Ladies and Gentlemen!
Lamento tardar mucho en actualizar, esto de buscar trabajo, no ha sido nada fácil y yo sin tener mucha experiencia, pues es muy complicado. Pero aquí estaré por un rato más así que, no sé librarán de mi tan fácilmente. ¡Esta historia no se acaba hasta que se acaba!
En la primera parte de este capítulo, vamos a retroceder un poco en el tiempo para poder conocer la historia de un personaje en particular y las razones de su vida. ¿Puede adivinar a qué personaje me refiero? Pues espero que lo lean porque será muy importante. Será la parte relevante que dará inicio al final del arco de esta cuarta temporada.
It's time to read!
It's showtime!
Aclaración: Yu-Gi-Oh! VRAINS no me pertenece. Es propiedad de Kazuki Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.
Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.
-¡Estúpido mocoso! ¡Maldito bastardo! ¡Nunca debí arruinar mi cuerpo solo por tenerte y cumplir los caprichos de ese maldito hijo de perra! -Aquellos gritos furiosos que se escuchaban en aquel lugar tan sucio y mal oliente, el aroma a comida echada a perder como de alcohol. Ni siquiera, nadie era capaz de detenerse a escuchar aquellas maldiciones, solo se encargaba de cerrar sus pequeños ojitos jade ante aquellos golpes.- ¡Nunca debí escuchar a ese maldito bastardo que me daría dinero por ti! ¡Arruinaste mi vida!
Se encogió un poco al sentir como habían lanzado algo y en el proceso de chocar con la pared, este se rompió y pequeños fragmentos de vidrio fueron a caer a él, algunas gotas de sangre empezaron aparecer de sus pequeños brazos. Pero no le importo porque si sabía que se quejaba o empezaba a llorar, las cosas podrían empeorar y no quería vivir eso, al menos no otra vez. Eran aquellos golpes de todos los días, en todo momento, si solo hacia un poco de ruido o incluso, si respiraba o se movía, le iba mal. Pensaba en ese momento que tal vez, no debía de existir, hubiera muerto y así su madre se podría ir con las personas que quiere pero no, ahí estaba sufriendo de las injusticias de la vida que tuvo que aprender de su joven vida. Prefería cerrar los ojos y no mostrar debilidad, prefería que ella se desquitara con él y una vez que esta se encontrara cansada para dejarlo a un lado e irse con alguien más a su cuarto y poder divertirse con ese nuevo señor que llegaba a casa, es cuando se podía ir corriendo a un lugar seguro, donde nadie podía encontrarlo para poder encogerse, abrazarse y soltar aquellas amargas lagrimas de sus pequeños ojos color jade.
Soltar alguna que otra maldición que aprendió de su madre y prepararse para lo que viniera después. No importaba si su cuerpo temblaba un poco por el frio que estaba sintiendo en ese momento, solo cerraba sus pequeños ojos y soñaba con escapar de aquel lugar donde nadie lo quería, donde si se iba o desapareciera, nadie se preocuparía, nadie lloraría por él. Deseaba en ese momento, con todas sus fuerzas, que llegaría aquel señor que se supone, es su padre y se lo llevaría muy lejos de aquel lugar. Soñaba con aquel hombre que lo salvaría de su miseria, así podría ser feliz. ¿Por qué aun no había llegado por él? Era un misterio.
¿Por qué era que le pasaba eso?
¡Claro!
Podía recordarlo, eran aquellas mismas palabras que su madre nunca le dejaba de repetir cuando sus miradas chocaban y los golpes empezaban.
-Todo es mi culpa por ser el hijo bastardo que nadie quiso -Susurro.- Todo siempre será por mi culpa ¿No es así?
Esa era su vida desde que tiene uso de razón. Muchas veces había querido irse pero ¿Con quién se iría cuando ni siquiera sabe cómo es su padre? ¿A dónde podría ir cuando ni siquiera es capaz de saber cómo es el mundo exterior? Toda su vida ha estado encerrado en aquel lugar que en el momento que se asoma por las ventanas, no puede evitar sentir un poco de miedo por lo que se puede encontrar afuera, solo sentía aquella calidez de los pequeños rayos de sol que eran capaces de sentir, era lo único que le otorgaba vida. No tiene otro lugar al que puede decir hogar. Aunque hay días en los que no tiene nada que comer, ni siquiera agua donde poder bañarse, era agradecido al respecto de tener un techo donde poder dormir.
¿Cuál era su nombre?
Había veces en las que ni siquiera era capaz de recordar su nombre, incluso llego a pensar que su madre ni siquiera le puso un nombre con tantos insultos que era capaz de escuchar y memorizar. Pensaba que su nombre era "Hijo bastardo" en lugar de aquel que leyó en algún lugar hace algunos años.
