Ladies and Gentlemen!
¡Apareció el desaparecido! Realmente, realmente, me disculpo por haberme desaparecido. No les había dicho, pero había sufrido depresión en todo este tiempo. Fue tan fuerte esta vez que se me quitaron las ganas de escribir. Literal, llevo mucho tiempo sin escribir pero nunca dejaba de pensar en aquellas historias pendientes, de vez en cuando escribía una idea de lo que podía tratar el siguiente capitulo. Realmente fue una etapa muy difícil pero aquí estoy, superando la misma poco a poco. Regresando a mis actividades y haciendo lo que más me gusta hacer. Espero que disfruten de este capitulo.
It's time to read!
It's showtime!
Aclaración: Yu-Gi-Oh! VRAINS no me pertenece. Es propiedad de Kazuki Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.
Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.
Dojun Kengo tuvo que aplicarse un poco de loción y empezar a sacudirse la ropa para tratar de alejar aquel aroma del cigarro que tuvo que desechar en ese momento en el cenicero que se encontraba arriba del bote de la basura.
¿Porque lo hacía?
Porque al asomarse a la ventana abierta del auto, se dio cuenta que la pequeña Kogami Aiko estaba cansada de estar sentada en el asiento trasero y estaba tan inquieta por no ver a sus padres que, de seguro, en cualquier momento iba a empezar a llorar por los mismos. Así que, sin tener opción alguna, Kengo la saco del auto en brazos y camino con ella para llegar al barandal donde era capaz de apreciar tanto la ciudad como el mar. Escuchar atentamente las olas de mar que rompían en las rocas, ese curioso sonido de las aves volando en lo más alto del cielo como el suave viento que refrescaba su ser.
Una vez más, el adulto suspiro y bajo su vista para ver a esa pequeña niña que había dejado de moverse inquieta para mirar frente a ella. Su pequeña boca abierta mientras suaves risitas salían de la misma, verla alzar sus pequeñas manos mientras se despedía de todas las aves que pasaban cerca de ellos. Aquel corto cabello que danzaba junto con el aire, Kengo sonrío una última vez, lo podía entender bien con solo ver pero esa niña, era realmente especial.
Podía apreciarlo en aquellos ojos turquesa, el dulce brillo de los ojos de la pequeña niña que no pudo evitar soltar risas con ternura mientras, él con suavidad, quitaba aquellos traviesos cabellos de su rostro. La menor, al sentir aquel toque, alzo su pequeña cabecita para ver al adulto. Kengo creyó que en ese momento, la pequeña iba a llorar ante un toque desconocido, pocas veces, se había encargado de cargar a la menor, no sabía porque pero era el primero al que alzaba sus pequeñas manos para ser alzada frente a muchos ojos pero esta vez, no fue diferente, Aiko tomó su mano con fuerza y una gran sonrisa apareció en ella.
El hacker no pudo evitar sonreír con ella.
-Tu sonrisa -Murmuró.- Es la misma que la de tu madre
-¡Ken, Ken! -Grito la pequeña Aiko como si tratase de mencionar su nombre.
-¿Qué sucede pequeña Aiko? -Pregunto Kengo con suavidad.
No pudo evitar prestar atención a esos balbuceos como a cortas palabras que se le lograba entender de la pequeña niña. Señalaba a todo lo que se movía y él se encargaba de decir el nombre de cada cosa para que ella lo pudiera repetir. Era una niña bastante inteligente pues trataba de imitarlo muy bien.
Había visto muchas veces aquella sonrisa sincera de Fujiki Yusaku.
En esas veces que ella burlaba el sistema de seguridad de su casa y tomaba su cocina sin permiso, la había observado por ese tiempo que prácticamente estuvieron viendo bajo el mismo techo. La escuchaba tararear, incluso soltar suaves risas que después iban subiendo de tono, pero lo que más le sorprendía, eran aquellas sonrisas sinceras que de vez en cuando se le escapaban. Aunque la mayoría podía llegar a ser un tanto nostálgicas, era una sonrisa sincera, una sonrisa única como lo es la duelista. Ella es una persona normal, como él, como todos. Ella se esfuerza día con día como el mundo entero. Es lo único que ella deseaba ser, solo una persona normal pero lo que le hizo el destino a su corta edad, fue lo que la arruino para siempre. Tal vez lo que ella sintió en ese momento, fue como si alguien le dijera cuál sería su cruel destino del que no podría escapar. Fue aquel evento el que cambio su vida.
