Liam se despertó de golpe, el sol matutino entraba por la gran ventana que tenía a la derecha, siendo parcialmente opacado por las blancas cortinas. A su lado, en la otra cama, Tom dormía plácidamente, y Raine, una cama más haya, dormía con los brazos extendidos. Bostezó y extendió la mano a su mesita de noche, tomo sus gafas y se las puso. Todo era tranquilo, así que Liam decidió ver la televisión un rato, en lo que todo el mundo se ponía en acción.

-es verdad Johnny, tenemos que viajar… viajar… AL PASADO! – decía un hombre rubio en la televisión

-aburrido – suspiro Liam y cambio de canal

-Martha, ellos son muy peligrosos, no puedes ir conmigo – decía, de forma muy exagerada, un hombre calvo

-pero yo te amo, Willy, contigo estaré a salvo! – le dijo una mujer con un exuberante vestido

-aja – Liam volvió a cambiar de canal

-no puedo decirlo – un hombre grande, con una gran barba estaba muy nervioso

-puedes escribirlo? – le decía un niño con gafas redondas

-No, lo diré – el hombre tomo aire – su nombre es… V… Vol.…

-hmmm, interesante – Liam dejo el canal

Liam se quedó viendo la televisión, hasta que tocaron a la puerta. El chico se levantó, vio por la mirilla, su madre estaba parada fuera de la puerta.

-buenos días – dijo Liam, somnoliento

-buenos días hijo – sonrió la señora Baker – vamos a desayunar, así que vístanse y vamos

-ok – Liam se tallo los ojos – ahora vamos

-los esperamos abajo – dijo la señora Baker animadamente

Liam cerró la puerta, despertó a Tom y a Raine, después se vistió. Se puso lo mismo con lo que llegó, un short Caqui, una playera blanca sencilla y una camisa verde veraniega, junto con cómodas sandalias. Raine siguió los pasos de Liam, eh igual se puso un pantalón corto color caqui, solo que ella se puso una blusa verde algo holgada, con sandalias de mujer de color blanco. Tom fue igual que Liam, y no se molestó mucho en escoger la ropa. Después de eso, los chicos bajaron a el comedor del hotel, en donde ya estaban sus padres.

-Hoy vamos a ir al paseo marítimo – dijo Liam tranquilamente, mientras cortaba un pedazo de sus hot cakes

-está bien – sonrió la señora Baker – su padre y yo vamos a estar ocupados, así que pueden divertirse ahí

-que van a hacer? – pregunto Raine untando mantequilla a un pan tostado

-bueno, hay un spa aquí cerca, así que vamos a ir – dijo la señora Baker, con una sonrisa enorme

-sí, bastante relajante – sonrió el señor Baker – y… cuánto tiempo van a estar ahí, chicos?

-un buen rato – dijo Tom – hay un montón de puestos y atracciones

-buenos días – dijo Amanda, sentándose tranquilamente al lado de Liam, como si nada

-buenos días? – la señora Baker vio algo confundida a la chica

-hola Amanda – sonrió Liam – como dormiste?

-bastante bien, cariño – Amanda sonrió de vuelta

-que no! – gruño Liam

-eso dices – dijo Amanda y río un poco – pero tus labios hablan por sí solos, toda la noche, toda

-aja – Liam aparato la mirada – donde está tu mamá?

-ah, ella salió muy temprano – sonrió Amanda – le gusta eso de tomar el sol matutino, así que se fue a la playa muy temprano

-eh… Amanda… crees que… podrías… dejarnos desayunar? – dijo la señora Baker

-bueno, por qué no los acompaño? – dijo Amanda tranquilamente y se levantó por su desayuno – provecho

-bueno… como les decía… – Liam se apartó un poco de Amanda, evidentemente incómodo – hoy vamos a estar en el paseo marítimo, supongo que, hasta tarde, y ustedes cuando regresan?

-no tenemos un tiempo contemplado, pero… supongo que por la noche – dijo el señor Baker

-sí, hay muchas… cosas que hacer – la señora Baker le mando una miradita a su esposo – verdad?

-por supuesto – sonrió el señor Baker

-nosotros también tenemos muchas cosas que hacer, verdad Liam? – Amanda le sonrió al chico

-supongo – dijo Liam muy confuso

Era una fresca mañana, las personas salían del hotel, y muchas llegaban a la playa. Liam y Raine caminaban tranquilamente, irían por algo a su habitación y después irían al punto en donde quedaron con Anne.