-Tetsuya -Susurro el pequeño niño, a penas y con las revistas que se encuentran en su casa, había aprendido a leer y hablar. Escribía su nombre para seguir recordando lo que era.- Mi nombre solo es Tetsuya
Cubrió sus oídos al escuchar aquellos desagradables sonidos que se escuchaban en aquel lugar, le daba tanto asco que solo quería ignorar pero era imposible cuando los mismos subían de intensidad. Contenía aquellos gritos furiosos, incluso removía aun más su sucio cabello rojo para poder olvidar el lugar donde se encontraba.
Así era su vida.
¿Cómo fue que el pequeño e indefenso niño Tetsuya se convirtió en el adulto tan horrible que es ahora?
Fue aquella misma curiosidad que es capaz de mover a un niño cuando este crece.
Aquella ternura, aquella inocencia de querer saber un poco más sobre su padre, sobre lo que se encontraba en el exterior. Era imposible que la horrible mujer que tiene como madre, lo quisiera detener en aquel lugar como su propia celda como su tumba. En aquellos días, cuando su madre había salido a una cita y Tetsuya se encargaba de buscar algo de comida en el refrigerador, se dio cuenta que la puerta del cuarto de su madre, se encontraba abierta. Mirando a todos lados y caminando con cuidado, es que ingreso a la misma para poder tirarse al colchón y sentir por primera vez, que tenía algo suave debajo de su cuerpo. Aunque apestaba pero era más cómodo que aquellas mantas y cartón en la que estuvo siempre acostumbrado. Miro a todos lados hasta que hubo algo más que llamaba su atención. La foto de un hombre, era diferente a todos los hombres que había llevado su madre así que fue aquella misma alegría de saber que ese hombre era el que creía que era su padre. Miro algunas fotografías más, incluso leyó aquellas cartas en la que el hombre le prometía una jugosa cantidad de dinero por el pequeño niño.
Incluso, llego a leer el nombre de su padre en todos esos documentos.
-Nakadachi Ryuto -Susurro con alegría.- Es mi papá
Claro que no dudo en entristecerse, era un simple juguete, era solo una cosa con la que se puede sacar dinero. Cuando escucho ruido, salió lo más rápido de aquella habitación para no ser visto y corrió a su lugar seguro con aquella fotografía en sus pequeñas manos. La adrenalina que corría por su cuerpo, no podía evitar sentir un poco de emoción, que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro por primera vez que simplemente, durmió logrando ignorar aquellos desagradables sonidos y abrazando a su pecho aquella imagen.
Fueron unos años después, cuando armado de valor y valentía pudo escapar de casa, caminando con cuidado por aquellas calles oscuras y viendo a cada señor que se encontraba en su camino. Claro que no pudo evitar maravillarse por aquello que sus ojos veían. ¿Tan hermoso se veía aquella ciudad? ¿Realmente se había perdido de aquel hermoso escenario? Los cielos eran azules, el sol era brillante. Los arboles eran verdes y las risas como el buen ánimo, se podía escuchar en cualquier lugar. Las personas no eran infelices, las personas podían sonreír. Camino tranquilo por aquellos lugares que sentía, nada le iba a pasar hasta que sin que se diera cuenta, es que choco con una persona y cayó al piso con rudeza. Al momento de alzar la vista, se encontró con un hombre elegante, de traje negro impecable, fue imposible para el pequeño niño, no reconocer a ese hombre que sus pequeños ojitos jade brillaron de la emoción. Era él. Aquellos ojos dorados, aquel cabello negro. Se levanto emocionado porque al fin había encontrado a su padre.
-¿Pero que hace este niño aquí? -Hablo el hombre con repugnancia, empujando un poco al menor para poder pasar a su destino.- ¿Puedes irte mocoso, no necesito a más decepciones en mi empresa?
-¡Papá!
-¿Papá? Creo que estas confundido mocoso -El hombre soltó una carcajada, saco de su billetera un par de billetes y se los lanzo.- Yo no tengo hijos, ten, antes de que me arrepienta
Tetsuya observo como el hombre se subía a un carro y se alejaba de ahí. Aquella decepción que se quedo en el rostro del menor, fue lo único que le quedo.
¿Por qué no lo habrá reconocido su padre? No lo sabía.
¿Por qué lo había mirado de esa manera? Sentía como su corazón se rompía pero también pensó que había una explicación, su padre nunca lo había visto, es muy probable que no lo conozca. Se quito aquellas pequeñas lágrimas que empezaban a salir de sus ojos para poder decidir algo mejor. Se encargaría de que así lo reconociera.
Pero.
¿Realmente lo logro?
No todo era como podía llegar a soñar. Solo miraba a lo lejos a su padre, como siempre entraba apurado a la empresa donde trabajaba y aquellas personas que estaban bajo su mando, obedecían sus órdenes. Eso era admirable pero no era lo que quería. Solo quería un padre, solo quería a alguien que le brindara una mano pero en lugar de eso, solo le pusieron el pie para caerse en el lodo y que sea mirado con aquel desprecio. Más sin embargo, decidió no regresar a casa con su madre, no quería estar en ese lugar, simplemente quería estar al lado de su padre para poder convencerlo de que él era ese "hijo bastardo" del que su madre todo ese tiempo le llamo.
