Capítulo 25.

- quiere decir que veré a Michiru más pronto de lo que creí. – respondió la rubia mientras se levantaba de su lugar y le solicitaba la carta a su padre.

Continuara...

Kain le entrego la carta a su hija y está con precaución rasgo el sobre y saco el contenido de este para posteriormente comenzar a leerlo en voz alta para que todos en la sala lograran escuchar lo que esa carta decía.

- el clan Kaioh bajo los deseos de la princesa Serena Tsukino, solicita la presencia del clan Kuga a la primera reunión celebrada en este siglo de los 4 clanes mayores, a la cual acudirán los clanes menores para discutir todo lo relacionado con el negaverso que ha aparecido en está era y amenaza está era como ha amenazado otras tantas; la reunión se llevara a cabo en una semana en la villa del clan Kaioh. – terminaba de leer la rubia con tono serio.

- ¿y para hacer eso tenían que hacer tanto circo? – hablo la peli-roja Nao con molestia, pues para ella los ricos alardeaban mucho de su poder.

- es la tradición Nao, no es por presunción, somos los clanes que protegen a este mundo de las fuerzas oscuras. – explicaba Natsuki con el ceño fruncido, sabía que a su amiga le molestaba todo este mundo, pero era su mundo y no pida hacer nada para cambiarlo.

- lo entiendo cachorra, pero nosotros también salvamos al mundo y nos reunimos para hacer de nuestras familias clanes y proclamarnos los protectores del mundo. – rebatía Nao pues para ella lo que hicieron como hime`s era igual a lo que las sailors hacían.

- no es igual Nao. – habla Kain con tranquilidad, pues sabía que en cualquier momento su pequeña torbellino estallaría en contra de la pobre peli-roja. – nuestras familias han protegido a la tierra desde que vivamos en la luna, nosotros solo somos una generación más, de reencarnaciones. – explicaba con tranquilidad. – ustedes como hime`s son elegidas por sus aptitudes y es al azar, lo nuestro no, nuestras reencarnaciones siempre son en la familia, los Kuga siempre hemos sido reencarnaciones del milenio de plata, nos preparan para eso desde pequeños. – siempre era, así, solo con diferente nombre o diferente cuerpo, siempre reencarnaba como el padre de Haruka y ahora como el padre de Natsuki también.

- lamento, que nuestras tradiciones no sean de tu agrado Nao, pero es lo que hay. – decía la rubia para aligerar el ambiente, pues se había puesto un poco tenso, por las palabras de su padre.

- no hay nada que disculpar cachorra mayor. – decía Nao con una sonrisa pues sin querer o pretenderlo la rubia le había comenzado a gustar.

- tenemos una semana para preparar todo, no podemos dejar nada sin revisar. – decía Kain con un tono serio, pues a pesar de que Haruka ya hubiera recuperado sus recuerdos, aún tenía que empaparse con todo lo que hacían ahora en la empresa.

- imagino que eso es por mí. – respondió la rubia con una sonrisa, pues sabía de sobre sus deberes como heredera de la familia, pero aún no estaba segura de eso, tal vez Natsuki quería ese título y ella no tenía ningún derecho de arrebatárselo.

- ¿hay algo que te preocupe nee-sama? – cuestionó Natsuki al ver la cara de seriedad que puso su hermana.

- Natsuki, tú tienes más tiempo conociendo todo esto, viviendo en este mundo y yo he estado bastantes años fuera todo. – decía la rubia aun sin llegar al punto que deseaba. – lo que quiero decir con esto, es que tal vez he llegado a quitarte un puesto que te has ganado con esfuerzo. – explicaba pero su hermana aún continuaba sin entender, lo sabía por el rostro que tenía. – Natsuki, creo que tú deberías ser la heredera de los Kuga. – decía por fin, pues sabía que aunque siguiera hablando su hermana no entendería.

- ¡¿Qué?! – gritaron todas las hime`s, sus padres y por supuesto Natsuki también.

