Capítulo 41.
- no seas tonta, claro que lo harás bien, has tenido un gran ejemplo, mamá y papá son geniales, solo tienes que seguir sus pasos. – animaba la rubia con una sonrisa. – Natsuki no hay un manual que te diga como ser padre, el noventa por ciento de todo es puro instinto, piensas ¿que esto lo aprendí de la persona que me crio? Relájate que cuando llegue el momento sé que lo harás muy bien.
Continuara…
- ¿tu crees? – se habia relajado con las palabras de la rubia, pero aun así no se sentía tan confiada.
- Natsuki, ¿no me digas que tu y Shizuru… - lo único que le faltaba que su hermana se hubiera puesto a trabajar tan pronto y su amiguito ya habia hecho fiesta.
- ¿Qué? – cuestiono sin entender lo que su hermana quería decir; vio su rostro un momento y se ilumino. – ¡no! – grito. – ¡claro que no!
- no tienes que gritar, es solo que tus preguntas me hicieron dudar por un momento. – uff cuando menos no era lo que estaba pensando, su hermana no habia cometido ningún error.
- lo que pasa es que, al verte así, junto a Michiru y su hija, no se… me hizo pensar en el futuro. – se habia sentado en el césped mientras veían a los cachorros corretear. – cuando nuestros padres me dijeron que tenía una hermana, pero esta habia sido secuestrada, fueron muchas las noches que pase sin dormir, pensando en si tu tendrías donde hacerlo, cuando me fui a Fuka a estudiar y paso todo lo de ser hime y eso, muchas veces llegue a pensar que ahí terminaría todo, que no habría un mañana, que no tendría un futuro. – decía mientras arrancaba césped con una de sus manos.
- Natsuki, se muy bien lo que quieres decir, quieres decir que no sabias si habría un futuro y ahora el pensar en él te agobia, imagínate como estoy yo, tampoco habia un futuro en el horizonte para mí. – comenzaba la rubia mientras imitaba a su hermana y ella y su hija se sentaba en el césped. – se suponía que Hotaru no nacería en esta época, no sabíamos cómo terminaría esta guerra, todo lo que se suponía que sabíamos no nos habia servido de nada, todo habia cambiado, hubo noches en las que llegue a pensar que tal vez no vería a Hotaru crecer más sin embargo aquí estoy, aquí estamos. – ahora solo tenia que proteger el futuro que aunque les costara decirlo Malachite les habia dado, si no hubiera sido por el peli-blanco tal vez hubieran muerto o se habrían perdido algunas vidas, mas sin embargo eso no habia pasado.
- quiero vivir este futuro al máximo, no quiero arrepentirme de nada, por eso, estaba pensando en adelantar la boda, mamá y papá ya han pedido la mano de Shizuru, pero acordamos que nos casaríamos cuando yo terminara la universidad, pero ya no quiero esperar mas ¿esta mal? – le habia afectado sin duda el ver a su hermana así, pero ella también quería eso, quería despertar y encontrarse con Shizuru al otro lado de la cama.
- no, no esta mal Natsuki, pero creo que estas corriendo cuando deberías caminar primero, debes hablar con Shizuru de todo esto, yo te puedo decir que lo que deseas no esta mal, al contrario, yo si pudiera me casaría mañana mismo con Michiru y le haría un hijo, pero no se si eso sea lo que ella quiere. – además con Hotaru así de pequeña no le parecía una buena idea tener otro bebe.
- suspiro. – no se que hacer, se que parezco idiota, pero es que la amo mucho y no veo la hora de poder decir que es mi esposa. – que cambio de tema tan radical.
- entonces ¿ahora estamos hablando de lo que sientes por Shizuru? ¿Natsuki tu como que eres bipolar o algo así? – cuestiono con una sonrisa la rubia viendo a su hermana.
- perdón, pero no me pareció correcto seguir hablando del pasado, no le veo mucho caso, lo pasado, pasado es, es mejor ver hacia el futuro y mi futuro es Shizuru. – aunque en un inicio le hubiera hecho la vida imposible a su castaña.
- ¿van a seguir filosofando por mucho tiempo? – intervino Michiru con Shizuru a su lado.
- o ya podemos entrar a ver una película. – apoyo Shizuru a la aguamarina.
- ¿Qué tanto escucharon ustedes dos? – cuestiono la rubia con una sonrisa mientras le daba su hija a Michiru que ya tenía consigo la mamila.
