Capítulo 36.

- porque considero que algo nos están ocultando. – comenzó con su explicación Kain. – y si mi instinto no me falla ellos nos han estado traicionando desde hace tiempo. – termino de explicar dejando a todos más que tensos por su declaración y otros un tanto molestos por lo que insinuaba.

Continuara...

- ¿Cómo te atreves…? – amenazo Darien, mientras se acercaba a Kain con decisión, pero tanto Haruka como Natsuki le salieron al paso.

- será mejor que te tranquilices Darien. – sugirió la rubia con un tono amenazante de voz, pues por muy molesta que este con su padre, jamás permitiría que alguien le pusiera una mano encima.

- apártate Haruka. – rebatió Darien con molestia, no se iba a tranquilizar, oh no, eso que estaba haciendo Kain, era una afrenta a su familia y lo tenía que pagar.

- apártate tu Darien, recuerda que estas en nuestra casa y tal vez no te diste cuenta, pero nee-san se está conteniendo, así que, por favor, apártate. – hablo Natsuki que estaba fungiendo de ancla para que su hermana no se le fuera encima a su cuñado.

- Darien por favor. – pidió Michiru con tranquilidad, sabía que Haruka estaba molesta, pero no solo con su hermano, no, también estaba molesta con su padre y sabia que era por ella.

- pero Michiru… - el pelinegro quería rebatir lo que su hermana le estaba pidiendo, pero su novia se había acercado a él y lo había apartado de ahí con delicadeza. – Serena.

- amor, tranquilízate un poco ¿sí? – pidió la rubia con tranquilidad, cuando su novio asintió, continuo. – no creo que Kain-san haya soltado algo así, sin antes haber investigado un pago ¿no es así? – cuestiono ahora dirigiéndose al rubio.

- correcto princesa. – respondió con seguridad. – después de como los Kaioh se comportaron con Michiru. – comenzó su explicación viendo la cara de extrañeza de su rubia hija. – para después terminar con Darien, fue algo que llamo mucho mi atención, esto es algo que ya había pasado, tal vez no así, pero justo cuando la guerra está en su apogeo o antes de estallar los Kaioh alejan a sus hijos, hay algo que los obliga a alejarse de ellos, después pensé ¿Qué haría que un padre corriera a sus propios hijos de su casa? Al principio pensé que los estaban amenazando, pero descarte eso ya que yo vi a Hideki a los ojos y no había nada ahí que me diera algún indicio de que estaba solicitando ayuda; antes de que ustedes salgan de su casa. – dijo dirigiéndose a Darien y Michiru. – estamos ganando la guerra, después de eso… comenzamos a perderla; tenemos planes solidos y fuertes antes de iniciar la guerra, pero por alguna razón el enemigo siempre esta adelante de nosotros y siempre encontraba ese factor en común, los Kaioh, por eso le pedí a Yukino que investigara. – termino de explicar Kain con seguridad todo lo que había pensado desde que Darien y Serena habían llegado a la casa.

- tienes un punto padre. – concordó la rubia, pensando en lo que había dicho su padre y ciertamente encontrando el mismo común denominador en esas situaciones.

- no creo que una teoría sea suficiente para declarar que nuestros padres son traidores. – rebatió Darien con molestia no queriendo darse cuenta o mejor dicho no queriendo admitir que sus padres los estuvieran traicionando todo este tiempo.

- no es solo una teoría. – hablo Yukino haciéndose notar nuevamente. – tal vez comenzó así, pero ahora tenemos pruebas de que lo que dice Kain-san es la verdad. – declaro con seguridad, pues lo que había visto en sus espejos, no mentía.

- quiero ver esas pruebas. – hablo con molestia el pelinegro acercándose de manera intimidante hacia la pequeña castaña.

- ten cuidado con lo que haces. – hablo Sakura colocándose aun costado de su castaña y tomando de la cintura. – tu podrás ser un príncipe o que quieras para los del milenio de plata, pero para mi no eres nada, por lo que si te acercas mas a ella lo lamentaras. – termino la rubia con tono amenazante.

- Darien retrocedió un poco y giro su vista para comprobar que ni los Kuga, ni su hermana habían siquiera intentado defenderlo. – lo siento. – se disculpó, pues ciertamente comprendió que se había extralimitado.

- mientras comprendas que nosotras no somos de tu sequito, esta bien. – declaro la rubia con seguridad. – nosotras estamos aquí porque Natsuki es nuestra amiga y sin duda Haruka se ha ganado nuestro respeto, por eso estamos aquí, no lo olviden. – termino con molestia mientras se llevaba a Yukino con ella lejos del pelinegro.

- Yukino ¿podrías por favor? – pidió la rubia a la castañita para que les mostrara lo que había visto o mejor dicho lo que había descubierto.

