Capítulo 28.
- bien, no veo ningún motivo para negarme a escuchar lo que tienen que decir, pero deberá será después de la reunión, ya vamos a empezar, por eso he venido a buscarlas, nos esperan. – todos estaban reunidos y no estaban muy contentos con esperar, al parecer demasiado ansiosos por decidir el destino de todo.
Continuara…
- Saeko-san, Haruka-san también quiere conversar con Michiru después de la reunión. – la conversación entre la rubia y la aguamarina debía posponerse hasta que Michiru se librara de su problemita.
- Luna, también quiere verme al terminar la reunión. – declaro la oji-azul, había entendido lo que la castaña quería hacer, hablar con matriarca Kuga, sería la solución o cuando menos era alguien que les podía ayudar.
- vaya Michiru-chan al parecer estas muy solicitada el día de hoy. – se burló, pues ya sabía muy bien lo que su nuera quería. – hablare con Haruka y pospondremos su encuentro y te acompañare con Luna pues imagino que ella podrá darme una mejor explicación. – declaro con seguridad, pues ahora tenía una visión más clara de lo que podía estar pasando.
- Saeko, Michiru-chan las estamos esperando para comenzar con la reunión. – había tenido que salir a buscar a su esposa y ¿nuera? Ya que se estaban tardando demasiado.
- ara Kain-sama ya estamos yendo para haya. – hablo Shizuru son tranquilidad.
- Shizuru-chan tiene razón cariño, ya vamos. – apoyo Saeko a su nuera, cuando menos una si tenía sentido común.
Comenzaron a caminar rumbo al gran salón donde se llevaría a cabo la reunión, Shizuru y Natsuki no podían estar presentes debido a que ellas no pertenecían a ninguna reencarnación del milenio de plata, pero sobre todo porque Haruka quería mantener a su hermana, cuñada y a sus amigas en secreto de todos hasta que llegara el momento adecuado.
- ¿Qué tanto hablaban ustedes tres haya? – cuestiono Kain intrigado por lo que fuera que estuvieran hablando su esposa con esas dos jóvenes.
- solo… estábamos teniendo una plática de mujeres. – fue su simple respuesta, su esposo no tenía que saber nada más porque estaba más que segura que Haruka terminaría sabiéndolo.
- sabía que su esposa no le estaba diciendo todo, pero hacía tiempo que había aprendido a confiar en ella. – bien, ahora que su plática de mujeres termino debemos de apresurarnos o el anciano de los Hino terminara por echarnos bronca. – y más a él, después de todo su destino había dado un giro al huir de ahí.
Saeko no respondió nada, el abuelo de los Hino no le caía para nada bien y en más de una ocasión habían chocado sus opiniones, pues al abuelo no le parecía que Kain hubiera abandonado a la que era su esposa predestinada, huyera y regresara casado con ella y con una niña en brazos; entendía que Kain tenía un camino trasado, pero ¿Qué de malo tenía revelarse contra el destino? Querer algo más que lo que supuestamente ya está destinado a ti; sin darse cuenta habían llegado al gran salón y era hora de enfrentarse a lo que estaba escrito para ellos.
- ¿lista? – cuestiono Kain, pues sabia la opinión que todos tenían respecto a lo que había hecho y su matrimonio con Saeko.
- solo es otra reunión más, además Haruka ya no es una niña, mejor dicho, ninguna de las chicas es una niña, no es como si nosotros o cualquiera de los de ahí adentro pudieran decidir por ellas ahora. – sobre todo con Haruka, sabía que hija no se conformaría con lo que los adultos dijeran.
Entraron sin hacer ningún comentario y tomaron los asientos que les correspondían, poco después entro Michiru y tomo su respectivo lugar para dar inicio a la reunión.
- ya era hora, déjenme recordarles que nos reunimos para hablar de lo que se avecina, no para socializar. – vocalizo con ira Isamu Hino el sacerdote del templo Hikawa y el famoso abuelo de Rei, era un anciano que aparentaba una personalidad agradable, despreocupada, calvo y siempre con su vestimenta de sacerdote.
- todos sabemos eso, lo importante es que ya estamos todos. – hablo Kain con paciencia, pues no quería una pelea y sabía que muy seguramente una rubia de ojos verdes sería la primera en iniciarla.