-oye, Liam, que estuviste haciendo ayer con Amanda? – le pregunto Raine un poco antes de llegar al cuarto

-pues… estuvimos hablando… – de repente a Liam le empezó a doler un poco la cabeza

-ah sí? – Raine miro a Liam – porque se tardaron mucho

-qué raro – Liam se llevó una mano a la cabeza – no recuerdo… que haya sido tanto tiempo

-y de que hablaron? – Raine abrió la puerta de la habitación

-ella… quiere decirle a Anne de… ya sabes – Liam abrió su maleta y saco su varita

-oh, bueno… estás… seguro? – Raine también tomo su varita y la escondió detrás de su blusa, después se fajo la prenda

-le dije que esperáramos a hoy – dijo Liam mientras se ponía la varita en la camisa – creo que es una chica agradable, y puede guardar el secreto

-hmmm, ok, ok – Raine suspiro un poco – pero hay que ser cuidadosos, y si se lo decimos, no podemos dejar que toque la varita

-por qué no? – dijo Liam mientras cerraba su maleta

-porque los muggle no pueden tener una varita – río Raine – es… un poco ilegal

-oh – Liam miro a la chica – bueno, no se la "daríamos" por qué… sería nuestra, ¿no?

-técnicamente – dijo Raine mientras salía

-que complicado – suspiro Liam y acompaño a Raine

-por cierto, Liam, de verdad que no estuviste haciendo nada más con Amanda? – Raine se puso una mano en la cintura

-seguro – Liam cerró la puerta de la habitación con llave

-porque… bueno, ya sabes, llevan un año sin verse y… – dijo Raine

-no te preocupes – río Liam – ya sabes que yo quiero mucho a Emma, y si quieres cuando lleguemos a casa puedo enseñarte con el pensadero

-No, creo que está bien – Raine sonrió – confío en ti

-gracias jaja – Liam se guardó la llave

Liam trato de recordar que había hecho la noche anterior con Amanda, pero solo recordó haber hablado de Anne, y también un breve abrazo al final. Cómo fuera, el día era hermoso, perfecto para divertirse por ahí. Si Liam no conociera a la nueva Amanda, diría que la chica estaba mucho más activa de lo normal, pero era un comportamiento que ahora se esperaba. Antes, la chica era de lo más tranquila, a menos que alguna chica se le pusiera enfrente a Liam, pero recientemente era más activa. Todo eso a causa de sus emocionantes aventuras por Ilvermorny, que le contaba a Liam animadamente. Liam tenía que reconocer que, siendo así, le llamaba más la atención, aún que no más que cierta chica.

-puedo… puedo tomarlo? – Amanda miraba a un pez de plástico, mientras tenía una caña pequeña en la mano

-sí, pero… ajá, con la caña… no, ese no – río Liam viendo que atrapaba a un buzo de plástico – es decoración

-pero no sale! – Amanda tiro de la caña de plástico, pero no se movió mucho de su posición

-déjame intentar – Liam tomo la caña de las manos de Amanda, y maniobró para sacar el anzuelo

-Liam, tienes dos libras? – dijo Raine llegando algo cansada

-sí, por qué? – dijo Liam mientras movía la mano con cuidado

-nos faltan para un helado – sonrió Raine – Anne dice que quiere pagar, pero es mejor si ponemos la mitad cada una, no crees?

-supongo – Liam saco el anzuelo – bien! Ah, sí, espera – metió la mano en el bolsillo y saco dos libras – aquí tienes

-gracias! – Raine las tomo y corrió hacia la distancia

-ok, ten – Liam le dio la caña a Amanda

-atrapar el pez es difícil – suspiro la chica

-Si, a mí me enojaba mucho de niño – río Liam – una vez conseguí atrapar cinco peses, ¡me gané el segundo premio!

-de verdad?! – dijo Amanda sorprendida – y que era?

-Eran binoculares – sonrió Liam – aún que yo quería el peluche de jirafa

-Que lindo – Amanda se concentró – voy a ganar el peluche de pez, y te lo voy a regalar

-gracias jaja – dijo Liam contento – suerte

Amanda se concentró, y logro tomar dos peses, pero justo en el último momento, antes de que se le acabara el tiempo a Amanda, un tiburón de plástico quedó atrapado en el anzuelo.