Nunca podría ser normal.
No cuando muchos están detrás de ella.
No cuando aún hay personas malas que la quieren como un trofeo, que la quieren ver caer. Que quieren destrozar aquella sonrisa y romper a la persona que se encuentra detrás de la máscara de Playmaker.
Fujiki Yusaku tuvo que cerrar su corazón y aprender a ser fuerte, tuvo que perder muchas cosas al mismo tiempo que empezaba a guardar odio y rencor por el mundo entero, todo con tal de evitar que le hicieran más daño. Pero a pesar de que podía llegar a odiar al mundo, era imposible que ella se convirtiera en la villana de esa historia, era más fuerte su sentido de justicia como aquella sed de hacer lo correcto y salvar a las personas que incluso no lo merecen. Claro, tampoco podía olvidar la venganza que quería cumplir, pero aquello, fue un sentimiento que decidió dejar a un lado. Era aquel peso de su pasado el que se obligó a cargar en sus hombros y que le hace recordar que nunca volverá a ser alguien normal pero que al menos, puede hacer algo más para cambiar el futuro de alguien.
Lo vio en ese momento en que todos llegaron a su auxilio. Cuando Tetsuya Kaiou atrapo sus datos y la convirtió en su títere que se dedicaba a destruir y asustar todo Vrains. Todos ellos no pudieron evitar preocuparse por la misma que actuaron inmediatamente para su rescate, brindarle aquella misma mano que los salvo en el pasado, era momento de ser la salvación de Yusaku en el ahora. Demostrarle que a pesar de que se pueda encontrar a personas malas, siempre podrá confiar en aquellas personas que salvo.
Demostrarle que puede volver a confiar.
Lo supo en ese momento, ella era mucho más fuerte e inteligente de lo que aparentaba. Analizaba todo con mucho cuidado, podía meterse en peligro, pero siempre estaría pensando en varios caminos para poder salirse con la suya, era demasiado fuerte, aunque ella a veces no lo creyera. Era aquello lo que llamó la atención del mundo.
Cuando Kogami Ryoken llegó primero al salvarle la vida cuando solo eran unos pequeños niños y años después se volvieron a encontrar siendo solo ellos dos, fuera del mundo virtual y con sentimientos de por medio en una guerra peligrosa. Pero a pesar de saber las consecuencias de sus actos, era imposible no notar ese gran amor y tierno cariño que tienen por el otro, claro, cuidar en ese momento el producto de aquel amor, la pequeña Aiko, el reflejo de ambos padres, solo deseaba que la menor tuviera una mejor vida que la que tuvieron todos ellos. Después, cuando llegaron los hermanos Kusanagi y le brindaron un hogar cuando la chica llego a Den City. Su mejor amigo, Homura Takeru que la cuidaba como si se tratase de su perro guardián. Los hermanos Zaizen que le tienen bastante cariño por lo que ha hecho por ellos, su propia hermana Emma que no deja de elogiarla y muchas personas más que empezaron a caminar a su lado con aquella desinteresada ayuda que siempre brinda, incluso él. Dojun Kengo nunca llegó a imaginarse que se vería envuelto en todo esto. Siempre era el que presenciaba, pero nunca el que participaba. Porque en el momento que se involucró, aquel Ignis de Luz que fingía ser débil, lo humillo y utilizo su información a su antojo para lastimar a muchas personas.
Incluso logro que la mayoría de Ignis, aquellas IA's de libre albedrio, decidieran luchar a su lado, aunque todo termino en tragedia, fue la única que pensó de una manera diferente aun cuando creían que no iba a ser posible.
Aunque eso era el pasado. El ahora era muy diferente.
