Ladies and Gentlemen!

Lamento haberme tardado un poco en subir el capitulo pero había estado ocupada hablando con unas amigas por discord y tarde en darle el archivo a mi beta. ¡Uff! Demasiado que escribir pero me alegra que me dieran el visto bueno para que pudiera publicarlo. ¡Vamos por el tercer capítulo!

It's time to read!

It's showtime!


Aclaración: Yu-Gi-Oh! VRAINS no me pertenece. Es propiedad de Kazuki Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.

Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.


Yusaku no pudo evitar suspirar en el mismo momento que se estiraba un poco y abría los ojos con pereza para observar que la luz de sol había llegado una vez más en ese lugar a pesar de que las cortinas lo tapaba, no se podía evitar que pequeños rayos de sol pasaran por ahí.

Soltó un pequeño bostezo al volver a escuchar como su celular empezaba a sonar para indicarle que tenía otra llamada que tenía que atender. Soltó un quejido, alzo la mano para poder alcanzar el mismo en la mesa a su lado y prender la pantalla para darse cuenta que era otra llamada perdida de Dojun Kengo, había recibido unas cuantas de Ryoken e incluso de Shoichi. Eso significaba que alguien le había dicho a su compañero Hacker que ella había regresado. Decidió que después le contaría todo.

Apago la pantalla, dejando que el celular sonara y esperando a que se cansara una vez más para que al día siguiente volviera hacer lo mismo. Después regresaría a Den y volvería a sus actividades, le pagaría a Kengo todo lo que le debe por sus servicios de antes como posteriores, le contaría donde estuvoasí como las ideas y planes que tiene en mente, ahora solo quería estar lejos de todo y de todos. Siendo sincera, no tenía ganas siquiera de salir de su cama, estaba tan calientita que solo cerro sus ojos mientras se enterraba más en sus cobijas para volver a quedarse dormida o eso hubiera deseado si alguien no hubiera abierto la puerta de su cuarto, entrar a hurtadillas para meterse en sus cobijas interrumpiendo así aquellos deseos.

Se mantuvo con los ojos cerrados, concentrada en todo movimiento, en espera del ataque de aquel que había entrado de manera silenciosa perezosa al momento de sentir como la persona frente a él empezaba a soltar pequeñas risitas en el momento que tocaba sus mejillas e incluso su nariz mientras ella hacía alguna que otra mueca chistosa. Fue un ataque de cosquillas que la chica empezó para abrir los ojos y encontrarse con su hermano menor, aquellas dulces carcajadas que ambos soltaban ante aquel pequeño juego, observo con atención a Jun, sus cabellos azules completamente desordenados y aquellos ojos oscuros que solo salían pequeñas lagrimas por no poder soportar más a ese ataque de su hermana mayor, era imposible defenderse cuando atacaba todos aquellos puntos débiles. Fue el mismo menor quien detuvo a su hermana para poder mirarla con un pequeño puchero pero con aquella dichosa sonrisa en su rostro, al final, fue recibido con un buen abrazo de ella mientras pegaban sus frentes, mientras volvían a esconderse en las cobijas, mirándose con atención.

Conectando sus miradas como solo los hermanos pueden hacer, conectar todo tipo de pensamientos con solo observarse. Era de esa manera en la que podían saber así como sentir el dolor o demás sentimientos que sea capaz de inundar a alguno.

-¿Mamá te mando a despertarme?

-En parte -Hablo el niño con una pequeña sonrisa.- Dice que ya es muy tarde, pero todavía puedo ver a papá en pijama, aun cuando sabemos que se le hará tarde como siempre

-Bueno, eso es típico de él

Ambos hermanos soltaron pequeñas risitas. La chica, observo a su hermano hablar pero no lo escuchaba. Se quedó perdida en sus pensamientos.