-felicidades – le dijo el encargado del juego a Amanda, y le dio un peluche de pez koi

-gracias! – Amanda tomo el peluche, muy contenta

-aja – el encargado, muy cansado, empezó a poner los peces otra vez en el movido estanque

-bien, como lo prometí – Amanda extendió el peluche

-de verdad? – Liam miro emocionado el pez

-sí, para ti – sonrió la chica

-gracias! – Liam extendió las manos, pero Amanda retiro el peluche

-pero antes – río – vamos por uno de esos – dijo apuntando a una máquina de algodón de azúcar

-te gusta? – río Liam

-no, bueno, no sé qué es, pero la gente lo come – dijo la chica – podemos ir?

-claro – Liam empezó a caminar y Amanda lo siguió

Liam no era un gran fanático del algodón de azúcar, pero podía comerlo, si la situación lo ameritaba. Esta era una de esas situaciones, así que Liam desembolso un poco de dinero, que no le dolió mucho, y compro dos algodones de azúcar.

-mmm, muy rico! – decía Amanda mientras comía su algodón de azúcar, de color azul – estos muggle sí que saben de dulces!

-y nosotros no tenemos buenos dulces? – río Liam mientras le daba un mordisco a su algodón, de color rosa

-claro que si – dijo la chica muy contenta – como las ranas de chocolate, o las meigas fritas!

-pero en las ranas solo sale Dumbledore – suspiro Liam, recordando la última rana de chocolate que abrió

-a mí una vez me salió Helga Hufflepuf – sonrió Amanda

-oh, no sabía que los fundadores tenían ranas de chocolate – dijo Liam sorprendido

-sí, de los cuatro – dijo Amanda – solo me ha salido Helga, pero un día quiero encontrar a Rowena Ravenclaw!

-y las venden en América? – Liam le dio otro mordisco a su algodón de azúcar

-no, las extraño – Amanda sollozo un poco

-no creo que haya por aquí – dijo Liam viendo a los alrededores – pero cuando regrese, te comprare algunos en Honeydukes, y te los enviaré por lechuza exprés

-gracias – río Amanda – los recibiré con gusto. Oh, es verdad, ya que tengo esto – dijo meneando el algodón de azúcar – tú puedes tener esto – extendió el peluche

-muchas gracias! – Liam tomo por fin el peluche – aún que aquí no hay peces koi, que raro

-dicen que en Mahoutokoro hay un arte en las que transforman los peces koi en reptiles – explico Amanda – aún que una vez escuche de un alumno que transformó un pez koi en un dragón

-wow… y que es Mahoutokoro? – pregunto Liam

-una escuela de… ma-gi-a! – dijo con cuidado – de Japón

-oh, con que Japón – Liam recordó a alguien – me gustaría aprender ese arte, entonces

-sé que te gustan las transformaciones – sonrió Amanda – de hecho, creo que el siguiente año se hará un concurso de Transformaciones, y si no me equivoco la sede será en Ilvermorny

-como el torneo de los tres… magos – dijo Liam en español, un idioma que sabía por un amigo

-algo – río la chica – igual son tres escuelas, Mahoutokoro, Ilvermorny y Hogwarts

-interesante – Liam sonrió – bueno, estaré al pendiente

-me gustaría que fueras a Ilvermorny, no es tan divertido, pero si tú fueras sería genial! – dijo Amanda emocionada – hay un montón de cosas que me gustaría enseñarte

-y me gustaría verlas – dijo Liam contento

-ay Liam, por qué me tuve que ir – suspiro Amanda

-dale las gracias a tu padre – dijo Liam de mala gana – tonto y estu…

-Liam? – dijo la voz de un hombre, grave pero tranquila, que al chico se le hizo familiar

-sí? – Liam volteo – s-señor Brown?!

-hola – dijo el señor Brown; el padre de Emma, con dos helados en la mano

-que hace aquí?! – dijo Liam sorprendido

-de vacaciones – río – supongo que tú también, que gracioso, nunca pensé encontrarte por aquí

-yo… – Liam no tenía palabras – usted… por qué… tiene dos helados y…

-Oh, ya veo por dónde vas – sonrió el señor Brown – ¿quieres venir? También puede venir tu amiguita

-amiguita? – Amanda frunció el ceño

-si, como te llamas? – dijo el señor Brown contento

-soy Amanda, Amanda Hill – contesto un poco exasperada – no le sueno?