Fue Fujiki Yusaku la que le brindo una mano cuando ya se encontraba aburrido. Fue ella quien le pidió ayuda y estar preparados a lo que próximamente se enfrentarían. Fue ella quien de alguna manera lo salvo y le ayudo a cambiar su forma de ser, su forma de pensar.
Nunca creyó que viviría demasiadas cosas por solo tomar su mano en ese momento. Lo puede admitir en ese momento, al principio, solo la seguía por la suma de dinero que ella le estaba pagando, pues eran sus servicios los que ella había solicitado pero ahora, todo era diferente. Ahora que conocía la otra cara de la moneda y después de involucrarse cada vez más con ellos. No podía creer que ahora se encargaba de cuidar a la pequeña hija de los duelistas más fuertes de Vrains.
Kengo no pudo evitar soltar una gran carcajada. Adonde lo había llevado la vida.
Ahora seguía a Fujiki Yusaku porque quería y porque así lo deseaba. Quería ver hasta donde era capaz de llegar la chica y su grupo de amigos. Quería estar presente en el futuro que ella sería capaz de crear con las decisiones que se tomaran a partir de ese momento.
Quería ver a Playmaker brillar en los duelos una vez más cuando alguien necesite de su ayuda. Quería ver a Fujiki Yusaku guiar a las personas.
Porque aquello, era lo que hacía un verdadero líder. Ayudar y guiar.
Tal vez, llegados a ese punto, podía comprender porque era tan preciosa para todos.
Muy pocas veces, se podía apreciar una duelista tan fuerte e inteligente como ella. Eran pocos los duelistas que se podían encontrar en la historia de la humanidad y podía jurar que ella, era uno de los tantos que se encontrarían en los libros del futuro.
Aunque ahora a lo que se enfrentaban, era al destino mismo.
¿Cómo derrotar a un enemigo que era imposible ver y tocar?
Aquello, parecía una maldición. No importaba el camino que se decidiera tomar, de todas formas, la chica iba a morir. Aunque nadie lo quería y ni siquiera pensaban en ello, era un hecho que no se podía negar.
Ya sea. En manos de la persona que más ama o en las manos de la persona que más odia.
Quizá, era su castigo por todo lo que ha hecho hasta ese momento. Quizá era la forma en que debía pagar después de escapar todo ese tiempo.
Aunque quizá, era algo que le obligaban hacer.
No lo sabía. Por más que analizaba la información y llevaba ya varios días en vela para estar preparado en todo. Se había encontrado con la cruel realidad de que no podía hacer más. Pero eso no lo desanimaba, al contrario, sentía que era algo que tenía que hacer. No por nada, la chica pidió primero su ayuda antes que todos los demás. Sentía que podía hacer más por ella, no tenía por qué rendirse rápido.
Ahora que llego a involucrarse en esta nueva guerra, se encargaría de que todo salga bien, que todos puedan regresar sanos y salvos a sus casas, pero sobre todo, que ella pueda seguir viviendo.
-Pequeña Aiko -Llamo a la menor, ella inmediatamente alzo su pequeño rostro para mirarlo.- ¿Puedes prometerme una cosa? -Sonrió Dojun antes de bajar su rostro y darle un suave beso en su frente.- Vive, deseo de todo corazón que tú vida sea aún mejor que la de estos desastrosos adultos a tu alrededor, vive una vida que tus padres no pudieron vivir, pues ellos sin dudar, te entregaran ese amor que a ellos tanto les hizo falta, si vives una vida feliz, te prometo que yo siempre estaré a tu lado, seré ese aliado que nunca te traicionara y del que siempre podrás confiar aun cuando te encargues de hacer travesuras, ¿Puedes prometerme esto?
La pequeña Aiko aun sin poder entender estas palabras. Solo asintió.
Kengo, satisfecho, poso su mano en la pequeña cabeza de Aiko, la pequeña soltó suaves risitas ante aquella caricia. Volvió a mirar al horizonte, donde en unas horas, los jóvenes se deberían de marchar en el barco para enfrentarse a la que probablemente será, su última pelea.
.o.
