Muchas gracias por todo el apoyo que esta recibiendo este triste intento de historia, y no se preocupen, la historia será puramente HarryxHermione, sin embargo como todo, tendrán sus altibajos.
Como siempre los personajes no me pertenecen yo solo los ocupo sin fines de lucro.
Capítulo VI. Revelación.
La biblioteca de Hogwarts era una de las colecciones más prestigiosas en la Europa mágica, sin embargo muchos de los estudiantes solo la visitaban cuando era puramente necesario para sus tareas o trabajos.
Más sin en cambio, en aquel lugar repleto de conocimiento, una niña había encontrado un santuario durante sus primeros meses en lo que era su nueva vida, y con los acontecimientos recientes había encontrado a un compañero que compartía su amor por los libros.
-¿Sabes si es posible llevarte un libro durante las vacaciones de navidad? - dijo lamentando la vista para ver a Harry a su lado que tenia un libro propio en sus manos.
-Podría ser, aunque por lo que veo no estas pensando en llevarte solo uno. - dijo con una sonrisa sarcástica al ver la gran variedad de libros a lo largo de la mesa.
Las mejillas de Hermione se colorearon de carmín, riendo suavemente ante la observación del azabache.
-Bueno, solo era una pregunta. - dijo sentándose a su lado, sin poder decirle nada en contra. - ¿Tu también regresas a casa durante las vacaciones? He escuchado que muchos no lo hacen.
-Si, mis padres tienen pensado visitar a un tipo sobrino de mi madre, realmente esperaba que al final solo fuéramos nosotros. - su entrecejo se frunció, haciendo que las cejas de Hermione se alzaran.
-¿No te llevas bien con tu familia? - la castaña no había indagado mucho en la vida personal del que rápidamente comenzaba a ser su amigo, no por falta de curiosidad, sino que pareciera que era imposible que se quedaran sin tema de conversación, si no era sobre una diferente perspectiva a la suya con su tarea, era sobre libros o aunque le pareciera increíble solo bromeaban entre ellos, con bromas tontas que le hacían reír casi histéricamente.
-Esa es una forma de decirlo, sinceramente no veo por que mi mamá insiste tanto en tratar con el.
Sabiendo que cualquier cosa que dijera posiblemente atenuaría mas su estado de animo, Hermione decidió no preguntar mas, no queriendo terminar haciendo algo que podría molestarlo. - Mi familia también viene de visita, y la ultima vez que lo hicieron mis primos apenas me dejaron leer, simplemente es demasiado lidiar con mas de un bebe al mismo tiempo, son adorables y lo que quieras, pero... - con un gruñido apenas contenido la bruja se recostó en la mesa, sintiendo una mano en su espalda que trataba de ser reconfortante.
-Suerte, aunque no te envidio en lo más mínimo. - escucho decir, y aunque trato no pudo sofocar su risa.
-Te han dicho que eres un amor. - el sarcasmo se filtraba por cada palabra, y se enderezo para ver la diversión en los ojos esmeraldas.
-Cuando quieras.
Desafortunadamente para Hermione su diversión no duro mucho tiempo cuando un grupo de sus compañeros de primer año la señalo descaradamente y se reían de ella, causando que su estomago se revolviera.
Y algo que la había estando molestando surgió con fuerza, pues para su consternación todos parecían ignorar activamente a Harry, y había logrado escuchar rumores sobre como creían que estaba loca por siempre estar hablando sola.
-¿Harry? - lo llamo con cautela, sin saber cómo preguntar lo que le aquejaba o si quiera saber si le gustaría saber la respuesta a esa pregunta, temiendo que por fin el aislamiento la hubiera superado y su mente hubiera creado a Harry como un mecanismo de autodefensa.
-¿Si? - preguntó sin notar el abrupto cambio de humor en la niña a su lado.
-Nadie puede verte, ¿Verdad? - su voz era apenas un susurro, sintiendo su garganta seca y como si al pronunciar las palabras le lastimaran.
