera la tontería de dejar a Haruka y romperle el corazón.

Los Kaioh se habían sentado a la mesa en total silencio, ninguno sabía por dónde comenzar una conversación sin que saliera a relucir el hecho de que Haruka estaba desaparecida, eso hasta que Hideki decidió que no podían continuar así, su hija tarde o temprano tendría que hacerse a la idea de que tal vez Haruka terminaría el compromiso y si no era chica tal vez Kain lo haría sin dudar.

- ¿Qué tal pasaron la noche? – cuestiono Hideki con un buen tono de voz para tratar de aligerar el ambiente en la mesa.

- muy bien papá, antes de dormir le conté a Serena lo que había pasado. – respondido Darien con una sonrisa mientras tomaba la mano de su prometida. – al parecer no le gusto que no la hayamos incluido. – dijo un poco nervioso recordando como su rubia se había puesto anoche.

- es verdad Hideki-sama no es justo que cuando este tipo de cosas suceden no me incluyan, además yo soy la princesa de la luna era mi derecho el saber lo que estaba pasando. – hablo Serena con un tono de voz que no dejaba lugar a dudas, pues sentía que su familia política aun la seguía tratando como a una niña ingenua.

- lo siento Serena, no era esa nuestra intención, pero era necesario que tú por sobre los demás descansaras, tu misma lo has dicho eres nuestra princesa y debemos protegerte. – razonaba Hideki con su nuera, pues no quería malos entendidos con ella.

- necesito ir a la villa Kuga. – hablo por fin Michiru, se había estado conteniendo y había seguido la conversación pero no podía soportarlo más, tenía que saber acerca de su viento.

- Michiru. – suspiro Hideki, no quería que esa conversación llegara debido a que podría arruinar el desayuno para todos. – terminemos de desayunar y después hablaremos acerca de eso. – trataba de razonar pues sabía cómo se ponía su hija con respecto a la rubia.

- pero padre, esto no es algo que se pueda postergar, no he sabido nada de ella, desde que salió de la casa ayer, puede estar en peligro. – rebatió la aguamarina con desesperación pues a su criterio su familia no tomaba en serio lo que estaba pasando.

- Michiru, papá tiene razón, terminemos de comer y posteriormente pasamos al estudio para hablar acerca de este tema. – intentaba también Darien, sabía de sobra que su hermana no se quedaría tranquila pero tenía que intentarlo.

- ustedes pueden seguir desayunando, yo iré a la villa Kuga ahora. – se levantó se la mesa dispuesta a irse, no podía creer que ni siquiera Darien la apoyara en esto ¿Qué nadie entendía como se sentía?

- hablaremos al respecto después de comer Michiru, no creo que el comedor con todos escuchando será el mejor lugar para discutir acerca de este asunto. – hablo Serena con autoridad, pues si los padres de Michiru no podían detenerla ella lo haría como la princesa de la luna.

- he dicho que… - trato de rebatir nuevamente pero la rubia no se lo permitió.

- siéntate Michiru, he dicho que lo hablaremos después. – se impuso Serena elevando su poder y haciendo notar el símbolo de la luna en su frente reafirmando su autoridad como princesa de la luna.

- a Michiru no le quedó más remedio que acatar lo dicho por su princesa y se sentó nuevo a la mesa a comer aunque no tuviera ningún ánimo de hacerlo. – de acuerdo. – respondió sin animo.

Mientras en la villa Kaioh pasaban por este tenso momento, en la villa Kuga poco a poco comenzaba el movimiento, Kain y Saeko habían sido los primeros en levantarse, habían descansado muy bien, el hecho de que Natsuki les hubiera dicho que Haruka se quedaría había ayudado bastante a eso, ahora solo estaban esperando a que las chicas se levantaran para comenzar a servir el desayuno, no querían enviar por las chicas para dejarlas descansar lo máximo posible, el día anterior se habían esforzado mucho para ayudarlos a recuperar a su hija, así que esa era su manera de retribuírselos.

Mientras los señores Kuga esperaban en el comedor a sus hijas y sus invitadas, las chicas poco a poco se iban despertando para comenzar ese día, algunas ya habían entrado en la ducha y otras ya estaban por abandonar la habitación, agradecían el hecho de que no las hubiera despertado temprano pero tampoco iban a abusar de la amabilidad de los Kuga, eso y el hecho de que sabían que la hermana mayor de Natsuki tendría muchas preguntas y solo ellas se las podrían responder, después de todo, ellas habían logrado vencer a su destino.