En el momento que salió huyendo de la casa de Ryoken, solo empezó a correr sin tener un rumbo al cual ir. No importaba si se mojaba en el proceso, solo quería huir, solo quería calmar a su muy estúpido corazón, olvidar las cosas que su mayor rival pero al mismo tiempo, su mayor amor le había dicho en ese momento, cosas que eran ciertas pero ella no quería, le costaba demasiado admitirlas, le dolía demasiado que en el momento que llego al metro de la ciudad, no dudo en tomarlo, que la llevara al lugar más lejano que se le pudiera ocurrir en ese momento. Ignorando a las personas que solo le veían de mala manera por la forma tan deplorable en la que había llegado, solo hizo oídos sordos, solo se encargó de cerrar sus ojos por un momento para poder perderse una vez más en todos aquellos sentimientos. Perderse dentro de su ser, sintiendo el dolor de su pecho y evitar que las lágrimas empiecen a juntarse en sus ojos.

En el momento que llego a la última estación. Le pedían que desocupara el vagón, solo soltó un pequeño suspiro para empezar a caminar, sabiendo donde se encontraba, solo fue cuestión de empezar a caminar, con la mirada hacia el piso así como los ánimos por debajo de estos. Fue en la noche cuando sus pies se detuvieron al llegar a ese lugar que desde el momento que huyo para poder buscar la verdad de su dolor, se sintió como una desconocida al momento que se detuvo, observo con atención aquel lugar al mismo tiempo que sus padres llegaban a casa y antes de entrar, solo voltearon como si algo los hubiera llamado. Ella dudo en correr hacia los mismo para abrazarlos con todo ese cariño que había estado guardando desde el momento de su partida pero al final, solo cedió a sus sentimientos, a esos deseos que no pudo evitar desarmarse. Tanto Kazuo como Haruka solo pudieron abrir los ojos sorprendidos al ver a su hija parada frente a ellos, con unas pequeñas lágrimas en sus rostros acelerando el paso a ella aunque tiraran sus cosas,para recibir con los brazos abiertos a su pequeña hija. Besando su rostro y calentando sus manos en lo que entraban a casa. Preocupados por la forma en la que ella se encontraba pero más que nada, ofreciéndole aquello que no le iban a negar, lo que ella realmente necesitaba. Ofrecerle un baño cálido, ropa calientita y comida, la duelista no pudo evitar sonreír aunque al final, fueron las lágrimas las que ganaron al final, revelando como es que se sentía realmente. Aquel dolor que inundaba su pecho, aquella tristeza que no podía ocultar más. Sintió los brazos de su madre, las caricias a su cabeza por parte de su padre como el consuelo de su hermano menor.

Una vez que ella se encontraba tranquila, la acostaron y la acomodaron como si de una muñequita de porcelana se tratara.

Aquel beso en la frente que recibió de sus padres, las buenas noches que le decían a su niña. Fue unos minutos después cuando su hermano menor entro a su cuarto, se metió a sus cobijas para poder abrazarla mientras le decía cuanto la había extrañado, para poder soltar pequeñas risitas en la oscuridad y calentar aquellos fríos pies para así quedarse dormidos. Había tenido un poco de gripe pero nada como buenos remedios maternales como estar metida en aquellas cobijas calientitas, había sido su buen remedio para poder dejar salir todo tipo de dolor, para poder sentirse en calidez.

Eso había pasado en esos días y realmente era algo que necesitaba, algo que agradecía.

La chica sonrió en el momento que su hermano menor se levantó de la cama mientras le decía que mamá estaba preparando el desayuno. Ella solo asintió, observando cómo este salía de su cuarto. Al final, Yusaku se estiro no puedo evitar observar su cuarto, todos esos años que se mantuvo lejos, su madre limpio su cuarto, hasta el último rincón, dejando todas las cosas en su lugar, como la última vez que ella estuvo en su cuarto, hacía mucho tiempo que no veía aquellos peluches o esa ropa que no le queda. Los libros que guardaba en secreto para poder aprender el lenguaje de las computadoras aunque al final comprendió que todo fue gracias a Ai que pudo comprender aquel mundo. Su antiguo deck, aquella antigua vida donde se la pasaba encerrada, teniendo miedo de las burlas, de salir siquiera de su casa. Movió su cabeza de un lado a otro para poder olvidar aquellos malos momentos, ahora ya no era necesario regresar a eso cuando ahora tenía una mejor vida. No pudo evitar sonreír, desde hace tiempo que no regresaba a casa que se sentía tan hogareño que solo se levantó con un poco más, para librarse un poco de la pereza mientras se ponía sus pantuflas y caminaba hasta la ventana para abrir las cortinas y que los rayos de sol entraran a la misma.

