Capítulo 46.

Ese fin de semana que habían pasado juntas había sido inolvidable, hicieron el amor varias veces más, conociéndose, amándose, demostrando que eran la una para la otra, las horas se les hicieron demasiado cortas y el domingo por la mañana Natsuki y Shizuru estaban ahí como lo habían acordado, estuvieron hablando por unos momentos y después tanto la aguamarina como la castaña se habían despedido de sus respectivas prometidas para irse a la casa de la primera, su hermano quizá, ya había llegado y tenía que estar ahí, las Kuga se quedaron en la sala viendo TV, pocas horas después habían llegado sus padres, cenaron juntos contándose su fin de semana; por otro lado Michiru había llegado a tiempo, su hermano no estaba en casa, invitó a Shizuru a un té y pasaron la tarde juntas contándose sus experiencias durante el fin de semana, al atardecer Darien estaba ahí, la castaña se despidió y dejó que los hermanos se pusieran al día.

Darien y Michiru hablaron de su fin de semana, trabajo para Darien, mientras que la aguamarina tuvo que usar sus dotes de improvisación para contarle a su hermano un fin de semana que estaba bastante lejos de la realidad, por fortuna el no había hecho preguntas y no había indagado más, aún así había hecho una nota mental para escribirle a Shizuru y decirle todo lo que le había dicho a su hermano por si se llegaban a encontrar o si Darien le llegará a preguntar algo, no quería correr ningún riesgo.

Tres meses después…

Hoy era el gran día, por fin Serena uniría su vida con Darien, todo estaba preparado, habían sido unos meses bastante ajetreados, entre la universidad, para algunos, los preparativos para la boda y el trabajo para otros, había sido difícil, pero al final todo había salido perfecto, justo como Serena y Darien querían, la boda se llevaba a cabo en los jardines de la mansión Kaiō, todo sería muy íntimo, si bien el pelinegro había tenido que invitar a los socios de la empresa, seguía siendo una fiesta íntima.

La dama se honor, Rei, si, la pelinegra termino siendo dama de honor, aún cuando muchos pensaban que sería Michiru, la realidad es que pese a sus constantes peleas, Rei era la mejor amiga de Serena y Serena era la de Rei siempre estaban ahí la una para la otra; tenía todo y a todos organizados, nada podía salir mal en la el día de su rubia amiga; el padrino era el mejor amigo de Darien, Andrew, quien ya estaba en su puesto aún lado del novio esperando a la novia en el altar para iniciar con la ceremonia, la música comenzó a sonar y todos los invitados voltearon para ver a la novia entrar siendo escoltada por su padre, los Kuga estaban en primera fila, Michiru era una de las damas y ella estaba en el altar pensando que ella sería la siguiente aunque bien podían ser Natsuki y Shizuru, la menor de las Kuga estaba más que dispuesta a no esperar más por casarse con su castaña y no tenia miedo de demostrarlo o decirlo, esos últimos tres meses habían sido un poco más estresantes para Haruka debido a su hermana menor.

La ceremonia había sido hermosa, los novios estaban más que enamorados, dijeron sus votos que arrancaron más de una lágrima a algunos de los presentes y hasta ellos mismos, Serena estaba radiante y Darien no podía dejar de sonreír, se notaba en la forma en la que no podían quitarse los ojos de encima que se amaban, donde Darien estaba, la mirada de Serena lo seguía y viceversa; en la recepción tuvieron un brindis por parte del padre de la novia donde muy sutilmente amenazaba al novio con cazarlo si le hacía daño a su pequeña y no la cuidaba, ya que él era un señor y su niña a un era inocente, cosa que arrancó mas de una carcajada a los presentes, si bien Serena ya estaba en la universidad, Darien hacia tiempo que la había terminado, de ahí la amenaza. Hubo más brindis y palabras de felicitación hacia la nueva pareja, así como buena fortuna para su futuro juntos, la pareja se iría de ahí a las doce para abordar un avión directo a su luna de miel, en la que pasarían tres semanas lejos de todo, Michiru se había ofrecido a hacerse cargo de la empresa mientras su hermano tomaba su luna de miel y Haruka se ofreció a ayudarla en lo que necesitara para que Darien estuviera tranquilo, ya que sabía que su sirena era más que capaz de cuidar de la empresa ella sola.

