Perdonen la tardanza con este capítulo pero han sido un par de semanas difíciles, espero de todo corazón que les guste la continuación con la historia. Y de Verdad agradezco enormemente la atención que le dan a este triste intento de historia.

Como siempre los personajes no me pertenecen yo solo los ocupo sin fines de lucro.

Capítulo VIII. Yule Pt. II.

El viaje a la estación King's Cross fue tranquilo, y Harry cumplió su promesa al director Dumbledore haciendo que un par de familiares fueran sus ojos y oídos a lo largo de los vagones, y hasta el momento nadie se había percatado de los pequeños ojos rojos que los vigilaban desde los techos.

Mientras que Harry estaba sentado a lado de Hermione escuchando como la familia Granger se había perdido en uno de sus viajes a Francia y terminaron por conocer a una amable pareja de ancianos que los dejaron pasar la noche antes de poder retomar su camino.

- El señor Morin me dejo leer su copia de "El principito", ¿lo has leído? - pregunto cuando noto que su amigo había estado en silencio la mayor parte del viaje, solo hablando cuando le preguntaba directamente algo.

- Mmm... es un libro infantil ¿No? - dijo para recibir un asentimiento de Hermione. - No, no lo he leído, ¿tu lo recomiendas?

- Bueno... es muy recomendado para comenzar a fomentar la lectura en los niños. - respondió con cierta incertidumbre sintiéndose de pronto cohibida, pues hasta el momento todas sus platicas habían sido de temas más maduros y no sobre un libro para niños, y aunque no lo entendía no quería que la viera como una niña pequeña, sin concebir que seguía siendo una.

- Si eso lo he escuchado un par de veces, ¿pero a ti te gusta? - dijo sin percibir el ligero cambio de actitud de Hermione.

- Ehh... si es un libro muy bonito, habla sobre como las personas pueden cambiar conforme crecen y como la percepción de los sentimientos cambian con ellos, haciendo que veamos las cosas de diferentes maneras. - termino por rendirse y su respuesta hizo que sus mejillas se pintaran con un toque de rosa esperando la reacción del azabache a su lado.

- Suena muy profundo para ser para niños. - dijo acompañado con una ligera risa.

- Así fue como yo lo vi. - casi gruño al escuchar la diversión en la voz de Harry, pero termino por sonreír al no ver malicia en sus ojos.

- Lo voy a leer, suena interesante. - termino por contestar, viendo como el tren entraba a Londres, lo que anunciaba su inminente despedida de un par de semanas.

En general el volver a ver a sus padres, sería para ambos una experiencia reconfortante, más cuando ninguno había permanecido lejos de ellos por mucho tiempo, sin embargo en ese momento la idea de separarse llegaba a lucir tan desagradable que ninguno lo quería hacer en realidad. Aunque para ambos por razones completamente diferentes, por un lado, Hermione no quería dejar a su primer amigo, y el solo pensarlo hizo que su estómago diera un movimiento que le hizo estremecer, y aunque sabia que más temprano que tarde lo vería de nueva cuenta no podía convencerse a si misma de ello, y por otro lado Harry temía por la seguridad de la niña a su lado, por supuesto que extrañaría sus platicas y sus risas compartidas, pero eso se veía eclipsado por el solo pensamiento que algo le sucediera y que el no pudiera hacer algo para ayudarla, sentía como sus manos se hicieron puños y sus uñas se clavaron en sus palmas, sintiendo la carne de sus manos rendirse a su fuerza, tenia la extrema necesidad de hacer algo para evitarle cualquier daño y solo esperaba que lo que estaba a punto de hacer fuera lo correcto.

- Sabes... - dijo Harry tomando de su bolsillo un paquete cuidadosamente preparado para lo que quiera. - Se acerca navidad, y podía haberte enviado tu regalo hasta el veinticuatro, pero creo que lo mejor seria hacerlo ahora. - termino por decir extendiendo la caja envuelta cuidadosamente con papel rojo obscuro.

- Harry. - sus manos temblaban ante el regalo recibido, y cuando quería agradecer por el, las palabras le fallaron sintiendo como las lagrimas quieran salir y terminarían por hacerle sollozar en vez de hablar.

Sintió el papel rozar contra sus dedos, y vio hacia el niño que se lo había dado, vislumbrando aquellos orbes verdes a los que se había acostumbrado tanto, que la observaban expectante y sonrío ante el entusiasmo que podía verse en ellos. Termino por romper el papel y quitar la tapa que cubría la caja, un jadeo escapo de sus labios ante lo que veía.