- al parecer no todos, si hubieras seguido las reglas al pie de la letra y te hubieras casado con quien te correspondía no estaríamos pasando por esto. – espeto con desprecio viendo hacia donde estaba Saeko.
- voy a ignorar que ha dicho eso y ha visto a mi madre de esa manera. – dijo Haruka dirigiéndose a Isamu. – porque le aseguro que, si vuelve a insultar a mis padres… voy a matarlo. – termino su amenaza elevando su poder, haciendo que el viento comenzara a soplar dentro de esa habitación.
- TU NO TIENES NINGUN DERECHO A HABLARME ASI. – grito Isamu levantándose de su asiento y golpeando la mesa para hacer más énfasis.
- vamos a calmarnos todos en este momento. – se levantó Serena molesta por lo que estaba pasando, elevando su poder y mostrando el símbolo de la luna en su frente para hacerles ver a todos que hablaba en serio.
Nadie se atrevió a decir más, Serena había sido lo suficientemente clara con su despliegue de poder, no estaban ahí para perder el tiempo, ni para retar a otros por llegar tarde o por las decisiones que habían tomado ni mucho menos estaban ahí para matarse entre sí.
- bien, ahora que todos estamos calmados, es momento de comenzar a hablar de todo lo que ha pasado. – dijo Serena tomando nuevamente asiento.
- los Kaioh y usted princesa Serena han sido los que han tenido más acercamientos con ellos. – comento Takashi Hino padre de Rei de manera despectiva; Takashi era un hombre de cabello negro corto, ojos azules, usaba lentes y tenía bigote.
- creo Takashi-san que omitió comentar que también Haruka Kuga ha sido participe en estos encuentros. – Michiru no iba a permitir que ninguno de los ahí presentes hiciera menos a su ¿novia? Ni a la familia de esta.
- bien, si, la niña/niño esa también participo, ahora… - le restó importancia Isamu, pero obviamente la Kuga mayor en la sala no lo iba a permitir.
- espero por su bien Isamu-san que no se haya referido a mi hija de esa manera. – dijo Saeko apretando los puños para evitar levantarse y golpear al idiota que tenía delante.
- ¿Qué? Vaya ¿Qué no se supone que son liberales? Por Kami ¿Por qué tanto escandalo porque la llame el/ella? – rebatió Isamu, pues los Kuga por más que fueran una de la cuatro grandes casas de Kioto habían roto las reglas y esa era la peor deshonra.
- Isamu-san, espero que… - Kain iba a soltar un reto hacia el mayor de los Hino y por Kami que lo iba a obligar a aceptar por estar insultando a su hija frente a él, pero ella misma lo había interrumpido.
- bien, si el viejo este ya termino de jugar a ser cool ¿podemos continuar? - cuestiono la rubia de ojos verdes, no iba a caer en provocaciones por más molesta que estuviera, el abuelo Hino podía decir lo que quisiera de ella, pero tendría que aguantar lo que ella dijera de él.
- mocosa insolente. – soltó Isamu con molestia, pues la niña Kuga no se amedrentaba, ni mucho menos caía en sus provocaciones.
- viejo senil. – respondió Haruka con simpleza al insulto que le había soltado Isamu, ella podría haber recuperado sus recuerdos, podría ser la princesa de Urano, pero no olvidaría su vida en Italia.
- TU ME VAS A RESPETAR. – Isamu había perdido la paciencia y se había levantado molesto de la mesa para ir rápidamente hacia Haruka y tomarla de la camisa que llevaba. – POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS. – la haría respetarlo sí o sí.
- prefiero por las malas. – respondió la rubia, quitándose fácilmente el agarre de Isamu y dispuesta a enseñarle al viejo ese que debía respetarla.
Todo fue muy rápido, el viento comenzó a soplar dentro de la habitación, el símbolo de Urano había comenzado a brillar en la frente de Haruka y las personas que estaban sentadas comenzaron a ponerse de pie y apartarse de los dos, pues se veía que Haruka iba enserio y no se detendría.
- Haruka-san, por favor. – pidió Rei por su abuelo, pues al ver la mirada decidida que tenía la rubia sintió temor.