El azabache alzo su mirada para verla, podía observar como su cuerpo parecía temblar, y vio a su alrededor temiendo que por estar distraído hubiera pasado algo por alto, solo para ver a unos cuantos niños al otro extremo de la biblioteca viendo hacia ellos, y pudo darse cuenta de lo que sucedía, suspiro con cansancio, no estaba particularmente entusiasmado por contarle a Hermione lo que sucedía, sin embargo tampoco quería mentirle, pues de solo pensarlo sintió como su estomago se revolvía, algo que no le debía pasar involuntariamente.
-No Hermione, algunos no me pueden ver. - dijo tratando de formular sus ideas para no perderse el mismo en la explicación. - Mejor dicho, se supone que tu tampoco deberías de poder verme, solo el personal debería poder hacerlo.
-¿Que? - el saber que no se estaba volviendo loca, solo logró tranquilizar un poco a Hermione, y su mente se enfoco completamente en lo que había escuchado.
-No soy un estudiante Hermione. - dijo dejando de lado su libro para poder enfocar toda su atención en ella. - Estoy aquí por que el director me envió una especie de invitación por algunas cosas que están sucediendo.
Las cejas de Hermione casi tocaron su cabello, notando como Harry trataba altivamente ocultarle algo. Por un momento su mente la llevo a cuando ella y sus padres fueron a comprar sus suministros, como algunas parecían cerradas permanentemente, y otras tenían aquel horrible cartel en sus puertas.
"No se vende a sangre sucias"
Parecía que había mucho más de lo que la profesora McGonagall dijo en ese momento. Y no solo eran ideas de magos de mente cerradas.
-Es sobre todo eso de sangre sucia, ¿verdad? - preguntó mientras lo veía suspirar resignado ante ella.
-¿Te han dicho que eres demasiado inteligente para tu propio bien? - le devolvió la pregunta con una propia, mientras que con precaución de que nadie lo viera, lanzo un par de salas de privacidad para evitar oídos curiosos.
Y Hermione lejos de ofenderse, sonrío triunfante, se sentía especialmente orgullosa por ser elogiada por el, sabiendo lo inteligente que era Harry.
-Si, es por ello, hay un grupo de personas que creen que los nacidos de muggles, o gente no mágica son inferiores a ellos, y por lo tanto no deberían tener ni los mismos derechos y que ni siquiera deberían ser presentados para que reciban educación.
El entrecejo de la castaña se frunció, consternada por lo que acababa de escuchar. Y aún en la revolución que se estaba llevando en su mente en ese momento supo que solo era una parte de lo que debería saber, o por lo menos lo que parecía deberia saber ya que aunque no quisiera, ahora esa también era su realidad. - Y supongo que eso no es todo, ¿O si?
Harry volvió a suspirar, ¿como le explicas a una niña sobre una guerra que podría matarla?, para algunos podría ser hipócrita aquel pensamiento, sabiendo que ambos tenían la misma edad, sin embargo ambos eran completamente diferentes entre si como para que el pensamiento lograra hacerle sentir algo. - No, no es todo, pero no creo que sea correcto decírtelo, sé que eres muy madura para tu edad, pero aun asi, no es algo que debas cargar.
Por primera vez desde que comenzó aquella amistad, Hermione no se preocuparía por perderla, necesitaba saber qué sucedía, no quería permanecer en la ignorancia, sabiendo que algo ocurría, y por la actitud que tomo Harry supo que no era bueno. - Merezco saberlo, no es justo ni para mi ni para mis padres, si estamos en peligro al estar aquí, quiero tan siquiera saber a lo que nos exponemos.