-Amanda? – el señor Brown vio a Liam – vaya, quién lo diría, estás un poco diferente a como te recordaba, pero… ¿que no estabas en… América?

-estaba – sonrió Amanda – también vine de Vacaciones

-cómo es la vida – río el señor Brown – bueno, entonces, si quieren acompañarme, estoy seguro de que alguien se alegrará de verlos

El señor Brown dio media vuelta y empezó a caminar, los dos chicos lo siguieron. El señor Brown era un padre de familia cariñoso, y además era un hombre muy responsable, siendo el jefe adjunto de la oficina contra el uso incorrecto de la magia, en el ministerio. Liam se había visto las caras con el muchas veces, pues tuvo que hacer varios trámites en el pasado para completar su transformación en animago, y también para registrarse. Él era un hombre alto, de cabello castaño avellana, como el de Liam, y con una barba corta, que a veces estaba y a veces no, en esta ocasión lo estaba. Liam lo había visto algunas ocasiones con gafas, ese día no las tenía, pero siempre que había ido a su oficina, en el ministerio, las tenía puestas. Le daba un poco de pena admitirlo, pero la verdad era que Liam admiraba al señor Brown, pues tenía un buen puesto, una buena familia y era bastante agradable, aparte de que se llevaba bien con su padre, y también era un nacido de muggles, justo como Liam. Y hablando de la familia del señor Brown, poco a poco Liam veía un par de cabelleras pelirrojas, viendo al mar y esperando a alguien. Conforme se iban acercando, el corazón de Liam se aceleraba más y más, y sentía como si el sol brillará más, se sentía muy emocionado. Ya a unos escasos metros, una chica de cabello corto, arriba de los hombros y color rojo cereza, con ojos verdes y alta, miro a el señor Brown, pero de inmediato desvío su mirada hacia Liam. Los dos cruzaron miradas, y Liam sintió algo muy fuerte, como si el mundo volviera a girar, como si hasta ese momento pudiera respirar, como si la vida cobrará sentido de nuevo.

-Hola, me encontré con… – las palabras del señor Brown fueron interrumpidas por la animada voz de la chica pelirroja

-LIAM! – grito la chica y se lanzó a abrazar al chico

-Hola, hola jajaja – río Liam mientras recibía a la chica

-oh, Liam, que haces aquí?! – la chica lo miro contento

-de vacaciones – sonrió Liam

-yo también! – sonrió Emma Brown; la mejor amiga de Liam, y, evidentemente, su amada novia – increíble, ¡es increíble!

-no me dijiste que estarías aquí – dijo Liam emocionado

-es que no teníamos destino fijo – río Emma – teníamos un tour, visitamos varias playas desde principios de agosto, toda una locura, se supone que está sería la última

-pues vaya última – río Liam – deberías de haberme dicho a qué playas irías

-lo sé, perdón – suspiro Emma – es que estaba muy emocionada, y bueno, como no sabía si saldrías de vacaciones, pues no se me ocurrió

-está bien – Liam le dio otro abrazo a Emma

-que gusto verte – Emma correspondió al abrazo

-ejem, y a mí nadie me va a saludar? – gruño Amanda

-eh? – Emma volteo a ver a la chica – A-Amanda?!

-la misma – río la chica

-como… que?! – Emma dio un pequeño paso hacia atrás

-sí, ella también está aquí – dijo Liam apenado

-genial! – Emma sonrió y fue a abrazar a Amanda

-ay, suéltame! – Amanda le dio unas palmaditas a Emma en la espalda

-que bien, cuando llegamos en la mañana no imaginé que los encontraría – sonrió Emma

-Emma… con quién… hablas… – dijo la voz de un niño pequeño

-oh, es verdad – Emma volteo y un niño pequeño, de cabello castaño se acercó con cuidado – saluda James

-H-hola – dijo tímidamente y se escondió en las piernas de Emma

-él es James? – dijo Amanda curiosa

-sí, mi hermano pequeño – sonrió Emma orgullosa – no lo habías visto, ¿verdad?