- Haruka hizo caso omiso a lo que Rei le había dicho e hizo un movimiento con la mano. – espero que desde el Yomi y en compañía de Izanami te arrepientas de lo que hiciste. – exclamo la rubia, creando una burbuja de aire sobre la cabeza de Isamu.
Isamu había comenzado a ponerse azul por la falta de aire, la rubia no había sido tan complaciente con Isamu como lo había sido con Hitomi en su momento, lo haría lentamente, Isamu deseara no haberse metido con ella ni con su familia, le haría sentir como la vida se le iba poco a poco de su cuerpo, después le devolvería el aire para volvérselo a quitar.
- hija, no lo hagas. – pidió Kain tratando de acercarse a su hija para tratar de detenerla.
- se lo merece padre. – no tenía intención de soltarlo, escuchaba los gritos de Rei, del padre de Rei y de casi todos lo que estaban ahí.
- Haruka, recuerda que hay alguien en casa que te espera. – dijo Saeko de manera tranquila, pues sabía que si había alguien que podía parar esto era Hotaru.
Haruka no dijo nada, simplemente bajo la mano y el aire pudo pasar a los pulmones de Isamu libremente, su madre había sabido bien donde golpear, su hija era ahora uno de sus motores, Michiru en cambio se había mantenido al margen, tal vez pensaba que si decía algo lo tomaría a mal y tal vez no se equivocaba.
- dejaremos esto para mañana, cuando todos estemos más tranquilos, es más que obvio que después de esto no podemos continuar, todos estamos tensos y no sacaremos nada concreto. – hablo Serena, quien también se había mantenido al margen de lo ocurrido, no había intercedido, porque eso era tomar partido y ella no podía tomar partido, así que lo había dejado correr y esto había pasado.
- bien, a mi me viene mejor el cambio. – hablo Haruka de manera tranquila, eso significaba hablar antes con Michiru y regresar antes con Hotaru, estaba tan ensimismada en lo que le diría a Michiru que no se percato de que alguien estaba cerca.
- eres una maldita. – dijo Rei después de darle una bofetada a la rubia de ojos verdes.
- la rubia solo se llevo una de sus manos a la mejilla y sonrió de manera cínica. – se lo merecía, tenia todo mi derecho a matarlo de acuerdo a las antiguas leyes, así que… a menos que tú también quieras un reto espero una disculpa. – ella no sería quien se disculpara después de lo que ese viejo les había dicho, después de cómo había ofendido a su madre y a su familia.
- no habrá ningún reto; Rei, tu y tu papa por favor tomen a tu abuelo y váyanse, la reunión a terminado por hoy, nos volveremos reunir mañana. – intercedió Serena, pues si las dejaba no estaba segura de lo que podría pasar.
Todos comenzaron a salir de la sala donde se había acordado que se celebrará la reunión de acuerdo a la ordenes de su princesa, unos molestos y otros concordando con lo que la heredera de los Kuga había hecho; la sala se había quedado casi vacía, solo la familia Kuga, Luna, Artemis y los Kaioh se habían quedado en la sala.
- bien, si nos disculpan, Michiru y yo tenemos que hablar. – era el momento para aclarar las cosas con la aguamarina o solucionaban sus diferencias o le decían adiós al compromiso.
- temo mucho Haruka que esa conversación tendrá que ser pospuesta por ahora. – sabia de sobra que no le haría nada de gracia a su hija que interviniera en esa conversación, pero por la cara que había puesto su nuera castaña sabia que no era buena idea dejar que esas dos hablaran en este momento.
- disculpa madre, pero ¿de que estas hablando? – su madre no tenia derecho de interferir en su elección de prometida después de todo había sido la misma Saeko quien la había elegido al principio ¿no? sabía que estaba molesta con Michiru, pero eso a no permitirle hablar con ella, ya era demasiado.
- Michiru y yo vamos a tener una conversación hija, así que te pido por favor, que pospongas esa conversación con ella. – pidió Saeko de manera amable, ya que sabia que, si trataba de imponerse, un choque se voluntades seria lo que obtendría.