- ¿Entonces? – soltó Mina que ya estaba un poco pasada de copas.

- todos la miraron sin entender que era lo que quería decir, pero había sido Michiru quien se atrevió a preguntar. – ¿Qué quieres decir con "entonces" Mina? – solo esperaba no arrepentirse de haber preguntado.

- hablo de su boda, tu y Haruka son los siguientes, imagino que ya tienen una fecha ¿No es así? – necesitaba otra fiesta, está había sido perfecta si, pero aquí no había en ingreso a su príncipe azul, tal vez en la de Haruka y Michiru si, después de todo, ahí vendrían italianos.

- hoy es el día de Darien y Serena, no creo que sea prudente hablar de nuestra futura boda en el día más importante para ellos, aún tenemos tiempo y mamá se está encargando. – intervino la rubia para ayudar a su novia cuando volteo a verla con cara de no saber que responder.

- que aguafiestas Haruka, pero está bien, lo dejaré pasar porque tienes razón, este es el día de Serena. – cedió la rubia con una sonrisa y se puso de pie dispuesta a buscar otra copa.

- estoy segura que mañana no recordara nada y se va a arrepentir de todo. – se burló Lita al ver a su amiga tambaleante dirigirse a un rumbo incierto. – y será mejor que vaya con ella. – dijo mientras se ponía de pie y la seguía para evitar que pudiera hace o decir algo de lo que de verdad se fuera arrepentir mañana.

Los de la mesa solo sonrieron en dirección a donde Mina iba y detrás de ella Lita, su relación era muy estrecha, Haruka podía jurar que la castaña sentía cosas por la rubia pero no estaba muy segura y Mina siempre estaba buscando un hombre con quién estar, así que tal vez su radar no era muy bueno.

- sigues viva. – dijo una voz acercándose a la mesa de manera lenta. – cuando mi nieta me lo dijo no lo podía creer, pero aquí estás, al parecer sigues arruinando nuestro legado. – esa chica era hija de un descendiente de la luna si, pero su madre no era de su linaje y aún así se sentía superior.

- lamento que el que esté con vida sea decepcionante para ti viejo, pero a menos que quieras hacer el trabajo tú mismo, no pienso morir en un futuro cercano, es una lástima que no pueda decir lo mismo de ti. – respondió la rubia con una sonrisa cínica, ese viejo si que tenía agallas, estuvo apunto de matarlo la última vez y aún así ahí estaba pidiendo más.

- ja, eres una deshonra para nuestro linaje, tu y tu hermana no deberían de existir, tu padre nos arruinó al atraer a esa… – pero ya no pudo continuar.

- vamos, sigue. – instó la rubia sosteniendo con más fuerza el cuello del anciano de los Hino. – termina la frase viejo, vamos, te reto. – decía la rubia con la mandíbula apretada, no le importaba que el viejo estuviera ebrio, había ofendido a su madre en dos ocasiones ya, no se iba a librar tan fácil está vez.

- Haruka, hija suelta lo, está ebrio. – abogaba Saeko con preocupación, conocía a su hija y sabía que no se detendría tan fácil está vez.

- ¿Y eso lo absuelve de decir lo que quiera? – cuestionó a nadie en particular, estaba muy molesta. – bien, pues yo también estoy ebria, mucho. – sentenció apretando más el cuello del anciano. – ¡termina la frase maldito anciano de mierda! ¡Termina la! – exigió, pero era más que obvio que el hombre no podía decir una palabra, ya comenzaba a aventar espuma por la boca debido a la presión.

- ¡Haruka! ¡Suelta lo! – exigió Rei llegando al lugar después del grito de la rubia y de mi ver a su abuelo por ningún lado.

- no. – así de simple, sin explicaciones, sin palabras, ese maldito viejo iba a aprender a respetarla, a ella, a su hermana pero sobre todo a su madre.

- ¡Está ebrio! ¡Por favor lo vas a matar! – gritó la pelinegra desesperada y tratando de llamar la atención de más personas para poner presión en la rubia.

- no importa, yo también lo estoy, así que, puedes decir que no se muy bien lo que hago. – respondió aún sin soltar el cuello del anciano Hino, pero si había disminuido la presión, quería que sufriera.