Todo su destino cambiaria en el momento que abrió los ojos y se encontró en una extraña habitación. Aquellas paredes blancas y él, sentado en una pequeña silla. Miraba un tanto asustado a su alrededor pero lo que más le alegro, fue aquella comida que se encontraba frente a él. ¿Cómo es que había llegado a ese lugar? Se había quedado dormido como todas las noches a un lado de aquella empresa pero no podía recordar que había pasado en el momento que alguien le puso una manta oscura en su cabeza. Pero de algún modo, sentía que no tenía que temer. Gustoso, empezó a comer, fue en ese momento que las puertas se abrieron y su padre entro a verlo, claro que se quedo con los ojos abiertos ante aquella sorpresa.
-Tetsuya -Murmuro el hombre con voz grave.- Entonces eres ese hijo de la mujer que todo este tiempo quiso chantajearme -Lanzo aquellos papeles donde venia la información del niño y los lanzo al piso, el menor solo se encogió en su lugar.- ¿Sabías que tu madre quería dinero a cambio de ti?
-Lo sé -El niño escupió molesto.- Solo soy un objeto, leí todas las cartas que le mandaste a ella
-Al igual que todos los niños en este mundo, solo eres un objeto que nadie quiere cuando lleguen las situaciones malas -El hombre alzo los hombros desinteresado, saco un cigarrillo de su caja y lo encendió para aspirar el desagradable aroma.- No vengo a encariñarme contigo, lo que menos quiero, es a un hijo que ni siquiera es mío cuando quien sabe con cuantos hombres se ha acostado esa mujer y estoy seguro que tú mismo la has escuchado -Soltó aquel humo.- Como has dicho, eres un objeto que me servirá hasta que me canse de ti y te deseche a la basura ¿Has entendido?
-¿Por qué me hablas de esa manera? -Hablo Tetsuya con tristeza.- Todo este tiempo te estuve buscando al que era mi padre
-Pero yo no lo hacía, yo nunca desee un hijo -Dijo con rudeza.- Solo mantenía a esa mujer y a su estúpido hijo, lejos de mí porque no quiero ningún escándalo ahora que tengo el poder de una poderosa empresa -Soltó una pequeña risita.- No los necesito y nunca lo hare pero ahora que has llamado demasiado la atención de las personas como la mía, te enseñare todo lo que tienes que hacer para obedecerme, eso era lo que querías ¿No es así? Te enseñare que mis órdenes son absolutas y si no quieres obedecerme, te enseñare una peor crueldad que tu madre te enseño -Tiro el cigarrillo en el piso y lo piso para apagarlo.- La verdadera crueldad de este mundo
-Si, Nakadachi-san
-Para ti, no soy Nakadachi Ryuto -Tomo al niño de la fuerza por el brazo para que le mirara con atención. Aquel miedo que se instalo en los ojos del menor, fue suficiente para saber que se había metido en la boca del lobo al sentir aquellos ojos amarillos brillar.- Soy… -Como si fuera un pitido lo que escucho en ese momento para evitar escuchar aquel nombre que mucho después, comprendería el porqué.- Así te dirigirás a mí a partir de este momento
Un lobo que lo devoraba y acababa con su vida poco a poco. Desde ese momento, es que lo puso a trabajar, para que pudiera ganar su comida o seguir viviendo en ese techo, en un lugar realmente peor que donde vivía con su madre. Aquellos golpes que había recibido toda su vida de aquella mujer, no era nada con lo que hacía su supuesto padre. Simplemente se ponía a soñar con que regresaba al lado de ella, era lo único que quería ahora que descubriera que tan malo podía llegar a ser su vida. Aquella educación que recibió, fue demasiado estricta, la manera en la que tuvo que aprender de mala manera sobre los duelos, fue demasiado para él que siempre estaba tan cansado, sus huesos dolían, todo su cuerpo presentaba más marcas de lo que pudo imaginar mientras aquella mirada tan intensa de Ryuto, le ordenaba que aun podía levantarse y si no podía presentar buenos resultados, es que este solía enojarse más con él y pagaba las consecuencias, aun puede recordar aquella marca en su espalda, el ardor y las lagrimas que soltó en ese momento.
Aquella crueldad que se fue instalando en él para que tiempo después, empezara olvidar lo que era estar vivo, lo que era tener aquella humanidad. Ya no le importaba, solo lo dejaba ser, sus ojos se secaron, el dolor era normal. Aprendió todo lo que King deseaba. Incluso, ser aquella marioneta que tanto deseaba tener.
¿Para qué le enseñaba la crueldad que era el mundo?
Después se descubriría la verdad cuando fue llevado a esas instalaciones donde cambiaria su vida.