Harry se apretó el puente de su nariz, y vio a Hermione por sobre su mano, esa niña seria su perdición si no podía siquiera guardar un secreto ante ella. - Hace unos años hubo redadas, y cacerías para matar a aquellos que se oponían a la ideología, o simplemente mataban a los que consideraban eran sus blancos, pero en los últimos años, han decidido tomar una postura diferente ambos bandos, pues hubo un punto en el que se creía que la población mágica en las islas británicas simplemente desaparecería por la guerra, las partes simplemente se detuvieron al ver eso, pues estaban peleando para gobernar sobre nada, y llegaron a una especie de tregua, aun hay muy pocos niños como podrás ver, apenas los suficientes para comenzar cada ciclo, pero ahora que comenzaron a ver más nacimientos y en los diez años que lleva la tregua, se ha empezando a cubrir las perdidas que dejaron la guerra, pero mas que nada, por un creciente numero de nacidos muggles, y muchos creen que esto será suficiente para que se vuelvan a levantar las varitas.
Los ojos de Hermione estaban tan abiertos que Harry apenas pudo mantener su risa para si mismo, hasta el sabía que ese tema no era algo con lo que pudiera reírse.
-Básicamente, se busca que los nacidos de gente no mágica, abastezcan a la sociedad mágica, pero que no tengan derechos por ello. - dijo apenas un susurro, tratando de comprender lo que había escuchado.
-Es un poco más complicado que eso, pero si. - Harry no podía entender el por que le había terminado por contarle aquello, nunca había tenido especial problema para esconder información, o mentir para el caso, y sin embargo ahí estaba, sacudió el mundo de una pequeña, sabia que le había exigido que le contara sobre ello, pero eso no lo hacia sentirse mejor, y aunque no quería tener nada mas que ver en todo ello que lo puramente necesario, no pudo permitirse quedarse sin hacer nada mientras veía como sus pensamientos se amotinaban en su cabeza. - No dejare que te pase nada, siempre que este en mis manos, haré lo que haga falta para protegerte a ti y a tu familia.
Las miradas de ambos se encontraron, y mientras Hermione sonrío al escuchar la preocupación en su voz, no era consciente del peso que aquella promesa traía consigo, pues ella pensaba que solo había sido palabras para tranquilizarla, mas sin en cambio para Harry era una promesa, que como dijo daría todo por cumplirla.
-Entonces, ¿le preguntas o le preguntó a Madame Pince si podemos llevarnos libros a casa? - dijo Hermione queriendo cambiar de tema, al tener suficiente en que pensar.
-¿Yo? - Harry alzo su mano a su pecho con falso escepticismo . - Tu eres la que quieres saber. - acuso con una sonrisa.
-Pero estoy segura que también quieres saber, además yo pregunte la vez pasada sobre dónde estaban los libros de herbología.
-Yo sabia donde estaban, tu eres la que querías preguntar de todos modos.
Ambos enfrentaron sus miradas, para después reírse, solo para ser silenciados por una muy molesta Madame Pince.
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En un castillo en lo profundo de un bosque en Rumania una pareja estaba sentada frente a la chimenea de la biblioteca.
-Es muy silencioso sin el corriendo por todo el lugar. - dijo la mujer con una mirada perdida en el fuego frente a ella.
El hombre le sonrío a su esposa, el también extrañaba a su hijo, pero habían acordado que era lo mejor para el, no podía permanecer toda su vida encerrado con sus padres.
-¿Crees que este bien? - pregunto por fin Lilith Potter, nunca se habían separado de su pequeño desde que había nacido.
-Harry esta bien, ya leíste su carta, estuvo aburrido, pero parece que esa niña Hermione es buena para el.
Lilith bufo como lo haría cualquier madre, creyendo que ninguna mujer sería buena para su hijo. - No hablo sobre ello, no se si podemos confiar en Dumbledore, pareció ser un buen hombre, pero no creo que quiera a nuestro pequeño solo para vigilar a su escuela.
Vlad alzo su mirada para verla morderse su labio por la preocupación, la conocía lo suficiente como para saber que no era lo único que le aquejaba.
-El es nuestro hijo, estará listo para cualquier cosa que se le ponga enfrente. - dijo mientras se levantaba de su silla y se arrodillaba a sus pies. - Falta nada para que lo veamos.
Las manos de Lilith acariciaron la barba a medio crecer de su esposo, sonriendo se acerco a el, y beso sus labios. - Tienes razón.