Bajo las escaleras para ir a la cocina, encontró a su padre leyendo algo en la tableta, a su hermano viendo la televisión, a su madre cocinando mientras un pequeño robot de limpieza se encargaba de aspirar la sala.

Fue un ambiente cálido que hace tiempo que no sentía, que la mayor parte se la paso sonriendo y soltando pequeñas risitas discretas para que la leche no se le saliera por la nariz. Las pequeñas peleas con su padre para quitarle parte de su desayuno, los regaños de su madre que terminaban por pequeñas risas. Escuchando a su hermano contarle como iba en la escuela, como sus padres estaban en el trabajo. Todo se sentía tan bien, tan especial que no pudo evitar imaginarse aquel escenario junto con Ryoken y Aiko. Como él sonreiría, como ella se contagiaría de las risas de su pequeña para darle de comer. Aquellas guerras infantiles, aquellos lindos momentos que ella decidió perderse. Suspiro un poco triste mientras prestaba atención a cada una de esas palabras. Pero fue su madre quien se dio cuenta de su estado. Con una mirada, le pidió a su esposo que empezara a prepararse para el trabajo, Jun solo se levantó para irse a la escuela en la cocinaquedaron ellas dos que empezaron a levantar todo de la mesa.

-¿Te encuentras bien, cariño? -Un pequeño silencio se formó en el mismo momento que vio cómo su hija asentía.- Ni papá ni yo te hemos presionado para que nos digas la razón de tu visita pero no podemos evitar preocuparnos -Se acercó a su hija para poder acariciar su mejilla con ternura, observando como ella cerraba sus ojos ante ese tacto.- ¿Está todo bien? Supongo que visitaste a Ryoken y Aiko pero ¿Por qué no estás feliz por ello? ¿Qué fue lo que paso?

Yusaku suspiro, dejo los platos a un lado para mirar a su madre con aquellos ojos tristes.

-Aiko no me reconoció como su madre -Fue lo que dijo con tristeza.- Ryoken tenía tanto miedo de mostrarle una imagen mía que no pensó siquiera en cómo me sentiría en el momento que regresaría, no pensó siquiera en mis sentimientos -Un pequeño dolor a su oreja fue lo que sintió, su madre le había dado un pequeño jalón, no pudo evitar enojarse un poco.- ¿Qué te sucede?

-¿Y tú pensaste en los sentimientos de Ryoken en el momento que preferiste irte? -Dijo Haruka con dureza, observo aquellos ojos esmeraldas de su hija, los abría con temor que solo desvió la mirada. Ella solo suspiro.- ¿Pensaste realmente en él? En ese dolor que sintió, por no haber confiado en él, por solo irte sin siquiera avisar donde, incluso nosotros no pudimos evitar preocuparnos pero también sabíamos que ibas a regresar, siempre lo eres, incluso tu confiaste en Ryoken cuando este se fue -Haruka sonrió, tomo la mano de su hija.- Pero piensa en el dolor de él, piensa en que le iba a decir a tu pequeña, por favor cariño, no cuentes verdades a la mitad, sé que hay algo más que no nos estás diciendo pero por favor, confía, deja tu orgullo a un lado y confía como todo este tiempo ellos lo hacen contigo

-Mamá -Su voz tembló.- Esto no es algo de lo que se puede decir a la ligera

-¿A que le tienes miedo, mi querida Yusa?

Un pequeño silencio se formó. Yusaku miraba todo a su alrededor pero al final, soltó un pequeño suspiro, no la miro, solo empezó hablar.