- nee-san. – intervino Natsuki tratando de evitar que su hermana mostrara las habilidades de las hime's a las otras personas ahí presentes.

- tranquila Natsuki. – reconforto Sakura, pues previeron todo, Youko había ido la casa Kuga y les había ayudado para que Yukino pudiera compartir información que recaba sin la necesidad de mostrar sus poderes y ahora podían darle uso a esa táctica.

- podemos pasar a la sala por favor. – pidió Yukino con tranquilidad; ella solo era devota a una sola persona, siempre lo había sido, solo Sakura, ella se había involucrado en el carnaval hime solo por la rubia, estaba ahí por ella y no se arrepentía, ahora tenia amigas y estaba dispuesta a todo por continuar con esa vida.

Haruka se disculpo con Alana y siguió a todos a la sala; todos tomaron asiento a petición de Yukino, Haruka y Natsuki permanecieron de pie, así como sus padres, Sakura estaba aun lado de la castañita dispuesta a todo por si alguien se quería pasar de listo.

- esto fue lo que… uno de los drones logro grabar. – era una suerte que ahora con toda esa tecnología que existía sus poderes pasaran un poco desapercibidos, aunque para ser justos, ningún dron podría obtener la información que ella junto a Diana, su espejo lograban obtener.

La imagen comenzó en lo alrededores de la mansión Kaioh, se veían algunos guardias que ni Michiru ni mucho menos Darien habían visto antes, la seguridad se había triplicado sin duda; para este punto Yukino decidió que era buena idea comenzar a explicar.

- uno de nuestros… drones. – comenzaba aun le costaba un poco de trabajo el mentir, pero haría lo necesario. – capto el movimiento excesivo en la casa Kaioh, por lo que decidimos aumentar la vigilancia, como pueden darse cuenta, la seguridad aumento considerablemente, al adentrarnos más en la mansión. – seguía explicando. – se capto esto. – termino dejando correr el video donde se veía a Beryl pasear a sus anchas por el jardín de la casa con los padres de Michiru a su lado, se veía que tenían una conversación muy tranquila.

- ¡mentira! – salto Darien molesto dirigiéndose hacia Yukino.

- Sakura vio el peligro acercarse a su novia y no lo pensó dos veces cuando soltó el primer golpe. – te lo advertí. – soltó con molestia viendo al pelinegro limpiándose el labio.

- Haruka había abrazado a Michiru cuando esta se hecho a sus brazos llorando por lo que veía. – tranquila mi amor. – vio lo que pasaba con Sakura y su cuñado, no podía permitir peleas entre ellos por lo que dejo a Michiru con su madre y se paro entre el pelinegro y la oji-lila. – será mejor que pienses bien lo que haces Darien. – dijo la rubia frunciendo el ceño, el podrá ser muy cuñado pero las hime's habían demostrado mucha lealtad la casa Kuga.

- creo que no viste bien Haruka, fue ella quien lanzo el primer golpe. – espeto Darien con molestia, pues su general no estaba precisamente de su lado.

- lo vi perfectamente, te has lanzado hacia Yukino con claras intenciones de hacerle daño, Sakura solo ha actuado en consecuencia, por lo que te pido que te tranquilices. – no quería ser ruda con él, no sabía cómo era que se estaba sintiendo al ver que sus padres eran unos traidores.

- Yukino ¿de cuando es ese video? – cuestiono Natsuki rompiendo el tenso momento, pues no quería ver a su hermana enojada, nadie querría ver eso.

- antes de eso. – comenzó la rubia oji-verde. – vamos a tranquilizarnos todos, sé que esto no es fácil, pero peleando entro nosotros no vamos a conseguir nada, si tienen energía como para pelear mejor empléenla en crear un plan. – termino la rubia separándose de Darien y Sakura para dirigirse hacia su novia quien no lo dudo y se arrojó a sus brazos.

- Yukino volteo hacia Haruka y esta solo asintió para que contestara la pregunta de Natsuki. – el video fue tomado hoy al medio día. – respondió la pregunta hecha por la peli-azul menor.

- ahora sabemos cómo es que Nephrite estaba en la casa de la plantación. – hablo Saeko por primera vez, se le hacia imposible que sus amigos los hubieran traicionado, ahora uno y mil pensamientos rondaban su mente y cada uno era peor que el anterior.

- ahora tenemos una ventaja, ellos no saben que sabemos, así que debemos de aprovechar esa ventaja. – hablaba la rubia aun con Michiru en sus brazos, sentía el miedo y la tristeza de su novia, pero ahora no era momento para eso, tenia que centrarse, aun cuando todo su cuerpo gritara que la sacara de ahí.