Ryoken tuvo que parpadear varias veces en ese momento al mismo tiempo que sus mejillas se pintaban de rojo. Tuvo que desviar su rostro unos momentos o sentía que no iba a resistir el ataque que estaba sintiendo en su pecho. Miro de reojo a la chica que hacia un leve puchero aun con la cajita y los dos anillos en su regazo. Yusaku estaba en la espera de aquella respuesta.
Claro, en primera.
¿Cómo fue que la chica tuvo tiempo para planear todo esto?
Claro, todo el mundo se encontraba hecho un lio porque decidieron desaparecer al mismo tiempo, así que ahora eran las personas más buscadas de la ciudad y el corto tiempo que ellos tenían, era lo justo para poder enfrentarse a sus rivales y poder llegar a la puerta antes de todos. Ella que había planeado todo desde un principio, era la que se encontraba más ocupada vigilando y ordenando a los demás que hacer.
En segunda.
¿Cómo fue que no se dio cuenta de sus intenciones cuando le pidió que solo ellos dos salieran por un momento de la mansión?
Claro, ahora podía comprender por qué Dojun Kengo los había llevado y el por qué se encargaba de cuidar a su pequeña niña. Pero que esta vez fuera algo más serio lo que traía entre manos, no sabía cómo procesar la información.
Y en tercera.
Tenía que contestar o tal vez podían llegar a tener un mal entendido.
-¿Desde hace cuando lo planeaste? -Pregunto Ryoken curioso.
-Desde hace unas semanas -Confeso Yusaku.- Siendo sincera, quería que esta fuera una confesión tranquila pero con los sucesos de los últimos días -Suspiro.- Siento que me estoy apresurando, quizá debí esperarme un poco más, creo que fue un poco egoísta de mi parte pedirte algo tan serio como esto
-Me sorprendió mucho -Sin saber en qué momento, Ryoken se acercó a su lado para posar su mano en la mejilla de la chica.- ¿Sabes lo que esto significa? Que serás parte de la familia que tanto te lastimo en el pasado, tengo miedo de que mi historia con mis padres se vuelvan a repetir con nosotros -Negó levemente.- Y es algo que no me gustaría para Aiko, no quisiera que se repita mi vida en ella
-Lo siento -Se disculpo Yusaku.- Al final, fui como tu madre, me fui de tu lado dejando a una pequeña niña atrás, ni siquiera pude mirar atrás o me iba arrepentir de la decisión que iba a tomar en ese momento pero esta vez, fue diferente -Fue momento de ella posar ambas manos en las mejillas de Ryoken. Mirarlo con ese cariño, con ese amor que nunca ha desaparecido. El usuario de Revolver, quedo embelesado en aquellos ojos esmeraldas.- Yo si regrese a tu lado, regrese para estar contigo y con Aiko, regrese para arreglar este desorden y al final, tener una vida tranquila al lado de mi familia, al lado de las personas que amo, regrese para disculparme de todas las estupideces que he hecho, regrese para quedarme -Se acerco con cuidado para besar su frente.- No serás como tu padre, eres diferente porque decidiste hacer lo correcto hace años y pudiste dar palabras de valentía a esa pequeña niña que lloraba desconsolada en aquel experimento, fue en ese momento que dejaste de ser como él, cambiaste tu futuro en ese entonces y sabes que, no te arrepientes de aquella decisión después de todo
-¿Y si fallo?
-Podemos fallar, podemos caer -Tomo con suavidad aquellas grandes manos de Ryoken y enlazo sus manos con las de él.- Yo te ayudare a levantarte así como tú me ayudaste a confiar una segunda vez -Ambos jóvenes soltaron una suave risita. La suave caricia del viento, sentían que aquel era un momento que les pertenecía.- Ambos somos un desastre como personas pero como padres de Aiko, sin duda haremos lo mejor, porque no dejaremos que nuestra pequeña viva una vida como la nuestra, la protegeremos a toda costa, tendrá una vida normal, porque después de todo esto -La chica tomo un poco de aire para continuar hablando.- Después de esto, Playmaker desaparecerá por completo
-¿Qué?