- hola, buenos días. – saludo una de las amigas de Natsuki, una peli-naranja, de ojos lilas y bastante voluptuosa, su ¿nombre? Mai Tokiha, ella menos que nadie quería abusar de la amabilidad de los Kuga, ya habían hecho bastante por ella y por su hermano.

- buenos días Mai-chan. – respondió el saludo Saeko, suponía que sería la oji-lila quien se levantaría antes, ella junto con Shizuru y Yukino eran las responsables del grupo, el resto de las chicas eran un total desastre, incluida su hija.

- hola Mai-chan ¿Qué tal dormiste? – cuestiono Kain con una sonrisa, desde que Natsuki había llevado a esa chica a su casa él se había encariñado con ella y se había ganado su respeto después de saber su historia, para él y para Saeko no había sido difícil el tomar la decisión de ayudarla a ella y a su hermano.

- muy bien Kain-sama gracias por preguntar ¿y ustedes que tal durmieron? – cuestiono Mai con una sonrisa esas personas eran su familia ahora, habían velado por ella y por su hermano.

- oh por favor cariño, habíamos quedado que nada de formalismos. – hablo Saeko con voz maternal, esa chica por más que lo intentaran seguía siendo la misma.

- sí, Mai somos familia, no deberías de ser tan formal con nosotros. – concordó Kain con una sonrisa, esa chica que había llegado a su casa tan desprotegida había cambiado de verdad y se alegraba de saber que había contribuido en ese cambio.

- perdón, es la costumbre Kain-san, Saeko-san, aun me cuesta algo de trabajo. – respondió Mai con sinceridad, su familia se había partido con la muerte de sus padres, pero gracias a Natsuki ahora tenía otra familia.

- tienes bastante tiempo tratándolos y aun no te acostumbras ¿Por qué Mai? – cuestiono la peli-azul entrando al comedor con una sonrisa y una castaña muy hermosa de su mano.

- porque no tiene tan malos modales como los tuyos Natsuki. – respondió la peli-azul mayor con una sonrisa en los labios para molestar a su hija menor.

- Saeko-san tiene razón cachorra, parece que te criaron los lobos, sin ofender. – hablo la peli-roja Nao con una sonrisa, le encantaba está hora del día, la hora de molestar a Natsuki, aunque para ella todo el día era esa hora.

- no, nos ofende. – Respondió Saeko con una sonrisa, pues le encantaba el carácter de esa peli-roja – de hecho creo que tienes razón, Natsuki de verdad no te criaron los lobos, no sé, de esas veces que te escapabas para ir la bosque. – decía Saeko con diversión.

- mama ¿en serio? ¿Vas a seguir con eso? – cuestiono la peli-azul con molestia, detestaba que su madre y Nao se pusieran de acuerdo para molestarla.

- ara, pero a mí me gusta ese lado salvaje de Natsuki, no me importa si es por haber sido criada por los lobos. – se unió Shizuru a la conversación, debía admitir que molestar a su prometida era muy divertido.

- genial, ahora tú también Shizuru. – hablaba Natsuki con reproche para su novia, era genial, cuando las tres se unían, montones y montones de diversión para todos… menos para ella, porque ella era el blanco de todas las burlas.

- vamos, vamos, siéntense para poder comenzar a comer. – hablaba Kain para tratar de calmar los ánimos, ya que cuando su mujer, su nuera y la revoltosa de Nao no era nada agradable para su pequeña cachorra.

- papá Haruka aún no baja. – hablaba Natsuki, agradecía que su padre siempre estuviera cuando esas tres mujeres se unían en su contra.

- ya estoy aquí, sentémonos. – hablo la rubia con una sonrisa en el rostro, jamás había visto un comedor con tantas personas en la mesa, una familia, ahora tenía eso, todas esas personas ahora eran su familia.

- ¿Cómo dormiste hija? – cuestiono Kain con cautela, no quería presionar a su hija, quería llevar las cosas con calma, su hija ahora era un pequeño lobato asustado.