- el enviado de Beryl vendrá mañana para una respuesta. – hablo Midori con seriedad poniéndose de pie junto a la familia Kuga.

- cabeza de bombón, jamás me atrevería a decirle que hacer la princesa de la luna, pero como su general, me tomo el atrevimiento de aconsejarle el negarse a todo lo que esa mujer le pida, sea lo que sea que quiera, tiene que ver con ellas. – declaro Haruka mientras señalaba a las hime's. – tratara de utilizar a los Kaioh para obtener toda la información que pueda, no lo podemos permitir. – si Beryl averiguaba lo que pasaba con ellas, sin duda trataría de impedir que pelearan o buscaría la manera de impedir la guerra y buscar otro bucle.

- Haruka, además de mi general eres mi amiga y te respeto mucho, estoy de acuerdo contigo, esta historia… se ha distorsionado bastante y como bien lo has dicho, ahora tenemos ventaja y no debemos perderla. – sabía que Beryl tramaba algo, esa reunión jamás le dio buena espina, era una verdadera suerte que pudieran contar con esas niñas y ella tuviera su general de su lado.

- ¿Qué harás Serena? – cuestiono Darien acercándose a su novia ya más tranquilo, tenía que controlarse, Haruka tenia razón, debía emplear todas sus fuerzas en encontrar un buen plan, sus padres contaban con él, por mucho que los demás dijeran que eran traidores.

- aceptare reunirme con ella. – respondió simple. – mas sin embargo no aceptare ninguna de sus exigencias. – declaro con el ceño fruncido, si Beryl pensaba que la podría tratar como tonta ya podía ir replanteándose eso. – Haruka, comencemos a crear una estrategia, estoy segura que Beryl no se quedará tranquila cuando me niegue a lo que pedirá, convoquemos a las sailors y a los guerreros. – la guerra se desataría mucho antes… otro cambio, esperaba que todos esos sucesos fueran para bien.

- como ordene princesa. – respondió la rubia inclinándose ligeramente hacia la rubia con coletas, justo ahora esa niña no era cabeza de bombón era la princesa Serena y ella no era Haruka Kuga, era el general de los ejércitos de la luna.

- Akira. – hablo Natsuki y de la nada apareció un niño de cabellos verdes sujetos en una coleta, de su rostro solo se podían ver sus ojos cafés, estaba ataviado con un uniforme negro y morado como los de los ninjas.

- hai. – respondió el chico inclinándose a la familia Kuga; le debía mucho a la familia Kuga, su clan eran mercenarios y se esperaba mucho de ella para el carnaval, Natsuki había hablado con sus padres y ahora el clan Okuzaki era devoto al clan Kuga.

- Akira ¿crees que podrías ir por Lita Kino? Por favor. – hablo Haruka adivinando las intenciones de su hermana. – se cuidadosa, mas de lo habitual y cualquier cosa extraña no dudes en contactarnos. – declaro la rubia con preocupación, aun no… no quería perder a nadie.

- hai Haruka-sama. – respondió el chico y sin esperar más, así como llego así se fue.

- te pedí que no me… - comenzó la rubia a reprenderlo, pero al darse cuenta de qua ya no estaba desistió; suspiró. – será una larga noche. – declaro a nadie en particular.

- ¿Por qué necesitas a esa chica cachorra mayor? – cuestiono Nao lo que todos querían preguntar, bueno los que no eran del milenio.

- Lita es la mano derecha de Haruka en el ejército. – hablo Michiru antes de que su novia lograra responder. – Lita y Haruka son como hermanas. – volvió a hablar escuchando ligeramente el gruñido de su cuñada.

- ara Natsuki. – rio Shizuru por el comportamiento de su novia. – no deberías ser celosa amor, ellas llevan vidas enteras conociéndose y esta es la primera vida en la que tú y Haruka coinciden. – decía Shizuru con tranquilidad, Natsuki no tenia porque encelarse por eso, Haruka sin duda amaba a su hermana y ese hecho era algo que nadie podía negar.

- no estoy celosa Shizuru. – respondió la oji-verde volteando la mirada y cruzando sus brazos sobre su pecho.

- Sera mejor que vayamos a descansar. – dijo Kain tratando de que dejaran de prestarle tanta atención a su pequeña hija, pues sin duda estaba celosa.

- Alana aun esta convaleciente y no me fio mucho del negaverso, creo que lo mejor es que me quede haciendo guardia. – declaro la rubia, tenia un mal presentimiento, sabia que algo malo estaba a punto de suceder, tenia que ponerse manos a la obra con todos los planes y sobre todo con los que incluyeran a las hime's.

- me quedare con nee-san. – declaro Natsuki dándole una mirada a su hermana para que no intentara hacerla cambiar de opinión.