Kogami Ryoken podía verlo en los ojos de la chica. Aquella decisión, fue la más difícil de aceptar para ella. La conocía a la perfección, el personaje de Playmaker era alguien importante para ella pues había salvado a muchos de la desgracia al mismo tiempo que había sufrido cuando no pudo salvar a Ai. El mundo virtual, era igual de importante como respirar. Separar a la chica de aquel mundo que comprendía a la perfección, sería como si la estuviera matando en vida. Los duelos son su vida, son su pasión. Es una duelista fuerte y apasionada, quitarle aquello, sería horrible para la misma.
Pero llegados a este punto.
¿Qué era importante ahora?
-No me estaré arrepintiendo -Confeso la chica al ver la duda en los ojos de su pareja.- Se que será difícil de aceptar, será difícil de que todos los demás lo acepten pero si quiero hacer las cosas bien entre nosotros y con Aiko, entonces debo sacrificar algo y Playmaker, ha dado muchos problemas al mundo y en el momento en que llegue la paz, será el día que ya no la necesitaran más -Una sonrisa triste apareció en el rostro de la duelista.- Sera el momento exacto para desaparecer, he dejado mi huella entre ellos, no creo que la extrañen o necesiten para ese entonces
-Pero, ¿Por qué lo que tanto te gusta hacer? -Pregunto con culpa en su voz.- ¿Por qué sacrificar el mundo virtual que tanto amas?
-Porque ya no quiero hacer más daño -Vio a la chica temblar, pequeñas lagrimas empezaban a resbalar por sus mejillas.- Mira el daño que les he hecho, mira el daño que estoy ocasionando con una estúpida guerra, ya no quiero -Tomo aire.- Ya no puedo
Un fuerte abrazo cobijo a la chica en ese momento. Ryoken la atrajo a su pecho con fuerza, con tanto cariño y con tanto amor que se sintió bien estar ahí atrapada.
-Si tu elijes que Playmaker desaparecerá de este mundo, entonces Revolver no se quedará atrás
-Revolver no puede desaparecer, en algún punto, necesitaran de él
-Revolver es el villano de esta historia a pesar de que ha cambiado de parecer desde el momento que conoció a la duelista más molesta -El chico soltó una risita.- Si Revolver desaparece, nadie se preocupara por él, en cambio, la historia hablara de lo fuerte y valiente que es Playmaker, será una duelista legendaria como todos esperan
-No soy tan buena como para ser nombrada de esa manera
-Lo eres, no tienes por qué dudar de ello -Separo a la chica de su cuerpo para mirarla a los ojos. Bajo la vista y volvió a ver la pequeña cajita de anillos.- Si tu sacrificas algo por nuestra felicidad, es justo que yo haga lo mismo, estamos juntos en esto ¿No es así? -Tomo uno de los anillos y con mucho cuidado, se lo puso en el dedo corazón de la chica.- Estaremos juntos en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte nos separe, ¿Aceptas estar a mi lado, para toda la vida?
-Sera para toda la vida Ryoken -Las mejillas de Yusaku se pintaron en un bonito rojo. Ni lenta ni perezosa, tomo el otro anillo y lo puso en el dedo corazón del duelista.- Porque antes de ser Playmaker y Revolver, somos Fujiki Yusaku y Kogami Ryoken, dos niños que se conocieron de casualidad y dos jóvenes que se enamoraron a primera vista cuando sus caminos se volvieron a encontrar -La chica soltó una pequeña risita.- A partir de este momento, mi vida y mi futuro se encuentra en tus manos, por favor, cuídame bien
-Lo mismo digo, Yusaku
Sin poder evitarlo. Ambos jóvenes pegaron sus frentes al mismo tiempo que soltaban pequeñas risitas que poco a poco se iban apagando hasta que sus labios se tocaron.
Sellando de esa manera, aquella promesa de un futuro juntos.