Caminaba seguro de sí mismo en el momento que fue presentado a Kogami Kiyoshi, él, como Tetsuya Kaiou, nuevo nombre que se le había dado por orden de King para no mezclarlo con él y levantar más sospechas que se pudieran generar en la empresa al ser visto con ese niño a su lado, no dudo en mirar sorprendido aquellos monitores, observando como aquellos niños eran torturados, los gritos que se lograban escuchar. ¿Para qué estaba en ese lugar? La rudeza en la que eran lanzados al piso, como aquel brillo de la vida se marchaba de sus inocentes ojos, aquellas lágrimas, aquel sudor, aquel miedo y aquel dolor que se podía apreciar en esos niños. Se quedo paralizado, en silencio, incluso pudo sentir que temblaba un poco pero fue aquella fuerte mano de King en su espalda lo que lo hizo regresar.
-Tetsuya aprenderá, Kiyoshi -Afirmaba Ryuto, el niño solo hizo una pequeña reverencia al escuchar su nombre.- Aprenderá lo que significa ser el elegido, de tener todo el control en sus manos, no hay mejor opción que él -Una sonrisa orgullosa apareció en el rostro de aquel hombre.- Le he enseñado lo que tiene que hacer, teniendo a Tetsuya de nuestro lado, podremos asegurar un futuro brillante en manos de SOL
Pero en el momento que Tetsuya y Kiyoshi chocaron sus miradas, fue aquello que vio y que no le gusto al líder de la investigación Lost. Soltó un pesado suspiro, con un pequeño gesto, es que les ordeno a sus colegas a desaparecer. Una vez que solo quedaron ellos tres en la habitación, Kiyoshi camino a los monitores donde varios códigos de diferente color, aparecían.
-No lo hare Ryuto -Menciono Kiyoshi, puso sus manos detrás de su espalda.- No es apto para tomar el control en sus jóvenes manos -Volvió a dar un vistazo a sus espaldas.- Lo que veo en este joven, no es lo que estoy buscando, quiero esperanza, quiero prosperidad pero no a alguien que es capaz de manipular a su antojo y llevar a la raza humana a su colapso
-¿Por qué no lo es? -Escupió molesto, soltó una carcajada.-Teníamos un acuerdo, me diste tu palabra de que me ayudarías a preservar el poder en SOL en el momento que finalizáramos este proyecto ¡Dios! ¡Hasta te estoy ayudando con los niños que tú mismo secuestraste! La policía ha iniciado sus investigaciones pero por mi influencia, es que ellos no están ahora mismo tratando de quitarte a tu hijo por las atrocidades que has hecho -Señalo al niño a su lado, este solo se encogió ante tanto grito de su padre, escuchando aquellos gritos de esos niños, aquellas escenas que fueron imposibles de borrar de su cabeza.- Me dijiste que necesitabas alguien que pudiera tener todo bajo control, que le entregaríamos un poder a un niño para que decidiera el futuro de la humanidad, te traje al niño, ahora debes pasar todos los derechos del programa Ignis a este mocoso y no discutiré más contigo, Kiyoshi
-Te dije que necesitaba a un niño apto para esto, alguien que estuviera listo, con un noble corazón y con la cabeza fría para poder tomar las decisiones correctas para poder tomar el control del recipiente que será necesario para la creación del Ignis definitivo ¡Necesito a un líder! No a alguien que nos llevara a la extinción solo por tus estúpidos caprichos -Kiyoshi volvió a encararlo, aquellos ojos amarillos que brillaban de molestia como ese seño que se marcaba en su rostro, la pelea de mirada de ambos hombres, era capaz de sentir aquel ambiente tan tenso.- ¿Crees que no me estoy lamentando de estos niños? ¡Ryuto! Tengo un hijo al que amo y que haría lo que fuera para protegerlo ¡Saber que secuestre a seis niños me hace sentir demasiado mal! Si algo así le pasara a mi hijo, me volvería loco así que no me digas como hacer mi trabajo cuando tú no pudiste enseñarle el bien a este niño -Escupió molesto.- Esta discusión se termina aquí Ryuto, tengo trabajo que hacer y una decisión importante que tomar
-¡Kiyoshi!
Pero este solo decidió marcharse, ignorando aquellos gritos que soltaba Ryuto. Claro que Tetsuya no llego a imaginar que gracias a eso, sería tratado peor que en el momento que vio un pequeño niño de ojos celestes mirarle desde un punto alejado de toda aquella conversación mientras miraba aquellos monitores y en especifico en uno de una niña de cabellos azules. Podía decir que eran unos cuantos años menores que él, ella aun se veía bastante pequeña y ni que decir de ese niño que lo tenía todo. Rechisto molesto en el momento que vio a Kogami Kiyoshi caminar al niño y abrazarle con cariño, darle una suave caricia a su cabello blanco y hablarle como todo padre es capaz de hablar con su único hijo.