- ¡Suéltalo ahora mismo! – exigió, había tardado en darse cuenta de lo que pasaba. – suelto o te juro que te denunciaré. – amenazó el padre de Rei con seguridad.

- ¿Vas a denunciarme por ejercer mi derecho a defender a mi familia de un insulto? – cuestionó la rubia sonriendo cínicamente mientras miraba a Rei y a su padre.

- eso se acabó cuando la nega-fuerza dejo de existir, ahora suéltalo. – respondió poco convencido, la chica se veía que tenía toda la intención de matar a su suegro.

- que conveniente, los Hino utilizan las tradiciones como mejor les conviene ¿No es así? Justo ahora el viejo me acusaba a mi y a mi hermana de manchar el linaje de la luna porque mi padre se casó con mi madre y no había hecho caso de las tradiciones y ahora vienes tú y me dices que eso se acabó, que conveniente. – lo sentía por Rei, pero su abuelo iba aprender por las malas a respetar a su familia.

- suéltalo. – pidió una voz sobreponiéndose a todas con su poder.

- como su majestad ordene. – respondió con una reverencia y arrojando el cuerpo del abuelo a los pies de Rei y su padre.

- es mi boda Haruka ¿Qué se supone que haces? – cuestionó Serena con molestia hacia la rubia.

- yo no hice nada, fue el anciano quien vino a insultar a mi familia y a mi madre, sabes muy bien que no es la primera vez que lo hace o le ponen un bozal o lo mataré. – amenazó la rubia con un tono de voz que a más de uno le causo calosfríos.

- ¡No es un perro para ponerle un bozal! – gritó Rei molestia encarando a la rubia.

- saben de sobra que puedo matarlo, pude matarlo esa vez en la reunión y no lo hice, pude matarlo aquí, solo tendría que haberlo dejado sin aire y listo, pero no lo hice, estoy tratando de ver que es lo que hacen con él, quiero ver qué consecuencias va a traer para él esto, si no pasa nada y esto se repite no me contendré, lo mataré como mi derecho a defender el honor de mi familia. – ella no estaba haciendo nada malo, era el viejo quien se había pasado en dos ocasiones y no iba a haber una tercera, porque en la siguiente lo mataba.

- Rei, Takashi, Haruka tiene razón, el abuelo se a extra limitado ya dos veces con Saeko-san y ustedes no han ofrecido las disculpas y respetos a la familia Kuga por estos actos, Haruka ha expresado su enojó y a perdonado la vida del abuelo dos veces, saben que tiene razón, puede y pudo haberlo matado y aún así no lo ha hecho pese a su molestia, por ti Rei, porque te aprecia como amiga aunque no lo diga, pero tienen que hacer algo con el abuelo, esto no se puede volver a repetir. – que cansancio y eso que aún no comenzaba con sus verdaderos deberes como reina, no se quería ni imaginar cómo sería eso cuando pasará.

- podrías haber hecho algo Michiru. – reclamó Darien llegando, pues se había quedado para distraer a los otros invitados y no se dieran cuenta de lo que pasaba.

- Haruka no le hizo caso a su madre ¿Qué te hace pensar que me haría caso a mi? – respondió con un poco de molestia hacia su hermano. – además Haruka estaba en su derecho de matarlo y tiene razón, Serena ya lo reconoció.

- Darien, Serena, lamento mucho que esto haya pasado, en su día, pero no tiene porqué empañar lo, vamos Serena, es hora de que te quites el vestido de novia y te prepares para partir a tu luna de miel. – dijo Rei con alegría, no podía hacer más, Haruka tenía razón, no lo podía negar su abuelo había obrado mal, por eso lo había mandado con su padre a casa.

- Rei tiene razón chicos, vamos Serena. – dijo Mina llegando de quien sabe dónde y sin saber que había pasado.

- de hecho, Darien y yo decidimos que no queríamos cambiarnos, así que saldré así. – respondió la rubia con una sonrisa viendo hacia su ahora esposo.

- bien, pero aún así necesitas ir por tu maleta, vamos. – dijo Ami con una sonrisa.