- no tiene nada de malo, Natsuki ha pasado toda su vida aquí, recibiendo una educación que yo no recibí, ella tiene toda la preparación para ser la heredera de los Kuga, todos asumieron que yo heredaría solo porque reaparecí y soy la mayor, pro nadie considero como sentía Natsuki con esto. – explicaba la rubia su punto, pues para ella era más que obvio, no entendía porque su familia la veía como si le hubiera crecido otra cabeza.

- creo que estas muy confundida cachorra mayor. – decía Nao con un tono burlón, pues ella más que nadie sabía lo que significaba todo eso para su amiga.

- jajajajaja Kuga como heredera. – soltaba la carcajada Midori pues sabía que su estudiante jamás aceptaría algo así. – jajajajaja llevara a la empresa a la quiebra en una semana. – decía viendo a ambas Kuga no sabiendo cuál de ellas era más ingenua.

- cállate Midori. – soltaba la aludida, pues no había abierto la boca para nada desde salvo para gritar el "que" cuando su hermana le soltó tremenda bomba.

- Natsuki no puede heredar. – ahora hablaba Sakura Suzushiro, ella no era una hime, pero su novia Yukino si y no la iba a dejar sola en ningún momento. – terminaran en la calle en menos de una semana. – pues para su criterio la Kuga menor era una rebelde y delincuente.

- gracias por eso gritona. – le respondía la peli-azul menor con molestia en la voz, pues sus amigas estaban dejándola en vergüenza con su hermana.

- ara, pues yo creo que Natsuki haría un excelente trabajo. – hablaba la castaña para alentar a su novia.

- la opinión de Fujino no cuenta, no es imparcial. – decía Nao con una sonrisa. – la cachorra menor la tiene embrujada. – continuaba Nao, pues según ella esa era la única manera de que Fujino como llamaba a Shizuru se fijara en Natsuki.

- ara, ara Nao-san, creí que ya habíamos tenido está conversación. – hablaba nuevamente la castaña con su tono de voz de ultratumba. – Natsuki lo único que ha hecho conmigo es amarme. – decía feliz viendo a su oji-verde con amor.

- bueno, detengamos esto. – ponía orden Saeko, pues sabía de sobra que de continuar así no terminarían nunca. – Natsuki, tu hermana tiene un punto, no estamos tomando tu opinión en consideración hija. – no podía creer que se haya olvidado de los sentimientos de su pequeña por lo feliz que estaba de recuperar a su hija mayor.

- no quiero heredar. – respondió la Kuga menor con seriedad, no porque se hubieran olvidado de ella en eso de la sucesión, sino porque de verdad no lo deseaba y todos estaban hablando por ella.

- Natsuki tal vez debas… – Haruka quería pedirle que lo pensara pero su pequeña hermana no la dejo continuar.

- no la quiero nee-sama, nunca ha sido algo que yo deseara, aprendí como llevarla, porque es parte de mi educación pero nada más, eres la primogénita del clan, eres tu quien debe dirigir y yo… yo solo quiero estar a tu lado. – decía la pequeña Kuga con un sonrojo pues ahora que tenía una hermana mayor quería estar mucho tiempo a su lado, compartir muchas cosas.

- Natsuki, tu y yo somos hermanas, estaremos siempre juntas, no importa que. – decía la rubia como una promesa, Natsuki podría parecer fría y con una actitud que parecía que nada e importaba, era una niña y como toda niña quería estar con su hermana mayor.

- tendrás una pelea en la que puedes morir, no puedes prometer algo así. – tenía que conseguir que su hermana le permitiera pelear a su lado, de esa manera ella se aseguraría de que cumpliera con su promesa.

- así que de eso se trata todo, de que te deje pelear, en esta guerra que no te corresponde. – decía Haruka con una sonrisa, por haber detectado las intenciones de su hermana.

- claro que me corresponde, soy una Kuga y está guerra le compete al clan Kuga no a Haruka Kuga, no es una guerra personal. – rebatía Natsuki pues no permitiría que su hermana peleara sola, no si ella también podía hacerlo.