Antes de salir de aquellas instalaciones, pudo escuchar aquella conversación que Kiyoshi tuvo con una de sus asistentes.
-Ese niño -Murmuro Kiyoshi.- Su mirada, sus ojos, no es bondad lo que se encuentra ahí, era algo malo de lo que probablemente, me hubiera arrepentido después
-¿Qué hará?
-Aun si tenga que utilizar a mi propio hijo para poder velar por la humanidad y proteger este proyecto -Soltó un suspiro.- Utilizare a mi propio hijo para ser el líder que guiara la esperanza de Zero
¿Por qué todo lo tenía ese niño y él no tenía nada?
No lograba comprenderlo y eso realmente le molesto.
Fue en ese momento que prometería que tomaría todo lo que hiciera felices a las personas, lo tomaría solo para él, sin importar el daño que haga, sin importar a las personas que lastime y que las lleve a su perdición, así fue como a él le enseñaron, les mostraría a todos la crueldad y la manipulación de la misma. Se encargaría de sumir a más personas, de destruirlas si era necesario para poder cumplir con los deseos de su padre, para poder sentirse amado por el mismo aunque sabía que en algún momento del futuro, este ya no le serviría de nada, sabía cómo deshacerse de su padre con sus propias manos, para hacerle pagar cada una de aquellas humillaciones que recibió en su infancia.
Alfil. Fue aquel nombre código que recibió cuando entro a trabajar a SOL. Obedeciendo las ordenes de Ryuto, no le importaba si le llamaran "perro" solo era un apodo que estaría utilizando por el momento, para poder atacar a sus víctimas y utilizarlas como peones, incluso si se trataba de utilizar a Queen y dejarla en aquel estado para probar el virus que King había creado y que él había mejorado para una sola persona. Fujiki Yusaku, aquella que contiene la fuerza suficiente para destruir a sus enemigos como la que contiene la información que necesita para terminar con todas esas órdenes. Teniendo a la persona que le ayudaría a seguir con su nuevo propósito es que ahora, era capaz de observar como lo perdía en un rápido instante. Rechistaba molesto mientras era detenido por el duelista de fuego y dejaba escapar el primero de todos sus planes.
Mientras la persona que tenía todo, volvía a quitarle lo que por derecho, le pertenece.
.o.
-¡No corra por los pasillos, por favor!
-¡Señor, espere!
Pero a Ryoken, no le importo aquella advertencia que una vez más le habían lanzado las enfermeras con las que se encontraba en su camino, aunque sentía que el aire le faltaba, solo quería seguir corriendo, poco le importaba sentir como sus piernas le punzaban como que le quemaban los pulmones, eso era lo de menos. Se encargaba de evadir a los enfermos como a las camillas que ahí se encontraban, incluso a los de seguridad que intentaban detenerlo pero no era fácil. Lo único que quería hacer, era ver con sus propios ojos que realmente había pasado algo. Incluso podía escuchar a lo lejos la voz de Homura Takeru como de Kusanagi Shoichi y Kusanagi Jin que se disculpaban con aquellas personas por el alboroto que estaban formando.
Aquella desesperación, aquella adrenalina que no dudo en mostrar porque lo único que quería hacer, era ver aquella persona que tanto amaba. ¿Estaba profundamente loco y enamorado de ella? Claro que lo estaba, sentía que no podía vivir sin la misma. Ese amor que apareció y se transformo en algo más, Ryoken quería llegar a ese algo más en su vida, perder a la razón de la misma, no era lo que tenía planeado.
Un gran camino tuvo que recorrer para poder llegar a ese lugar, incluso cuando simplemente salió de aquella cabina para dar aviso de que tenían que apurarse y llegar donde ella se encontraba, se dio cuenta que Shoichi ya estaba manejando el camión para poder dirigirse al hospital, solo un pequeño suspiro y mejor se sentó en la parte trasera en lo que dejaba de estar mareado. Aunque en el momento que miro a su lado, se dio cuenta que tanto Takeru como Jin estaban ahí a su lado para poder estar con él. Todos estaban nerviosos, todos estaban tan ansiosos por lo que estaba por ocurrir.
Querían creer y ver con sus propios ojos que habían hecho las cosas correctas, que ella podría abrir los ojos terminando con aquellas angustias.
¿Qué era lo que había pasado?
Aquellos pequeños pixeles que volaron por el cielo, fueron aquellos pequeños escombros que cayeron y en el momento de tocar aquella línea del límite de la ciudad, es que estos desaparecieron para ser llevados por las tormenta de datos que se pudieran encontrar en ese momento, más de aquellos destrozos siguieron bajando hasta desintegrarse, todo lo que provocado Comedor de Estrellas. Los cielos de Vrains dejaron de estar oscuros, aquellas curiosas nubes oscuras habían desaparecido para mostrar aquel brillo de la ciudad virtual. La tempestad había terminado y los valientes que se quedaron adentro de la red, no pudieron evitar sonreír de que al fin pudieron terminar con la maldad que se encontraba.