- Shizuru volteo a ver a Michiru y esta asintió acordando algo en silencio. – entonces nosotras nos quedaremos con ustedes y sin peros. – anuncio la castaña, ya habían estado suficiente tiempo separadas como para continuar lejos aún más.

- entonces Hotaru dormirá en nuestra habitación. – dijo Saeko apoyando a sus nueras, entendía en cierto punto lo que estaban pasando, eran jóvenes y por muy recatadas que fueran Michiru y Shizuru sabia que cuando alguien prueba lo que apasionado de un Kuga siempre quiere repetir.

No se habló más del asunto, todos se despidieron deseándose buenas noches y con la promesa de verse mañana, Serena tenía que elegir quien la acompañaría a la reunión con Beryl, esperaban ya contar con las sailor para cuando el esbirro de la reina del negaverso viniera por su respuesta, más personas implicaba más confusión a sus sentidos y así no podrían detectar a las hime's; una vez que todos estuvieron en la planta alta tanto Natsuki como Haruka fueron por unos sacos de dormir para sus chicas y unas colchonetas para ellas, no tenia caso que estuvieran incomodas con ellas durante la noche; encendieron una fogata acomodaron los sacos de dormir y las colchonetas alrededor del fuego y sin planearlo entraron en una atmosfera acogedora y entre platicas amenas y triviales lo estaban pasando más que agradable.

Mientras hablaban Haruka recordó unas palabras de su padre acerca de los padres de su sirena, por lo que aprovechando que solo estaban ellas cuatro junto con Alana se atrevió a preguntas, entre lágrimas, su hermosa novia le había contado lo que sus padres le habían hecho, la rubia se había levantado y había comenzado a respirar entrecortadamente a causa de la ira que sentía, se movía de una lado a otro tratando de calmarse, no debía estallar, debía controlarse, su Michiru estaba ahí, con ella, ya nada malo le iba a pasar, seria una Kuga y siempre estaría protegida por ella; después de cierto tiempo había regresado a su lugar junto a su novia y le había prometido que nada malo le iba a pasar mientras ella estuviera ahí y así les dijo que era hora de que durmieran un poco, Michiru se había recargado en el pecho de su viento y tal vez había sido el día lleno de altibajos que la termino agotando o era el calor tan agradable que desprendía Haruka que en tiempo récord se había dormido, Shizuru había terminado igual que la aguamarina; la noche había pasado sin contratiempos para su buena fortuna, ciertos ruidos se habían escuchado y Haruka sin duda quería revisar eso por la mañana, tal vez habían intentado entrar pero las barreras de Nao no lo habían permitido.

Las Kuga se habían quedado dormidas en algún punto de la noche sin darse cuenta, fue el gritito que pegaron Shizuru y Michiru al despertar lo que las había sacado de ese agradable sueño.

- ¿Qué? ¿Qué pasa? – dijeron Haruka y Natsuki al mismo tiempo a sus respectivas novias; ni Michiru ni mucho menos Shizuru decían nada, pero no quitaban la vista de cierto lugar de las Kuga, al percatarse de esto dirigieron su mirada ahí para encontrarse con su amigo bastante animado. – rayos. – volvieron a hablar al mismo tiempo mientras se tapaban la entrepierna con sus manos.

- ara Natsuki ¿Por qué ocultas lo que es mío? – cuestiono Shizuru con tono sugerente mientras se acercaba a su peli-azul novia de manera depredadora.

- ¿y tú Haruka? ¿tu amigo amaneció muy alegre? – hablo también Michiru con su mejor tono seductor acercándose la rubia, la meta de ambas… quitar esas manos que ocultaban lo que sin duda era de ellas.

- Shi… Shizuru. – trato de hablar Natsuki tragando fuerte el nudo que se le había formado y apretando más su erección, pues con ese tono que había utilizado Shizuru su amigo se había animado aún más.

- Mi… Michiru. – Haruka estaba igual que su hermana, su pene no entendía de razones, por mas que la rubia le pedía que bajara, su amigo no quería ceder y estaba mas que listo para la acción.

- veo que se han despertado temprano. – hablo Saeko saliendo al jardín junto con su esposo, encontrando a sus nueras amedrentando… ¿a sus hijas? - ¿Qué esta pasando? – quiso saber, pues tanto Haruka como Natsuki estaban rojas hasta las orejas y Michiru y Shizuru parecían enfadas por algo.

- jajajajaja. – soltó la carcajada Kain al entender lo que estaba pasando, les habían quitado la diversión a sus nueras, pero no podían culparlos, ellos que iban a saber que iban a "desayunar" al aire libre. – disculpen chicas. – se disculpo el rubio con una sonrisa y ahora fue el turno de Michiru y Shizuru para sonrojarse, pilladas.