-pues no – Amanda vio a James

-hola! – le dijo Liam contento – me recuerdas?

-eh… – James negó con la cabeza

-soy Liam, soy amigo de tu hermana – sonrió Liam

-Liam… – dijo James viendo a Liam – ah! ¡Hermana siempre habla de Liam! – río animadamente – sí, sí, mamá, Liam! – James miro a su madre y apunto a Liam

-sí, es Liam cariño – río la señora Brown; la madre de Emma, que también era pelirroja

-amigos eh? – río Emma – bueno, yo diría más que eso

-si jaja – Liam sonrió – por cierto, sí que creciste

-ah sí? – Emma bajo la mirada, efectivamente, era más alta que Liam, por unos dos o tres centímetros

-sí, y estás morena – río Liam

-bonito bronceado, ¿no? – Emma poso – eh estado bajo el sol jaja

-muy bonito – sonrió Liam

-pero tú también has crecido – Emma tomo a Liam del hombro – es uno de eso días en los que no ves bien?

-oh, cierto – Liam se acomodó las gafas – las uso todos los días, se volvieron de tiempo completo jaja

-te ves bien con ellas – sonrió Emma

-gracias – dijo Liam sonrojado

-y yo? ¿No me veo bien? – gruño Amanda

-sí, has cambiado mucho – dijo Emma viendo a la chica – cuando llegaste?

-ayer – contesto Liam – como yo

-sí, el mismo día – sonrió Amanda

-eh, hija – dijo el señor Brown, ya al lado de su esposa – quieres ir con tus amigos?

-si! – sonrió Emma

-bueno, ve, mamá quiere ver unas cosas – el señor Brown lamió su helado

-vienes hijo? – dijo la señora Brown, mientras le daba un mordisco a su helado

-siiii! – James se apartó de Emma y corrió hacia su madre

-bueno, nos vemos al rato hija – sonrió el señor Brown

-si papá! – Emma se puso al lado de Liam – que emoción, solo faltaría Jack, no creen?

-por supuesto – sonrió Liam – pero él fue a España

-me contó, espero que lo atrapé un toro jaja – Emma río animadamente

-oh, quieres pasear? – Liam vio el resto del paseo marítimo – podemos hablar mientras

-claro – Emma se puso en movimiento – vamos huroncito!

-jaja, voy – Liam siguió a Emma

-oigan! – Amanda les siguió el paso

El paseo marítimo todavía tenía camino que recorrer, y más, ya que los chicos habían regresado por Emma.

-Y? ¿Qué cuentas? – dijo Emma viendo a Amanda

-Nada que te incumba – sonrió Amanda – oh, si, ayer estuve todo el día con Liam, y le gustó mucho mi bikini

-ah sí? – Emma se llevó la mano a la cintura – pues cuando me vea a mí, se le va a olvidar ese trajecito tuyo

-no se le va a olvidar nada! – gruño Amanda – lo que a ti no se te va olvidar es la paliza que te voy a dar

-inténtalo – río Emma – terminarás en el suelo

-jaja, sí, claro, pero no puedes hacer nada sin tu varita – Amanda sonrió maliciosamente – ni tampoco con ella, que pésima bruja

-yo no soy una pésima bruja! – gruño Emma

-ok, basta, basta – dijo Liam rápidamente – compórtense, estamos de vacaciones, no vinimos a pelear

-ok – suspiro Emma

-como quieras – Amanda apartó la mirada

-ah, chicas – Liam suspiro y le dio un mordisco a su algodón de azúcar, que quedaba bastante

-uh! ¿Y eso que es? – dijo Emma curiosa

-algodón de azúcar – sonrió Liam – quieres?

-Sabe rico? – Emma miro al algodón de azúcar

-sí, bueno, a mí no es que me encante, pero si – río Liam y extendió su algodón de azúcar

-a ver… – Emma le dio una buena mordida – hmmmm, delicioso!

-Me alegro de que te guste – dijo Liam contento – y… – Liam vio el torso de Emma – oye… estás… algo…

-regordeta? – Emma miro a Liam – si… bueno… sé que te dije que haría ejercicio, pero… ¡Es que la comida muggle es muy rica!