La rubia sonrió de regresó y se dejó guiar por sus amigas, necesitaban ese tiempo juntas, era la primera del grupo de las internas que se casaba, las cosas ya no serían igual, lo sabía; mientras el papá de Rei se tuvo que hacer cargo de su suegro, era una fortuna que Michiru haya aceptado ayudarlo llamando a un servicio de ambulancias privado para que no hicieran preguntas, le esperaba una larga noche, no tenia que ser un genio para darse cuenta que su hija estaba pensando seriamente en lo que había dicho Serena y sabía que tenía toda la razón, su suegro se había extralimitado y e ahí las consecuencias.

Las chicas ayudaron a Serena con su maleta para el viaje, cada una había llevado diferente atuendos a la casa de Michiru para que Serena pudiera elegir y estar preparada, querían que tuviera una experiencia inolvidable, después de todo, era su luna de miel, de un matrimonio que sabían de sobra era para siempre; cuando terminaron con la maleta, cada una de las chicas le dijo algunas palabras a la rubia, al final se quedó Rei, le prometió que arreglaría lo de su abuelo, le pidió que se cuidara y que disfrutar mucho de su viaje y esas tres semanas fuera de todo ese caos.

Serena salió de la habitación y bajo a la primera planta donde Darien ya esperaba por ella al pie de la escalera para hacer el recorrido juntos hasta el coche que los llevaría al hangar donde estaba el jet que los llevaría a su luna de miel; afuera sus amigos y familiares les hicieron un pasillo, dónde los aplausos, los buenos deseos y las felicitaciones no se hicieron esperar, muchos amaban a Serena y esperaban que en su matrimonio todo fuera felicidad.

Las tres semanas de la luna de miel de Darien y Serena habían sido todo un éxito los novios se habían divertido, se habían relajado y por esos días se olvidaron completamente de que debían de regresar a casa y retomar sus vidas, solo con la distinción de que Serena ahora regresaría a la casa de Darien, la que sería su casa ahora, ella ya era parte de la familia Kaiō, se sentía un poco rara pero aún así esto era lo que ella siempre había querido.

Después de la boda y la luna de miel de Serena y Darien los meses siguientes fueron pasando de manera rápida para todos, Rei había pedido las disculpas acordadas a los Kuga quienes pese a la renuencia de Haruka las habían aceptado, el abuelo de los Hino se mantuvo lejos de los Kuga y fue sancionado para que no volviera a meterse nuevamente en algo relacionado a otra familia, los preparativos para la boda de Haruka con Michiru y Natsuki con Shizuru por fin estaban listos, habían demorado un poco pero Saeko hizo su magia y todo había salido justo como las chicas lo querían; después de lo que para Haruka había sido una eternidad terminó cediendo a lo que su hermana menor quería y Natsuki había terminado casándose primero, si lo habían hecho hace un mes y las recién casadas seguían de luna de miel, como habían hecho con Serena cuando ella volvió de su luna de miel, prepararon una fiesta de bienvenida, en la mansión Kuga, el matrimonio aun no decidía dónde iban a vivir, pero el departamento de Shizuru había quedado descartado inmediatamente por la peli-azul y como Natsuki jamás se había independizado, bueno Saeko intervino y les dijo que se quedarán en la mansión Kuga mientras tomaban una decisión.

- ¿Están completamente seguros que esto es una buena idea? – cuestionó la rubia con una sonrisa burlona, pues sabía que a su hermana no le iba a hacer ni pizca de gracias que hayan hecho eso.

- a Serena le gustó mucho el detalle Haruka, no veo porque a Natsuki y a Shizuru no les agradaría. – respondía con una sonrisa Yukino, aunque no lo parecía ya era una mujer casada, se había casado con Sakura hace mes y medio.

- yo no lo digo por Shizuru, estoy segura que a mí cuñada le encantará, pero Natsuki, es otra historia. – su hermana querría llegar a estar en bóxer por toda la casa y eso se dificultaría si tenían visitas.

- no te preocupes amor, Saeko-san dijo que se encargaría de tu hermana. – respondió Michiru con una sonrisa y besando ligeramente los labios de su prometida.

- de acuerdo amor. – no podía creer que en una semana se casaría con esa mujer, habían tenido que retrasar más la boda debido a la luna de miel de su hermana, la cual se extendió hasta ahora.