- nada, vamos llegando, solo que las vimos desde la entrada y parecía que estaban muy serias ¿interrumpimos algo? – cuestiono la castaña un tanto preocupada.
- no para nada mi amor. – respondió Natsuki levantándose y dándole un beso a su novia en la mejilla. – como bien dijeron estábamos filosofando un poco. – aunque sería lo único que les diría.
- entonces, vamos a entrar que imagino que no deben de demorar las pizzas. – dijo Michiru que tenía a Hotaru en sus brazos mientras le daba la mamila; en eso sonó el timbre de la casa. – ven, imagino que esas deben de ser las pizzas.
- bien. – respondió la rubia. – voy por ellas. – dijo la rubia mientras corría a abrir la puerta.
La rubia recogió las pizzas y pago por ellas, las llevo a la sala donde ya estaban su hermana, su prometida, su cuñada y su hija, las coloco en la mesita de centro y fue por unos platos y los refrescos a la cocina para que pudieran comer.
- gracias. – dijeron las chicas cuando la rubia les entrego su respectivo plato con una sonrisa.
- Michiru ¿quieres que cargue a Hotaru mientras comes? – cuestiono la rubia mientras servía un pedazo de pizza en uno de los platos.
- no amor, que quedo con ella un poco más. – respondió la aguamarina. – come tú, tranquila.
- ¿Qué película quieren ver? – cuestiono la peli-azul con el control de la televisión en la mano.
- comencemos por elegir el genero y partamos de ahí. – sugirió la rubia dándole una mordida a su pizza.
- hagamos un maratón de Harry Potter. – sugirió la castaña le encantaban esas películas, se habia leído todos los libros y ya habia visto las películas, pero aun así las quería volver a ver.
- Shizuru ya has visto esas películas, mejor vemos la saga de los vengadores. – opino Natsuki, bueno si iban a ver una saga que fuera una que valiera la pena.
- chicas, primero el genero y partimos de ahí. – interrumpió la rubia cualquier otro comentario, no quería una discusión.
- bien, entonces yo propongo superhéroes. – propuso Natsuki sonriendo para tratar de pedirle apoyo a su hermana.
- magia. – dijo Shizuru sonriendo y viendo en dirección a Michiru pues sabia que la aguamarina también era fanática de esas películas.
- ¿mi amor? – cuestiono viendo a su sirena que le hacia caras a su hija para que esta riera. - ¿Qué genero deseas ver? – cuestiono al ver la cara de confusión de su prometida.
- opino igual que Shizuru. – apoyo pues no quería ver películas de superhéroes y para que mentir, le gustaba Harry Potter.
- ni hablar, entonces la saga de Harry Potter. – se resigno la peli-azul, sabia que, aunque su hermana la apoyara y quedaran empatadas y al final terminarían cediendo a lo que sus novias querían.
- ¡ara! Gracias mi Natsuki. – dijo la castaña colgándose del cuello de su novia y besando su mejilla.
- entonces manos a la obra, comencemos con la primera. – dijo la rubia sonriendo por su hermana y colocando la primer película de la saga en la pantalla.
Las chicas comenzaron a ver la saga entre platicas y comentarios acerca de las mismas, al final de segunda película Michiru llevo a Hotaru a su cuarto ya dormida, la dejo en su cuna después de darle un beso en la frente regreso con su prometida y sus amigas.
Ya estaban en la sexta película y tanto Shizuru como Haruka y Natsuki se estaban durmiendo, el día habia sido un poco agitado para ellas, entre ir al aeropuerto, las labores de la empresa estaban un poco cansadas, Michiru por ahora no efectuaba ninguna labor salvo revisar documentos del laboratorio y acudiendo a reuniones virtuales, Setsuna habia asumido el cargo del laboratorio pero ella aun era la dueña y seguía al tanto de todo; cuando se acabo la sexta decidieron que era mejor irse a descansar para rendir al día siguiente y estar muy bien descansadas, levantarse temprano y decidir que iban a hacer ese día.