-A que el futuro llegue aún más pronto de lo que puedo imaginar -Tembló un poco.- A que no pueda ser capaz de controlarlo y solo abandonarlos como siempre lo hago, decepcionarlos ocasionando más daño del que quiero evitar

Haruka abrazo a su hija, le dio pequeñas palmadas en la espalda.

-El futuro es algo de lo que nunca podremos controlar, el destino no se puede controlar -Hablo con suavidad.- Pero si algo de lo que podemos cambiar es cuando hay confianza, cuando hay fuerza así como deseos por querer hacerlo -Separo a su hija despacio, quitando aquellas lágrimas de los ojos esmeraldas de su hija que eran tan parecido a los suyos que no pudo evitar sonreír.- Cuando hay lazos, cuando hay algo importante dentro de uno que nos motiva a seguir, es cuando se puede cambiar -Sonrió, beso la frente de su hija, se separó con cuidado.- Nunca nos decepcionarías, siempre nos has dado orgullo, siempre has sido nuestro héroe sin capa que siempre estará ahí para nosotros, siempre llegaras en el momento indicado -Yusaku soltó una pequeña risita, sintiendo como volvían a pegar sus frentes.- Ahora, deja de cargar tanto peso en tus hombros y confía en la fuerza de todos, confía en nosotros, confía en Ryoken para poder decir aquella verdad, hazlo hija mía que todos te prestaremos nuestra fuerza

Más quejidos y lágrimas se escucharon en ese momento por parte de la chica. Abrazando con fuerza a su madre. Haruka solo sonrió y miro a su esposo como a su hijo que solo se asomaron por la entrada de la cocina. Después de unos minutos en lo que se pasaron consolando a la chica que la misma pudo soltar pequeñas risitas ante algunos comentarios que estaban soltando. Al final, al sentir como sus hombros se encontraban más tranquilos y ver a sus padres como a su hermano a su lado, no pudo evitar sonreír.

No pudo evitar saber algo.

-¿Ustedes estarán bien si me voy? -Pregunto con un poco de temor.

-Lo estaremos, siempre lo hemos estado, qué más quisiera que te quedaras a nuestro lado pero dos personas más que necesitan más que nosotros -Haruka sonrió.- Ahora, ve con tu familia, ve donde perteneces con Ryoken y con Aiko, vuelve a brillar una vez más, Playmaker

La chica soltó una pequeña risita, sintió como su hermano entraba y le abrazaba, como su padre entraba a la cocina y acariciaba su cabeza para darle aquella seguridad de que estaría bien.

Sí, todo estaría bien. Siempre tuvo la respuesta ella misma.

-Ok mamá -Hablo la chica.- Iré a donde pertenezco, donde Ryoken y Aiko me esperan, es donde debo de estar

.o.

-Al fin en casa

En el momento que llego a casa, no pudo evitar dejarse caer a su cama un tanto cansado para poder mover sus brazos un tanto adolorido, estaba seguro que unos bonitos moretones aparecerían. El entrenamiento había sido demasiado duro pero si quería entrar a la competencia nacional, tenía que dar ese último esfuerzo aunque sus brazos empezaran a doler y sentía que ya no aguantaba sus piernas. Pero nada como un buen descanso, sabía que al día siguiente podría levantarse sin tener dolor alguno, al final en cuenta, ya estaba acostumbrado a todo ello gracias a su abuelo, realmente le agradecía por haberlo preparado para momentos como esos. Soltó un bostezo y un quejido al momento de escuchar la voz de su abuela que le decía que el baño ya se encontraba listo pero que no se tardara en llevar al cuarto de baño. Soltó un pequeño suspiro en el momento que volvió a levantarse su cama y quitarse aquellos lentes de su rostro, tallarse un poco los ojos y revolver un poco su cabello. Bostezo un poco en el momento que pudo alzar su mano para cubrir su boca.

Una vez que aquella flojera desapareció, no dudo en mirar con atención su cuarto. Desde el momento que regreso de Den, se encargó de darle un poco más de vida, sacar aquellas cosas que se mantenían guardadas y permitiendo que el polvo las cubriera. Algunas cosas para poder deshacerse de ellas y otras más para mostrarlos como hermosos trofeos. Aquellas fotografías que había guardado de sus padres, todo apuntaba que ahora, no podía parar de sonreír en el momento que ve a sus difuntos padres y lo orgulloso que era capaz de sentirse porque es así como sus padres y sus abuelos se sentían por él.