El matrimonio llegó escoltados por Saeko, Kain y los padres de Shizuru, que si bien en un inicio no estaban muy de acuerdo con la boda, cuando vieron el historial de la familia Kuga, no fue difícil que cambiarán de opinión, era una fortuna que pese a los intentos del padre de Shizuru por hacerse socio de los Kuga, Kain no aceptó, no confiaba mucho en el hombre, pero en su nuera, si, así que cuando Shizuru había tomado posesión de la empresa completamente, Haruka había ido y después de felicitarla le propuso la sociedad, si bien el señor Fujino se había puesto rojo de ira, ya nada podía hacer, el había cedido la empresa y todo lo que venia a futuro era para Shizuru.

Estuvieron todos unas horas platicando, conviviendo, cuestionando a Shizuru como había estado todo y preguntando experiencias, no todos sabían que la hija de los Fujino ya había sido la mujer de la Kuga menor, hacia mucho tiempo, por suerte Shizuru era una excelente actriz y sin falta y sin una gota de sudor había respondido a todas las preguntas de la chicas, todo lo contrario de Natsuki, que en la primer pregunta había quedado más roja que un tomate maduro y en la segunda estuvo apunto de ahogarse con su bebida; cuando la tarde comenzaba estaban todos en la sala disfrutando de un té o café para otros, ahora la interrogada era Michiru, ya que su boda se aproximaba, pero en un punto de la conversación Darien había pedido la palabra.

- no vendrás ahora a darle la charla del hermano sobreprotector a Haruka o ¿Si? Porque déjame decirte que llega un poco tarde, se casan en una semana. – decía Nao con una sonrisa recibiendo un codazo de su novia Nina, peli-azul y oji-verde, Midori no había perdido la oportunidad de recalcar ese hecho a la peli-rosa.

- no, claro que no, se que mi hermanita estará en buenas manos y que estará muy bien cuidada. – Dijo el pelinegro, había aprendido bien su lección, no se debe de meter en las relaciones de los demás, al final ellos terminan arreglando sus diferencias.

- ¿Entonces? – volvió a hablar Nao ahora confundida.

- si te callaras y lo dejaras hablar, sabríamos que es lo que intenta decir Darien, araña. – replicó Natsuki con una sonrisa burlona.

- mira hachi, creo que te hace falta mano dura, Fujino-san debe de reprender te con vara o jamás vas a ser un buen hachi. – se burlaba Nao con una sonrisa, como le encantaba burlarse de Natsuki.

- ¡Ahora sí! – gritó la peli-azul levantándose para ir por Nao, no dejaría que se burlara de ella.

- siéntate Natsuki. – dijo Shizuru con su usual tono de voz tranquilo.

- si Shizuru. – Natsuki que conocía muy bien a su ahora esposa sabía que no tenía que hacerla enojar cuando usaba ese tono de voz.

- jajajajaja. – Nao no había podido evitar soltar la carcajada, ver así a Natsuki era digno de burla, la gran ice princess, dominada.

- basta Nao y siéntate de una vez para que Darien-san nos diga lo que quería decirnos antes de que lo interrumpieras. – sentenció Nina mirando a su novia, sabía que cuando ella y Natsuki se juntaban era mejor tenerlas vigiladas.

- si Nina. – fue lo único que dijo, sabía que decir algo más, Nina la reprendería después y no sería nada agradable.

- jajajajaja. – ahora fue Natsuki quien no pudo evitar lanzar la carcajada al ver así de sumisa a Nao con una chica que se notaba era más chica que ellas.

Shizuru solo necesito ver a su ahora esposa para indicarle que se callara y Nina también con una mirada le había indicado a Nao que era mejor que no abriera la boca, las dos estaban en problemas y cuando estuvieran a solas sus respectivas parejas se lo harían pagar.

- disculpa la interrupción Darien, puedes continuar por favor. – alentó Shizuru con una sonrisa que todos sabían debían interpretar como que nadie debía de volver a interrumpir.

- hai, gracias Shizuru. – al fin alguien que podía poner a Natsuki en su lugar además de Saeko-san pensó el pelinegro. – Serena y yo queremos darles una noticia que nos tiene muy emocionados. – comenzó Darien con una sonrisa mientras veía a su esposa que se puso de pie.

- estoy embarazada. – soltó sin más la rubia con una sonrisa radiante, pues aunque no era algo que habían planeado, sin duda era una hermosa noticia y no podía estar más feliz.