-está bien jaja – río Liam – así me gustas también, si fueras alta, baja, flaca o como fueras – Liam abrazo a Emma con el brazo izquierdo – yo te quieroooo mucho!

-jaja, gracias Liam – Emma se sonrojo – te prometo que cuando lleguemos a Hogwarts empezaré con el ejercicio! Y tendré esos músculos que tanto te gustan

-Uh juju, está bien – Liam sonrió sonrojado

-BASTA! – grito Amanda – ahh! ¡No puede ser! ¡Vine hasta aquí por Liam! ¡No por ti!

-Amanda! – dijo Liam sorprendido – tranquila, estamos los tres, no es eso lo que querías?

-no, no y no! – Amanda dio saltitos de enojo – yo quería estar sola contigo!

-pues no se te hizo – gruño Emma y tomo a Liam del hombro

-te odio, te odio! – grito Amanda

-no te pongas así – dijo Liam cabizbajo – te dije que no podía hacer eso

-pero al menos quería intentarlo! – sollozo Amanda – estoy aquí, y fui la primera, no crees que me lo merezco?

-yo… – Liam apartó la mirada

-Amanda, tranquila – suspiro Emma – mira, eso ya pasó, podemos…

-CÁLLATE! – grito Amanda

-Amanda! – Liam alzó la mirada – basta, te lo dije, lo de nosotros fue bonito y eso, pero se acabó

-ah! – Amanda se comió el resto de su algodón de azúcar de un mordisco

-tu dijiste que estaba bien – dijo Liam en un tono de voz bajo

-ah, sí, lo dije – suspiro Amanda – está bien, está bien

-Amanda, hace rato que no nos vemos – dijo Emma sin soltar a Liam – podemos ser amigas, ¿sí?

-sí, si – Amanda se llevó una mano a la cabeza – ah, ok, supongo que era eso lo que sentías tu

-algo – dijo Emma apenada – lo siento, pero yo quiero mucho a Liam y…

-yo también te quiero – sonrió Liam y vio a Emma

-exacto – sonrió Emma

-vaya parejita – Amanda se dio la vuelta – bueno, sigamos – dijo, con un pequeño suspiro

Había mucho que hacer en el paseo marítimo, más en especial cuando Emma y Liam estaban juntos. Con toda la emoción, Liam vacío todo su monedero en todo tipo de juegos, como en uno en los que tenía que disparar con una pistola de airsoft a unas figuritas que se movían al fondo del juego. Liam fue bastante habilidoso, pero Emma golpeó varias veces al encargado del juego por accidente.

-… si, y como les decía, hemos ido por un montón de playas – contó Emma mientras se comía un helado, que Liam también había comprado – aquí y haya, eh conocido a un montón de gente, muggles, claro

-ah sí? – Amanda sonrió – supongo que conociste a algún chico guapo por ahí

-chico guapo? – Emma alzo un poco la mirada – pues… supongo que algunos lo eran, meh

-y no te intereso ninguno? – río Amanda

-claro que no – sonrió Emma – el único que me interesa es el chico que está a mi lado

-gracias – Liam sonrió un poco sonrojado

-ya encontrare algo – suspiro Amanda

-Hola Liam! – dijo Anne apartándose de un barandal

-hola – sonrió Liam – donde está Rai…

-y está quién es? – Emma analizo a la chica de pies a cabeza

-Anne – contesto Liam, con un poco de dificultad – bueno, Annelie

-pero me… dicen… Anne… – la chica dio un paso atrás ante la mirada de Emma

-aja – Emma se puso una mano en la cintura – y que quieres con Liam?

-con Liam? – Anne vio al chico – bueno, somos… amigos… creo… yo… y… quién… eres tú?

-Emma Brown – contesto, orgullosa – por si no has oído hablar de mí, soy la mejor amiga de Liam, oh, se me olvidaba, también su novia

-novia? – Anne miro sorprendida a Emma

-Si, ocupo ese puesto – dijo Emma muy orgullosa – así que puedes ir desistiendo

-yo… yo no…

-Ves esto? – Emma alzó la mano izquierda, y mostró un anillo en el dedo anular – es de Liam y yo, él también tiene uno, enséñale

-yo… – Liam miro tímidamente a Emma

-vamos – Emma le hizo una seña con la mirada

-si – Liam alzó la mano izquierda, había un anillo en su dedo anular

-ves? – sonrió Emma

-ustedes… ustedes están… comprometidos?! – dijo Anne asombrada

-LO ESTÁN?! – Amanda miro la mano de ambos chicos

-bueno, no realmente, es…

-sí, lo estamos – Emma interrumpió a Liam

-Emma! – Liam se sonrojo apenado

-ya vine! – Raine se puso detrás de Anne – oh, Emma?