- Kain ¿quieres compartir? – cuestiono Saeko con molestia mientras cruzaba los brazos y miraba a su esposo con molestia, pues había visto el sonrojo de sus nueras y sin duda se estaba perdiendo de algo.

- cariño ¿recuerdas que ahora nuestras hijas tienen un equipamiento extra? – cuestiono Kain mientras subía y baja las cejas para darle a entender algo a su esposa.

- si lo recuerdo, pero eso que… - había comenzado a contestar, pero la forma en que su esposo lo dijo la hizo comprender. – oh. – soltó al saber por qué sus hijas estaban sonrojadas. - ¡ohhh! – exclamo nuevamente con los ojos muy abiertos al comprender el sonrojo de sus nueras.

- Haruka, Natsuki vengan conmigo. – pidió Kain con tranquilidad, sin duda iba a hacer una plática extraña, pero tenía que darla el, él era el que tenía pene después de todo.

Las chicas no dijeron nada, solo se levantaron y siguieron a su padre; Michiru y Shizuru hicieron el amago de levantarse, pero la voz de Saeko se los impidió.

- hablemos un poco chicas. – pidió la peli-azul mayor acercándose hacia las chicas y tomando asiento junto a ellas, ella la tendría que hacer de mamá de la castaña y la aguamarina.

La platica había incomoda a morir, tanto para las Kuga como para sus respectivas novias, desde cómo ponerse un condón, hasta donde tenían que poner a su amiguito a la hora del sexo y para Shizuru y Michiru no había sido mejor, desde el tamaño del pene, hasta lo adoloridas que podían estar al día siguiente; por suerte la tortura, perdón la plática había sido corta y ahora todos iban hacia la casa sin decir ni una palabra, los Kuga mayores ya habían dicho todo.

- al entrar en la mansión, la rubia se sorprendió bastante por ver a su princesa ya despierta y lista para iniciar el día. – woow, buenos días cabeza de bombón ¿te caíste de la cama? – cuestiono la rubia de manera divertida.

- buenos días Haruka. – respondió Serena con una sonrisa a su amiga. – odio levantarme temprano, pero sentí a las chicas, ya vienen. – informo la rubia con coletas a su general. – y, además, espero que el mensajero de la reina Beryl este aquí temprano, quiero acabar con esto lo antes posible. – si podía quería reunirse con la reina Beryl ese mismo día, sea lo que sea que esa mujer estuviera planeando no quería darle tiempo para terminarlo.

- si, siento varias presencias nuevas. – confirmo la rubia lo dicho por su princesa. – será mejor que vayamos a ponernos presentables para nuestros invitados. – dijo la rubia dirigiéndose a su novia, su hermana y su cuñada; antes de comenzar a subir la escalera Haruka se detuvo. – padre, podrías por favor ver como esta Alana, no quisiera que las sailors la vieran.

- vayan tranquilas, tu madre y yo nos encargaremos. – ciertamente un lobo gigante no era algo que se viera todos los días, pero por otra parte ellos mismo eran seres mágicos, aunque entendía lo que quería su hija.

Las cuatro chicas subieron a la planta alta para prepararse para el día, con lo que no contaban era con lo difícil que se iba a tornar ahora la convivencia…

- ¿quieres que nos bañemos juntas Haruka? – cuestiono Michiru con naturalidad, no, no lo estaba haciendo apropósito, simplemente había olvidado que su novia ahora tenía algo extra.

- sirena creo que no es muy conveniente bañarnos juntas ahora. – si se bañaban juntas no saldrían del baño en un buen tiempo, además de que en el baño no había condones… ni siquiera tenia condones en su habitación.

- ¿Por qué? – cuestiono nuevamente la aguamarina, no tenia nada de malo, bueno si era sincera consigo mismo tal vez quería obtener otra cosa, después de todo, solo habían estado juntas una vez.

- mi amor, mi padre nos dio la plática a Natsuki y a mí, tengo que… - no encontraba las palabras para decirle a su sirena. – creo que primero… primero tenemos que hablar, quiero saber como te sientes con esto. – dijo señalando su entrepierna. – quiero que estés cómoda con esto y que no te sientas en la obligación de… - iba a seguir hablando, pero un dedo en sus labios le indico que tenía que guardar silencio.

- su hermoso viento tenia miedo, miedo de que no la aceptara ahora que tenía un pene, siendo sinceros, lo había olvidado por un momento, pero eso no cambiaba nada, tenia que tranquilizar a su chica. – mi viento, el que tengas un pene no cambia nada. – hablo sonrojándose en el proceso. – yo te amo, a ti, no a lo que tengas entre las piernas, estoy de acuerdo en que tenemos que hablar de esto, pero no cambia nada, yo aun quiero estar contigo, quiero casarme contigo, quiero ser tuya. – soltó esto último poniéndose roja nuevamente por la implicación.