Fueron unos minutos después cuando decidieron regresar a donde se encontraba Kengo y su pequeña niña. Una gran sorpresa al ver al hacker reír de los balbuceos de la menor. Cuando este se dio cuenta de su presencia, dio media vuelta con la menor entre brazos. El usuario de BloodShepherd miro a ambos duelistas, miro la mano izquierda de Ryoken como de Yusaku, un pequeño anillo dorado se encontraba ahí. Tarde o temprano, sabía que aquello iba a suceder pero algo más llamo su atención. Una mirada triste, una sonrisa nostálgica, era lo que se podía apreciar en el rostro de la única chica que no corrió al encuentro con su pequeña niña. Solo se quedó observando a Ryoken, como tomaba entre sus brazos a la menor y le sonreía mientras le preguntaba si se había portado bien. Aiko solo asentía mientras soltaba suaves risitas.
No sabía lo que ella estaba pensando, pero era algo que no le gustaba. Quizá, era el momento correcto para hacerla hablar a la fuerza y saber que era lo que estaba ocultando.
.o.
Una vez que llegaron al puerto para alejarse de la costa y mantenerse seguros en el mar. Ryoken se adelantó para adentrarse en el barco y saber si todo estaba listo para partir.
Yusaku, esperaba a que este se alejara para poder hablar con Kengo.
-¿Me vas a decir cuál es tu plan o tendré que sacarte esa verdad a golpes?
La chica abrió los ojos sorprendida ante aquella forma tan ruda de hablar de su acompañante. Aunque de cierta manera, era algo que ya esperaba venir de él. Soltó una pequeña risa, bajo su vista para ver aquel dorado anillo en su dedo. Alzo la vista y se encontró con aquella mirada de pocos amigos de Kengo.
-¿Es demasiado notorio?
-Conozco las señales de un buen mentiroso y tú eres una profesional en esto, entonces ¿Qué es lo que realmente sucederá? -Kengo se cruzó de brazos.- Desde que logramos recuperar tus datos, sé que algo anda mal, ¿Qué más te dijo Ai, que no quieres decir a ninguno de nosotros?
-Me conoces muy bien, a pesar de tener poco tiempo de conocernos -Sonrió.- Lo que dijo Ai en ese momento, es algo que no te puedo decir, es algo que solo yo debí escuchar y que solo yo puedo hacer realidad -Alzo los hombros despreocupada.- Pero te puedo decir que si cumplo con los requisitos establecidos, puede que exista un tercer camino para el mundo
-¿Y con esto aseguraras que no morirás?
-Si todo sale bien, puede que exista algo de esperanza -De un momento a otro, la mirada de la chica cambio. Kengo la miro con atención.- Pero no estoy aquí para hablar de esto, necesito un último favor y sé que tú serás el indicado para esta misión -Una vez que se ganó la atención del hacker, la chica tomo su celular y le mostro cierta información que aquella vez su madre le envió. Dojun Kengo tomo aquel celular y empezó a leer todo.- Es imposible encontrar un punto débil a Tetsuya Kaiou, después de mucho tiempo de estar pensando y buscando entre la basura, realmente estuve a punto de rendirme cuando mi mamá me envió esta información -Un ambiente tenso se formó entre ellos dos.- Quiero que pase por la misma desesperación que me hizo pasar cuando me ataco estando sola con Aiko, quiero que sufra al sentir que le quitan algo, así que necesito que te quedes en tierra para poder hacerlo
El hacker abrió los ojos sorprendido. Alzo la vista para ver la verdad en los ojos de la chica y volvió a bajar la vista en aquella pantalla.
-Si esto es cierto, ¿Qué es lo que planeas hacer?
-No soy tan mala como él pero si puedo evitar que se repita el mismo destino de Tetsuya en alguien que sigue siendo inocente en este mundo cruel, entonces así será -La chica empezó a caminar hacia el barco que está a punto de partir.- Soy una duelista que no dudara en utilizar todas sus cartas para poder derrotar a sus enemigos pero también soy una madre que se preocupa por la seguridad de su hija y sé que si él falla, el pequeño pagara las consecuencias y sin duda, se repetirá su misma historia, no podría soportar que algo malo le pase
-¿Quieres hacer todo lo posible para protegerlo?