Los gritos por la sorpresa no se hicieron esperar, las chicas estaban más que felices, sería el primer bebé del grupo, todos se acercaron a felicitar a la feliz pareja, por la nueva incorporación a la familia, un bebé sin duda era una bendición y todos estaban muy contentos por Darien y Serena; después de las debidas felicitaciones, abrazos y algunas recomendaciones por parte de Saeko, todos comenzaron a irse, se había hecho bastante tarde sin darse cuenta y era momento dejar a la pareja recién llegadas que descansase.

- será mejor que se vayan poniendo manos a la obra ustedes también Natsuki. – soltó Saeko con una sonrisa, viendo a su hija menor y a su nuera.

- ¿Mmmm? ¿Qué quieres decir madre? – cuestionó pues no sabía a qué se refería su madre con eso.

- que quiero nietos pronto, no me estoy haciendo más joven y quiero ser capaz de cargarlos y consentirlos. – cuando fuera el turno de Haruka también se lo pediría, pero ahora Natsuki y Shizuru, eran las que estaban casadas y las que podían cumplir con su petición.

- Natsuki, quien estaba tomando un poco de cerveza en ese momento, no pudo evitar el escupir la cuando escucho eso de su madre. – pero ¿Qué dices? Mamá nos acabamos de casar, además yo… nosotras… Shizuru… – no sabía dónde meterse o que decirle a su madre sobre lo que le había dicho.

- Saeko-san, Natsuki y yo aún no hemos tenido esa conversación, si bien hablamos de que ambas queríamos tener hijos, no hemos decidido en que momento pero, tampoco nos estamos cuidando, si eso la deja más tranquila. – sabía que Natsuki no demoraría en entrar en pánico, a ella no le importaría tener a una pequeña peli-azul corriendo por todos lados con el ceño fruncido, pero no sabía que pensaba Natsuki de todo eso.

- ¡Oh! ¡Eso es fantástico hija! – respondiendo Saeko bastante emocionada por lo que había dicho su nuera, pronto, si Natsuki tenía buena puntería, tendría un nieto o una nieta.

- mamá, papá, si nos disculpan, estamos cansadas del viaje y queremos dormir un poco. – habló la peli-azul que sin duda se había quedado en shock al escuchar lo dicho por su esposa, era verdad, por sus prisas y por querer siempre estar dentro de Shizuru, ni siquiera se había acordado de usar un condón ¿Qué pasaría si Shizuru estaba embarazada? ¿Estaba bien ella con eso? Kami ¿Por qué esas cosas siempre le pasaban a ella?

Shizuru no dijo nada, solo se despidió de sus suegros y su cuñada que iba saliendo del estudio para seguir a su esposa, entendió que Natsuki necesitaba tiempo a solas con ella y poder hablar sobre los bebés, esperaba tener más tiempo con Natsuki para hablar sobre eso, pero las cosas nunca salían como se planeaban, así que solo esperaba que su cachorra no se enojara o tomara a mal lo que podía ser o no, un posible embarazo de su parte; llegaron a la habitación y Natsuki simplemente se sentó en su cama y vio a su castaña, no sabía cómo comenzar a disculparse o que decir siquiera.

- Natsuki ¿Está todo bien? – conocía muy bien a su esposa y sabía que ella no iniciaría está conversación aún cuando ella misma la había solicitado.

- ¿Estás molesta? – respondió con otra pregunta, ella estaba bien, pero quería saber cómo estaba Shizuru.

- ¿Por qué lo estaría Natsuki? Y por favor, no me respondas con otra pregunta. – ella no estaba molesta, sabía que el estar embarazada en ese momento de su matrimonio tal vez no era lo ideal, pero también era verdad que no se habían cuidado y si estaba esperando un bebé no interrumpiría el embarazo.

- puedes estar embarazada Shizuru, no me cuidé, fui muy irresponsable, se que hablamos sobre los bebés, pero… no se si este sea un buen momento para ti, estás a cargo de la empresa de tu familia y… no sé. – y de verdad que no lo sabía ¿Qué se decía en esos caso? ¿Lo siento por embarazarte?