- no, claro que no es una guerra personal, pero Natsuki, entiende que no puedo estar en una pelea sabiendo que tal vez te pueden herir o mucho peor, no estaría concentrada. – ya no más, no ahora que sabía que tenía una familia a la cual pertenecía.

- si sabes que ese no es argumento fuerte ¿verdad? – decía Natsuki con una sonrisa, pues sabía que había ganado. – no me pasara nada, estaré bien, tienes que entender que la preocupación es por ambas partes ¿Cómo crees que nos sentiremos nosotros al saber que estas peleando sola? – cuestionó Natsuki haciéndole ver a su hermana que no solo ella se preocupaba.

- supongo que tienes razón, la preocupación es mutua. – se rendía la rubia, estaba demás seguir hablando, no le ganaría a su hermana, en eso eran iguales, lo dicho la cabezonería venía de familia.

- bien habiendo arreglado ese punto, tendremos que prepararnos nosotras también para ese reunión. – decía Nao con una sonrisa, pues sentía muchos deseos de conocer a la chica que logro robarle el corazón a la rubia.

- no, lo siento, pero como lo dije antes, es mejor que nadie sepa que ustedes están aquí y mucho menos que planean ayudarnos con esto. – explicaba la rubia, pues no sabía en quien podía confiar.

- Haruka tiene razón. – poyaba Saeko pues no sabían en quien podían confiar, el negaverso tenía mucho tiempo de estar en ese tiempo y ellos no estaban muy informados de todos.

- ¿Por qué? Creo que podríamos ser de gran ayuda en esa reunión, no creo que sea prudente que nos dejen fuera. – rebatía Yukino, pues sabía sus dotes con la tecnología y sabía que podía ser de mucha ayuda.

- nadie duda de sus capacidades Yukino, todas son un elemento valioso para que salgamos victoriosos en esta guerra, pero un elemento que por el momento debemos mantener oculto. – dijo Kain entendiendo a su esposa e hija de inmediato, no podían confiar en nadie.

- Haruka y Kain-sama tienen razón, es mejor que por el momento nadie sepa de nosotras, no sabemos en quien podemos confiar. – intervenía Shizuru, pues sus amigas al parecer no entendían lo que Kain y Haruka estaban sugiriendo.

- chicas, Shizuru-san tiene razón, por lo poco que sabemos el negaverso despertó mucho antes que las reencarnaciones del milenio de plata, por lo tanto no sabemos a quién pudo haber reclutado bajo su mando. – argumentaba Mai de manera seria pues ahora que veía que los argumentos de los demás eran válidos.

- bien, ya escucharon, ninguna hime acudirá a esa dichosa reunión. – hablaba Nao para terminar con esa aburrida conversación para ella.

- Shizuru acudirá como mi prometida. – decía Natsuki, pues Shizuru ya no solo era su novia, sino su prometida, cuando sus padres se enteraron que amaba a la castaña lo arreglaron todo y las comprometieron.

- eso es jugar sucio cachorra, tú y Fujino también son hime's, no deberían de acudir. – decía Nao con molestia pues ella si quería acudir a esa dichosa reunión.

- sí, pero resulta que también soy una Kuga y de acuerdo a la invitación se extiende a todo el clan Kuga, lo que me incluye y a Shizuru por ser mi prometida. – rebatía Natsuki, pues ni ella ni mucho menos su novia se perderían de eso, no con la chica de los Kaioh rondando a su hermana.

- genial, la cachorra también ira y con Fujino incluida. – hablaba Nao con molestia, pues no tenía como rebatir eso, la cachorra era una Kuga y eso era algo que no podía cambiar, Fujino también técnicamente, ya que se casaría con ella y también sería una, no tenía como ganar ahí.

- ¿Por qué no dejan que Nao venga también? – cuestionó Natsuki, pues tenía un pequeño plan para mantener arraya a la chica Kaioh.

- no, Natsuki ya lo hablamos, ninguna de nosotros se mostrara, ya estamos accediendo a que vayan tú y Shizuru porque no tenemos opción. – decía Mai, que era la única de las hime's después de Shizuru que se atrevía a negarle algo a Natsuki.