Se volteo lo suficiente para darle un puñetazo al azabache en su brazo que la veía con incredulidad.

- ¡Oye! ¡Eso duele!

- ¿¡Como se te ocurre graduarlo en una caja?! - su rostro estaba ligeramente rojo ante su enojo, pero de nuevo vio a la caja, viendo a un pequeño felino dormido que sostenía su cola con sus patas, su pelaje era blanco con muchas manchas negras por todo el cuerpo.

- ¿De que estas hablado? - tardo un poco en comprender a lo que se refería Hermione, pero cuando lo hizo estuvo a punto de reírse, si no fuera por que la niña lo estaba fulminado con la mirada, y para calmar su ira, metió la mano a la caja cuidando no despertar al felino, y termino por sacar una pequeña piedra tallada. - Ves, no podía asfixiarse.

Hermione sintió arder sus orejas por su arrebato, y tratando ocultar su vergüenza puso toda su atención en el pequeño que dormía frente a ella, justo a tiempo para verlo alzar su cabeza y verla, sorprendiéndose por unos hermosos ojos verdes, pero antes de que pudiera hacer algo, lo vio saltar de la caja y aterrizar en su regazo.

- Es muy hermoso. - dijo acariciando su pequeña cabeza sintiéndolo ronronear, pero sus dedos se detuvieron, sintiéndose de pronto conmocionada, al pensar en la reacción de sus padres. - Pero no puedo tenerlo, mis padres, no creen que sea buena idea tener una responsabilidad tan grande, más cuando apenas acabo de llegar a Hogwarts.

Estuvo a punto de regresar al pequeño a su caja, cuando la mano de Harry la detuvo.

- No es un gato común, es... es... bueno es un familiar.

- ¿familiar? - no podia comprender porque estaba tan nervioso por ello, cuando la mayoría de los magos tenían familiares.

Sintiéndose estúpido por no poder explicarse, Harry se paso su mano entre sus cabellos. - Va a protegerte a ti y tu familia.

La mirada incrédula en el rostro de la niña, que le dirigía a el y al pequeño felino, le hizo sonrojar.

- Te voy a mostrar, solo no grites.

Y antes de que pudiera contestar lo vio alzar su mano acercándose a ella, y al ver como sus dientes cambiaban por unas letales hileras de colmillos, su corazón comenzó a latir con mayor velocidad, y aunque sabia que no le haría daño, ese pensamiento no podía tranquilizarla cuando estuvo a punto de ser tomada, pero antes de que pudiera hacerlo, vio como un gran leopardo de las nieves tomaba con sus colmillos la mano a escasos centímetros de su rostro, vio a Harry retroceder, y observo como el poderoso animal la cubría con su cuerpo protegiéndola.

Tardó un par de minutos en salir de su estupor, y un poco mas en lograr tranquilizar su corazón que martillaba contra su pecho con fuerza. Sin detenerse a pensar, algo totalmente inaudito para ella, acaricio la cabeza del leopardo, sintiéndolo recargarse contra su toque. - Ya, ya, no me va hacer nada.

El animal le dio a Harry una ultima mirada de advertencia, antes de que volviera a hacerse pequeño y volver al regazo de Hermione.

- ¿Como se llama? - preguntó sintiéndose extrañamente cómoda con todo lo que había pasado.

- No lo se, es algo que tú tienes que decidir. - dijo con una gran sonrisa que amenazaba con partir su rostro, tendiendo la pequeña seguridad que Hermione estaría a salvo.

Vio al "pequeño" dormir en su regazo, y regresó su mirada a Harry que la veía expectante. - Moon.

El azabache sonrío ante el nombre, sin saber que el mismo lo había inspirado, pues para Hermione, ese pequeño felino era la unión entre ambos, y el nombre nació a partir de una pequeña investigación que hizo antes de que comenzaran con su amistad, queriendo investigar más por aquel enigmático joven que la acompaño por su primer viaje a Hogwarts, leyó tantos libros como encontró sobre vampiros, la mayoría decía nada sobre ellos, más allá de lo básico, sin embargo un tomo antiguo decía algo más.

"La luna, la guardiana de las criaturas de la noche, su culto entre los vampiros es más de lo que imaginamos, siendo ella la que los guía..."

No albergaba más que unas pocas líneas, pero en ese momento era más que suficiente para ella.