Cuando Michiru despertó a la mañana siguiente, se dio cuenta que era un poco más temprano de lo que normalmente me levantaba, la siguiente cosa que habia notado era que se sentía mucho más cálida de lo que normalmente se sentía cuando despertaba, no era como que sentirse caliente, pero si sentía un calor confortante y que venía detrás de ella; en la neblina de su sueño, volvía la cabeza para encontrar un poco hacia atrás para encontrarse su viento, su brazo sobre su cintura, es verdad estaba en la casa Kuga y también recordaba que las pocas noches que durmió con Haruka ella era de abrazar, una sonrisa apareció en sus labios, Haruka era tan adorable cuando dormía... como un ángel dormido.
El calor que sentía en su cuerpo la hacía sentir cómoda así que decidió dormir un poco más, inconscientemente se habia apretado al cuerpo de su viento un poco más para poder estar lo más cerca que pudiera de ella, Michiru no recordaba que su cama o cualquier otra hubiera sido tan cómoda antes y de sobra sabía que si pudiera despertar cada mañana como ahora, entonces ella estaría encantada; suspiro con satisfacción y el sueño comenzó a hacerse cargo de su cuerpo una vez más; el sueño se estaba apoderando de ella cuando la sensación de que algo se metía en su espalda comenzó a molestarla e impedirle dormir completamente.
Sin mirar que era lo que la estaba incomodando ya que más dormida que despierta como para moverse además de estar bastante cómoda con el abrazo de la rubia; opto por mover su mano detrás de ella para mover lo que fuera que le estuviera perturbando su hermoso sueño en brazos de su prometida, cuando encontró lo que le molestaba no dudo en tomarlo con su mano para tratar de moverlo, con lo que no conto fue que después de esa acción un gemido se habia escuchado de detrás de ella, arrugo el ceño en señal de extrañeza pero trato una vez de mover el objeto que tenía en su espalda para apartarlo de ahí, pero por más que lo movía este regresaba al mismo lugar incomodándola nuevamente y lo más extraño con cada movimiento que ella le daba al objeto, más gemidos se escuchaban.
Michiru abrió los ojos y e intento mover nuevamente el objeto en su mano con lo que vino un nuevo gemido, recordó otra vez que Haruka estaba a su espalda ¿Qué podría tener ella en su mano que estaba haciendo que su prometida gimiera? Palpo bien lo que tenia en la mano, era como una ¿linterna? ¿Qué demonios hacia una linterna en la cama y por qué hacía gemir a Haruka?
- sus ojos se abrieron con sorpresa al recordarlo, su prometida tenía pene, así que lo que habia estado moviendo era eso, por eso Haruka gemía. - ¡oh por Kami! – grito sin querer entre asustada y apenada por lo que habia estado haciendo mientras apartaba las sabanas y comprobaba su teoría.
Haruka al escuchar el grito se asustó saltando fuera de la cama pues era algo que en definitiva no se esperaba.
- Michiru ¿qué pasa? Me has dado un susto de muerte ¿Estás bien? – cuestiono al ver que su prometida estaba respirando agitadamente y un fuerte rubor cubría sus mejillas.
Michiru no podía hablar, era consciente que un rubor masivo cubría su rostro, ya que este lo sentía caliente pero no podía evitar pensar que ella acababa de tocar al "amiguito" de Haruka, además de el hecho de que ahora podía ver que este sobresalía debajo de sus boxers, sin duda la tenía al límite, se corregía ese no era un "amiguito" era un amigote.
- ¿Michiru? – insistió la rubia pues su prometida no habia emitido palabra alguna; al verla detenidamente se fijó en que su vista estaba fija en un lugar, siguió la mirada de Michiru encontrándose que veía sus boxers. - ¡demonios! – se alarmo pues acaba de hacer justo lo que no quería, Michiru lo habia visto y de qué manera.
Haruka se volteo dándole la espalda a Michiru para acomodarse los boxers y su acomodar a su amigo que sin duda esa mañana habia amanecido en pie de guerra; se volteo para darle la cara a Michiru, aunque justo ahora no tenía una para mirarla a los ojos, era un poco incómodo, el silencio entre las dos se habia instaurado y era un poco insoportable y ninguna sabía qué decir para que la situación fuera menos embarazosa para las dos.
- la rubia supo que tenía que ser ella quien rompiera el silencio, pues sentía que habia sido su culpa por no despertar antes que Michiru y dejarla ver a su amigo. – Michiru, yo… la-lamento que hayas tenido que ver esto. – hablo avergonzada la rubia mientras baja la mirada. – ¿Tú lo to-tocaste? – cuestiono pues vagamente recordaba haber sentido un delicado toque en esa zona.