- ¿pero no creen que mi hermana necesita protección? – cuestionaba Natsuki. – ella es nueva con sus poderes, no podemos dejarla desprotegida y la arma que Nao puede materializar en discreta. – tenía que llevarse a Nao a esa fiesta si o si, de esa manera la chica de los Kaioh se mantendría alejada de su hermana.

- no creo que necesite protección o ¿si Mikoto? – cuestionó Mai dándose una idea de lo que su amiga quería hacer, pero iba a permitir que usara a Nao para ello.

- ¡jum! es muy fuerte, ella logro frenarme y no me estaba conteniendo para nada. – decía la pequeña, recordando que había llegado después que sus amigas y se había colado a la villa, pero antes de siquiera tocar el techo la casa alguien la estaba pateando y atacando.

- gracias Mikoto. – decía Haruka con ironía pues ahora no entendía ¿por qué su hermana la estaba sobreprotegiendo? Primero la apoyaba para ser el alfa de la familia y ahora decía que no tenía control de sus poderes y no podían dejarla sola.

- pero, tal vez… - trataba de rebatir Natsuki, no podía dejar que le ganaran la partida esta vez.

- déjalo ya Natsuki. – decía Mai con molestia, no pida creer que la peli-azul menor quisiera utilizar a una de sus amigas para mantener alejada a la chica Kaioh de su hermana.

- pero Mai, Nao tiene que ir. – decía Natsuki molesta, sin Nao su plan no podría llevarse a cabo.

- por mucho que me agrade que me defiendas cachorra ¿Por qué tanto interés en que vaya? – cuestionó Nao con intriga pues la oji-verde menor jamás había intercedido así por ella.

- si Natsuki ¿Por qué deseas tan fervientemente que Nao-san acuda la fiesta? – cuestionó Shizuru con un tono molesto, uno que Natsuki conocía muy bien, estaba en problemas.

- no es una fiesta, es una reunión importante, que se suponía debía celebrarse cada año, pero después de lo de Haruka nosotros jamás volvimos a acudir a ninguna. – explicaba Kain con paciencia pues ninguna de las chicas se lo estaba tomando en serio y eso le comenzaba a preocupar.

- Shizuru, no te molestes, no es lo que crees. – decía Natsuki, había escuchado que su padre decía algo de la fiesta, pero ahora tenía mayores problemas.

- muy, dejemos esto hasta aquí. – intervino Saeko pues nadie le había hecho caso a las palabras de su esposo. – Natsuki, Nao-chan no puede acudir, se tiene que quedar aquí con las chicas. – decía la matriarca Kuga con voz firme para hacerle ver a su hija que no cambiaría de opinión.

Nadie dijo nada, después de todo era Saeko quien había hablado y nadie se atrevía a llevarle la contraria, Mai había decidido hablar con Natsuki más tarde, de preferencia cunado estuvieran a solas para evitar malos entendidos; el resto día había pasado sin mayores contratiempos, Mai había hablado con Natsuki y consiguió que este desistiera de sus planes con Nao y su hermana, cual quiera lo haría si lo amenazaran con decirle a su novia, para Natsuki había sido más que fácil el desistir de algo.

Los días pasaron relativamente rápidos, ya solo faltaba un día para la reunión de los clanes, los días habían pasado entre entrenamientos en el dojo, Haruka estudiando la historia de la familia Kuga, así como también comenzaba a empaparse de los asuntos de la empresa, que al final terminarían dirigiendo juntas ambas hermanas Kuga, un día antes habían ido a comprar lo que se pondrían para la reunión, así como también aprovecharon para que el abogado de la familia hiciera lo correspondiente para que la rubia llevara el apellido Kuga, lo cual había sido bastante fácil, ahora se encontraban todos en la sala, habían terminado de desayunar y estaban en la sala conversando y tomando té, algunos café, estaban muy cómodos y conversaban de todo un poco.

- Haruka, ¿ya has pensado que harás mañana cuando veas a…? ¿Tu ex? Sinceramente no sé cómo llamarla. – hablaba Nao tranquilamente, pues para ella era un tema común.