Más arriba se podía llegar a encontrar a Revolver en su D-board que cargaba en sus brazos a un delgado cuerpo femenino que dejaba caer aquellos largos cabellos azules con gracia. No dudo en soltar un gran suspiro de alivio y acercarla un poco más a su cuerpo, escondiendo el rostro de la misma entre su cuello, dándole aquella seguridad de que no la volvería a soltar, nunca más. Se encargo de separarla un poco de sí para poder darle un pequeño beso en la frente de la chica, provocando que la misma se removiera un poco y entre tanto parpadeo, es que al fin abrió aquellos ojos esmeraldas, pudo apreciar de los mismos, como regresara aquel hermoso brillo que era tan común en ella. La escucho soltar una pequeña risita y restregar su mejilla en el pecho masculino del duelista.
-Revolver -Susurro.- Me alegra que seas tú -Soltó un pequeño suspiro.- Perdón yo no…
-No es tu culpa, no eras tú - Murmuro con suavidad para interrumpir a lo que la chica iba a mencionar, con su mejilla es que le dio una suave caricia a su cabello, la escucho soltar una pequeña risita pero era aquella muestra de cariño que tanto le gustaba.- Después hablaremos de esto, es momento que descanses un poco -Sonrió en el momento que sus ojos chocaron, ella se acurruco un poco más entre sus brazos, entre aquel cálido cuerpo.- Es momento de que regreses a casa
-Al fin
Unknown soltó un pequeño suspiro y sus ojos volvieron a cerrarse con suavidad para caer inconsciente una vez más, sabía que no tenía nada de qué preocuparse, lo único que tenían que hacer, era regresar sus datos a la duelista para que ella pudiera despertar. Ya no tenían nada de que temer cuando estaba con las personas correctas. No había daño, no era aquella temible oscuridad, era aquella luz y aquellos colores tan vivos que la estaban acompañando para regresar a casa que la duelista no dudo en soltar pequeñas lagrimas, aquellas lagrimas de agradecimiento de que la rescataran de aquella oscuridad. El líder de Hanoi solo sonrió para empezar a subir poco a poco en su D-board, teniendo cuidado de no soltarla. Podía sentir su corazón golpear con desesperación su pecho pero ahora que podía tomar un poco más de aire, podía tranquilizarse un poco. Al fin estaba entre sus brazos.
Miro de reojo aquel rostro desesperado de Alfil bajo aquella mascara que se encargaba de cubrir parte de su rostro, que había sido detenido por Soulburner que incluso, Revolver no pudo evitar soltar una carcajada burlona y dirigir aquella filosa mirada a ese hombre, aquella advertencia como aquel reto que le lanzo de que si se atrevía hacer algún movimiento, esta vez no tendría compasión. El duelista de fuego, no pudo evitar sonreír y seguir a Revolver para terminar con aquella pesadilla, mientras él se encontraba con ellos, se encargaría de que nadie interrumpa aquella paz. Observo cómo sus demás compañeros se encontraban tranquilos mientras se encargaban de informar, mediante Pandor, que tenían a la duelista con ellos, obviamente se tenían que apurar pero ya no era tan arriesgado como estar entre las garras de King.
Aunque no todo había terminado.
Aun había muchas cosas por terminar.
-¡Revolver! -Gritaba Alfil desesperado. El líder de Hanoi se detuvo y miro a sus espaldas a esa pieza de King, Soulburner se puso a la defensiva en caso de que quisiera hacer algún movimiento más.- Tú padre no te dijo la verdad y lo sabes, no quieres reconocerlo porque tienes ese pensamiento de que tú padre era buena persona ¡Pero no es así! -Su rostro se desfiguraba, se podían escuchar gritos salir de su disco de duelos, gritos que Alfil prefería ignorar.- ¡Nunca fue capaz de mostrarte su verdadera cara! Había alguien más en aquel experimento del caso Lost pero tú padre vio en los ojos de aquel hijo bastardo que no era el ideal para poder tomar aquel gran poder entre sus manos –Tomo un poco de aire mientras soltaba algunas carcajadas.- Decidió tomar a su propio hijo como una rata de laboratorio antes de otorgarle a alguien más, aquella fuerza que sería capaz de controlar al mundo pero nunca te dijo la verdad, había alguien más
-¿Por qué decías que ella te pertenece? -Hablo Revolver con molestia.- ¿A qué te refieres?
-Una mujer así, nunca se deja escapar y más cuando es capaz de esconder algo que ni siquiera ella es capaz de saberlo -Alfil subió su mano y señalo su cabeza.- Fuimos capaces de encontrar que escondía algo más en todos estos análisis, puede que ganaste esta vez líder de Hanoi pero no dudes que regresare por ella, cuando menos te lo esperes, estaré a su lado para volver a sumirla en aquella oscuridad de la que ella y aquel ser nacieron -Escupió molesto mientras daba media vuelta, un agujero negro se había formado en sus espaldas, se detuvo un poco y los miro por última vez.- Ella debió pertenecerme desde un principio, ella debió ser mía y no tuya, así las cosas hubieran sido diferentes y tú no podrías estar en mi camino
Y fue que este desapareció, quizá para evitar ser atrapados por las tantas personas que fueron a su ubicación.