- Michiru asintió para después pues responder debidamente. – Estaba muy cerca de mí y sentí que algo en mi espalda que me incomodaba. – respondió la aguamarina, no pudiendo evitar el sonrojo al recordar nuevamente que habia tenido el pene de su prometida en las manos. – trate de quitarlo, de moverlo de mi espalda, s-sin saber que era... al principio, pero ahora lo he descubierto, Lo siento, no quise que esto sucediera y te despertara, pero estaba un poco sorprendida.
- N-no, soy yo quien debe disculparse. – se disculpó también la rubia. – sabía que esto sucedería, perdóname. – se habia quedado dormida y ahora esto era lo que pasaba, miró hacia un lado, espera que la aguamarina no estuviera disgustada.
- Haruka, mírame. – pidió Michiru y la rubia se giró lentamente para ver a su prometida. – Hey, yo te acepto completamente mi viento y sinceramente lo que ocurrió no cambia nada, no me importa que tengas un pene, ya que no define a la persona maravillosa que conozco, así que tranquila, después de todo tenemos pensado casarnos tengo que acostumbrarme. – en verdad tenia que hacerlo, solo habia sido la sorpresa del primer día, estaba segura que eso no volverá a pasar y que dormiría más plácidamente.
- me sucede todas las mañanas, es natural y no puedo controlarlo. – explicaba la rubia pues quería que su sirena tuviera toda la información.
- lo sé, tranquila mi amor, no pasa nada ¿de acuerdo? – desestimo Michiru una vez más. – ahora por que no vas y te das una ducha para después entrar yo. – sugirió, tratando de animar a la rubia.
La rubia se metió a la ducha y la aguamarina se sentó en el borde la cama a pensar un poco en lo que habia investigado acerca de los penes, sin duda el tenerlo en vivo y todo color era muy distinto a solo leer, esperaba poder tener un tiempo a solas con Shizuru para poder conversar un poco con ella, era ridículo lo sabia pero la castaña le inspiraba confianza y el hecho de que estuvieran pasando por lo mismo la animaba un poco más.
Después de que ambas estuvieron listas para iniciar el día salieron de la habitación topando con una Natsuki que vina mas roja que un semáforo y una Shizuru bastante divertida con la situación, bajaron entre una conversación tranquila y planeando que harían de desayuno, algo que Natsuki ya tenía bastante claro.
- Shizuru ¿podemos comer ramen? – cuestiono la peli-azul aun con el sonrojo en su rostro.
- ara si Natsuki quiere, no veo por que no. – respondió la castaña viendo hacia Michiru quien le asintió para hacerle saber que estaba de acuerdo.
- ¿le ayudamos en algo? – se ofreció la rubia pues no quería que sus novias pensaran que eran unas desconsideradas.
- no, tranquila cuñada-san. – respondió Shizuru que ya estaba cortando las verduras necesarias para el ramen.
Haruka y Natsuki se fueron a la sala para evitar estorbar a sus novias, después de todo mucho ayuda el que no estorba, mientras esperaban se pusieron a ver televisión pero aparentemente no habia nada bueno, hasta que por fin lo dejaron en un anime y con eso se entretuvieron hasta que se terminó, treinta minutos después fueron a ver a sus novias, no perdiendo la oportunidad de acercarse a ellas de manera silenciosa, rodeando con sus brazos el abdomen de sus parejas respectivamente mientras colocaban su mentón sobre el hombro derecho de ellas.
- ¿ya casi esta? – cuestionaron ambas hermanas al mismo tiempo haciendo que tanto Michiru como Shizuru tiraran lo que traían en sus manos en esos momentos.
- ¡Ara!, Natsuki ¡No me espantes así! – grito la castaña divertida y asustada pues no la habia sentido llegar.
- ¡Haruka! ¡te he dicho que odio que me espantes! – gritaba la aguamarina también, aunque en el fondo amaba que Haruka le hiciera eso.
- Si te molesta ya no lo hago – dijo la peli-azul al tiempo que levantaba su cabeza y soltaba el abdomen de la castaña.
- No me molesta. – respondió la castaña un poco apenada, pues habia detenido los brazos de su peli-azul y los dejo donde estaban.
Por otro lado, con la pareja Kuga-Kaiō la situación era un poco distinta…
- sabes que no puedo evitar abrazarte amor. – habia replicado la rubia por como su prometida le habia gritado.