- ara Nao-san debería llamar a Haru, Haruka-san. – decía Shizuru a la peli-roja pues tenía que comenzar a llamarla con respeto.

- Fujino, si no llamo a la cachorra por su nombre ¿Qué te hace pensar que a la cachorra mayor si la llamare propiamente? – rebatía Nao, no comenzaría a llamar a Haruka como era debido si ella no se lo pedía.

- ¿cachorra mayor? – cuestionaba la rubia, no que no la hubiera escuchado llamarla así antes, pero no se sabía dado la oportunidad de tocar el tema como ahora.

- si, después de todo los lobos son el escudo de la familia Kuga ¿no? – explicaba Nao con seriedad. – tú y Natsuki son las cachorras, Saeko-san y Kain son sus padres es decir los lobos mayores. – terminaba su explicación del porque el apodo de cachorras.

- déjalo así nee-san, no sacaras nada de está araña. – intervenía Natsuki pues ella también había tratado de hacer que la chica le dijera porque del apodo y siempre le decía lo mismo.

- tú no te metas cachorra menor, está es una conversación de adultos. – decía Nao aunque era curioso que dijera que era conversación de adultos cuando ella y Mikoto eran las más pequeñas del grupo.

- cállate araña, eran las pequeña de todas como para decir que es una conversación de adultos. – rebatía Natsuki comenzando a molestarse.

- muy bien, dejemos esto hasta aquí chicas, porque no quiero ver a Natsuki y Nao correr por la casa, siempre terminan rompiendo algo. – decía Saeko recordando las veces que su hija menor y la pequeña peli-roja había roto algo de su casa.

- y pensar que la fiesta ya es mañana. – hablaba otra vez la peli-azul menor cambiando el tema para nadie hiciera preguntas sobre que le han roto ella y Nao a su madre.

- lo que me lleva nuevamente a mi pregunta inicial ¿Qué harás con tu ex? – cuestionaba Nao recordando su pregunta inicial.

- hija, si ya no deseas continuar con el compromiso mañana podemos anularlo durante la reunión. – hablaba Kain, ya no intentaría corregir eso de la fiesta, total su hija menor parecía ignorarlo siempre.

- no papá, esa no es mi intención, yo amo a Michiru. – respondía Haruka con seguridad pues de eso no tenía ninguna duda, había sido su amor por Michiru lo que la había llevado ahí en primer lugar.

- no siempre tienes que seguir lo que el destino tiene para ti, siempre hay más opciones. – decía Nao. – Kain lo hizo, se olvidó de su destino y encontró otro, uno donde te dio una hermana. – explicaba más concretamente lo que quería decir, ya sabía que no tenía oportunidad pero le molestaba que la rubia siguiera ese destino que tenían trazado para ella sin rechistar.

- Nao, yo no amo a Michiru porque así me lo hayan mandado, la amo por el maravillo ser humano que es, la amo por como soy yo cuando estoy con ella. – explicaba Haruka pues no quería que nadie le cuestionara su amor por Michiru, ella se enamoró de la aguamarina aun sin saber quien era.

- está en tus genes, no puedes hacer nada esa chica ya estaba destinada a ti. – hablaba también Natsuki con molestia, pues para ella esa chica seguía sin merecer a su hermana.

- no, Haruka tenía el derecho de enamorarse de quien quisiera. – comenzaba a explicar Kain. – yo lo hice, incluso al tener mis recuerdos seguí a mi corazón y me quede con Saeko. – explicaba con tranquilidad. – nadie puede obligarnos a amar alguien, no se pueden implantar sentimientos, lo que los recuerdos nos hacen es solo mostrarnos quienes éramos y con quien estuvimos, es nuestra elección es amarlos nuevamente o comenzar de cero. – no había sido fácil esa elección pero seguía sin arrepentirse de lo que hizo.

- aun con el dolor que eso conllevaba. – intervenía Saeko. – para las reencarnaciones del milenio de plata que tienen un destino trazado el tratar de iniciar una relación con alguien que no está en su destino trazado es sumamente doloroso. – terminaba de explicar Saeko-san.