- muy bien papá, de hecho de maravilla. – respondió la rubia con simpleza había recuperado todos sus recuerdos, sabía quién era, lo que era y lo que esperaban de ella, ahora todos sus recuerdos estaban ahí. - ¿Qué? – cuestiono al ver que todos en la mesa la veían.

- lo llamaste papá. – respondió Natsuki con una sonrisa, al parecer su hermana mayor ya estaba bien y con su ayuda y la de sus amigas evitaría que su destino se cumpliera como estaba escrito.

- así es, es como debo llamarlo si es mi padre ¿no es así? – oh si, era muy divertido ver la cara de todos, pero no podía seguir divirtiéndose a su costa. – lo recuerdo… lo recuerdo todo, mis recuerdos tomaron su lugar durante la noche, algunos buenos y… otros no tanto, pero lo recuerdo todo. – incluso sus vidas pasadas estaban en su memoria.

- ara felicidades cuñada-san y bienvenida a la de nuevo. – hablo Shizuru con una sonrisa. – es bueno que tus recuerdos ya estén de vuelta. – mentiría si dijera que no estaba nerviosa por la reacción de Haruka acerca de sus relación con su pequeña hermana.

- gracias y gracias por ayudarme ayer en el bosque, aunque aún tenemos que hablar acerca de eso de "cuñada" – respondió Haruka con seriedad, esa chica tenía la misma edad que Michiru y estaba con su pequeña hermana, no desconfiaba de ella, pero tenían que tener esa platica de hermana mayor.

- Haruka… - trato de hablar Natsuki pero inmediatamente la rubia la interrumpió.

- tal vez he estado lejos durante bastantes años Natsuki, pero no creo que las tradiciones hayan cambiado durante ese tiempo, se supone que al ser tu hermana mayor tienes que llamarme onee-sama o onee-san o ¿no? – hablo con total seriedad la rubia dejando a todos en la mesa callados, instaurando un ambiente tenso para todos.

- chicas por que no… - trataba de razonar Kain, pues al parecer sus pequeñas no se iban a llevar muy bien, pero su hija mayor lo interrumpió, al parecer su hija había despertado sin piedad el día de hoy.

- no padre, esto es un asunto entre Natsuki y yo, así que… - volteo a ver a todos en la mesa y la risa ya no pudo ser contenida por más tiempo, la cara de todos era total desconcierto y asombro por todo lo que había dicho. – jajajajaja lo siento, jajajajaja en verdad lo siento, vi la oportunidad y no la pude rechazar. – se disculpó la rubia mientras seguía riendo, Nao, Shizuru, Mai y Saeko se unieron a su risa, ella también habían entendido lo que la rubia había querido hacer.

- claro, el mismo sentido del humor negro de tu madre y solo las personas con ese sentido del humor lo entienden. – decía Kain derrotado, su hija mayo podría parecerse a él físicamente, pero tenía la personalidad de su amada esposa.

- oh vamos cariño, fue divertido admítelo, nuestra Haruka está de vuelta, nuestra niña está aquí. – decía Saeko con una sonrisa, Kain siempre decía que Haruka tenía su personalidad pero la verdad es que Haruka tenía lo mejor de ambos.

- cuñada-san sí que me sorprendió, pensé que en verdad tendríamos un problema con eso. – decía la castaña con un poco de alivio, ya que de verdad creyó que Haruka se opondría a lo suyo con Natsuki, pero al ver su mirada verde pudo detectar ese brillo que Saeko ponía cada que estaba a punto de jugarles alguna broma.

- Shizuru-san puede llamarme Haruka, después de todo es mayor que yo y jamás me opondría a lo que tiene con mi hermana, si ella es feliz yo también lo soy, no soy quien para meterme en su relación. – decía Haruka de manera seria, quería dejarle claro a su hermana y cuñada que ella no tenía inconveniente con su relación. – pero se la lastima, entonces si tendremos un problema, porque después de todo es mi hermanita. – terminaba la rubia con una sonrisa.

- Shizuru está bien Haruka, sin formalismos; te agradezco la confianza al entregarme a tu hermana y te prometo que jamás le hare daño, cuando menos no intencionalmente, espere demasiado para tenerla a mi lado y no pienso desaprovecharlo. – respondía con solemnidad la castaña, la rubia estaba siendo sincera y ella haría lo mismo.

