Muchas gracias por el apoyo que está recibiendo este triste intento de historia.

Perdonen enormemente la gran demora.

Como siempre los personajes no me pertenecen yo solo los ocupó sin fines de lucro.

Capitulo XV.

Con la copa de vino en su mano, sintió como un frío sobrenatural comenzaba a cubrir su estudió, escarcha blanca comenzó a comer el cristal, y el líquido dentro de él se volvió espeso.

"He escuchado que dejaste tu preciada piedra en manos de Dumbledore"

Vio sus manos, hacia mucho tiempo habían comenzado a marchitarse, cada día que pasaba más le costaba realizar las tareas más mundanas, sus trabajos habían sido olvidados hacia décadas, y una fina capa de polvo comenzaba a cubrir aquel lugar donde las maravillas de la magia le habían sido presentadas.

"Y recuerdo días en los que llamar antes de llegar era una práctica común entre los amigos" dijo mientras dejaba su silla, sintiendo como los huesos parecían querer romperse sobre si mismos, el silencio que acompañó su triste intento de broma. "Comprenderá Conde, que mi longevidad aunque ciertamente maravillosa, no es nada comparada con su inmortalidad"

"Creí habértelo dicho, la inmortalidad no existe" los colmillos brillaron a las luces de las velas que acompañaban a la penumbra a la que se había autoimpuesto, hacia bastante había dejado de temer a la amenaza silenciosa que traía consigo el que fue su maestro.

"Me perdonará Conde, pero sus pasos han recorrido más tiempo está tierra del que siquiera pudiera imaginar, si no eso inmortalidad, ciertamente no se que lo sea" dijo con cierta sorna, camino hacia la mesa en la que la botella de vino descansaba.

"Niño, podrías dejar de tratar de desviar el tema" la voz parecía ir y venir de todos lados, y sin embargo sabía que al que por bastantes años había llamado amigo se encontraba a su lado.

Vio la mano del conde rodear la botella que aún sostenía, la juventud eterna que lo llevó a crear lo que muchos podrían llegar a pensar era el más grande descubrimiento jamás antes visto, incluso hubo ocasiones en los que pensó que aquellos murmullos habían tenido razón.

"Conde." Un gruñido le arrebató la botella de las manos aún con la suavidad que solo el hombre a su lado era capaz de dar. "Vlad... estoy cansado."

El vino bailo un poco en una de las copas de repuesto que había tenido que conseguir a raíz de su reciente torpeza, los ojos rojos se iluminaron con sorpresa, y el al haber conocido al hombre detrás del nombre, pudo ver el dolor que sus palabras habían llevado.

"Déjame ayudarte entonces" la voz que prometía verdadera inmortalidad, o por lo menos lo que alguien como él podría considerar inmortalidad.

"Amigo mío, mi camino ha sido sinuoso, pero gratificante, hermoso si soy capaz de decirlo..."

"Entonces no lo termines antes de tiempo." Lo interrumpió, el aliento golpeó su garganta, y fue capaz de sentir como unas cuantas gotas de sangre rozaban sus labios marchitos.

"¿Me negarías el anhelo de reunirme con mis seres queridos?" Le preguntó sintiendo cómo se alejaba de él.

"Te necesito, las mareas del destino se han movido, necesito al alquimista inmortal a mi lado una vez más"

Volteó su cuerpo, la figura del conde mostrándose en todo su esplendor, no era el monstruo que leyendas habían contado, no era el rey que hizo todo para salvar a su gente y aún así perdió todo, simplemente era un padre que tenía que hacer todo lo posible para que su hijo no pasara por lo que siglos le habían hecho vivir.

"No puedo hacerlo conde, o por lo menos no de la forma en que quiere." Una expresión que jamás había sentido dirigirse a él se plasmó en los rasgos del hombre frente suyo, el odio cubrió sus ojos de una forma en que solo aquel que había visto lo peor del mundo era capaz de reflejar. "Solo te pediría amigo mío, déjame estar junto a mi amada Penélope"

"Perdóname niño"

Los colmillos se clavaron su piel marchita, la visión que durante años había sido cada vez más borrosa por un momento se vio oscurecida, el dolor que durante décadas lo había acompañado por fin lo había abandonado, durante unos cuantos segundos todos sus pensamientos se vieron completamente negros, y lo que se sintió como un simple pestañeo lo hizo sentirse como nunca antes lo había hecho, frente a él un monumental castillo se alzaba, una penumbra color sangre solo hacía la visión aún más hermosa, un segundo pestañeo y sintió como una mano sostenía la suya, el temor a dañar a su esposa así como el dolor que llegaba a sentir al tocarla se había desvanecido, solo podía ver cómo el rostro que había amado toda su vida volvía a la gloria que le había prometido siempre conservar.

Y juntos tomados de las manos avanzaron al castillo que los recibía con las puertas abiertas dándoles la bienvenida.

OwO

Después de haber pasado las vacaciones con su familia, Hermione regreso con especial entusiasmo a la escuela, su gato había sido una adorable compañía a su familia, a diferencia de sus padres sabía que el pequeño era más especial de lo podría ser un compañero mágico, había sido un poco desconcertante despertar y verlo vigilar desde la ventana de su habitación, los ojos verdes ahora en ese momento le comenzaban a ser tan familiares que el desconcierto rápidamente dio paso a la tranquilidad.

Había pensado que sus padres le harían aún más preguntas sobre su amistad con Harry pero ambos habían permanecido extrañamente ausentes durante sus vacaciones, sumergidos en libros de historia y fantasía, y fue divertido para ella saber que el fruto no había caído demasiado lejos del árbol al parecer.