- pero… - comenzaba Haruka pues ella recordaba ese dolor pero era con Michiru. – mamá, yo sentí ese dolor estando con Michiru ¿Por qué? – si se suponía que Michiru estaba en su destino trazado ¿por qué el dolor?

- ¿lo sentiste y aun así te quedaste con ella? – cuestionó Kain, pues ese dolor no era cualquier cosa.

- la amo, está fue mi elección, no fue algo que me hayan impuesto. – explicaba la rubia, pues aunque todos dijeran que su amor era producto del destino ella sabía que no era así.

- ahora veo que lo dices es verdad. – confirmaba Saeko, pues el que su hija estuviera con esa chica, aun cuando ni siquiera tenía memoria para recordada y el dolor le dijera que huyera ella no lo hizo. – tal vez fue el destino quien las junto, fue su elección el permanecer juntas.

- Saeko tiene razón, soportar ese dolor y aun así permanecer a su lado fue elección de Haruka, fue su amor por esa chica, al cual también le debemos el hecho de que ella este aquí. – complementaba Kain lo que había dicho su esposa.

- no, si ahora va hacer que le debemos mucho a esa… - comenzaba Natsuki, pero no pudo terminar debido a que su novia la había interrumpido.

- basta Natsuki, no puedo permitir que insultes a esa chica, ella ama a tu hermana, si la alejo fue para porque pensó que la protegería ¿eso no te resulta familiar? – hablaba Shizuru con un poco de molestia en la voz.

- Shizuru. – decía Natsuki con pena al recordar que ella la había alejado por esa misma razón.

- Natsuki, yo asesine personas por ti, porque te amo y estoy segura que lo volvería a hacer sin dudar. – recordaba la castaña cuando en la batalla de las hime's ella estaba más enfocada en acabar con el distrito uno que en la batalla.

- yo le debo mucho a Michiru, Natsuki está es la primera vez que intentas insultar a la chica que amo, te seguro que no habrá una próxima. – prometía la rubia, pues si su hermana intentaba eso de nuevo le patearía el trasero.

- Natsuki entiendo cómo te sientes, pero está no es nuestra elección, sino de tu hermana y ella ya ha elegido a la chica Kaioh, nosotros, su familia, debemos apoyarla. – intervenía Kain en la discusión de sus hijas, aunque extrañamente Natsuki no había dicho nada.

- lo siento, no era mi intención insultar a esa chica, entiendo que sea tu elección, pero también quiero que entiendas que soy tu hermana y quiero lo mejor para ti. – explicaba Natsuki de una manera tranquila, raro en ella pero la manera en la que su hermana imponía la hacía actuar así.

- Natsuki, yo jamás tuve una familia, así que tengo que acostumbrarme a que mi hermana menor es muy sobreprotectora, confieso que será un poco difícil pero sé que lo lograre. – Haruka tenía que ponerse en los zapatos de Natsuki, acaba de recuperar a su hermana mayor y resulta que la chica que ama la traiciona, no es para menos que se comporte así.

- bien, ya que las cachorras terminaron de pelear, ¿Qué harás mañana con tu ex? – volvía a cuestionar Nao y justo cuando Haruka se disponía a contestar la interrumpieron.

- Kain-sama, hay alguien en la entrada que busca a Haruka-sama, me dijo que su nombre es Setsuna. – explicaba el guardia.

- Haruka no dijo nada, simplemente se levantó de su lugar y camino hacia la entrada donde se encontraba Setsuna con algo en sus brazos. - ¿Setsuna que haces aquí? – cuestionó sin tacto.

- Haruka, tienes que ayudarme, ayudarnos, tu hija está en peligro. – hablaba Setsuna mostrando que el pequeño bulto que traía en sus brazos dejando ver a una bebe con el cabello negro que aparentemente dormía.

- ¿mi hija? ¿Hotaru? – cuestionaba Haruka sin creer lo que estaba pasando, pues jamás pensó que el fruto de su amor con Michiru también renacería en esa época.

Continuara…