- Haruka, dormimos juntas y estuviste abrazada a mi toda la noche. – decía Michiru con una sonrisa pues fuera del incidente le habia encantado despertar en los brazos de su viento.
- lo ves, mas a mi favor, no puedo estar lejos de ti ni dormida. – explicaba la rubia, de sobra sabía que Michiru estaba lejos de estar molesta y todo era solo un juego.
- por cierto, no nos contestaron. – hablo Natsuki viendo a apoyar su cabeza sobre el hombro de la castaña.
- si Natsuki, ya casi terminamos. – le respondió Shizuru, amaba mucho a Natsuki, sobre todo en esos momentos, era como una niña pequeña y eso le fascinaba a la castaña, no lo podía evitar, amaba cuidar de su peli-azul.
- genial. – soltó la rubia por las palabras de su cuñada. – ¿las ayudamos a poner la mesa? – cuestiono la rubia tratando de ayudar mientras que con su nariz no perdía la oportunidad de empujar el cabello de Michiru para dejar su cuello descubierto.
- si… por favor. – soltó Michiru casi como suspiro, pues Haruka seguía jugando con su cabello.
- de acuerdo, entonces nos pondremos con eso. – la rubia estaba disfrutando mucho de la situación, sentía como Michiru temblaba en sus brazos cuando posaba sus labios en su cuello.
- Aja. – alcanzo a decir la aguamarina, pues no podía concentrarse en el dialogo con su viento haciendo eso en su cuello.
- nee-san, vamos a poner la mesa. – Natsuki, mejor conocida como la mata el modo.
- claro. – acepto la rubia soltando a su prometida y siguiendo a su hermana, por Kami no entendía como anoche no hizo nada y hoy se habia levantado con las hormonas revolucionadas.
Una vez que llegaron a la mesa, las hermanas se habían dirigido una mirada en un vano intento de decirse la una a la otra, pero al final habían desistido; si bien eran hermanas aun faltaba para tener esa complicidad típica de hermanos, después de todo no habían crecido juntas; fue Natsuki quien al final de habia armado de valor.
- nee-san. – comenzó la peli-azul. – yo… yo quería… quiero… quiero preguntarte algo. – no sabia como habia sido capaz de soltar eso, pero para su buena fortuna lo habia hecho medianamente bien.
- Natsuki. – llamo la rubia haciendo que su hermana levantara la mirada. – somos hermanas, puedes preguntarme lo que quieras. – tenían que recuperar el tiempo perdido.
- es algo íntimo. – eso ultimo le habia salido sin tartamudear, pero se habia puesto más que roja.
- ok. – fuera lo que fuera que su hermana quisiera preguntarle parecía importante, termino de colocar la mesa. – ahora volvemos, sacaremos a los cachorros. – grito la rubia para sus novias y para tener una excusa y salir fuera. – vamos Natsuki.
La peli-azul siguió a su hermana con una sonrisa, así podrían tener un poco de privacidad sin que sus chicas sospecharan algo, lo que quería preguntarle a su hermana, era importante.
- ahora sí, dime. – animo la rubia una vez que estuvieron a fuera, era una suerte que los cachorros las siguieran sin siquiera llamarlos.
- Shizuru y yo estuvimos hablando anoche. – atrás habia quedado su tartamudeo y timidez, pues Haruka tenia razón, eran hermanas y habia confianza. – ella… ella quiere dar el siguiente paso. – no sabía que tanto podía hablar con su hermana acerca de eso pues nunca habia tenido una hermana, pero si con Mai podía suponía que con Haruka era igual.
- ¿y tu quieres? – cuestiono recibiendo un rápido asentimiento por parte de su hermana. - ¿entonces cuál es el problema? – volvió a cuestionar.
- Shizuru y yo ya hemos estado juntas, pero esta vez…es… es diferente. – respondió viendo hacia su entrepierna. – no quiero que lo odie, ella dice que esta bien con esto, pero en verdad quiero que todo salga bien; el día de ayer… - comenzó a relatar Natsuki. – toque su pecho y casi se ahoga. – soltó sonrojada recordando el momento.
- ¿Cómo diablos la tocaste? – cuestiono la rubia haciendo mil escenarios en su mente, pero en ninguno podía encajar la escena que su hermana le habia dicho.