-hola – sonrió la chica

-que estás… que pasa aquí? – Raine miro a todos

-Raine, están comprometidos! – dijo Anne apuntando a las manos de Liam y Emma

-que? Ellos no… – Raine miro los anillos – por Merlín, ¡¿lo están?!

-claro que no! – dijo Liam rápidamente – quiero decir… no me molestaría, pero… bueno, ¡ese no es el punto! Ahora mismo no lo estamos

-claro que lo estamos – sonrió Emma – pero no oficialmente

-supongo que podría decirse así – Liam miro a Emma – somos algo jóvenes para eso, creo

-bueno, nunca es demasiado pronto – río Emma – si nos queremos tanto, ¿por qué esperar?

-por varias razones – suspiro Raine

-que aguafiestas – suspiro Emma

-no le digas así! – dijo Anne rápidamente - ella es muy divertida… ¡y agradable!

-eso crees? – dijo Raine sorprendida

-sí, ah… bueno… lo eres – Anne soltó una risita nerviosa y se sonrojo ligeramente – dices un montón de cosas graciosas, como eso de Merlín jaja

-hmmm, muggle, ¿no? – dijo Emma viendo a Anne

-porque todos me dicen así? – Anne bajo la mirada

-eso responde mi pregunta – Emma río un poco

-eh… hablando de eso – Liam vio a Raine – qué opinas?

-pues… – Raine vio a los lados – sí, creo que podemos

-bien – Liam se aclaró la garganta – Anne, podrías acompañarnos?

-claro, a dónde? – sonrió la chica

-solo síguenos – dijo Liam empezando a caminar

-ah, espera! – Emma se puso a la par del chico – quieres helado?

-sí, la verdad si – Liam le dio un lengüetazo al helado de Emma, que se empezaba a derretir – hmm, rico

-El de vainilla es el mejor sabor – río Emma y le dio un lengüetazo al helado

-hm, a mí me gusta más el de menta – sonrió Liam

Caminaron por el largo paseo marítimo, hacia algún lugar que estuviera lo suficientemente apartado para que no hubiera oídos desconocidos. Ah simple vista, pudiera parecer que un grupo de chicas paseaban juntas, viviendo sus vidas de adolescentes. Pero cuando prestabas algo de atención, o más bien, cuando te concentrabas más, mucho más, en el grupo, notabas que había un chico en medio de cuatro chicas. Por fin, llegaron a una silenciosa zona, detrás de una cabaña vacía. Una palmera les hacía sobra a las chicas, y un leve aire las refrescaba.

-que hacemos aquí? – dijo Anne, un poco nerviosa

-vamos a matarte – sonrió Amanda

-como? – Anne abrió los ojos completamente

-Amanda! – dijo Liam rápidamente – no vamos a hacer eso

-ah, puff, gracias – Anne soltó aire – entonces…

-Anne, dijiste que te gustaba la magia, no es así? – dijo Liam tranquilamente

-magia? – Emma miro confundida a Liam

-si… me gusta – dijo Anne – de hecho, compré unas cosas hace rato – se llevó una mano a la bolsa y saco una varita de plástico – ok, miren esto, está varita, no tiene nada de especial, pero… – Anne movió la mano izquierda alrededor de la varita, y de repente una pequeña explosión se dio en su mano, junto a un humo gris, cuando se fue el humo, una pequeña paloma de plástico apareció en la punta de la varita – taran!

-Ajá… – Amanda vio a Emma, quién le regreso la mirada de confusión

-jaja, genial, no creen? – sonrió Anne – oh, pero esperen, tengo otro, miren esto – volvió a meter la mano a la bolsa, y saco una moneda común y corriente – ahora la ven, es una simple moneda, está en mi mano, pero… si hago esto… – Anne cerro la mano, soplo eh hizo unos conjuros – ahora… – Anne abrió completamente la mano, y la moneda ya no estaba – oh, Raine donde estará?