- Madre, soy yo la que debería… - Haruka iba a rebatirle a su madre de la manera más diplomática posible, que era ella quien debía hablar con la aguamarina, pero su hermana entrando sin siquiera pedir permiso a la sala la había interrumpido.
- Haruka-neesan. – llamo la peli-azul menor a su hermana, lo que le habían informado no ameritaba tener sutilezas.
- ¿Qué pasa Natsuki? ¿Por qué entras así? – la manera en la que su hermana la veía no le auguraba nada bueno, no quería pensar que algo había pasado en la villa Kuga.
- atacaron la misión. – no tenia caso decirlo con tacto, eso había pasado y tenían que volver ya.
- ¿Qué? ¿Cómo paso esto? ¿Cómo esta… como están todos? – cuestiono alarmada la rubia por lo que le pudiera pasar a su hija.
- tranquila, todos están bien, pero tenemos que volver, del bando enemigo no quedo nadie con vida. – no podían dejar a alguien con vida y que informaran a sus líderes acerca de ellas.
- ¿no creen que es algo extremista el comenzar a matar? – cuestiono Hideki de manera seria, pues para él, el que comenzaran a matar solo significaba que la guerra seria mucho mas sangrienta.
- quien ataque a uno de la manada, es enemigo de la manada y merece la muerte. – declaro Natsuki de manera seria, pues en la familia Kuga, si te metes con uno, te metes con todos.
- vaya, sabia que eras un extremista amigo, pero esto es… - Hideki iba a replicar la explicación que le dio la pequeña de los Kuga, pero fue interrumpido por la que sería su nuera.
- lo siento mucho Hideki-san, pero ahora tenemos que volver, tenemos que valorar los daños, atender a los heridos y ver las bajas. – no quería ser grosera con su futuro suegro, pero de verdad tenia que volver, tenia que ver con sus propios ojos que su hija estaba sana y salva.
- bien, entonces en marcha. – hablo Kain, que hasta ahora se había mantenido al margen, le costaba mucho no llevar el las riendas, pero Haruka seria su heredera y tenía que aprender.
- vayan, yo iré cuando termine aquí. – declaro Saeko, ella sabia de lo que eran capaces las hime`s y si Natsuki reportaba que todos los enemigos habían muerto, era porque ninguno había sido rival para ellas.
- ¿entonces te quedaras madre? – cuestiono la rubia, pues sabia que su madre era muy sobre protectora con la manada, lo que debía hablar con Michiru de debía ser muy importante en verdad.
- por ahora si Haruka, necesito hacer esto y ustedes necesitan irse ya, quiero un reporte completo de lo que paso ahí. – declaro la matriarca, sus cachorros podrían ser las futuras alfas de la manada, pero ella seguiría siendo su madre.
- como digas madre. – respondió la rubia con una sonrisa, su madre jamás cambiaria, no importaba los años que ella y Natsuki tuvieran, para su madre siempre serian cachorros.
La familia Kuga se despidió de la matriarca prometiéndole tener todo bajo control para cuando ella volviera a la villa de los Kuga; Luna y el resto lo había dejado solos, Luna porque tenia que hablar con las sailors y pedirles su ayuda para crear la barrera y ayudar a Michiru y el resto, llámese la familia Kaioh tenían que reorganizar a todo, llamar nuevamente al catering, que recogieran lo que habían llevado el día de hoy y que preparan uno nuevo para mañana, seguramente se volverían locos.
Luna les explico la situación en la que se encontraba Michiru a las sailors y todas aceptaron, todas excepto Rei, quien se disculpo con la pelinegra por no poder ayudar a la prometida de la persona que casi mataba a su abuelo, Serena se había molestado con su amiga, pero la había dejado marcharse pues no quería otra discusión por el momento, las otras chicas no dijeron nada al respecto pues unas entendían la postura de Rei, pero Michiru era su amiga y como sailors que eran debían ayudarse entre sí.
- Saeko había despedido a sus hijas, a su esposo y a los hombres que habían llevado con ellos y se había dirigido hacia donde estaban las sailors junto con Luna. – Luna no se que es lo que aqueja a Michiru-chan, pero me encantaría saberlo por favor. – pidió amable la matriarca Kuga.