Pero, había algo más en aquella habitación. No dudo en levantarse y mirar aquel disco de duelos que estaba sobre su escritorio. Una sonrisa triste apareció en él, toco el centro de aquello pero se dio cuenta que nunca más volvería. Era difícil pero se esforzaba por seguir, se esforzaba por ser como él, como Flame. A pesar del corto tiempo que paso con él, sentía que él siempre fue algo de él, algo que siempre intento buscar pero al no saber que era, era imposible buscar y encontrarlo. Aquellos momentos que paso a su lado, fueron realmente acogedores que podía llegar a sentir que sus padres estuvieron a su lado todo ese tiempo aunque en realidad, se trataba de ese otro lado suyo que aprendió del mismo para poder sobrevivir, para poder estar solo aunque seguía sin gustarle, sabía que no estaría solo nunca más. No volvería a sufrir al tratar de olvidar todo su pasado, ahora tenía oportunidades nuevas de vivir.

Soltó un pesado suspiro.

De vez en cuando entraba a Vrains solo para estar en contacto en aquel mundo virtual de la que tanto temió pero que ahora adora y más cuando esta Kiku a su lado, a pesar de las negativas de la chica, pudo lograr convencerla en no solo entrar en el mundo virtual, si no, que también tuviera algunos duelos, que lograra armarse un deck y poder experimentar lo que tanto le gustaba, aún era un tanto primeriza pero avanzaba tanto con aquel deck de plantas que está logrando construir. Pero desde el momento que Playmaker dejo de aparecer por la misma, Soulburner ya no aparece tanto en la red. Se dio cuenta que no era el único que se sentía de esa manera, un tanto desilusionado, sin ánimos de entrar a la red, duelistas como Blue Maiden, Go Onizuka y entre otros, ya no entraban tanto al mismo mundo. Ya no se sentía de la misma manera, todos estaban siguiendo su camino, todos estaban decidiendo que hacer con sus vidas, al igual que todo ese tiempo, él lo estuvo pensando por mucho tiempo.

Tal vez porque hacía falta aquella chica que fue con todo y contra todo, aquella de la que no se sabe nada. Aunque podía comprenderla, aquel dolor que sintió cuando destruyo a Ai, la manera de poder regresar. Era comprensible. Movió su cabeza de un lado a otro. Todos sufrían y se esforzaban a su manera. Él también podía hacerlo.

Solo, solo le gustaría poder estar al lado de la duelista más fuerte una vez más.

-¡Takeru! -Escucho el grito de su abuela.- ¡El baño se va a enfriar!

-¡Ya voy!

-¡Qué el abuelo también quiere darse una ducha!

Soltó un pequeño suspiro antes de dejar el disco de duelos en su lugar y empezar a sacar las cosas de su armario para poder entrar a la regadera. Una vez con su ropa de cambio en sus manos, solo miro por última vez su cuarto para cerrar la puerta tras de sí para poder escuchar las quejas de su abuela y como este empezaba a disculparse.

Sin siquiera poder ver o escuchar el pequeño pitido de su disco de duelos.

Una notificación había llegado. La pantalla del centro se ilumino y un mensaje apareció. El nombre de Playmaker apareció con la palabra "urgencia" en medio del mensaje que no vio.

.o.

¿Qué era más fácil hacer?

¿Seguir al usuario de Revolver o a ese militar?