-en… donde? – Raine tenía la misma mirada de confusión que Emma y Amanda

-pues… si miras detrás de tu oreja… – Anne acercó la mano a la oreja de Raine y saco la moneda – magia!

-ok – suspiro Liam, él pudo haber logrado eso con un simple hechizo de desaparición y aparición – bueno, bonitos trucos

-gracias, es muy divertido hacerlos y…

-ok, ve esto – Amanda interrumpió a Anne, sacando su varita y apuntado a la chica

-oh, bonita varita! – sonrió Anne – aún que es un poco diferente…

-oh, no – Emma dio un pequeño paso atrás – esto no le va a gustar a papá

-tranquila – sonrió Liam – Amanda, por favor

-Accio! – dijo, y la moneda de Anne voló a las manos de Amanda

-como…

-Wingardium Leviosa! – Amanda hizo flotar a la moneda

-cómo lo… haces? – dijo Anne impresionada

-magia – sonrió Amanda – magia de verdad

-de verdad? – Anne dio un paso atrás

-si – Liam también saco su varita – puedo hacer esto, así que presta atención

-que… que vas ah… – Anne miro a Liam atentamente

-ah, aquí voy – suspiro Liam, se apuntó con la varita y en menos de un segundo, se transformó en un hurón

-L-Liam?! – Anne miro sorprendida al hurón, que dio unas vueltas sobre sí mismo y asintió con la cabeza – pero… como…

-te lo dije, es magia – dijo Amanda mientras tomaba a Liam – es Liam

-es un hurón! – dijo la chica sorprendía

-sí, también – río Amanda – somos magos

-son? – Anne vio a Raine – eres una… maga?

-bruja, se dice bruja – corrigió Raine – pero si, lo soy

-y… tienes… una… de esas? – Anne apunto a la varita de Liam, que fue recogida por Emma

-si – Raine saco su varita

-oh… Raine… – Anne vio a Raine a los ojos – eres genial! ¡Esto… es increíble! ¡Puedes hacer magia! ¡Magia de verdad!

-podemos, todos – corrigió Amanda

-pero Raine puede! – sonrió Anne – hay algo que no hagas bien?

-muchas cosas – río Raine

-auch! – Amanda soltó a Liam rápidamente, pues la había mordido – qué te pasa?

-ven aquí – dijo Emma tranquilamente, y Liam se acercó a la chica, pero antes de llegar, se detuvo, se concentró mucho, y en un minuto volvió a su forma humana

-ah! Necesito practicar más – suspiro Liam e hizo un sonidito – oh, perdón

-ten – Emma le extendió la varita

-gracias – Liam la tomo, y luego vio a Anne – todo… todo bien?

-increíble! – río Anne

-bien, por qué necesitamos decirte unas cosas – Liam se aclaró la garganta – en primera, nada de esto a nadie, nadie Anne

-por qué no? – sonrió la chica

-porque es un secreto – suspiro Liam – el mundo mágico es un secreto para los muggles, para los que no tienen magia, tu

-eso significa muggle? – Anne se entristeció un poco – y no tengo magia?

-nop – suspiro Emma

-nada? ¿Nada nadita? – Anne bajo la mirada

-sin magia – dijo Liam apenado – mira, esto de la magia, solo entre nosotros, ok Anne? ¿Podemos confiar en ti?

-por supuesto! – sonrió Anne – puedes hacer magia Raine?

-ahora mismo no – dijo la chica apenada – no podemos hacer magia fuera de la escuela, pero el próximo año cumplo los diecisiete, y soy mayor de edad

-pero eso es a los dieciocho – dijo Anne

-no para los magos – sonrió Liam

-oh, ya veo – río Anne – es genial

-sí, y, de verdad necesitamos que guardes silencio – suspiro Liam – digamos que… no podemos decirle a los muggles que somos magos, es un poco… ilegal

-ah… bueno… no lo diré, pueden confiar en mí – Anne sonrió – es… genial que me lo hayan dicho… yo… esto… eso hacen los amigos, ¿no?

-eso hacen – sonrió Liam – ahora, vamos a divertirnos – guardo la varita

-Raine, podemos ir juntas? – dijo Anne contenta

-ah… claro – Raine sonrió de vuelta

-vaya día – Liam se dio la vuelta