- Saeko-sama, no se si eso… - comenzaba la pelinegra pero la aguamarina se había presentado antes de que le dieran un no a su futura suegra.
- esta bien Luna, se que las sailors lo saben y creo que Saeko-san tiene derecho a saberlo, así que, por favor, para ella seria mas claro que tu se lo explicaras. – pidió la aguamarina, ya había tenido esa cosa dentro durante varios días, unos pocos minutos mas no le harían daño.
Luna llevo a Saeko fuera de habitación y con todo lujo de detalles comenzó a explicar a la peli-azul mayor todo lo que le pasaba a la aguamarina, Saeko escucho atentamente y mientras mas escuchaba mas entendía porque su nuera castaña había confabulado para que ella escuchara a Michiru; bien de esa conversación podía sacar dos cosas, la primera era que la aguamarina si amaba a su hija y la segunda, ella no era culpable de las todo el daño que había sufrido Haruka, bueno no conscientemente al menos.
Después la conversación con la matriarca Kuga, Luna le dijo que tenían que comenzar con el ritual y liberar a Michiru cuanto antes, le explico lo riesgoso que era y que no podía estar cerca de ese lugar y que Michiru no podría hablar con ella porque pese a lo que la aguamarina pensara, no estaría en condiciones, estaría más que agotada o inconsciente; la matriarca de los Kuga entendió eso como que se tenía que ir, ya que su "nuera" estaría indispuesta para ella por ahora.
Mientras Saeko se despedía de los Kaioh; sus hijas habían llegado a la villa Kuga para toparse con un escenario nada alentador… para los del negaverso, Yukino había puesto un perímetro alrededor de la villa para tenerla vigilada, Nao había tejido sus hilos también por todo el perímetro y muchos de los desafortunados del negaverso habían caído en ellos, las hime's los habían visto venir mucho antes de que ellos se dieran cuenta de lo que se les venía encima; Haruka había corrido dentro la casa para cerciorarse que su hija estaba bien y la encontró más que divertida con las caras que le hacía Sakura, la rubia era bastante buena con los niños aunque no lo quisiera admitir.
- lastima que te lo perdieras cachorra mayor, fue bastante… aburrido, a decir verdad, Midori salió de la casa con su grito de guerra y todo acabo antes de que siquiera pudiera golpear a alguno. – explicaba Nao, la mayoría había caído presa de sus hilos, por lo que los que llegaron eran muy pocos, para Midori y Mai fue bastante sencillo acabar con ellos.
- oh Haruka, Hotaru esta bien, no vio nada y todo el tiempo estuvo con Mai hasta que tuvo que salir, después se quedó conmigo mientras Nao nos cuidaba a ambas y Yukino vigilaba que no hubiera más intrusos. – explicaba la rubia gritona, curiosamente siempre que cargaba a la beba modulaba su tono de voz.
- muchas gracias Sakura ¿crees que podrías encargarte de ella un poco más? Mamá quiere un reporte completo y detallado de lo que paso aquí. – pidió la rubia oji-verde de manera tranquila, por más que quisiera abrazar a su hija el deber llamaba.
- claro que sí, lo hare con gusto, pero antes. – hablo la rubia oji-lila mientras se acercaba a Haruka. – tienes que cargarla, creo que te ha echado de menos. – no sabía porque le había dicho eso a la heredera Kuga, pero sentía que era lo correcto.
- gracias. – fue lo único que respondió para después cargar a su hija, un flashback vino a su mente, sus padres siempre la cargaban por mas cansados que llegaran del trabajo siempre tenían una sonrisa y un abrazo para ella; ella no podía ser diferente con su hija.
Haruka converso un poco con su hija para después dársela nuevamente a Sakura para salir de la casa y comportarse como se suponía que tenia que hacerlo la heredera de la familia Kuga.
- estos idiotas no son rivales para nosotras, fue bastante sencillo. – explicaba Midori cuando salió de la casa.
- no mostraron todas sus habilidades ¿cierto? – cuestiono la Kuga menor antes de que ella siquiera pudiera abrir la boca.