Durante los primeros días, vio un cambio considerable en una gran mayoría de los grupos que solían rondar por el castillo, los murmullos eran temerosos en el mejor de los casos, y aunque para la concentración dentro de las aulas la tranquilidad era un cambio más que bienvenido, el desconcierto de lo que podría haber pasado para que se sufriera tal cambio comenzaba a ser mayor.

"¿Es normal que todos estén tan agitados?" Le pregunto a Harry que había estado en silencio a su lado, pareciendo perdido en sus propios pensamientos.

Los ojos verdes de su amigo vieron a su alrededor, como si el mismo no se hubiera dado cuenta que algunos alumnos de los últimos años susurraban entre ellos con el mayor cuidado.

"No, no lo es." La expresión de Harry se oscureció, mientras parecía ver con mayor detenimiento.

"¿Será por lo que hay en el tercer piso?" Pregunto sin saber que más decir, queriendo hacer la plática más duradera, pues había sido cada más frecuente que su amigo que se quedará en silencio a veces demasiados prolongados, e incluso en ocasiones ignorando su presencia.

"No, no lo..." Había comenzado a decir volteando a verla, pero cuando dejó de hablar sus manos tomaron la suyas en un movimiento demasiado veloz como para si quiera pudiera moverlas. "Necesito que corras a la torre y te quedes ahí"

"¿Que?" Pregunto completamente desconcertada. "¿De que estás...?"

Pero su pregunta se vio interrumpida cuando la voz del director comenzó a resonar a lo largo del castillo.

"Todos los alumnos, diríjase a sus casas en orden, prefectos contabilicen a los alumnos a su cargo."

El silencio fue sofocante cuando la voz del hombre se perdió entre los muros.

Quiso preguntar que sucedía, pero al voltear a verlo solo le hizo una señal para que siguiera a uno de los alumnos de último año que le decía que debían de irse de la biblioteca.

OwO.

"Albus, ¿estás seguro que debes de ir?" Le pregunto Minerva.

Sintió una cálida sensación en el pecho al notar la preocupación en su voz, sabía que la mayor parte de ella era dirigida a todos los niños que se encontraban bajo el cuidado del castillo, pero al conocerla de tantos años sabía igual que una parte era hacia el.

"Debo de hacerlo querida, puede ser una falsa alarma, pero no estamos en condiciones de arriesgarnos." Le dijo preparándose para el viaje, pues apenas unos minutos antes su viejo amigo Alastor le comunico que había alerta de ataque en el callejón Diagon, El fuerte York y Bangor, sabía que el atacar tan abiertamente después de tanto tiempo, era poco probable, pero como había dicho ya no podían permitir que vidas inocentes se perdieran. "Por favor, ve a la torre y verifica que estén todos los alumnos, estoy seguro que todos los maestros están listos en las casas"

La determinación en los ojos de su subdirectora le dijeron que se podía marchar tranquilo, pues estaba seguros que ninguno de los maestros a su cargo dejaría que nada le pasará a los alumnos.

OwO.

Había tomado el camino largo hacia la torre, verificando con los fantasmas y cuadros que no hubiera ningún alumno desobediente en el castillo.

Al saber que parecía que nadie había sido visto fuera de sus casas comenzó a subir las escaleras para llegar a la torre, pero en el balcón del tercer piso, vio a Harry parado observando la puerta que custodiaba la piedra.

"¿Que sucede?" Le pregunto cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que la escuchará.

"Hay alguien adentro." Le dijo sin siquiera voltear la mirada hacia ella.

La segunda pregunta obligatoria nunca abandono sus labios, pues cuando estaba a punto de hacerla vio como sus puños se apretaron contra de su pantalón, y una gota de sangre escurrió entre sus dedos.

"Han tratado de engañarnos."

Las palabras fueron apenas un suspiro en el espació vacío que ahora era la escuela, pero sintió cómo su corazón martillo desesperado por el simple hecho de escucharlo, como si todo su ser le advirtiera del peligro que se encontraba delante suyo.

Miles de pensamientos nublaron su mente, lo que podría significar el que hubiera alguien ajeno dentro de los muros, como reaccionaria el joven frente a el sobre lo que seguramente catalogaba cómo una ofensa personal, pero todo se detuvo cuando escucho sus siguientes palabras.

"Diríjase a dónde debe de estar... Yo me encargaré de esto."

Fue poco tiempo en realidad el que estuvo dentro de la torre, trato de tranquilizar a los alumnos que se dirigían a ella en busca de consuelo, por supuesto no era sorpresa que muchos sospecharan que la reciente desaparición de un gran contingente de la sociedad estuviera relacionado con la preocupación excesiva que estaban poniendo en la seguridad, pues más de uno había escuchado a sus padres vociferar sobre la posible reacción de cualquiera de los bandos por el misterio fenómeno que habían teñido las columnas del Profeta hacia poco tiempo, y solo se esperaba cayera la hacha.

"A partir de este momento pueden moverse nuevamente por el castillo"

Con la instrucción del director dada, fue como si un peso titánico fuera quitado de encima, muchos preferirían dejar que el día terminará, otros pocos pidieron permiso para ir a las cocinas o simplemente salir un momento de la sala común para saber que todo se encontraba bien, en cambio ella se despidió con cortesía de sus alumnos y sin parecer desesperada hizo su camino a la oficina del director.

Al llegar vio alivio en los rasgos del mago, diciéndole que efectivamente había sido una falsa alarma, desafortunadamente ello hacia que el intruso en el castillo fuera aún más sospechoso.

"Albus... Harry descubrió un intruso."

Por un momento la pena se dibujo en los rasgos del hombre, pero así como llego se había marchado, y la determinación tomo su lugar.

"Que desafortunado para aquel que cruzó las barreras."