Revolver miro a Soulburner, el duelista de fuego solo alzo los hombros. Lo dejarían ir por esta vez. Ahora, solo tenían que reunir sus datos con su cuerpo real para evitar que la misma tenga secuelas bastante graves, lo que menos querían, era hacerla sufrir más de lo que ya estaba. Fue de esa manera en la que todos regresaron, en la que una vez que Pandor pudo tomar por completo sus datos, la misma se encargaría de unirlos con su cuerpo.
Es por eso que Revolver, decidió que no quería esperar más, se desconecto para ir al lado de su mujer.
Aso y Gerome se encontraban sentados en aquellos sillones que la habitación tenía, mientras soltaban un pesado suspiro y tomaban un poco del café de sus vasos, movían su cuello de un lado a otro ante aquel cansancio que los había consumido por aquellas horas difíciles pero en el momento que sus miradas chocharon, ambos hombres no pudieron evitar sonreír y chocar sus vasos ante aquel buen trabajo que realizaron. Estaban esperando a que Revolver llegara, un mensaje les había llegado de que estaba a punto de llegar y como lo conocían a la perfección, sabía que no lo detendrían para estar al lado de la persona que tanto ama. En el momento que obtuvieron aquellos datos, solo era tarea de Taki de regresarlos a donde pertenece, estaban cerca de ese lugar por si las dudas, por si pasaba algo más pero estaban más que seguros que nada malo iba a pasar cuando las cosas se hicieron bien junto con aquella parte del programa que les habían mandado por mensaje. Aun existía aquella duda de quién pudo haberles salvado el trasero.
En el momento que Pandor ingreso a la habitación como aquella pequeña IA del disco de duelos de la chica para restaurar lo que había sido robado, es que se pudo escuchar en la habitación aquel gran respiro por parte de la duelista, pequeñas y curiosas lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas que empezaba a murmurar con voz baja, algunas palabras que no lograron entender. Las manos de la chica se movían un poco temblorosas. Un tanto alertados, miraron los monitores pero dejaron de asustarse cuando vieron que todo estaba bien. Se registraba actividad cerebral normal como sus signos vitales se encontraban mejor que nunca. Incluso, aquel monitoreo del Link Sense, se encontraba tranquilo, sus niveles eran tan bajos que no podía representar ningún problema.
Los tres caballeros de Hanoi no pudieron evitar sonreír orgullosos de su trabajo.
Cuando Kogami Ryoken llego al piso donde se encontraba la chica, no dudo en abrir con rapidez y rudeza la puerta del cuarto. Un gran destello le deslumbro un poco que tuvo que cerrar los ojos por un momento, sus cabellos blancos se movían con aquel viento que se sentía en aquella habitación. Tuvo que volver abrir los ojos para encontrarse con Gerome, Aso y Taki mirando a su dirección ante aquel escándalo que se había formado. Pero había algo más que llamo su atención, contuvo la respiración en el momento que la vio, aquel momento que se le hizo tan eterno, sentía como si el tiempo pasara demasiado lento. Sentada en aquella cama gracias al apoyo de algunas almohadas, con las sabanas cubriendo sus piernas y su vista completamente fija por las cortinas blancas que se movían de aquella ventana abierta. Aquellos cortos cabellos azules que se movían con suavidad. Fue en ese eterno momento cuando ella volteo para verlo.
Ojos esmeraldas contra ojos azules. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Fujiki Yusaku que a los ojos del líder de Hanoi, le pareció tan especial como único. Podía sentir que hacía años que no veía aquella radiante sonrisa cuando en realidad, fueron algunas semanas que no la veía de esa manera. Aquella palidez de su cuerpo como lo delgada que se encontraba, sentía que era frágil, que en el momento que la tocara, esta desvanecería. Tenía miedo incluso de acercarse, sentía que terminaría por arruinar las cosas de nuevo y provocaría que ella decidiera alejarse. Sus piernas no dejaban de temblar, había tantos sentimientos encontrados que no sabía cómo ordenarlos, por primera vez, se podía apreciar aquella duda en sus ojos.
-Ryoken -Murmuro tan despacio y con aquella suavidad que no parecía ser de ella.
Fue ese impulso que necesitaba para olvidar aquellos miedos, aquellos prejuicios. Ser valiente y poder romper la distancia.