- tranquila Natsuki, no hizo falta la telaraña de Nao prácticamente acabo con todos, no hizo falta que materializáramos nada, Midori y yo salimos con katanas normales. - explico la peli-naranja de manera tranquila apoyándose en la katana como si fuera un bastón.
- woow no sabía que sabían utilizar katanas. – se sorprendió la rubia, aunque debía de haberlo previsto, después de todo eran valkirias y como marcaba la mitología eran especialistas en cualquier tipo de arma.
- si, viene junto con nuestros poderes, porque antes ni siquiera sabía manejar una escoba. – explicaba Midori de manera divertida.
- no, ni siquiera una bandeja. – decía Mai recordando el incidente en el café donde ambas trabajaban y Midori siempre rompía todo.
- Haruka-sama, obtuvimos cero bajas. – reportaba uno de los guardias de la mansión. – ninguno de los nuestros fue herido y revisamos el perímetro en busca de más enemigos, pero no encontramos nada, toda la villa es segura. – terminaba de informar el guardia, que de cierta manera se sentía impotente por no haber hecho nada.
- gracias por el informe, es bueno saber que todo está en orden. – respondió Natsuki de manera tranquila ya que logro ver que su hermana se había quedado absorta en sus pensamientos. – monten guardias alrededor del perímetro, cambien cada cierto tiempo por medio de una frecuencia segura y estén en alerta máxima en todo momento. – dirigía de manera tranquila.
- como ordene Natsuki-sama. – respondió de manera solemne y haciendo una inclinación hacia la peli-azul.
Haruka se había puesto a pensar en algo ahora que veía al guardia humano, él estaba peleando una guerra que en realidad no le concernía, él no tenía por qué estar arriesgando su vida por ellos, tenía que hablarlo con su familia, pero su decisión era clara, tenían que despedir a todos los humanos y quedarse solo ellos, no podían arriesgar vidas inocentes, no tenían derecho a pedir que pelearan en esto cuando no era su problema, los ataques continuarían y tal vez agracias a las hime's no habían tenido bajas pero no podían arriesgarse siempre, no podía asegurar la seguridad de ninguno de ellos, no mientras peleaban con monstruos.
- ¿Haruka-san? – llamo la peli-naranja de manera tranquila y cautelosa, la rubia se había quedado absorta en sus pensamientos.
- perdonen ¿Qué decías Mai-san? – volvía a la realidad, tenía que centrarse en esto y después lidiar con lo otro.
- nee-san ¿sucede algo? – tal vez había hablado con la chica de los Kaioh y no había salido como ella había planeado o tal vez se había dado cuenta de algo que ella tal vez paso por alto.
- no Natsuki, todo está en orden, solo que necesito discutir algo contigo y nuestros padres, pero más tarde. – respondía restándole importancia al asunto, que para ser sincero era bastante sencillo, confiaba en que sus padres y hermana no se negaran.
- tres descendientes Kuga dignos han aparecido. – susurro una voz de manera tranquila.
- ¿Quién dijo eso? – cuestiono la rubia de manera tranquila, volteando a su izquierda y derecha para obtener respuesta, pero solo pudo ver cabezas negando.
- tienen que venir al bosque de inmediato, su tiempo a llegado y el vínculo debe hacerse esta noche. – volvió a hablar esa voz en susurro de manera tranquila.
- ¿Qué vínculo? No estoy entendiendo nada ¿y por qué solo yo la escucho? – decía con frustración la rubia.
- no solo eres tú, esa voz también está hablándome. – decía la Kuga menor con bastante consternación en su voz.
- el vínculo ancestral entre nosotros y los Kuga tiene que resurgir, vengan al bosque. – volvía a hablar esa voz a las dos Kugas.
- ¿el vínculo ancestral? – cuestionaron tanto Haruka como Natsuki al mismo tiempo.
Mientras las dos chicas decían esa frase, un ruido en los arbustos llamo su atención, con la vista fija en ese punto y listas para que lo que fuera, tanto ellas como Midori y Mai vieron como una figura aparecía de entre ellos, con sus ojos ámbar fijos en ambas Kuga que a medida que esta figura avanzaba no podían reaccionar, ver esa imponente criatura acercarse a ellas de una manera tan tranquila, que sentían que el tiempo se había detenido a su alrededor.
Continuara…