Siendo sincero, no le gustaría seguir a ninguno de los dos por lo peligrosos que puede ser pero bajo las órdenes de aquel que se conoce como King, no tenía de otra más que seguir sus órdenes si quería que lo dejaran de molestar. Desde el momento que lo contactaron, no ha tenido de otra más que seguir aquellas órdenes, era bastante molesto que en muchas ocasiones casi lo atrapan pero nunca sabe cómo es que se sale con las suyas, nadie le debería de preguntar cómo es que por un pelo de rana calva era que se salvaba. Había sido por culpa de ese hombre que tuvo que aplicar un programa que le habían pasado para poder filtrar los nombres de algunos usuarios duelistas, aunque solo fuera del nombre del usuario de Revolver quien pudo sacar información pero pudo lograr algo aunque tuvo que recibir algunos regaños y advertencias de que tenía que hacer un buen trabajo a la próxima pero al menos espera que en esta misión, la pudiera hacer bien para que al fin lo pudieran dejar ir, lo dejaran de molestar y amenazar como solo personas como ellos saben.

Por el bien de su vida, realmente pensaba que seguir al usuario de Revolver iba a ser lo más seguro antes de seguir a ese militar que cargaba pistolas y le puede disparar en cualquier momento para que le quitara la misma. La verdad, el temía demasiado de su vida que solo se confió en seguir a ese joven de cabello blanco un tanto alejado , quien salía temprano de su trabajo al menos fingir que se encontraba bastante enfermo como para irse a casa. Claro, eso para aquel hombre de nombre Furukawa Makoto era bastante difícil. Estaba cansado porque el joven caminaba demasiado y entraba a distintas tiendas donde compraba terminando con bastantes bolsas entre sus manos. Por más que lo observaba no podía comprender siquiera por qué un joven como él, amable, sonriente y tranquilo, podía ser un duelista tan despiadado como Revolver. Muchos escondían sus verdaderos sentimientos entrando a Vrains, eso fue lo que recordó en ese momento. Toda la red como las personas en la vida real, tenían entendido que la pareja de Revolver resulta ser Playmaker, aquella heroína que todo ese tiempo salió con el villano que trataba de destruir la red. Aún era difícil de creer pero con ese tiempo que paso, realmente se acostumbraron a esas noticias, aunque claro, había personas como los antiguos directivos de SOL que solo querían destruirlos. Algo totalmente ilógico pero ante el descubrimiento, había algunos que no los dejaban en paz. Y ahora, este hombre realmente lo necesitaba.

-Mientras estés bajo nuestra mano, harás todo lo que queramos -Fueron aquellas palabras que escucho del otro lado del teléfono para poder acceder a sus condiciones.- Así que no menciones nada de nuestro contacto contigo a nadie, ni siquiera al estúpido de tu director, si sigues nuestras instrucciones, tu familia estará a salvo

-¿Puedo tener su palabra?

-Solo trabaja y me asegurare de que tengan una buena vida

Había sido por culpa de aquellos estúpidos directivos que lo buscaron y le amenazaron, no solo a él, también a su familia. ¿Qué otra cosa podía hacer? Más que ser ese perro faldero con tal de mantener todos a salvo, era lo único que tenía que hacer, solo seguir unas ordenes más y podría irse lo más lejos de ellos. Soltó un pesado suspiro para poder recordar cuál era su misión.

Quería saber cuál era la verdadera identidad de la chica más buscada. En todo ese año que aquella heroína se mantuvo alejada del mundo virtual, realmente lo quería saber.

Más sin embargo, a los lugares en los que se dirigía, era imposible encontrar alguna pista que lo llevara a ella, como se supondría, solo se encontraba desaparecida después de que en la fábrica de SOLtis se encontraran tantos con un diseño en particular. Con aquel misterioso Ignis que se le fue retirado el centro de mando de su cuello, aquello que lo diferencia de humano y máquina. El empleado de SOL no pudo evitar suspirar en el momento que Kogami Ryoken se detuvo a ese puesto ambulante de comida chatarra donde se pudo apreciar que hablaba normalmente con aquel cocinero y aquel pequeño ayudante que a leguas se veía que era su hermano. Al fin, un respiro para esas nada jóvenes rodillas, podía acercarse y escuchar, realmente podía hacerlo aunque también, empezaba a tener un poco de hambre. Quería hacer ambas cosas si es que la cuchilla de su cuello no hubiera aparecido junto con unos brazos que lo tomaron con fuerza del brazo prácticamente inmovilizándolo en la oscuridad del callejón en el que se había metido.