- ella estaba tomando agua y… no lo pude evitar, mi mano se dirigió a su pecho y… - ya no pudo continuar relatando pues su hermana no podía con su cara de burla.
- ahora todo tiene sentido Natsuki, pero eso fue un accidente ¿Qué paso después? – bueno cuando menos a su hermana lo habia pasado lo que a ella por la mañana.
- aparte mis manos de Shizuru y me fui a sentar en una silla, estaba bastante avergonzada. – relataba nuevamente. – después Shizuru vino por mi y me llevo a la cama nuevamente, tomo mis manos y las coloco en sus pechos. – ya estaba roja hasta las orejas nuevamente. – y dijo… ella dijo… que estaban… que sus pechos… que estaban a mi disposición siempre. – termino más que abochornada.
- wow, Natsuki, Shizuru te ama y creo que no es conmigo con quien debes de tener esta conversación, sino con ella, debes de contarle tus miedos a ella, decirle como te sientes con respecto a tu pene, ella sabrá entenderte y ayudarte. – aconsejo la rubia, pues la plática que habia tenido con Michiru le habia ayudado a ella. – Michiru y yo tuvimos un bochornoso momento hace poco. – la rubia le relato a su hermana lo que habia pasado con ella y con Michiru cuando despertaron.
- tenemos suerte. – soltó de pronto la peli-azul y al ver la cara de extrañeza de su hermana agrego. – tenemos a las mejores chicas. – sin duda Michiru y Shizuru eran únicas, especiales, perfectas para ellas.
- eso sin duda, aun no entiendo como es que terminaron fijándose en nosotras. – pensó en voz alta la rubia, Michiru era perfecta, una señorita, una dama hermosa y elegante y ella solo era una huérfana sin nada que ofrecerle pero aun así Michiru le abrió su corazón.
- eso es sencillo de responder. – dijo una voz a sus espaldas haciendo que se voltearan rápidamente.
- Michiru. – llamo la rubia al ver a su novia salir para dirigirse a ella.
- Shizuru. – llamo también Natsuki pues su castaña también estaba ahí.
- ustedes son únicas, son de esos seres que… por mas que el mundo se empeño en contaminarlos ustedes lograron huir de eso, no son como cualquier persona. – comenzaba a decir Shizuru viendo a su novia y a su cuñada con una cálida sonrisa.
- son especiales, siempre buscando como hacernos felices, preocupándose por que estemos bien en todos los sentidos, ustedes no solo cuidan de nosotras de manera física, sino que también se preocupan por cuidar nuestro corazón. – continuaba la aguamarina con la explicación también sonriendo a ambas Kuga.
- por eso y más las amamos, seguiríamos enumerando cosas, pero no terminaríamos y el desayuno ya está servido. – concluyo Shizuru sonriendo y viendo hacia Michiru que compartía la misma sonrisa, sin duda se habían ganado la lotería con esas chicas.
Las cuatro chicas entraron a la casa nuevamente con sonrisas en sus rostros rebosantes de felicidad, por fin estaban viviendo la vida que les correspondía, por fin les estaba retribuyendo todo lo que habían padecido antes, ahora podían ser felices.
Se sentaron a comer y tanto Haruka como Natsuki elogiaron la comida de sus novias hasta el cansancio, tuvieron una pequeña discusión por ver cual de sus chicas cocinaba mejor pero la pararon cuando vieron que estas no estaban muy contentas al verlas, hablaron sobre los planes para ese día, viendo que se día se separarían, pues Natsuki y Shizuru se irían a un día de campo en el bosque que rodeaba la casa, mientras que Haruka y Michiru se quedarían en casa para compartir tiempo a solas con su hija.
Terminaron el desayuno y se dirigieron a la sala para tomar un poco de te y terminar de ver la saga de Harry Potter en lo que hacían tiempo para que Natsuki y Shizuru se fueran a su día de campo, entre medio de la sexta película que tuvieron que repetir debido a que tanto Michiru y Shizuru dijeron que no le habían prestado la atención necesaria debido a que se estaban durmiendo, Hotaru despertó y pido la atención de sus madres, las cuales fueron juntas a verla.
La vida era buena, una vida que ni Haruka ni Michiru esperaban, las hojas de su destino estaban en blanco a partir de ahora y ellas estaban más que listas para comenzar a llenarlas con hermosas historias y maravillosos momentos.
Continuara...