- yo también quiero todo eso mi sirena. – declaro la rubia con un leve rubor en sus mejillas. – pronto, lo prometo. – tenia que hablar nuevamente con su padre y pedirle un consejo sobre los condones, eso iba a hacer incomodo sin duda.

- bien, vamos a bañarnos. – hablo Michiru separándose de la rubia y acercándose la puerta del baño. – yo primero. – dijo sin mas y entro al cuarto.

- no ha metido su ropa con ella. – susurro la rubia al percatarse que Michiru simplemente corrió hacia el baño. – oh Kami, dame temple para soportarlo. – pidió la rubia, pues ya se imaginaba como iba a salir su chica del baño.

Sin esperar más la rubia se dispuso a buscar ropa para estar en casa y sin duda para esperar visitas, si no se equivocaba su casa se convertiría en el cuartel del milenio de plata así que, tenia que prepararse; cuando Michiru saliera ella se metería a bañar; se sentó en la cama y se dispuso a esperar a que su hermosa sirena saliera, no demoro mucho cuando oyó la puerta del baño abrirse y sonrió, pero la sonrisa pronto se le borro del rostro como había predicho, Michiru no había metido ropa así que había salido únicamente con la toalla puesta sobre el cuerpo y lamentablemente para su mente y su amigo entre sus piernas, la toalla cubría apenas por debajo de los muslos de la aguamarina y apenas por arriba de su pecho, Haruka se mordió el labio inconscientemente; Michiru por otra parte también estaba estática, cuando termino de bañarse noto que debido a la pequeña charla con Haruka no metió nada de ropa al baño por lo que tuvo que salir casi como Kami la había traído al mundo, pero su nerviosismo se desvaneció nada mas ver el rostro de su viento, se la estaba comiendo con la mirada y eso la hizo sentirse tremendamente orgullosa de si misma, así que se puso manos a la obra; camino por el cuarto moviendo las caderas y dándole especial énfasis a su trasero, otorgándole una gran vista la rubia, se inclino ligeramente para abrir un cajón, deseando que no se viera nada y que todo quedara en la imaginación de su compañera, después de esta acción oyó la puerta del baño cerrarse y no pudo evitar sonreír.

Haruka se recostó sobre la puerta del baño y con su mano en un puño y una enorme sonrisa dio gracias a Kami, no hacia otra cosa que no fuera darle las gracias a Kami por lo que acaba de ver, para ella era el espectáculo más hermoso que jamás haya visto, tenia que hablar con su padre cuanto antes, eso que había visto haya afuera había sido… sin duda alguna lo mas hermoso en su vida, pero para su salud mental no había sido muy bueno, puede que hasta haya dejado un rastro de baba en la cama y el piso, su corazón estaba acelerado, su amigo entre sus piernas estaba animado, muy animado, tenia una inmensas ganas de tener sexo con Michiru pero primero debían hablar y ella debía tener otra charla incomoda con su padre.

La ducha para Haruka había sido helada por lo que no demoro mucho ahí dentro, cuando salió su novia ya no estaba por lo que se apresuro a vestirse y salir para ir rumbo al comedor donde suponía ya estaban todos; no se equivoco con su suposición, todos estaban desayunando la mar de tranquilos por lo que sin demora se unió a ellos, esos días de calma era los que mas valoraba, pronto todo esto se iba a acabar y tenían que prepararse para la guerra; el desayuno paso sin ninguna novedad, todo hablando sobre banalidades, pero una vez termino, era hora de ponerse serios.

- Serena ¿has decidido quien te acompañara a tu encuentro con Beryl? – cuestiono la rubia una vez que todos estaban en la sala tomando un poco de té.

- no creo que eso sea algo que debamos discutir aquí. – dijo Rei que junto a las sailors internas habían llegado mientras ellas se duchaban. – hay demasiadas personas. – termino refiriéndose a las hime´s.

- ellas se quedarán. – declaro la rubia al ver como su hermana apretaba los puños. – son nuestras aliadas. – dijo sin añadir nada más.

- ¿Qué poderes tienen? – cuestiono la pelinegra viendo a cada una de las chicas, que si bien era capaz de sentir cierta aura en ellas no la convencían del todo.

- eso es algo que me guardare por ahora. – no iba a echar por la borda todo lo que había conseguido, las hime´s debían seguir en secreto. – así que continuemos por favor. – dijo la rubia nuevamente dirigiéndose a su princesa.

- Rei y Mina. – hablo Serena para hacerle a entender a Rei que ella no iba a discutir con Haruka sobre las chicas ahí presentes. – me gustaría que fueran ellas quienes me acompañaran.