- nosotros los Kuga protegemos a los nuestros recuerda eso Shizuru. – eso se lo había dicho su padre hace bastante tiempo y al verlo podía ver la cara de orgullo que tenía.

- bien, ¿Por qué no dejamos ya este tema y desayunamos? – proponía Saeko con una sonrisa, le agradaba tener a su hija mayor de vuelta, seria y entregada a su familia como la recordaba.

- Mariel puedes comenzar a servir por favor. – pedía Kain, Mariel era una de sus empleadas de confianza y una de las personas que más tiempo tenían trabajando para su familia.

Mariel comenzó a servir el desayuno y poco las conversaciones ocasiones se fueron dando en la mesa sin problema, sin momentos incomodos o silencios, sino todo lo contrario, con sonrisas y unas cuantas bromas y burlas para la pobre peli-azul que menor que de no ser por su hermana que siempre entraba para defenderla habría terminado explotando de tanto que la estaban sonrojando; la puerta contigua al comedor se abrió y causo que la burla hacia Natsuki terminara, era una del personal de seguridad de la villa, se adentró al comedor y se inclinó ante Kain y Saeko.

- Kain-sama, Saeko-sama. – hablo una vez que termino de hacer su reverencia ante sus señores.

- ¿Qué es lo que sucede Hitomi? – cuestiono Kain con una sonrisa, el desayuno estaba yendo también que nada podría arruinarle el día.

- están llamando otra vez señor. – fue la escueta respuesta de la oji-miel, ataviada con un traje oscuro y corbata.

- respóndeles lo mismo. – respondió de igual manera Kain ¿Qué nunca se iban a cansar de llamar? ¿Cuántas veces se tenía que negar?

- ¿Quién llama? – cuestiono la rubia con seriedad, presintiendo que esa llamada era muy seguramente de cierta aguamarina que preguntaba por ella.

- no tiene de que preocuparse Haruka-sama ya me encargo yo del asunto. – respondió con una ligera sonrisa tratando de ser coqueta con la rubia; grave error.

- he preguntado ¿Quién llama? No si debo o no preocuparme. – respondió la rubia de manera fría, no debía mostrar debilidad, ellos serían su gente y debía ver quien estaba de su lado.

- no recibo ordenes suyas. – respondió de manera desafiante Hitomi ¿Quién se creía esa recién llegada? – sino de Kain-sama. – concluyo con una sonrisa pensando que había caído en gracia.

- y aprenderás a recibirlas de mí también. – reto la rubia sonriendo con cierta coquetería. – después de todo, soy la futura heredera de la familia Kuga, Haruka Kuga. – hablo con superioridad. – ahora, solo lo repetiré una vez más ¿Quién llama? – cuestiono nuevamente pero esta vez con un pequeño toque de burla.

- responde ya. – hablo Kain con molestia al ver que la chica no le tenía el más mínimo respeto a su heredera.

- hai, Kain-sama. – respondió con una sonrisa al saberse vencedora, no le daría al información porque esa rubia mimada se la haya pedido sino porque Kain se la había exigido. – es de la villa Kaioh. – fue su escueta respuesta.

- ¿Qué es lo que desean? – cuestiono la rubia, poco le importaba que la chica quisiera desafiarla, no caería en sus provocaciones, debía ser más inteligente y tener todas las cartas de su lado.

- ¿Kain-sama? – cuestiono Hitomi a su señor pensando que de esa manera dejaba en ridículo a la rubia.

- ¡¿piensas que esto es una estúpida broma?! – cuestiono con molestia la peli-azul menor haciéndose notar al golpear la mesa y ponerse de pie. – mi hermana, heredera de la familia Kuga ¡te ha hecho una maldita pregunta! ¡No tienes que consultar con mi padre! ¡Responde maldición! – no lo iba a tolerar, no iba a permitir que esa mujer humillara a su hermana en su presencia.

- tranquilízate Natsuki. - pidió con tranquilidad la rubia.

- pero…nii-sama. – trataba de rebatir la peli-azul menor, pero al ver la cara de su hermana decidió callar.

- no es necesario que responda. – hablo la rubia nuevamente y a ver la sonrisa de la chica agrego. – porque desde hoy Hitomi ya no trabaja para familia Kuga, toma tus cosas y vete, ya no formas parte de la seguridad de esta casa. – termino la rubia con seriedad y sin dejar lugar a dudas.

Continuara…