Pequeñas lágrimas bajaron de los ojos del nombrado que como todo niño pequeño, se quito las mismas con su antebrazo antes de correr a la cama de ella y abrazarla con fuerza mientras soltaba aquellos gritos que todo ese tiempo había estado guardando. Se sentía como un pequeño niño, se sentía de esa manera que dolía demasiado, nunca creyó sentir que había perdido a alguien más desde lo que paso cuando su padre murió, desde el momento que se entero que su madre decidió irse en lugar de voltear atrás y regresar por él. Sentir a Yusaku en sus brazos, era lo mejor que pudo sentir. La abrazo con fuerza, pegando a la misma a su pecho, siguiendo con aquellos llantos, con aquellos lamentos, con aquel dolor que tenía que sacar.
Yusaku al verse rodeaba por el cuerpo del líder de Hanoi, no pudo evitar sonreír y después, soltar una pequeña risita antes de levantar con mucho cuidado sus brazos, aun se sentía débil y cansada pero era ese pequeño esfuerzo extra que hizo para poder abrazar a ese delgado cuerpo que se aferraba al suyo como si su vida dependiera de ella. Aspiro aquella fragancia masculina que nunca se cansaría de sentirla. Cerró los ojos despacio para dejarse llevar por aquellos sentimientos, pequeñas lágrimas aparecieron en ese momento, pequeños suspiros salieron de ella al sentir que las cosas terminaron, al menos por el momento.
-Bienvenida -Susurro Ryoken.- Yusaku
-Ya estoy en casa, Ryoken
Ambos soltaron pequeñas risitas antes de separarse y pegar sus frentes, encerrándose en aquella burbuja donde solo existían ellos dos.
Tanto Takeru como Jin y Shoichi, que apenas habían llegado a la habitación, no pudieron evitar soltar todo ese aire de la carrera y mirar aquella escena, algunas enfermeras soltaron un pequeño suspiro y solo los dejaron ser, de vez en cuando tenían a familiares tan impulsivos que eran capaces de correr un largo camino solo por las personas que quieren. Para los recién llegados, ver a su amiga despierta y con bien, era lo único que importaba. Se miraron para chocar sus puños como hacer una pequeña reverencia en agradecimiento a los caballeros de Hanoi que estuvieron ayudando en los momentos críticos. Todos habían trabajado en conjunto para poder ver a la chica que les ayudo tanto, para poder regresarle un poco de aquel agradecimiento, para hacerle mostrar que puede seguir confiando en ellos.
Aunque aun había cosas que tenían que arreglar y aun existía aquella pequeña duda en Taki por lo que vio y que sin duda les comentaría para saber un poco más del asunto, por el momento, solo dejarían a la pareja estar junta. Se lo merecían después de todo ese tiempo estando alejados.
.o.
Soltó otro bufido mientras golpeaba la pared con sus manos desnudas. Caminaba de un lado a otro como un león enjaulado, incluso, se había desesperado de golpear constantemente el piso con su zapato. Estaba cansado de esperar que aquella pesada mirada que le dirigía a la asistente de él, la empezaba asustar y no le importaba causar aquella impresión. Ante el fallo de su plan y al tener que huir ante la cantidad de policías que arrestaron a parte de su equipo, inmediatamente había sido llamado por King. Torre y Caballo le habían mandado un mensaje que sinceramente, no quiso leer, estaba más que esperada, su traición de ellos al contarle a King lo que había causado por culpa de sus ambiciones. Cuando menos se espero, un auto esperaba por él para poder llevarlo con su "jefe" y era de esta manera en la que se encontraba en ese momento.
Una vez que se escucho un pequeño pitido, la asistente se levanto rápidamente para poder abrir la puerta principal y así Tetsuya pasara por ese lugar. Aunque tuvo que esquivar un objeto que se iba a dirigir a él y que en el proceso de chocar con la pared, es que se rompió.
Un pequeño ardor sintió en su mejilla, simplemente paso su pulgar y ver unas cuantas gotas de sangre. Miro de mala manera al causante de eso.
-¿Pero en que mierda pensaste, Tetsuya? -Gritaba enojado King, cuando se encontraba de esa manera, lo llamaba por su nombre.- ¡Ya lo teníamos gracias a esa duelista y lo dejaste ir! -Escupió molesto mientras se dejaba caer en su silla.- Quieres decirme ¿Qué fue lo que pensaste al querer enfrentarte al líder de Hanoi y un aliado de Playmaker? Te dije que el virus sería inestable pero aun así, te arriesgaste y perdimos nuestra oportunidad por tu culpa
-Yo también me alegro de volver a verte, padre
¡Muchas gracias por leer!
Y pensar que solo cree a Tetsuya Kaiou como un personaje más, sin duda se está convirtiendo en el villano de esta temporada. Sin duda, es un buen personaje central que no duda de sus movimientos, que seduce con palabras y que no dudará en atacar cuando la venganza lo domine. Hasta el momento, Tetsuya está siendo mi personaje favorito. ¿Cual es su personaje favorito de esta cuarta temporada? Por favor dejen su mensaje, los estaré leyendo.
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¡Nos vemos a la próxima!
Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Domingo 22 de Mayo de 2022