- ¿paso algo? ¿a dónde debemos acompañarte Serena? – cuestiono Mina con un poco de preocupación, se avecinaban tiempos difíciles.

Entre Haruka y Serena les explicaron a las recién llegadas lo que había acontecido en el tiempo en el que ellas estuvieron en sus casas, así como también se les informo que pronto la guerra estallaría y que la casa Kuga seria su base, sus aliados y familiares debían de dirigirse a la mansión para esperar ordenes, pues a como iban las cosas la guerra no tardaría en estallar, la rubia de coletas le pidió a Haruka que se pusiera cuanto antes a idear las estrategias de guerra, debían de descubrir la base enemiga por lo que alguien con grandes dotes de espía debía ayudarlas en eso; estaban tomando decisiones cuando uno de los pocos guardias que había en la casa Kuga se había presentado en la sala.

- Kain-sama, hay alguien en la entrada que solicitar ver a Serena-ojousama. – informo el hombre. – dice ser un mensajero. – termino con el mensaje esperando las instrucciones de su señor.

- hazlo pasar. – pidió Serena viendo hacia el hombre.

- este no se movió de su lugar esperando que Kain o Haruka le indicaran como proceder, vio a su señor y este solo le asintió. – hai ojousama. – termino el hombre la salir de ahí.

Mientras el guardia hacia pasar a la visita, Haruka les había pedido a las hime´s que se retiraran escaleras arriba, mando a Michiru junto con Hotaru también hacia arriba y pidió levantar una barrera para que el hombre no se percatara que había más presencias en la casa, desde afuera imposible escanear la casa pero desde adentro no había muchas defensas; poco tiempo después dos pares de pasos se dirigieron a la sala sin demora.

- vaya, pero que bienvenida me han preparado. – soltó el castaño una vez estuvo frente a las reencarnaciones del milenio. – todo el mundo está aquí.

- déjate de tonterías Nephrite. – hablo la rubia con molestia, no estaba para aguantar ninguna tontería de ese imbécil, podía oler en el la sangre de lobo, la sangre de Alana y las inmensas ganas de matar.

- calma, calma, general cualquier diría que tiene algo en mi contra yo solo soy el mensajero. – hablo el hombre con una sonrisa cínica en los labios, sabia de sobra que la rubia no haría nada contra él.

- pues entonces entra el mensaje de una vez. – esta vez fue Darien quien hablo dirigiéndose al hombre.

- claro, se nota que los rumores sobre la hospitalidad de Kioto no son más que mentiras, pero, en fin. – dijo el hombre suspirando dramáticamente. – princesa Serena, he venido a recoger su respuesta acerca de la invitación que nuestra reina Beryl amablemente le ha hecho. – esa mujer sin duda estaba tramando algo, pero no lo estaba haciendo participe de nada.

- mi respuesta es sí, me reuniré con ella en los linderos de la propiedad Kuga, fuera del bosque por el lado norte, dos de mis sailors me acompañaran, la reunión será el día de hoy a las cuatro de la tarde, espero formalidad y puntualidad por parte de tu reina. – hablo Serena, no tenia pensado llevar esto más lejos, simplemente escucharía y negaría todo como lo habían hablado antes.

- gracias su alteza, estaremos ahí a la hora acordada, ahora con su permiso me retiro, que sigan pasando una agradable mañana. – se despidió el hombre que escoltado por Kain dejo la mansión, sin decir nada más.

- Akira. – llamo la rubia con tranquilidad a la chica.

- hai, Haruka-sama. – hablo la chica apareciendo la nada frente a la rubia mientras mantenía una rodilla en el suelo y la otra inclinada junto con su cabeza.

- después hablaremos sobre eso de "sama" pero ahora quiero pedirte un favor. – comenzó la rubia. – sé que eres consciente del hombre que acaba de salir, síguelo por favor, no lo pierdas de vista, debemos saber donde esta su escondite, se extremadamente cuidadosa y a la menor señal de peligro sal de ahí ¿entendido? – dijo la rubia, pues necesitaban esa información si, pero no estaba dispuesta a sacrificar a nadie por ella.

- hai Haruka-sama. – respondió la peli-verde y sin decir mas desapareció de la vista de todos, no había tiempo que perder si no quería que ese hombre se fuera, no podía fallar.

- esa fue la chica que mandaste por mi ¿no es así? – cuestiono Lita con tranquilidad acercándose a Haruka.

- si, su nombre es Akira, es muy buena en lo que hace. – claro que lo era, no por nada ella era la heredera del clan Okuzaki.

- si lo es, nadie en mi casa la detecto, yo lo hice porque me despertó, pero te aseguro que, si no hubiera sido por eso, fácilmente pudo acabar conmigo y nadie habría sabido quien lo hizo. – declaro la castaña con asombro por las habilidades de la chica.