- Natsuki, no estoy molesta y jamás lo estaría, si llegase a estar embarazada sería lo mejor que podría pasar, además de estar casada contigo claro que está, amor, debes saber que tal vez jamás haya un momento oportuno para ser madres, pero lo haremos bien, tu madre es un claro ejemplo de que se pueden hacer bien ambas cosas, ser madre y mujer de negocios, si estoy embarazada, estaré bastante emocionada y feliz, pero… ¿Tu? – tal vez Natsuki no estaba lista para ser madre ahora y por eso tenía esas dudas y estaba tan tensa.

- no me mal intérpretes amor por favor, si estás embarazada claro que estaré feliz, es solo que no hablamos de esto Shizuru y quiero que todo sea perfecto para nosotras, pero jamás pienses que no deseo ser madre junto contigo por favor. – explicó la peli-azul con una sonrisa y paciencia.

- de acuerdo ¿Entonces amabas estaremos bien si es que estoy embarazada? – tenia que cerciorarse bien antes de poder estar tranquila, con Natsuki nunca se podía estar lo suficientemente segura.

- lo estaremos amor. – respondió la peli-azul con una sonrisa y rosando los labios de su amada castaña, mentiría si dijera que no quisiera hacer el amor ahora con ella, pero de verdad estaba muerta de cansancio. – amor ¿Te molestaría si solo dormimos? Ya no puedo más.

- claro que no, creo que es lo mejor, además mañana debemos de pensar muy bien que es lo que vamos a hacer, se que no quieres que venda mi departamento porque quieres que tenga un lugar para mí y no quieres vivir ahí, así que no nos quedará más remedió que buscar una casa. – ese era otro tema a tratar y ahora que estaban con lo de los hijos sabían que era más que necesario el tener una casa, ya que la villa Kuga le pertenecía a Haruka por su derecho de nacimiento.

- tienes razón, te parece si lo revisamos mañana con nee-san, ella dijo que podía ayudarnos con eso. – jamás pensó que eso le podía pasar a ella, hablar de bebés y casas, casada con la mujer de sus sueños, vaya como cambian las cosas.

- de acuerdo, ahora vamos a dormir. – sabía de sobra que los Kuga estaban muy unidos y más su Natsuki con su hermana, después de todo no crecieron juntas y Natsuki buscaba recuperar el tiempo perdido.

Se arreglaron para dormir y después se metieron en la cama, estaban en la que era la recamara de Natsuki antes de casarse, si bien su hermana le había ofrecido vivir ahí, ella no había accedido, quería su propio lugar y Haruka merecía tener también el suyo con su familia y poder disfrutar de el, así que había declinado la oferta muy amablemente, ahora esperarían a mañana para saber que es lo que la rubia les tenía que decir sobre futuras casas.

A la mañana siguiente la familia Kuga estaba reunida en el comedor dispuesta a desayunar, Natsuki no perdió el tiempo y cuestionó a su hermana sobre lo de las casas a los que Haruka con una sonrisa le había entregado un folder con unos documentos y cuando las recién casadas lo abrieron y comenzaron a leer no lo podían creer, la rubia les regalaba la villa junto a la suya, si junto a la villa Kuga había otra de una familia muy antigua de Kioto, pero si no mal recordaban el dueño actual jamás había querido vender y ahora Haruka lo había conseguido, al principio se negaron pero la rubia les dijo que era su regalo de bodas y que de esa manera estarían cerca por cualquier cosa, así que las Kuga – Fujino no tuvieron más remedio que aceptar el regalo.

En un abrir y cerrar de ojos el gran día para Haruka y Michiru había llegado, por fin estaban a unas horas de convertirse en mujer y mujer; todo se llevaría acabo en la villa Kuga bajo la atenta mirada y supervisión de Shizuru, Saeko y Setsuna; todo estaba en su lugar y perfectamente organizando, habían sido días bastante ajetreados, corriendo de un lado a otro, por las flores, la comida, los invitados que venían de fuera que si les preguntaban a las organizadoras eso había sido lo más divertido, la cena de ensayo, pero sin duda habían logrado el resultado deseado.

Se escuchó la marcha nupcial, y todos dejaron sus conversaciones para después, viendo cómo Haruka tomaba su lugar y al dado de ella su hermana, las damas hicieron su entrada y ahí estaba ella, la novia había llegado del brazo de su hermano y no podía verse más hermosa.

Continuará…