-Los pecados del padre no deben ser del hijo -Reflexiono la chica.- Para bien o para mal, he comprendido aquellas palabras -Se detuvo y dio media vuelta.- Ese niño no tiene la culpa de haber nacido, no tuvo la culpa de que su madre que lo quería tanto, fuera asesinada a sangre fría por la persona que tanto creía amar, ese pequeño no tiene la culpa de que su padre sea el bastardo de Tetsuya Kaiou -Sonrió.- Si en el proceso puedo salvar una vida más, entonces que así sea, si puedo evitar que se convierta en algo malo, no dudare en brindarle una mano que le ayude a salir de esa pesadilla, por eso te necesito aquí, necesito que protejas a este niño hasta mi regreso, estaré tranquila si se que alguien de confianza estará a su lado -Le señalo el celular.- Quédate con el teléfono, ahí se encuentra toda la información que necesitas como una ubicación aproximada de su paradero, solo ten cuidado al llegar ahí, no sé si nos están esperando, distraeré lo más que pueda a Tetsuya Kaiou para que no se de cuenta de este nuevo plan
-Esto te costara un poco más por mi servicio -Bromeo Kengo.- Lo sumare a tu cuenta pero te perdonare la misma si me prometes que vas a regresar con vida
-No soy tan mala -Carcajeo la chica.- Una vez que se termine esto, te pagare, te contrate por tus servicios eso si te puedo prometer pero con respecto a lo segundo, lo intentare -Iba a retomar su camino cuando volvió a detenerse.- Kengo -El mayor se detuvo, eran raras las veces que la chica pronunciaba su nombre.- Quiero disculparme contigo por lo que Ai hizo en nuestros primeros encuentros, antes de conocernos, siempre creí que eras una persona muy difícil de tratar, que eras una persona amargada de la vida y ahora sé que realmente lo eres -Ambos se soltaron a reír.- No digo que yo no sea igual de amargada, quizá esa fue la principal razón por la que pude comprenderte y conocer realmente a la persona que se esconde detrás de aquella mascara -Sonrió la chica.- Realmente me alegro de haberte conocido
-¿Por qué dices esto ahora?
-Solo quería mencionarlo -Volvió a retomar su camino.- Nos veremos luego Dojun Kengo, buena suerte y por favor, protege a ese pequeño niño
Dojun Kengo alzo la mano para despedirse de la chica que ya no volvió a mirar atrás. Por un rato, se quedó en la espera de ver aquel gran barco partir a mar abierto. Creía absurdo que unos simples niños tuvieran la misión más arriesgada que podía costarles la vida pero ahí iban, a dar lo mejor de sí, no solo para salvar al mundo de las manos que pueden destruir todo lo que conocen, también para poder proteger el futuro de uno de ellos.
Pasaban los minutos, pasaban las horas y fue en el momento justo cuando dejo de verlos, que era su momento de hacer aquella última misión encomendada.
-Buena suerte Fujiki Yusaku -Murmuro.- Buena suerte a todos
Se quito aquellos lentes que se encargaban de cubrir la gran cicatriz de su rostro, ya no los iba a necesitar. Sentía que ya no los necesitaba. Todas aquellas dudas, todos aquellos tormentos, empezaban a desaparecer de sí. Quien hubiera creído que fue gracias a una tonta chiquilla que le ayudo tanto. Era momento de tomar un poco de aire y continuar caminando. No quería que aquello fuera como una última petición de la chica, porque se encargaría de, no solo proteger a ese pequeño niño, también se encargaría de que ella regrese con bien a casa donde todos la esperarían.
Fue al día siguiente cuando se podía ver a los seis jóvenes un tanto nerviosos sintiendo sus manos siendo pinchados con aquellas agujas mientras ajustaban cada una de aquellas pantallas de donde iban a ser monitoreados. Claro, si se iban adentrar por un buen rato a la red, era necesario que cuidaran sus signos vitales. Fausto, Taki y Gerome iban a ser los responsables de la salud física y mental de aquellos jóvenes. Debian estar muy bien preparados para todo, incluso, para un cierre forzoso en caso de que algo más los ponga en peligro. Fue una de las condiciones que Kusanagi Shoichi, Zaizen Akira y la doctora Taki, planearon para aquellos jóvenes que aceptaron sin dudar. Todos estarían al pendiente del mundo virtual, todos estarían al pendiente de sus signos vitales. No se iban arriesgar a lastimar sus datos en la red como los datos que circulan por su cerebro. Harían todo lo posible por protegerlos.