Trago un poco grueso.

-No voltees o no me hago responsable de lo que pueda hacer

Una voz femenina escucho a sus espaldas, estaba tentado a voltear a sus espaldas pero prefirió no hacerlo. Soltó un pequeño quejido que provoco que mirara frente a él, como aquel joven de cabellos blancos conversaba con aquellas personas.

-¿Quieres dinero? Puedes tenerlo -Dudo un poco el hombre.- Pero no me hagas daño, solo sigo ordenes

-¿Por qué sigues a ese hombre? ¿De quién sigues ordenes?

No iba a contestar cuando volvió a sentir más fuerza aplicada a su brazo.

-¡Por los antiguos directivos de SOL! Ese joven es el usuario de Revolver -Grito adolorido.- Me pidieron que lo siguiera para poder encontrar a alguien para poder salvar a mi familia

-¿A quién buscas?

-Al usuario de Playmaker -Lloraba el hombre nervioso.- Ella es la única que esconde lo que King necesita, lo juro, solo quiero encontrar a esa duelista, solo soy un peón, por favor, no me hagas daño

Un pequeño silencio se formó, tanto que el hombre pensó que podría voltear a sus espaldas pero fue otro agarre a su brazo lo que siguió mirando frente a él. Pronto, aquel agarre en su brazo se fue pero aquella filosa arma seguía en su cuello.

-¿Cuál es tu nombre?

-Furukawa Makoto -Dudo un poco, sudo frio.- Por favor, te digo la verdad, King solo quiere saber lo que Playmaker sabe de aquello que encontraron

-Encárgate de decirle a King que no vuelva a ordenar que vayas detrás de ese joven o se las verá conmigo -Hablo aquella voz femenina con más dureza.- Y dile que Playmaker ha regresado a Vrains y sea lo que se encuentre detrás de aquella puerta, no le pertenece, me encargare personalmente de que ese bastardo, no te haga daño

Un pequeño silencio se formó, donde ese hombre solo cerro sus ojos por el miedo. El hombre volteo a sus espaldas un tanto nervioso y abrió los ojos sorprendido, subió su mano a su cuello pero no vio sangre pero ni siquiera de había dado cuenta que aquella que le había atrapado, se había esfumado. Esperen un segundo. ¿Playmaker? ¿Ella era Playmaker? Un gran escalofrió apareció en su cuerpo que no dudo en empezar a correr en sentido contrario que solo llego en la esquina para poder desmayarse.

Shoichi, Jin y Ryoken no dudaron en alzar su rostro cuando escucharon el alboroto de que un hombre se había desmayado y como otros pedían que llamaran a servicios médicos. Aunque realmente, eso no fue lo que también miraron. De entre toda aquella multitud, se encontraba aquella joven duelista que caminaba dirección a ellos mientras se quitaba el gorro de su chamarra para que la pudieran observar. Los tres abrieron los ojos sorprendidos mientras detenían lo que estaban haciendo, Shoichi no dudo en mirar como Ryoken se levantaba de su mesa y caminaba algunos pasos adelante, como Jin miraba a su hermano, después a Kogami y una última vez a su amiga de ojos esmeraldas. Apreciaron cuando la misma llego a ellos, solo los miro, aquella mirada sería tan típica de ella. Un pequeño suspiro mientras sonreía mientras subía sus manos a su cadera.

-Tenemos que hablar


¡Muchas gracias por leer!

Bueno, bueno, bueno. ¿Qué es lo que pasara de ahora en adelante? Estoy planeando que esta historia sea larga y espero que pueda hacerlo. Por eso tengo ayuda por primera vez de mi beta que está especializada en escribir series largas. ¡No los voy a decepcionar!

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Por cada comentario el escritor desvelado tendrá una gran sonrisa en su rostro y más energías al seguir escribiendo.

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¡Nos vemos a la próxima!


Atte.: AnZuZu Dragneel

Fecha: Domingo 16 de agosto de 2020