- ¿de donde conoces a gente así Haruka? – cuestiono Rei con molestia, pues aún no olvidaba lo que había pasado con su abuelo.

- son leales a la casa Kuga. – respondió la rubia sin añadir nada más.

Setsuna había subido escaleras arriba para informar las chicas que ya podían bajar con ellos, tenían que hablar, que planear más, sus aliados o mejor dicho sus tropas ya estaban en camino, debían fortificar la casa Kuga y prepararse para lo que les caería encima una vez que la princesa negara la petición de Beryl.

El tiempo sin duda paso lento para todos, entre juegos, entrenamientos y conversaciones amenas había pasado la tarde, comieron todos juntos en el comedor donde pasaron mas momentos agradables, tratando de que cada segundo de esa tranquilidad valiera la pena, ya que una vez que estuvieran en guerra no volverían a tener esa tranquilidad hasta que todo acabara.

Faltaban diez minutos para las cuatro de la tarde cuando Serena, Mina y Rei, ya estaban en camino hacia el punto de reunión, al ser en la propiedad Kuga les daba un poco de ventaja, Serena se había negado a que alguien las siguiera por si necesitaban ayuda, pero les pidió a todos estar alertas, Haruka por supuesto había pedido a Yukino estar alertar a la menor señal de peligro para la princesa y la pequeña castaña estaba mas que atenta a todo lo que pudiera pasar; a las cuatro en punto ya estaban todo en el lugar acordado, así como Serena tenia a sus dos escoltas Beryl tenia a los suyos Nephrite y Zoisite, dos de los generales del negaverso.

- gracias por aceptar este pequeño encuentro princesa. – agradeció la peli-roja, debía de ser todo lo cortes que pudiera aparentar con la niña, nadie de peligro a acompañaba, pero aun así no debía confiarse.

- no hay nada que agradecer, además no tenía ningún motivo para negarme. – hablo Serena con tranquilidad, aunque estaba lejos de sentirla, con esos dos ahí.

- aun así princesa Serena, tampoco tenía ningún motivo para aceptar y lo ha hecho, por eso debo agradecerle. – seguía halando con cortesía, esperaba a Kain o a Haruka alguien que la pudiera aconsejar, no otras niñas igual que ella.

- si no le molesta reina Beryl. – hablo la rubia, pues pensaba que ya era suficiente de cortesías fingidas. – me gustaría que fuera al grano ¿Por qué me ha pedido este encuentro? Esto jamás había pasado antes. – debía de acabar con aquello cuanto antes, sabia que sus tropas no estarían a tiempo para el primer asalto, pero confiaba en que Haruka sabría cómo salir de esa ilesos.

- como bien sabrá princesa, hay varias cosas que están pasando y jamás habían pasado, esto esta consternándome sin duda, no sabemos que es lo que puede pasar ahora, pues nada esta pasando como se supone que debería. – iba por buen camino, tenia que amedrentarla para conseguir lo que quería.

- si, soy consciente que algunas cosas han cambiado, pero eso no me dice el por que me ha pedido este encuentro. – tenia que seguir firme, inmovible como le había dicho Haruka, no cambiar de postura.

- princesa lo que quiero decir es que estos tiempos donde no sabemos que es lo que nos depara, debemos de tomarnos un momento para reflexionar. – sus tácticas parecían no tener efecto en la princesa, se estaba comportando firme y dura.

- ¿y que es lo que sugiere reina Beryl? – tenia una ligera sospecha de lo que la reina la iba a pedir y ahora podía confirmarlo, quería tiempo, quiera una tregua.

- princesa, es necesario que hagamos una tregua, tengamos un cese al fuego y reflexionemos sobre estos cambios tan alarmantes ¿Qué dice? – ya lo había dicho, le estaba costando bastante el no gritarle a esa chiquilla, pero debía tener temple.

- no. – respondió la rubia con seguridad y autoridad.

- ¿disculpe? – cuestiono la peli-roja con incredulidad ¿le había dicho que no?

- he dicho que no. – reitero la princesa de la luna con el mismo tono de voz.

- princesa Serena, creo que no ha entendido lo que nuestra reina… - intervino Zoisite, pero fue cortado por la princesa.

- he entendió perfectamente lo que la reina quiere, pero mi respuesta es no. – volvió a negar, pues fuera lo que fuera que Beryl quería no se lo iba a permitir.

- ¡entonces prepárate! ¡pues has condenado a todos a la muerte! – rugió la reina con molestia ante la negativa de la princesa, lo que había planeado ya no podía ser, no había tiempo, tenía que idear otro plan o estaba segura que perdería.

Continuara...