Uno a uno, se iban recostando en aquellas sillas de inmersión para su mayor comodidad. Todos estaban listos, se habían alejado discretamente del mundo para poder realizar una tarea que solo ellos iban a ser capaces de hacer, solo ellos, su disco de duelos y su deck de cartas. Eran las únicas armas que por el momento, iban a necesitar. Aunque no podían evitar algunos el nerviosismo, se sentían un tanto aterrados, aquellos terribles recuerdos de su secuestro, no les ayudaba mucho. Claro, el único que se encontraba tranquilo, Spectre, solo suspiraba y se mantenía en silencio en la espera de aquella orden que les darían para ingresar al mundo virtual.
Un gran silencio invadía aquella habitación que era posible escuchar aquella respiración del otro.
-Perdón por meterlos en esto -Yusaku fue la primera en romper aquel silencio.- Se que muchos estarán aterrados y aunque se que se han adentrado a la red a escondidas, esta vez será diferente, solo hay que recordar una cosa -Sonrió la chica recostada desde la cama.- Que no estaremos solos, ahora tenemos compañeros a nuestro lado, no tenemos por qué temer cuando alguien más se encuentra a nuestro lado, ahora sabemos que hay alguien a nuestro lado
-Si, es cierto -Hablo Takeru con una pequeña sonrisa en su rostro. Reemplazar aquellos horribles recuerdos de una celda vacía por un momento donde se encuentra con todos sus amigos.- No hay porque tener miedo, ahora estamos juntos y dentro de aquel mundo virtual, seguiremos estando juntos, solo recuerden estar siempre al lado de su compañero de duelos, sin duda nos ayudaremos los unos a los otros
El ambiente se tranquilizo en ese momento. Aunque Miyu y Jin eran nuevos, sabían que estarían bien. Justo cuando iban a mencionar aquellas palabras para adentrarse al mundo virtual, fue el usuario de Revolver quien los detuvo por un instante. Llamo la atención de todos en la habitación.
-Estas palabras -Hablo Ryoken por primera vez.- Solo las pudo escuchar una persona aquella vez y le di la fortaleza suficiente para que siguiera viviendo, fueron más que suficiente para levantarse una vez más -Yusaku sonrió, lo miro de reojo, el joven de cabellos blancos, asintió ante aquella mirada de su pareja.- Me disculpo con todos ustedes, porque cuando necesitaban escuchar palabras de valor, no fui lo suficientemente fuerte como para decirlas, falle en aquel momento pero ahora, es diferente -Tomo un poco de aire.- Piensa en tres cosas. Tres cosas para vivir. Tres cosas para volver a casa. Tres cosas para derrotar al enemigo. Pensar puede permitirte seguir viviendo
Palabras que sentían, eran dirigidas a esos pequeños niños que lloraron tanto, ahora podían sentir como aquel sentimiento de paz llego a ellos. Como si de un pequeño rayo de luz se tratase, no había porque dudar, podían tener miedo pero ahora no se encontraban solos, esta vez se encargarían de regresar a su hogar, de regresar con los amigos que el mundo les dio.
Podían comprender porque la única niña que escucho aquellas palabras, fueron más que suficiente para levantarse y continuar con aquella tarea imposible de cumplir.
Una vez que alejaron aquellas dudas. Tomaron un poco de aire, se vieron los unos a los otros. Estaban listos.
-¡Into the Vrains!
Con aquellas palabras, era como se adentraron al mundo donde llevarían la guerra.
Protegerlo o destruirlo.
Oscuridad o Luz.
Vida o muerte.
Todo se encontraba en las manos de seis jóvenes.
¡Muchas gracias por leer!
Y con este capítulo, puedo decir que faltan entre 10 o menos capítulos para terminar esta temporada. Realmente disfruto escribir esta historia, es con la que mi imaginación no deja de trabajar.
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¡Nos vemos a la próxima!
Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Lunes 11 de Diciembre de 2023
